Estrada Gomez Luisa Fernanda
Estrada Gomez Luisa Fernanda
Estrada Gomez Luisa Fernanda
***
Ph. D. Dissertation
MATERIALITY AND EDUCATIONAL PRACTICES IN THE TODDLER SCHOOL: A
CULTURAL, SEMIOTIC AND PRAGMATIC APPROACH
Autora:
Directores:
Programa de Doctorado:
Psicología
Facultad de Psicología
La presente tesis es fruto de seis años de intenso trabajo y desafíos. En este proceso
me he re-construido como investigadora, como psicóloga, como profesora pero
especialmente como persona. Por tanto, quiero agradecer a todas las personas que han
participado de este proceso y han hecho posible que hoy vea la luz.
En primer lugar quiero agradecer a mis directores Cintia Rodríguez y José Luis
de los Reyes por su guía en este proceso, por canalizar mis ganas de analizar todo. A
través de su mediación he podido experimentar en primera persona el modelo propuesto
en esta tesis y trabajar constantemente en mi Zona de Desarrollo Proximal. A Cintia
agradezco todas las horas compartidas revisando videos, discutiendo teorías, corrigiendo
este texto. También agradezco esos días de aventura intentando encontrar la dirección de
las escuelas. En esas horas perdidas, también nos encontramos. A José Luis quiero
agradecer su orientación sobre el componente histórico de esta tesis, por ayudarme a
reflexionar acerca de la importancia de mirar primero atrás, para entender el hoy y pensar
en el mañana.
También quiero agradecer a todos mis amigas de Madrid. A Irene, Aura, Angie y
Caro por su apoyo incondicional todos estos años. Por escucharme, acompañarme y
darme fuerzas. Por seguir atentas y reír a carcajadas con las historias de doctoranda en
apuros, por creer en mí. A mis amigas y amigos que están lejos Caro, Vivi, Diana, Naty,
Gaby, Migue y Dianis gracias por enviarme vía whatsapp tanta energía positiva. A Beatriz
Rolán por acompañarme en los últimos meses de la escritura de esta tesis, por reconstruir
conmigo este proceso, por ayudarme a interpretar ese currículo oculto que toda tesis
doctoral tiene. Por ayudarme a mirar más allá del aquí y el ahora.
Resumen
Abstract
Introducción……………………………………………………………. 1
Referencias……………………………………………………………... 319
Anexos
Lista de Ilustraciones
Lista de Tablas
Lista de Figuras
Lista de Observaciones
Lista de Anexos
The number of toddlers that attend Early Childhood Education settings has
increased worldwide. This situation is relevant in the Community of Madrid since 51.2%
of toddlers take part in this developmental context. Early Childhood Education for under
two has been fraught with tensions in the political, practical, theoretical and research
contexts. The tensions are linked to diverse conceptions about toddlers, the ECEC settings
and the nature of its practices. Therefore, there is a growing debate about the
consideration of the ECEC settings for under two as a genuine educational institution.
This situation is also reflected in the academic literature, where studies focused on
teaching-learning processes with toddlers are frequently overlooked, despite the raising
interest that is emerging.
We visited each school once a month throughout the morning, from October to
January. Each time we videotaped 3 educational situations although in this study we only
analyzed the central activity of the day. We aimed to identify types of educational
situations and to determine the level of teachers’ control. We explored the opening spaces
for child participation in the construction and negotiation of activity rules and
characterized the mediation of the teacher by identifying its orientation, mediation
strategies and the semiotic systems used, emphasizing the role of materiality. Finally, we
interpreted the contents and forms of teachers’ mediation as cultural discourses that the
teachers update in the educational practice.
We found that the mediations of the teacher on this process were typically
individualized/specific (82.8%). Teachers performed the mediation through multimodal
clusters of signs with different semiotic complexity we classified in seven strategies:
Invitation, Positive Evaluation, Accompaniment, Distant Exemplification, Reorientation,
Direct Exemplification and Inhibition. Each strategy emerges as a relational configuration
that considers: (1) the child’s participation, (2) the teacher’s interpretation and (3) the
educational goal. These strategies vary in their function and level of directness. The most
used strategies, depending on their function (mediating the child’s entry into a
participation proposal, recognizing his/her participation, or transforming it), were in each
case the invitation (29.6%), the accompaniment (21%) and the reorientation (12.4%).
These results lead us to conclude that teachers consider to a large extent the child’s
perspective, his/her role and responsibility in learning processes, and look for
opportunities to introduce tension in their development, when negotiating rules about the
uses of materiality institutionalized in their community of practice. This is not a
unidirectional process (of teachers transmitting meanings to the children), since it is the
child who constructs and negotiates definitions, within the possibilities defined by the
teacher. Then, children have a legitimized role as cultural builders and transformers.
Introducción
1
Aunque el término de referencia usado en la literatura académica es ECEC: Early Childhood Education
and Care [Educación y Cuidado infantil temprano] nosotros preferimos utilizar el término Escuela
Infantil, que es el nombre utilizado en nuestro contexto, y que además da cuenta del estatus educativo que
los profesionales que aquí trabajan defienden.
1
Comunidad de Madrid, 2017) en la Comunidad de Madrid encontramos que el 17.7% de
los niños/as menores de 1 año están escolarizados, el 51.2% de los niños/as de entre 1 y
2 años, y el 71.5% de los de 2 a los 3 años. La escolarización a partir de los 3 años sufre
un incremento significativo acercándose al 100% (Instituto Nacional de Estadística,
2018) debido, entre otras cuestiones, a las políticas educativas que consideran a este
segundo ciclo como ciertamente educativo y por tanto garantizando su gratuidad para
las familias.
2
Este documento está redactado usando la primera persona del plural, excepto en este apartado más
personal. Esta decisión ha estado motivada por la convicción de que esta tesis no representa solo la voz de
su autora, de sus ideas y su trabajo, sino que es producto del encuentro con otras voces y con otras
personas que han participado en la construcción de esta investigación.
2
Pertenezco a una familia de maestros/as. Los primeros 15 años de mi vida los
pasé en contacto directo con el jardín infantil3 que mi familia gestionaba. Primero como
usuaria, después como acompañante mientras mi madre o mis tías trabajaban, y más
adelante, como apoyo dentro de su gestión. Así, la educación (en sentido amplio) y sus
desafíos han sido un tema de constante debate y preocupación en mi familia, y se ha
consolidado como una parte importante de mi propia búsqueda personal, profesional y
académica.
3
Este es el término de referencia que en Colombia se usa con mayor frecuencia para las instituciones de
educación temprana.
4
El Programa Madre Canguro es una estrategia intra y extrahospitalaria para atender a bebés prematuros
y sus familias, con el objetivo de disminuir sus factores de riesgo y promover los de protección.
3
Rodríguez et al., 2018). Esta primera experiencia investigativa me motivó a explorar
más a fondo el sistema de educación infantil de 0 a 3 años en Colombia y sus
regulaciones.
4
diferentes países (Proyecto Santander-UAM con América Latina: Análisis de los
escenarios de actividad y las prácticas educativas en Escuelas Infantiles
Iberoamericanas 0 a 2 años). En este mismo año, se obtiene un segundo proyecto para
continuar la investigación iniciada con el primero (I+D EDU2015-64129-P
MINECO/FEDER Procesos Educativos en la Primera Infancia: Usos de la
Materialidad en la Escuela Infantil). Mi investigación doctoral se inscribe en ambos
proyectos.
La educación infantil para los niños/as antes de los dos años de vida ha estado
cargada de tensiones y dilemas en el ámbito político, práctico, teórico e investigativo.
Estas tensiones se relacionan con las distintas concepciones que se tienen sobre el
niño/a pequeño, y por ende, del estatus que se otorga a la escuela infantil y a la
naturaleza de las prácticas que aquí se realizan. Con esta tesis nos hemos propuesto
abrir un espacio para explorar esta divergencia, para dar voz a diferentes
aproximaciones ontológicas, epistemológicas y metodológicas, y a partir de aquí situar
nuestra propia voz como posibilidad. Nuestro objetivo es enfatizar que estas voces están
siempre situadas en un tiempo, sociedad y cultura específica con un sistema de valores
que sirve de brújula.
1. Hay una invisibilidad persistente de los niños/as menores de tres años en los
planteamientos teóricos y prácticos de la Educación Infantil a lo largo de la
historia, aspecto que comienza a matizarse en las últimas décadas.
2. Es recurrente una tensión entre posturas ideológicas sobre la infancia: una que
concibe al niño/a como sujeto de cuidados, que enfatiza una imagen del niño/a
vulnerable, inmaduro, en riesgo y desventaja, y a la educación infantil como una
necesidad (debido a la imposibilidad de ser atendidos por su propia familia).
5
Otra posición concibe al niño/a como sujeto de derechos activo y empoderado, y
a la escuela infantil como un genuino contexto de desarrollo.
3. Tres concepciones sobre la escuela infantil coexisten: asistencial, instructiva y
educativa. La primera se materializa en aproximaciones a la escuela infantil
como institución de cuidado o benéficas, ambas centradas en el niño/a como
receptor pasivo. La segunda se centra en el niño/a que debe ser culturalmente
moldeado y preparado para los siguientes ciclos educativos, y la tercera que
identifica a la escuela como contexto de desarrollo, y que, por tanto, concibe al
niño/a como agente y a los encuentros entre maestros/as y niños/as como
espacios de enseñanza-aprendizaje co-construidos. La organización material y la
gestión de sus usos en las escuelas infantiles es un reflejo importante de cada
una de estas concepciones.
4. Hay un conflicto entre posturas ideológicas que promueven una Educación
Infantil pública, inclusiva, basada en valores democráticos, y una educación que
favorece los intereses privados, la competencia, la gestión vertical y la
productividad económica, así como los resultados tangibles (en términos de
desarrollo y aprendizaje del niño/a).
6
se centran en explorar el encuentro educativo desde la experiencia de sus miembros en
la co-construcción de una cultura.
9
de recogida de datos que consistió en una filmación mensual de la jornada escolar en
cada escuela (durante cuatro meses), y la grabación de tres situaciones educativas, de las
cuales escogimos la actividad principal del día como centro de nuestro estudio.
Describimos el proceso de co-construcción de categorías de análisis entre los
investigadores/as y los maestros/as.
10
situaciones educativas y sus reglas (4) La mediación del maestro/a y el proceso de
canalización cultural. Discutimos nuestros resultados a la luz de diferentes elementos
teóricos que nos han servido de guía. Además, abrimos un espacio de diálogo con otros
estudios empíricos con quienes, en alguna medida, compartimos intereses en este
contexto de desarrollo. Para finalizar el capítulo discutimos las contribuciones de este
estudio, las implicaciones para las prácticas educativas. Además reflexionamos acerca
de sus limitaciones y las líneas futuras de investigación que se abren a partir de esta
tesis.
Como estrategia trasversal hemos optado por incluir gran cantidad de
ilustraciones a través de imágenes, observaciones y representaciones gráficas del
modelo que fuimos construyendo. Nuestra motivación ha sido hacer más legible nuestro
proceso de construcción de significados a partir de los datos observados. Invitamos al
lector de esta tesis a interpretar desde sus propios lentes estas ilustraciones y a partir de
esto proponer un diálogo crítico. Consideramos que así podemos contribuir a dar
visibilidad a quienes de manera tradicional han sido menos escuchadas/os y
estudiadas/os (niños/as entre 1 y 2 años, y sus maestros/as) y poner en el centro de
reflexión aquellos procesos de enseñanza-aprendizaje sobre y a través de la
materialidad que surgen en las prácticas educativas en la escuela infantil.
11
12
Capítulo 1
Este primer capítulo tiene como objetivo hacer un recorrido histórico acerca del
proceso de conformación de las escuelas infantiles en Europa, España y,
particularmente en la actual Comunidad de Madrid. Nuestro objetivo es ofrecer una
contextualización crítica sobre los discursos actuales en torno a la escuela infantil 0-3,
ciclo educativo en el que este estudio se centra.
13
La historia de la Educación Infantil no es un relato lineal en el que pueden
identificarse teorías, concepciones y prácticas específicas que se suceden unas a otras,
sino que existe una gran cantidad de teorías, planes, reformas y abundantes
solapamientos. Sin embargo, es posible identificar cambios e innovaciones, así como
ciertas continuidades que se mantienen vigentes como elementos de debate (Sanchidrián
y Ruiz, 2010).
De acuerdo con Martínez (2013) la Revolución Francesa abrió una nueva era en la
concepción de lo político y estatal en Europa, y el proceso industrializador insertó a
muchas mujeres entre la fuerza de trabajo. Poco a poco emergieron movimientos de la
clase trabajadora que buscaban mejorar sus condiciones laborales y socioeconómicas a
través de la lucha contra la distribución desigual de la renta. Estas reivindicaciones –a
través de sus luchas, derrotas y victorias- contribuyeron a la emergencia de instituciones
específicas para la atención y educación de la primera infancia, que cada país
materializó a su manera. Aquí nos centraremos en presentar brevemente los procesos
llevados a cabo en Inglaterra, Francia, Alemania e Italia debido al impacto que tuvieron
en el proceso de creación y consolidación de los modelos de atención y educación para
esta etapa en España. Y a continuación, introduciré en este debate los antecedentes en la
Comunidad de Madrid donde centro mi investigación.
14
podían asumir esta función. De acuerdo con Luc (2015) las primeras instituciones para
garantizar la atención de estos niños/as surgieron en Inglaterra como Dame School, en
Alemania como Spielschule or Kinderbewahranstalt, en Italia como Scuola di.Piccoli
Fanciulli y en España como Escuelas de Amiga. Estas primeras formas de cuidado
colectivo estaban fuera del control municipal o religioso. Una mujer, normalmente
mayor, de la misma comunidad se encargaba directamente del cuidado de los niños a las
horas en las que los padres estaban ausentes del hogar por trabajo.
1.1.1 Inglaterra
15
razón”, se consideraba importante que fueran educados para fortalecer su cuerpo y
mente frágil y buscar maneras de desarrollar su espíritu (Luc, 2015). Como
mostraremos a continuación, los niños/as antes de los dos años son invisibles dentro de
estas primeras aproximaciones institucionales. Su cuidado y educación se considera
dentro de un ámbito privado de la familia y, más concretamente, de las mujeres.
Por su parte, Wilderspin es conocido por ser el mayor promotor de las escuelas
infantiles inglesas. A diferencia de Owen, su aproximación tenía un marcado carácter
academicista, dando gran importancia a los contenidos y promoviendo un modelo más
rígido basado en la instrucción y la disciplina. Lo que se intentaba era adaptar el
currículo de la enseñanza primaria a las capacidades de los niños/as más pequeños a
través de la utilización de libros, lecciones cantadas y ejercicios (Martínez, 2013;
Sanchidrián, 2010b; Whitbread, 1972). De acuerdo con Lascarides y Hinitz (2000) el
hecho de que las infant schools emergieran en barrios pobres influyó de manera
fundamental en la aproximación de Wilderspin, quien consideraba la escuela infantil
como un remedio para la delincuencia juvenil.
Cada país fue adaptando los principios de las escuelas infantiles inglesas a sus
propias realidades e interpretaciones. Dentro de Inglaterra también comenzaron a surgir
-a partir de 1850- otras aproximaciones que integraban la propuesta de Wilderspin con
las ideas de los reformadores europeos como Pestalozzi y Fröbel. De esta manera
coexistieron modelos diversos de atención/educación para los niños/as antes de los seis
años (Martínez, 2013; Sanchidrián, 2010).
1.1.2 Francia
En Francia surgieron las Salles d`asile sólo en parte inspiradas por el modelo
inglés. A diferencia de Inglaterra, en donde las iniciativas eran mayoritariamente
privadas, en Francia el gobierno participó más activamente en su creación y
funcionamiento. En este país surgieron dos corrientes ideológicas que marcaron la
organización de las salas de asilo, que a partir de 1881 pasaron a llamarse écoles
maternelles. Por una parte, existía un modelo más conservador centrado en su función
de protección y vigilancia y que promovía el adiestramiento moral. Y por otro, uno más
liberal que reconocía su función educativa y que estaba inspirado en las prácticas
academicistas promovidas por Wilderspin.
17
Cochin, alcalde de un distrito pobre de París y promotor de la formación de salas
de asilo, es un referente importante en el proceso vivido en Francia. El manual que
escribió en 1833 (Manuel des fondateurs et des directeurs des premières écoles de
lénfance, connues sous le nom de salles dásile) demuestra su concepción de estas
instituciones todavía muy ligadas al cuidado y al adiestramiento de habilidades. Había
una evidente influencia de Wilderspin, después de que Eugénie Millet, otra promotora
de las escuelas maternales, fuera a visitar las de Inglaterra y volviera a Francia con la
idea de organizar junto con Cochin un centro de formación para las maestras/os
basándose en la experiencia inglesa (Luc, 2015).
18
1.1.3 Alemania
Durante la primera mitad del siglo XIX la orientación que seguía la escuela
alemana estaba marcada por un debate entre aproximaciones liberales y conservadoras,
cada una de las cuales se posicionaba sobre la importancia de la esfera pública y privada
en la formación del niño/a. Los conservadores veían las instituciones para la primera
infancia como amenaza para el sostenimiento de los valores tradicionales que debían ser
enseñados por la familia. Los liberales consideraban fundamental la participación de los
niños/as en entornos educativos fuera del hogar desde la temprana infancia, pues
permitía promover la independencia y un espíritu comunitario (Taylor, 1986). De
acuerdo con Lascarides y Hinitz (2000) en este momento la escuela alemana no incluía
a los niños/as antes de los siete años. Además, la instrucción se centraba en el
aprendizaje de nociones abstractas que los niños/as debían memorizar, así como en las
enseñanzas cristianas para garantizar la moralidad (Taylor, 1986), lo que no dejaba de
estar en cuestión por muchos pedagogos y filósofos progresistas, entre ellos Friedrich
Wilhelm Fröbel.
19
como instrumento. A diferencia de la concepción más tradicional, el kindergarten no se
consideraba un sustituto menor de la formación de la familia, sino una adición deseable.
Su nombre recurre a la idea de que los maestros/as, como los jardineros, debían
garantizar un medio de calidad en el que los niños/as pudieran desarrollarse
adecuadamente (Ramos, 2010).
20
empatía. Se esperaba que el maestro/a supervisara la actividad de los niños/as evitando
controlarlo. Los castigos debían evitarse y en cambio se promulgaba la necesidad de
averiguar el motivo de los conflictos y buscar alternativas para solucionarlos (Taylor,
1986). Lo que subyacía era un profundo interés en formar a los niños/as para vivir en
comunidad.
21
pertenecían a la misma clase social. De acuerdo con Taylor (1986) lo que subyacía era
el deseo de las élites para mantener privilegios y limitarlos a la clase trabajadora.
Las ideas de Fröbel fueron llevadas a Estados Unidos y a otros países europeos
como Inglaterra y España. En gran parte esta difusión se debió a la gran cantidad de
inmigrantes que dejaron Alemania después de la fallida revolución de 1848/1849
(Albisetti, 2009). Estas ideas tuvieron gran acogida en países más liberales como
Estados Unidos en donde se consideraba la participación temprana de los niños/as en los
kindergartens como necesaria y deseable. Esta institución ofrecía a los niños/as una
exposición temprana a los valores públicos, con lo que se suponía podrían remediarse
numerosos problemas sociales (Shapiro, 1983).
1.1.4 Italia
22
El interés educativo de Aporti tuvo su origen cuando contactó con las ideas de
Wilderspin a través del banquero y filántropo vienés Joseph Wertheim. Al volver a
Italia decidió trabajar en las escuelas elementales y formar a futuros maestros. Prellezo
(2010) plantea que la figura de este sacerdote es fundamental ya que abrió en Italia un
debate sobre la función educativo-didáctica de las escuelas para la primera infancia. Sin
embargo, esta visión encontró gran número de detractores por considerarla peligrosa
para las familias al debilitar el vínculo entre padres e hijos, y por reconocerla como
excesivamente rígida y con un método didáctico artificial. A pesar de las dudas de
algunos sectores, estas instituciones se expandieron en Italia, especialmente en el norte.
De acuerdo con Albisetti (2009) con la expansión de estas escuelas emergió también
una transformación pedagógica. El Asili se convirtió en un centro excesivamente rígido
de instrucción académica, perdiendo el objetivo inicial propuesto por Aporti.
Rosa Agazzi, una maestra de los asilos italianos, aparece para avivar
nuevamente los debates en torno a la Educación Infantil. A partir de 1891, junto a su
hermana Carolina, recogió las ideas de Fröbel optando por apoyar una perspectiva más
práctica para superar los formalismos abstractos y centrarse más en la experiencia y las
necesidades concretas de cada niño/a. Se basó en su experiencia como maestra rural, a
partir de la cual defendía la especial atención que debía ponerse a los recursos
educativos, la preparación de los ejercicios, de los materiales didácticos y de los juegos.
Su propuesta busca un acercamiento a la familia y a la vida real (Prellezo, 2010).
23
Debido a estas ideas fue invitada a organizar las escuelas infantiles dentro de las
Casa dei bambini que se estaban constituyendo en Roma. La primera se inauguró en
1907, desarrollando una metodología que explicó en Il metodo della pedagogia
scientifica applicato all´educazione infantile delle case dei bambini (1909/2014).
Otra novedad fue que una parte importante de los aprendizajes de los niños/as se
centró en los usos de objetos de la vida cotidiana a partir de actividades como la
comida, vestimenta, higiene, etc., tareas que consideraba tan relevantes como las
propuestas en actividades más académicas y artísticas. De este modo se promovía una
visión sobre la innecesaria ruptura entre las actividades asistenciales y las educativas.
Las actividades de la vida cotidiana, entre las que estaban las de cuidado, podían
concebirse como educativas en pleno derecho (Sanchidrián, 2013).
A partir de 1960 surge en Italia un modelo de Escuela infantil que va a tener una
importante influencia en las aproximaciones actuales a la Educación Infantil en España
y en el mundo: El modelo de Reggio Emilia, liderado por Loris Malaguzzi, nacido
después del fascismo y que defiende el ideal democrático como objetivo del trabajo en
la escuela infantil pública. Así, esta institución adquiere el rol de motor de
transformación social, es productora de cultura, abandonando el tradicional papel de
reproducción acrítica de la sociedad y sus relaciones de poder (Cabanellas et al., 2005).
Cercano a los ideales de la Escuela Nueva y especialmente al pensamiento de John
Dewey (Lindsay, 2015), este modelo defiende una pedagogía de la escucha, que
concibe como imprescindible la libertad y el encuentro educativo respetuoso con los
intereses, elecciones y experiencias de los niños/as. Esta ideología que se condensa en el
diseño, selección y uso de la materialidad en las escuelas, que consideraba al entorno el
tercer educador, integrando en él los espacios y los objetos didácticos en la
construcción de los encuentros educativos (Moss, 2016).
Al igual que en Inglaterra, Francia e Italia, la educación de los niños/as antes de los
6 años en España tuvo sus orígenes en instituciones caritativas, asistenciales y
benéficas. Sin embargo, la diferencia entre estos países se debió en gran parte a
variantes asociadas con las claves teológicas del modelo católico y protestante que
imperaba en cada país. De acuerdo con De Los Reyes (1987, 2005, 2010 y 2014) en el
caso español las instituciones caritativas destinadas a la primera infancia (supervivientes
de la época medieval) fueron encajadas en la ortodoxia contrarreformista a finales del
siglo XVI. En los objetivos de estas instituciones no siempre figuraba en primer lugar ni
la salvación física de los niños/as, ni su educación o ayuda para el pleno desarrollo
cognitivo. A diferencia de la asistencia en los países protestantes que buscaban combatir
la miseria infantil para evitar el desorden y la delincuencia a través de asilos, en los
territorios peninsulares el peso de la iglesia católica llevó por otros derroteros. La
asistencia social a la primera infancia conllevó más una finalidad de salvación de almas
–tanto más las de los benefactores que de los beneficiados- que ninguna otra
intencionalidad educativa.
26
Colegio de San Ildefonso podrían ser ejemplos de esta asistencia sin educación (De Los
Reyes 1987 y 2005). Sólo el Colegio de San Ildefonso –y para edades superiores a los
4-5 años- enseñaba a sus discípulos a leer, escribir y la Doctrina Cristiana en lo que se
conformó como un modelo educativo específico del conjunto de los colegios de
doctrinos españoles y americanos (Santolaria, 1996 y 1997; De Los Reyes, 2010).
Esta situación pese a los intentos reformistas de los ilustrados españoles llegó casi
sin novedad hasta el siglo XIX con un dominio pleno de las funciones asistenciales
frente a las educativas. No es arriesgado afirmar que no se puede hablar de Educación
Infantil propiamente dicha hasta que no se produce el nacimiento de los sistemas
nacionales de educación. No obstante existen precedentes que tuvieron en cuenta la
importancia de la educación del niño menor de seis años.
28
Al igual que la perspectiva de otros países europeos como Inglaterra, Alemania o
Francia en España la escuela de párvulos estaba pensada con un objetivo subsanador:
cumplir la función educativa que las familias no podían, sabían o querían cumplir.
Montesino considerada la educación como medio fundamental de reforma y mejora
social. Por tanto, cuanto antes se comenzara la educación de los pobres mejor. En
aquella época los niños/as de las familias acomodadas todavía no se consideraban como
beneficiarios de estas instituciones, y de crearse escuelas debían ser exclusivas para esa
población. De acuerdo con Sanchidrián (1991) la escuela no es considerada como un
espacio para la integración de niños/as provenientes de diferentes clases sociales.
Tampoco lo es como una herramienta para la ascensión de clase. De esta manera su
objetivo era evitar que las diferencias se agrandaran y garantizar las buenas costumbres
y la moralidad entre toda la población.
A partir de 1850 las Escuelas de Párvulos vuelven a tener el interés del gobierno
y de la comunidad debido a la difusión de las ideas de Fröbel sobre el jardín de infancia.
Un reflejo de este interés es la Ley de Instrucción Pública de 1857 (Ley Moyano), que
consideraba por primera vez el nivel de párvulos como parte del sistema educativo
(Ruiz, 2010). Sin embargo, el mayor impulso a estas escuelas se da con la llegada en
1881 de un gobierno liberal que vinculó educación con modernización (Martínez,
2013).
En este movimiento liberal tuvo también mucha influencia la Institución Libre
de Enseñanza (ILE), especialmente dos personajes: Francisco Ginés de los Ríos y
30
Manuel Bartolomé Cossío, quienes trabajaron arduamente para difundir y promover las
ideas de Fröbel sobre el kindergarten y lograr así una reforma en las escuelas de
párvulos (Martínez, 2013).
Dentro de los avances de este tiempo destaca la creación del Patronato General
de Escuelas de Párvulos y de los Jardines de la Infancia en Madrid, escuela prototipo
que buscaba adaptar la propuesta de Fröbel a la realidad española. Pedro de Alcántara
García y Navarro (ver Alcántara García, 1879; 1899) y Eugenio Bartolomé y Mingo son
figuras importantes que participaron de la creación, organización y prácticas en esta
escuela. En este momento se crea también la cátedra sobre las ideas pedagógicas de
Fröbel en la Escuela de Institutrices de Madrid y se realiza una reforma en el sistema de
acceso al magisterio parvulista (Colmenar, 2010).
Colmenar (2010) plantea que para 1884 los cambios políticos del país, y el
resurgimiento de una corriente más conservadora tuvieron un gran impacto en la
continuidad de las estrategias de modernización de las escuelas y en la formación de las
maestras. De acuerdo con esta autora el gobierno conservador realizó reformas que
afectaron el modelo de las escuelas de párvulos como instituciones educativas. Un
ejemplo claro de este giro ideológico fueron los cambios en el curso de maestras
especialistas en educación de párvulos, que fue suprimido, restablecido y vuelto a
suprimir siguiendo los movimientos políticos de la Escuela Normal de Maestras. Se
puede identificar un verdadero retroceso en el proceso de nombramiento de maestras
que volvió a hacerse a través de oposición y concurso sin necesidad de una formación
31
especial. Además, el Patronato General de Escuelas de Párvulos fue sustituido por la
Junta de Señoras de la Aristocracia que volvía a asumir una posición de la Educación
Infantil como directamente relacionada con una postura asistencial, centrado en la
enseñanza de la doctrina cristiana y de buenas costumbres.
Durante las primeras dos décadas del siglo XX Cataluña se había convertido en
un centro de industrialización con una alta concentración demográfica en las ciudades.
Esto significó un cambio en la estructuración familiar, con una participación cada vez
más activa de la mujer en el trabajo (Vilanou y Soler, 2013). Al mismo tiempo hubo un
renovado interés en la infancia como etapa crucial de la vida ya que los avances de la
medicina, de la psicología y de la pedagogía movilizaron a muchos profesionales en
torno a las primeras edades. Lo que generó el impulso de medidas legales para su
protección, así como iniciativas públicas y privadas para su atención, cuidado y
educación (Guichot, 2010). Un ejemplo fue el Parvulario de la Casa de Maternidad,
que antes era usado como lugar de acogimiento de huérfanos, y que se convirtió en un
centro de difusión de ideas pedagógicas renovadoras.
32
Esta Casa de Maternidad promovió el contacto con las ideas que Montessori
venía desarrollando en Italia. Después de que en 1914 algunas maestras participaran del
Curso Internacional Montessori en Roma y que un año después Anna Maccheroni -una
de sus colaboradoras- llegara a Barcelona para promover la aplicación del método
Montessori y apoyar la creación de La Escola Model Montessori. Las razones del
impulso y difusión del método Montessori estaban relacionadas con la identificación del
movimiento reformista con algunas que defendía la burguesía catalana. Entre ellas
estaba el valor de la actividad y la importancia de canalizar la libre espontaneidad a
través del equilibrio entre libertad, orden, disciplina. Así como sus ideas en torno a la
lengua materna, uno de los puntos claves que defendía el programa reformador catalán
(Sureda, 2010).
Mientras que estas ideas tenían bastante eco en Cataluña, el resto de España, y
algunos sectores catalanes cercanos al republicanismo lerrouxista, respondían con
menos entusiasmo (Sureda, 2010). De acuerdo con Prellezo (2010) esto se debía en
parte al matiz individualista y espiritualista que chocaba con algunos principios del
movimiento de la Institución Libre de Enseñanza y las ideas de Fröbel que defendían.
Lo acusaban de promover un adoctrinamiento religioso, de fomentar actividades
elitistas que centraban sus prácticas en centros privados, así como de promover ideas
nacionalistas por el uso exclusivo del catalán en las actividades de formación. En el otro
extremo, se le acusaba en algunos ambientes católicos de promover una excesiva
libertad en los niños/as.
De acuerdo con Alcrudo, Díaz y Perea (2015) las bases del sistema escolar eran
la educación religiosa, un marcado contenido moral y la exaltación del rol de la familia
como eje central de la vida española. Las mujeres debían ser las garantes del bienestar
familiar al servicio del marido y de los niños/as, por lo que las escuelas de párvulos
volvieron a ser consideradas como una amenaza que debilitaba el vínculo familiar. Las
pocas instituciones de atención para la infancia que existían entre 1939 y 1970 tenían un
34
carácter meramente asistencial y destinado exclusivamente a aquellos niños/as de
familias que no podían cuidar de ellos.
Sólo a partir de la década de los 70 del siglo XX, que corresponde a los últimos
años de la dictadura, se inicia nuevamente un proceso de renovación educativa que
afectó decisivamente a la estructura de la Educación Infantil en España. Los
movimientos de renovación pedagógica reivindican la necesidad de instituciones
adecuadas para la atención y educación de los niños/as: se consideraba fundamental
contar con un sistema educativo democrático, con profesores bien formados, así como
una aproximación a la educación más libre, integradora, laica, participativa en la etapa
de 0 a 6 años. Este movimiento luchó contra el régimen a través de protestas y encierros
de maestros/as que tuvieron un gran protagonismo en el cambio de los primeros años de
la transición (Sureda, 2010).
35
naturaleza asistencial: las guarderías. Estas instituciones no formaban parte del sistema
educativo y muchas de ellas eran financiados con el dinero de Asistencia Social y
Protección al Trabajo a través de instituciones privadas. Estas instituciones no estaban
pensadas para responder a las necesidades de los niños/as, sino a la de los padres y
madres trabajadores/as.
36
En este momento había una gran preocupación por esta estructura discontinua de
la educación infantil. Además, se consideraba un problema la diversidad de
instituciones que estaban a su cargo y la diferencia notoria entre la educación para los
niños/as de cuatro a seis años de aquella para los niños/as menores. De acuerdo con
Olaya (1996) como respuesta a esta inquietud y motivado por el movimiento de
renovación pedagógica aparece en 1985 el Plan Especial de Magisterio y el Plan
Experimental. Esta estrategia buscaba una revisión de la estructura de la educación
preescolar, así como de un modelo pedagógico a través de diferentes proyectos de
innovación.
37
municipal (Alcrudo, Díaz y Perea, 2015). Este cambio es importante porque marca el
principio de la evolución heterogénea del sistema educativo del primer ciclo en las
diferentes partes del territorio español, el cual va a depender de la aproximación y
recursos de cada Comunidad Autónoma.
1.2.7 La escuela infantil como parte del sistema educativo: legitimación de su rol
educativo y consideración del ciclo 0-3 años a través de la Ley Orgánica
General del Sistema Educativo (LOGSE)
En 1991 el Real Decreto 1004 aparece con el objetivo de regular los requisitos
mínimos de funcionamiento de las escuelas, designándose por primera vez acciones y
plazos concretos para ser cumplidos. Se decreta una ratio oficial de 8 bebés por cada
maestro/a en el aula de 0-1, 13 en la de 1-2, 20 en la de 2-3 y 25 en las de 3, 4 y 5 años.
