Psoriasis 16

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Facultad de Ciencias Médicas Mayabeque

Policlínico Docente: “Luis Li Trigent”

Tema: Psoriasis

Autores:
1.Edward Robert Alfonso González
2.Verónica Burgos Llanes
3.Laura Díaz Torres
4.Linsay González Rodríguez

5to Año Medicina Grupo 2


2022

Definición
El primero en emplear el término psoriasis, del griego psora, prurito, fue
Galeno, para designar una dermatitis pruriginosa del escroto. Hipócrates la
clasificó dentro de las erupciones escamosas. Willan, en 1809, y Hebra, en
1841, hicieron la descripción exacta de esta enfermedad. Van Scott y Ekel, en
1963, demostraron el estado hiperproliferarivo de los queratinocitos en la piel
de los psoriásicos.

Es una enfermedad inflamatoria, crónica, que se caracteriza por presentar


lesiones maculosas o maculopapulosas, recubiertas por escamas
estratificadas, con tendencia a las recidivas y a la localización casi siempre
simétrica.

Sinonimia: Psoriasis vulgar.

Constituye del 3 al 5 % de los casos de la práctica dermatológica corriente. Se


presenta en todas las latitudes, es más frecuente en las edades próximas a la
pubertad y la adolescencia, no es contagiosa, es familiar en el 5 % de los casos
y se observa con menos frecuencia en la raza negra.

Patogenia

La causa que la origina es desconocida y se considera multifactorial, a pesar


de que se han demostrado múltiples anormalidades en la cinética celular, la
histomorfología y la bioquímica, y de tener un cuadro clínico bien definido, de
ahí que se invoquen en su mecanismo de producción factores genéticos,
inmunológicos, infecciosos, metabólicos, medicamentosos, endocrinos,
psicógenos y ambientales.

Factor genético

Se ha comprobado la asociación con determinados antígenos, entre ellos HLA


A1, B13, B17, B27, B37, B57, CW6, Dr7, Dqw3.

Se ha visto, además, psoriasis en gemelos, lo que confirma el papel de la


herencia, sin aclarar los mecanismos; la tasa de concordancia es mayor en los
monocigóticos que en los bicigóticos. También es más frecuente en hermanos
de pacientes psoriásicos y en los que uno de los padres padece la enfermedad.
Factor inmunológico

En los últimos años la causa autoinmune de la psoriasis ha ganado en


importancia, pues existen evidencias de que los linfocitos T y los queratinocitos
desempeñan un importante papel.

La presencia de células T activadas en la psoriasis es el hecho de que los


queratinocitos de la epidermis psoriásica exhiben una expresión HLA-DR, lo
cual indica la producción local de interferón gamma, que es producido
solamente por células CD4+ activadas, por lo que esta citoquina es la única
capaz de inducir dicha expresión. Estos linfocitos producen además otras
citoquinas como IL-2, IL-6, IL-8, entre otras que inducen la proliferación de los
queratinocitos.

Actualmente los queratinocitos están considerados como un componente activo


del sistema inmune de la piel, con capacidad de secretar citoquinas, las cuales
pueden ser importantes para el tráfico de linfocitos y monocitos de sangre
periférica hacia la epidermis. Entre estas citoquinas se encuentran el factor
quimiotáctico de linfocitos, IL-1, IL-6, IL-8, leucotrieno ß4, TGF- y TGF-ß
(transforming growth factors), entre otros.

Factor infeccioso

Se ha observado que existe una relación entre la psoriasis en gotas y la


presencia de una infección estreptocócica, fundamentalmente a nivel de la
orofaringe. Existen estudios en los que se ha identificado una proteína presente
en la superficie del estreptococo beta hemolítico que es altamente antigénica y
tiene una configuración similar a las subunidades de la queratina humana, por
lo que los anticuerpos antiestreptocócicos pueden actuar también contra la
queratina y producirse una actividad cruzada, lo que puede constituir un hecho
relevante en la patogenia de la psoriasis posestreptocócica.

Otros hallazgos que apoyan la causa infecciosa es la presencia de niveles


elevados de anticuerpos antienterobacterias en pacientes con artritis
psoriásica.

