Principios Basicos Uso de La Fuerza y Arma de Fuego

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PRINCIPIOS BÁSICOS SOBRE EL EMPLEO

DE LA FUERZA Y DE ARMAS DE FUEGO


POR LOS FUNCIONARIOS ENCARGADOS
DE HACER CUMPLIR LA LEY

Adoptados por el Octavo Congreso de las Naciones Unidas sobre


Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente, celebrado en
La Habana (Cuba) del 27 de agosto al 7 de septiembre de 1990.

El Octavo Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamiento del
Delincuente,

Recordando el Plan de Acción de Milán, aprobado en el Séptimo Congreso de las


Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente y por
la Asamblea General en su resolución 40/32, de 29 de noviembre de 1985,

Recordando también la resolución 14 del Séptimo Congreso, en la que se pidió al


Comité de
Prevención del Delito y Lucha contra la Delincuencia que examinara medidas para
la aplicación más eficaz del Código de Conducta para Funcionarios Encargados de
Hacer Cumplir la Ley,

Tomando nota con reconocimiento de la labor realizada en cumplimiento de la


resolución 14
del Séptimo Congreso por el Comité, la Reunión Preparatoria Interregional para el
Octavo Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamien-
to del Delincuente acerca de los principios y directrices de las Naciones Unidas en
materia de prevención del delito y justicia penal y su aplicación, así como sobre
prioridades para el establecimiento de nuevas normas, y las reuniones preparato-
rias regionales para el Octavo Congreso,

1.Aprueba los Principios Básicos sobre el empleo de la fuerza y de armas de fuego por los fun-
cionarios encargados de hacer cumplir la ley, que figuran en el anexo a la presente resolución;

2. Recomienda que se adopten medidas en el plano nacional, regional e internacional con


respecto a esos Principios Básicos y su aplicación, teniendo en cuenta las circunstancias polí-
ticas, económicas, sociales y culturales y las tradiciones de cada país;
3. Invita a los Estados Miembros a que tengan en cuenta y respeten los Principios Básicos en
el marco de su legislación y práctica nacional;

4. También invita a los Estados Miembros a que señalen los Principios Básicos a la atención
de los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, los miembros del poder ejecutivo, los
jueces, los abogados, el poder legislativo y el público en general;

5. Invita además a los Estados Miembros a que informen al Secretario General cada cinco
años, a partir de 1992, sobre los progresos alcanzados en la aplicación de los Principios Bási-
cos, incluida su difusión, incorporación a las leyes, la práctica, los procedimientos y las políti-
cas internas, los problemas enfrentados en su aplicación en el plano nacional y la asistencia
que podría requerirse de la comunidad internacional, y pide al Secretario General que informe
al respecto al Noveno Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Trata-
miento del Delincuente;

6. Hace un llamamiento a todos los gobiernos para que promuevan seminarios y cursos de
capacitación en los planos nacional y regional sobre la aplicación de la ley y la necesidad de
restringir el empleo de la fuerza y de las armas de fuego por los funcionarios encargados de
hacer cumplir la ley;

7. Insta a las comisiones regionales, los institutos regionales e interregionales de prevención


del delito, y justicia penal, los organismos especializados y otras entidades del sistema de las
Naciones Unidas, otras organizaciones intergubernamentales interesadas y las organizacio-
nes no gubernamentales reconocidas como entidades consultivas por el Consejo Económico
y Social a que participen activamente en la aplicación de esos Principios Básicos e informen
al Secretario General acerca de las actividades realizadas para difundir y aplicar los Principios
Básicos y el alcance de su aplicación, y pide al Secretario General que incluya esta información
en su informe al Noveno Congreso;

8. Exhorta al Comité de Prevención del Delito y Lucha contra la Delincuencia a que conside-
re, con carácter prioritario, procedimientos para asegurar la aplicación eficaz de la presente
resolución;