Alcrudo, Díaz y Perea (2015) afirman que los movimientos de renovación pedagógica
se opusieron a esta ratio por considerarla excesiva. Hubo diferencias en la adaptación de
este decreto por las Comunidades Autónomas. Algunas comunidades como la de
Madrid, o los patronatos municipales de Barcelona, Granada o Pamplona se opusieron y
mantuvieron, siguiendo sus propias órdenes, decretos y normas, una ratio más acorde
con los principios de renovación pedagógica. Otras optaron por mantener el número
máximo de niños autorizados. Este Real Decreto también reguló la titulación exigida a
los maestros/as. En lugar de un título único para toda la etapa 0-6, se decidió que los
maestros/as con especialidad en Educación Infantil se debían ocupar del segundo ciclo,
mientras que el titulo exigido para el primer ciclo era el de técnico superior especialista
en Educación Infantil, que no era universitario, sino que estaba ligado a la formación
profesional.
39
Esta fractura aumentó cuando, a partir de 1999, se realizaron las transferencias
educativas definitivas del Ministerio de Educación a las comunidades Autónomas (a
excepción de Ceuta y Melilla). Así pues, el desarrollo de normas y su implementación
dependían ahora de los criterios y recursos de cada administración regional. El más
afectado fue el ciclo de 0-3 porque, a diferencia del segundo ciclo, este no había logrado
implementarse en todas las comunidades autónomas. Alonso (2016) afirma que hubo
una concepción relativamente extendida entre los gobiernos autonómicos por la que
consideraban mucho menos educativa al primer ciclo de la etapa frente al segundo ciclo,
el cual era entendido como preparatorio para el ingreso a la educación primaria.
40
ofrecer el servicio (LOCE, 2002, art. 10), además planteaba que para este primer ciclo
bastaba con profesionales con la debida cualificación (es decir, que no era requerida la
certificación como maestros con la especialización de infantil como en el segundo
ciclo).
Al igual que la LOGSE el primer ciclo era voluntario y no gratuito (a diferencia
del segundo ciclo que a pesar de ser voluntario si se garantizaba su gratuidad). Con lo
que sí se comprometía esta ley era con garantizar que las administraciones públicas
ofertasen un número suficiente de plazas para cubrir la demanda familiar. La LOCE
apuesta por una oferta combinada tanto de centros públicos como concertados y
privados para garantizar la oferta de plazas lo que conlleva paralelamente una
financiación cada vez más importante de la escuela privada frente a la pública.
1.2.9 La recuperación del carácter educativo de la etapa 0-6 años: la Ley Orgánica
de Educación (LOE)
41
medida a partir de una aproximación academicista. El problema del profesorado se
mantenía: el primer ciclo podía ser atendido por personal “con la debida titulación” (y
no exigía la de maestro o grado). Además, se planteaba que la tarea de programar las
actividades educativas estaría a cargo solo de los maestros/as, quienes contaban con un
título inferior no podrían realizar estas gestiones.
Por otra parte, un gran problema era que las competencias del Ministerio de
Educación eran mínimas. Esta ley había delegado la regulación absoluta del primer
ciclo a las comunidades autónomas, haciendo que la Educación Infantil tuviera
desarrollos muy heterogéneos dependiendo de su concepción, esquema organizativo y
recursos (Alcrudo, Díaz y Perea, 2015). Un ejemplo de esta diversidad de enfoques
respecto a la Educación Infantil la presenta la Conserjería de Educación de la
Comunidad de Madrid (2000) cuando cita una consulta realizada en 1999 a quince
comunidades autónomas. En ella solicita información sobre la dependencia orgánica de
centros y programas de Educación Infantil en la Administración pública. Los resultados
muestran que en ocho de ellas la dependencia orgánica se corresponde con
administraciones y organismos relacionados con los servicios sociales (acción social,
asistencia social, bienestar social, etc.), en cuatro comunidades autónomas dependen de
Educación, en dos comunidades dependen de organismos relacionados con la protección
a la familia y en una comunidad autónoma, se encuentran adscritas a Economía, Acción
Social y Empleo. Estos datos ratifican la preocupación de diversos colectivos sobre la
falta de regulación nacional en el primer ciclo de educación infantil.
42
Otra de las reivindicaciones aludía al cambio de modelo del currículo del segundo ciclo
el cual, de acuerdo con estos colectivos, estaba orientado a la ¨primarización¨
(Plataforma de Madrid en defensa de la Etapa de Educación Infantil 0-6 años, 2017).
Este marco legal aún no se ha logrado.
Como producto de estas políticas se crea entre 1986 y 1987 una red de escuelas
infantiles que buscaba organizar dentro de un marco de referencia común todas las
instituciones con aproximaciones heterogéneas, garantizando además la unidad de la
etapa 0-6. En el marco de esta normativa se firmaron los primeros convenios que
aseguraban criterios comunes de actuación y de coordinación entre la administración
central, autonómica y local. Uno de los más importantes logros fue una homogenización
de las actuaciones de carácter educativo, estableciendo una oferta educativa reglada
(Conserjería de Educación de Madrid, 2000).
43
técnico a las escuelas infantiles (psicólogos, pedagogos, trabajadores sociales y
maestros de apoyo) (Conserjería de Educación de la Comunidad de Madrid, 2000).
Alcrudo, Díaz y Perea (2015) plantean que los cambios en los pliegos favorecieron
que numerosas empresas ajenas al sector (por ejemplo, empresas de construcción o de
limpieza) vieran en este cambio una oportunidad de negocio. Se presentaron al concurso
con un presupuesto reducido, ya que abarataban costes, por ejemplo, disminuyendo el
salario de los educadores (con lo que contrataban personas con menor experiencia y
44
cualificación) o contratando servicios de catering en lugar de mantener una cocina
propia que resultaba mucho más costosa. Las pequeñas empresas y cooperativas de
maestros/as que tenían amplia trayectoria pedagógica se vieron obligadas a ajustar los
presupuestos para poder competir. Muchas de ellas se resistieron a disminuir los costes
si esto implicaba empeorar las condiciones de atención de los niños/as y de los
maestros/as. El resultado fue que muchas cooperativas se quedaron fuera de los
concursos y que gran cantidad de empresas sin experiencia se hicieron cargo la gestión
de las escuelas y casas de niños.
Adicionalmente con el decreto 18/2008, que es el que regula los requisitos mínimos
para el primer ciclo, se procedió a un aumento de la ratio en el tramo de 1-2 -de 12 a 14
niños/as por educador- y en el tramo 2-3 - de 16 a 20-, lo que fue interpretado por los
colectivos de docentes como una medida perjudicial para la calidad educativa de la
etapa (Plataforma de Madrid en defensa de la Etapa de Educación Infantil 0-6 años,
2017).
Pérez (2014) y Olias (2014) afirman que el aumento de las tasas de las escuelas
infantiles públicas tuvo un impacto en la selección realizada por las familias. Muchas
optaron por escuelas privadas que ofrecían costes menores, decisión motivada también
por el interés en acceder a la subvención autonómica que se ofrecía a través de los
llamados ¨cheques guardería¨. De acuerdo con la Plataforma de Madrid en defensa de la
Etapa de Educación Infantil 0-6 años (2017) esta estrategia política representaba un
interés del gobierno de la comunidad por privatizar la educación pública.
45
concepciones muy diferentes sobre la gestión y fines de las escuelas infantiles:
adjudicación de centros en los concursos públicos, dotación económica, defensa o no de
la escuela pública, tasas para las familias e, incluso, en la misma finalidad de la etapa.
Estas diferencias ideológicas generan gran cantidad de tensiones y desacuerdos.
49
50
Capítulo 2
En la parte final de este capítulo (apartado 2.3) nos centramos en estudiar el rol
de la materialidad en los estudios sobre prácticas educativas en la escuela infantil.
Agrupamos los estudios revisados en tres aproximaciones: La materialidad como simple
contexto, La materialidad como elemento físico importante y la materialidad como
elemento material/semiótico y como eje vertebrador de las prácticas educativas
(aproximación funcional, pragmática y cultural).
51
2.1 Los procesos de enseñanza-aprendizaje en la escuela y la poca representación
en la literatura de los niños/as menores de dos años y sus maestros/as
52
Sin embargo, esta primera aproximación a la literatura confirma la poca
representación que tienen los niños/as antes de los dos años en los estudios centrados en
la enseñanza/aprendizaje en la escuela. Nuestra conclusión coincide con la de otros
autores (por ejemplo Rutanen, 2007; Sumsion et al., 2009; Johansson y White, 2011;
Dalli, et al., 2011; Salamon, 2011; McDowall y Baylis, 2012; Davis, Torr y Degotardi,
2015; Fleer y van Oers, 2018) quienes cuestionan este lugar marginal en la literatura (no
solo desde la perspectiva de la enseñanza-aprendizaje), teniendo en cuenta la
participación cada vez más generalizada de los niños/as de estas edades en la escuela
infantil.
Podemos relacionar con cuestiones históricas y disciplinares esta falta de
estudios científicos, que aunque tienen sus orígenes en la primera mitad del siglo XX,
en cierta medida permanecen como sesgos actuales. Rayna y Laebers (2011) por
ejemplo, consideran que la psicología ha desestimulado el estudio de las primeras
edades en las escuelas infantiles a partir de observaciones naturales. Esto, debido a la
aproximación hegemónica positivista que (a partir del último tercio del siglo XX)
prefiere estudiar a estos niños/as en condiciones controladas (por ejemplo en los
laboratorios). Y por otra parte, debido a una concepción tradicional que designa (casi
exclusivamente) a la familia como contexto de desarrollo de los niños/as de estas
edades, y que por tanto ha centrado el interés investigativo en las interacciones entre los
niños/as y sus padres (especialmente la madre) en el hogar.
Sin embargo, Rayna y Laebers (2011) coinciden con Greve y Solheim (2010),
Dalli, et al. (2011), Li, Quiñones y Ridgway (2017), y White y Dalli (2017) en
reconocer que aunque sigue siendo insuficiente, este territorio de investigación ha
comenzado a crecer, y hay un interés cada vez más extendido en estudiar desde
diferentes disciplinas los niños/as antes de los dos años como aprendices en la escuela.
53
las bases de datos incluyendo otras palabras clave en relación con los tipos de
instituciones, los actores, eventos y procesos (por ejemplo teacher-children interaction,
educative situation, quality, group care, play, semiotic mediation, materiality,
participation, group culture, kindergarten, day-care, infants, toddlers, teachers).
54
los conocimientos que se tienen sobre el desarrollo temprano. El interés ha sido
identificar principios generales para favorecer el desarrollo de los niños/as. Se plantea,
por ejemplo, la importancia de que el maestro/a en las actividades escolares proponga
desafíos y ofrezca los apoyos ajustados a las necesidades, teniendo en cuenta tres tipos
de conocimientos relativos a los niños/as: (1) su desarrollo y aprendizaje, (2) sus
características individuales y (3) su contexto social y cultural (Bredekamp, 1987;
Burchinal y Cryer, 2003; Copple y Bredekamp, 2008; Belsky, 2009).
Por su parte, la pedagogía del cuidado plantea como prioridad que el maestro/a
construya una relación estable y consistente con el niño/a. Es decir, que se constituya en
una figura de apego sensible (Ahnert, Pinquart y Lamb, 2006), que ofrezca respuestas
directas y cálidas frente a sus signos verbales y no verbales, que cree oportunidades para
que el niño/a participe activamente de la comunicación. Además, que promueva la
intersubjetividad (Stern, 1985; Trevarthen, 1998; Rommetveit, 1998) al identificar e
interpretar sus sentimientos, intereses y actividades desde una perspectiva intencional y
negociada. Esta perspectiva concibe que la pedagogía de la escuela infantil debe
contemplar como parte fundamental un componente de cuidado, lo que es especialmente
importante con niños/as durante los primeros dos años de vida (Dalli, 2006; Goodman,
2008). Por tanto, el maestro tiene un rol fundamental como agente del que depende una
interacción de calidad (Degotardi, 2010). Así:
Hay consenso en que la pedagogía para los niños/as antes de los dos años es
especializada y diferente respecto a la enseñanza y aprendizaje con niños mayores. Esto
se debe a los diferentes estilos de comunicación de los infantes y niños pequeños, y al
mayor cuidado físico y emocional que ellos requieren […] la literatura contemporánea
ha dado un giro al concepto de la pedagogía del infante y del niño pequeño alejándola
de una postura didáctica hacia actividades y hacia las prácticas apropiadas para el
desarrollo, y acercándola a una práctica que sitúa al maestro en el centro del currículo
(Dalli et al., 2011, p. 4).
55
con el interés por establecer criterios homogéneos a partir de los cuales comparar
instituciones con características diferentes, y determinar sus efectos en el desarrollo y
aprendizaje de los niños/as. La hipótesis que durante más de 40 años se ha intentado
probar es que cuanto más alta es la calidad de la escuela, el desarrollo y el aprendizaje
de los niños/as son más positivos (NICHD, 2000).
Dos aspectos son compartidos por la gran mayoría de estos estudios: (a) analizan
la calidad a través de instrumentos observacionales estandarizados, por ejemplo the
Early Childhood Environment Rating Scale, ECERS (Harms et al., 1980); the
Infant/Toddler Environment Rating Scale, ITERS (Harms et al., 1990) y sus revisiones:
ECERS-R (Harms et al.,1998); ITERS-R (Harms et al., 2003), Arnett Caregiver
Interaction Scale, CIS (Arnett, 1989) y Classroom Assessment Scoring System Pre-K,
CLASS pre-K (Pianta, La Paro y Hamre, 2008). Y (b) Los sujetos que mayoritariamente
se estudian son maestros/as interactuando con niños/as de entre tres y cinco años.
56
interacciones sociales positivas, en aulas con una ratio muy pequeña de niños-
maestros/as (NICHD, 2004).
Uno de los objetivos de estos estudios era probar empíricamente los efectos en el
desarrollo y el aprendizaje de la participación de los niños/as en una escuela infantil con
distintos niveles de calidad. Estos estudios se explican a continuación.
57
cuestionada. Así, emergen una serie de estudios que coinciden en la necesidad de
estudiar las prácticas educativas desde un modelo situado. Describiremos esta nueva
aproximación a continuación.
Moss y Pence (1994) forman parte de los primeros autores que presentan sus
objeciones al modelo mainstream de la calidad, y afirman que no debería entenderse
como un concepto universal, sino como un concepto relativo y ligado directamente a los
valores de cada cultura.
Dalli et al. (2011) plantea que alrededor del nuevo milenio comienza a expandirse
un discurso nuevo de la calidad, que la comprende como un proyecto que está
continuamente evolucionando al nivel de la práctica. Por su parte Katz (1993) afirma
que un enfoque fructífero del estudio de la calidad en las prácticas educativas no debería
centrarse exclusivamente en una aproximación arriba abajo, en donde expertos evalúan
las instituciones a través de normas pre-establecidas y proponen directrices que deben
cumplirse, sin importar las condiciones particulares de cada institución. Se plantea
entonces la necesidad de ampliar el foco de análisis teniendo en cuenta una perspectiva
58
situada (de abajo-arriba) que estudie en detalle la experiencia de los niños/as y
maestro/as participantes, además de la de los directores, los padres y la comunidad.
Siguiendo con la idea previamente descrita de explorar las prácticas desde una
perspectiva situada, en la literatura encontramos otro tipo de estudios que se alejan del
interés por medir la efectividad de las prácticas en la escuela infantil en términos de
resultados del desarrollo. Aquí el interés es entender los procesos de desarrollo de los
niños/as, en términos de sus habilidades para la participación en las prácticas
educativas específicas de su escuela. Estos estudios tienen en cuenta la naturaleza
dinámica de las prácticas en el aula, la relación didáctica, es decir que reconocen como
pilares del encuentro educativo: el saber (contenido del aprendizaje), la interacción entre
el maestro/a y el aprendiz y la significación que es construida y que se asocia con las
habilidades emergentes de los niños/as (por ejemplo, Ishiguro, 2016; Rodríguez,
59
Estrada, Moreno-Llanos y de los Reyes, 2017; Saada-Robert y Balsev, 2004; Tapparel,
2014). Y en algunos casos se enfatiza también los arreglos socio-materiales específicos
en el que las interacciones tienen lugar a partir de análisis microgenéticos (Rodríguez,
Estrada, Moreno-Llanos y de los Reyes, 2017; Ishiguro, 2016; Tapparel, 2014).
60
Dziurgot, 2011). Desde esta perspectiva la práctica educativa es pensada como un
proceso dinámico en el cual la intervención del maestro/a y de los niños/as se ajusta a
los constantes cambios en relación con los acuerdos sobre las metas y al contenido de la
actividad conjunta, a las expectativas del maestro/a, pero también al nivel de dificultad
de la tarea, así como la interpretación que hacen los niños/as de la tarea y al despliegue
de sus habilidades (Coll et al., 1992; Saada-Robert y Balsev, 2004; Ishiguro, 2016;
Rodríguez et al., 2017).
Esto se relaciona también con el hecho de que muy pocos estudios se enfocan en
los aspectos pedagógicos de la interacción entre los maestros/as con niños/as menores
de dos años, quienes aún no utilizan el lenguaje como principal sistema de mediación,
incluyendo la autorregulación. La mayoría de las investigaciones son realizadas con
niños/as que ya son usuarios hábiles del lenguaje y por tanto la mediación lingüística es
la que se estudia en detalle. El lugar de los sistemas de signos prelingüísticos (como los
gestos, los usos de los objetos, las expresiones emocionales) que son fundamentales
cuando se estudia la interacción con niños/as antes de los dos años, tienen un rol muy
limitado en la literatura.
61
que se estudia es: “[…] el proceso de mutua constitución y co-construcción del self, la
mente, significados, símbolos, marcos, actores, valores, relaciones y/o cultura”
(Rutanen, 2017, p. 59). Este tipo de estudios utilizan con frecuencia la metáfora de la
red (ver Rossetti-Ferreira, Amorim y Silva, 2007) que, siguiendo el paradigma de la
complejidad, intentan superar la comprensión de las relaciones entre los diferentes
elementos de manera independiente y basado en mecanismos unidireccionales,
predecibles e invariantes (Valsiner, 2007). Se enfatiza la interdependencia, reciprocidad
y sinergia entre los participantes de la situación, su contexto social y su cultural, así
como su constante transformación.
62
Musatti y Mayer, 2001, 2011; Emilson y Folkesson, 2006; Rutanen, 2007; Emilson,
2007; Emilson y Johansson, 2009; Kjørholt y Seland, 2012; Kontopodis, 2012; 2013;
Hodgins, 2014; Kontopodis y Perret-Clermont, 2016).
63
(a) Materialidad como simple contexto: objetos y actividades intercambiables como
excusa para explorar elementos interactivos diádicos
64
Desde una aproximación cualitativa, Jung (2013), McWilliam, de Kruif y Zulli
(2002) y McMullen (1999) muestran también cómo una parte importante de la
intervención de los maestros/as se hace a través de la selección, organización y
utilización de los recursos materiales durante la actividad. A través de observaciones
ejemplifican lo que ocurre cuando los maestros/as seleccionan y organizan un espacio
ajustado para los niños/as teniendo en cuenta objetivos claros pero flexibles de la
actividad, así como proponiendo soportes materiales a las necesidades individuales. En
otros casos, se presentan observaciones sobre las limitaciones cuando la planificación de
la actividad no se realiza de manera cuidadosa y la selección del material y su
organización no se realiza de manera ajustada (McWilliam, de Kruif y Zulli, 2002,
McMullen, 2010).
65
Esta perspectiva relacional del estudio de la materialidad y los escenarios de
enseñanza-aprendizaje ha comenzado a surgir con más fuerza (ver por ejemplo Rutanen,
2007; Sørensen, 2009; Løkken y Moser, 2012; Odegard, 2012; Kontopodis, 2012;
Clark, Pacini-Ketchabaw y Hodgings, 2014; Fredriksen, 2012; Nordtømme, 2012;
Roehl, 2012; Tapparel, 2014; Kummen, 2014; Ishiguro, 2016; Rodríguez et al., 2017;
Rutanen, Raittila y Vuorisalo, 2018). Desde esta perspectiva se considera que los
encuentros educativos constituyen un entramado de relaciones entre el mundo material,
los significados culturales y los sujetos agentes que constituyen prácticas en constante
redefinición.
En la escuela infantil, con niños antes de los dos años, algunos estudios recientes
analizan las interacciones triádicas en situaciones como la comida usando instrumentos.
Ishiguro (2016) y Rodríguez, Estrada, Moreno-Llanos y de los Reyes (2017) estudian la
transición a la hora de comer desde un momento en que los niños necesitan asistencia
para usar la cuchara, hasta cuando son capaces de hacerlo de manera autónoma
autorregulándose. Ambos trabajos se interesan en las diferentes estrategias del
maestro/a para ajustar su intervención educativa a las nacientes habilidades de los niños
y el lugar destacable de la materialidad en esa mediación. El estudio de caso de
Rodríguez et al. (2017) por ejemplo, evidencia, cómo los sistemas semióticos relativos a
los usos de los instrumentos materiales y de los gestos, se construyen a partir de la
interacción con la maestra, pero también comienzan a funcionar como medios de
autorregulación y de puesta en marcha de las funciones ejecutivas por parte del niño, a
partir de lo que denominamos gestos privados (ver también Delgado, Gómez y Sarriá,
66
2009; Cook y Goldin-Meadow, 2006; McGuigan y Núñez, 2006; Vallotton, 2008;
O’Neill y Miller, 2013), de la misma manera como el lenguaje funciona con niños/as
mayores (Müller, Jacques, Brocki y Zelazo, 2009; Carpendale, Lewis, Susswein y Lunn,
2009; Atencio y Montero, 2009; Vallotton y Ayoub, 2011).
• Una gran parte de los estudios (ver por ejemplo Burchinal y Cryer. 2003; Gevers
Deynoot-Schaub, Riksen-Walraven, 2008) que sí se ocupan de estudiar la
interacción en la escuela infantil con niños/as antes de los dos años se caracterizan
por centrar el análisis en procesos diádicos, dejando fuera la configuración didáctica
–triádica por tanto- y socio-material de la actividad conjunto sobre la que están
interactuando, así como la construcción de significados sobre la actividad.
68
negociación entre maestros/as y niños/as teniendo como marco los objetivos
pedagógicos de la actividad y la configuración socio-material.
Teniendo en cuenta este panorama hemos planteado este estudio cuyo aporte pueda
ayudar a cerrar esta brecha en la investigación. Por una parte, nos hemos centrado en
analizar las prácticas educativas en la escuela con niños/as antes de los dos años. El
enfoque de este estudio no se sitúa solo en el lenguaje sino que incluimos otros sistemas
que también emergen como instrumentos de mediación: los gestos, los usos de objetos,
las expresiones emocionales, las intervenciones directas con el cuerpo entre otros.
Además, la materialidad ocupa un lugar central en el análisis, pues hemos intentado
mostrar su rol como sistema cultural de mediación, y como referente y medio para la
construcción de significados conjuntos entre maestros/as y niños/as.
69
70
Capítulo 3
71
En el tercer apartado nos centramos en la escuela como institución de
transferencia y co-construcción de la cultura. Aquí desarrollamos la idea de la práctica
escolar que explícitamente busca contribuir al desarrollo de los niños/as en términos de
socialización e individuación. Nos aproximamos a la escuela infantil como Comunidad
de Práctica (Lave y Wenger, 1991) en donde los procesos de enseñanza-aprendizaje
están situados dentro de un sistema (parcialmente) compartido de significados y reglas,
y en donde se gestionan diferentes formas de participación por parte de los niños/as y el
maestro/a.
72
y materialmente situados. Desde esta perspectiva, los objetos e instrumentos materiales
pueden ser entendidos desde: “Las relaciones mutuamente constitutivas entre las
personas y el mundo material en la vida cotidiana” (Overholtzer y Robin, 2015, p. 1).
Con esta aproximación se busca poner de relieve (1) el hecho de que el universo
material artefactual se rige a través de reglas de uso para sus usuarios, y (2) la
importancia de la materialidad como mediadora de la comunicación humana, y de los
encuentros sociales en general, así como de la acción educativa en la escuela en
particular, especialmente durante los primeros años de vida.
Dewey (1930), apoyándose en Hegel y Marx, plantea que los objetos deben
pensarse como una parte del mundo material que ha sido modificada históricamente por
su incorporación en acciones humanas orientadas a metas. En los objetos está
condensada la historia de sus usos, de interacciones sociales y de actividades en las que
las personas los han incluido y en las que sirven de mediadores en el presente.
Asimismo, desde la sociología se plantea que los encuentros con los otros están
estructurados por ideologías, relaciones de poder y resistencias al poder (Foucault,
1972) en donde el mundo material y las prácticas que emergen alrededor de él son pieza
clave (Bourdieu, 1977). Cuando las personas interactúan con los objetos en las prácticas
cotidianas surgen microprocesos de negociación. En estos encuentros surgen
malentendidos, resistencias y confrontaciones, que representan las tensiones entre la
homogenización de las prácticas y la novedad, entre la manera usual y esperada de
comprender y usar los objetos, y la emergencia de nuevas posibilidades (Akrich, 1992;
Cornell y Fahlander, 2007). Se plantea entonces que los objetos son piezas clave para
73
reproducir patrones sociales (y así garantizar su mantenimiento), pero también
contienen un importante potencial para la transformación y el cambio. A través de las
interacciones con, acerca de y sobre los objetos es que las normas, las relaciones
sociales y políticas son percibidas, construidas y negociadas. Estas ideas están
relacionadas con la co-construcción de la cultura que la psicología cultural desarrolla
(por ejemplo, Cole, 1996; Valsiner, 2000; Valsiner y Rosa, 2007; Rosa y Valsiner,
2018) y que presentaremos a continuación.
En los escenarios cotidianos, donde los niños/as están involucrados, hay gran
cantidad de objetos susceptibles de ser usados funcional y simbólicamente con muy
diversos objetivos. Este mundo material es parte esencial de las prácticas sociales y
culturales que caracterizan las interacciones entre los niños/as y los otros desde el
principio de la vida (Rodríguez, Benassi, Estrada, y Alessandroni, 2017).
1
Otros autores como Rogoff (1990) o Cole (1996) prefieren el término apropiación para resaltar la idea
de las múltiples transformaciones que las personas hacen del conocimiento y de las herramientas
culturales.
74
con formas progresivamente más complejas y autónomas en las prácticas de su
comunidad (Wertch, 1985; Rogoff, 1990; Bruner, 1990; Cole, 1996; Valsiner, 2000).
75
con Bruner (1990) la experiencia humana y las acciones se construyen a partir de nichos
interactivos intencionales. Por lo tanto, la emergencia y funcionamiento de los procesos
psicológicos deben entenderse dentro de los encuentros sociales semióticamente
mediados con los otros que actúan intencionalmente en las actividades cotidianas.
76
Al inicio de la vida los niños/as se introducen en los escenarios interactivos con
la guía de los adultos (Rodríguez 2006, 2012b), quienes desde los tratan como agentes
constructores de significados. Al principio, los niños/as participan en estos encuentros a
través de los movimientos del cuerpo, posturas y expresiones emocionales, interpretadas
desde un punto de vista intencional, con lo que el comportamiento del niño/a adquiere el
estatus de signo, mucho antes de que sean signos para el propio niño/a, en el sentido
indicado por Wallon (1951/1985) cuando afirma que la biología está socialmente
orientada.
77
Se hace especial énfasis en que este proceso no es exclusivamente diádico, sino
que se produce a través de interacciones triádicas (niño/a-objetos-adultos), en donde los
objetos son usados por los adultos para los niños/as desde el nacimiento (Rodríguez et
al., 2017). Se cuestiona, por tanto, la idea de que durante los primeros nueve meses de
vida lo que prima es una intersubjetividad primaria (Trevarthen, 1979) en donde los
intercambios son de carácter diádico, y que sólo con la revolución de los nueve meses
(Tomasello, 1999) aparece la intersubjetividad secundaria (Trevarthen y Hubley, 1978),
cuando las interacciones son triádicas pues los niños/as se comunican intencionalmente
con el adulto acerca de algo externo a ambos.
(d) Los usos de los objetos desde una perspectiva del desarrollo
La comprensión de los objetos y sus usos por su función cultural (Rodríguez, 2012a;
Costall y Dreier, 2006) no puede entenderse como una propiedad que el sujeto pueda
extraer de los objetos mismos directamente, sino que es un logro del desarrollo
mediado. Se trata por tanto de un proceso gradual de construcción de significados y
normas culturales a partir de los cuales los objetos son usados dentro de escenarios
cotidianos de prácticas (Valsiner, 2000; 2014).
Rodríguez et al. (2017) plantean que los objetos usados por el adulto con el niño/a
se conforman como un referente compartido dentro de la comunicación, aunque ese
mismo objeto-referente tenga significados muy diferentes para el niño/a y para el adulto.
Sin embargo, al incluirlos en estas interacciones se abren posibilidades de construcción
78
de escenarios interactivos, que, aunque rudimentarios, posibilitan la atención conjunta,
la acción conjunta y los inicios de la construcción de significados culturales.
Los niños/as no son indiferentes a las acciones con los objetos que le son
presentadas y poco a poco orientan sus miradas y después sus acciones hacia ellos. Es lo
que Rodríguez y Moro (1999) llaman el efecto imán, que aparece tan temprano como
los dos o tres meses. En estas interacciones son fundamentales los elementos rítmico-
sonoros de los que los adultos se sirven. De acuerdo con Moreno-Núñez, Rodríguez y
del Olmo (2015; 2017) y Alessandroni, Moreno-Núñez, Rodríguez y del Olmo
(enviado) estos ritmos son poderosos organizadores de la interacción que permiten la
primera entrada al niño/a en patrones muy básicos de mutualidad, que más adelante
darán paso a las primeras acciones independientes sobre los objetos. Los niños/as
comienzan agarrándolos cuando el adulto los pone a su alcance. Estas interacciones sólo
surgen si son sostenidas por el adulto, puesto que son ellos los que seleccionan qué
objetos del mundo material acercan, cómo, cuándo y por qué. Acciones intencionales
que se relacionan directamente con las prácticas y significados culturales de cada
contexto sociohistórico.
Progresivamente los niños/as van tomando la iniciativa al usar los objetos, pero
éstos al principio no son usados por su función, sino de una manera no convencional, a
partir de lo que permiten sus características físicas: los chupan, los muerden, los
sacuden, etc. (Rodríguez y Moro, 1999). Más adelante comienzan a usarlos siguiendo
componentes rítmico-sonoros (ver Moreno-Núñez, Rodríguez y del Olmo, 2015; 2017).
Y es alrededor de los seis meses cuando los primeros usos canónicos comienzan a
producirse con objetos ciertamente cotidianos (Rodríguez et al., 2017). Éste es un
importante hito del desarrollo pues por primera vez los objetos comienzan a ser
caracterizados como miembros de clases (ver y usar como biberón cualquier biberón),
de acuerdo con convenciones sociales y culturales, lo que permite que los encuentros
con la materialidad ya no se basen en la singularidad de cada objeto, sino en formas
básicas de conceptos de acuerdo con su función (Rodríguez, 2012a). Es importante decir
que estos primeros usos emergen cuando el niño/a interactúa con objetos sencillos, que
le son familiares, tienen un tamaño adaptado a sus posibilidades motoras y con los que
tiene experiencia a través de la participación guiada del adulto en las prácticas
cotidianas, por ejemplo el biberón o los sonajeros (Rodríguez et al, 2017), los usos
convencionales de objetos más complejos aparecen más tarde.
79
Esta construcción de convenciones respecto a los usos de los objetos da paso
también a aproximaciones creativas. Es lo que se ha denominado usos metacanónicos
(Rodríguez, et al., 2017; Alessandroni y Rodríguez 2017) que son aquellos usos de los
objetos que, aunque no siguen un uso convencional, exhiben efectividad (por ejemplo,
una mesa usada como escalera). Más tarde comienzan a aparecer los primeros usos
simbólicos. De acuerdo con Rodríguez, et al. (2017) mientras que los usos canónicos
están relacionados con la efectividad del aquí y del ahora, los usos simbólicos se
relacionan con la construcción de estados alternativos que implican operar con
elementos ausentes. Con los usos simbólicos los niños/as transforman el objeto a través
de procesos como: (1) atribuir significados alejados de su uso convencional, como
cuando lo usan por sustitución (un caballo réplica usado como vaso para beber), (2)
realizar el uso convencional de un objeto, donde ciertos elementos quedan ausentes (por
ejemplo comer comida imaginaria con una cuchara vacía), (3) realizar el uso, haciendo
clara referencia a la práctica social referencial, pero en ausencia del objeto usado (por
ejemplo beber con un vaso inexistente poniendo la mano como si el objeto estuviera
siendo usado) (Alessandroni y Rodríguez 2017; Cárdenas, Rodríguez y Palacios, 2014;
Palacios y Rodríguez, 2015; Palacios et al., 2016, Yuste, 2017). Estos usos simbólicos
incluyen una estratificación semiótica relacionada con diferentes niveles de
complejidad, la cual es apoyada por la intervención educativa del adulto a través de
diferentes sistemas de mediación (Cárdenas, Rodríguez y Palacios, 2014; Palacios,
Rodríguez, Méndez-Sánchez, 2018).
80
Para concluir este apartado sintetizamos tres ideas de la pragmática del objeto
que son fundamentales para esta investigación:
• Hay que distinguir entre objeto y uso. La comprensión de los objetos y sus usos por
su función cultural no puede entenderse como una propiedad que el sujeto puede
extraer de los objetos mismos, sino que es un logro del desarrollo guiado. Este
proceso se relaciona con un proceso gradual de construcción de significados y
normas culturales a partir de los cuales los objetos son usados dentro de escenarios
cotidianos de prácticas.
• Los objetos se usan para hacer cosas en la vida cotidiana y, por tanto, son pieza
clave de la comunicación intencional, de la comprensión de las intenciones del otro.
