Alcoseri. La Gran Luz Masónica
Alcoseri. La Gran Luz Masónica
Alcoseri. La Gran Luz Masónica
El Masón comenzará su camino hacia la Luz, ubicados entre dos mundos, el físico y el
espiritual, el de lo pequeño y lo enorme.
Comenzaremos ahora con realidades tangibles, para que luego nos permitirán mirar
hacia el simbolismo masónico.
Qué lugar ocupa el Ser Humano en este Universo, qué lugar ocupa entre lo micro y lo
macro. En primer lugar, debemos tratar de tomar conciencia del lugar del Ser Humano en el
universo, un ser Humano atrapado entre lo infinitamente grande y lo infinitamente pequeño. El
homo sapiens, apareció hace 500.000 años. Y desde que el ser humano es pensante, siempre
les ha asombrado este vasto y profundo universo.
Todo hombre tiene la sensación, cuando desvía su mirada hacia las estrellas, de sentir
un mundo infinitamente grande sobre él. Las estrellas representan un mundo desconocido;
inalcanzable. Y sin embargo, poder alcanzar las estrellas al menos con la imaginación es posible,
así podemos, gracias a un trabajo interior, acercarnos a estas estrellas tan hermosas y tan
misteriosas. La estrella y su simbolismo en Masonería es profundo.
Es gracias a la Luz que nos fue dada durante nuestra iniciación en la Logia que nos será
posible guiarnos en el camino iniciático hacia el oriente sin obstáculos. Sentí durante mi
iniciación un momento de emoción y sentimientos intensos cuando me ofrecieron la gran luz.
Yo, profano, era un tosco pedazo de piedra, era un hombre ávido de conocimiento pero alejado
de la realidad masónica. Esta luz dada por la Institución Masónica es equivalente a la belleza de
la luz de las estrellas. Esta aura luminosa del cielo se da a todos los hermanos masones. Frente
a mí al momento que me retiraron la Venda que cubría mis ojos vi entre otras cosas a la mágica
estrella, el techo de mi logia está repleta de estrellas y posado entre columnas esta la visión
del delta luminoso.
La luz de una estrella nos llega con cierto retraso. Este intervalo de tiempo corresponde
ciertamente al camino que debe recorrer el aprendiz para poder parecerse a estos hermanos.
La luz percibida de una estrella se puede ver con un retraso de muchos años. De hecho, las
estrellas más cercanas están a una distancia de 700 millones de años luz (las Pléyades son las
más jóvenes de la Vía Láctea).
Una estrella es una gigantesca bola de gas lo suficientemente densa y caliente como
para iniciar y mantener reacciones de fusión termonuclear en su interior. Estos se manifiestan,
para un observador externo, por una emisión de neutrinos y radiación electromagnética, la
mayor parte de la cual se emite al nivel de la fotosfera en forma de luz.
Los nombres de las estrellas más conocidas visibles a simple vista incluyen el nombre de
la constelación en la que se observan. La letra del alfabeto griego que precede al nombre de la
constelación califica su aparente brillantez. La declinación del alfabeto griego corresponde a
una clasificación decreciente de brillantez. Alpha Centauri es la estrella más brillante de la
constelación de Centauro.
El número de estrellas visibles a simple vista desde la Tierra son de unos cuantos miles,
aunque su número es de millones de millones de estrellas, la mitad de ellas en el hemisferio
norte del cielo y la otra mitad en el hemisferio sur. En cualquier momento de la noche, en
cualquiera de los dos hemisferios, se ven en promedio dos mil estrellas; los otros están
oscurecidos por la neblina atmosférica, especialmente cerca del horizonte. Sin embargo, los
astrónomos estiman que 100 mil millones, de estrellas componen nuestra galaxia, la Vía Láctea,
que incluye el Sistema Solar. Nuestra galaxia, a su vez, es solo una galaxia espiral "ordinaria"
entre varios cientos de millones de galaxias observables a través de grandes telescopios
modernos.
Este trabajo catártico que podrá eliminar todos los pensamientos profanos permitirá al
hombre, el masón, abrirse a la luz. Tendrá que romper su átomo para revelar su estrella, su yo
interior. Es a través de la introspección y el autoconocimiento que uno puede aspirar a poder
ofrecer su ser a la Masonería. Los átomos por partículas positivas y negativas se atraen entre sí.