9. Pide al Secretario General que:

a. Adopte medidas, cuando corresponda, para señalar esta resolución a la atención de los
gobiernos de todos los órganos de las Naciones Unidas interesados, y procure la más amplia
difusión posible de los Principios Básicos; b. Incluya los Principios Básicos en el próximo nú-
mero de la publicación de las Naciones Unidas titulada Derechos Humanos: Recopilación de
instrumentos internacionales;
c. Proporcione a los gobiernos que lo soliciten servicios de expertos y asesores regionales e
interregionales para prestar asistencia en la aplicación de los Principios Básicos, e informe al
Noveno Congreso acerca de la asistencia técnica y la capacitación que haya efectivamente
proporcionado;

d. Informe al Comité, en su 12º período de sesiones, sobre las medidas adoptadas para aplicar
los Principios Básicos;

10. Pide al Nuevo Congreso y a sus reuniones preparatorias que consideren los progresos
alcanzados en la aplicación de los Principios Básicos.

Anexo:

CÓDIGO DE CONDUCTA PARA FUNCIONARIOS ENCARGADOS


DE HACER CUMPLIR LA LEY

Considerando que la labor de los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley1 * constitu-
ye un servicio social de gran importancia y, en consecuencia, es preciso mantener y, siempre
que sea necesario, mejorar las condiciones de trabajo y la situación de estos funcionarios,

Considerando que la amenaza a la vida y a la seguridad de los funcionarios encargados de


hacer cumplir la ley debe considerarse como una amenaza a la estabilidad de toda la sociedad,

Considerando que los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley desempeñan un papel
fundamental en la protección del derecho a la vida, la libertad y la seguridad de las personas,
tal como se garantiza en la Declaración Universal de Derechos Humanos y se reafirma en el
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos,

1 De conformidad con el comentario al artículo 1 del Código de conducta para funcionarios encargados de hacer
cumplir la ley, la expresión “funcionarios encargados de hacer cumplir la ley” incluye a todos los agentes de la
ley, ya sean nombrados o elegidos, que ejercen funciones de policía, especialmente las facultades de arresto o
detención. En los países en que
ejercen las funciones de policía autoridades militares, ya sean uniformadas o no, o fuerzas de seguridad del
Estado, se considerará que la definición de funcionarios encargados de hacer cumplir la ley comprende los
funcionarios de esos servicios.
Teniendo presente que las Reglas Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos prevén las
circunstancias en las que los funcionarios de establecimientos penitenciarios podrán recurrir
a la fuerza en el ejercicio de sus funciones,Teniendo presente que el artículo 3 del Código
de Conducta para Funcionarios Encargados de Hacer Cumplir la Ley estipula que esos funcio-
narios podrán usar la fuerza sólo cuando sea estrictamente necesario y en la medida que lo
requiere el desempeño de sus tareas,

Teniendo presente que en la reunión preparatoria del Séptimo Congreso de las Naciones
Unidas sobre la Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente, celebrada en Varenna,
Italia, se convino en los elementos que debían tenerse en cuenta en la continuación de los
trabajos sobre las limitaciones en el uso de la fuerza y de las armas de fuego por parte de los
funcionarios encargados de hacer cumplir la ley,

Teniendo presente que el Séptimo Congreso, en su resolución 14, entre otras cosas, subraya
que el empleo de la fuerza y las armas de fuego por los funcionarios encargados de hacer
cumplir la ley debe conciliarse con el debido respeto de los derechos humanos,

Teniendo presente que el Consejo Económico ySocial, en su resolución 1986/10, sección IX,
de 21 de mayo de 1986, invitó a los Estados Miembros a que prestaran especial atención en
la aplicación del Código a la cuestión del uso de la fuerza y armas de fuego por parte de los
funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, y que la Asamblea General, en su resolución
41/149, de 4 de diciembre de 1986, entre otras cosas, acogió con satisfacción esta recomenda-
ción formulada por el Consejo,

Considerando que es oportuno, teniendo debidamente en cuenta su seguridad personal,


atender al papel de los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley en relación con la ad-
ministración de justicia y la protección del derecho a la vida, la libertad y la seguridad de las
personas, a su responsabilidad de mantener la seguridad pública y la paz social, y a la impor-
tancia de sus calificaciones, capacitación y conducta,

Los Principios Básicos que se enuncian a continuación, formulados para asistir a los Estados
Miembros en sus actividades destinadas a asegurar y fomentar el papel que corresponde
a los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, deben ser tenidos en cuenta y respe-
tados por los gobiernos en el marco de sus respectivas legislaciones y prácticas nacionales, y
deben señalarse a la atención de los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, así como
de otras personas como jueces, fiscales, abogados y miembros del poder ejecutivo y legisla-
tivo, y del público en general.