• Los objetos forman parte de los intercambios comunicativos entre sujetos. Son
referentes a la misma vez que instrumentos de comunicación, lo que es
especialmente relevante cuando se analizan prácticas con niños/as antes de los dos
años, que deben negociar las reglas de la actividad a partir de sistemas semióticos
diversos, al no contar todavía con el lenguaje como principal mediador
comunicativo.
3.2 Los procesos de co-construcción cultural: la mediación del adulto como proceso
de canalización
81
materiales institucionalizadas y hasta cierto punto coordinadas, así como las
valoraciones sobre las formas legítimas de actuar de los miembros de una comunidad, lo
que se relaciona con roles y formas de organización (Cole, 1996; Rogoff, 2003;
Valsiner, 2000).
Uno de los elementos clave que se discute desde la psicología cultural son los
procesos de transferencia y construcción de la cultura, haciendo énfasis en los
dispositivos de mediación. En este trabajo seguimos la propuesta de Valsiner (2007) en
la que se toma distancia de la concepción más tradicional de la transferencia cultural
como un modelo unidireccional. En contraposición asumimos la idea de transferencia
bidireccional (Valsiner, 2014), lo que implica un sistema abierto y dinámico de co-
construcción, en donde la novedad es un elemento intrínseco del proceso. Así, las
82
personas en desarrollo responden a las situaciones nuevas a través de la cultura y sus
dispositivos en un interjuego entre lo heredado culturalmente y la novedad, lo que los
convierte en hábiles transformadores culturales. La co-construcción involucra la
creación de formas organizativas novedosas de mediación semiótica (Valsiner, 1997) y
acciones por parte de todos los participantes.
Estos acuerdos que se van construyendo en tiempo real, van generando un sistema
de normas colectivamente coordinadas que sirven como normas de grupos, generando
una aparente homogenización. Este sistema comienza a actuar como fuente de
referenciación social, y, por tanto, sirve como base para la construcción de formas de
organización, significación y desarrollo tanto interpersonales como intrapersonales.
84
• Zona de Desarrollo Proximal (ZDP): este concepto tiene sus orígenes en la
propuesta de Vygotski (1978), quien la definió como la zona más allá del
conocimiento actual del niño/a, que incluye lo que puede alcanzar con el apoyo de
una persona más experta. Valsiner, sin embargo, la entiende como la zona de
posibles estados futuros de desarrollo de una persona en relación con su ambiente,
dado el estado actual del complejo formado tanto por la zona de movimientos libres,
como por la de acciones promovidas. Con esto se enfatiza lo que los niños/as
pueden hacer (dentro de la zona de movimientos libres) a partir de la orientación que
ha recibido (en la zona de acciones promovidas).
Esta perspectiva enfatiza la idea del poder de los adultos para organizar los
contextos en los que se encuentran los niños/as y canalizar así su desarrollo de acuerdo
con ciertas normas y expectativas sociales, que pueden ser estudiadas desde la
perspectiva de modelos culturales dentro de una comunidad de práctica (Lave y
Wenger, 1991) o Comunidad de Aprendices (Rogoff, 1990). Estas normas funcionan
para crear significados y guiar las acciones respecto a una amplia variedad de dominios
como los usos de la materialidad, el funcionamiento de los intercambios entre los
sujetos, y propiedades generales como, por ejemplo, cómo ocurre el aprendizaje.
85
transmisora de una cultura, considerada legítima, a todos los niños/as como parte
fundamental de su inclusión en la vida social. Desde esta perspectiva, la escuela juega
un papel fundamental en homogeneizar las referencias, los valores básicos y las
herramientas culturales a las nuevas generaciones.
En cada escuela o grupo hay márgenes variables para realizar construcciones propias.
Los sujetos involucrados se apropian de tiempos y espacios en los que generan prácticas
divergentes y aprenden contenidos no previstos en los programas oficiales […] Los
maestros son los sujetos centrados en la construcción cotidiana de la cultura escolar.
Lejos de ser representantes fieles de la voluntad estatal que trasmiten la cultura de la
86
sociedad, ellos ponen en la práctica diversos saberes adquiridos en sus trayectorias
personales (Rockwell, 2017, p.32).
87
cotidianas en las que se re-construye y negocia este sistema de significados que
organiza la actividad conjunta de los miembros (Coll et al., 1992, Coll y Onrubia, 1997;
Coll, 2001). Esta experiencia histórica compartida permite la construcción de
valoraciones sobre formas legítimas de actuar de los miembros la comunidad (Lave y
Wenger, 1991) que se relacionan con roles y formas de organización y participación
(Cole y Hantano, 2007; Rogoff, 2003), así como con los usos convencionales de la
materialidad de acuerdo con prácticas institucionalizadas (Kontopodis, 2012, 2013;
Ishiguro, 2016, Rutanen, 2007; Moro y Muller Mirza, 2014).
Además se plantea que en estas prácticas cotidianas comienzan a surgir una serie
de guiones [Scripts]. Estos guiones son definidos como: “un nivel básico de
representación del conocimiento en una jerarquía de relaciones que se alcanza a través
de planes para alcanzar objetivos” (Nelson, 1981, p. 101). Nelson (1981, 1986, 2015) y
Bruner (1990) enfatizan el papel de los adultos en la construcción de guiones sobre lo
culturalmente apropiado, los cuales ofrecen a los niños/as referentes y limitaciones para
la creación de significados y regulación de actuaciones, procesos fundamentales para la
transmisión y negociación cultural.
Estos guiones que los niños/as y los maestros/as van desarrollando de las
actividades cotidianas en las que participan comienzan a servir como mediadores, pues
permiten la interpretación de las situaciones de acuerdo con un marco cultural que sirve
como guía para la acción situada, en esta escuela, en determinadas actividades y en
determinado momento. Este concepto no plantea una prescripción, sino una base a partir
de la cual comenzar a negociar significados y darle sentido a la experiencia (Bruner,
1990).
Tal como hemos presentado hasta ahora, los procesos de transferencia y co-
construcción de la cultura escolar emergen como parte de las prácticas cotidianas en las
que los miembros de la comunidad de práctica participan. Estas negociaciones son
procesos situados, es decir que emergen en situaciones específicas en donde se
89
despliega un interjuego de significados sobre: (1) la tarea en particular (atribución de
significado aquí y ahora sobre las reglas de usos de la materialidad) y (2) las normas
culturales de la comunidad de práctica, que son transversales a todas las actividades.
Saber
Maestro Alumno
(Chevallard, 1985/1991, p, 3)
90
Con esta propuesta se busca superar dos perspectivas tradicionales al estudiar los
procesos de aprendizaje. Por una parte aquellos que se centran en estudiar
exclusivamente la interacción entre el maestro y el alumno (obviando el saber sobre el
que interactúan). Y por otra parte una perspectiva que se centra en el alumno que
aprende un saber (obviando la influencia educativa del maestro/a). Pero además se
busca superar una aproximación del sistema didáctico como aislado de la situación en
que aparece. Por tanto, se plantea que este sistema debe además enmarcarse en el
contexto, en este caso institucional, en el que el sistema didáctico aparece. Este
contexto, como mencionamos previamente, canaliza ciertas reglas, códigos y
expectativas sobre cada uno de los participantes, el proceso y los resultados, lo que se
relaciona además con la propuesta de Brousseau (1980)2 sobre el contrato didáctico.
Dicha propuesta rescata la intencionalidad de los participantes y las expectativas de los
alumnos/as sobre la actuación del maestro/a, y del maestro/a sobre la actuación de sus
alumnos/as en una situación-problema alrededor de un saber específico.
2
El contrato didáctico que emerge específicamente dentro de la disciplina matemática se relaciona también con la
propuesta de contrato pedagógico propuesta por Filloux (1974).
91
que en todas las situaciones de aprendizaje deben considerarse los elementos que
gráficamente presentamos en la Figura 2.
92
poniéndolos a disposición de los niños/as y de esta forma se instaura diferentes áreas de
desarrollo proximal. Esta perspectiva es compartida por Moro y Tapparel (2012) y
Tapparel (2014; 2015) quienes conceptualizan la situación educativa como intervención
pues consideran que tienen el potencial de impulsar el desarrollo de los niños/as
respecto a la apropiación de contenidos culturales (conocimientos y herramientas). Sin
embargo plantean que el nivel de intervención debe analizarse teniendo en cuenta el
potencial para construir un escenario que genuinamente trabaje en la zona de desarrollo
proximal (Vygotski, 1978).
93
1. Situación cotidiana informal: que se centra en la apropiación de contenido cultural
relacionado con el saber-hacer, saber-comunicar y las creencias. No hay una
intención explícita de enseñar y el niño/a sigue su propio programa.
2. Situación de enseñanza-aprendizaje insertada en las situaciones cotidianas: En este
tipo de situaciones sí hay una intención educativa y un conocimiento explícito
acerca de un objeto de enseñanza-aprendizaje. Su característica es que se inserta en
conjunto de prácticas diarias y el niño/a sigue su propio programa.
3. Situaciones de enseñanza-aprendizaje semi-formales: claramente diferenciadas de
las situaciones de la vida cotidiana porque están institucionalizadas y los contenidos
culturales claramente identificados (por ejemplo prácticas culturales). Se mantiene
una relación con situaciones cotidianas que el niño/a conoce, garantizando una
continuidad entre los conocimientos cotidianos y los actuales. En estas el niño/a no
sigue su propio programa sino el propuesto por los maestros/as.
4. Situaciones formales: el objeto de estas situaciones son conocimientos
especializados así como herramientas específicas (sistemas de escritura, numérico
etc.). Hay una clara ruptura con el funcionamiento diario por lo que se implica una
forma de suspensión de la actividad actual para poder generar una reflexión y
consciencia. Implica un control direccionado de la propia actividad psicológica.
94
entre estas situaciones institucionalizadas y las situaciones de la vida cotidiana, pero
centrándose exclusivamente en las semi-formales. Para su categorización Tapparel
(2015) tiene en cuenta (1) el número de objetos presentes, (2) la medida en que la
actividad es orientada por los objetos materiales y sus usos, o por una consiga
educativa, y (3) la intervención se centra en la zona de desarrollo real o proximal.
Para Tapparel (2015) el análisis de las situaciones educativas debe tener incluir
análisis didácticos respecto a las características del objeto de aprendizaje, los
contenidos de la tarea y las reglas de actividad. Plantean además que en las situaciones
se gestiona una dimensión subjetiva (atribución de significado aquí y ahora) y una
dimensión objetiva (orden de lo que es público y compartido y que permite a las
personas actuar en una misma situación). Estas autoras además plantean que estas reglas
de la actividad con niños/as de estas edades no emergen solamente como elementos
abstractos comunicados por el maestro/a de manera explícita (lo que sí suele ocurrir con
niños/as mayores), sino que la construcción de significaciones entre los participantes se
da acerca y a través del mundo material.
S1 S2 S3 S4 S5
95
Consideramos que estos elementos conceptuales son importantes como guía para
estudiar las situaciones educativas con niños/as antes de los dos años, y explorar los
procesos específicos de construcción de significados sobre las prácticas y sobre su
comunidad de aprendices.
Además, nos permite explorar en qué medida la escuela infantil desde el aula 1-2
promueve en mayor o menor medida una participación de los niños/as siguiendo una
organización jerárquica que define unas normas que prescriben los encuentros con el
maestro/a, la materialidad y con los otros. O bien, una organización en los que tanto
niños/as como adultos interactúan a través de un modelo mucho más horizontal de
participación guiada siguiendo la perspectiva de una comunidad de aprendices que es
abierta, flexible que considera las situaciones educativas como una co-contrucción.
96
Capítulo 4
Objetivos y Método
[…] los investigadores no son entidades neutrales externas a la investigación que miran
a los resultados desde el balcón del mundo como si su presencia no tuviera impacto en
los datos… [los investigadores] están situados en arreglos socio-materiales, involucrados
en historias globales y locales, limitados y ligados por órdenes temporales, espaciales,
materiales y semióticos que forman sus roles e interacciones con los participantes de la
investigación (Kontopodis y Perret-Clermont, 2016, p. 9, la traducción es nuestra).
97
investigador/a en interacción con los participantes de su investigación, con los objetos,
con las teorías y las metodologías los que construyen la investigación como un proceso
dialógico. De esta manera que:
Hemos organizado este capítulo mostrando los lentes que en cada momento de la
investigación hemos usado para observar la realidad empírica. Comenzaremos con las
preguntas de investigación que surgen a partir de la revisión teórica realizada. A
continuación, presentamos las características del estudio, los objetivos de investigación y
los pasos seguidos para alcanzarlos. Describimos los participantes, el proceso de recogida
de datos, las definiciones de las categorías de observación y brevemente mencionamos el
procedimiento de análisis de los datos (que será descrito en profundidad en el capítulo 5
para las situaciones educativas y 6 para la mediación del maestro/a). A lo largo del
capítulo discutimos los focos que hemos establecido, los cambios de perspectiva, las
negociaciones teóricas y metodológicas que han emergido, así como los significados que
hemos ido re-construyendo como parte del proceso investigativo.
Nuestro punto de partida para esta investigación ha sido las ideas de la pragmática del
objeto (Rodríguez y Moro, 1999; Rodríguez, 2012a; Rodríguez et al., 2018). Tal como
presentamos en el Capítulo 3, uno de sus centros ha consistido en el el análisis de la
influencia comunicativo-educativa de los adultos sobre los niños/as al resolver tareas con
objetos complejos. En este estudio retomamos el análisis de las interacciones triádicas
(adulto-niño-objeto), focalizando los sistemas semióticos no lingüísticos. Además, nos
aproximamos al análisis de la materialidad y sus usos a través del filtro semiótico. Pero a
diferencia de estudios previos proponemos tres novedades:
A partir de estas ideas presentamos a continuación las preguntas que guían esta
investigación.
(a) ¿Qué tipos de situaciones educativas se construyen entre los maestros/as y los
niños/as en la escuela infantil 1-2 años durante la actividad principal?
(b) ¿Cuál es el nivel de control del maestro/a y de apertura de espacios para la
participación por parte de los niños/as en cada tipo de situación educativa?
(c) ¿Cómo es el proceso de construcción de reglas de actividad en cada tipo de
situación educativa? ¿Cuál es el rol que la materialidad tiene en este proceso?
99
Respecto a la mediación del maestro/a:
(a) ¿Qué dimensiones de la propuesta de actividad son mediadas por los maestros/as
en las situaciones educativas?
(b) ¿Cómo media el maestro/a la actividad grupal? ¿hacia quién dirige sus
mediaciones?
(c) ¿Qué estrategias de mediación utilizan los maestros/as?
(d) ¿A través de qué sistemas semióticos los maestros/as realizan estas mediaciones?
(e) ¿Cómo las mediaciones de los maestros/as actualizan discursos culturales
respecto a la práctica educativa en cada escuela infantil?
4.3 Objetivos
(1) Identificar los tipos de situaciones educativas que son propuestas por los maestros/as
en la escuela infantil 1-2 años.
Este primer objetivo se relaciona con el interés por construir un sistema de categorías
que permita la identificación de estructuras posibles de situaciones educativas, más
allá de la propuesta específica de actividad observada. Este objetivo también responde
al interés por explorar el estatus educativo de las prácticas en el primer ciclo de
educación infantil, estatus que históricamente ha sido cuestionado (ver Capítulo 1).
A este objetivo subyace, por una parte, el interés por explorar cómo se construyen las
reglas de actividad conjunta en las situaciones educativas con niños/as entre 1 y 2 años.
Esta temática, como hemos mencionado previamente, ha sido estudiada
mayoritariamente con niños/as mayores que usan el lenguaje como sistema principal
de mediación. Lo que ocurre con niños/as menores es todavía un tema poco explorado.
100
Por otra parte, es de nuestro interés explorar en qué medida las situaciones educativas
ofrecen: (a) oportunidades a los niños/as para asumir un rol de sujeto activo, es decir,
de agente que toma decisiones sobre la actividad, que negocia con el maestro/a y con
los otros niños/as los significados que va construyendo y (b) propuestas retadoras que
promueven la apropiación de contenidos culturales, así como el despliegue y
desarrollo de herramientas cognitivo/comunicativas y sociales. Un énfasis de este
objetivo está en explorar el rol que la materialidad tiene en estos procesos.
Este objetivo emerge a partir del cuestionamiento que se hace en la literatura acerca
de una ratio elevada entre niño/a-maestro/a y la manera cómo afecta una mediación
ajustada en la escuela infantil (ver Capítulo 2). Nuestro interés es explorar cómo
organiza el maestro/a su mediación cuando tiene que considerar el estado de
comprensión de la tarea y de participación de 13/14 niños/as diferentes. Los cuales
además, cuentan con niveles diferentes de apropiación de herramientas
cognitivo/comunicativo/sociales (porque pueden llevarse hasta 11 meses de diferencia
en su edad). También nos interesa saber qué aspectos de las propuestas de actividad
prioriza en su mediación. Consideramos que analizar esta decisión puede ofrecer
información sobre las concepciones que el maestro/a tiene sobre los aspectos
fundamentales de la situación educativa y su rol como mediador/a.
Este cuarto objetivo se relaciona con el interés por estudiar la mediación del maestro/a
desde una aproximación situada, dinámica y de co-construcción. Es decir, que
contemple la dimensión de la tarea que se busca mediar, la intención del maestro/a y
el estado de participación del niño/a. La intención es identificar diferentes tipos de
aproximaciones a la negociación de la actividad conjunta y así agrupar las estrategias
con base a (a) la intención de la mediación y (b) el nivel de participación que promueve
en los niños/as.
101
(5) Interpretar cómo los contenidos de las mediaciones de los maestros/as actualizan
discursos culturales respecto a la práctica educativa en cada escuela infantil.
Este último objetivo emerge a partir de nuestro interés en relacionar los datos del
microanálisis de la mediación, con elementos más globales relacionados con los
discursos culturales que cada escuela va construyendo en torno a la práctica educativa
en el aula 1-2 años.
4.4 Participantes
Participaron en este estudio tres maestros/as del aula 1-2 de la escuela infantil, y
sus alumnos/as (22 niñas y 18 niños) pertenecientes a tres escuelas infantiles públicas de
la Comunidad de Madrid (ver Tabla 1). El número asignado para identificar a cada escuela
corresponde exclusivamente al orden en que comenzamos a realizar las visitas, que
dependió de las fechas en que cada equipo educativo consideró conveniente el inicio del
estudio. Los nombres tanto de los maestros/as como de los niños/as presentados a lo largo
de la tesis son seudónimos.
1Roberto por edad debería hacer parte del siguiente nivel (2-3 años), pero debido a su diversidad funcional el equipo
educativo de la escuela infantil decidió que ingresara en este grupo.
102
La escuela 1 se encuentra en el municipio de Las Rozas de Madrid, que es una de
las zonas con la renta media por hogar más alta de la Comunidad de Madrid. Esta
institución pertenece a la red de Escuelas Públicas de la Comunidad de Madrid a partir de
un sistema de gestión indirecta (ver Capítulo 1) y está administrada por una cooperativa
de maestros/as desde 1993, cuando comenzó a funcionar. Una descripción completa de
las características de esta escuela puede verse en el Anexo 1.1.
103
Tabla 1. Características de los participantes
Nombre Edad Experiencia Formación
Maestro
Gabriel (M) 38 17 años Grado Superior de Educación Infantil, Magisterio
años en Educación Infantil y Licenciatura en
Pedagogía
Nombre Sexo Edad2
T1 T2 T3 T4
1 Irma F 0, 10, 3 0, 11, 1 1, 0, 5 1, 1, 10
2 Mar F 0, 11, 7 1, 0, 5 1, 1, 9 1, 2, 4
3 Marta F 0, 11, 15 1, 0, 13 1, 1, 17 1, 2, 22
Escuela 1
4 Ana F 0, 11, 19 1, 0, 17 1, 1, 21 1, 2, 26
5 Mario M 1, 1, 20 1, 2, 18 1, 3, 22 1, 4, 27
Niños/as
6 Manuel M 1, 2, 9 1, 6, 8 1, 7, 12 1, 8, 17
7 Pablo M 1, 2, 25 1, 3, 23 1, 4, 27 1, 6, 2
8 Laura F 1, 3, 3 1, 6, 1 1, 7, 5 1, 8, 10
9 Mariana F 1, 4, 20 1, 5, 18 1, 6, 22 1, 7, 27
10 Eliana F 1, 6, 26 1, 7, 24 1, 8, 27 1, 10, 2
11 Sandra F 1, 6, 28 1, 7, 26 1, 9, 0 1, 10, 5
12 Tania F 1, 7, 6 1, 8, 4 1, 9, 8 1, 10, 13
13 Roberto3 M 2, 6, 10 2, 7, 8 2, 8, 12 2, 9, 17
5 María F 1, 6, 15 1, 7, 12 1, 8, 9 1, 9, 26
6 Pedro M 1, 6, 21 1, 7, 18 1, 8, 15 1, 10, 1
Niños/as
7 Enrique M 1, 6, 26 1, 7, 23 1, 8, 20 1, 10, 6
8 Diana F 1, 6, 27 1, 7, 24 1, 7, 21 1, 10, 7
9 Melissa F 1, 8, 14 1, 9, 11 1, 10, 8 1, 11, 25
10 Belén F 1, 8, 15 1, 9, 12 1, 10, 9 1, 11, 26
11 Paul M 1, 8, 16 1, 9, 13 1, 10, 10 1, 11, 27
12 Daniel M 1, 8, 18 1, 9, 15 1, 10, 12 1, 11, 29
13 Ricardo M 1, 8, 24 1, 9, 21 1, 10, 18 2, 0, 4
14 Sara F 1, 8, 26 1, 9, 23 1, 10, 20 2, 0, 6
años
Nombre Sexo Edad
T1 T2 T3 T4
1 Sandro M 0, 11, 5 1, 0, 2 1, 1, 0 1, 2, 12
2 Aura F 0, 11, 26 1, 0, 23 1, 1, 21 1, 3, 3
3 Marina F 1, 0, 17 1, 1, 14 1, 2, 12 1, 3, 25
Escuela 3
4 Andrés M 1, 0, 26 1, 1, 23 1, 2, 21 1, 4, 3
5 Zoe F 1, 1, 25 1, 2, 22 1, 3, 20 1, 5, 2
Niños/as
6 Pepe M 1, 3, 23 1, 4, 20 1, 5, 18 1, 7, 0
7 Ramón4 M 1, 4, 1 1, 4, 28 1, 5, 26 1, 7, 7
8 Nacho M 1, 4, 23 1, 5, 20 1, 6, 18 1, 8, 0
9 Karen F 1, 4, 24 1, 5, 21 1, 6, 19 1, 8, 1
10 Mónica F 1, 5, 24 1, 6, 21 1, 7, 19 1, 9, 1
11 Patricia F 1, 6, 10 1, 7, 7 1, 8, 5 1, 9, 18
12 Felipe M 1, 9, 8 1, 10, 5 1, 11, 3 1, 11, 16
13 Juan M 1, 9, 29 1, 10, 26 1, 11, 24 2, 0, 6
104
Esta escuela se encuentra en el barrio Almendrales, del distrito de Usera de la
ciudad de Madrid, cuya construcción data de 1987 y cuenta con una renta media muy
baja. Esta institución pertenece a la red de Escuelas Públicas de la Comunidad de Madrid
a partir de un sistema de gestión indirecta y está administrada por una cooperativa de
maestros/as desde el 2013, cuando les fue adjudicada en un concurso público. En el
Anexo 1.3 puede verse una descripción completa de sus características.
Tal como mencionamos brevemente al inicio del capítulo, este estudio sigue una
aproximación cualitativa. Utilizamos un diseño longitudinal de observación natural (León
y Montero, 2015) y consideramos algunos aspectos de la aproximación etnográfica. A
continuación explicaremos los factores que motivaron esta decisión y el proceso llevado
a cabo como parte de la investigación.
105
multiplicaba y los principios metodológicos de control (de tiempo, participantes, objetos),
típicos de los estudios previos, resultaban imposibles de mantener. Por lo tanto, tomamos
la decisión de seguir un enfoque más etnográfico que me permitiera hacer frente a los
retos que la situación estudiada requería.
5El corro es la actividad inicial que consiste en reunir a todos los niños/as para hacer un saludo y, dependiendo de
cada escuela, cantar o leer libros.
106
(c) Selección de las escuelas infantiles participantes
Las tres escuelas infantiles seleccionadas accedieron a abrir un espacio para que
presentáramos el proyecto de investigación. La acogida por parte de las instituciones fue
muy positiva. En las reuniones con los equipos educativos nos comentaron la gran
motivación que les generaba hacer parte de un proyecto de investigación de la
universidad. Institución que consideraban importante, pero que hasta entonces habían
sentido completamente lejana a sus instituciones.
El discurso que prevalecía entre los profesionales giraba en torno a cuatro ideas, que
se relacionan con el contexto socio histórico y político de la educación infantil en España,
y en particular de la Comunidad de Madrid (ver Capítulo 1): (1) un sentimiento de
exclusión del sistema educativo, que los diferencia en términos de su consideración como
ciclo genuinamente educativo, que los encasilla en un modelo asistencial centrado en el
cuidado. Un sistema que además los diferencia al ser regidos por normas desiguales en
términos de formas y requisitos de contratación, salarios, y costes para los padres y
madres de los niños/as. (2) La percepción de una amenaza debido a los recortes que se
venían realizando debido a la crisis económica en España, y su preocupación por la
manera como estos podían afectar a la institución, a los maestros/as y a los niños/as. Esta
situación era especialmente relevante debido a que las tres escuelas son de gestión
indirecta y los cambios en los pliegos de contratación eran interpretados como una
amenaza a la calidad de sus instituciones. (3) La idea de que la participación en nuestra
6
(1) Proyecto de Cooperación Santander-UAM con América Latina: Materialidad y escenarios de actividad en la
Escuela Infantil de 0 a 2 años. Análisis de las prácticas educativas en escuelas de España, Colombia, Chile, México y
Brasil y (2) Procesos Educativos en la Primera Infancia: Usos de la Materialidad en la Escuela Infantil, concedido por
el Ministerio de Ciencia e Innovación, Gobierno de España
107
investigación podría servir para visibilizar la escuela infantil 0-3 años como institución
genuinamente educativa, y podría apoyar la reivindicación de su importancia y necesidad
de apoyo a nivel social y político. (4) La investigación era considerada como una
oportunidad para crear puentes entre la universidad y la escuela infantil. Esta última se
concebía como un territorio poco explorado por los investigadores interesados en el
desarrollo temprano.
En la presentación del proyecto con cada equipo educativo discutimos los aspectos
éticos de la investigación. Cada escuela decidió qué maestros/as participaban, y las
condiciones en las cuales esa participación se daría. Presentamos los formatos de los
consentimientos informados. Invitamos tanto a los maestros/as, como a los directivos/as
del centro y a los padres y madres de los niños/as a discutir todas las dudas que pudieran
surgir, antes de firmarlos.
En este momento discutimos también las fechas para iniciar las grabaciones y hubo
unanimidad en los tres equipos de las escuelas: la investigación debía iniciar una vez
pasara el periodo de adaptación en septiembre. Este tiempo era considerado por los
equipos educativos como un momento de mucha tensión para los padres, madres,
maestros/as y los niños/as, y consideraban que nuestra presencia como investigadoras
podría aumentar la tensión. Acordamos entonces iniciar las grabaciones a partir de la
primera semana de octubre de 2015, segundo mes del curso escolar y seguirlas hasta enero
del 2016. Yo me encargaría de grabar las actividades del grupo de 1-2 años, mientras que
otros investigadores se encargarían de grabar las del grupo de 0-1 años7.
Una semana antes de iniciar las grabaciones participamos durante un día entero
observando las prácticas en cada escuela. El objetivo era que tanto los niños/as como los
maestros/as se familiarizaran con nuestra presencia, al mismo tiempo que como
investigadoras nos familiarizábamos con el grupo observado y las diferentes actividades
que se llevaban a cabo en cada institución. En este primer día los equipos educativos nos
invitaron a preguntar cualquier duda que surgiera respecto a lo que íbamos observando.
Exploramos muchas cuestiones y así, comenzamos a entrar en contacto con los
significados que los maestros/as manejaban respecto a sus prácticas. A partir de este
7Estos no hacen parte del análisis de esta tesis doctoral, pero sí de los proyectos de investigación en los que esta tesis
se inscribe.
108
momento se comienza a llevar un diario de campo para consignar las primeras
impresiones sobre cada escuela.
Acordamos visitar cada escuela una vez al mes a lo largo de la mañana (9:00-
13:00). La consigna que dimos a los maestros/as fue: ¨realice sus actividades como lo
hace normalmente¨. Nos interesamos en el inicio del curso escolar porque consideramos
que es el momento en el que tanto los niños/as como los maestros/as comienzan a
construir acuerdos y convenciones en torno a cada una de las actividades educativas. Nos
interesaba explorar los procesos mediante los cuales se negocian los significados que
subyacen a estas convenciones dentro de las actividades conjuntas y los diferentes tipos
de situaciones que se construyen entre el maestro/a y los niños/as.
109
(e) Selección de la práctica de actividad principal como foco de investigación en esta
tesis
110
influyente? ¿cómo abren espacios para la participación autorregulada en los niños/as?
Estas preguntas responden a un cambio de perspectiva. A partir de aquí comenzamos a
comprender las actividades conjuntas como un territorio de negociación, de construcción
de significados compartidos directamente relacionado con el contenido de la actividad y
en donde la perspectiva de los niños/as tiene mucho más peso. En esta parte del proceso
emergió como aspecto fundamental el análisis de los cambios no sólo entre actividades
diferentes, sino dentro de la misma actividad, como parte de los diferentes momentos.
Estos análisis no se realizaban en solitario, sino que eran discutidos con el equipo
de investigación, y en algunas ocasiones en las sesiones de investigación de DETEDUCA
en el que participaban estudiantes de grado, máster y doctorado, maestros/as y
orientadores de escuelas infantiles, así como investigadores de diferentes disciplinas. A
partir de estos primeros análisis surgieron gran cantidad de hipótesis y preguntas, las
cuales eran consignadas en el diario de campo, y discutidas en la visita siguiente en las
escuelas antes o después de las grabaciones (ver Fig. 4).
Fig. 4 Ciclo reiterativo de análisis y construcción de significados respecto a las prácticas observadas en
las escuelas infantiles
Escuela 2 Preguntas
Discusión y Análisis
negociación de preliminar de
Grabación
significados datos
Escuela 3
111
Otro de los aspectos claves de este proceso fue el hecho de estar visitando tres
escuelas al mismo tiempo. Estas instituciones compartían gran cantidad de prácticas y
discursos, pero en muchas cuestiones se diferenciaban. Estos elementos específicos de
cada escuela nos permitían poner en perspectiva los datos que íbamos recogiendo y
analizarlos teniendo en consideración las reglas que caracterizaban cada uno de los grupos
observados como una comunidad de práctica.
Al llegar enero (último mes de observación) surgió en las discusiones con los
maestros/as la posibilidad de que pudiéramos extender la observación hasta el final del
curso escolar. Los equipos educativos de las escuelas y el equipo de investigación
estábamos de acuerdo sobre lo importante que sería que pudiéramos ver cómo las
prácticas se iban transformando a lo largo de todo el curso escolar. A partir de esto,
tomamos la decisión de que, aunque el proyecto inicial consideraba solo cuatro
observaciones, continuaríamos con la visita a las escuelas hasta el mes de julio. Se solicitó
la firma de un nuevo consentimiento a los padres y madres, maestros/as y directoras del
centro.
El análisis de los datos se llevó a cabo a partir de dos aproximaciones diferentes, pero
complementarias. (1) Una primera aproximación general (macro) centrada en los tipos de
situaciones educativas y en la construcción de reglas de actividad a partir de ejemplos
paradigmáticos y (2) otra, mucho más detallada que analiza en microgénesis la mediación
del maestro/a a partir del análisis exhaustivo, segundo a segundo de todas las actividades.
A continuación presentamos brevemente cada una de estas aproximaciones. En el capítulo
112
5 describiremos en profundidad el proceso del análisis de las situaciones educativas y en
el capítulo 6 el de la mediación del maestro/a.
El primer paso para analizar las situaciones educativas fue identificar los elementos
relevantes que servían de organizadores de la actividad y conformaban su estructura.
Para cada uno de estos organizadores identificamos el nivel de flexibilidad y control
por parte del maestro/a, así como las oportunidades que se abrían para la participación de
los niños. A partir de una categorización emergente (que será explicada en el Capítulo 5)
identificamos tipos de situaciones educativas. A continuación, seleccionamos secuencias
de actividad que sirvieran como ejemplos paradigmáticos de cada uno de estos tipos. En
estas secuencias de actividad analizamos de manera cualitativa la interacción entre los
participantes (maestro/a y niños/as) y la materialidad. Para este análisis tuvimos en
cuenta las categorías de la pragmática del objeto (Rodríguez y Moro, 1999) sobre los
mediadores comunicativos (ver Anexo 2). Posteriormente realizamos una interpretación
de la interacción grupal en términos de cómo iban surgiendo definiciones sobre la
actividad y sus reglas, y cómo éstas se negociaban entre los niños/as y el maestro/a, entre
los diferentes niños/as y entre el niño/a consigo mismo (negociaciones que toman la forma
de procesos autorregulatorios). Aunque consideramos el lenguaje y las vocalizaciones,
buscamos explorar de manera detallada cómo el maestro/a y los niños/as emplean otros
sistemas comunicativos para la creación de acuerdos sobre la actividad conjunta (por
ejemplo miradas, expresiones emocionales, gestos, usos de objeto).
(b) Análisis de la mediación del maestro/a
Como las actividades principales tenían una duración variable, y nos interesaba
conocer la frecuencia8 de los diferentes tipos de mediación, decidimos analizar segundo
8 Me interesaba explorar la emergencia de patrones de mediación y conocer cuáles eran más usados y en qué
circunstancias a lo largo de las actividades. Esto con el objetivo de inferir los discursos culturales que se explicitaban
en la práctica al preferir unas estrategias sobre otras.
