El Cultivo de La Palma Africana
El Cultivo de La Palma Africana
El Cultivo de La Palma Africana
2. TAXONOMÍA Y MORFOLOGÍA.
- Familia: Arecaceae.
- Especie: Elaeis Guineensis Jacq.
- Porte: palmera monoica con tronco erecto solitario que puede alcanzar más de 40
m de altura en estado natural. En cultivos industriales para la obtención de aceite
su altura se limita a los 10-15 m, con un diámetro de 30-60 cm cubierto de cicatrices
de hojas viejas.
- Tallo: comunica las raíces con el penacho de hojas que lo coronan. Se desarrolla
en tres ó cuatro años, una vez que se ha producido la mayor parte del crecimiento
horizontal del sistema radicular. Se inicia con la formación de un órgano
voluminoso en la base del tallo que es el bulbo, que origina el ensanchamiento en
la base del tronco y sirve de asiento a la columna del tallo. En el otro extremo del
bulbo, en el ápice del tallo, se encuentra la yema vegetativa o meristemo apical, que
es el punto de crecimiento del tallo, de forma cónica enclavada en la corona de la
palma y protegido por el tejido tierno de las hojas jóvenes que emergen de él en
número de 45 a 50. Las bases de inserción de los pecíolos que permanecen vivos
durante un largo tiempo, forman gruesas escamas que dan al árbol su aspecto
característico. Al morir éstas, caen, dejando el tallo desnudo con un color oscuro,
liso y adelgazado, característica que puede apreciarse en plantas muy viejas.
- Hojas: hojas verdes pinnadas (con foliolos dispuestos como pluma, a cada lado
del peciolo) de 5-8 m de longitud que constan de dos partes, el raquis y el pecíolo. A
uno y otro lado del raquis existen de 100 a 160 pares de foliolos dispuestos en
diferentes planos, correspondiendo el tercio central de la hoja a los más largos (1,20
m). El pecíolo muy sólido en su base y provisto de espinas en los bordes, las cuales
se transforman en foliolos rudimentarios a medida que se alejan del tallo, presenta
una sección transversal asimétrica, con tendencia triangular o de letra “D” y a
medida que se proyecta hacia el raquis se va adelgazando, manteniendo siempre
muy sólida la nervadura central.
4. REQUERIMIENTOS EDAFOCLIMÁTICOS.
4.1. Clima.
La palma africana es una planta propia de la región tropical calurosa, por ello se
ubica en aquella zonas que presentan temperaturas medias mensuales que oscilan
entre 26 ˚C y 28 ˚C, siempre que las mínimas mensuales no sean inferiores a 21 ˚C.
Temperaturas inferiores a 17 ˚C durante varios días provocan una reducción del
desarrollo de plantas adultas y en vivero detienen el crecimiento de las plántulas.
No soporta heladas.
En cuanto a las precipitaciones, las condiciones favorables para esta especie están
determinadas por la cantidad y distribución de las lluvias, que presentan rangos
oscilantes entre 1800 mm y 2300 mm al año. Sin embargo, se puede presentar el
caso de regiones con precipitaciones superiores a los 2300 mm, pero con largas
épocas de sequía, razón por la cual los rendimientos no se corresponden con el
régimen hídrico de la zona. A pesar de ello, se estima que una disponibilidad de 125
mm al mes, es suficiente para lograr las máximas producciones, lo que indicaría,
que zonas con 1500 mm de lluvia al año, regularmente distribuidas, son deseables
para el cultivo de la palma africana.
En relación a la luz, la palma africana se identifica como planta heliófila, por sus
altos requerimientos de luz. Para lograr altas producciones se requieren 1500 horas
de luz al año, aproximadamente, siendo importante la distribución de las mismas.
Por ello, las zonas que presentan valores medios mensuales superiores a las 125
horas de luz, se consideran adecuadas para el cultivo de esta planta. La insolación
afecta, además, a la emisión de las inflorescencias, fotosíntesis, maduración de los
racimos y contenido de aceite del mesocarpio.
En cuanto a la humedad relativa, es necesario un promedio mensual superior al
75%.
