DECIDUA
DECIDUA
DECIDUA
_ Histología decidual
Temprano en el embarazo, la zona esponjosa de la decidua consiste en largas
glándulas distendidas, a menudo exhiben hiperplasia marcada y separada por
estroma mínimo. Al principio, las glándulas son recubiertas por un típico epitelio
cilíndrico uterino con actividad abundante secretora que contribuye a los nutrientes
del blastocisto. Con el embarazo avanzado, los elementos glandulares
desaparecen en parte. La decidua basal contribuye a la formación de la placa
basal de la placenta (figura 5-6). La zona esponjosa de esta decidua consiste, en
un principio, en arterias y venas ampliamente dilatadas, y por término, las
glándulas casi han desaparecido. La decidua basal también es invadida por
muchos trofoblastos intersticiales y células gigantes trofoblásticas. Aunque más
abundantes en las células gigantes penetran comúnmente en el miometrio
superior. Su número e invasividad pueden ser tan extensos que se parecen al
coriocarcinoma.
La capa Nitabuch es una zona de degeneración fibrinoide en la que los
trofoblastos invasores se encuentran con la decidua basal. Si la decidua es
defectuosa, como en la placenta accreta, la capa Nitabuch por lo general está
ausente (capítulo 41, p. 778). También hay una deposición más superficial, pero
inconsistente, de la fibrina —estría de Rohr— en el fondo del espacio intervelloso
y que rodea las vellosidades de fijación. La necrosis decidual es un fenómeno
normal en el primer y probablemente segundo trimestre (McCombs, 1964). Por
tanto, la decidua necrótica obtenida mediante legrado después del aborto
espontáneo en el primer trimestre no debe interpretarse como causa o efecto de la
pérdida del embarazo. Ambos tipos de decidua contienen numerosos grupos
celulares cuya composición varía con la etapa gestacional (Loke, 1995).
Los componentes celulares primarios son las verdaderas células deciduales, que
se diferencian de las células del estroma endometrial, y numerosas células
derivadas de la médula ósea materna. La acumulación de linfocitos con
propiedades únicas en la interfaz materno-fetal es esencial para evocar
mecanismos de tolerancia que prevengan el rechazo inmunitario materno del feto.
Estos incluyen células T reguladoras, macrófagos deciduales y células asesinas
naturales (NA) deciduales. De manera colectiva, estas células no sólo
proporcionan inmunotolerancia sino que también juegan un papel importante en la
invasión de trofoblasto y vasculogénesis.