113
a segundo solo 20 minutos de cada tiempo de observación. Dos investigadoras del equipo
observamos los videos y seleccionamos las secuencias para ser analizadas siguiendo los
siguientes criterios: se consideraban las secuencias en las que apareciera el maestro/a tutor
con los niños/as. Se excluían del análisis aquellas secuencias en que (a) el maestro/a
abandonaba el aula (lo que ocurría con frecuencia debido a la necesidad de cambiar los
pañales de los niños/as) (b) aunque el maestro/a estuviera presente, se encontraba
realizando otra actividad y no se ocupaba de la actividad de los niños/as (c) sólo aparecía
el maestro/a de apoyo y los niños/as.
114
4.7 Garantías
El proceso de análisis de datos no fue un proceso solitario, sino que surgió a partir del
trabajo conjunto con los miembros del equipo investigador del proyecto, con los
maestros/as participantes, y con otros miembros del equipo DETEDUCA. Este proceso
ha respondido a la idea de la necesaria triangulación para garantizar la calidad del
proceso, para asegurar su transparencia, coherencia y transferibilidad. A continuación
explicaremos con mayor detalle el proceso de triangulación con los participantes y con
los investigadores.
Tal como hemos descrito a lo largo de este capítulo, una parte trasversal de esta
investigación fue la apertura de espacios de discusión y de reflexión sobre las prácticas
con los maestros/as participantes. Sin embargo, una vez terminamos las observaciones en
las escuelas (julio de 2016) decidimos convocar a los maestros/as para realizar con ellos
una revisión de las categorías del estudio. Para este fin se realizó un encuentro con el
maestro de la escuela 1. En esta reunión presentamos las categorías, así como secuencias
de video que ejemplificaban el proceso de análisis. Exploramos el nivel de acuerdo y
discutimos dudas. A partir de esta experiencia se realizaron algunos ajustes al sistema de
categorías.
115
En mayo de 2016 y abril de 2017 se organizaron Jornadas educativas en la Facultad
de Psicología de la Universidad Autónoma de Madrid9. Estas actividades estuvieron
abiertas al público, pero especialmente dirigidas a los equipos educativos de las escuelas
infantiles de la Comunidad de Madrid. Organizamos la presentación como mesas
redondas por ejes temáticos, en donde los directores/as de las escuelas, los maestros/as y
los investigadores/as que participamos dialogábamos sobre las prácticas estudiadas y
abríamos un debate en torno a cuestiones que considerábamos relevantes.
Todas las sesiones de encuentro con los maestros/as participantes, así como las
jornadas educativas fueron grabadas en audio. Planteamos que podrían ser fundamentales
para futuros estudios.
Este proceso tiene que ver con la negociación de acuerdos metodológicos entre
investigadoras/es para verificar la adecuación de las decisiones tomadas. Esta
triangulación se llevó a cabo en distintos momentos y a partir de estrategias diferentes,
que presentamos a continuación.
Al inicio del proyecto organizamos varias reuniones con los investigadores del
proyecto para tomar decisiones sobre la recogida de datos: qué grabar, cómo grabarlo, así
como el rol que debíamos tener como investigadoras. Durante el proceso de recogida de
datos el foco se puso en la construcción de un sistema de categorías para realizar los
análisis. En estas reuniones observábamos los videos, discutíamos ideas y proponíamos
categorías exploratorias. A partir de estas sesiones de discusión se realizaba la
codificación de manera solitaria de los otros videos, proceso que era compartido y
discutido en las siguientes reuniones. En mayo de 2016 se organizó en Madrid un
encuentro internacional en el que asistieron los equipos investigadores de los cinco países
que participaron del proyecto en el que esta tesis se inscribe. Durante una semana
presentamos ejemplos paradigmáticos de las prácticas encontradas en las instituciones de
los diferentes países y discutimos las categorías y procedimientos de análisis. En una de
las jornadas tuvimos la oportunidad de presentar nuestras categorías de análisis y recibir
9III Jornada de Investigación en Desarrollo Temprano Prácticas educativas en Escuelas Infantiles (0-2 años).
Encuentro Internacional (26 de mayo de 2016).
IV Jornada de Prácticas educativas en la Escuela Infantil (0-2 años) (26 de abril de 2017).
116
retroalimentación. Algunas sugerencias fueron tenidas en cuenta y se incluyeron en las
categorías definitivas.
En una fase posterior, una vez terminados los análisis se planteó la necesidad de
realizar un procedimiento para probar la confiabilidad del sistema de codificación. Para
el estudio de las situaciones educativas, dos investigadoras observamos las 16 actividades
y discutimos las clasificaciones que yo había hecho sobre cada tipo de situación.
Estuvimos de acuerdo en los 16 casos. Para el estudio sobre la mediación del maestro/a
dos investigadoras realizaron la codificación del 20% de las unidades de mediación y
después medimos el nivel de acuerdo para las siguientes categorías: Orientación de la
mediación, Estrategias de mediación y Sistemas semióticos empleados. El resultado fue
un coeficiente Kappa de Cohen de 0.90, que demuestra un alto grado de acuerdo.
117
118
Capítulo 5
En este capítulo me centro en el análisis de las propuestas de actividad que los tres
maestros/as realizaron en cada uno de los cuatro tiempos observados. En la Tabla 2
ilustramos cada situación observada en cada una de las escuelas participantes, así como
sus características iniciales: (a) duración de la actividad, (b) propuesta de actividad, (c)
lugar de realización de la actividad en el aula y (d) organización material.
119
Un primer aspecto que destacar es la diversidad de actividades propuestas. El
primer paso para realizar el análisis fue identificar cuál era su estructura y poner en
evidencia los elementos trasversales a todas las actividades. Así, buscamos identificar sus
aspectos comunes, más allá de cada propuesta específica.
Al igual que Tapparel (2014; 2015) tuvimos en cuenta los contenidos de la tarea
y las reglas de actividad que se construyen entre los participantes en torno al mundo
materia
120
Tabla 2. Descripción de las situaciones educativas en las escuelas 1, 2 y 3 y en los cuatro tiempos de observación
2.1 Escuela 1
T/Duración T1 /56'32" T2 / 41'34" T3 / 40'25" T4 / 34'51"
M no propone actividad
Lugar
Toda el aula Área en un extremo del aula (delimitada con 1.Área en un extremo del patio Área en el centro del aula (delimitada
mesas y sillas) 2.Toda el aula con una tela negra en el suelo)
Organización
Los objetos regulares del aula son Proyector, espejos en el suelo y parte de las 1. Arena y herramientas: palas, Masa de pan
material
1
A lo largo de la tesis, en las figuras se utilizará la inicial M para referirse al maestro/a
121
2.2 Escuela 2
T/Duración T1 /26'3" T2 /40'18" T3 /21'36" T4 /28'53"
M no propone actividad
M propone: Vamos a jugar al aula de
M propone: Mirad con lo que vamos a M propone: Vamos a jugar al aula de
Actividad de Masaje psicomotricidad
jugar experimentación
Área en un extremo del aula Área en el centro del aula de experimentación 1.Toda el aula Área en el centro del aula de
Lugar
Un túnel semitransparente Cadenas, conos plásticos, cucharas de madera, 1.Toalla y bote de aceite Piezas de espuma de diferentes
Organización
contenedores de metal (de diferentes 2. Los objetos regulares del aula son tamaños, formas y colores formando
material
122
2.3 Escuela 3
T/Duración T1 /22'36" T2 /21'02" T3 /20'59" T4 /20'33"
Juego Heurístico Actividad de Camino de texturas Actividad con Hojas Actividad con Muñecos
(propuesta inicial)
M propone: Mirad…a ver que tiene M propone: ¿Quién quiere bebés? mira
Actividad
M propone: Mirad todo lo que tenemos, hay M propone: Mirad voy a cruzar el camino para Camila. Son hojas ¡Coged! para cogerle así…
muchas cosas, vamos a jugar que lo veáis Actividad de Masaje Actividad de Lectura
M propone: Ven Zoe que te voy a M propone: ¡Mira qué de cuentos tengo!
hacer un masaje ¿quién se quiere sentar aquí?
1. Área en un extremo del aula
Área central del aula Área en el centro del aula 1. Área central del aula 2. Área en un extremo del aula
Lugar
Cadenas, conos, embudos, anillos de Un camino de plástico compuesto por piezas de 1. Hojas secas. 1. Muñecos, objetos de cocina y de
material
cortinas, cucharas de madera y diferentes materiales, texturas y colores 2. Toalla, colchoneta, bote de aceite limpieza.
contenedores de metal. 2. Cojines, sillón, silla, mesa y libros
123
material. En esta investigación también consideramos algunas ideas de Dewey
(1902/1990) respecto al concepto de situación que enfatiza el carácter dinámico,
relacional y de constante co-construcción de significados sobre la actividad entre
participantes.
Tabla 3. Categorización y frecuencia de las Situaciones Educativas observadas en las tres escuelas
T1 T2 T3 T4
Estructurada
(Arena)
Escuela 1
Dirigida
(Masaje)
Escuela 2
Estructurada
Estructurada
(Hojas)
Escuela 3
(Muñecos)
Estructurada Estructurada
(Juego Heurístico) (Camino de texturas)
Dirigida Dirigida
(Masaje) (Lectura de libros)
Utilizamos el color de las casillas como guía para mostrar el nivel de participación
del maestro/a de las actividades: entre más oscuro es el azul, mayor es el rol de figura del
maestro/a, quien se encarga de planificar, organizar, definir y controlar la situación, y
mucho menor es el espacio para la participación autorregulada de los niños/as o para la
124
negociación de nuevas definiciones sobre la actividad. Estas frecuencias serán explicadas
a continuación en la descripción de cada tipo de Situación educativa.
125
(b) Delimitación de zonas de actividad (lugar)
Al mismo tiempo, Sandra [1,6,28] (2) selecciona de una repisa cubos de madera y
comienza a apilarlos (uso canónico). A su lado, pero en una actividad completamente
diferente, se encuentra Pablo [1,2,25] (3) quien ha seleccionado un circuito de actividad
y comienza a mover las piezas entre los alambres de metal (uso canónico). Cerca se
encuentra Alex [2,6,10] (4) quien agita las botellas rellenas con granos (uso rítmico-
sonoro).
2 A partir de aquí se utiliza entre corchetes la convención de edad de niño/a de año, mes, días.
3 Este número entre paréntesis se usa para identificar al niño/a en las imágenes que hacen parte de las figuras.
4 A lo largo del trabajo se utilizará entre paréntesis la clasificación de los tipos de usos de objeto propuestos por
126
Fig. 5 Situación educativa semiestructurada: Definiciones de la actividad
Cada niño/a decide qué objetos usar, cuándo, dónde, cómo y con quién
Actividad libre, escuela 1, T1
Al fondo del aula Mariana [1,4,20] (5) selecciona de uno de los cestos del aula un
muñeco que galopa sobre el caballo de madera (uso simbólico). Tanía [1,7,6] (6) también
ha seleccionado un muñeco. Lo acuesta sobre la escalera y usa uno de los pañuelos (que
ha seleccionado de otro cesto) para cubrirlo y hacerlo dormir (uso simbólico). Mario
[1,1,20] (7) se sienta en el interior de la casa de madera, abre y cierra la puerta (uso
canónico). Ana [0,11,15] (8) agita una botella rellena de granos (uso rítmico-sonoro).
Sólo en un caso dos niños/as realizan el mismo tipo de actividad y deben negociar una
definición conjunta: Manuel [1,2,9] (9) y Eliana [1,6,26] (10) suben y bajan por la
escalera de la casa de madera (uso canónico).
127
actividades, pero interviene cuando: (a) los niños/as explícitamente solicitan su
intervención, (b) se producen conflictos por el uso conjunto de los objetos o (c) cuando
tiene lugar algún tipo de alteración emocional que los niños/a no logran gestionar por sí
mismos, pese al tiempo ofrecido para su resolución autónoma.
Esta posición de fondo del maestro ofrece oportunidades para que los niños/as se
sitúen como figura. Así, su participación es en gran medida dirigida y regulada por ellos
mismos/as a partir de la materialidad disponible en el aula. La selección, organización y
tipos de usos de los objetos emergen como decisiones de los mismos niños/as (a diferencia
de los otros dos tipos de situaciones en donde los maestros/as, como veremos, activamente
participan y/o promueven estas decisiones).
128
Observación 1 Duración 2 '21"
Situación educativa semiestructurada: definición conjunta de la actividad
Los niños/as construyen una definición sobre cómo usar las panderetas y las sonajas
Actvidad libre, escuela 1, T3
Observación 1.1 Los niños/as construyen una zona de actividad alrededor de los instrumentos
musicales y toman decisiones sobre el rol que cada quien asume para seleccionar qué instrumento usa
Observación 1.2 Construcción de una primera definición conjunta de actividad: explorar las propiedades
funcionales de los instrumentos centrándose en la sonoridad.
5
A partir de ahora en las observaciones marcaremos con * la descripción que corresponde al momento exacto que se
ilustra en la imagen
129
Observación 1.3 Transfromación de la definición de actividad: de los usos rítmico-sonoros de los
instrumentos a los usos simbólicos
Observación 1.4 Emergencia de signos de autorregulación frente a las dificultades que encuentra al usar
simbólicamente la sonaja grande y pandereta como corona
En esta observación ilustramos cómo la definición colectiva que emerge entre los
niños/as inicialmente se relaciona con explorar la sonoridad de los instrumentos
musicales (ver Observación 1.2). Pablo se introduce en esta definición a través del uso
canónico de la pandereta, es decir siguiendo las normas públicas y culturales sobre cómo
se usa este instrumento musical. En cambio, los otros niños/as entran en la definición
proponiendo usos rítmico-sonoros creativos, es decir que no cumplen con las reglas
públicas sobre cómo se usan estos instrumentos, pero que cumplen con la función de
6
El parche es la parte de la pandereta que se percute con la mano
130
producir sonoridad. El acuerdo entre los diferentes niños/as sobre la definición de la
actividad no se basa en una negociación lingüística, sino a través de los propios usos de
los objetos: el uso que Mariana hace de las sonajas sirve como propuesta de actividad
para Sandra y Pablo. A pesar de no seguir las normas culturales de uso de estos objetos,
el maestro tácitamente acepta esta definición. La razón es que estos usos emergen en una
actividad libre cuyo propósito es que los niños/as exploren los objetos y sus usos de
manera autónoma, creativa y autorregulada.
131
a acuerdos con sus compañeros/as, se enfrentan a retos cognitivo/comunicativos y
sociales. Los niños/as deben definir su actividad, identificar metas respecto a los usos de
los objetos, compartir estas definiciones y negociarlas, evaluar el proceso, y, si es
necesario, transformar la actividad, todo esto a través del uso de signos básicamente no
lingüísticos, pues el lenguaje aunque puntualmente aparece en forma de vocalizaciones,
no es el mediador privilegiado.
En los dos meses transcurridos entre T1 y T3, los niños/as y el maestro/a han
compartido gran cantidad de situaciones de actividad colectivas. Esta historia de
negociaciones entre los niños/as alrededor de los objetos es fundamental. Interpretamos
que estos objetos que en un principio eran significados como un recurso para la actividad
individual (usos en solitario), se constituyen cada vez más en un recurso de interacción
con los compañeros (usos compartidos y coordinados). Esta experiencia compartida
también favorece en los niños/as el desarrollo de habilidades cognitivo/comunicativas
que les permiten una mayor participación y control en la negociación de definiciones
conjuntas.
132
en la Fig. 5). El maestro/a solo propone el cierre definitivo cuando es necesario pasar a
otra actividad escolar (por ejemplo, la comida).
En las tres escuelas este tipo de situaciones fueron las más comunes. De las 16
actividades observadas 10 fueron categorizadas como situaciones estructuradas (3 en la
escuela 1, 3 en la escuela 2 y 4 en la escuela 3) (ver Tabla 3). Este tipo de situación
educativa fue el único que apareció en las tres escuelas.
8
Los objetos que no hacen parte de la actividad son apartados por el maestro/a y puestos en sus contenedores o repisas habituales,
aunque continúan estando accesibles para los niños/as. El mobiliario que genera barreras para el uso de los objetos por parte de los
133
definición de la actividad aún más, pues promueve ciertas alternativas de usos a la vez
que desestimulan otras.
niños/as (por ejemplo, por tener baldas a gran altura o cajones con cerraduras) son reservados para aquellos considerados de uso
exclusivo del maestro/a, o que requieren de su guía para que los niños/as puedan usarlos dentro de actividades específicas.
134
tirarlas y después volverlas a construir, para tirarlas nuevamente y así sucesivamente. Un
aspecto fundamental es que ésta es sólo una primera definición. A lo largo de la actividad
se va actualizando y transformando a partir de las interacciones sobre y a través de la
materialidad entre los niños/as y la maestra, o entre los mismos niños/as.
9
Un ejemplo de esta cuestión puede verse al inicio de la actividad de Juego Heurístico en la escuela 2. Esta anotación basada en una
entrevista informal a la maestra da cuenta de este aspecto: ¨Los niños tienen experiencia con el Juego Heurístico en el aula de
experimentación… cuando se les dice vamos al aula de experimentación, ellos ya saben que van a jugar con determinados objetos.
Al llegar ven todo organizado y no necesitan que se les diga o se les muestre qué hacer¨ (Entrevista informal con Carolina, maestra
de la escuela 2, noviembre 5 de 2015, anotación en el diario de campo).
135
sirve como medio para orientar la atención de los niños/as sobre la zona de actividad
alrededor del proyector. Sin embargo, no hay una definición cerrada y prescriptiva, pues
el maestro no dice explícitamente qué hay que hacer con los objetos de la actividad, pero
sí delimita un marco de actividad sobre ciertos objetos y ciertos lugares: la actividad
consiste en usar los objetos que se encuentran en la zona alrededor del proyector (que es
la única iluminada). Con esto se abre un espacio para la participación de los niños/as,
quienes toman decisiones acerca de qué hacer con los objetos.
➢ Momento de introducción
137
introducidas de manera indirecta. Las reglas surgen más como posibilidades que deben
ser inferidas por los niños/as a partir de la organización material que intencionalmente ha
sido diseñada por el maestro/a. Para mostrar la dinámica de construcción conjunta de las
definiciones de la actividad durante el momento de introducción presentamos la actividad
de Juego Heurístico en la escuela 3, T1 (Observación 2) y en la escuela 2, T2
(Observación 3).
Marina [1,1,0] (6), Zoe [1, 1, 0] (7), Andrés [1, 6, 21] (8),
Pepe [1, 6, 23] (9) y Ramón [1, 7, 21] (10) están sentados en
el tatami al otro extremo del aula y observan. Nayara [1, 6,
25] (11) se acerca y camina alrededor de las colecciones, pero
no coge objetos*.
138
transformen o que la cambien (ver Anexo 3.1). Además, se preocupa por evaluar su
participación e interpretarla en términos intencionales: la identifica, pone en palabras y la
integra en las propuestas de actividad que presenta a otros niños/as.
➢ Momento de despliegue
Una vez definidos los criterios iniciales, el maestro/a suele dar paso a los niños/as
para que asuman en mayor medida el control de la actividad y negocien definiciones sobre
los usos de la materialidad en la actividad conjunta. A esto lo denominamos momento de
despliegue (aunque esta transición entre momentos no es tan clara en todos los casos). La
dinámica de figura-fondo del maestro/a se hace especialmente relevante. Así, a la vez que
abre espacio para la participación de los niños/as (fondo), se posiciona como un guía
atento y dispuesto a intervenir cuando considera necesaria una regulación (figura).
140
sofisticado que es hacer con la masa bolas (lo que implica una mayor coordinación
motora), hacer sonar la masa al aplastarla (que requiere aplicar mayor fuerza y realizar
el golpe rítmicamente).
Hacer bolas *
Además, propone usar la masa como pantalla y se termina haciendo tortitas con
la masa para convertirlas después en personajes (que implica un componente simbólico).
141
En definitiva, el maestro promueve una significativa polisemia en su propuesta. El mismo
objeto (la masa) es usado de muy diversas maneras, lo que da cuenta de la distancia entre
objeto y uso.
Todas estas propuestas del maestro son enmarcadas como alternativas que los
niños/as pueden aceptar, rechazar o transformar. En la observación ampliada (ver Anexo
3.3) mostramos cómo los niños/as son agentes que no se limitan a seguir siempre, y de
manera individual, las propuestas del maestro. A través de diferentes sistemas semióticos
(básicamente no lingüísticos) se da cuenta del proceso de construcción y negociación de
definiciones plurales sobre la actividad. Esta negociación en muchos de los casos
involucra acuerdos entre compañeros sobre los usos de la materialidad.
142
Observación 5 Duración: 4'50"
Situación educativa estructurada: Definición de la actividad
La maestra como figura en el momento de despliegue
Actividad de camino de texturas, escuela 3, T2
Juan [1,9,11] (2) observa las piezas del camino que se han
salido y las encaja*
143
nuevos (hacer que el caracol o el oso crucen el camino, usos simbólicos) (ver Anexo 3.4
para una descripción detallada de esta negociación).
La maestra durante este momento de despliegue y al ver que los niños/as desafían
la actividad propuesta retoma su rol de figura. En un principio intenta mantener su propia
definición, pero en el curso de la actividad termina por aceptar las nuevas propuestas. En
algunas ocasiones de manera tácita (observando sin intervenir), y en otras
reconociéndolas e incluyéndolas en la actividad al proponérselas a los otros niños/as. Esto
ilustra cómo las situaciones educativas estructuradas se constituyen con frecuencia como
un sistema en constante transformación y negociación de posiciones. Los niños/as y el
maestro/a activamente intercambian roles entre figura y fondo guiando la construcción de
significados sobre la actividad y llegando a trasformar la definición inicial planificada y
propuesta por el maestro/a.
➢ Momento de cierre
144
Observación 6 Duración: 5'47"
Situación educativa estructurada: Definición de la actividad
El maestro como figura-fondo en el momento de cierre
Actividad con masa, escuela 1, T4
145
Este cubo funciona con un mecanismo de pedal que debe pisarse para abrir la tapa.
En un inicio es él el encargado de hacerlo, y la actividad de los niños/as se limita a recoger
la masa y tirar los pedazos dentro. Sin embargo, el maestro decide retomar su lugar de
fondo abriendo espacio para que sean los propios niños/as quienes asuman la
responsabilidad del uso de este objeto y puedan gestionar además la dinámica del grupo
de uso compartido.
Los niños/as conocen el mecanismo del pedal para abrir la tapa, pero supone un
alto grado de dificultad. Por lo tanto, deben encontrar una manera más sencilla de usar el
objeto, que en este caso consiste en abrir la tapa con la mano. Este desafío se hace
explícito a través de las diferentes manifestaciones de conductas autorregulatorias (ver en
detalle en Anexo 3.5) que los niños/as exhiben al intentar usar el cubo sin la ayuda del
maestro (por ejemplo, el gesto de señalar la tapa cerrada de Manuel o el de Sandra que
toca en repetidas ocasiones la tapa cerrada). Además, el desafío no se limita al uso
canónico individual, sino que es aún mayor porque supone que entre todos los niños/as
deben negociar (a través de sistemas comunicativos básicamente no lingüísticos) un uso
conjunto que les permita ponerse de acuerdo y coordinarse para cumplir con el objetivo
de la tarea que el maestro ha definido.
146
Observación 7 Duración: 15'25"
Situación educativa estructurada: Definición de la actividad
La maestra como figura en el momento de cierre
Actividad de Juego Heurístico, escuela 2, T2
Belén [1,9,12] (2) y Paul [1,9,13] (3) beben con los botes*.
147
objetos que previamente habían sido negociados e identificados como inapropiados para
la actividad (los contenedores con botes de plástico y de metal)
148
tiempo que se le ofrece a los niños/as para que se enfrenten a la actividad, y gestionen su
participación, así como los desafíos socio-cognitivos que surgen al usar la materialidad.
149
(a) Organización material (selección y organización de objetos)
150
a construir y mantener una definición sobre cada actividad, sus reglas y un marco general
sobre las formas específicas de participación esperada.
8.2 Escuela 3
151
integrar en la actividad las propuestas de los niños/as que se salgan de los lineamientos
estipulados. Como ejemplo, presentamos en la Fig. 9 la actividad de lectura en la escuela
3 (T4).
152
Aunque en las situaciones dirigidas hay muy poco espacio para la negociación de
nuevas reglas, los niños/as no se limitan a seguir pasivamente la prescripción de la
actividad. Así, activamente la desafían intentando transformar las reglas y con esto abrir
un mayor espacio para su participación. A continuación, presentamos un ejemplo en la
Observación 8 de la actividad de masaje en la escuela 3, T3, (ver descripción detallada en
Anexo 3.7).
153
situación dirigida de masaje, la maestra se posiciona como figura, definiendo el marco
de actividad y haciendo explícitas las reglas y sus límites.
Decidimos incluirla porque, aunque se trata de la misma actividad, sus reglas son
diferentes y, por tanto, se abren espacios diferentes para la participación de los niños/as.
En esta situación dirigida la definición de la actividad de hacer un masaje también es
154
propuesta por la maestra, sin embargo, desde el inicio abre espacios para que sean los
niños/as quienes tomen ciertas decisiones, como quién participa y cómo. Pero, mientras
que en la escuela 3 (ver Anexo 3.7) la actividad está claramente definida con niños/as que
no reciben el masaje y quedan excluidos de la situación, en la escuela 2 (ver Anexo 3.8)
se abren espacios mayores para su participación a partir de roles como el de
observador/evaluador y más adelante incluso como ejecutor del masaje. La única regla
que debe seguirse es que quien se introduzca en la zona de actividad del masaje, debe
hacerlo con calma y sin interferir con la actividad.
Además, el rol del niño/a que recibe el masaje también es disímil. En la primera
Observación (8) el rol del niño/a es en gran medida pasivo: es la maestra quien escoge el
niño/a que recibe el masaje, la encargada de la actividad de quitar la ropa y de untar la
crema. En la escuela 2 (Observación 9) la maestra permite que sean los mismos niños/as
quienes tomen decisiones en cada momento de la actividad, por ejemplo, proponiendo la
tarea de desvestirse como una responsabilidad compartida. A pesar de los espacios que
Carolina abre para la participación de los niños/as, consideramos la actividad de masaje
en la escuela 2 como una situación dirigida, puesto que es la maestra quien decide cada
paso de la actividad y regula activamente los objetivos de participación de los niños/as.
155
en las situaciones dirigidas está a cargo mayormente del maestro/a. Además, debido a la
presencia reducida de objetos, suele tener una duración muy corta.
Todos los criterios de categorización de los tres tipos de situaciones educativas que
hemos descrito y ejemplificado son sintetizados en la Tabla 4
156
Tabla 4. Tipos de situaciones educativas
Selección y organización de la materialidad Definición de la actividad Rol del maestro/a Participación de los niños/as
-La selección de los objetos es realizada por Baja, espontánea y en gran parte individual -Predomina una posición de fondo. -Predomina una posición de
Semiestructurada
los mismos niños/as. -No hay una definición propuesta y planificada Observa la dinámica de la actividad, no figura: Los niños/as dirigen y
-La propuesta educativa del maestro/a se por el maestro/a. inicia interacciones ni hace propuestas regulan su actividad, deciden,
concreta en la materialidad que está accesible -La situación es abierta y espontánea y suelen explícitas, aunque responde a la entre los objetos disponibles
en el aula y en su organización. predominar definiciones individuales (que cada necesidad de regulación de los cuáles usar, cuándo, dónde, cómo
-El aula entera sirve como zona de actividad. niño/a construye). niños/as. y con quién.
-La actividad se rige por el tiempo interno de cada - Cuando interviene lo hace a través de
niño/a (quienes deciden si participan o no y por acciones poco directivas, dejando
cuanto tiempo). siempre espacio para la autorregulación
de los niños/as.
-La selección y organización de los objetos es Media, flexible y en gran parte colectiva -Alterna su posición entre figura y -Alternan su posición entre figura
realizada por el maestro/a de acuerdo con la -Hay una definición propuesta por el maestro/a en fondo: en ciertos momentos dirige la y fondo.
actividad planificada. relación con los objetos, zonas y momentos de actividad (dependiendo de la necesidad -Cuando el maestro/a dirige la
Estructurada
-Aunque se delimita una parte del aula como actividad, así como posibles usos de los objetos. de regulación), y en otros se sitúa como actividad suelen entrar en ella para
zona de actividad, estos límites son Esta propuesta sirve de guía, pero es negociable. observador. seguirla o para negociarla.
negociables. -El maestro/a promueve la construcción de una -Cuando interviene lo hace a través de -Cuando el maestro/a se sitúa
definición colectiva de actividad. acciones poco directivas, dejando como observador asumen un rol
-La actividad se rige tanto por el tiempo externo siempre espacio para la autorregulación más activo dirigiendo y regulando
(siguiendo criterios de planificación de la de los niños/as. su actividad: deciden entre los
actividad) como el tiempo interno de la actividad objetos disponibles cuáles usar,
de los niños/as. dónde, cómo y con quién.
-La selección y organización de los objetos es Alta, prescriptiva, colectiva y homogeneizada -Predomina una posición de figura: -Predomina una posición de
realizada por el maestro/a de acuerdo con la - Hay una definición en relación con los objetos, introduce, dirige y regula la actividad. fondo: siguen la propuesta del
actividad planificada. zonas y momentos de actividad, así como de los Y suele ser quien usa los objetos. maestro/a en relación con qué
-Se delimita una parte del aula como zona de usos de los objetos. Más que como propuestas, esta -Tiene en cuenta la perspectiva de los objetos usar, cuándo, dónde,
Dirigida
actividad. funciona como una directriz altamente prescriptiva niños, aunque los espacios de cómo y con quién.
Los límites no son negociables. y con poco margen de negociación por parte de los negociación son mucho más limitados -Aunque sus propuestas son
niños/as. La definición de actividad es colectiva y -Cuando intervine lo hace a través de identificadas por el maestro/a,
homogeneizada. estrategias directivas, en pocas con poca frecuencia sus
-La actividad se rige por el tiempo de externo ocasiones abre espacio para la iniciativas son integradas en la
(siguiendo criterios de planificación). autorregulación de los niños/as. actividad.
157
158
Capítulo 6
Fig. 10 Segmentación de las unidades de mediación del maestro/a usando el Software ELAN
Situación estructurada, Actividad de Juego Heurístico, escuela 3, T1
159
Aquí, delimitamos con un recuadro rojo una unidad de mediación que dura 10” y
está dirigida hacia Andrés con el objetivo de introducirlo en la propuesta de actividad,
que consiste en usar simbólicamente las cadenas como collares. Esta mediación se realiza
a través de una intervención lingüística (la maestra dice: mira, mira las cadenas…para
hacer collares), y de un gesto ostensivo de ofrecer (toma las cadenas del suelo y se las
presenta cerca de su mano). La unidad de mediación inmediatamente posterior está
dirigida a Felipe y tiene como objetivo reconocer el uso canónico de los botes (apilarlos)
que el niño está realizando y proponer su transformación en uso simbólico (hacer un
castillo). La maestra realiza esta mediación a través de dos sistemas semióticos: una
intervención lingüística (dice: ¿qué estás haciendo? ¿una torre? ¡Qué torre más bonita
Felipe! ¿Una torre o un castillo muy grande?) y una expresión emocional (sonrisa).
160
unidades de mediación identificadas, sino que ofrece un marco interpretativo a partir de
nuestra experiencia observando el aula a lo largo de todo el curso escolar.
T2 Luces Estructurada 74 65 9
Escuela 1
T3 Arena Estructurada 57 52 5
Libre Semiestructurada 5 3 2
T3 Hojas Estructurada 9 9 -
Masaje Dirigida 77 61 16
161
Para realizar este análisis tuvimos en cuenta las 1313 unidades de mediación segmentadas
(ver Tabla 5), teniendo en cuenta los cuatro tiempos de observación en cada escuela.
La primera pregunta a la que buscamos responder fue ¿Qué dimensión de actividad
busca mediar el maestro/a con su intervención? A partir de una categorización emergente
exhaustiva (que representa todos los casos encontrados) establecimos ocho dimensiones
(ver Tabla 6). Tres de estas dimensiones las denominamos de naturaleza diádica porque
no incluyen a los objetos. Se trata de intervenciones sobre interacción entre iguales, sobre
estados físicos y emocionales y otros comportamientos que, aunque hacen parte de la
actividad, no involucran directamente usos de objetos o de instrumentos. Estas
dimensiones las identificamos en la Tabla 6 con un asterisco (*), y su frecuencia la
incluimos en la Tabla 5 en la última columna a la derecha.
Uso de los objetos de Cuándo y cómo usar un objeto de acuerdo con el momento específico
acuerdo con el momento de la actividad (en el momento de cierre, la masa debe ser recogida y
¿Qué dimensión de actividad busca mediar el maestro/a con su
Usos de objeto Qué objetos usar y cómo (cómo usar la masa de manera canónica,
rítmico-sonora, meta-canónica o simbólica).
Usos de los objetos con Cómo se usa un objeto con otros compañeros (usar el bote de basura
otros compañeros para tirar la masa de manera conjunta y coordinada con un compañero
que se muestra interesado).
Interacción entre Cómo interactuar con otros compañeros (evitar pisar a los
compañeros (sin objeto) * compañeros(as) que se encuentran acostados en el suelo).
Estados físicos y Cómo regular las emociones en relación con los usos de los objetos
emocionales acerca de o (como gestionar la frustración porque no se puede usar individualmente
gestionados a través de el bote de basura).
los usos de los objetos Cómo usar un objeto para regular el estado emocional (usar las botellas
sonoras como estrategia para calmar el llanto).
intervención?