4.2. Suelo.
Los suelos óptimos son los de textura franco-arcillosa. En los suelos ligeros, de
textura arenosa a franco-arenosa, se presentan problemas de lavado y lixiviación de
nutrientes, por lo que su consistencia es insuficiente para el soporte de la planta.
Los suelos pesados, de textura arcillosa, presentan limitaciones para su manejo, por
la dificultad para drenarlos y por la facilidad con la que se compactan.
Por tanto, los suelos óptimos para el cultivo de la palma africana, son suelos
profundos con buen drenaje, de textura ligeramente arcillosa, con buen contenido
en materia orgánica, topografía de plana a ligeramente ondulada con pendientes
inferiores al 2% y con un nivel de fertilidad de medio a alto.
5. PROPAGACIÓN.
La selección del material de propagación es importante para asegurar altos
rendimientos y calidad en el aceite de modo que haga rentable el cultivo de la
palma. Si se utiliza semilla, ésta debe estar certificada y garantizar las siguientes
características:
Las plagas más comunes en el vivero son las hormigas, roedores, grillos y en épocas
de sequías prolongadas sin suministro adecuado de riego, pueden aparecer ácaros,
que pueden ser evitados con riegos sistematizados.
En fase de vivero se suelen descartar un 5% de las plantas por razones tales como
desarrollo de una planta inferior al promedio, folíolos soldados, dispersos o
estrechos, perímetro del cuello inferior a 25 cm etc. En general, las plantas
seleccionadas deben presentar una armonía en su arquitectura, es decir, deben
tener una altura entre 1 y 1,20 m y un mínimo de 8 hojas funcionales.
6. MATERIAL VEGETAL.
6.1. Variedades.
- Dura: posee un endocarpio grueso que protege a una, dos o tres almendras y
fibras dispersas en la pulpa.
- Pisífera: se caracteriza por la ausencia de endocarpio y en ocasiones presenta una
almendra del tamaño de una arveja y la presencia de fibras agrupadas en el centro
del fruto.
7.1. Siembra.
Por otra parte, los distanciamientos de siembra más usados son de 9 x 9 m entre
plantas, al tresbolillo y 7,8 m entre hileras, proporcionándonos una densidad de
siembra de 143 plantas · ha-1, o bien distanciamientos de 8,5 x 8,5 m entre plantas en
el mismo sistema y 7,36 m entre hileras, con el que se obtienen 160 plantas · ha-1. La
orientación de las hileras de palmas debe ser Norte-Sur.
7.2. Resiembra.
7.3. Polinización.
La acción del viento y de las abejas para trasladar el polen es muy pobre, viéndose
esta situación aún más comprometida con los materiales genéticos de alta
producción de racimos, que durante los dos o tres primeros años de producción
emiten muy pocas inflorescencias masculinas y son casi exclusivamente femeninos.
7.5. Poda.
7.6. Fertilización.
A partir del tercer año, el abonado se programa de acuerdo con los resultados de
los análisis foliares, considerando la tasa de exportación de nutrientes en los
racimos y la expectativa de producción.
8. PLAGAS Y ENFERMEDADES.
8.1. Plagas.
El adulto de Opsiphanes cassina es una mariposa café claro, de unos 72 mm con unas
manchas amarillas que forman una marca en forma de "Y" en las alas anteriores,
siendo su período de actividad de 7 a 10 días. Las larvas pueden llegar a medir hasta
90 mm, son verdes con bandas amarillas dorsales, poseen cuernos en la cabeza y
una cola en forma de “V” muy pronunciada. Su ciclo de vida tiene una duración de
unos 70 días, acortándose considerablemente durante períodos secos.
Esta plaga causa defoliaciones severas en palmas a partir de los siete años de edad,
aunque también se han observado ataques en resiembras de pocos meses de edad
cercanas a palmas adultas atacadas por la plaga. Las larvas, generalmente, pupan
en las hojas, aunque gran cantidad de ellas también lo hacen en plantas epífitas
que crecen sobre el tronco y en las malezas que crecen en el suelo.