Disposiciones generales
1. Los gobiernos y los organismos encargados de hacer cumplir la ley adoptarán y
aplicarán normas y reglamentaciones sobre el empleo de la fuerza y armas de fuego
contra personas por parte de funcionarios encargados de hacer cumplir la ley. Al
establecer esas normas y disposiciones, los gobiernos y los organismos encargados
de hacer cumplir la ley examinarán continuamente las cuestiones éticas relacionadas
con el empleo de la fuerza y de armas de fuego.

2. Los gobiernos y los organismos encargados de hacer cumplir la ley establecerán


una serie de métodos lo más amplia posible y dotarán a los funcionarios correspon-
dientes de distintos tipos de armas y municiones de modo que puedan hacer un uso
diferenciado de la fuerza y de las armas de fuego. Entre estas armas deberían figurar
armas incapacitantes no letales para emplearlas cuando fuera apropiado, con miras a
restringir cada vez más el empleo de medios que puedan ocasionar lesiones o muer-
tes. Con el mismo objetivo, también debería permitirse que los funcionarios encarga-
dos de hacer cumplir la ley cuenten con equipo autoprotector, por ejemplo, escudos,
cascos, chalecos a prueba de balas y medios de transporte a prueba de balas a fin de
disminuir la necesidad de armas de cualquier tipo.

3. Se hará una cuidadosa evaluación de la fabricación y distribución de armas no


letales incapacitantes a fin de reducir al mínimo el riesgo de causar lesiones a per-
sonas ajenas a los hechos y se controlará con todo cuidado el uso de tales armas.

4. Los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, en el desempeño de sus fun-


ciones, utilizarán en la medida de lo posible medios no violentos antes de recurrir al
empleo de la fuerza y de armas de fuego. Podrán utilizar la fuerza y armas de fuego
solamente cuando otros medios resulten ineficaces o no garanticen de ninguna
manera el logro del resultado previsto.

5. Cuando el empleo de las armas de fuego sea inevitable, los funcionarios encarga-
dos de hacer cumplir la ley.

a) Ejercerán moderación y actuarán en proporción a la gravedad del delito y al obje-


tivo legítimo que se persiga;

b) Reducirán al mínimo los daños y lesiones y respetarán y protegerán la vida huma-


na;

c) Procederán de modo que se presten lo antes posible asistencia y servicios médicos


a las personas heridas o afectadas;
d) Procurarán notificar lo sucedido, a la menor brevedad posible, a los parientes o
amigos íntimos de las personas heridas o afectadas.

6. Cuando al emplear la fuerza o armas de fuego los funcionarios encargados de


hacer cumplir la ley ocasionen lesiones o muerte, comunicarán el hecho inmediata-
mente a sus superiores de conformidad con el principio 22.

7. Los gobiernos adoptarán las medidas necesarias para que en la legislación se casti-
gue como delito el empleo arbitrario o abusivo de la fuerza o de armas de fuego por
parte de los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley.

8. No se podrán invocar circunstancias excepcionales tales como la inestabilidad


política interna o cualquier otra situación pública de emergencia para justificar el
quebrantamiento de estos Principios Básicos.

