Este documento discute la aplicación de la inteligencia artificial al derecho. Explica que la IA se ha aplicado al derecho desde la década de 1970 para facilitar el acceso a la información jurídica y automatizar parte del razonamiento jurídico. También identifica algunos de los principales retos de la IA aplicada al derecho, como asegurar que los sistemas sean comprensibles para los usuarios y que puedan relacionar consultas con las normas legales aplicables.
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Este documento discute la aplicación de la inteligencia artificial al derecho. Explica que la IA se ha aplicado al derecho desde la década de 1970 para facilitar el acceso a la información jurídica y automatizar parte del razonamiento jurídico. También identifica algunos de los principales retos de la IA aplicada al derecho, como asegurar que los sistemas sean comprensibles para los usuarios y que puedan relacionar consultas con las normas legales aplicables.
Este documento discute la aplicación de la inteligencia artificial al derecho. Explica que la IA se ha aplicado al derecho desde la década de 1970 para facilitar el acceso a la información jurídica y automatizar parte del razonamiento jurídico. También identifica algunos de los principales retos de la IA aplicada al derecho, como asegurar que los sistemas sean comprensibles para los usuarios y que puedan relacionar consultas con las normas legales aplicables.
Este documento discute la aplicación de la inteligencia artificial al derecho. Explica que la IA se ha aplicado al derecho desde la década de 1970 para facilitar el acceso a la información jurídica y automatizar parte del razonamiento jurídico. También identifica algunos de los principales retos de la IA aplicada al derecho, como asegurar que los sistemas sean comprensibles para los usuarios y que puedan relacionar consultas con las normas legales aplicables.
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FORO2B
ÉTICA DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL
INTELIGENCIA ARTIFICIAL Y EL ESTADO DE DERECHO
La evolución tecnológica del derecho es relativamente reciente, y también
veloz. En apenas treinta años, la tecnología se ha asentado en el entorno jurídico como una herramienta indispensable. Esta rapidez en su implantación se debe a que el derecho tiene infinidad de procesos que pueden ser automatizados. Además, es un paraíso para la aplicación de la inteligencia artificial, porque tiene millones de documentos administrativos, legislativos y judiciales estructurados y desestructurados y, sobre todo, no normalizados, que pueden generar muchos más millones de datos y en los que se pueden encontrar estructuras y patrones automatizables para crear secuencias de comportamiento y sistemas predictivos. En el ámbito legal cada vez se aplica más la Inteligencia Artificial, concretamente debido al aprendizaje automático, el procesamiento del lenguaje natural, el Big Data y los sistemas de tecnología argumentativa. En un principio se utilizaban sistemas que ofrecían información de asesoría para profesionales de abogacía, agilizando la recopilación de información que pudiera ser de utilidad para presentar los casos. Con el tiempo, la argumentación jurídica con la inteligencia artificial ha tomado importancia, cuestión que hace poco no se consideraría una habilidad capaz de realizar una máquina, ya que se consideraba exclusivo del razonamiento humano. Quizás hoy reconocemos con más facilidad el concepto de los algoritmos inteligentes que determinan el funcionamiento de ciertas tecnologías. Pero si hablamos de la inteligencia artificial en el derecho, nos podemos ir hasta los años 70, donde fue mencionado por primera vez. El estudio que hizo posible esta aplicación fue publicado ese año por Buchanan y Headrick, bajo el nombre Algunas especulaciones sobre el razonamiento de la inteligencia artificial. En su documento, plantean de modo directo la cuestión de si el razonamiento jurídico es o no posible a través de una computadora y abrieron un campo que se ha ido desarrollando en torno a cuatro elementos:
Búsquedas en bases de datos legales y jurisprudenciales.
Gestión y redacción documental.
Formulación de dictámenes y resolución de casos.
Elaboración de teorías, dogmas y sistemas jurídicos.
Los profesionales dedicados al desarrollo de la Inteligencia Artificial no dejan
de buscar las estrategias y herramientas que favorezcan la creación de modelos computacionales que se puedan comprender, explicar, interpretar, y que sean transparentes y trazables, es decir, modelos éticos. Estos modelos son éticos, pero a su vez filosóficos, ya que son una pieza fundamental para la mejora en la cooperación entre expertos humanos, en este caso de la rama legal y jurídica, con la Inteligencia Artificial. Por ello, la Inteligencia Artificial no genera únicamente problemas éticos, sino nuevas áreas de conocimiento y realidad para mejorar el desarrollo humano y resolver dichos problemas, ya que el principal reto es que la Inteligencia Artificial, en su aplicación al Derecho, sea comprensible y auditable. Sin embargo, la relación entre Derecho e inteligencia artificial no es unidireccional. Al igual que ha sucedido en otros sectores profesionales, la actividad jurídica es también en buena medida susceptible de ser automatizada. Frente a los procesos de mecanización propiciados por anteriores revoluciones tecnológicas, una de las características más singulares de la denominada cuarta revolución industrial es precisamente que afecta también a tareas de carácter cognitivo o intelectual realizadas por profesionales “de cuello blanco”. Y el trabajo del jurista no escapa a esta nueva realidad. El desarrollo de las tecnologías de big data capacidad de almacenamiento, procesamiento y análisis de ingentes volúmenes de datos no estructurados y de ramas de la inteligencia artificial como el aprendizaje automático o machine learning capacidad de las máquinas para aprender a realizar determinadas tareas a partir de la detección de patrones en la información mediante el análisis de datos masivos.
¿Por qué implantar IA aplicada al derecho?
Tal como lo mencionamos, la primera relación entre la inteligencia artificial y el
derecho fue realizada por Buchanan y Headrick en 1970. Desde entonces, ha habido múltiples trabajos y análisis sobre esta especialidad. El objetivo principal es proporcionar una herramienta para el análisis jurídico mediante el uso de técnicas de inteligencia artificial. Para ello, se están llevando a cabo diferentes investigaciones: sistemas expertos, procesamiento del lenguaje natural, bases de conocimiento o motores de búsqueda inteligentes son algunos ejemplos que se desarrollan dentro de este campo. El tema ha ido evolucionando desde el punto de vista científico, pero también desde el de la aplicación. De hecho, a pesar de ser una especialidad muy reciente, ya es posible encontrar temas jurídicos que pueden ser resueltos con la ayuda de herramientas de inteligencia artificial. Podríamos decir que la aplicación de la IA al derecho tiene dos objetivos principales:
Busca facilitar la accesibilidad a la información jurídica
Pretende simplificar y automatizar todo o parte del proceso de razonamiento jurídico.
Inteligencia artificial en el derecho: Principales problemas que
puede generar
La probabilidad de crear tecnologías para resolver determinados problemas
depende de tres factores aplicables al sistema:
Ser capaz de comprender la consulta realizada por el usuario en
un lenguaje natural. Que exista una programación informática con el conjunto de normas aplicables del derecho. Que esté capacitado para relacionar la consulta con este conjunto de reglas y, de este modo, reconocer las posibles opciones, confeccionar las conclusiones y brindar las posibles respuestas al usuario.
Referencia
Godínez González, José Alfredo. (2023) La inteligencia artificial en el campo
jurídico. Revista Académica CUNZAC, 6. DOI: 10.46780/cunzac.v6i1.103 European Commission (2020). Libro blanco sobre la inteligencia artificial: un enfoque europeo orientado a la excelencia y la confianza. COM(2020) 65 final. Brussels.