La voracidad de las larvas es bastante alta, de forma que una única larva puede
consumir hasta tres foliolos durante su desarrollo hasta que se convierte en pupa.
Los niveles tolerables de defoliación son aproximadamente del 6,25% cuando la
plaga se sitúa en la parte superior del follaje y del 17% cuando se sitúa en la mitad
inferior de la corona.
Los métodos de control de esta plaga han sido bastante problemáticos, de forma
que la decisión de aplicar un producto insecticida debe basarse en los niveles
tolerables de defoliación, capacidad de defoliación de cada estadío y en un
conocimiento lo más exacto posible de los enemigos naturales presentes y su
capacidad potencial de reducir la población de la plaga a niveles aceptables en
generaciones sucesivas. Por ello, debe recordarse que durante las primeras
generaciones observadas durante una explosión, el nivel de parasitismo observado
es bajo, pero este se eleva considerablemente a partir de la tercera generación y
puede de por si ser más que suficiente para mantener la plaga bajo control.
El adulto de Stenoma cecropia es una mariposa de color marrón oscuro con zonas
rosadas y un penacho de escamas negras sobre el tórax. El tamaño es de 26-30 mm
en las hembras y 23-25 mm en los machos. Durante su alimentación en el envés de
las hojas, forman un envoltorio en forma de cuerno, que el gusano agranda
conforme va creciendo. Este cuerno o cápsula es construido con partículas
vegetales cementadas con excrementos y otras secreciones de la larva y el interior
del túnel está tapizado con seda, la cual se extiende fuera de la entrada y le sirve a
la larva como protección cuando está fuera del cuerno alimentándose.
El daño se inicia en las hojas bajeras, pero al aumentar la población del insecto, las
larvas aparecen en hojas cada vez más jóvenes.
Las larvas de esta mariposa son fuertes defoliadores que pueden consumir hasta 50
cm2 de tejido individualmente. Los primeros ataques normalmente se inician a la
orilla de espacios abiertos tales como caminos, canales, etc. El índice crítico se ha
establecido en 70-80 larvas en la hoja 17 para la palma adulta, siendo el nivel de
referencia en la palma joven (3-5 años) de 35 larvas por hoja. Durante los chequeos
se puede abrir el cuerno para constatar si la larva está saludable o parasitada. Con
experiencia la presencia de un gusano activo se detecta al ver cerca de la guarida
los gránulos de excremento fresco y la tela recién hilada. Si no se observa tela o
excrementos nuevos, y el borde alrededor de los sitios de alimentación está seco, es
indicio de que la larva ha muerto o está pupando.
Generalmente, los ataque más fuertes ocurren en las estaciones más lluviosas, ya
que las épocas secas favorecen el ataque de los enemigos naturales del insecto.
La avispa Rhysipolis spp. ataca las larvas entre los estadíos 5-8 estados, siendo el
nivel de parasitismo muy elevado durante el período seco. Otra avispa, Elasmus spp.,
también puede ser importante bajo ciertas circunstancias.
La especie Sibine fusca es tal vez la más común en la palma africana. El adulto es
una mariposa nocturna cuyas alas delanteras son de color rojo-marrón y las
traseras marrones. El tamaño es del macho es de 34 mm y el de la hembra de 50
mm. Cuando están en reposo, las alas posteriores descansan sobre el cuerpo del
insecto en forma de techo. Los adultos tienen el aparato bucal atrofiado y no se
alimentan.
La pupa es también urticante, de color café claro y aparece en grupos sobre las
bases peciolares. Cuando son pequeñas se alimentan de la epidermis del envés de
las hojas y después del quinto estadío son capaces de comerse todo el tejido de las
hojas excepto las nervaduras. Durante todo su desarrollo una larva puede
consumir el equivalente a uno y medio foliolos.
Esta plaga al igual que otros defoliadores, tiene muchos enemigos naturales, entre
ellos avispas, moscas parasitoides y chinches depredadores, los cuales permiten un
buen control de la plaga en condiciones naturales. Cuando se presenta un brote
fuerte, se debe tratar de realizar un buen manejo de malezas, y si hay una fuerte
defoliación esta debe pararse con aplicaciones aéreas de Bacillus thuringiensis.