Disposiciones especiales

9. Los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley no emplearán armas de fue-


go contra las personas salvo en defensa propia o de otras personas, en caso de
peligro inminente de muerte o lesiones graves, o con el propósito de evitar la co-
misión de un delito particularmente grave que entrañe una seria amenaza para la
vida, o con el objeto de detener a una persona que represente ese peligro y oponga
resistencia a su autoridad, o para impedir su fuga, y sólo en caso de que resulten
insuficientes medidas menos extremas para lograr dichos objetivos. En cualquier
caso, sólo se podrá hacer uso intencional de armas letales cuando sea estrictamente
inevitable para proteger una vida.

10. En las circunstancias previstas en el principio 9, los funcionarios encargados de


hacer cumplir la ley se identificarán como tales y darán una clara advertencia de su
intención de emplear armas de fuego, con tiempo suficiente para que se tome en
cuenta, salvo que al dar esa advertencia se pusiera indebidamente en peligro a los
funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, se creara un riesgo de muerte o
daños graves a otras personas, o resultara evidentemente inadecuada o inútil dadas
las circunstancias del caso.

11. Las normas y reglamentaciones sobre el empleo de armas de fuego por los funcio-
narios encargados de hacer cumplir la ley deben contener directrices que:

e) Especifiquen las circunstancias en que los funcionarios encargados de hacer cum-


plir la ley estarían autorizados a portar armas de fuego y prescriban los tipos de ar-
mas de fuego o municiones autorizados;

f) Aseguren que las armas de fuego se utilicen solamente en circunstancias apropia-


das y de manera tal que disminuya el riesgo de daños innecesarios;

g) Prohíban el empleo de armas de fuego y municiones que puedan provocar lesiones


no deseadas o signifiquen un riesgo injustificado,

h) Reglamenten el control, almacenamiento y distribución de armas de fuego, así


como los procedimientos para asegurar que los funcionarios encargados de hacer
cumplir la ley respondan de las armas de fuego o municiones que se les hayan entre-
gado;

i) Señalen los avisos de advertencia que deberán darse, siempre que proceda, cuando
se vaya a hacer uso de un arma de fuego;

j) Establezcan un sistema de presentación de informes siempre que los funcionarios


encargados de hacer cumplir la ley recurran al empleo de armas de fuego en el des-
empeño de sus funciones.

Actuación en caso de reuniones ilícitas

12. Dado que todas las personas están autorizadas a participar en reuniones lícitas y
pacíficas, de conformidad con los principios consagrados en la Declaración Universal
de Derechos Humanos y en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, los
gobiernos y los organismos y funcionarios encargados de hacer cumplir la ley reco-
nocerán que la fuerza y las armas de fuego pueden utilizarse solamente de conformi-
dad con los principios 13 y 14.

13. Al dispersar reuniones ilícitas pero no violentas, los funcionarios encargados de


hacer cumplir la ley evitarán el empleo de la fuerza o, si no es posible, lo limitarán al
mínimo necesario.

14. Al dispersar reuniones violentas, los funcionarios encargados de hacer cumplir la


ley podrán utilizar armas de fuego cuando no se puedan utilizar medios menos pe-
ligrosos y únicamente en la mínima medida necesaria. Los funcionarios encargados
de hacer cumplir la ley se abstendrán de emplear las armas de fuego en esos casos,
salvo en las circunstancias previstas en el principio 9.
Vigilancia de personas bajo custodia o detenidas

15. Los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, en sus relaciones con las
personas bajo custodia o detenidas, no emplearán la fuerza, salvo cuando sea
estrictamente necesario para mantener la seguridad y el orden en los establecimien-
tos o cuando corra peligro la integridad física de las personas.

16. Los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, en sus relaciones con las
personas bajo custodia o detenidas, no emplearán armas de fuego, salvo en defensa
propia o en defensa de terceros cuando haya peligro inminente de muerte o lesiones
graves, o cuando sea estrictamente necesario para impedir la fuga de una persona
sometida a custodia o detención que presente el peligro a que se refiere el principio 9.

17. Los principios precedentes se aplicarán sin perjuicio de los derechos, obligaciones
y responsabilidades de los funcionarios de establecimientos penitenciarios, tal
como se enuncian en las Reglas Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos, sobre
todo las reglas 33, 34 y 54.