Estados físicos y Cómo regular los estados físicos y emocionales (cómo gestionar
emocionales (no estados de cansancio, enfado, tristeza y dolor).
relacionados con el
objeto)*
Otros comportamientos*
Cómo realizar ciertos comportamientos que hacen parte de la actividad
(saltar, correr, bailar).
* Por ser dimensiones diádicas no se tuvieron en cuenta en el análisis posterior de los datos.
162
tipos de usos de objeto, usos de los objetos con compañeros/as y por último estados
físicos y emocionales acerca de o gestionados a través de los usos de los objetos.
Fig. 11. La definición de la actividad y las dimensiones que son mediadas por el maestro/a
1
En la gráfica identificamos 6 dimensiones mientras que en la tabla de categorías emergentes 8. La razón es que las
dimensiones de interacción entre iguales y de estados físicos y emocionales reúne dos dimensiones que en la tabla
hemos separado: interacciones diádicas y triádicas.
163
2015) en torno a los usos de la materialidad y la forma como el maestro/a media la
construcción de estas reglas. Mostramos en el gráfico (Fig. 11) la definición de la
actividad como una línea discontinua, pues sus límites son flexibles y cambian a partir de
estas negociaciones con los niños/as. Con lo que intentamos enfatizar en el carácter
dinámico (Dewey, 1902/1990) y de co-construcción de la situación educativa.
T3 Arena Estructurada - 4 45 2 1
Libre Semiestructurada 1 - 2 - -
T4 Masa Estructurada 2 9 115 20 4
T1 Túnel Estructurada - 1 80 11 5
T2 J. Heurístico Estructurada - 2 100 16 4
Escuela 2
T3 Masaje Dirigida - 1 77 2 -
Libre** Semiestructurada - - - - -
T4 Psicomotricidad Estructurada 1 6 88 5 -
T1 J. Heurístico Estructurada - 8 89 8 2
T2 C. de Texturas Estructurada 1 3 85 6 8
Escuela 3
T3 Hojas Estructurada - 2 7 - -
Masaje Dirigida 4 5 43 5 4
T4 Lectura Dirigida - 36 101 3 -
Muñecos Estructurada - 1 42 - -
Total 20 92 941 93 45
% 1.7% 7.7% 79% 7.8% 3.8%
*Utilizamos las iniciales UO para referirnos a Usos de Objetos
**Esta actividad estuvo a cargo de la maestra de apoyo, por lo tanto la tutora no realizó ningún tipo de mediación en
esta situación educativa
164
En la Figura 12 también ilustramos con gráficas la frecuencia de unidades
triádicas de mediación e identificamos con colores cada dimensión. Utilizamos este
recurso porque permite mostrar la ubicación temporal de cada unidad de mediación, en
el flujo de cada situación. Visualmente mostramos que la mayor parte de los gráficos
están formados por líneas azules (941 unidades de mediación- 71.7%) estas líneas
representan la mediación de los maestros/as en relación con qué objetos podían usar los
niños/as y qué tipo de usos podían darle (por ejemplo, canónico, simbólico, etc.). En
amarillo representamos aquellas unidades (93-7.1%) que buscan mediar con quién se
usan los objetos y de qué manera (interacción entre iguales acerca de y a través de los
usos de los objetos). En rojo se muestran las unidades de mediación relacionadas con qué
estados físicos y emocionales (45-3.5%) deberían mantenerse al usar los objetos o que se
gestionan a través de los usos de los objetos. En azul claro aparecen las mediaciones sobre
el lugar específico en que debían usarse los objetos (20-1.5%). Encontramos que estas
reglas cambian dependiendo del momento de actividad (introducción, despliegue, cierre).
En la Fig. 13 mostramos en verde las unidades de mediación (92 que equivale al 7%) en
las que el maestro/a busca canalizar los usos de los objetos de los niños/as de acuerdo con
estos momentos específicos de la actividad (orientando el cambio o la redefinición de los
tipos de usos de objeto anunciando que, por ejemplo, es el momento de cierre y se deben
recoger los objetos)
165
Fig. 12. Dimensiones de mediación del maestro/a en cada actividad, en cada escuela.
*En los casos en que el maestro/a propuso varias actividades, debajo de cada gráfico las identificamos con una línea punteada de color naranja/negro.
166
Este cambio es motivado algunas veces por el maestro/a, quien al evaluar la
situación decide expandir los límites de la definición (ver como ejemplo en el Capítulo 5
la Observación 4, sobre la actividad de masa de pan) y en otros casos, son los mismos
niños/as quienes desafían la definición (ver como ejemplo en el capítulo 5, Observación
5, sobre los usos del camino de texturas). En otros casos, la definición cambia porque se
introducen nuevos objetos para ser usados. A continuación, presentamos dos
Observaciones (10 y 11) que dan cuenta de estos episodios de negociación de una nueva
definición. Con estas ilustraciones pretendemos, además, mostrar el proceso de
segmentación de las unidades de mediación del maestro/a y las dimensiones que media
el maestro/a dentro del flujo de la actividad.
M lo coge y lo usa como pulsera* (uso simbólico) M se dirige hacia la niña que tiene en frente y
y dice: ¿uy estoy guapa…Con mi pulsera? ¿me dice:¡Y ahora Keila! y le ofrece la pulsera [3].
queda bien?¨ [2] Keila [1,6,10] (2) se la coloca*
167
Karen[1,5,21] (3) observa a Keyla ponerse la M dice a Keyla: ¡que te has puesto una pulsera
pulsera y aplaude. M la mira, se ríe y dice: y te ha quedado muy bonita! ¡Muy bien, qué
¡bieeeeeen! [4] guapa!. Mientras le acaricia la cara [5]. La niña
aplaude y dice ¡bieee!*
* Cada unidad de mediación del maestro se subraya y se identificar con un número entre []
168
Fig. 13 Representación de la negociación de una definición de actividad
Situación educativa estructurada: Camino de texturas, momento de despliegue, escuela 3, T2
169
Observación 11 Duración: 1'41"
Situación educativa estructurada: Introducción de nuevo objetos en la actividad.
Actividad con túneles, momento de despliegue, escuela 2.
Marco [1,4,3] (1) se aleja del túnel y dirige hacia Se dirige hacia M y le muestra su vaso. M sonríe y
una estanteria en donde se colocan los vasos para dice: ¿tenías sed, eh? ¿Si? [1]
beber agua. Toma el suyo y bebe.
Ricardo [1,8,24] (2), Belén [1,8,15] (3), María M se aleja y se sienta nuevamente al lado del túnel.
[1,6,15] (4) y Sara [1,8,26] (5) se acercan a la Observa que se ha doblado mientras Diana [1,6,27]
estantería para coger un vaso. M dice: ¿tenéis todos lo usa. Dice: Oye Diana, Diana, ven que te ayudo.
sed? ¡es que hemos corrido mucho! se acerca, llena Coge el túnel y lo estira nuevamente para que la
de agua los vasos vacíos y ofrece a cada uno el niña pueda terminar de cruzarlo. [3]
suyo. [2]
Marco se acerca a M, le muestra el vaso. M dice: Marco dice: Noooo y vuelve a mostrárselo. M dice:
¿Chin-chin? luego chinchineamos señalando el ok, ok, simula tener un vaso y dice: chin, chin y se
vaso tocándolo. [4] la ofrece a Marco [5], quien la choca con su vaso
(uso simbólico).
Los niños/as que estaban bebiendo de sus vasos se Daniel acerca su vaso, M sonríe, choca los vasos
acercan. M muestra ¨su vaso¨ a Daniel [1,8,18] y (uso simbólico) mientras dice: Chin-chin y
dice: ¿chin-chin? [6] después sonríe. [7] los niños/as sonríen también.
170
definición inicial de la actividad y media el uso canónico del túnel de Diana. La unidad
[4] se enfoca en mediar el momento uso del vaso como objeto con el que se brinda. Las
unidades [5], [6] y [7] median el uso simbólico del vaso.
Hay que indicar que en esta escuela existen momentos específicos para beber agua y
este no es uno de ellos. Sin embargo, la maestra interpreta el comportamiento de Marco
en términos de una necesidad porque tiene sed ya que ha corrido mucho, lo legitima, pero
no realiza el ritual de chocar los vasos, porque no es el momento de beber y brindar.
Cuando los otros niños/as se acercan a los vasos, entra más activamente en la propuesta
iniciada por Marco, garantizando que todos tienen agua en sus vasos y que cada uno usa
el que le corresponde. Una vez termina, se dirige nuevamente hacia el lugar de actividad
y retoma la definición inicial de cruzar los túneles. Marco, sin embargo, se resiste a
retomar esta definición, y le propone con insistencia el despliegue del ritual de chocar los
vasos. En un primer momento, la maestra lo rechaza, porque ese no es el momento de
chocar, sin embargo, termina por acceder y entra en la definición propuesta usando su
mano para simular un vaso que choca con el de Marco, y después propone a otros niños
a hacer parte de este uso simbólico. Niños/as y maestra sonríen porque están
representando un ritual que no coincide con la actividad, y que además se está llevando
a cabo con un vaso inexistente que la maestra ofrece para brindar y chocar.
Uno de los aspectos que nos interesaba explorar eran las formas de organización
de la actividad conjunta en las situaciones educativas, y la manera como la mediación del
maestro/a emerge en ella para canalizar la construcción de significados compartidos sobre
las reglas de la actividad. Así, para cada unidad de mediación nos hicimos la siguiente
pregunta: ¿hacia quién orienta el maestro/a esta mediación? Nos interesaba mapear la
dinámica interactiva que surgía teniendo en cuenta que el maestro/a debe gestionar la
entrada de 14 niños/as en la definición de la actividad, negociando significados conjuntos
a partir de diversos estados de comprensión, participación, así como habilidades
comunicativas distintas2. Para esto establecimos dos categorías (ver Tabla 8), la primera
2
El aula 1-2 años en las escuelas públicas de Madrid agrupa niños por año de nacimiento, esto quiere decir que en una misma aula
puede haber niños/as con una diferencia de edad de hasta 11 meses.
171
de ellas reúne todas las mediaciones orientadas individualmente. Estas mediaciones
suelen tomar en consideración la definición que ese niño/a particular (a quien se dirige)
va construyendo sobre la actividad, así como la necesidad de apoyo particular para
promover su participación en la actividad colectiva. La segunda alternativa es la que
denominamos colectiva/homogeneizadora que se caracteriza por mediar la actividad de
todo el grupo como una unidad, sin tener en cuenta los estados de participación de cada
niño/a, ni las definiciones que cada uno ha construido sobre la actividad.
actividad
Colectiva/ El grupo entero como una unidad, sin considerar las
homogeneizadora actividades que cada niño/a realiza o las definiciones
particulares que están siendo construidas.
T3 Arena Estructurada 44 8
Libre Semiestructurada 3 0
T4 Masa Estructurada 130 20
T1 Túnel Estructurada 91 6
T2 Juego Heurístico Estructurada 110 12
Escuela 2
T3 Masaje Dirigida 80 0
Libre* Semiestructurada - -
T4 Psicomotricidad Estructurada 86 14
T3 Hojas Estructurada 1 8
Masaje Dirigida 60 1
T4 Lectura Dirigida 46 94
Muñecos Estructurada 33 10
172
En la Figura 14 ilustramos con azul oscuro todas las unidades de mediación
colectivas/homogeneizadoras (que equivalen al 17.2%) y en azul claro las
individualizadas/específicas (que equivalen al 82.8%). Al analizar cómo aparecen dentro
de cada situación, encontramos que las mediaciones colectivas/Homogeneizadoras
aparecen principalmente durante el momento de introducción de la actividad (sirven para
presentar de manera más o menos explícita una primera definición de la actividad) y
durante el momento de cierre, en el cual la mediación del maestro/a está orientada a
regular la práctica de recoger los objetos de acuerdo con criterios específicos. En los
gráficos se observa el predominio de mediaciones individualizadas, excepto en la
situación dirigida de lectura de libros que aparece en T4 en la escuela 3 (señalada con
una línea punteada negra). En esta situación dirigida la maestra de manera más frecuente
media la actividad de una manera colectiva-homogeneizadora, es decir, interactuando con
todo el grupo como una unidad estableciendo una única manera aceptable de participar
de la actividad (todos deben estar sentados sobre un cojín escuchando a la maestra leer el
libro y observando las imágenes que muestra).
173
Fig. 14 Orientación Individualizada o Colectiva de las mediaciones de los maestros/as en cada actividad/escuela de T1 a T4
*En los casos en que el maestro/a propuso varias actividades, debajo de cada gráfico las identificamos con una línea punteada de color naranja/negro
174
6.3 Estrategias de mediación y construcción de espacios para la participación de los
niños/as en las negociaciones sobre las reglas de la actividad
Identificamos que el maestro/a media la actividad conjunta haciendo uso de siete tipos
de estrategias, las cuales varían en su función, nivel de directividad y en el espacio que
abren para la participación de los niños/as en las negociaciones sobre las reglas de la
actividad:
175
consideran novedades adecuadas), o de reorientar o inhibir aquellas que sobrepasan los
límites planteados en cualquiera de las dimensiones explicadas en el apartado anterior y
las novedades se consideran inadecuadas.
Interviene sólo
El maestro/a observa cuando el niño/a
El niño/a explícitamente lo
SI sin intervenir
involucra en la
participa actividad
en la Identifica la definición
actividad Maestro/a
del niño/a e interviene
considera que
para cambiarla Reorientación
la actividad
ofreciendo
NO es
alternativas
ADECUADA
de acuerdo
con la Identifica la definición
definición e interviene para
Inhibición
propuesta cambiarla sin ofrecer
alternativas
176
También analizamos los sistemas a través de los cuales el maestro/a realiza estas
estrategias de mediación. Así, después de categorizar el tipo de estrategia nos
preguntamos: ¿Cómo realiza la mediación el maestro/a? ¿Qué sistemas semióticos
utiliza? Basamos nuestras categorías (ver Tabla 10) en estudios previos sobre interacción
triádicas entre padres/madres y niños/as (Alessandroni y Rodríguez, 2017; Basilio y
Rodríguez, 2017; Cavalcante y Rodríguez, 2015; Moreno-Núñez, Rodríguez y del Olmo,
2015; Palacios y Rodríguez, 2015; Rodríguez et al. 2018).
177
Tabla 11. Frecuencia de cada estrategia de mediación de M identificada por actividad/escuela de T1 a T4
Actividad Tipo de situación Invitación Evaluación Acompañamiento Reorientación Ejemplificación Ejemplificación Inhibición
educativa Positiva Distante Directa
T1 Libre Semiestructurada 24** - 21 10 - 3 1
T2 Luces Estructurada 23 3 21 9 3 2 4
Escuela 1
T3 Arena Estructurada 24 1 8 5 4 8 2
Libre Semiestructurada 1 - - 2 - - -
T4 Masa Estructurada 52 18 39 21 15 2 2
T1 Túnel Estructurada 23 12 34 17 2 4 5
T2 Juego Heurístico Estructurada 26 22 27 34 1 - 12
Escuela 2
T3 Masaje Dirigida 25 10 13 6 5 15 6
Libre* Semiestructurada - - - - - - -
T4 Psicomotricidad Estructurada 27 9 25 13 3 11 12
T3 Hojas Estructurada 7 - - - 2 - -
Masaje Dirigida 7 4 7 6 4 23 10
T4 Lectura Dirigida 15 19 5 3 77 10 13
Muñecos Estructurada 16 7 9 2 9 - -
Total 352 133 250 148 138 91 79
% 29.6 % 11.2 % 21 % 12.4 % 21 % 7.6 % 6.6 %
*Esta situación educativa estuvo a cargo de la maestra de apoyo, por lo tanto la tutora no realizó ningún tipo de mediación
**En negrita indicamos la estrategia más frecuente en cada actividad
178
6.3.1 La Invitación
Observación 12
Tipo estrategia: Invitación
Situación educativa estructurada, momento de introducción actividad con hojas escuela 3, T3
Observación 12.1 Duración: 22”
M Muestra una bolsa con hojas secas. Después la M vacía la bolsa diciendo uuuuu ¡Halaa! * Zoe
columpia de un lado a otro, vocalizando: u-u-u- [1,3,20] (1), Juan [1,11,24] (2), Pepe [1,5,18] (3) Karen
(cada vez) *. [1,6,19] (4) y Aura [1,1,21] (5) se acercan asombrados.
Nacho [1,6,18] (6) y Marina [1,2,12] (7) observan
desde la distancia.
Orientación Colectiva/Homogeneizadora
Mediadores semióticos Lenguaje: Vocalizaciones (ver descripción)
Gestos: Muestra bolsa (Ostensión)
Intervención musical: Acompaña con la voz cada
oscilación de la bolsa, cambiando los tonos de acuerdo
con el movimiento
Usos de objeto:
Canónico (vacía la bolsa)
Expresión emocional: sonrisa
Dimensión Usos de los Objetos de los niños/as
Objetos Bolsa con hojas secas
Observación 12.2 Duración: 3”
Juan es el único que se aproxima a las hojas. M dice: ¿Qué es todo eso Karen?, mira, mira ¡son hojas!,
acompañándose de un gesto de interrogación con ambas manos.
Orientación Individualizada/específica
Mediadores semióticos Lenguaje: pregunta (Ver descripción)
Gestos: de interrogación (Simbólico)
Dimensión Estado emocional respecto al uso los objetos
Objeto Hojas secas
179
La Observación 12.1 muestra una invitación colectiva que establece una primera
definición de actividad alrededor de las hojas secas. La maestra la presenta través de una
intervención hiperbólica, redundante, ralentizada y empleando diferentes sistemas de
signos. Esto ayuda a multiplicar el efecto en la atención de los niños/as y a conseguir el
objetivo de convocarlos alrededor de las hojas, con la expectativa de que comiencen a
actuar. Esta actividad rompe con el escenario cotidiano en el que los niños/as entran en
contacto con las hojas secas (que normalmente es en el juego al aire libre), así que los
niños/as se acercan, sorprendidos. Solo Juan se anima a entrar en la actividad comenzando
a actuar con las hojas.
El 29.6% (352) de las mediaciones de los maestros/as analizadas (en todas las
situaciones) son invitaciones (ver en Tabla 11 por actividad) y en su conjunto es la
estrategia más común. Al analizar esta estrategia por actividades encontramos que es la
más común en todas, con las siguientes excepciones: la actividad de lectura (escuela 3,
T3), la actividad de masaje (escuela 3, T3) y la actividad de los túneles (escuela 2, T1) y
la actividad de Juego Heurístico (escuela 2, T1). En la Figura 16 mostramos la frecuencia
y momento de emergencia de las invitaciones en cada una de las actividades.
180
Fig. 16. Frecuencia y momento de emergencia de las invitaciones en cada actividad
Interpretamos este predominio como un indicio de que en las tres escuelas los
maestros/as centran parte de su mediación en promover espacios de acción para todos los
niños/as, sin restringir estas acciones a alternativas específicas basadas en un único
modelo decidido y cerrado por el maestro/a.
Encontramos que los maestros realizan las invitaciones (ver Fig. 17) haciendo uso de
todos los sistemas de mediación tenidos en cuenta en este estudio (Intervención musical,
lenguaje, gestos, usos de objeto, expresión emocional e intervención directa con el
cuerpo) excepto la maestra de la escuela 2 quien nunca usó en sus invitaciones la
intervención musical.
300
200
100
0
Escuela 1 Escuela 2 Escuela 3
Intervención musical Lenguaje
Gestos Usos de Objeto
Expresión Emocional Intervención directa con el cuerpo
181
Los maestros/as realizan las invitaciones recurriendo mayoritariamente a estelas
comunicativas (ver Fig. 18), es decir a agrupaciones de signos de diferente complejidad
semiótica. Solo el 31% (109) de las invitaciones se realiza a través de un solo sistema de
mediación, que comúnmente es el lenguaje (60.6% de estas 109 unidades). Estas
mediaciones lingüísticas normalmente están orientadas a captar la atención de los
niños/as hacia ciertos objetos de la actividad y a promover que comiencen a usarlos (sin
decir explícitamente cómo).
Escuela 1 1 sistema
2 sistemas
3 sistemas
Escuela 2
4 sistemas
5 sistemas
Escuela 3
0 10 20 30 40 50 60 70
182
mostrar cómo se usa el objeto, sino que la usa dirigiéndosela al niño/a, y así hace explícita
su intención de que sea integrada en la actividad del niño/a.
En todas las escuelas, las estelas de mediación compuestas por dos sistemas de
signos fueron las más frecuentes (168- 47.7%) (ver Fig. 18). El 76.6 % de estas se
componían de una mediación lingüística acompañada de un gesto con contenido
redundante, es decir, el maestro/a comunica la misma información haciendo uso
simultáneamente de dos sistemas diferentes. Por ejemplo, diciendo mira a la vez que
muestra el objeto. El patrón más usado por el maestro 1 y la maestra 3 fue una
intervención lingüística acompañada del gesto de ofrecer. Este patrón fue muy poco
usado por la maestra 3, quien prefería usar gestos mucho más distales como el de señalar,
el de colocar o el de mostrar dejando un espacio más amplio para que los niños/as
decidieran si entraban o no en una actividad con el objeto seleccionado.
(c) Estelas con signos en discordantes ¿el teasing como estrategia de invitación?
Aunque la mayoría de estelas que los maestros/as realizan están conformadas por
signos que ofrecen información redundante, algunas invitaciones no cumplen con esta
regla. Por ejemplo, cuando utilizan sistemas de signos con contenido discordante. Así, se
sirven de la incongruencia para motivar la entrada de los niños/as en la actividad, a partir
de la construcción de un significado nuevo que se distancia del literal. Los maestros/as
184
crean escenarios en donde se busca que la incongruencia sea interpretada por los niños/as
como signo de humor y tenga un efecto de provocación de una disposición para negociar
y entrar en la actividad. A continuación, presentamos dos observaciones paradigmáticas.
En la Observación 13 presentamos la introducción de la actividad con masa de pan.
Subrayamos las dos invitaciones con contenido discordante.
M coge uno de los pedazos y lo amasa, coloca Mariana ríe y Laura [1,8,10] (2) se acerca. M dice:
nuevamente el trozo sobre la tela hace un gesto No, no para mí, para mí, para mí mientras hace un
simbólico de sacudirse las manos* y mira a los gesto simbólico de para con la mano* y niega con
niños/as. la cabeza mientras sonríe. Mariana se ríe y dice
nooooo. [2]
M dice a Mariana: Bueno, venga, vale vamos a Los niños/as se acercan a la masa y comienzan a
jugar con los otros mientras sonríe y hace un gesto coger trozos para amasarla.
simbólico de venir con la cabeza*.
El maestro hace una mediación lingüística afirmando que la masa es para jugar él
solo, pero la acompaña de un gesto de mostrar, así como de un gesto de señalar inmediato
(tocándose el pecho) y de una expresión emocional que en este caso es la risa. El
significado literal de esta intervención es que sólo el maestro puede usar la masa, lo que
es incongruente con la intención del maestro al inicio de todas las actividades (y que los
185
niños/as conocen) en donde abre un espacio de actividad para que todos usen los objetos.
La risa funciona como un marcador de esto es una broma. Así, espera que los niños/as
interpreten su intervención como una provocación, una invitación a jugar. Inferimos que
la mayoría de niño/s entienden esta intervención desde una perspectiva literal, porque se
quedan serios y no se mueven. Sólo Mariana [1,7,27] se ríe, entendiendo la broma, y
responde: nooooo, para aclarar la situación. El maestro insiste en su provocación cuando
ve que Laura [1,8,10] comienza a acercarse. Esta vez interviene lingüísticamente
afirmando que la masa es sólo para él, hace un gesto simbólico de parar con la mano, a
la vez que un gesto simbólico de negación con la cabeza, y sonríe. Nuevamente es este
componente emocional el que marca la provocación. Debido a que no todos los niños lo
entienden, pasa a continuación a realizar una invitación en donde explícitamente convoca
a los niños/as a usar la masa e iniciar la actividad (sin decir qué hacer con ella).
186
Observación 14 Duración: 18¨
Tipo estrategia: Invitación con signos discordantes
Situación educativa dirigida, actividad de masaje, momento de despliegue, escuela 2, T3
M ha terminado el masaje con Sara [1,10,20] (1), se está vistiendo nuevamente. Sólo falta ponerle los
zapatos
M dice ¿te pones los zapatos? mientras le muestra uno Sara sonríe e introduce su mano en el zapato.
de ellos*. Sara hace un gesto simbólico de afirmación
con la cabeza. M dice: ¿en dónde te pones los zapatos?
¿en la mano?, mientras sonríe. [1]
M ríe y dice: nooooo, mientras hace un gesto M dice: dónde ponemos entonces los zapatos?
simbólico de negación con el dedo*. Sara ríe. .
Sara estira el pié acercándolo al zapato que M Belén [1,10,9] (2) se acerca,coge el pie de
muestra*. Sara y ayuda a M a poner el zapato*.
M coloca orinal y bebé frente a sí diciendo haz Los niños/as miran a M y cuando comienza a cantar
pis aquí, en el orinal bebé y canta haz pis, pis, se agrupan alrededor del bebé. Aura y Marina se
pis, pis…pis, pis, pis, pis en el orinal parara- acercan y ayudan a sostener al bebé mientras hace
papa, es un placer, no llevar pañal. pis*.
Orientación Colectiva/Homogeneizadora
Intervención musical: canta canción
Lenguaje: Narra la situación (ver descripción)
Mediadores semióticos Gestos: Indicial (indica con ambas manos abiertas el
muñeco)
Usos de objeto:
Simbólico El muñeco convertido en bebé desea
dejar de usar el pañal para hacer pis en el orinal.
Expresión emocional. Expresión facial de sorpresa
y sonrisa
Dimensión Usos de los Objetos por parte de los niños/as
Objetos Pañal, bebé y orinal réplica
188
el pañal en el bebé) ha comenzado a usar el orinal por primera vez esa misma semana. La
maestra introduce este contenido dentro de su secuencia de uso simbólico
proponiéndosela a todo el grupo, pero buscando también promover el uso canónico del
orinal real, desafío en el que Mónica apenas está entrando. Encontramos que el contenido
de esta mediación es muy complejo, la maestra utiliza 5 sistemas de mediación: Lenguaje,
Intervención musical, gesto (indicial), uso de objeto (simbólico) y expresión emocional
(de sorpresa y sonrisa). En este caso, aunque la maestra considera que Mónica hace un
uso de objeto (simbólico) del pañal y los bebés adecuado, ya que coincide con la
definición propuesta de la actividad, interviene para proponer un modelo mejor. Esta
consideración tiene su origen en la transición del pañal al uso del orinal, objetivo
educativo en el que los niños/as comienzan a entrar y que es representado en este
escenario simbólico.
189
momento de introducción, (2) la participación en escenarios simbólicos y (3) actividades
de recogida de objetos que se clasifican de acuerdo con clases de objetos durante los
momentos de cierre.
Fig. 19. Frecuencia y momento de emergencia de las ejemplificaciones distantes en cada actividad
Los maestros/as realizan las ejemplificaciones distantes a través de todos los sistemas
de mediación excepto la intervención directa con el cuerpo, porque por definición estas
estrategias son distales (ver Fig. 20).
Fig. 20. Frecuencia de sistemas usados en las ejemplificaciones distantes en cada escuela
120
100
80
60
40
20
0
Escuela 1 Escuela 2 Escuela 3
Intervención musical Lenguaje Gestos
En todos los casos lo que ejemplifican los maestros/as son los usos de los objetos,
que acompañan usualmente con lenguaje y en menor medida con gestos. Las expresiones
190
emocionales y las intervenciones musicales aparecen en mucha menor medida, excepto
en la escuela 3. La mayoría de las ejemplificaciones distantes que utilizan la intervención
musical hacen parte de la actividad de lectura, lo que se debe a los tipos de libros usados.
Son libros escritos como rimas que la maestra lee cantando.
Escuela 1
1 sistema
2 sistemas
Escuela 2
3 sistemas
4 sistemas
5 sistemas
Escuela 3
0 10 20 30 40 50 60 70
191
especialmente durante la actividad más compleja: la lectura. La más común de las estelas
encontradas fue la estela de cuatro sistemas compuestos por: Lenguaje, gesto, usos de
objeto e intervención musical. La maestra no se limita a leer el libro pasando las hojas
(uso canónico del libro), sino que canta (intervención musical), señala con el dedo
tocando las imágenes, representa a través de gestos simbólicos lo que va narrando, y en
algunas ocasiones usa el mismo libro para representar movimientos de los personajes (uso
simbólico del libro) y en algunas ocasiones acompaña estas mediaciones con expresiones
emocionales, recurriendo entonces a estelas de 5 sistemas.
192
Observación 16 Duración: 6¨
Tipo de estrategia: Ejemplificación Directa
Momento de cierre, actividad con Arena, escuela 1 T3
M mira a Mario [1,3,22] (1) que tiene Toma las manos de Mario y las levanta, coge las
problemas para bajar la cremallera del jersey y mangas del jersey y tira diciendo:
le dice: ¿te ayudo? Sin esperar a que el niño Ma…aaaaas…rio...uuu…aaan… muy bien!
responda, se acerca y baja la cremallera*. (vocalizado rítmicamente de manera que cada sílaba
enfatiza un paso que realiza al quitarlo) y se ríe. *
Orientación Individualizada/específica
Mediadores semióticos Intervención musical: Acompañamiento de la
acción de quitar el jersey con intervenciones vocales
que resaltan cada uno de los pasos.
Lenguaje: Anuncia su intervención (Ver
descripción)
Usos de objeto:
Canónico (Baja la cremallera y quita abrigo)
Expresión emocional: risa
Intervención directa con el cuerpo: Levanta las
manos del niño
Dimensión Usos de los Objeto de los niños
Objetos Jersey
193
el jersey, sino mediar el proceso para que el niño aprenda los pasos necesarios para
hacerlo y que posteriormente pueda realizarlos por sí mismo.
Muchas de las mediaciones del maestro/a están orientadas a ayudar a los niños/as
a ganar control sobre los usos convencionales de las prendas de vestir de acuerdo con sus
normas públicas. Pero también con las reglas culturales de la escuela que enfatiza, cómo,
cuándo, dónde y qué elementos de ropa deben ponerse o quitarse. Por lo tanto, la
definición de las actividades que implican la vestimenta es mucho más cerrada y menos
flexible.
194
Fig. 22. Momento de emergencia de las ejemplificaciones directas en cada actividad
195
directamente en un lugar específico para que lo use. Es decir, toma de la mano o carga a
los niños/as, a veces acompañando estas mediaciones con lenguaje, gestos o
intervenciones musicales, para asegurarse de que entren en la actividad.
Fig. 23. Frecuencia de sistemas usados en las ejemplificaciones directas en cada escuela
50
40
30
20
10
0
Escuela 1 Escuela 2 Escuela 3
En la escuela 2 y 3 las estelas más comunes son las de 2 sistemas: las maestras
introducen a los niños/as en el uso canónico de los objetos interviniendo directamente
sobre su cuerpo. Mientras que en la escuela 1 las estelas usadas con mayor frecuencia son
las de 3 sistemas, en donde el maestro introduce al niño/a en el uso canónico de los objetos
recurriendo a la intervención directa y acompañándose del lenguaje para anunciar esta
intervención en el cuerpo.
196
Fig. 24. Frecuencia de invitaciones formadas por 1, 2, 3, 4 o 5 sistemas en cada escuela
Escuela 1
1 sistema
2 sistemas
Escuela 2
3 sistemas
4 sistemas
5 sistemas
Escuela 3
0 10 20 30 40 50 60 70
197
Observación 17 Duración: 3”
Tipo de estrategia: Evaluación Positiva
Momento de despliegue, actividad con masa, Escuela 1, T4
M observa la tortita que Tania [1,10,13] (1) le ha mostrado y dice ¡Uy que bonito Tania, cómo me
gusta!¨ con una expresión facial de sorpresa*.
Orientación Individualizada/específica
Mediadores semióticos Lenguaje: Reconoce uso (ver descripción)
Expresión emocional: Expresión facial de
sorpresa
Dimensión Usos de los Objetos de los niños/as
Objeto Masa
Fig. 25. Frecuencia y momento de emergencia de las evaluaciones positivas en cada actividad
En las tres escuelas las expresiones faciales de sorpresa y sonrisa juegan un papel
fundamental. Estas expresiones son utilizadas como poderosos marcadores de las
acciones de los niños/as, haciendo más legible aquellos comportamientos adecuados, de
acuerdo con la definición de actividad propuesta.
199
Fig. 26. Frecuencia de sistemas en las evaluaciones positivas en cada escuela
60
40
20
0
Escuela 1 Escuela 2 Escuela 3
Los maestros/as se sirven también de gestos simbólicos como aplaudir, asentir con
la cabeza, dar palmadas en la espalda (para felicitar) y chocar las manos, legitimando y
promoviendo de manera más directa ciertas formas de participación de los niños/as (para
una descripción detallada de los sistemas de mediación que conforman cada evaluación
en las tres escuelas).
Fig. 27. Frecuencia de evaluación positiva formadas por 1, 2, 3, 4 o 5 sistemas en cada escuela
Escuela 1
1 sistema
2 sistemas
Escuela 2
3 sistemas
4 sistemas
5 sistemas
Escuela 3
0 10 20 30 40 50 60 70
6.3.5 Acompañamiento
200
apoyarla, extenderla o complejizarla. A diferencia de las invitaciones y las
ejemplificaciones distantes y directas, esta estrategia parte de la propuesta del niño/a, y
el maestro/a ofrece su mediación para, desde su perspectiva, mejorarla. El
reconocimiento de la perspectiva del niño/a es crucial en esta estrategia, los cambios no
son impuestos a partir de un modelo externo del maestro/a sino que se negocian
respetando la iniciativa del niño/a.
201
Observación 18 Duración: 12¨
Tipo de estrategia: Acompañamiento
Momento de Introducción, actividad de masaje, Escuela 2, T3
M observa el gesto del Adrian [1,4,3] de mostrar el zapato y responde diciendo ¿Yo o tú? mientras se
señala a sí misma* y después al niño.