Factor metabólico
Se ha concentrado la atención en las posibles anomalías metabólicas que
podrían explicar los trastornos encontrados en la psoriasis, y se sugiere la
posibilidad de la existencia de un sistema AMP-cíclico defectuoso, así como de
niveles elevados de ácido araquidónico y sus productos. Este ácido es liberado
por la epidermis activa que lo transforma en una serie de sustancias
mediadoras de la proliferación celular e inflamación.

También se ha demostrado que las poliaminas están implicadas en la


proliferación celular y parece ser que en la psoriasis algunas aminas
policatiónicas poseen niveles elevados, al igual que la enzima ornitín
descarboxilasa.

Por otro lado, la actividad proteinasa está aumentada en la epidermis


psoriásica, lo mismo que los activadores del plasminógeno, lo que contribuye a
la diferenciación y proliferación epidérmica.

Factor medicamentoso

Algunos medicamentos como la mepacrina y la cloroquina pueden exacerbar la


psoriasis, e incluso desencadenar una forma exfoliativa generalizada; los
agentes bloqueadores adrenérgicos como el propanolol pueden tener efectos
adversos sobre la enfermedad, aunque se dice que esto es poco frecuente.

El litio se ha considerado un agente desencadenante importante, al igual que el


alcohol, que en grandes cantidades parece agravar las lesiones en pacientes
psoriásicos.

Factor endocrino

En la pubertad y la menopausia se producen picos de incidencia; se ha


observado una tendencia de la psoriasis a mejorar con el embarazo y
reaparecer después del parto, con mayor resistencia al tratamiento. Se ha
encontrado, además, una gran asociación entre diabetes mellitus y psoriasis,
así como resistencia a la insulina en los pacientes aquejados de esta
enfermedad.

Factores psicógenos
Diferentes estudios realizados, así como los antecedentes recogidos en las
historias clínicas de los pacientes psoriásicos, sugieren que el estrés emocional
puede ser un factor desencadenante y perpetuante.

Igualmente se ha comprobado que un tanto por ciento elevado de pacientes


psoriásicos presenta trastornos de la personalidad y síntomas psiquiátricos
variados.

Factor ambiental

Los datos sugieren que el clima cálido mejora la psoriasis y por tanto la luz
solar es beneficiosa, pues parece inhibir la síntesis del ADN y reducir las
mitosis, disminuyendo también la proliferación celular. Sin embargo, se ha
apreciado una pequeña proporción de casos en los que la enfermedad es
provocada por la luz solar intensa y se produce una exacerbación veraniega de
las lesiones localizadas en zonas expuestas.

Mientras que la psoriasis es una entidad clínica bien definida desde hace más
de un siglo, la patogenia es todavía un tema de debate, a pesar de la
demostración de múltiples anomalías, entre ellas una marcada
hiperproliferación de queratinocitos con expansión vascular, activación
fibroblástica, infiltración leucocitaria y alteraciones del metabolismo de los
eicosanoides y de la producción de citoquinas.

Cuadro Clínico

La lesión característica de la psoriasis es una placa eritematoescamosa con


extensión variable. El número de lesiones en la psoriasis varía desde algunas
hasta centenares de ellas.

Son generalmente redondas u ovales. Su tamaño varía desde el de la cabeza


de un alfiler hasta grandes placas que cubren toda la región. Los bordes son
bien limitados y están cubiertos de escamas gruesas micáceas, nacaradas. El
raspado metódico de estos elementos da 3 signos característicos:

1. Signo de la mancha de esperma. Se produce al raspar con una cureta


o con la uña las escamas que han estado expuestas al aire y a la
suciedad, las cuales se desprenden y dejan una superficie blanca que
recuerda la esperma de una vela.
2. Signo de la película despegable de Brocq. Aparece después de quitar
las escamas micáceas por raspado sucesivo llegando a una superficie
roja, lisa, pudiéndose arrancar una película epitelial fina de varios
milímetros.
3. Signo de Auspitz o del rocío sangriento. Aparece por debajo de la
película despegable en forma de finas goticas de sangre.