Nos reunimos mis hermanos sin saber si el nuevo iniciado será blanco o negro, pero será guiado
por un hermano sobre el mosaico del pavimento para tratar con cada tenida de tener un
sentimiento de felicidad y bienestar, todos los átomos que están en escucho con benevolencia
la luz, los consejos dados por mis hermanos, esta luz simbólica proveniente del delta luminoso y
es transmitida a la logia por medio del venerable maestro.
Sin dejar de ser pragmáticos y racionales, quizás seamos mis hermanos, la línea, el
equilibrio que se encuentra entre estos dos mundos. La estrella resplandeciente dirige a los
hermanos masones por el camino de la iniciación, por el camino espiritual del hombre. El
masón siempre pedirá más luz, siempre más conocimiento porque en este mundo separado
entre lo infinitamente grande y lo infinitamente pequeño, es un hombre que sabrá encaminarse
por el camino del conocimiento.
Bajo la luz de esta estrella, se ofrecerá al iniciado el camino del camino real. En cada
templo cuando miro hacia arriba veo una luz intensa, viva, casi inaccesible proveniente del
universo que ilumina el piso ajedrezado de los templos masónicos.
Según el taoísmo, todos los fenómenos biológicos tienen el mismo origen: la circulación
de energías de naturalezas opuestas, Yin y Yang. Este flujo, estos movimientos ininterrumpidos
serían visibles en todo el mundo viviente desde el átomo hasta el planeta. Esta luz que ilumina
al hombre, le permite volver a su origen, a su creación divina.
Cualquier francmasón puede evolucionar para convertirse en una estrella que ilumine
los caminos de la Humanidad. Pero para eso, el aprendiz de Masón tendrá que ser guiado por
hermanos masones que sabrán orientarlo sobre el piso ajedrezado del templo para no perderse
en una dirección equivocada. Podemos actuar sobre los átomos, sobre los hombres, para tratar
de guiar al mundo profano. El aprendiz llegará con la ayuda de un hermano experto a este
aprendizaje mediante un trabajo masónico regular y una actitud afable hacia el prójimo.
Como navegante, me especialicé en navegación celeste; usé estas estrellas para saber
cómo dirigirme. Fui permanentemente como un aprendiz en el camino iniciático. Fui guiado en
todo mi camino por una estrella, lo transcribiría por un hermano sabiendo ser guía, un pilar,
una estrella polar del aprendiz. Porque en el mar de noche si nos perdemos, inequívocamente
siempre estará la Estrella Polar que guiará a su navegante a su puerto seguro. Siempre habrá un
destello en la oscuridad, en las dudas. La estrella fulgurante en la logia deberá guiar a las almas
perdidas en la nada, en la ambigüedad. En la confusión de la vida seré guiado por esta estrella
tan pura, no hay un solo momento, sin una mirada un poco furtiva pero llena de interrogantes
hacia este símbolo masónico. En cada taller tratamos de elevarnos hacia esta estrella polar.
"La humanidad debe elevarse por encima de la Tierra, al techo de la atmósfera y más
allá, porque solamente eso nos permitirá entender el mundo en que vivimos."
Cada hermano tendrá que ayudar a su prójimo fuera del mundo del existencialismo. Por
otro lado, Jean‑Paul Sartre considera al hombre como una conciencia, preocupada por su
propia contingencia dentro del mundo; del en sí. Buscando apoyo alternativamente en la acción,
en los demás, en un valor supremo, el hombre se encuentra recluido en sí mismo y en su
soledad, siempre abrumado, aplastado por el mundo, el tiempo, la nada.
La luz de la que procede toda vida existe en tres aspectos, a saber: la luz que se
manifiesta como inteligencia, la luz de lo espiritualmente abstracto y la luz física del sol. La
actividad de esta Luz Única funciona en estos tres aspectos diferentes. Estos tres aspectos
diferentes se encuentran en la doctrina de la Trinidad y la de Trimurti que existió entre los
hindúes miles de años antes del cristianismo y que indica los tres aspectos de la Unidad, siendo
el Uno tres. La sustancia comienza a desarrollarse en la radiación, hasta el átomo, pero existe
antes como vibración. El hombre acepta lo que ve como algo existente; lo que no puede ver no
existe para él. Todo lo que el hombre percibe, ve, siente, es materia y lo que es la fuente y la
causa de todo es espíritu. Esta unidad de 3 también se encuentra en Las estrellas Alnitak,
Alnilam, y Mintaka, que forman el conocido "Cinturón de Orión", también llamadas "Las tres
Marías. Siempre esta referencia de uno siendo tres.