M suelta la tira de velcro del zapato y deja que Rubén M toma parte del zapato y se lo quita. Después
lo intente nuevamente, pero no lo logra. Vuelve a dirige su pierna hacia Adrian*, quien finalmente
estirar la pierna y le muestra el zapato*. logra quitarse el zapato.
Orientación Individualizada/específica
Mediadores semióticos Lenguaje: Expresa como pregunta la intención
interpretada a partir del gesto del niño (ver
descripción)
Gestos: señalar inmediato (indicial)
señalar distal (indicial)
Usos de objetos:
Canónico (uso parcial: solo quita una
parte del zapato)
Intervención directa con el cuerpo: Toma la
pierna del niño y se la aproxima a sus manos
Dimensión Usos de los Objetos de los niños/as
Objeto Zapatos
202
(a) Frecuencia de los acompañamientos en cada actividad
203
Fig. 29. Frecuencia de sistemas semióticos presentes en los acompañamientos en cada escuela
100
80
60
40
20
0
Escuela 1 Escuela 2 Escuela 3
Escuela 1
1 sistema
2 sistemas
Escuela 2
3 sistemas
4 sistemas
Escuela 3 5 sistemas
0 10 20 30 40 50 60 70
204
de las escuelas analizamos los sistemas comunicativos usados por los maestros/as para
acompañar a los niños/as. Lo que encontramos es que en la escuela 1, a diferencia de las
otras dos, el maestro utiliza con mayor frecuencia acompañamientos en donde se sirve de
un solo sistema de mediación, que en general es el lenguaje. En las escuelas 2 y 3 las
maestras utilizan con mayor frecuencia estelas de dos sistemas que en su mayoría están
compuestas por una mediación lingüística acompañada de un uso convencional y en
menor medida de uno simbólico.
6.3.6 Reorientación
205
objetos como papeles de colores y CD´s para crear reflejos sobre una pared. Debido a que
son 14 niños/as y un solo proyector, el uso del objeto debe hacerse de manera coordinada
para que todos tengan acceso a él, pues el espacio es limitado.
Observación 19 Duración: 8¨
Tipo de estrategia: Reorientación
Momento de despliegue, actividad con Luces, Escuela 1, T2
M mira fijamente a Mariana [1,5,18] (1) (durante tres M dice ¿Le estás dando un beso? ¿Verdad?...
segundos) con expresión facial de enfado. La niña ¿y un abrazo? al tiempo que hace un gesto
suspende su acción justo antes de morder para señalar a Pablo [1,3,23] (2).
beso.
Orientación Individualizadora/específica
Mediadores semióticos Lenguaje: Narra la situación (ver
descripción)
Gestos: Indicial (señala a Pablo, quien ha
estado a punto de recibir el mordisco).
Expresión Emocional: Expresión facial de
enfado
Dimensión Interacción entre compañero/as acerca del
uso del objeto
Objeto Proyector
206
Consideramos esta estrategia de mediación como una reorientación porque el
maestro no centra su intervención sólo en detener el comportamiento de Mariana, el cual
trasgrede la definición de la actividad de usar los objetos con los compañeros de manera
coordinada, dejando espacio para que todos lo usen y sin hacerse daño.
Esta secuencia muestra que el maestro no está solo interesado en mediar los usos
de los objetos por parte de los niños/as con el objetivo de que aprendan acerca de sus
propiedades funcionales (usos canónicos) o de otros usos creativos (por ejemplo, usos
simbólicos o metacanónicos). El maestro también busca mediar cómo los objetos son
usados entre compañero/as, canalizando una interacción que garantice un uso de los
objetos coordinado, en donde todos puedan participar de manera armónica de la actividad
conjunta.
207
(a) Frecuencia de las reorientaciones en cada actividad
208
conflictos, en donde no sólo son vistos como situaciones que hay que resolver, sino como
oportunidades de aprendizaje.
80
70
60
50
40
30
20
10
0
Escuela 1 Escuela 2 Escuela 3
Intervención musical Lenguaje
Gestos Usos de Objeto
Expresión Emocional Intervención directa con el cuerpo
Las estelas más comunes en las tres escuelas son las compuestas por dos sistemas
de signos que en la escuela 1 corresponden a lenguaje y expresión emocional. Mientras
que en las escuelas 2 y 3 las estelas más frecuentes son aquellas compuestas por lenguaje
y gestos. En la escuela 2 los gestos casi siempre son simbólicos, mientras que en la 3 hay
un despliegue de gran variedad de gestos.
209
Fig. 33. Frecuencia de reorientaciones formadas por 1, 2, 3, 4 o 5 sistemas en cada escuela
Escuela 1
1 sistema
2 sistemas
Escuela 2
3 sistemas
4 sistemas
5 sistemas
Escuela 3
0 10 20 30 40 50 60 70
En la escuela 1 tanto las expresiones emocionales como los gestos que acompañan
las mediaciones lingüísticas lo que enfatizan es el contenido que se busca cambiar y que
ha trasgredido la definición de la actividad (por ejemplo, las expresiones de
desaprobación o los gestos de parar con la mano).
6.3.7 Inhibición
211
Observación 20 Duración: 14”
Tipo de estrategia: Inhibición
Momento de introducción, actividad de lectura, Escuela 3, T4
M mira a Pepe [1,7,0] (1) y de dice Pepe siéntate* Pepe mira, pero no se sienta. M hace un gesto
(Espera 2 segundos) simbólico de sentarse* y lo repite 3 veces
haciendo pausas entre cada uno.
Como Pepe sigue sin responder, ahora Muestra* el Con voz y expresión facial de enfado dice Pepe
libro diciendo Pepe siéntate y cuento el cuento. Pepe sentado. Espera 2 segundos, se levanta para
la mira, pero no responde. tomarle de la mano* y sentarle directamente.
Orientación Individualizada/específica
Mediadores semióticos Lenguaje: Da instrucción (ver descripción)
Gestos: Gesto sentarse (simbólico)
Muestra libro (Ostensión)
Expresión Emocional: Expresión facial de
enfado
Intervención directa con el cuerpo: Toma la
mano y sienta a Pepe
Dimensión Momento de uso de los objetos
Objeto Libro
A pesar de que es una estrategia altamente directiva, Camila abre un espacio para
la participación del niño: no interviene desde el primer momento directamente sobre su
cuerpo obligándole a sentarse. Recurre a una gran variedad de sistemas semióticos, los
más distales y complejos aparecen primero. A través de una intervención lingüística trata
de detener el comportamiento de Pepe ofreciendo una instrucción para que se siente.
Espera a que el niño responda, y como no lo hace recurre ahora al sistema gestual
212
representando simbólicamente el movimiento de sentarse, que es el comportamiento
esperado (en el aula, este gesto está altamente convencionalizado, la maestra lo produce
cada vez que quiere que los niños/as se sienten).
El 6.6 % (79) de todas las mediaciones analizadas son inhibiciones (ver al inicio
del apartado Tabla 11). Al analizar la frecuencia de las inhibiciones y su emergencia por
actividad (ver Fig. 34) encontramos que en todas se encuentra dentro de las menos
frecuentes, excepto en la actividad de hojas/masajes (T4, Escuela 3) donde se presenta
como la tercera más usada.
Encontramos que frente a todas las situaciones en donde los niños/as trasgreden
alguna de las reglas de la actividad, los maestros/as recurren con mayor frecuencia a las
213
reorientaciones que a las inhibiciones. De las 227 secuencias en las que los maestros/as
consideraron la necesidad de cambiar la actividad del niño/a, 148 (65.2%) se mediaron a
través de reorientaciones y 79 (34.8%) a través de inhibiciones. Esto significa que en la
práctica educativa los maestros/as tienden a ofrecer alternativas, y no se limitan
simplemente a suspender la actividad que trasgrede la norma con un NO como respuesta.
Cuando analizamos las frecuencias escuela por escuela, encontramos que esta
tendencia se mantiene en la escuela 1 (14.3%-3.3%) y en la escuela 2 (17.5%-8.8%), pero
no en la escuela 3 (6.7%-7.3%). Aunque Camila, al igual que Gabriel y Carolina en todas
las actividades recurre más a las reorientaciones que a las inhibiciones, en la actividad de
masaje/hojas (T4) cambia de tendencia, lo que afecta el promedio total. Al analizar esta
situación educativa nos encontramos que dos actividades ocurren simultáneamente. A
diferencia de la actividad de masaje en la escuela 2 en la que los niños/as se quedan con
la maestra de apoyo mientras Carolina realiza el masaje individual, aquí Camila está sola.
Esta maestra intenta mantener a los niños/as actuando en torno a las hojas secas, mientras
realiza el masaje de manera individual. Los niños/as se resisten a esta definición e
intentan participar en la actividad de masaje. La maestra inhibe todos estos intentos,
imponiendo su modelo de actividad en donde hay una completa separación de las
actividades, y en donde los niños/as -excepto el que recibe el masaje- no tiene un lugar
como participante.
214
Fig. 35. Frecuencia de sistemas semióticos usados en las inhibiciones en cada escuela
40
30
20
10
0
Escuela 1 Escuela 2 Escuela 3
Escuela 1
1 sistema
2 sistemas
Escuela 2
3 sistemas
4 sistemas
Escuela 3 5 sistemas
0 10 20 30 40 50 60 70
215
En la escuela 3 la estela más común también es la compuesta por dos sistemas,
pero en este caso la más frecuente es la intervención lingüística acompañada por una
intervención directa con el cuerpo. En menor medida aparecen gestos simbólicos (de
negación con la cabeza).
En esta última parte hemos hecho un análisis cualitativo de los contenidos de las
1191 unidades de mediación triádicas del maestro/a identificadas para cada situación
educativa observada en las tres escuelas de T1 a T4. Además, analizamos el grupo de
cada escuela como una comunidad de práctica que, en el curso de su experiencia
histórica en las situaciones educativas, va construyendo una micro-cultura de aula, es
decir, un sistema complejo de normas, valores, herramientas semiótico/materiales (Lave
y Wenger, 1991) respecto a los usos de la materialidad y su participación en la actividad
conjunta.
216
Nuestro análisis se realizó para tres de las cinco dimensiones de mediación
emergentes, que identificamos en nuestra investigación (ver Fig.37):
1. Los objetos y sus usos
2. La interacción entre iguales sobre y a través de los usos de los objetos
3. Los estados físicos y emocionales acerca de los usos de los objetos
Fig. 37. Las dimensiones que son mediadas por el maestro/a y las reglas negociadas sobre los usos de los
objetos
Así, agrupamos las unidades de mediación por dimensiones (Fig. 37) y para cada
una de las unidades de mediación que las conforman nos preguntamos:
217
a) Los objetos accesibles en el aula y su emergencia como foco de negociación entre
maestros/as y niños/as
218
los niños/as que buscan introducir nuevos objetos. Sin embargo, a lo largo de la actividad
suele ir flexibilizando estos límites y en algunas ocasiones no solo acepta la introducción,
sino que activamente introduce objetos como una definición alternativa de la actividad
para ciertos niños/as.
Como ejemplo nos remitimos a la actividad de masa de pan (T4) que fue
parcialmente descrita en las Observaciones 4 y 6 (Capítulo 5). En la Figura 38 mostramos
en el lado izquierdo el objeto sobre el que se construye la definición de la actividad: la
masa (1), así como los procesos de negociación sobre los objetos de la actividad. Todas
las mediaciones iniciales del maestro se orientan hacia la masa. Sin embargo, Mar [1,2,4],
Laura [1,8,10] y Ana [1,2,26] se resisten a usarla. El maestro intenta convocarlas, pero
termina por legitimar su decisión. Mariana [1,7,27] que ha estado usando la masa, se aleja
de la zona de actividad y se dirige hacia la estantería en donde está la colección de botellas
sonoras, toma una y comienza a agitarla (2). El maestro entra directamente a reorientar
esta propuesta, la introducción de este objeto como alternativa en este momento de la
actividad no es aceptada. El maestro restablece la definición original de todos usamos la
masa (y no otros objetos, aunque sean accesibles en el aula). El uso de la botella sonora,
que es iniciativa de Sandra, aparece en azul. Incluimos una línea negra que representa el
restablecimiento de un límite firme por parte del maestro para excluirla de la definición
de la actividad. Más adelante Mar se aleja de la zona de actividad y comienza a subir y a
bajar una escalera de madera (3). El maestro observa esta nueva alternativa de actividad
y, aunque no la promueve explícitamente, al ignorarla, tácitamente permite su
introducción como parte de la definición de actividad. Lo mismo ocurre cuando Sandra
usa las pelotas (4), Ana las puertas de la casa de madera (5) o Irma introduce el circuito
de actividad (6).
Fig. 38. Objetos de la definición inicial y final de la actividad de masa de pan, situación estructurada,
escuela 1, T4
219
Tal como se describió en la Observación 6 (Capítulo 5) todos estos usos
alternativos introducidos por los niños/as en la definición de la actividad (así como el
llanto de Roberto) funcionan como signo para el maestro de que es momento de cerrar
con la actividad, porque los niños/as están cansados y han perdido interés. Para intentar
calmar a Roberto ahora es el maestro quien ofrece directamente unas botellas sonoras
(7). Como es una propuesta del maestro, en el gráfico aparecen en negro y como una
ampliación de las posibilidades de actividad. A partir de este momento, el maestro realiza
la transición hacia el momento de cierre introduciendo el bote de basura (8) como parte
fundamental de la definición de la actividad, que ahora gira en torno a recoger la masa y
tirarla al bote de basura, a partir de un uso conjunto que debe ser coordinado entre los
niños/as.
En la escuela 2 la consigna que podría describir este proceso es: Objetos accesibles
y su consideración como focos legítimos de negociación desde el principio de las
situaciones educativas.
Aunque posteriormente la maestra presenta un segundo túnel (3), los niños siguen
incluyendo nuevos objetos y con ellos, nuevas definiciones que emergen como
220
actividades paralelas. En la Figura 38 se representa gráficamente este proceso de
negociaciones a partir de la emergencia de nuevos objetos y sus usos. Mostramos en el
lado izquierdo el túnel (1) como objeto alrededor del cual gira la primera definición, en
el gráfico de la derecha se muestra cómo la maestra extiende la definición a las pelotas
(2) (se representa con una línea negra porque es iniciativa de la maestra) y después a un
segundo túnel (3). En Azul se muestran los objetos que los niños/as comienzan a incluir
en la actividad. Aparecen una colchoneta (4), bloques de psicomotricidad (5) y un
contenedor de pelotas (6). Aunque estos nuevos objetos no hacen parte de la definición,
la maestra los acepta como nuevas definiciones y por eso se representan en el gráfico
como límites ampliados de la definición inicial.
Fig. 39. Objetos de la definición inicial y final de la actividad con túneles, situación estructurada, escuela
2, T1
Sin embargo, no todos los objetos y sus posibilidades de acción son negociables
de la misma manera. Por ejemplo, los usos de los vasos de agua inicialmente son
limitados -porque no es el momento de beber- pero frente a la insistencia de los niños/as
termina por aceptarlos transitoriamente, negociación que es justificada por la necesidad
de saciar la sed de los niños/as (ver Observación 11, Capítulo 6). En contraste, la iniciativa
de los niños/as de incluir la silla de la maestra para usarla canónicamente (sentarse sobre
ella o arrastrarla haciendo uso de sus ruedas) no es aceptada por la maestra (aspecto que
discutiremos más adelante), y por tanto se representa en el gráfico fuera de los límites de
la definición de actividad, a pesar del intento de los niños/as por incluirla.
221
La práctica educativa durante la actividad principal en esta escuela se caracteriza
por una selección muy marcada de los objetos de la actividad limitando, en primera
instancia, la integración de los otros objetos disponibles en el aula. Esta expectativa de
centrarse sólo en ciertos objetos se evidencia en la práctica de recoger los objetos que no
hacen parte de la definición de la actividad y colocarlos en estanterías o en lugares lejos
de la zona de actividad escogida. A pesar de esto, estos objetos no se ubican en lo alto de
estanterías de manera que queden inaccesibles para los niños/as, así que con relativa
frecuencia los niños/as terminan intentando integrarlos en la actividad.
Fig. 40. Objetos de la definición inicial y final de la actividad de Juego Heurístico, situación estructurada,
escuela 2, T1
Hacia el final del momento de despliegue Juan [1,9,29] se acerca a uno de los
armarios (3), abre la puerta y cuando está a punto de comenzar a sacar los objetos que se
encuentran guardados, pero la maestra interviene para mediar este uso. No se limita a
inhibirlo, porque el uso del armario está por fuera de la definición de la actividad, sino
que busca reorientarlo. Primero dejando claro que los niños no abren los armarios, y a
continuación realiza el uso conjunto de cerrar la puerta (uso canónico). Después
promueve que centre su actividad en los usos de botes y cadenas. 16 segundos después
Mónica [1,5,24] comienza a subirse sobre la silla de Ramón (4) (especialmente adaptada
a sus necesidades posturales) y se sienta sobre ella. Al igual que Juan, Mónica ha abierto
un espacio de negociación proponiendo un nuevo objeto para ser usado dentro de la
actividad. Esta vez la maestra media el uso inhibiéndolo directamente, esta silla es de uso
exclusivo de Ramón y debe quedar por fuera de las posibilidades de uso de los otros
niños/as. Estas propuestas de negociación de ambos niños/as (tan seguidas en el tiempo)
son interpretadas por la maestra como signo de que los niños/as han perdido interés por
la actividad presentada y que es necesario comenzar con el momento de cierre: propone
comenzar a recoger los objetos.
223
Todos los niños/as entran en esta nueva definición de la actividad y comienzan a
recoger siguiendo los criterios propuestos por la maestra. Sin embargo, Juan observa un
rollo de papel higiénico (5) que la maestra ha dejado sobre una mesa, se dirige hasta él y
comienza a usarlo canónicamente: lo desenrolla y lo vuelve a enrollar. Este objeto está
fuera de la definición de la actividad y cuando la maestra identifica el uso del niño/a
inmediatamente lo reorienta. Le quita el papel higiénico de las manos y busca que el
niño/a vuelva a centrar su actividad en guardar los botes en su bolsa correspondiente
(uso canónico).
A partir de estas descripciones en las tres escuelas podemos concluir que entre los
niños/as y su maestro/a se construyen significados compartidos en las situaciones
educativas acerca de: (i) El rol de los niños/as como agentes, (ii) Los usos de objetos y
sus límites: los objetos para el uso exclusivo del maestro/a
(i) El rol de los niños/as como agente propositivo e influyente en las situaciones
educativas
224
los niños/as como agentes intencionales, y los aprendizajes que deberían favorecerse al
participar de la actividad.
(ii) Usos de objetos y sus límites: los objetos para el uso exclusivo del maestro/a
Aunque los objetos accesibles del aula emergen como legítimos focos de
negociación (aceptados en mayor o menor medida dependiendo del tipo de situación
educativa y del momento) existen algunos objetos cuya significación construida es de
territorio de uso exclusivo del maestro/a (por ejemplo en la escuela 1: la cámara
fotográfica, el trapo para limpiar las mesas, o el reproductor de música. En la escuela 2:
los armarios con materiales, la silla y cuaderno de anotaciones de la maestra, bote de
aceite para masajes, cortinas, fotos de la pared. Y en la escuela 3: armarios, puertas del
baño, bote de aceite o la crema para el cambio de pañal). El maestro/a marca los límites
dejando estos objetos por fuera de las posibilidades de la actividad de los niños/as. Estos
límites no sólo se ponen de manifiesto a través de la mediación aquí y ahora del
maestro/a, sino también a través de límites materiales: todos estos objetos suelen
colocarse en lugares inaccesibles para los niños/as, como repisas o estanterías altas, o en
un rincón del aula, alejado de las zonas de actividad.
225
b) Los tipos de usos de objeto
En este apartado analizamos los tipos de usos de objeto que los maestros/as
específicamente buscan mediar en las situaciones educativas. Comenzaremos
describiendo los usos canónicos, a continuación los usos simbólicos y en el último
apartado agruparemos los otros tipos de usos.
➢ Las convenciones sobre los usos de los objetos de acuerdo con la micro-cultura
escolar: de los usos convencionales a las circunstancias convencionales de uso
Encontramos que la mayor parte de las mediaciones del maestro están centradas
en orientar, promover y reconocer la entrada de los niños/as en los usos convencionales
de los objetos. Es decir, usar los objetos de acuerdo con las normas públicas compartidas
por la comunidad. Estas mediaciones van más allá de los significados funcionales de los
objetos (por ejemplo, los vasos sirven para beber líquidos) sino que se amplía al promover
la entrada en las circunstancias convencionales de uso en el contexto escolar del aula.
226
Fig. 41 Objetos del aula y su ubicación entre situaciones cotidianas y situaciones educativas
Situaciones Situaciones
cotidianas educativas
Ejemplo 1: Los usos del chupete y su transformación a lo largo del tiempo en la escuela
1
El chupete es uno de los primeros objetos que los niños/as comienzan a usar
canónicamente. En la cultura española es usual que en el hogar se ofrezca a los niños/as
este objeto para que sea chupado (uso canónico) con el objetivo de que mantenga (o
recupere) su nivel de confort y tranquilidad. En esta escuela el uso del chupete al inicio
del curso escolar es legitimado, pero comienza a ser regulado por nuevas normas, por
ejemplo, cada uno debe usar sólo su chupete. Durante el periodo de adaptación el uso del
chupete parece no tener restricción, quienes quieran pueden tenerlo. En la primera
actividad observada encontramos la emergencia de una nueva regla que comienza a ser
negociada: durante la actividad preferiblemente se guarda el chupete en la zona del
cambiador.
En las tres escuelas los usos de la ropa y los zapatos emergen como un territorio
importante de negociación a lo largo de todas las actividades, aunque solo en unas pocas
hace parte de la definición de actividad propuesta por el maestro/a. En la escuela 1 el
maestro se interesa en que los niños/as tomen responsabilidades respecto a su uso
canónico. En todas las situaciones en las que esta actividad surgió Gabriel activamente
enmarcó el proceso de ponerse/quitarse la ropa como una actividad cuya responsabilidad
es compartida. En general abría primero un espacio para que los niños/as lo intentaran
por sí mismos (ver Observación 16). Usualmente al identificar dificultades en la
realización del uso no intervenía directamente, sino que esperaba a que los niños/as
solicitaran explícitamente su ayuda. Aunque la regla cultural que emerge sobre la ropa es
que todos deben estar vestidos y suficientemente abrigados durante las actividades
(aumentando el número de prendas si la actividad es exterior, o disminuyendo si es
interior), comienza a emerger también un criterio específico de la actividad particular en
la que están participando. Por ejemplo, durante la actividad 1, 2 y 3 los niños/as deben
mantener los zapatos puestos, pero en la 4 el maestro explícitamente invita a que se quiten
los zapatos, pero no los calcetines. A lo largo de las actividades los niños/as tienden a
poner a prueba esta regla respecto a la ropa, quitándose los zapatos o los calcetines y tanto
el maestro, como otros niños, activamente intervienen para asegurar el cumplimiento de
la regla. Por ejemplo, en la actividad de luces, Sandra se encuentra un zapato en el suelo,
se dirige al maestro para mostrárselo, y señala a Irma (quien lo ha perdido) buscando que
intervenga. En la misma actividad, pero más adelante, Sandra es quien pierde su zapato,
detiene su actividad e intenta ponérselo. El maestro observa y sólo interviene cuando es
la niña quien solicita su ayuda. Ponerse y quitarse los zapatos y la ropa emerge como un
territorio educativo importante debido a su consideración como responsabilidad
compartida.
228
En la escuela 2 aunque en las dos primeras actividades observadas ponerse o quitarse
la ropa no hace parte de la definición inicial, emerge como un espacio de negociación por
parte de la maestra. La regla que se promueve es que los niños/as no deben quitarse los
zapatos ni la ropa durante las situaciones educativas. Los niños/as se resisten con
frecuencia a esta regla e intentan negociarla sin éxito. La maestra justifica esta regla en
garantizar el bienestar del niño/a (el suelo está frío y se pueden enfermar). En la tercera
actividad observada (de masaje) el quitarse la ropa es parte fundamental de la definición
de la actividad, y por lo tanto el mismo uso que en previas actividades se limitaba, en esta
se promueve. El encuadre de la actividad legitima que los niños/as se quiten la ropa, pero
siguiendo unas reglas: se quedan sin ropa solo durante el momento del masaje, tiempo
en el que están acostados sobre una toalla, sobre el tatami (y por tanto no corren riesgo
de enfriarse) y al terminar el masaje deben vestirse nuevamente.
Estos objetos no sólo hacen parte del aula de psicomotricidad, sino que dentro del
aula regular desde el principio del curso ha construido un espacio especialmente diseñado
para saltar en un rincón y frente a un espejo. Los niños/as y el maestro a lo largo del
curso escolar negocian las reglas de usos.
Más adelante, en la actividad libre en T3, los niños/as dan cuenta de que comparten
esta regla, ya no intentan separar los bloques de espuma y sólo utilizan los bloques para
escalar y saltar sobre el colchón. Ahora se gestiona una nueva regla: se debe saltar cuando
que no haya niños/as sobre el colchón a quienes puedan golpear al caer. En esta actividad
saltar desde los bloques al colchón se convierte en una actividad conjunta: los niños/as
ahora no sólo deben ponerse de acuerdo para escalar, sino también para saltar.
230
que cada niño/a debe saltar. Al contar despacio “uno” y “dos” ayuda a que los niños/as se
coordinen, los que están en el colchón se alejen y despejen la zona de salto y el que está
arriba se prepare para saltar. Está función de coordinación que inicialmente realiza la
maestra, pronto es cedida a los mismos niños/as, quienes comienzan a encargarse de
contarse primero a sí mismos y después a los otros, para regular los saltos. A lo largo del
curso escolar encontramos cómo los usos de la colchoneta y de los bloques de espuma en
el aula incluyen esta mediación a través del conteo como parte fundamental de la práctica.
Ahora estos objetos no son sólo para saltar, sino para saltar contando hasta tres, de
manera coordinada con los compañeros en la zona de salto, en el aula de psicomotricidad
o en el aula regular.
Aunque el libro solo apareció una vez como centro de la definición de una de las
actividades analizadas (T4), pudimos observar su uso y la construcción de reglas
culturales alrededor de este objeto como parte de la actividad de bienvenida en cada uno
de los días. Consideramos que esta única actividad analizada es representativa de la
cultura de esta aula alrededor del uso de este objeto durante los primeros meses del curso
escolar. El libro emerge como un objeto cuyo uso es altamente restringido a la maestra.
Ella es quien decide qué libros leer, en qué orden y es la única que tiene acceso directo a
ellos para pasar la página y leer. El rol que es asignado a los niños/as es primordialmente
el de espectadores.
3 En la segunda parte del curso (a partir de febrero) la maestra comienza a acortar el espacio entre los libros y los
niños/as acercándolos para que los niños/as los observen y los señalen, y en una ocasión observamos cómo los ofrece.
Cada niño/a toma un libro y puede leerlo.
231
La participación de los niños/as esperada, promovida y canalizada durante esta
actividad estaba constreñida a su rol como espectadores. Al principio, la participación se
limita a atender y a aplaudir al finalizar cada libro. La maestra lee siempre los mismos
libros y lo hace de la misma manera: generalmente cantando (porque son libros cortos
escritos en forma de rima). Estos libros se centran en presentar objetos, animales o
personajes del entorno familiar y escolar de los niños/as. Esto sirve de andamio para una
participación cada vez mayor de los niños/as, porque la maestra con mucha frecuencia
integra experiencias de los niños/as en otros momentos de lectura, aspectos de sus
familias, o de acontecimientos compartidos en otras actividades como parte de la lectura
del libro. Y durante otras situaciones educativas integra conocimiento compartido sobre
los personajes de los libros (por ejemplo, durante la actividad del masaje con Patricia le
dice a Juan que deje de llevarle juguetes ya que la niña está como el gusano, relajado,
relajado, relajado haciendo referencia a uno de los libros que ambos conocen).
Durante la lectura del libro, la maestra promueve que los niños/as participen
moviendo su cuerpo al ritmo de su canto, realizando gestos que representan las acciones
de los personajes (por ejemplo unir las manos en forma de pico y abrirlas y cerrarlas para
representar al pollo Pepe comiendo maíz) o características de los personajes (abriendo los
brazos para representar el tamaño enorme de la mamá del pollo Pepe) o el uso de ciertos
objetos (mover la mano como si se estuviera tocando un tambor o una campana) y en
algunos casos señalar con el propio cuerpo partes que están siendo descritas en los
personajes del libro (subirse la camisa para mostrar la barriga, que es pequeña en
comparación con la del pollo Pepe). En algunas ocasiones la maestra realiza pausas en su
lectura dejando espacio para que los niños/as intervengan nombrando al personaje que
completa la frase.
En la escuela 1 los usos simbólicos emergen como una alternativa dentro de las
definiciones de las actividades propuestas por el maestro en todas, menos una de las
situaciones educativas analizadas. A diferencia de las otras dos escuelas, el maestro no
suele mediar explícitamente la entrada en usos simbólicos que representen las prácticas
de cuidado de la escuela infantil. Sin embargo, sí que los contempla como alternativa
posible al incluir en un rincón (frente a un espejo) un cesto con bebés y otro cesto con
pañuelos desde el inicio del curso. En la actividad libre (T1), las niñas (especialmente
Sandra y Mariana) usan estos objetos simbólicamente, pero el maestro no entra a
mediarlos. Lo mismo ocurre con la colección de animales que se encuentra en otro rincón
del aula. En la actividad con arena (T3) el maestro es mucho más explícito y plantea hacer
un castillo y una tarta como marco para la actividad, este uso simbólico es promovido y
sostenido activamente. En la actividad con masa (T4) los usos simbólicos vuelven a
emerger como parte importante de la definición de la actividad (ver observación 4,
estudio1).
Encontramos que las mediaciones del maestro respecto a los usos simbólicos tienden
a ser mucho más directivas, que las de los usos canónicos, recurriendo especialmente a
ejemplificaciones distantes. El maestro no solo invita a los niños/as a entrar en la
actividad, dejando que sean los niños/as quienes decidan qué hacer con los objetos, sino
que directamente se pone como modelo ofreciendo desde el principio un contenido para
los usos: hacer un castillo, hacer una tarta, hacer tortitas o construir bocas en las tortitas
para que muerdan a los niños/as. Estas mediaciones tienen el objetivo de complejizar los
usos (generalmente canónicos) que los niños/as están haciendo de los objetos a partir de
la integración en un marco simbólico. Esto supone aumentar el nivel de complejidad para
el niño/a, pues implica despegarse del aquí y ahora y moverse en el plano del como sí.
Inferimos que el hecho de que el maestro ofrezca desde el principio objetos réplica como
parte del aula y que activamente los integre en las actividades es un signo de la
consideración de los niños/as como participantes capaces de actividades simbólicas
233
desde el inicio del curso, y no solo al final, cuando se acercan a los dos años (lo que viene
promovido por una visión del niño como productor de símbolos tardío).
Encontramos además que a diferencia de los usos canónicos, los usos simbólicos
rara vez son reorientados o inhibidos por la maestra. El acuerdo que subyace entre
niños/as y maestra cuando se usan los objetos simbólicamente es de estamos haciendo
como sí. Esta consigna hace que promover una manera correcta de usar los objetos emerja
con mucha menos frecuencia por parte de la maestra, pues al no tener que seguir un
criterio de efectividad, abre un espacio mucho mayor para la divergencia. La excepción
ocurre cuando estos usos emergen durante el momento de cierre, pues la maestra reorienta
a los niños/as para que abandonen los usos simbólicos y entren en la definición de recoger
los objetos. El criterio de efectividad (dejar el aula limpia y los objetos guardados en el
lugar correcto) se impone. Un aspecto diferenciador de esta escuela es que la maestra no
suele ponerse como modelo al realizar los usos simbólicos. En la mayoría de las
mediaciones recurrió a acompañamientos, es decir que entra en la propuesta de usos
simbólicos de los niños/as para ampliarla o complejizarla.
234
propusieron como alternativa posible dentro de la definición. Sin embargo, fueron los
mismos niños/as quienes introdujeron nuevos objetos para ser usados simbólicamente
(caracol que atraviesa el camino, rollo de celo como pulsera, oso que atraviesa el camino
y después es acunado y dormido, vaso vacío para beber, cocodrilo que se come a una
tortuga) (ver Observación 5 y Observación 10). Los niños/as influyen así la práctica
educativa al comunicar a la maestra su interés en este tipo de actividad más retadora.
En la actividad con hojas (T3) aparece como una alternativa del uso de las hojas
(tirarlas como si fuera confeti en una fiesta). En la actividad con muñecos (T4) aparece
con el uso de los bebés que son acunados, alimentados, limpiados y llevados al orinar
(Observación 15). Durante la lectura de libros (T4) también apareció con el uso del mismo
libro para representar movimientos de los personajes. Interpretamos que para la maestra
los niños/as desde el comienzo del curso escolar son considerados como activos
productores de símbolos. Los niños/as en todas las actividades reafirman esta idea al
introducir los usos simbólicos como parte importante de las definiciones de la actividad,
aunque no estén dentro de las propuestas iniciales de la maestra.