La psoriasis generalmente no se acompaña de síntomas subjetivos, pero en


algunos pacientes se presenta con prurito ligero, moderado y hasta intenso. Es
notable la tendencia de las lesiones a distribuirse simétricamente y su marcada
preferencia por los codos, las rodillas, la región sacra y el cuero cabelludo. No
obstante pueden localizarse en cualquier región del tegumento, incluso en la
cara, las palmas y las plantas, los órganos genitales, el lecho ungueal, etc.

En el cuero cabelludo es de destacar que los cabellos atraviesan las escamas,


no produce alopecia y rebasa la línea de implantación del pelo.

Las uñas se afectan de forma muy variable y es más elevada la incidencia en


los casos con daño articular. El tipo más frecuente de afectación ungueal
consiste en depresiones puntiformes profundas en la lámina ungueal que
recuerdan un dedal. En la uña también se presentan cambios de coloración,
desprendimiento de la tabla ungueal, hiperqueratosis subungueal y deformidad.

Cuando se localiza en los pliegues de flexión de las articulaciones, las ingles y


las axilas, se presenta de color rojo intenso, poco o nada escamosa, infiltrada y
segregante.

El estado eritrodérmico puede sobrevenir en esta enfermedad y en ocasiones


se atribuye a la aplicación de medicamentos tópicos mal tolerados por el
paciente; otras veces se instala de inicio y se acompaña de toma del estado
general.

Muy importante por su gravedad es la asociación con manifestaciones


articulares. Es una artropatía progresiva que toma las articulaciones de los
dedos y raramente las grandes articulaciones, además de ocasionar
deformidades dolorosas. Se acompaña de lesiones cutáneas de psoriasis
vulgar o de eritrodermia psoriásica.
La evolución de la enfermedad es crónica, con brotes de agudización, cuya
duración y frecuencia varía de un enfermo a otro. A veces se logra hacer
desaparecer la mayoría de las lesiones en un paciente por períodos de
duración variable, pero la recidiva es lo más frecuente. La curación definitiva no
puede afirmarse en ningún caso.

No existe aún una profilaxis para la psoriasis, no es curable, sin embargo, los
brotes pueden dominarse con un tratamiento adecuado. Se presentan
remisiones espontáneas que pueden durar un tiempo breve, largo o muy largo.

Desde hace tiempo se ha observado que cuando el paciente se encuentra en


período de actividad de la enfermedad, ligeros traumatismos pueden
desencadenar lesiones de psoriasis. Así, se ha visto aparecer estas lesiones a
lo largo de una línea de excoriación producida por el propio paciente al
rascarse, es el llamado fenómeno de Koebner, que no es un signo
patognomónico de la psoriasis, pues se observa en otras enfermedades.
Koebner, descubridor de este fenómeno en la piel psoriásica en 1892, habló de
“una predisposición hereditaria en la piel misma del psoriásico”.

Formas clínicas de la psoriasis

1. Por la forma de las lesiones


 Punctata: Cuando se presenta en forma de pequeñísimas
lesiones, como puntos eritematosos algo elevados y escamosos.
 Guttata: si el tamaño es mayor hasta adquirir el aspecto de una
gota.
 Numularis: cuando las lesiones alcanzan el tamaño de las
monedas
 Escutular

2. Por su localización
 Del cuero cabelludo
 Facial
 Palmo-Plantar
 Genital
 Invertida

3. Por su morfología
 Microcircinada
 Anular
 Gyrata
 Figurata
 Rupioide u ostrácea
 Liquenoide
 Húmeda o eccematosa
 Pustulosa

4. Por su evolución
 Frustada o Atenuada
 Aguda
 Crónica
 Invertida

5. Por su época de presentación


 De invierno
 De verano

6. Por su estadio
 Estacionaria
 Progresiva
 Regresiva

7. Por su extensión
 Localizada
 Diseminada
 Generalizada
 Universal
La eritrodermia (estado rojo universal y escamoso) puede sobrevenir
secundariamente en la evolución de la enfermedad. Para algunos es una
complicación y para otros, una forma clínica.