Gusano Cipres (Automeris spp.)
Las larvas de Automeris spp. son verdes y urticantes y se localizan en el envés de las
hojas especialmente en las de mayor edad. Esta plaga tiene una alta potencialidad
defoliadora pudiendo llegar a consumir las larvas individualmente, el equivalente a
cuatro foliolos. El índice crítico se ha establecido en 50-80 gusanos por árbol.
Las hembras adultas carecen de patas, antenas, aparato bucal y de alas funcionales,
y durante todo su ciclo permanecen dentro de una canasta o cesto que forman a
partir de residuos vegetales y secreciones. Los machos también forman esta
canasta pero en su etapa adulta son voladores nocturnos de unos 32-52 mm de
tamaño, de color pardo o negro y con puntos blancos.
Las larvas pueden consumir unos tres foliolos, durante todo su ciclo. Estas cuentan
con un buen mecanismo de dispersión, ya que a ciertas horas del día,
especialmente por las mañanas, estas se cuelgan de un hilo de seda muy fino casi
hasta el nivel del suelo, siendo muy fácilmente dispersadas por el viento o
transportadas por personas o animales que caminen dentro de la plantación.
El daño directo lo causan las larvas que taladran y destruyen los tejidos internos en
el tallo y el cogollo. Cualquier herida atrae a los adultos que depositan allí sus
huevos. El ataque de las larvas puede matar una planta debido a daños en el
meristemo principal o bien al desarrollo de pudriciones causadas por
microorganismos.
Strategus aloeus
Debido a que los mayores ataques se presentan en siembras nuevas cuando existen
cúmulos de materia orgánica en descomposición se debe favorecer el desarrollo de
una leguminosa de rápido crecimiento sobre esta materia. Al estar cubiertos por la
leguminosa o maleza, los troncos dejan de ser atractivos para la hembra que no los
encuentra o bien no puede realizar la puesta.
Hormigas
El daño causado por las hormigas zompopas o arrieras puede ser serio si no se
mantiene un programa de control permanente. La destrucción de hormigueros
debe iniciarse lo antes posible, pues la eliminación de grandes colonias es más
difícil y costosa. Lo más recomendable para combatirlas es la colocación de cebos
en los caminos de mayor actividad, aproximadamente a un metro y medio de la
boca del hormiguero.
Ratas
8.2. Enfermedades.
Antracnosis
Los ataques de la antracnosis son favorecidos por condiciones de estrés sobre las
plantas, en particular excesos de sombra, desbalances nutricionales y un
suministro inadecuado del agua. Bajo estas condiciones la respuesta a los
fungicidas es muy limitada, por lo cual se debe empezar el combate mejorando las
condiciones agronómicas del vivero.
La infección se facilita cuando las plantas están muy juntas y las hojas se rozan
entre ellas, por lo que se recomienda a veces aumentar las distancias de siembra,
pero antes de que las raíces hayan traspasado las bolsas, o de lo contrario la planta
sufre un estrés muy fuerte. Una película persistente de agua sobre las hojas
favorece el ataque.
Pestalotiopsis
Las lesiones en la palma africana aparecen generalmente en las hojas bajeras pero
en ataques severos sólo las hojas más jóvenes aparecen libres de manchas.
Inicialmente las lesiones son de apariencia grasosa color café claro y luego blanco
grisáceo o cenizo y frecuentemente se rodean de una zona color amarillo
anaranjado. Al crecer, la lesión toma un aspecto zonado y se juntan unas con otras
secando amplias zonas de tejido. Las partes más viejas de la lesión se cubren de
unos puntitos negros.