En la escuela 3 (al igual que en la escuela 2) los usos simbólicos que fueron
promovidos con mayor frecuencia por la maestra se relacionaban con rutinas de
alimentación y cuidado de los niños/as: usos canónicos de la cuchara, vaso, plato,
biberón, pañal y orinal. Todos estos son focos de aprendizaje relevantes dentro de la
escuela infantil. Encontramos que fueron las niñas quienes entraron mayormente en estos
usos (especialmente cuando se trataba de acunar, cuidar, limpiar o alimentar a los bebés
o a otros muñecos de peluche). Los niños cuando lo hacían se centraban en alimentarse a
sí mismos, alimentar a la maestra o a los otros compañeros/as. Durante la actividad con
muñecos (T4) La maestra hace explícita su preocupación por esta aparente falta de interés
de los niños en el uso de los bebés y los invita a involucrarse: oye a ver esos mozos…¡no
queréis saber nada de bebés! …Nacho, sí…mira…Nacho si le da de comer a los bebés,
¿verdad? después se dirige a la investigadora que está grabando y dice con expresión de
preocupación impresionante ¿no?... ¡sólo las niñas!, ¡sólo las niñas jugando con los
bebés!
Consideramos que dentro de esta comunidad de práctica el tema de la preferencia
de los usos de los objetos por género emerge como un elemento de tensión, pues los niños
insisten en mantener una participación periférica cuando se trata del uso simbólico de los
235
muñecos, mientras que para la maestra es fundamental una participación central de todos,
garantizando así la promoción de un rol más igualitario entre niños y niñas.
Estos tipos de usos se constituyen como territorio poco explorado en las mediaciones
de los maestros/as en las tres escuelas.
Una situación semejante ocurre en la escuela 3. Los usos rítmico-sonoros rara vez
aparecen como parte de las definiciones de las actividades, excepto cuando se trata de
Ramón. La definición de la actividad que se le propone a este niño está adaptada y en
236
muchas ocasiones lo que se canaliza es su entrada en usos más sencillos como los rítmico-
sonoros. La maestra hace sonar las cadenas dentro de los botes, o al lanzarlas sobre el
suelo, también ofrece instrumentos sonoros como un piano (que no ofrece a otros
niños/as) e intenta que el niño entre en estos usos a partir de ejemplificaciones directas:
toma la mano del niño y la guía para que realice el uso4. Solo en una ocasión encontramos
que la maestra propone el uso canónico rítmico sonoro de una maraca como parte de la
actividad y a un solo niño. Esta introducción tiene como objetivo ayudar a gestionar el
estado emocional de uno de los niños y será explicado en el siguiente apartado. La
maestra de la escuela 2 en raras ocasiones contempla los usos rítmico-sonoros como
posibilidad dentro de la actividad.
Por su parte, los usos metacanónicos en raras ocasiones son mediados por la maestra
de la escuela 2. A diferencia de esta escuela, en la escuela 1 encontramos un importante
interés en promover en los niños/as usos metacanónicos de los objetos. La definición de
actividad de luces (T2) gira en torno a ellos. Aquí el maestro busca, a través de la
materialidad, que los niños/as exploren características de los objetos que trasgreden sus
características funcionales y públicas: por ejemplo, un CD (que los niños/as en la escuela
ya comprenden como un objeto para reproducir música) usado con un proyector para
producir reflejos de colores. La maestra de la escuela 3 tampoco los contempló como
posibilidad y nunca los introdujo.
4
A partir del segundo semestre del año escolar la maestra comenzó a introducir en mayor medida el uso de instrumentos
musicales. Esto se relacionó con la participación de varias conferencias organizadas por DETEDUCA en donde se
discutió el lugar de la música y de los niños/as como ejecutores y no como simples oyentes.
237
6.4.2 Los usos de objeto y la interacción entre iguales
238
son los niños/as quienes comienzan a asumir mayor responsabilidad y a tomar mayores
iniciativas. Presentamos como ejemplo dos observaciones en donde se muestra la
diferencia de roles que la misma niña asume en situaciones con dos meses de diferencia:
Ejemplo 2, Actividad con masa (T4): Ponerse los zapatos como actividad
conjunta
5
Niño con necesidades educativas especiales: síndrome de Williams.
240
no lo logra, se lo ofrece al maestro, y se dirige a Roberto quien tiene el chupete
colgando con un cordón en el cuello, coge el chupete y se lo ofrece acercándoselo
a la boca. Se levanta y se va.
241
Así, la mediación de la maestra en esta dimensión se hace primordialmente a
través de estrategias indirectas. Más que asumir toda la responsabilidad de la gestión del
uso conjunto y coordinado que los niños/as hacen de los objetos (dando instrucciones
acerca de quién usa qué, cómo y con quién), la maestra observa las interacciones de los
niños/as con los objetos. Incluso en los momentos en los que emergen conflictos, se hace
a un lado y sólo interviene (1) en el caso en que el conflicto esté escalando y parezca
superar las posibilidades de autogestión (lo que suele hacerse a través de reorientaciones)
(2) los mismos niños/as recurren a ella para solicitar ayuda o para compartir algún aspecto
de la acción conjunta (desplegando en el primer caso reorientaciones y en el segundo
acompañamientos) o en menor frecuencia (3) cuando identifica el despliegue de
estrategias adecuadas de uso conjunto entre los niños/as y entra en ellas para reconocerlas
(a través de evaluaciones positivas) o para complejizarlas (a través de acompañamientos).
La gran mayoría estas mediaciones son distales y se hacen recurriendo a estelas de signos.
Frecuentemente comienza por mediaciones lingüísticas y gestuales, que algunas veces
son acompañadas por expresiones emocionales. Sólo en aquellos casos en que el conflicto
se sale de control y los niños/as comienzan a hacerse daño se acerca e interviene
directamente con el cuerpo para -por ejemplo- tomar en brazos a un niño/a que ha sido
golpeado.
242
que funcionan como prescripciones, sino que abre el espacio para que sean los mismos
niños/as quienes las encuentren a partir del señalamiento de alternativas. Sin embargo,
encontramos algunos casos en los que la maestra interviene mucho más directamente
proponiendo, por ejemplo, la toma de turnos o la búsqueda de determinado objeto (igual
al que el niño/a le ha quitado a su compañero).
Otro de los aspectos que caracteriza esta cultura escolar es que la maestra no
interrumpe las oportunidades de interacción de los niños, aun previendo el surgimiento
de conflictos. Interpretamos que hay una consideración de éstos como oportunidades para
la negociación y autorregulación.
En contraste, en la actividad del camino de texturas (T2) hay un solo objeto que
debe usarse coordinadamente entre los niños/as. La maestra activamente dirige su uso
conjunto acompaña y reorienta el proceso de la toma de turnos diciendo qué niños/as
deben pasar, quienes deben esperar y, en los casos en que emerge un conflicto, es quien
ofrece alternativas para la resolución. Poco a poco su rol se va haciendo menos directivo
y pasa a un segundo plano, ofreciendo el espacio para que sean los niños/as quienes
autogestionen su uso y la interacción con los otros. Esta organización de la mediación es
representativa de las otras actividades observadas. Su rol sobrepasa el de crear, a través
de la materialidad, escenarios de interacción de los niños/as con y acerca del uso de los
objetos, sino que activamente dirige estas oportunidades de interacción (especialmente
durante el momento de introducción a las actividades).
243
un niño/a en el uso de otro/a tomándolo como referente para imitar el uso observado, pero
con otro objeto, o (3) para directamente participar de un uso conjunto.
En los casos en que emergen conflictos entre los niños/as por el uso de un objeto
la maestra suele seguir el mismo guion: (1) observa la situación e interviene
inmediatamente a través de mediaciones lingüísticas, gestuales y con mucha frecuencia
recurriendo a intervenciones directas con el cuerpo. Con esto lo que se busca es detener
inmediatamente el conflicto. La regla que emerge es que si un objeto está siendo usado
por otro niño, no se puede quitar, a menos que sea un uso conjunto y previo acuerdo; (2)
se utiliza un modelo intencional que resalta la experiencia de cada niño/a: con frecuencia
menciona el hecho de que a los niños/as no les gusta nada que le quites el juguete y que
en este grupo se trata bien a los amigos. Además propone a cada uno de los niños/as
hacerle saber al otro cómo se ha sentido, si uno de ellos está llorando interviene para
consolarle y (3) enfatiza la reparación con el ritual de que el que se ha sentido agredido
reciba un beso del agresor. Esta identificación del rol que cada uno ha tenido en la
emergencia del conflicto se limita a la observación inmediata de la maestra, no suele
indagarse más acerca del origen del conflicto. La maestra se enfoca mucho más en la
reparación que en orientar la solución del conflicto como tal, son los niños/as quienes
deben buscar estas alternativas.
Compartir los objetos previo acuerdo emerge como una regla promovida. Sin
embargo, esta no aplica en el caso de los objetos seleccionados para el uso exclusivo de
Ramón, la maestra suele enfatizar que aquellos objetos son de uso exclusivo del niño.
Inferimos que su justificación es que Ramón no cuenta con los recursos comunicativos
para negociar con ellos un uso compartido. Los niños/as suelen oponerse a esta regla y en
todas las actividades activamente intentaron negociarla, pero la maestra se mantuvo firme
al mantener una zona de objetos de uso exclusivo para el niño.6
6.4.3 Los usos de los objetos y la gestión de estados físicos y/o emocionales
6 Durante el segundo semestre del curso escolar observarnos cómo esta regla comienza a flexibilizarse, la maestra
permite cada vez más que los otros niños/as usen los objetos CON Ramón. Los niños/as muestran mucho interés, no
sólo en usar sus objetos, sino también en incluirle en el uso de aquellos objetos que hacen parte de la actividad y que
la maestra ha dejado fuera de las posibilidades de uso de Ramón.
244
objetos, o que se gestionan a través de los usos de los objetos. A continuación, analizamos
las reglas emergentes en cada una de las Comunidades de Práctica.
Otro aspecto relevante encontrado es que el maestro recurre activamente a los usos
de la materialidad como estrategia para gestionar el malestar emocional o físico
(especialmente durante las dos primeras actividades). Los objetos emergen entonces
como un medio para que los niños/as se calmen. Los usos del chupete, las hamacas y las
botellas sonoras descritos en el apartado anterior son ejemplos paradigmáticos. Como se
indicó, los niños/as en esta aula comparten estos significados de estos objetos como
mediadores para gestionar sus estados emocionales negativos.
245
En la escuela 2, cuando la maestra media los usos de los objetos suele abrir un
espacio importante para explorar elementos de la experiencia física y emocional de los
niños/as. Suele intervenir lingüísticamente para poner en palabras aquellos estados físicos
o emocionales que interpreta en los niños/as al usar los objetos: por ejemplo, menciona
el disfrute de los niños/as mientras usan el túnel que ya conocen, o el de Marco que se
siente como un rey en su trono al encontrar una manera creativa (uso metacanónico) de
usar un contenedor de pelotas para sentarse y desde donde puede observar en alto a todos
los demás niños/as usando el túnel. A diferencia del maestro de la escuela 2, para Carolina
es muy importante mediar estos estados emocionales positivos, y los niños/as reconocen
este interés porque de manera recurrente buscan a través de la mirada y gestos compartir
con ella su experiencia al usar los objetos.
246
proceso de identificación y elaboración de la experiencia es crucial y surge como temática
fundamental de la mediación.
En la escuela 3, Camila, cuando media los usos de los objetos, al igual que
Carolina en la escuela 2, suele abrir un espacio importante para explorar elementos de la
experiencia emocional de los niños/as. Cuando presenta la actividad suele referirse a lo
divertido que es jugar con estos objetos y a que estos son objetos que nos gustan mucho
y con frecuencia menciona experiencias compartidas previas diciendo, por ejemplo, Mira
Sandro, te quieres sentar aquí con los amigos que vamos a contar un libro y ayer te
gustaron mucho.
Esta maestra también abre un espacio importante para reconocer aquellos estados
emocionales negativos que emergen al usar los objetos, por ejemplo, el desagrado o miedo
al tener que caminar descalzos por el camino de texturas, las dudas frente a las hojas secas
presentadas (ver Observación 12), o el disgusto al sentir la crema para realizar el masaje
(ver Observación 8). En todos estos casos interpreta las expresiones de los niños/as en
términos de estados mentales comentándolos en voz alta y directamente ofrece
alternativas para gestionarlas.
Andrés [1,1,23] está llorando y dice maaaaa llamando a su madre (está en periodo
de adaptación a la escuela), Camila lo toma en brazos y lo mece intentando calmarle, pero
247
el niño sigue llorando. De pronto se levanta y busca una maraca. Se la muestra, comienza
a hacerla sonar y después se la ofrece. Una vez Andrés la ha cogido intenta introducirle
en el uso acompañándole, cantando una canción. Este objeto no tiene que ver con la
definición de la actividad del camino de texturas, pero la maestra lo introduce como una
propuesta alternativa de actividad. El objetivo pedagógico no está en el uso del objeto en
sí mismo, sino en su valor instrumental al servir de medio para que el niño se calme.
248
Discusión y Conclusiones
249
negociaciones a partir de la información del aquí y el ahora y teniendo en cuenta un
marco de referencia cultural más general. Este proceso de canalización se corresponde
con el nivel más micro (ver Capítulo 6).
Esta propuesta busca superar la comprensión de las relaciones entre los
diferentes elementos de manera independiente y basado en mecanismos
unidireccionales, predecibles e invariantes (Valsiner, 2007) de transmisión cultural
(Cole, 1996). Y por tanto, tomando prestada la metáfora de la red propuesta por
Rossetti-Ferreira, Amorim y Silva (2007) enfatizamos la interdependencia, reciprocidad
y sinergia entre los participantes de la situación, su contexto social y cultural, así como
su constante proceso de transformación. La práctica educativa no puede entenderse
solamente desde la perspectiva de los comportamientos de los sujetos aquí y ahora, sino
que el foco de análisis debe incluir la compleja configuración de elementos de
diferentes planos, que constriñen y enmarcan la situación interactiva (Oliveira y
Rossetti-Ferreira, 1994; Amorim, Vitoria y Rossetti-Ferreira, 2000; Amorim y Rossetti-
Ferreira, 2005; Rutanen, 2007; Kontopodis, 2012; Rutanen, Raittila, Vuorisalo, 2018).
Para finalizar, discutimos las contribuciones de este estudio, las implicaciones para la
práctica, sus limitaciones y las líneas futuras de investigación que se abren a partir de
esta tesis. Para hacer más legible nuestras conclusiones, las hemos presentado en un
cuadro de texto.
250
(a) La situación educativa: una aproximación holística
Por consiguiente, más que limitar nuestro foco de investigación a analizar las
características de una tarea específica de aprendizaje o al desarrollo individual de los
niños/as al participar en ella a lo largo del tiempo, tal y como ocurrió en los trabajos de
Saada Robert y Balslev (2004) con la situación de lectura, de Rutanen (2007) con
situaciones con agua, de Tapparel (2015) con la situación de pintura; de Ishiguro,
(2016) y Rodríguez et al, (2017) con la situación de alimentación, aquí hemos decidido
251
optar por un gran angular de inspiración etnográfica que nos permitiera explorar las
dinámicas de cambio y continuidad entre diferentes propuestas de actividad. Así,
decidimos analizar en detalle todas las situaciones propuestas por los maestros/as y
explorar en ellas:
(1) la construcción de significados conjuntos directamente relacionados con la
tarea propuesta (cuando la hay) y sus reglas, que se correspondería con el contrato
didáctico (Brousseau, 1980) también denominado el contrato educativo (Munch y
Schubauer-Lenoni, 2003).
(2) Otros elementos que se gestionan sobre y a través de la materialidad que
tiene que ver con el aprender a estar en la escuela y ser miembro de esta comunidad de
práctica (Lave y Wenger, 1991) y que son trasversales a todas las actividades.
252
Por tanto, lo que se gestiona en las situaciones educativas en el aula con niños/as
entre 1-2 años no puede reducirse al trabajo en la zona de desarrollo proximal ligada a
aspectos cognitivos relacionados con la participación de una tarea propuesta.
Consideramos que en cada situación educativa estas zonas de desarrollo proximal
también se construyen en relación con el despliegue de habilidades de regulación
emocional y de interacción social que son objetivos del desarrollo de la escuela infantil.
(1) La tarea en particular (atribución de significado aquí y ahora sobre las reglas de
usos de los objetos de acuerdo con la propuesta de actividad del maestro/a).
(2) Las normas culturales de la comunidad de práctica, que son trasversales a todas
las actividades y que se constituyen como valoraciones, es decir maneras
adecuadas, esperables y aceptables de usar los objetos de acuerdo con sus
circunstancias, de interactuar con los compañeros/as y gestionar estados físicos y
emocionales sobre y a través de la materialidad.
Al igual que Saada Robert y Balslev (2004); Rutanen (2007) y Tapparel (2015)
planteamos que las reglas que rigen cada situación educativa no emergen como
contenido totalmente nuevo, sino que se apoyan en conocimiento previo del niño/a y
compartido dentro del grupo.
Los niños/as y el maestro/a en el aula 1-2 al participar día a día en las actividades
principales van acumulando una experiencia histórica respecto a los objetos y sus
reglas de uso, de acuerdo con las circunstancias. Los objetos se construyen así como
un signo material/semiótico de todas las negociaciones previas sobre sus usos y por
tanto sirven en sí mismos como canalizadores de la actividad.
253
Lo que ha sido ilustrado en varios ejemplos a lo largo de esta investigación: en la
escuela 1 la tela negra usada como signo de la zona de actividad (Fig. 7 y Observación
13) o los chupetes significados como objetos para calmarse; en la escuela 2 los bloques
de espuma organizados como torres como signo de la definición de destruir torres para
volverlos a construirlas (ver Fig. 6) o las cucharas de madera organizadas al lado de los
botes y las cadenas como signo de un escenario simbólico de alimentación
(Observación 3); en la escuela 3 el libro del zapato (Zapato: de la cuna a la luna) como
signo de un escenario humorístico, o el cojín como objeto que calma.
De esta manera los significados emergentes servirán de base para construir las
reglas en las siguientes situaciones, con lo que se enfatiza su carácter dinámico, de
transferencia, continuidad a la vez que de transformación (Dewey, 1991; Coll et al.,
1992, Cole, 1996; Valsiner, 2007). Un ejemplo paradigmático de esta cuestión lo
encontramos en la situación estructurada de Juego Heurístico en la escuela 2, T2.
Maestra y niños/as han realizado esta actividad previamente y como fruto de esas
negociaciones previas, existe un contrato educativo que enmarca de qué se trata esta
actividad, y las posibilidades de usos de los objetos, la organización de la actividad
grupal con los compañeros/as. Cuando Carolina invita a los niños/as al aula de
experimentación y los niños/as observan la organización material (ver Observación 3)
entran directamente en la actividad, teniendo como guía este conocimiento compartidos
sobre los usos de los objetos.
254
Concluimos que este conocimiento compartido sobre los objetos en el aula 1-2 se
constituye a partir de diferentes niveles de significación. Un primer nivel de este
conocimiento común se corresponde con los usos convencionales de los objetos, que
condensa significados en relación con las normas públicas de uso funcional de los
objetos en nuestra cultura (Rodríguez, 2012). Este primer nivel de significado
compartido construye un territorio común a partir del cual comenzar a negociar un
segundo nivel en donde se construyen convenciones que constriñen los usos de los
objetos de acuerdo con las prácticas institucionalizadas: qué objetos usar, cómo,
dónde, con quién, cuándo. Estas reglas también involucran aspectos de regulación
emocional y de interacción entre iguales (acerca de y a través de la materialidad).
De esta manera, proponemos al igual que Tapparel (2015) que en las situaciones
educativas emerge una tensión entre una lógica cotidiana de los usos de los objetos y
una lógica institucional, que propone unas maneras correctas de usar los objetos de
acuerdo con sus circunstancias en la escuela (ver Fig. 43).
Fig. 43. El paso de la lógica cotidiana a la lógica institucional en la construcción de significados sobre
los usos de los objetos en las Situaciones educativas
255
momentos específicos, en lugares específicos siguiendo rituales específicos y respetando
reglas de la actividad conjunta como que cada uno usa solo su vaso. Reglas que se
corresponden con la lógica institucional (ver Fig. 43)
Además, a diferencia del hogar, los niños/as en la escuela deben aprender las
reglas sobre cómo participar en un grupo en donde un solo adulto (el maestro/a) debe
mediar la actividad y experiencia de 13/14 niños/as. Situación que necesariamente
implica menos disponibilidad del adulto para responder inmediatamente a las
necesidades de regulación, frente a los usos de los objetos que están en el centro de la
actividad propuesta (por ejemplo los botes en el Juego Heurístico, T1, escuela 3, ver
Observación 2). Pero también frente a la gestión de alteración emocional o conflictos
entre compañeros que emerge al usar los objetos de forma conjunta (por ejemplo frente
al uso conjunto el cubo de basura para recoger la masa en la actividad con masa, T4
escuela 1, ver Observación 6; o frente a los usos del proyector en la actividad con luces,
T2, escuela 1, ver Observación 19).
Así, planteamos que esta organización institucional emerge como un espacio de
desarrollo para los niños/as que desafía las habilidades actuales de los niños/as. A partir
de esto concluimos que:
256
A diferencia del trabajo con niños/as mayores en entornos educativos (por
ejemplo Saada-Robert y Balslev, 2004; Tapparel, 2017; Coll et al., 1992) el punto de
inicio de la situación educativa no siempre es la introducción por parte del maestro/a de
contenidos culturales nuevos a partir de un marco de actividad (objetivo y reglas)
decidido y definido lingüísticamente, y en el que los niños/as directamente entran. En el
aula 1-2 las actividades principales suelen tener diferentes niveles de definición y son
introducidas de maneras mucho menos explícitas (excepto en las situaciones dirigidas).
De manera que la definición inicial de la actividad normalmente no está construida de
manera prescriptiva a partir de la planificación del maestro/a.
Sin embargo, tal como vimos en el Capítulo 5, como parte del momento de
introducción en cada situación, a partir de signos de diferente complejidad semiótica
(por ejemplo, objetos seleccionados y colocados de determinada manera, una
introducción lingüística y/o gestual, una ejemplificación de los usos de objeto) el
maestro/a ofrece una guía para la construcción de una definición de la actividad. Desde
la teoría de Valsiner (2007) podríamos interpretar esta intervención en términos de la
construcción de una Zona de Acciones Promovidas (ZAP), como un dispositivo de
promoción mediante la orientación de la acción del niño/a hacia ciertas metas.
257
(1984) para que se pueda establecer esta negociación es necesario partir de un cierto
nivel de intersubjetividad, un terreno común [common ground] (aunque sea parcial).
258
El carácter dinámico, transformacional y de co-construcción de la situación se
hizo evidente cuando realizamos el análisis de cada situación con el objetivo de
identificar el proceso mediante el cual su definición se construía y se iba transformando.
El maestro/a media esta construcción a partir del establecimiento de una Zona de
Acciones Promovidas, la cual tiene una naturaleza no vinculante, por lo que se
constituye como un ámbito de negociaciones entre los niños/as y el maestro/a que busca
canalizar el proceso (Valsiner, 2007). En este mismo sentido:
Encontramos que los espacios que se abren para la participación y negociación de los
niños/as en las situaciones educativas se relaciona con la toma de decisiones respecto
a:
• Los objetos para usar
• Los tipos de usos de estos objetos
260
• El lugar de usos de los objetos
• La forma de organización de la actividad conjunta al usar los objetos
con compañeros/as
• La gestión de estados emocionales acerca de y a través de los usos de
los objetos
Y todo lo anterior de acuerdo con:
• El Momento de la actividad.
➢ Situación semiestructurada
261
Los resultados de esta mediación indirecta a veces superan los objetivos de los
maestros/as. Como es este caso en el que los niños/as no solo exploran las propiedades
funcionales de los objetos, sino que co-construyen una definición conjunta acerca de la
actividad. Lo que hace evidente la emergencia de novedad en un movimiento que
responde a lo que Valsiner (2007) denomina indeterminación limitada [bounded
indeterminacy]. Y que es un concepto dinámico relacionado con los dispositivos
culturales de mediación. El maestro/a a través de la materialidad, como dispositivo
cultural de mediación, canaliza un estado presente a un estado futuro, de manera que
delimita un conjunto de vías posibles (que son hipotetizadas a partir de la experiencia
histórica en las actividades en su Comunidad de práctica). Sin embargo, desde esta
aproximación teórica es la persona en desarrollo quien construye un movimiento real
dentro de las posibilidades para la creación de formas nóveles de organización,
significación y actuación cultural
262
“[…]incluso si a los niños se les permite jugar espontáneamente, su juego está
siempre imbuido en un contexto socio-cultural…el contexto de cualquier
comportamiento trae límites a su libertad, y al mismo tiempo, el comportamiento es
interdependiente de las posibilidades que el ambiente provee. Límites y posibilidades
para la acción en el ambiente emergen y existen juntos, como dos caras de la misma
moneda. Una no existe sin la otra” (Rutanen, 2004, p. 4, la traducción es nuestra).
➢ Situación Estructurada
263
momento de cierre, el maestro orienta una definición ampliamente prescriptiva que
limita la Zona de Movimientos Libres. A partir de esta dinámica de Figura-Fondo de
la mediación del maestro/a los niños/as trabajan en su zona su Zona de Desarrollo
Proximal, que por una parte constriñe las posibilidades de atención y acción (hacia
ciertos objetos y ciertos usos) y con regularidad introduce nuevos desafíos, pero que
por otro se retira cediendo la responsabilidad a los mismos niños/as para la gestión de
su propia actividad.
En las tres escuelas las Situaciones educativas Estructuradas fueron las más
comunes. De las 16 actividades observadas 10 fueron categorizadas como situaciones
estructuradas (3 en la escuela 1, 3 en la escuela 2 y 4 en la escuela 3). Este tipo de
situación educativa fue el único que apareció en las tres escuelas.
➢ Situación Dirigida
264
que Tapparel (2015) interpreta como una intervención educativa debido a la tensión que
ejerce como fuerza organizativa de la mente infantil. Para esta autora, gracias a estas
situaciones altamente controladas, se apoya el desarrollo de habilidades atencionales en
los niños/as (ver también Contin y Rodríguez, enviado), así como de la apropiación de
los usos prescriptivos de acuerdo con las reglas escolares. Así, por ejemplo, podría
interpretarse que la situación de lectura propuesta por la maestra de la escuela 3 en T4,
aunque es restrictiva desde una perspectiva de autonomía del niño/a, favorecería que se
internalicen estrategias de regulación. Y así, serviría de soporte para el desarrollo de
funciones ejecutivas relacionadas con la atención voluntaria, planificación de la acción
para cumplir objetivos y la inhibición.
En nuestro estudio las dimensiones propuestas por Coll (1981) han sido también
identificadas, aunque matizadas debido a las características de los niños/as y las
265
actividades observadas. La primera diferencia es que en las actividades con niños/as
mayores la finalidad educativa en gran medida se centra en potenciar la apropiación de
un saber más o menos específico, mientras que en el aula de niños de 1 a 2 años los
objetivos de las actividades emergen alrededor de los usos de los objetos y la
apropiación de sus propiedades funcionales y culturales de acuerdo con una lógica
institucional.
Concluimos que las actividades en el aula 1-2 años no vienen dadas de manera regular
como situaciones cerradas que se construyen a partir de instrucciones previamente
especificadas y reguladas activamente por el maestro/a en donde los niños/as son
simples reproductores, sino como situaciones de co-construcción.
266
alcanzan con definiciones únicas e inmutables. Así, las situaciones están siempre
abiertas a nuevas definiciones a partir de la negociación entre todos los participantes.
Además, con muy pocas excepciones, los materiales a partir de las cuales se
construye la actividad son seleccionados y organizados con el objetivo de asegurar un
nivel de complejidad al desafiar a los niños/as, introduciendo un trabajo en su Zona de
Desarrollo Próximo (Vygotski, 1978). Encontramos que en aquellos casos en que este
requisito no se cumplía, eran los mismos niños/as quienes asumían la iniciativa de
proponer nuevas actividades, o variaciones a las presentadas por el maestro/a.
(e) Las mediaciones de los maestros/as: una ventana a través de la cual estudiar la
comunidad de práctica y sus discursos
Los aspectos que son promovidos en las prácticas educativas dan cuenta de una
imagen del niño/a en la escuela infantil, del maestro/a y del tipo de institución que
busca constituirse (Bethelsen y Brownlee, 2005; Broström 2012; Emilson, 2007;
Emilson y Folkesson, 2006; Einarsdottir et al., 2015; Emilson y Johnson, 2009; 2017).
En este apartado presentamos los resultados del análisis de la mediación del maestro/a.
Consideramos que las características de esta mediación expresan unas concepciones
sobre el proceso de enseñanza-aprendizaje, el rol del maestro/a y de los niños/as, todo lo
cual se consolida como discursos sociales en acción que actualizan las ideologías
políticas, culturales e históricas construidas en relación con el primer ciclo de la escuela
infantil en España y específicamente en la Comunidad de Madrid.
267
En las Situaciones Dirigidas hay una planificación que define unos objetivos
específicos de la actividad, una metodología, tiempos, espacios y materiales, así como
un mayor control por parte del maestro/a, que se acerca a un modelo instructivo de la
educación infantil. Mientras que en las Situaciones Semi-estructuradas los niños/as son
quienes dirigen completamente su actividad a partir de las propuestas materiales puestas
a disposición por el maestro/a. y que responde a un modelo que enfatiza el libre
descubrimiento de los conocimientos por parte de los niños/as, y que identifica a los
maestros/as como simples organizadores de los escenarios y observadores del
encuentro solitario de los niños/as con las tareas de aprendizaje (Rogoff, Goodman
Turkanis y Barlett, 2001).
Por otra parte, encontramos que en las actividades los maestros/as no solo
median aspectos que tienen que ver directamente con la tarea propuesta: los tipos de
usos de objetos (79%), los usos de los objetos de acuerdo a los momentos de actividad
(7.7%), el lugar de los usos de objeto (1.7%) sino que también se preocupan por otras
dimensiones como los usos de objetos entre compañeros (7.8%) y la gestión de estados
emocionales sobre y a través de los usos de los objetos (3.8%). Esto puede interpretarse
como que:
268
pautas elementales de convivencia y relación social, así como al descubrimiento de las
características físicas y sociales del medio en el que viven” (p. 17167).
269
➢ Los niños/as tienen derecho a participar en todas las actividades y los
maestros/as deben apoyar estos procesos de manera ajustada y diversa para
desafiar sus habilidades y conocimientos actuales.
Más que formas de intervención que dependen exclusivamente del maestro/a (visión
unidireccional de transferencia) estas estrategias reflejan patrones interactivos de
negociación de significados (visión bidireccional de co-construcción), que en la teoría
de Valsiner (2007) se conciben como proceso de canalización. Así, cada estrategia de
mediación emerge como una configuración relacional que tiene en cuenta:
• El estado de participación del niño/a.
• La interpretación del maestro/a (de acuerdo con sus expectativas considerando la
definición de la actividad y las reglas de la Comunidad de práctica).
• La intención educativa (objetivo que busca alcanzar).
270
De esta manera, encontramos que después de introducir la actividad, los
maestros/as observaban al grupo y hacían un barrido para verificar el estado de
participación de cada uno de los niños/as. Y dependiendo de esta valoración ajustaban
su intervención.
271
intervenir a partir de dos estrategias (presentadas de menor a mayor nivel de
directividad y de mayor a menor potencial para introducir tensión en el desarrollo del
niño/a, y teniendo en cuenta su porcentaje total de aparición, en todas las escuelas, todas
las situaciones educativas):
• Reorientación (12.4%): en las que identifica la participación del niño/a pero al
ser inadecuada interviene para cambiarla ofreciendo alternativas que los
niños/as deben gestionar.
• Inhibición (6.6%): en las que identifica la participación del niño/a pero al ser
inadecuada interviene para cambiarla, sin ofrecer alternativas.
272
Por otra parte, consideramos importante encontrar que:
273
Rodríguez, del Olmo, 2015; 2017; Alessandroni et al., enviado). Y se realizan ajustes y
preparaciones de la materialidad, controlando aspectos como la distancia, forma y lugar
de presentación de los objetos. Aspectos claves para comunicar su intención y
expectativa frente a la acción de los niños/as. Consideramos que todas estas estrategias
ilustran la construcción por parte del maestro/a de un sistema de andamiaje (Wood,
Bruner y Ross, 1976) que busca apoyar el trabajo sobre sobre la zona de desarrollo
proximal.
274
➢ Los niños/as son agentes activos y propositivos y los maestros/as deben apoyar
la construcción de espacios democráticos de participación que impacten la
práctica pedagógica
Los maestros/as de las tres escuelas consideran elementos para una práctica
democrática cuando:
• Los niños/as se resisten a participar y los maestros/as legitiman esta alternativa
(ver Observación 4, actividad con masa, escuela 1, T4, y Observación 8, actividad
de masaje, escuela 3 en T3).
• Los niños/as proponen nuevos usos de los objetos, más allá de los orientados por
el maestro/a, quien los reconoce y los incluye como alternativas posibles dentro
de la actividad (ver Observación 5 y Observación 10, en la actividad del camino
de texturas, escuela 3, T2).
• Los niños/as cambian por completo la definición de la actividad al incluir objetos
que no tienen relación con la propuesta del maestro/a, y este/a en lugar de
inhibirlos directamente, enmarca su mediación en un espacio de negociación (ver
Observación 10, actividad del camino de texturas, escuela 3, T2).
• El maestro/a tiene en cuenta los cambios en la actividad de los niños/as (por
ejemplo falta de interés en la actividad, búsqueda de nuevos objetos para usar, la
emergencia de conflicto entre compañeros por los objetos, o el llanto) y los
interpreta como un signo de que necesita realizar un cambio o dar por finalizada
la actividad (ver Observación 6, actividad con masa, escuela 1, T4; Observación
7, actividad de Juego Heurístico, escuela 2, T2, y Observación 8, actividad de
masaje, escuela 3, T3).
• El maestro/a organiza el aula garantizando la accesibilidad a objetos (más allá de
275
los seleccionados para la actividad) que potencialmente sirven como territorio de
negociación por parte de los niños/as sobre nuevas definiciones de la actividad.
En las situaciones educativas los aprendices no son sólo los niños/as, sino que los
maestros/as también lo son y también avanzan en su Zona de Desarrollo Proximal a
partir de la experiencia compartida con los niños/as y la materialidad.