Una variedad clínica de interés por su gravedad es la psoriasis artropática.


Consiste en artropatías progresivas del tipo de la artritis crónica deformante; se
caracteriza por deformaciones dolorosas que dan al paciente una lastimosa
apariencia. Estos síntomas van acompañados de lesiones cutáneas de
psoriasis vulgar o de eritrodermia psoriásica.

Otras formas clínicas menos frecuentes son:

1. Psoriasis de las mucosas: Suele presentarse a nivel de la mucosa oral


en forma de placas blanquecinas de aspecto leucoplásico o liquenoide, y
en la lengua áreas depapiladas de bordes geográficos. También puede
localizarse en la mucosa genital.

2. Psoriasis pustulosa: Se trata de una pustulosis amicrobiana que debe


diferenciarse de la infección bacteriana de una psoriasis vulgar. Se
puede presentar en forma localizada (psoriasis pustulosa palmoplantar
de Barber) y en forma generalizada como la psoriasis pustulosa aguda
generalizada tipo Zumbuch, particularmente grave.

Diagnóstico

Está basado en las características clínicas, la evolución y localización de las


lesiones, la presencia de los signos de la mancha de esperma y del rocío
hemorrágico, y el cuadro histopatológico que es patognomónico de la
enfermedad.

Diagnóstico Diferencial

Cuando la psoriasis se localiza en el cuero cabelludo, es de particular interés


diferenciarla de la dermatitis seborreica, con la cual puede confundirse, pues
el cuero cabelludo resulta raramente respetado por la psoriasis y a veces
constituye su única localización. Podemos señalar que las lesiones de
dermatitis seborreica tienden a formar placas dentro de los límites de
implantación del pelo y sus escamas son brillantes, oleosas, mientras que en la
psoriasis se desborda por fuera de estos límites y sus escamas son secas. A
pesar de todo lo dicho, en ocasiones este diagnóstico resulta muy difícil.

En las palmas y las plantas la psoriasis debe diferenciarse de la


epidermofitosis, las dermatitis y la sífilis palmoplantar. La psoriasis se
acompaña generalmente de lesiones ungueales, las cuales consisten en
depresiones blanquecinas de la tabla de la uña, que parecen hechas como si
se ejerciera presión con un punzón, y deformidades ungueales con aspecto de
masas de color grisáceo o pardo claro. Las lesiones palmares y plantares son
simétricas, muy secas y escamosas, de color rojo oscuro, en placas, con
grandes fisuraciones. El diagnóstico se dificulta debido a que en estas
localizaciones no se pueden obtener con facilidad los signos característicos de
la psoriasis, por lo que es necesario recurrir a los métodos auxiliares para
establecerlos (examen micológico, serología, biopsia).

Sífilis secundaria psoriasiforme: En esta afección las lesiones son infiltradas,


no aparecen los signos característicos de la psoriasis, el examen en campo
oscuro revela la presencia de treponemas, se acompaña de poliadenopatías y
hay antecedentes de chancro.

Liquen plano: En algunos casos puede confundirse con la psoriasis, pues sus
elementos son pápulas poligonales de color violáceo característico, aparte de
su preferencia por la superficie de flexión de los antebrazos, particularmente las
muñecas.

Pitiriasis rosada de Gibert: Presenta escamas más finas que las de la


psoriasis y el color central de las lesiones es amarillento. No se encuentran
signos de la psoriasis y la evolución es típica; cura espontáneamente entre 4 y
6 semanas.

Eccemas crónicos: Algunos tipos de eccemas crónicos son muy difíciles de


diferenciar de la psoriasis, por lo que es indispensable en estos casos realizar
una biopsia diagnóstica. No obstante, debemos recordar que el eccema se
caracteriza por lesiones eritematovesiculoescamosas y que cuando el elemento
vesícula no está presente, generalmente se observa exudación, expresión
clínica de su existencia histológica, o el paciente nos refiere este hecho en
algún momento de la evolución de su enfermedad y las lesiones de psoriasis
son secas.

