Jean Piaget

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Jean Piaget

Piaget es valorado como uno de los más originales y fecundos psicólogos del siglo XX, aunque
él se consideraba, ante todo, un epistemólogo. En su dilatada obra trata de averiguar cómo se
construye el conocimiento y de explicar el desarrollo de la inteligencia humana. Su concepción
constructivista se fundamenta en la interacción entre las ideas previas de las personas y su
actividad transformadora del entorno, mediante el desarrollo de la actividad infantil y la
formación de un juicio autónomo.

Siempre trató de indagar sobre cómo se producían nuevos conocimientos en las personas y, al
mismo tiempo, explicar cómo se producía el desarrollo de la inteligencia humana. A pesar de
que tuvo obras que estaban directamente relacionadas con la pedagogía, sus contribuciones
más importantes a la educación fueron con los trabajos como investigador de la mente.

Se ocupó de asuntos como: el desarrollo de los individuo, socializarles metódicamente,


facilitarles que adquieran conocimientos, valores, que desarrollen su inteligencia y que lleguen
a convertirse en adultos autónomos.

En sí, Piaget tiene una visión del ser humano como un organismo que, cuando actúa sobre el
medio y lo modifica, también se modifica a sí mismo, una idea con la que coincide con Marx.
Considera que el conocimiento no es una copia de la realidad (empirismo), ni es el producto de
un despliegue de capacidades que ya posee el organismo (innatismo). Por el contrario,
sostiene que es el resultado de la interacción entre la dotación inicial con la que nacen los
seres humanos y su actividad transformadora del entorno (constructivismo).

El conocimiento se produce como respuesta a una necesidad, es un proceso de creación, no de


repetición.

Algunos pensadores sostienen que la teoría de Piaget deja al sujeto aislado y solipsista, aunque
para Piaget las otras personas son fundamentales en el proceso del conocimiento. El contraste
con las demás opiniones de las otras personas constituye una de las vías fundamentales del
progreso del conocimiento, por lo que el progreso cognitivo es un diálogo con los otros.

La teoría de Piaget surgió en un momento en el que se estaban produciendo cambios


importantes en la educación: se estaba comenzando a rechazar la idea de la escuela
tradicional, centrada en la transmisión puramente verbal y que proporciona unos
conocimientos de escasa utilidad para los alumnos. Frente a ello el movimiento pedagógico
proponía una enseñanza más activa, que partiera de los intereses del alumno y que sirviera
para la vida diaria.
La oposición de Piaget frente a la postura empirista con respecto a la formación de los
conocimientos le lleva a sostener que el conocimiento no debe ser implantado desde fuera,
sino que tiene que ser construido, o reconstruido, por el sujeto mismo. Por eso sostiene que la
formación del conocimiento no puede ser explicada solamente por las experiencias exteriores,
sino que debe ser estudiada desde el interior del sujeto.
Esto afecta a la visión que puede llegar a tener un profesor sobre enseñar. Lo que se está
haciendo en realidad no es enseñar, sino procurar las condiciones para que le alumno aprenda.
Eso supone un cambio de perspectiva muy profundo para la comprensión de lo que es el
aprendizaje, la formación de los conocimientos y el desarrollo, procesos directamente ligados.

En la búsqueda de una salida de la educación tradicional, algunos autores han tratado de


recurrir a la teoría de Piaget. Aunque no conviene olvidar que existe una distancia notable
entre una teoría psicológica, que explica la formación de los conocimientos, y la práctica de la
educación, que es una tecnología o un arte. Debido a esto no es posible efectuar una
traducción mecánica de los principios psicológicos de la práctica escolar.

Para conocer un poco del pensamiento piagetiano, es necesario preguntarse acerca de la


naturaleza del conocimiento. A fin de dar respuesta a esta interrogante, debemos recurrir a la
epistemología genética, que es la teoría que explica la construcción del conocimiento,
intentando así explicar el curso del desarrollo intelectual humano desde la fase inicial del
recién nacido, donde predominan los mecanismos reflejos, hasta la etapa adulta caracterizada
por procesos conscientes de comportamiento regulado y hábil.
Para esta teoría el conocimiento es un proceso no un estado. Si se concibe que el
conocimiento esta siempre en continuo devenir, y que además consiste en pasar de un estado
de menor conocimiento a uno más completo y mayor, se deducirá que el objetivo de la teoría
será conocer precisamente ese devenir, y analizarlo lo más exactamente posible. En términos
piagetianos, el conocimiento es un proceso que, a partir de un estado de menor equilibrio, se
reequilibra autorreguladamente en estados de mayor equilibrio, superadores del estado
anterior.

