El Perfeccionamiento Como Objetivo Permanente
El Perfeccionamiento Como Objetivo Permanente
El Perfeccionamiento Como Objetivo Permanente
Bibliografía:
4.- “Los 33 temas del aprendiz masón”, Adolfo Terrones Benítez, Gdo. 32, Alfonso
León Garcia, Gdo. 33.
A.·.L .·.G.·.D.·.G.·.A.·.D.·.U .·.
INTRODUCCIÓN
Perfeccionamiento
1.Acción y efecto de perfeccionar.
Perfeccionar
1. Mejorar algo o hacerlo más perfecto.
2. Acabar enteramente una obra, dándole el mayor grado posible de
bondad o excelencia. U. t. c. prnl.
Perfecto, ta
Del lat. perfectus.
1. Que tiene el mayor grado posible de bondad o excelencia en su línea.
2. Que posee el grado máximo de una determinada cualidad o defecto.
Cuando renacemos para ser miembros de la orden, el ideal que debemos realizar
individualmente y en nuestra vida es, esforzarnos minuto a minuto en superar
nuestros defectos y debilidades, en vencer y dominar nuestros vicios, instintos y
pasiones que son las asperezas de la piedra bruta que representa nuestro estado de
imperfección. El perfeccionamiento de uno mismo, es la parte esencial y
fundamental en la obra del Aprendiz (y de todo aprendiz, recuerden que “nunca
dejamos de ser aprendices”). Un perfeccionamiento que consiste en educar, es decir;
sacar fuerza y manifestar a la luz, las gloriosas posibilidades de nuestra
individualidad, despojándonos de los defectos, errores, vicios e ilusiones de la
personalidad. Se lee bastante bonito ¿verdad?, pero, ¿es tan factible de lograr lo acá
mencionado? Un poco de lo que rescato al investigar para poder escribir esta plancha
es que, en una opinión muy personal, ser perfecto es la utópica meta que debemos
alcanzar, recuerden que “si te propones metas pequeñas tus logros serán pequeños, si
te propones metas altas, tus logros así lo serán”, entonces, ¿Por qué no ponernos una
meta tan alta como la de “llegar a ser perfectos”?. Para ello debemos perfeccionar
(desbastar la piedra bruta) el quien soy, y no solo desde la perspectiva intelectual,
sino que de la moral y por qué no de la física y espiritual también.
¿Meta u objetivo? Mientras trabajaba en este escrito, una de las cosas que más
daba vueltas en mi cabeza era si hablar de llegar a ser perfectos era una meta o un
objetivo. Dentro de lo aprendido en el mundo profano tengo entendido que los
objetivos son utópicos, de buena voluntad mayormente y no medibles, mientras que
las metas son cuantificables y por ende medibles, es por ello que, bajo el prisma de lo
comentado hasta ahora en esta plancha, la meta es lograr ser perfectos y su sistema
de medida es el perfeccionamiento del individuo. ¿Es posible medir ese trabajo
interior?, en lo personal considero que es posible y factible de medir, pero para ello
debemos partir de una base muy poderosa y es la de comenzar a conocernos a
nosotros mismos, saber quién soy con mis virtudes y defectos (morales, intelectuales
y espirituales), una vez logrado este primer aspecto (el de aprender a conocernos un
poco a nosotros mismos), nos corresponde comenzar a desbastar nuestra piedra bruta
y comenzar a mejorar aquellas debilidades u oportunidades de mejora que hayamos
encontrado en nosotros, sin cerrarnos a aquellas que otros vean y nosotros no y
agradecer si nos las hacen saber y no molestarnos por ello. El trabajo de desbaste, a
veces agotador, largo y en momentos tedioso, es algo que debe hacerse hora tras
hora, algo que debe estar siempre presente en nuestro pensar y actuar diario,
poniendo en práctica lo aprendido en la orden; muchas veces de manera simbólica
deberemos ponernos en posición al orden, separando nuestras pasiones y utilizando
más la lógica antes de actuar o hablar, en otras deberemos aplicar el silencio en logia,
callando para aprender silenciosa y respetuosamente de lo que nos está rodeando. En
algunas ocasiones deberemos actuar, pensar y sentir de la manera más fraterna para
aportar con un “granito de arena en el mundo profano” y en muchas más deberemos
aplicar la tolerancia, la ética y las buenas costumbres, y muchas enseñanzas más que
nos entrega nuestra augusta orden bajo la guía de nuestros hermanos maestros
compañeros y aprendices. Todo esto es factible de aplicar en el mundo profano si
trabajamos permanentemente en el perfeccionamiento como un objetivo continuo.
CONCLUSIÓN