Calificaciones, capacitación y asesoramiento

18. Los gobiernos y los organismos encargados de hacer cumplir la ley procurarán
que todos los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley sean selecciona-
dos mediante procedimientos adecuados, posean aptitudes éticas, psicológicas y
físicas apropiadas para el ejercicio eficaz de sus funciones y reciban capacitación
profesional continua y completa. Tales aptitudes para el ejercicio de esas funciones
serán objeto de examen periódico.

19. Los gobiernos y los organismos encargados de hacer cumplir la ley procurarán
que todos los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley reciban capacitación
en el empleo de la fuerza y sean examinados de conformidad con normas de eva-
luación adecuadas. Los funcionarios que deban portar armas de fuego deben estar
autorizados para hacerlo sólo tras haber finalizado la capacitación especializada en
su empleo.

20. En la capacitación de los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, los


gobiernos y los organismos correspondientes prestarán especial atención a las
cuestiones de ética policial y derechos humanos, especialmente en el proceso
de indagación, a los medios que puedan sustituir el empleo de la fuerza y de armas
de fuego, por ejemplo, la solución pacífica de los conflictos, el estudio del comporta-
miento de las multitudes y las técnicas de persuasión, negociación y mediación, así
como a los medios técnicos, con miras a limitar el empleo de la fuerza y armas de
fuego. Los organismos encargados de hacer cumplir la ley deben examinar sus pro-
gramas de capacitación y procedimientos operativos a la luz de casos concretos.

21. Los gobiernos y los organismos encargados de hacer cumplir la ley proporcio-
narán orientación a los funcionarios que intervengan en situaciones en las que se
empleen la fuerza o armas de fuego para sobrellevar las tensiones propias de esas
situaciones.

Procedimientos de presentación de informes y recursos

22. Los gobiernos y los organismos encargados de hacer cumplir la ley establecerán
procedimientos eficaces para la presentación de informes y recursos en relación con
todos los casos mencionados en los principios 6 y 11 f). Para los casos con respecto
a los cuales se informe de conformidad con esos principios, los gobiernos y los orga-
nismos encargados de hacer cumplir la ley asegurarán que se establezca un procedi-
miento de revisión eficaz y que autoridades administrativas o judiciales independien-
tes estén dotadas de competencia en circunstancias apropiadas. En caso de muerte
y lesiones graves u otras consecuencias de importancia, se enviará rápidamente un
informe detallado a las autoridades competentes para la revisión administrativa y la
supervisión judicial.

23. Las personas afectadas por el empleo de la fuerza y de armas de fuego o sus
representantes legales tendrán acceso a un proceso independiente, incluido un
proceso judicial. En caso de muerte de esas personas, esta disposición se aplicará a
sus herederos.

24. Los gobiernos y los organismos encargados de hacer cumplir la ley adoptarán
las medidas necesarias para que los funcionarios superiores asuman la debida
responsabilidad cuando tengan conocimiento, o debieran haberlo tenido, de que
los funcionarios a sus órdenes recurren, o han recurrido, al uso ilícito de la fuerza
y de armas de fuego, y no adopten todas las medidas a su disposición para impedir,
eliminar o denunciar ese uso.

25. Los gobiernos y los organismos encargados de hacer cumplir la ley adoptarán las
medidas necesarias para que no se imponga ninguna sanción penal o disciplinaria
contra los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley que, en cumplimiento
del Código de conducta pertinente y de estos Principios Básicos, se nieguen a eje-
cutar una orden de emplear la fuerza o armas de fuego o denuncien ese empleo
por otros funcionarios.

26. Los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley no podrán alegar obediencia
de órdenes superiores si tenían conocimiento de que la orden de emplear la fuerza
o armas de fuego, a raíz de la cual se ha ocasionado la muerte o heridas graves a
una persona, era manifiestamente ilícita y tuvieron una oportunidad razonable de
negarse a cumplirla. De cualquier modo, también serán responsables los superiores
que dieron las órdenes ilícitas.

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