El desarrollo cognoscitivo comienza cuando el niño va realizando un equilibrio interno entre la


acomodación y el medio que lo rodea y la asimilación de esta misma realidad a sus estructuras.
Este desarrollo va siguiendo un orden determinado, que incluye cuatro periodos o estadios de
desarrollo, el sensorio-motriz, el preoperacional, el concreto y el formal, cada uno de estos
periodos está constituido por estructuras originales, las cuales se irán construyendo a partir
del paso de un estado a otro.

Para describir el proceso de desarrollo intelectual del individuo se explicará en qué consiste
cada estadio:

Estadio Sensorio-motriz: Abarca desde el nacimiento hasta los dos años de edad
aproximadamente y se caracteriza por ser un estadio prelingústico. El niño aprende a través de
experiencias sensoriales inmediatas y de actividades motoras corporales.

Estadio de las operaciones formales: Abarca de los 11 a los 15 años. En este periodo el
adolescente ya se desenvuelve con operaciones de segundo grado, o sea sobre resultados de
operaciones. En este nivel el desarrollo cualitativo alcanza su punto más alto, ya que se
desarrollan sentimientos idealistas. El niño o adolescente maneja además las dos
reversibilidades en forma integrada simultánea y sincrónica.

En definitiva los niños pasan por las diferentes etapas en el mismo orden, sin importar su
cultura y las experiencias a las que estén sometidos ya que cada uno de estos periodos posee
un carácter de integración.

Trabajar en el aula de acuerdo a las ideas de Piaget implica:

- Debe favorecerse la autonomía del niño. El trabajo compartido ayuda a contrastar y


coordinar los puntos de vista para avanzar en el conocimiento y crecer en lo moral.

- El trabajo en grupo permite la superación del egocentrismo, y se encuentra en la base de la


autonomía. Para ello, debe ser concebido como un ámbito donde los propios niños puedan
autogobemnarse. La labor del maestro es colaborar en proporcionar las condiciones de dicho
autogobierno.
- En el trabajo en grupo, si es auténtico y no implica relaciones de subordinación, la
contrastación de ideas favorece tanto a los sujetos menos avanzados como a los más
adelantados. Mientras los primeros pueden verse obligados a reformular su punto de vista, los
segundos se ven en la necesidad de explicitar y justificar el suyo.

- El centro de la organización de las actividades pedagógicas debe ser el propio niño. La


capacidad de los sujetos para elaborar un juicio propio y descubrir el porqué de los fenómenos
ha de ser respetada e incentivada. El niño debe ser considerado el principal artífice de su
propio aprendizaje, ya que su acción, tanto material como intelectual, le permite transformar
la realidad en la medida en que elabora nuevos significados posibles.

- Los niños no son una pizarra en blanco sobre la cual el docente imprime los conocimientos,
sino sujetos activos con unos conocimientos previos sobre los cuales van a realizar nuevas
construcciones. Conocer las ideas de los niños acerca de lo que queremos enseñar resulta
fundamental, puesto que éstas constituyen el punto de partida de nuevos conocimientos.

- Los conocimientos se van elaborando por aproximaciones sucesivas.

-El error desempeña un importantísimo papel constructivo en los aprendizajes. Avanzar en el


conocimiento supone tomar conciencia de ellos e intentar superarlos. Los errores, además de
revelar el modo en que los niños comprenden un problema, también operan como posible
fuente de conflictos. Por tanto, no deben ser vistos como “una mala respuesta” que debemos
eliminar, sino como una comprensión parcial y distorsionada que puede promover la aparición
de conflictos.

- Los conflictos cognitivos son el motor del desarrollo y de los aprendizajes. Su aparición lleva
los sujetos a replantearse los problemas, construir nuevas hipótesis, buscar y contrastar datos,
reformular sus ideas, cambiar sus modos de explicar los fenómenos.

- Los conflictos desencadenan el proceso constructivo, pero por sí solos no lo garantizan. Hay
que considerar también el conjunto de actividades destinadas a superarlos.