Tratamiento

En la psoriasis se han empleado múltiples tratamientos con mayor o menor


resultado y aceptación. Algunos se han desechado con el tiempo y otros han
resistido esta prueba.

Consideraciones generales

En el paciente psoriásico es importante sentar ciertas bases. Dado que la piel


desempeña un papel central en la comunicación social y sexual, la enfermedad
cutánea crónica, y en especial cuando afecta a zonas visibles, produce
cambios importantes sobre el bienestar psicológico del paciente. No solo la
zona dañada es un factor de impacto en la psoriasis, sino que el tiempo de
afectación y el sexo del paciente también lo son, pues las mujeres parecen
afectarse más que los hombres.

Se establecerá una buena relación entre el paciente y el médico, de forma que


sin desatender los planteamientos estéticos, se den tratamientos sencillos y
desprovistos de efectos secundarios a largo plazo, considerando las ventajas
de cada tratamiento según la topografía, comodidad, extensión y
complicaciones de la enfermedad.

Medidas preventivas

Se debe recomendar a los pacientes evitar los traumatismos cutáneos y el uso


de determinados fármacos: litio, betabloqueadores, sobre todo propanolol,
corticoides sistémicos, antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), por su efecto
inhibidor de la ciclooxigenasa, pero la indometacina parece la menos
aconsejable; así mismo, se deberá evitar en lo posible el estrés, la obesidad y
la ingestión de alcohol, ya que su abuso parece tener un efecto adverso en el
tratamiento de la psoriasis.

Tratamientos específicos

Estos se clasifican en tópicos y sistémicos.


Tratamientos tópicos

 Emolientes o lubricantes. Disminuyen la descamación y aumentan la


elasticidad, lo que facilita la movilidad y evita la fisuración. Se utilizan
cremas a base de aceites minerales (parafina), vegetales (coco, oliva) o
animales (lanolina). Actúan creando una capa oleosa que ocluye e
impide la evaporación del agua, lo que facilita la hidratación de la capa
córnea. Por ejemplo:
Aceite de ricino............................. 6 mL
Vaselina............................ 60g
Rot. Pomada
 Ácido salicílico. Se utiliza por su acción queratolítica para disminuir la
formación de escamas. Se aplica en excipiente cremoso o vaselina, en
concentraciones del 2 al 10 %. A nivel del cuero cabelludo se formulan
en base lavable, soluciones o geles combinados con corticoides. No se
debe emplear en niños muy pequeños y si se hace, nunca a más del 1
%.
 Corticoides tópicos. Actúan por su efecto antiinflamatorio (inhiben la
fosfolipasa A2 y los mediadores del ácido araquidónico),
inmunosupresor (sobre las células de Langerhans, linfocitos y
polinucleares) y como citostáticos sobre queratinocitos y fibroblastos. Su
efecto varía según su potencia (existe un paralelismo entre potencia y
acción terapéutica), concentración, excipiente y forma de aplicación. Hay
que pensar que es una enfermedad crónica y por tanto deben emplearse
los de baja o mediana potencia; los más potentes se reservarán para
casos muy resistentes, en áreas muy limitadas de la piel, o como
terapéutica inicial en algunos casos, y se mantendrán por un tiempo no
mayor de 5 a 7 días; posteriormente se cambiarán por otros de baja o
media potencia. Debido a sus propiedades cosméticas, a veces son
utilizados por el paciente sin control médico, con aparición de trastornos
secundarios locales y hasta generales. En ocasiones, al suspenderlos,
provocan efectos de rebote (sobre todo los más potentes). Los
corticoides intralesionales se utilizan en inyección intradérmica mediante
aguja fina o aparatos de inyección por presión sin aguja. Se emplea en
la psoriasis ungueal, inyectándolo por encima de la matriz ungueal.
 Alquitranes: Se obtienen por destilación de la hulla y algunas maderas.
Se pueden emplear en forma de baños, lociones o cremas. Tienen como
inconveniente un olor muy fuerte y manchan la piel y la ropa. No son
irritantes ni poseen efectos secundarios.
 Antralina: Derivado del petróleo, actúa disminuyendo la proliferación
celular y suprimiendo la síntesis de ADN y la mitosis celular. Es irritante
y mancha la piel y la ropa. No debe usarse en el estadio agudo de la
enfermedad. Actualmente se aplica durante 30 min en forma de crema al
0,5-2 % y se retira después mediante baños o aceite mineral.
 Calcipotriol: Análogo de la vitamina D3, tiene la misma acción
antipsoriásica, pero solo un 10 % de su efecto sobre el metabolismo del
calcio. Actúa sobre el queratinocito aumentando su diferenciación,
disminuyendo la expresión de EGF (factor de crecimiento epidérmico) e
inhibiendo su proliferación. Además, parece tener un efecto inmune por
inhibición de los linfocitos. Se utiliza en forma tópica, a una
concentración de 0,005 %. En forma oclusiva ha demostrado mayor
eficacia. No debe sobrepasarse la dosis de 100 g por semana, para
mayor seguridad en cuanto al metabolismo óseo y del calcio. Debe
tenerse precaución con enfermos renales o con hipercalcemia conocida.
Su único efecto secundario descrito es la dermatitis irritativa de la cara,
por lo que se debe recomendar lavarse bien las manos después de su
aplicación.

