Bienes

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Bienes

Como bienes se denominan las cosas materiales o inmateriales que, desde un


punto de vista jurídico, son objetos de derecho, del mismo modo en que, desde una
perspectiva económica, son escasos, limitados y, en consecuencia, poseen un valor
que puede ser definido en términos monetarios. Como tal, la
palabra bienes proviene del latín bene, que significa ‘bien’.

Para que un bien sea considerado como un bien económico, debe cumplir con
determinadas características: tener cierta demanda o ser estimado útil o apetecible
por un número considerable de personas; ser escaso y limitado, es decir, contar con
una demanda superior a su oferta, y, finalmente, ser susceptible de ser valorizado
monetariamente.

Un bien económico es, pues, un producto creado para el intercambio en el mercado


y, como tal, es lo opuesto a un bien libre o de oferta ilimitada, como por ejemplo lo
sería el aire.

En este sentido, en Economía, se pueden clasificar los bienes según sus


características y los usos a que estén destinados. De allí que existan los bienes
muebles e inmuebles, los bienes de capital, intermedios y de consumo; los bienes
privados, públicos y mixtos, etc.

Bienes inmuebles
Como bienes inmuebles, también denominados bienes raíces, son considerados
todos aquellos bienes que no pueden moverse del lugar donde están, como tierras,
edificios, casas, caminos, construcciones, minas, etc., juntamente con los adornos
o artefactos que tienen incorporados.

Bienes muebles
Lo que caracteriza a los bienes muebles, en comparación con los bienes inmuebles,
es su movilidad, es decir, pueden ser trasladados de un lugar a otro. Un automóvil,
una computadora, una cama o un refrigerador pueden ser considerados, en este
sentido, bienes muebles.

Bienes de consumo
Los bienes de consumo son aquellos destinados directamente a satisfacer las
necesidades del consumidor que lo demanda y lo adquiere. De allí que,
contrariamente al bien de capital o al bien intermedio, el bien de consumo no tiene
como finalidad producir más bienes. Artículos que podemos considerar como bienes
de consumo son los alimentos, la ropa, el calzado, etc.

Bienes intermedios
Como bienes intermedios se designan aquellos que son utilizados durante los
procesos de producción para ser transformados ya sea en bienes capitales, como
maquinarias o tecnología, ya en bienes de consumo, como alimentos, ropa,
muebles, etc.

Bienes de capital
Los bienes de capital, también llamados bienes de producción, están constituidos
por todos aquellos equipos, maquinarias, herramientas, instalaciones, etc., así
como otros bienes y servicios, que son necesarios para la producción de bienes. En
este sentido, los bienes de capital son aquellos que tanto los individuos como las
empresas emplean para producción productos destinados para el consumo.

Dominio público y privado


Los bienes del estado pueden corresponder a su dominio público o privado.

Los bienes del dominio público pertenecen al estado en su carácter de órgano


político de la Sociedad humana, y se encuentran en una situación muy peculiar, que
no resulta descripta por la palabra dominio que aquí se usa con una significación
enteramente diversa de la definición obrante en los códigos civiles. En cambio, los
bienes del dominio privado del Estado se encuentran en la misma situación que los
bienes de los particulares, pudiendo ser objeto de idénticas operaciones.

Dominio público: a este respecto las leyes suelen incluir entre los bienes públicos.

1) los mares territoriales hasta la distancia que determine la legislación especial,


independientemente del poder jurisdiccional sobre la zona contigua; 2) los mares
interiores, bahías, ensenadas, puertos y ancladeros; 3) los ríos, sus cauces, las
demás aguas que corren por cauces naturales y toda otra agua que tenga o
adquiera la aptitud de satisfacer usos de interés general, comprendiéndose las
aguas subterráneas, sin perjuicio del ejercicio regular
del derecho del propietario del fundo de extraer las aguas subterráneas
en la medida de su interés y con sujeción a la reglamentación; 4) las playas de mar
y las riberas internas de los ríos, entendiéndose por tales la extensión de tierra que
las aguas bañan o desocupan durante las altas mareas normales o las crecidas
medias ordinarias;
5) los lagos navegables y sus lechos; 6) las islas formadas o que se formen en
el mar territorial o en toda clase de río, o en los lagos navegables, cuando ellas no
pertenezcan a particulares; 7) las calles, plazas, caminos, canales, puentes y
cualquier otra obra pública construída para utilidad o comodidad común; 8)
los documentos oficiales de los poderes del estado; 9) las ruinas y yacimientos
arqueológicos y paleontológicos de interés científico.

La característica esencial del dominio público consiste en que los bienes


respectivos están afectados al uso y goce de todos los ciudadanos.

Dominio privado: los bienes privados del estado, según las leyes, en general son
los siguientes:
1) todas las tierras que estando situadas dentro de los límites territoriales de la
Nación carecen de otro dueño. Esta norma tiene, en hispanoamerica, una
explicación histórica. En efecto, concedido por el papa Alejandro VI a los Reyes de
España y Portugal el dominio sobre las tierras descubiertas en América, los
respectivos monarcas usaron de su prerrogativa adjudicando grandes extensiones
a los esforzados conquistadores de uno y otro país. Las tierras de que no se dispuso
quedaron en el patrimonio de la corona, y consumada la emancipación política,
pasaron a poder del estado.

Es este derecho originario del estad o sobre las tierras sin dueño, particularmente
en la Argentina, el que explica lo preceptuado por las leyes declarando
de propiedad fiscal, Nacional o municipal, todos los excedentes que resulten dentro
de las superficies de los terrenos particulares, cubiertos que sean
sus legítimos títulos y

siempre que sobrepasen las tolerancias técnicamente admitidas en la materia.

Esas normas tienen el alcance de una mera presunción juris


tantum de propiedad fiscal de los excedentes de referencia, que no obsta a que
los particulares demuestren que pese a la exigüidad del título formal su dominio se
extiende al sobrante adquirido por prescripción treintañal.

2) las minas de oro, Plata, cobre, piedras preciosas y sustancias fosiles, no obstante
el dominio de la corporaciones o particulares sobre la superficie de la tierra.

3) los bienes vacantes o mostrencos, y los de las personas que mueren sin
tener herederos. Se contemplan tres categorías de bienes que en rigor pueden
reducirse a dos: a) bienes vacantes, son las
cosas inmuebles de propietario desconocido; b) bienes mostrencos, son cosas
muebles igualmente de propietario desconocido; c) bienes de personas fallecidas
sin herederos. Esta tercera categoría queda comprendida en una u otra de las
anteriores, según la índole mueble o inmueble de las respectivas cosas, pues
cuando alguien fallece aparentemente sin herederos, sólo es dable afirmar que se
ignora si los tiene, y por consiguiente, que los bienes son
de propietario desconocido.

En la práctica se denominan bienes vacantes los que pertenecen a una sucesión


vacante, es decir, sin herederos para recibirla.

4) los muros, plazas de guerra, puentes, ferrocarriles y toda construcción hecha por
el estado, y todos los bienes adquiridos por el estado por cualquier título. Las
construcciones hechas por el estado serán bienes privados de este si se levantan
en terreno fiscal, pero no en caso contrario

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