- Existen diversos caminos para responder de modo adecuado a un problema. Las estrategias
de resolución pueden variar mucho de un sujeto a otro. La educación debe tener en cuenta las
diferencias individuales y la diversidad.

Para aplicar esta pedagogía para enseñar matemática tiene que predominar una actividad en
grupo, donde todos puedan razonar y exponer sus puntos de vista.
por lo cual creo que una actividad desde un punto de vista piagetiano seria:

El tema seria proporciones, el profesor tiene un cuadrado, por


ejemplo de 8cm por 8cm y le realiza determinados cortes como se
indica en la figura.

Luego a los alumnos se les pide que armen 4 grupos, a cada uno de
los grupos se le reparte un trozo de la figura total. A partir de esto,
usando reglas de proporción, los alumnos deben recrear esos
mismos fragmentos, para que al unirlos formen el mismo cuadrado,
pero esta vez de 15cm por 15cm (agrandando las piezas).

En esta actividad pueden surgir distintas formas de aplicar


proporcionalidad entre los integrantes del grupo, las cuales luego, en el resultado final se
pueden evaluar si fueron correctas o no, así no solo reciben la gratificación de saber que su
forma de resolverlo es correcta, sino que también aprendn sobre otras formas que logran
cumplir con la consigna, así entendiendo que hay más de una manera de llegar al mismo
resultado.
María Montessori
María Montessori (31 de agosto de 1870 - 6 de mayo de 1952), fue una educadora, científica,
médica, psiquiatra, filósofa, psicóloga, devota católica, feminista, y humanista italiana. Nació
Chiaravalle, provincia de Ancona, Italia, en el seno de una familia burguesa católica. Su madre
fue Renilde Stoppani, mientras que su padre Alessandro Montessori era militar de profesión y
muy estricto; en esa época a lo que más aspiraba una mujer era a ser maestra, aunque en su
familia se reconocía el derecho a cierta educación de la mujer

Estudió ingeniería a los 14 años, luego biología y por último es aceptada en la Universidad de
Roma, en la Escuela de Medicina. Se graduó en 1896 como la Primera mujer médico en Italia.
Fue miembro de la Clínica Psiquiátrica Universitaria de Roma. Más tarde, estudió Antropología
y obtuvo un doctorado en Filosofía, época en la que asiste a uno de los primeros cursos de
psicología experimental. Fue contemporánea de Freud y desarrolló su propia clasificación de
enfermedades mentales.

Su metodología de educación parte de la psicología positivista y asociacionista. Basa su


método en la actividad sensorial y en la educación para la auto actividad.

Ella creía en que educar es favorecer el desarrollo del infante, por lo que el verdadero
desarrollo depende enormemente de la posibilidad de alcanzar las condiciones necesarias en
cada momento determinado de la evolución, para ello, la libertad juega un papel primordial.

Adentrándonos en su obra, podemos destacar la utilización de un ambiente adecuado para la


actividad del sujeto a educar, esto permite que el aprendiz desarrolle aprendizajes
significativos y actividades cognitivas esenciales para la vida diaria «El niño, con su enorme
potencial físico e intelectual, es un milagro frente a nosotros. Este hecho debe ser transmitido
a todos los padses, educadores y personas interesadas en niños, porque la educación desde el
comienzo de la vida podría cambiar verdaderamente el presente y futuro de la sociedad.
Tenemos que tener claro, eso sí, que el desarrollo del potencial humano no está determinado
por nosotros. Solo podemos servir al desarrollo del niño, pues este se realiza en un espacio en
el que hay leyes que rigen el funcionamiento de cada ser humano y cada desarrollo tiene que
estar en armonía con todo el mundo que nos rodea y con todo el universo».
Trabajo del segundo cuatrimestre de
pedagogía

Integrantes: Antúnez Ignacio, Barbato Thiago, Casal


Candela
Paulo freire
Pedagogía crítica

La pedagogía crítica ha sido considerada en la actualidad como el nuevo camino de la


pedagogía, una en la cual se invite a las dos partes involucradas a construir sociedad desde la
conciencia de los problemas sociales que se viven a diario y que afectan de manera directa e
indirecta a las aulas de clase. Unos de los representantes de esta pedagogía fue Paulo Freire,
exministro de educación de su país, Brasil. Freire planteó que la educación en cada país debe
convertirse en un proceso político, cada sujeto hace política desde cualquier espacio donde se
encuentre y el aula de clase no puede ser indiferente frente a este proceso; para este crítico de
la educación, se debe construir el conocimiento, desde las diferentes realidades que afectan a
los dos sujetos políticos en acción, aprendiz y maestro.