Los síntomas más clásicos se producen cuando las hojas más viejas o intermedias
amarillean y se secan progresivamente, avanzando estos síntomas hacia hojas cada
vez más jóvenes. Las hojas de mayor edad suelen quebrarse en el peciolo a corta
distancia del tronco y la parte distal permanece colgando por largo tiempo. Al
partir transversalmente el tronco de estas palmas se nota un anillo de tejido color
pardo, crema, o rosado de unos pocos centímetros de grosor y localizado
generalmente cerca de la periferia del tronco. En algunos casos el anillo no es
continuo en toda la longitud del tallo apareciendo en la parte superior, pero es
aparentemente inexistente en la parte media y puede reaparecer en la región basal
como un área de color rosado pálido.
No parece existir mayor duda del papel de Rhynchophorus palmarum como vector
activo de Bursaphelenchus cocophilus, pero la presencia de insectos contaminados
con el nematodo no necesariamente implica la aparición y desarrollo de la
enfermedad del anillo rojo.
Por otro lado, cuando la palma esté fuertemente atacada por el picudo debe botarse
y partirse en secciones que luego se abren longitudinalmente y se les aplica un
insecticida.
Debido a que el picudo es atraído por cualquier tipo de heridas del tronco, éstas
deben evitarse al máximo, especialmente durante la cosecha y poda. También debe
prestarse atención a la pudrición común de la flecha, daños por ratas, viento, etc.,
especialmente en palmas que han entrado en la etapa de susceptibilidad al ataque
del nematodo, pues en estos casos será aconsejable tratar la parte con un
insecticida para evitar los riesgos de las visitas del insecto vector.
Las plantas que presenten estos síntomas deben ser cortadas, y la porción enferma
del tronco separada del tejido sano. Todos los remanentes del bulbo basal,
incluyendo parte de las raíces, deben sacarse del suelo. Se recomienda aplicar al
tronco sulfato de amonio o urea para acelerar su descomposición. Si se dispone de
los medios adecuados, es aconsejable incinerar el material enfermo. Cuando la
enfermedad no está muy avanzada, puede aplicarse un arboricida en el tejido aún
sano.
Fractura de la corona
Las plantas afectadas por este fenómeno presentan varias de las hojas jóvenes
dobladas hacia un lado del tronco, siendo el grado de inclinación variable y
provocando en casos extremos la quiebra completa de la corona. Cuando la
fractura se produce por encima del punto de crecimiento la palma puede
recuperarse por sí sola, aunque lo más frecuente es que estas fracturas sean
invadidas por hongos y bacterias oportunistas que causan pudrición de los tejidos
atrayendo a Rhynchophorus palmarum.
Una porción considerable de las plantas con fractura de corona pueden ser
recuperadas mediante la poda de las hojas jóvenes afectadas. Posteriormente es
necesario aplicar un insecticida para prevenir ataques del picudo.
La pudrición de los racimos (falla) se produce con mayor frecuencia en los periodos
de máximo rendimiento y en las palmas jóvenes, lo cual liga esta condición con
una causa fisiológica, ya que no se ha identificado ningún microorganismo como
agente causal del problema.
En el caso de la pudrición distal del racimo, los principales síntomas son la pérdida
del brillo natural de un grupo de frutos en el extremo del racimo, desprendiéndose
posteriormente esta sección antes de la cosecha o en el momento en que el racimo
cae al suelo después de ser cortado.
9. RECOLECCIÓN.
10. APLICACIONES.
La palma aceitera genera una gran variedad de productos y subproductos que son
utilizados en la alimentación y la industria.
- Esterilización: se realiza a una presión de vapor de 2-3 kg · cm-2 durante 30-45 min
dependiendo del estado de madurez de los racimos. Los objetivos de la
esterilización son facilitar el desprendimiento de los frutos del raquis, reducir los
ácidos grasos libres del aceite, posibilitar el proceso de extracción del aceite al
suavizar el mesocarpio y facilitar el proceso de clarificación del aceite.
-Secado y ensacado de las almendras: una vez separadas las almendras, estas
tienen aproximadamente un 20% de humedad, la cual es inadecuada para el
almacenamiento de las mismas. El método de secado más utilizado son los silos
con secadores de aire caliente, en cuya parte inferior están incorporadas las rejillas
vibratorias por donde salen las almendras secas al 6-7% de humedad para ser
ensacadas y almacenadas.