Otros tratamientos tópicos

Se han descrito tratamientos con ácidos grasos polisaturados, apósitos


coloidales con o sin corticoides, aceite ozonizado, cremas de áloe, manzanilla y
otras; también la talasoterapia, crenoterapia, etc.

 Fototerapia: Su mecanismo de acción es antimitótico con respecto a los


ácidos nucleicos y genes, además de inhibir las células de Langerhans.
 Exposición solar: Es un método de tratamiento de la psoriasis,
conocido desde hace más de 100 años, que actualmente se emplea en
ciclos de 2 a 4 semanas, no solo por su acción beneficiosa a nivel de las
lesiones cutáneas, sino también por la mejoría de las lesiones
articulares. En la mayor parte de los casos este tratamiento llega a
blanquear las lesiones, aunque un pequeño porcentaje empeora. En las
condiciones climáticas de nuestro país, la fototerapia con rayos solares o
helioterapia puede recomendarse durante todo el año, sola o combinada
con la talasoterapia (baño de mar). La exposición a la luz solar debe
realizarse en las horas de la mañana hasta las 11:00 a.m. y en las
tardes después de las 3:00 p.m., ya que en el horario del mediodía las
radiaciones son muy fuertes y se consideran dañinas. La exposición
debe comenzarse por 5 min e ir aumentando 5 min diariamente, hasta
llegar a 30 min, que según el paciente se podrá indicar 1 o 2 veces al
día, descansando sábado y domingo. Se realizará en ciclos de 2 a 3
semanas. No se debe abusar de las radiaciones solares, pues si se llega
a la quemadura pudiera desencadenar un fenómeno de Koebner, que
provocaría nuevas lesiones e irritaría las ya existentes.
 Fototerapia mediante lámparas emisoras de UVB (radiaciones
ultravioletas de longitud de onda media). Puede emplearse sola o
combinada con productos tópicos.
 Método de Goeckerman: Se expone al paciente a radiaciones
ultravioletas (RUV) tras la aplicación durante 24 h de vaselina con
alquitrán de hulla al 3-5 % y posterior baño en solución de alquitrán
(para aumentar la fotosensibilidad).
 Método de Ingram: Consiste en aplicar pasta Lassar con antralina al
0,02-0,5 % por la noche en las lesiones, espolvorear con talco y cubrirlas
con un vendaje elástico. Por la mañana se efectúa un baño con
soluciones de alquitrán para retirar la antralina y se expone a las RUV.

La fototerapia tiene algunos inconvenientes: es lenta, precisa de tratamiento de


mantenimiento y a largo plazo puede tener efecto carcinogénico. No es eficaz
en el cuero cabelludo ni en las áreas intertriginosas. Está contraindicada en la
psoriasis eritrodérmica y en la psoriasis pustulosa generalizada.