El maestro debe ser el ente que lleve a los aprendices a pensarse la sociedad en la cual están
desarrollando su proceso de aprendizaje, deben construir desde los conocimientos previos que
estos llevan al aula de clase, ya que son ellos un reflejo visible y fiable de las realidades
sociales. Por su parte el aprendiz debe construir el conocimiento como un acto político, desde
la relación con el maestro y los demás aprendices dentro del aula, para pasar de ser seres
sociales pasivos a seres sociales activos, críticos y pensantes de la sociedad en la que están
sumergidos. El pensamiento crítico dentro del aula no puede llevar a sus entes a ser seres
negativos, por el contrario el negativismo debe estar totalmente alejado del pensamiento
crítico para no sesgar la mirada a lo positivo que se está viviendo y poder seguir construyendo
desde la realidad.

Es precisamente de la pedagogía crítica propuesta por Freire de donde se desprende la


Literacidad crítica que ha tenido como uno de sus principales autores al español Daniel
Cassany, entre otros. Entendida como todo aquello que esté relacionado con la gestión de la
ideología de los discursos, al leer y escribir, engloba todos los conocimientos, habilidades y
actitudes y valores derivados del uso generalizado, histórico, individual y social del código
escrito.6 Sin embargo, encontramos otros autores que al igual que Cassany han tenido en el
maestro Freire a su principal fundamento para hablar de Literacidad crítica. La razón es que el
maestro cree en despertar la conciencia de los estudiantes sobre las posibilidades que existen
en el mundo para que, en lugar de conformarse, puedan tomar acciones con el fin de
transformar sus vidas. La Literacidad crítica como componente de la pedagogía crítica, se
centra en el lenguaje. Shor define la literacidad crítica como “el uso del lenguaje que cuestiona
la construcción social del individuo” (1999:4)”.

Finalmente, para Freire no hay práctica docente sin curiosidad, sin incompletud, sin ser
capaces de intervenir en la realidad, sin ser capaces de ser hacedores de la historia y a la vez
siendo hechos por la historia. Teniendo que elaborar una pedagogía crítica que nos de
instrumentos para asumirnos como sujetos de la historia. Práctica que deberá basarse en la
solidaridad.

Alfabetización crítica

La alfabetización crítica, también conocida como alfabetización liberadora o conscientizadora,


es el pensamiento pedagógico de Freire, así como su propuesta para la alfabetización de
adultos, que inspiraría los principales programas de alfabetización en Brasil a comienzos de los
años 60. Freire elaboró una propuesta de alfabetización cuyo principio básico era "A leitura do
mundo precede a leitura da palavra" (La lectura del mundo precede a la lectura de la palabra).
Su objetivo es, incluso antes de iniciar el proceso de alfabetización, llevar al educando a
asumirse como sujeto de aprendizaje, como ser capaz y responsable; así como también
sobrepasar la compresión mágica de la realidad y desmitificar la cultura letrada, la cual el
educando está iniciando. Durante este proceso el estudiante va desarrollando una visión crítica
que le permitirá convertirse en un agente de cambio y/o producción cultural, en oposición al
modelo de reproducción cultural que impera en la escuela.

En sus reflexiones sobre el acto de leer, Freire explica como en su primera infancia lo primero
que aprendió a leer fue su mundo inmediato que, aunque pequeño, brindaba una gran riqueza
de experiencias sensoriales. Sonidos, olores, colores y texturas representan los “textos”,
“palabras” y “letras” en este contexto. Esta primera lectura se ve enriquecida también por el
universo del lenguaje de los mayores quienes en sus conversaciones, a las cuales se ven
expuestos los niños, expresan sus creencias, gustos, recelos y valores. Para Freire, sus padres y
su profesora de infancia, Eunice Vasconcelos, desempeñaron un papel importante en este
proceso; él resalta la importancia de esa primera experiencia con la lectura, en donde el adulto
puede tener un rol significativo, promoviéndolo o dificultándolo. Ya en su adolescencia, junto a
su profesor de lengua portuguesa, José Pessoa, Freire constituye la comprensión crítica, a
través del ejercicio de la percepción crítica de los textos leídos, textos que se ofrecían a su
búsqueda inquieta. Poco después, a la edad de veinte años, Freire empieza su labor como
docente en los primeros cursos de secundaria y es allí cuando él comienza a poner en práctica
su propuesta al permitir a los curiosos estudiantes descubrir los contenidos académicos en
forma dinámica y viva, en el cuerpo mismo de los textos. La memorización mecánica de la
descripción de un objeto no primaba en el quehacer diario, por el contrario, se daba prioridad
al aprendizaje de su significación profunda; de esta manera, se lograba la memorización y
posterior fijación.