Independientemente del plano en el que exista, cada forma se genera de acuerdo con la
ley de afinidad. Todo átomo positivo atrae al átomo negativo de su propio elemento y el
negativo atrae al positivo; sin embargo, cada atracción es diferente y distinta. Estos átomos se
agrupan y forman juntos un elemento. Los átomos del plano abstracto se agrupan y constituyen
formas de luz y color; el que está dotado de perspicacia los percibe, como también percibe
todas las diferentes formas de las fuerzas sutiles de la vida.
Las formas del plano mental se componen de los átomos de este plano; el ojo de la
mente puede verlos y se llaman imaginación. En el plano físico vemos que no sólo los hombres
habitan juntos en la ciudad y el campo, sino que las bestias y los animales viven en bandas y
manadas. Hay miles de árboles en el bosque y ni uno solo en el desierto. Todo nos prueba este
poder de afinidad que une y agrupa los átomos de especies semejantes.
Nos une hoy 17 de agosto de 2022 y una cierta afinidad que nos une, seamos masones
o no lo seamos. Los masones están unidos para bien y no para mal.
El hombre, el masón es para guiarse por este mundo de lo infinitamente pequeño y lo
infinitamente grande, lo sabrá gracias a un trabajo, a una introspección evitando los dogmas
para elevarse y tratar de acercarse a la ideal estrella luminosa.
La construcción del sistema astrológico nos sitúa el lugar del hombre en su universo. En
el centro está la tierra quieta con el hombre y su supremo punto de referencia, su propio centro,
su conciencia, desde la cual aprehende lo que le rodea. Alrededor, la esfera de las fijas, las
estrellas, que sí pueden considerarse fijas a escala humana. Trazando finalmente sobre esta
esfera un cinturón oblicuo y constelado, los errantes, nuestros planetas, el sol y la luna.
El Universo no está compuesto por objetos separados, sino por una red de relaciones
entre campos de fuerza que los une. El sustrato del universo es energía en varias dimensiones.
Esta luz de las estrellas permite a cada hermano salir del mundo de las tinieblas. Porque
si no sabemos a dónde vamos, si no tenemos un guía, ¿cómo iremos por el camino del
conocimiento?
Así en Masonería "la estrella dorada flamígera es la manifestación del ser de luz, centro
del microcosmos humano. Son estas estrellas las que los vigilantes y los venerables harán
visibles durante las Tenidas Masónicas.”
Ella es representante del hombre perfecto. Cuanto más avanza el masón hacia la luz,
más aumenta la distancia. Esto puede significar que el conocimiento último está más allá de lo
que uno imagina, y siempre será necesario con humildad y conciencia tener que cuestionar el
propio conocimiento. Los caballeros Templarios decían "uno solo puede transmitir lo que
posee."
El venerable, colocado en el Oriente, posee la luz de esta estrella; está rodeado por esta
maravillosa aura. Él es el reflejo de esta luz y la transmite a estos hermanos en el taller.
"La Venerable Luz Maestra". El Francmasón necesita esta luz. Se encontraría insatisfecho
sin ese brillo sin ninguna chispa del universo. Vinimos a buscar esta luz, aquí está nuestra meta.
El aprendiz, aunque tenga hermanos cerca de él, deberá acoger esta luz solo, porque ninguna
experiencia de otro masón podrá ayudarlo. La masonería lleva a los iniciados por el camino de
la Luz mucho más allá de los dogmas que estigmatizan a lo profano en su vida cotidiana. El
masón será como un prisma, podrá descomponer la luz, podrá analizarla para poder
comprenderla y acercarse a ella como un navegante que va hacia un faro para salir de la niebla
oscura. Habrá que perseverar en el camino del Camino Real porque para evolucionar es
necesario que “la luz invada la totalidad de su manifestación material, así un masón se
convierte en un verdadero iniciado.”
Cada masón que llegó al excelso grado de Eterno Aprendiz tendrá necesariamente que
acercarse y meditar sobre esta estrella masónica y su luz porque mientras permanezca distante
de la estrella, no tendrá guía fiable, es como la estrella polar del navegante, sin volver a una
observación meditada sobre la estrella; muchos malos masones estarán convencidos de que ya
poseen la realidad, y para ellos no será posible ninguna evolución. Es necesario saber acoger
esta luz que viene de arriba hacia abajo, permaneciendo humildes y abiertos a esta acción.
La bóveda estrellada de las Logias también puede significar que todas las tenidas se
pueden hacer al aire libre y la luz puede brillar en nosotros ya no desde el mediodía hasta la
medianoche, y así eternamente.
Alcoseri.