 Fotoquimioterapia: Consiste en la exposición a UVA (radiaciones


ultravioletas de longitud de onda larga) 2 h después de ingerir un
psoraleno (8 metoxipsoralen 0,6 mg/kg de peso), de ahí que se conozca
como PUVA, o sea, psoraleno + UVA. Induce a una disminución de la
síntesis de ADN en los queratinocitos.

Efectos secundarios: Los psoralenos pueden producir náuseas, cefaleas,


prurito y los rayos UVA a largo plazo, xerosis, envejecimiento cutáneo, riesgo
de neoplasias cutáneas, cataratas (si no se protegen los ojos),
inmunosupresión, etc.

Puede reducirse la dosis de UVA combinando esta técnica con retinoides


orales (REPUVA).

En general, el PUVA tiene un efecto muy beneficioso en la psoriasis crónica y


extensa, y en la psoriasis palmo-plantar. Está contraindicado en la eritrodermia,
en la psoriasis pustulosa generalizada, en niños, en embarazadas y en
pacientes con antecedentes de neoplasias cutáneas. Tiene efecto acumulativo,
por lo que debe procurarse no abusar de esta terapéutica.

Tratamientos sistémicos

 Corticoides orales. Están contraindicados por el carácter crónico de la


enfermedad y el efecto de rebote tras la suspensión.
 Metotrexate. Es un antagonista del ácido fólico, usado en la psoriasis
desde hace más de 40 años. Inhibe la síntesis del ADN. Existen distintos
métodos para su empleo, pero el más utilizado por nosotros es la dosis
de 15 mg, 1 vez a la semana por vía oral, dividida en 3 tomas seguidas,
con intervalo de 12 h, repetida durante 3 a 4 semanas.

Durante el tratamiento debe realizarse chequeo previo y semanal de la fórmula


hemática y las funciones hepática y renal. Algunos autores recomiendan la
biopsia hepática antes de iniciar el tratamiento.

Efectos secundarios. Náuseas, alteraciones hepáticas y gastrointestinales,


ulceraciones orales, depresión medular, anemia, etc.

Indicaciones. Formas severas de psoriasis que no responden a otros


tratamientos, psoriasis eritrodérmica, psoriasis pustulosa generalizada y de
elección en la psoriasis artropática.
Contraindicaciones. En pacientes con anemias, antecedentes de trastornos
hepáticos, renales, en niños y durante el embarazo.

 Retinoides. Los más usados en la psoriasis son el etretinato y la


acitretina. Tienen efecto antimitótico, antiinflamatorio e
inmunomodulador. La dosis es de 0,25 mg-1mg/kg/día, durante 3 a 4
meses.

Efectos secundarios. Xerosis, descamación palmoplantar, alopecia, aumento


de los triglicéridos y del colesterol, paroniquias, osificaciones extraóseas. Son
teratogénicos, por lo que no deben emplearse en mujeres en edad fértil.

Son de gran utilidad en la psoriasis pustulosa generalizada, en la eritrodermia


psoriática y en la psoriasis vulgar extensa, en este último caso en asociación
con otras terapias como PUVA.

 Ciclosporina. Undecapéptido de estructura cíclica obtenida de hongos.


Su acción más potente es sobre los linfocitos T, aunque actúa en
múltiples niveles. La dosis inicial es de 3 mg/kg/día, con aumento
progresivo hasta alcanzar los 5 mg/kg/día y lograr la mejoría de los
síntomas. El blanqueamiento es rápido, pero las recidivas también.

Efectos secundarios. Náuseas, parestesias, hipertricosis, hipertensión y


nefrotoxicidad.

Es muy efectivo en la eritrodermia psoriática, la psoriasis pustulosa


generalizada y la psoriasis pustulosa palmoplantar.

Otros tratamientos sistémicos

Se han usado también otros fármacos en la psoriasis, como la hidroxiurea, los


tiouracilos, el metimazol. Dietas ricas en aceite de pescado han sido
empleadas con buenos resultados.

También se preconizan las combinaciones de fármacos que actúan


sinérgicamente y las rotaciones de tratamiento, con la finalidad de minimizar los
efectos secundarios de cada uno en particular.

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