En los años 80, Freire junto con Macedo analizan los diferentes enfoques de alfabetización
tradicional y plantean el enfoque de alfabetización liberadora como solución en el marco de las
campañas de alfabetización en las colonias portuguesas en África. Dicho análisis muestra las
falencias de los modelos tradicionales al enseñar la lectura y escritura como simples técnicas
de decodificación (enfoque académico y enfoque utilitario), asimismo estos enfoques fallan al
ignorar al patrimonio cultural de los educandos (enfoque cognitivo y enfoque romántico),
silenciando sus voces. Freire y Macedo, resaltan la importancia del lenguaje en la
alfabetización y las expresiones de dicho lenguaje fuera del aula en prácticas vernáculas. Para
ello, es necesario establecer un diálogo con el educando, en donde se diferencia hablar con el
estudiente frente a hablarle al estudiante. Autores como Giroux pedagogía crítica y Cassany
nuevos estudios de literacidad entre otros, suscriben los planteamientos de Freire. Cassany,
por ejemplo, en sus estudios sobre las nuevas formas de leer y escribir del nuevo siglo, enfatiza
en la importancia de lo vernáculo, al hacer referencia al uso de las nuevas tecnologías digitales
tanto en el aula como fuera de ella.

Educación bancaria

Artículo principal: Modelo bancario de educación

Paulo Freire en su libro Pedagogía del oprimido hace una crítica a la educación que toma a los
educandos como recipientes en los cuales será depositado el saber. A este tipo de educación la
llamó bancaría o pedagogía tradicional de los opresores puesto que, el educador es el único
poseedor de conocimientos y es él quien va transmitir los conocimientos a los educados, de tal
forma que estos se convierten en sujetos pasivos y por tanto en sujetos oprimidos. En vez de
comunicarse, el educador hace comunicados, meras incidencias, mientras que los alumnos
reciben pacientemente, memorizan y repiten.

Freire hace referencia a una de las actividades que comúnmente desarrolla el docente, la
narración. Nos dice que "La narración, cuyo sujeto es el educador, conduce a los educandos a
la memorización mecánica del contenido narrado. Más aún, la narración los transforma en
“vasijas”, en recipientes que deben ser “llenados” por el educador. Cuando más vaya llenando
los recipientes con su depósitos, tanto mejor educador será. Cuanto más se dejen “llenar”
dócilmente, tanto mejor educandos serán.”

En la concepción bancaria de la educación, el saber es una donación de los que se consideran


sabios a los que juzgan ignorantes; el educador sabe, el educando no sabe. La educación
liberadora hace que el educador sea también educado por educando, de manera que ambos
pasan a ser educador-educando, los humanos nos educamos en común. La educación
liberadora asume el conocimiento de la realidad como un proceso de concientización mutua y
comunitaria, de carácter dialógico y creativo.

Freire consideró que la educación bancaria debe cambiar a una educación con una visión
crítica del mundo en donde vivimos, puesto que, no permite la conciencia de la realidad y la
liberación de los educandos y sólo sirve a la clase dominante u opresora.

Pedagogía de la pregunta

Otra de las propuestas que realizó este pedagogo, se titula la pedagogía de la pregunta, que
plantea en su libro Hacia una pedagogía de la pregunta. Esta pedagogía se basa en la creación
del conocimiento a través de preguntas, donde el alumnado tanto como el profesor o
profesora puedan aprender de ellas y provocar un enriquecimiento recíproco.

Freire considera que el conocimiento parte de la curiosidad, siendo las preguntas puramente
curiosidad, ganas de explorar. Las respuestas que se consideran la única verdad son un
bloqueo para el avance educativo, y por ello, este pedagogo consideraba fundamental enseñar
a plantear preguntas en el ámbito escolar y no centrarse en buscar una única respuesta, si no
considerar el proceso de búsqueda como lo realmente educativo.

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