276
Al analizar las características de la mediación en las tres escuelas encontramos
que:
Así, encontramos que cuando emergen conflictos entre compañeros por los usos
de los objetos, los maestros/as más que ofrecer soluciones, en gran medida se preocupan
por comprender el origen del conflicto, abriendo espacio para que cada niño/a presente
su versión validando su experiencia. A partir de esto buscan abrir espacio para que sean
los mismos niños/as quienes encuentren alternativas y alcancen acuerdos para su
resolución.
En las tres escuelas analizadas, los discursos legitimados (De la Cueva, 2017) se
relacionan con:
• La importancia de realizar usos conjuntos de la materialidad garantizando
acuerdos tales como “no se quitan los objetos que otros niños/as están
usando”.
• Cuando hay desacuerdos, se buscan alternativas de resolución, si no se logra
de manera independiente se busca al maestro/a como mediador/a, y “no se
lastima a los amigos”.
• El bienestar físico y emocional de los compañeros es una responsabilidad
distribuida entre todos “hay que ayudar a los amigos”
277
(f) Contribuciones de este estudio
Así, evidenciamos que el estatus educativo de la escuela infantil, que los maestros/as
consideran de fundamental reconocimiento (ver Capítulo 1 y Capítulo 4) incluye
necesariamente un componente de cuidado. La gestión de elementos cotidianos como
los cuidados del cuerpo, la atención y regulación emocional, la gestión de la interacción
entre iguales son elementos que también ofrecen tensión para el desarrollo y también se
constituyen como Zonas de Desarrollo Proximal. Así, consideramos que la gestión
educativa también debe considerar estos temas más cotidianos como tareas de
aprendizaje.
278
La materialidad juega un rol vertebrador en cada uno de los componentes de la
situación educativa
• En la construcción de un contexto de actividad común. Pues los maestros/as
concretan a través de ella sus intenciones educativas y canalizan espacios para
la participación de los niños/as. Y los niños/as se sirven de los conocimientos
y experiencias con esta materialidad para construir una definición de esta
actividad.
• La materialidad y sus usos como saber sobre el cual los niños/as y el
maestro/a interactúan en la actividad conjunta. Este saber que no solo se
relaciona con los usos funcionales de los objetos, sino con la construcción de
un sistema de significados compartidos en torno a los usos y sus
circunstancias de acuerdo con la lógica institucional. Que implica además
otras esferas como la gestión de las emociones sobre y a través de los usos de
los objetos, así como la interacción entre iguales respecto al uso de los
objetos. Todos estos elementos que consideramos hacen parte de la cultura de
cada comunidad de práctica.
• La materialidad como medio a través del cual se construyen entre maestro/a y
niños/as escenarios de desarrollo potencial. Los cuales introducen tensión
sobre las habilidades intersubjetivas, de comunicación y de autorregulación de
los niños/as, así como sobre los significados sobre las prácticas adecuadas de
los maestros/as al mediar la participación de estos niños/as.
279
cultura dominante y legítima) y la novedad (movimiento de transformación y
construcción cultural).
Este estudio nos ha permitido mostrar una visión más empoderada de los niños/as,
que supera una visión dominante que se tiene del niño/a en la escuela infantil 1-2
años, como un simple receptor de cuidados, o un novato cultural que debe ser
introducido y moldeado dentro de una cultura considerada legítima. Consideramos
que nuestros datos dan cuenta de un sujeto activo, un verdadero agente que participa
de la actividad educativa: tomando decisiones de si participa o no en la propuesta del
maestro/a, que es capaz de autorregularse y además, de lograr acuerdo con los
otros/as para construir una actividad conjunta (sin que el maestro/a esté siempre
presente como guía), que además tiene poder para influenciar la práctica al proponer
nuevas definiciones.
280
referentes teóricos y de nuestra historia e intereses, sino que abrimos el espacio para
construir con los maestros/as un modelo que consideren que representa sus prácticas.
A pesar de que en este trabajo hemos tenido que dejar por fuera del análisis los
procesos de discusión y construcción de significados a través de las entrevistas, de los
encuentros y de las reuniones de devolución a través de la técnica del video-feedback,
consideramos que esos procesos han sido fundamentales como brújula para explorar y
analizar los datos recogidos.
Consideramos que:
281
las oportunidades que los maestros/as ofrecen al niño/a para la construcción de
situaciones retadoras, que introduzcan tensión sobre sus habilidades, al mismo tiempo
que espacios para que efectivamente se pueda dar un traspaso de la responsabilidad a los
niños/as y así apoyar los procesos de autorregulación.
282
comunican la idoneidad de las propuestas educativas, o de la necesidad
de realizar algún cambio.
283
categorías de la acción educativa del maestro desarrolladas en esta tesis, ver Rodríguez
et al., 2017). Consideramos que también podrían estudiarse las actividades libres y de
psicomotricidad, que aparecen en todas las escuelas y cuyas reglas van cambiando a lo
largo del curso escolar (afirmación que hacemos a partir de nuestra experiencia como
observadoras en las tres escuelas).
También consideramos que la identificación realizada de cada una de las
dimensiones de mediación puede ser un primer paso para estudiar en profundidad cada
una de estas temáticas. Por ejemplo la de los usos de los objetos y la gestión de estados
emocionales, que en nuestro trabajo se menciona y describe de manera general sin
realizar un verdadero análisis. Así como la de los usos de los objetos e interacción entre
iguales, que aunque en comparación con la anterior, tiene un mayor peso en nuestros
análisis, puede considerarse como un terreno muy interesante de estudio, debido a las
pocas investigaciones que se centran en estudiar cómo se organiza la actividad conjunta
y se construye un terreno común de actividad con niños/as antes de los 2 años.
A lo largo de los análisis han surgido algunas temáticas específicas que también
podrían ser terreno fértil de exploración a partir de los datos identificados en nuestros
análisis microgenéticos, por ejemplo la mediación del maestro/a y las estrategias de
inclusión de niños/as con diversidad funcional en aulas regulares.
284
Discussion and Conclusions
Our research characterizes the educational situations and the proposed mediation
of the teacher in the group of toddlers during the central activity of the day. Observation
was undertaken once a month, from October to January in three public schools of the
Community of Madrid. To do this, we considered the analysis in four intertwined levels
(see Fig. 42). A macro-level that corresponds to the historical context of Early
Childhood Education and Care (ECEC) for under two-year-olds, in Spain, specifically
in the Community of Madrid (see Chapter 1). The social discourses negotiated in the
macro-level are concreted at the next level, which corresponds to the toddler’s group in
each school as a community of practice (see Chapter 4 and Appendix 1). In each
Community of Practice, a common framework of meanings is created and is concreted
in each Educational Situation (see section 6.4 in Chapter 6).
Although the teacher and the toddlers in each school built a referential
framework about the correct ways of being a member of the group, taking part in
activities, and using objects according to the activity definitions, each educational
situation required a new negotiation depending on the activity´s structure (see Chapter
5). The teacher mediated these negotiations based on the here and now information and
285
considering the cultural referential framework. This canalizing process corresponds to
the micro-level (see Chapter 6).
286
(a) Educational situation: A holistic approach
We consider the central activity of day (the situation we analyzed in the toddler
group) as an educational situation (Moro and Tapparel, 2012, Tapparel 2014, 2015).
We follow Dewey (1991) conceptualization of the situation as a holistic unit in which
different elements are in relation and in constant transformation. A function of the
educational situation is the construction and negotiation of a culture through the
emerging learning and developmental processes (Moro and Rickenman, 2004).
We agree with the Activity Theory (Engeström, 2001) on: (1) the consideration
of the educational situation as an activity system that integrates subjects and instruments
(material and semiotic) in constant interaction and transformation, (2) An emphasis on
the intentional and goal-oriented aspects of the situation participants (which do not
always coincide) and (3) The need to conceptualize the community, the rules and the
division of labor.
Therefore, we did not constrain the focus of our research to the analysis of a
specific learning task or to the children development at taking part in the same task. As
in the case of the book reading (Saada Robert & Balslev, 2004), situations with water
(Rutanen, 2007), the painting situation (Tapparel, 2015) or the feeding task (Ishiguro,
2016; Rodríguez et al., 2017). Thus, we adopted a wide angle (following an
ethnographic inspiration) to explore the continuity and changing dynamic within
activities. Thus, we analyzed in all situations proposed by the teachers:
(1) The construction of joint meaning-making directly related to the proposed task and
its rules. This aspect relates to the didactic contract (Brousseau, 1980) also called the
educational contract (Munch & Schubauer-Lenoni, 2003).
287
(2) The construction of joint meaning-making directly related to cultural rules and
know-how about taking part in the school as a member of a Community of Practice
(Lave & Wenger, 1991).
288
(b) Educational situation and its rules
In this research we found the educational situations are based on the uses of objects.
90.7% of teacher mediations arise to negotiate the rules of collective uses of objects
according to participatory rules related to:
(1) The specific task (meaning making here and now about the rules of object uses
constrained by the current activity proposal of the teacher).
(2) The cultural norms of the Community of Practice, which are crosswise to all
activities and emerge as values about adequate, expected and acceptable ways of
using objects according to their circumstances, of interacting with peers and
managing physical and emotional states about and through materiality.
Thus, as mentioned by Saada Robert and Balslev (2004), Rutanen (2007) and
Tapparel (2015), the rules that govern each educational situation do not emerge as an
entirely new content, but they are based on prior knowledge shared within the group.
Teacher and toddlers when taking part in the group activity day-to-day accumulate a
historical experience regarding the objects and their rules of uses (according to the
circumstances). Thus, the objects become a material/semiotic sign of it uses and of all
previous negotiations, therefore it functions as a mediator of the educational activity.
289
about materiality. This shared historical experience allows the construction of
valuations on legitimate forms of participation as a community member (Lave &
Wenger, 1991, Rogoff, 2003; Emilson & Johansson, 2009, 2017) that relate to roles and
forms of organization and participation (Cole & Hantano, 2007; Rogoff, 2003), and to
conventional uses of materiality according to institutionalized practices (Kontopodis,
2012, 2013; Ishiguro, 2016; Rutanen, 2007; Moro & Muller Mirza, 2014). In a new
situation knowledge is updated in the form of a didactic contract (Brousseau, 1980) or
educational contract (Munch & Schubauer-Lenoni, 2003).
In this way, shared meanings will serve as a basis for constructing the rules in
the following situations. So, we emphasize the dynamic nature of transference,
continuity and transformation (Dewey, 1991; Coll et al., 1992; Cole, 1996; Valsiner,
2007). We found a paradigmatic example of this aspect in the structured situation of the
Heuristic Play in school 2, T2. Teacher and toddlers have carried out this activity before
and because of those previous shared negotiations, there is an educational contract that
frames what the activity is about, the possibilities of object uses and the organization of
the group activity with peers. Thus, when Cristina invites the children to the
experimentation room and the children observe the material organization (see
Observation 3) they enter directly into the activity. That room and the object organized
in the way functions as a sign of the educational proposal.
We conclude that this shared knowledge about the objects in the toddler group is
constituted by different levels of meaning-making. The first level is the functional
meanings (public rules of object uses) (Rodríguez, 2012) that builds a common ground
to negotiate another level. This second level is related to conventions of the object uses
according to institutionalized practices in each community of practice: What objects to
use, how, where, with whom, when. These rules also involve aspects of emotional
regulation and peer interactions with, about and with materiality.
290
Fig. 42. The passage from a daily logic to an institutional logic in meaning-making process about the
uses of objects in Educational Situations
The school as a social institution regulates processes that (probably) until then at
home were less regulated or regulated differently (since it is a different activity system
governed by its own rules). As illustrated in the activity with tunnels (T1, school 2) for
Lucas is not enough to know how to use a drinking glass (functional use) (Daily logic in
Fig. 41). Now he must enter into the rules of uses according to the conventional school
circumstances: the glasses are used to drink water at specific times, in specific places,
following specific rituals and respecting rules of joint activity such as each child uses
only his/her glass (see institutional logic in Fig. 42).
In addition, unlike home, children at school must learn the rules about how to
participate in a group where only one adult (the teacher) should mediate the activity and
experience of 13/14 children. Situation that implies less availability from the adult side
to respond to the child needs of regulation. Needs about the object uses in the proposed
activity (for example the containers in the Heuristic Game, T1, school 3, see
Observation 2). Also, the emotional alteration or the peer conflict when using the
objects (for example the joint use of a garbage container in the dough activity, T4
school 1, see Observation 6; the joint use of a projector in the activity with lights, T2,
school 1, see Observation 19).
291
The group activity introduces some constraints (Valsiner, 2007) to the toddler, and
thus installs a level of tension for the development of new
cognitive/communicative/social /emotional skills required to manage his/her
participation with peers and teacher in the joint activity.
(c) The process of construction and transformation of the rules in the educational
situations
Unlike with older children in school settings (for example Saada Robert &
Balslev, 2004; Tapparel, 2017; Coll et al., 1992) the starting point of the educational
situation is not always the introduction by the teacher of a new cultural content through
a linguistically defined activity framework (objective and rules) that the children follow.
In the toddlers group the activities have different levels of definition and are introduced
in less explicit ways (except in the directed situations). So, the initial definition of the
activity is not usually constructed prescriptively following the teacher's planning.
292
The presentation of the objects canalizes to a greater or lesser extent a new level
of definition: this activity is about using these objects, in this space and in this way (or
these ways). Tapparel (2015) identifies this teacher's guide as a support that favors the
developing executive functions related to voluntary attention, planning of action,
inhibition and task maintenance. Each child must interpret the situation and build
his/her own meaning (Nelson, 1986; Valsiner 2007).
Due to the joint nature of the activity, the child must negotiate this individual
meaning with other participants (teacher and children), who have interpretations more
or less coincident. According to Wertsch (1984), in order for this negotiation it is
necessary to start from a certain level of intersubjectivity, a common ground (even
partial).
[...] the joint activity is not something defined in advance in a more or less conscious
and formal way by the teacher from the start of the teaching and learning process and,
therefore, attributed to his pedagogical ideas and teaching style. Interactivity, the
interrelation of the actions of the teacher and the students around a task or content of
learning is constructed in the course of the respective contributions (Coll et al., 1992,
pp. 192-193, the translation is ours).
In this research, we show how the toddlers negotiate the rules about the teacher's
proposal. Sometimes, they accept it and enter the proposal, but also there are situations
in which the toddlers propose different alternatives. The level of flexibility of the
activities and the opportunities to toddlers to influence the situation depends on the type
of situations. Aspect we describe below.
We conclude that the process of defining the situation is not a unidirectional process (of
teachers transmitting meanings to the children), since it is the child who constructs and
negotiates definitions, within the possibilities defined by the teacher. Then, children
have a legitimized role as cultural builders and transformers (Cole, 1996, Valsiner,
2000, 2007).
We agree with the proposal of Moro and Tapparel (2012) and Tapparel (2014,
2015) when considering the educational situation as an intervention, because of the
potential it has to promote the development of children regarding the appropriation of
294
new cultural contents (knowledge, know-how and tools). However, we propose with
Brossard (2001) that not all situations offer the same developmental tension for
children, because in our observations we identify situations that work on the existing
capacities of children (zone of real development). While others propose challenges that
lead children to work on new skills, knowledge or tools (potential development area).
We found that the places open for the participation and negotiation of children
in educational situations relates to the:
• Objects to use
• Types of object uses
• Place of objects uses
• Organization of the joint activity when using objects with peers
295
• Regulation of emotional states about and through the uses of objects
And all the above according to:
• Moment of activity
➢ Semi-structured situation
In this situation, the level of teacher prescription and regulation are minimal
because children decide what the activity is about, what objects to use, how to use the
objects, where, when, and with whom.
In the Semi-structured Situation, the Zone of Free Movements is broad while the Zone of
Promoted Actions is minimal, but still present through the materiality that the teacher
leaves accessible in the classroom. This materiality works as a mediator of their
educational intentions and relates to some hypotheses about what the child might do by
having certain objects in certain areas organized in a certain manner.
As we illustrate in the free activity, school 1, T3 (see Observation 1), the teacher
does not propose explicitly a definition of the activity, nor select or guide the selections
of objects and their uses through direct mediations. However, he supports a space for
actions by introducing, as a novelty in the classroom, a basket with instruments (with
similar physical and functional characteristics) and by placing it in front of a mirror.
The teacher through materiality is building a Zone of Promoted Actions.
Sometimes the results of this material mediation even exceed the objectives of
the teacher. Children do not limit their activities to explore individually the instruments
and their functional properties. They go beyond and start co-constructing and
negotiating a joint definition with peers about the activity. The emergence of this
novelty responds to the concept of bounded indeterminacy (Valsiner, 2007). The teacher
through materiality, as a cultural mediation device, canalizes a present state to a future
state, so defines a set of possible actions and meaning making (which are hypothesized
from the historical experience in Community of Practice). However, the person in
296
development is the one who build a real movement within the possibilities for the
creation of new forms of organization, meaning and cultural performance.
In this way, we consider as Valsiner (1987) and Rutanen (2004) do that even in
the free situations (as they are often called in schools and in literature) there are rules,
constraints and potentialities:
[...] even if children are allowed to play spontaneously, their play is always embedded in
a socio-cultural context. The quotations above include two important formulations: the
context of any behavior brings limits on its freedom, and at the same time, the behavior
is interdependent with the possibilities that the environment provides. Limits and
possibilities for action in the environment emerge and exist together as two sides of the
same coin. One doesn’t exist without the other (Rutanen, 2004, p. 4).
The Semi-structured situation was not so common in the three schools. It only
appeared 3 times: 2 in school 1, and 1time in school 2. The teacher at school 3 never
considered it as a possibility for the central activity. In addition, it occupies only the
center of activity in T1, 1. The other two are part of complementary activities when
other activities are taking place or have just been completed by teacher and children.
297
➢ Structured Situation
In this situation, the teacher proposes a first definition of the activity during the
moment of introduction, sometimes in an explicit fashion (see for example at school 3
the Heuristic game activity, Observation 2 and the activity with leaves, Observation 12).
Sometimes, it arises as subtle proposals from the material organization (see for
example, in school 1 the activity with lights, Fig. 8, he activity with dough,
Observation13; school 2 and the Heuristic Play, Observation 3 and the Psychomotricity
activity, Fig. 9).
In the Structured Situation, the Promoted Actions Zone is sometimes built through the
organization of the same materiality. Sometimes is the teacher who explicitly delimits
it through linguistic instructions, object uses demonstrations and the other semiotic
systems (such as gestures, emotional expressions and musical interventions). In these
situations, the Zone of Free Movement is extended or constricted depending on
the moment of the activity. In the moment of display [despliegue], children have a
broader territory to construct definitions about the activity and decide about the types
of object uses. However, during the time of closure, the teacher proposes a
prescriptive definition that limits the Zone of Free Movements. A figure-ground
dynamic of the teacher’s mediation is built in the structured situation. Within this
dynamic the Zone of Proximal Development is constructed. At the same time that the
attention and action (toward certain objects and certain uses) is constrained, new
challenges are introduced. Also, the guidance of the teacher is also reduced through a
progressive transfer of responsibility to the child who now controls his/her own
participation in the activity.
During the moment of closure, the teacher regains his/her place as a guide. At
this moment, a Promoted Actions Zone is built around objectives such as collecting and
storing objects according to institutional rules. Compared to the previous moments, this
moment is structured much more like a typical school situation: the teacher presents an
activity objective that must be completed based on defined criteria.
In the three schools the Educational Structured Situations were the most common.
From the 16 activities observed, we categorized 10 as structured situations (3 in
298
school 1, 3 in school 2 and 4 in school 3). This educational situation was the only one
that appeared in the three schools.
➢ Directed situation
The Directed Educational Situations are uncommon. They appear 3 times (1 time at
school 2, and 2 times at school 3). This situation appears in proposals that by
definition requires the active intervention of the teacher (for example, the massage) or
the use of complex objects (for example, the book in the reading).
In our study, the dimensions proposed by Coll (1981) have also been identified,
although adjusted due to the characteristics of the children and the activities observed.
The difference is that in activities with older children the educational purpose is largely
focused on promoting the appropriation of a more or less specific knowledge while in
the classroom of toddlers the objectives of the activities emerge around the uses of
objects and the appropriation of their functional and cultural properties according to an
institutional logic.
Coll (1981) finds that in his observations the type of activities that predominates
are the effectuation activities, in which the primary purpose is for the child to acquire
knowledge, exercise a skill or learn to behave according to a certain standard, delimiting
the activity to specific knowledge. This knowledge is based on a detailed proposal, with
precise instructions for completion step by step, in which, consequently, the activity of
the children is oriented to follow execution guidelines (which corresponds to situations
categorized as S4, very distant from daily situation, according to the proposal of
Tapparel, 2015). In our category system, these types of activities correspond to a very
instructional type of directed situation.
300
the children who, based on a general definition of the teacher, can decide in relation to
the task and its content (which emerges from the proposed materials).
Activities in the toddlers’ group are not given regularly as closed situations based on
previously specified instructions and actively regulated by the teacher, where children
are simple reproducers. Therefore, the activities take the form of co-constructing
situations.
In the analyzed situations, the activity is largely built considering one principle
that Cabanellas et al. (2005) mention as a strategy to open more and better opportunities
for children’s learning: the divergence. Although there are some educational objectives
planned by the teacher, these are not achieved with unique and immutable definitions.
Thus, situations are always open to new definitions through the negotiation among all
the participants.
Also, with few exceptions, the objects from which the activity is constructed are
selected and arranged in order to assure one level of complexity to challenge children
and to introduce tension in order to build a Zone of Proximal Development (Vygotsky,
1978). We found that in those cases in which this requirement was not met; it was the
children themselves who took the initiative to propose new activities, or variations to
those presented by the teacher.
(e) The teachers’ mediation: a window through which to study the community of
practice and their discourses
The aspects that are promoted and constrained in the educational practices show
an image of the toddler, the teacher and the institution that seek to be constituted
(Bethelsen & Brownlee, 2005; Broström, 2012; Emilson, 2007, Emilson & Folkesson,
2006, Einarsdottir et al., 2015, Emilson & Johnson, 2009, 2017). In this section we
present the results about the characteristics of the teachers´ mediation. We consider that
these characteristics express conceptions about the teaching-learning process, the role of
the teacher, and children. All of which is merged as social discourses in action that
concrete the political, cultural and historical ideologies constructed in relation to the
first cycle of ECEC in Spain and specifically in the Community of Madrid.
301
➢ The infant school with children of 1-2 years has an educational status, and the
teacher has a central place as a guide to promote the integral development of
the children.
The organization of activities in the three schools accounts for a shared conception
about their educational status. The predominance of structured situations as
alternatives offered to children reveals a concern for achieving a balance
between directed (an instructive approach) and semi-structured situations (centered
on the organization of scenarios with a low level of teacher´s intervention)
In the Directed Situations there is planning that defines specific objectives of the
activity, times, places and materials, and greater control by the teacher, who approaches
an instructional model of early childhood education. While in the Semi-structured
Situations children are the ones who direct their activity from the material made
available by the teacher. This second approach responds to a model that emphasizes free
discovery of knowledge by children, and which identifies the teachers as simple
organizers of the scenarios and observers of the solitary encounter between children and
learning tasks (Rogoff, Goodman, Turkanis & Barlett, 2001).
In the other hand, we found that the teachers’ activities are not only mediating aspects in
direct relationship with the proposed task: the type of the uses of objects (79%), the
uses of the objects according to the activity moments (7.7%), the place of the uses of the
objects (1.7%), but they also are concerned about other dimensions as the uses of the
objects between peers (7.8%) and the emotional states management about and through
the uses of the objects (3.8%). These can be interpreted as:
302
legitimize the emotional experience and also seeks to help children to develop
strategies of self-regulation).
We interpret that the teachers of the three toddler schools in their interventions
are concreting the principles proposed by the Ley Orgánica de Educación of 2006
(LOE) (Educational Law that regulate the Early Childhood Education) that recognizes
the educational status of the first cycle of early childhood education (0 to 3 years) and
its specific educational value that seeks to “attend progressively to affective
development ... to the manifestations of communication and language, to the elementary
rules of coexistence and social relationship, and to the discovery of the physical and
social characteristics of the environment in which they live (p. 17167, the translation is
ours).
➢ Children have the right to participate in all activities and teachers must support
these processes to help individual children and to challenge their current skills
and knowledge.
In our research we found that teachers canalize the children's activities and meaning-
making through mostly individualized/specific mediations (82.8%). So, we find
that more than offering a standard guide (homogenizing) to all children from a single
definition of the activity, the teacher usually adapts both the objectives of the activity
and the supports provided to each of the children, considering the meanings he/she has
built, and his/her possibilities for participation. Teachers also know each child in depth
and regularly adjust their mediation to their interests and shared history, offering
a personalized guide to expand their skills when proposing new challenges.
303
Thus, the teachers seek to offer an adjusted activity scenario taking into account
the specific guidance needs inferred and, in some cases, directly communicated by the
children through different sign systems. This individualized/specific mediation is
especially relevant when there are children with functional diversity (as in the schools 1
and 3), which require an adaptation of the activity based on its possibilities and
limitations to ensure full participation in the educational situation.
➢ The children have the right to participate in all activities and teachers must
support these processes in an adjusted and diverse manner to challenge their
current skills and knowledge.
This discourse relates to the previous discourse but differs in the emphasis we
place on the strategies used by teachers to build this adjusted mediation to the current
states of meaning and participation of the child in the activity. So, as we described in
Chapter 6:
In our research we found that the teacher mediates the construction of meanings and
participation of children in the joint activity using seven strategies:
• Invitation
• Positive Evaluation
•Accompaniment
• Distant exemplification
• Reorientation
• Direct exemplification
• Inhibition
We found that these strategies vary in their function and level of directivity. And
therefore, in the space opened for the children's participation in the activity rules
negotiations.
More than intervention forms that depend only on the teacher (unidirectional
vision of transfer) these strategies reflect interactive patterns of meaning negotiation
(bidirectional vision or co-construction), which in Valsiner's theory (2007) are
conceived as a process of canalizing. Thus, each mediation strategy emerges as a
relational configuration that considers the:
• State of participation of the child.
• Teacher interpretation (according to their expectations considering the definition
of the activity and the rules of the Community of Practice).
304
• Educational intention (the aim that it seeks to achieve).
In this way, we found that after introducing the activity; the teachers observed
the group and screen to verify the state of participation of each child. According with
the situation teachers adjusted the mediation.
When a child is not yet taking part, and the teacher wants to promote his/her entry
into the activity, it displays three types of strategies (organized from lower to the higher
level of directivity and presented with their total percentage of appearance, in all
schools, all educational situations):
• Invitation (29.6%): proposing the entry into activity without specifying what
objects to use or how, or selecting objects that are offered, but allowing children to
decide how to use them.
• Distant exemplification (21%): Propose the entry into specific activity proposals
by placing him/herself as a model. Selecting objects and guiding explicitly how
to use them where or with whom through a demonstration.
• Direct exemplification (7.6%): Introducing the child into specific activity
proposals. Selecting objects and introducing the children in the model about how
to use them and where or with whom.
In the cases in which the child is participating, the teachers assessed the
characteristics of this participation.
If he/she considers the child participation acceptable (because they coincide with
the limits demarcated in the activity proposal, or because even if they cross them, they
are considered appropriate novelties). The teacher can intervene from two strategies
(introduced from lowest to highest potential to introduce developmental tension to the
child, and its total percentage of appearance in all schools, all educational situations):
• Positive evaluation (11.2%): In which it recognizes and welcomes
their participation.
• Accompaniment (21%): In which it recognizes the involvement but enters
to support, expand and challenge his/her participation.
If the teacher considers the child participation inadequate (because they exceed the
limits set and the novelties are considered inconvenient). The teacher intervenes through
305
two strategies (introduced from lowest to highest level of directivity and highest to
lowest potential to introduce developmental tension, and considering the total
percentage of appearance in all schools, all educational situations):
• Reorientation (12.4%): in which it identifies the child's participation but,
being inadequate, intervenes to change it, offering alternatives that the
children must manage.
• Inhibition (6.6%): in which it identifies the child's participation but,
being inadequate, intervenes to change it, without offering alternatives.
We conclude that the fact that in most Educational Situations the most used
mediation strategies, depending on their function, were
the invitations, the accompaniments and the reorientations, shows that the three
schools orientate their practices from an educational orientation that largely considers
the child's perspective, and recognizes their role and responsibility in learning
processes and seeks opportunities to introduce tension in their development.
Most of the teacher mediations are displayed using a multimodal cluster of signs with
different semiotic complexity. Although language is the most used system, it is not the
only one. The musical interventions, gestures, use of objects, emotional expressions and
306
direct body interventions arise as other systems that allow educational proposals to be
understandable for the whole group, as they adapt to the communicative skills of all
children.
When analyzing the emergence of the different mediation systems within these
clusters, we identify that the teacher usually begins with the system most complex
semiotic complexity, which is generally the language. Then uses less-complex systems
that make the mediation much more legible. We also found that those mediation units
with the largest number of systems (clusters) appeared in two situations: (1) when the
teacher was mediating a complex activity (see, for example, Observation 15 in the
activity with dolls, school 3, T4) and (2) when there is a problematic situation in which
the child does not respond to the initial mediation, which is more complex, but less
direct (see, for example, Observation 20, in the reading activity, school 3, T4). From
this we propose that this multi-modality is fundamental to promote the construction of
agreements and guarantee the same possibilities of participation for all the children.
As with Rodríguez and Moro (1999) in their study with parents, we find that
teachers mediate the activity of children considering aspects such as the child's level of
development, the culture (in our study considered as the Community of Practice) and
the purpose of the interaction (educational aim). The teachers do not mediate activity
from chunks of information of a difficult understanding for children, but they adjust
their mediations by offering redundant information that emphasizes relevant aspects.
So, they use strategies like segmentation, repetition, exaggeration and slowing action to
make it more legible for children (see also at home Basilio & Rodríguez, 2011, 2016,
Cardenas, Rodriguez & Palacios, 2014). These interventions are accompanied by
emotional (Estrada, 2013), and rhythmic components (Moreno, Rodríguez & del Olmo,
2015; 2017; Alessandroni, 2019). Adjustments and preparations of materiality are made,
controlling aspects such as distance, form and place of presentation of the objects. Key-
aspects to communicate their intention and expectation about the children action. From
our point of view, all these strategies illustrate the construction by the teacher of a
scaffolding system (Wood, Bruner & Ross,1976) that seeks to support the work on the
proximal development zone.
307
Additionally, we found that:
The mediation of the teacher is fundamental, not only when it intervenes but also in
those moments in which, although he/she identifies a need for regulation in the
children, he/she refrain from intervening, thus giving opportunities for the children to
manage their own participation. This implies that in the three schools the children are
considered as capable of self-regulating, even in times of great difficulty.
➢ Children are active and influencing agents and teachers must support the
construction of democratic participatory spaces that impact pedagogical
practice
This discourse is related to the previous one. We made this distinction because
while the former discourse emphasizes how to ensure that children enter the teacher's
activity proposal, in this second discourse, the emphasis is on how the teacher considers
the children's proposals, which can be divergent. We explore to what extent their
initiatives are considered; negotiation processes are opened in the different dimensions
of mediation; and the influence on the educational practice. Like Emilson and
Johansson (2017) in this study we found that:
308
The teachers of the three schools consider elements for a democratic practice when
the:
• Children resist participation and teachers legitimate this alternative (see
Observation 4, activity with dough, school 1, T4, and Observation 8 activity
massage school 3, T3).
• Children propose new uses of the objects, beyond those proposed by the
teacher, who recognizes them and includes them as alternatives within the
activity (see Observation 5 and Observation 10, in the activity of texture
path, school 3, T2).
• Children completely change the definition of activity to include objects that
have no relation to the proposal, and the teacher rather than inhibit
them directly, frames the mediation in a space of negotiation (see Observation
10, activity of the path of textures, school 3, T2).
• Teacher takes into account the changes in the children's activity (for example
lack of interest in the activity, the constant searching for new objects to use,
the emergence of conflict between peers for the objects, or crying) and
interprets them as a sign that a change is needed or it is time to close the
activity (see Observation 6, activity with dough, school 1, T4, Observation
7, Heuristic Play, school 2, T2, and Observation 8, massage activity, school 3,
T3).
Teacher organizes the classroom, guaranteeing accessibility to objects (beyond those
selected for the activity) that serve potentially as negotiation territory for the
children on new definitions of the activity.
We consider the fact that teachers open a space for divergence is fundamental.
These negotiations on new definitions of activity serve as fertile ground for the
development of cognitive/communication/emotional/social skills of children. Also, it
309
opens possibilities to improve the teachers ‘practices since the conflict that emerges
serves as a feedback and a space for reflection.
We consider that, in educational situations, not only children are apprentices, but also
teachers, who work on their Zone of Proximal Development taking into account the
experience shared with children on materiality.
➢ Children are part of a group and teachers must support the construction of
shared rules that promote the well-being of all
This discourse became especially clear in relation to the dimensions of (i) the
interaction with peers through the uses of objects and (ii) the regulation of emotional
states over and through the uses of objects (see Chapter 6). Like Campos-de-Carvalho
and Rossetti-Ferreira (1992), Emilson and Johansson (2006), Einarsdottir et al. (2015)
and de La Cueva (2017) we found that in the educational practice the teachers devote
special attention to mediate the interaction between children using collectively objects
(see also Li, Quiñones & Ridgway, 2017; Harrison & Sumsion, 2014). When analyzing
the characteristics of mediation in the three schools we find that:
Thus, we found that when conflicts arise between peers over the uses of objects,
to a great extent teachers, more than offering solutions, are concerned with understand
the origin of the conflict, opening space for each child to present his version and
validating his/ her experience. From this they seek to open a space for the children
themselves to find alternatives and reach agreements for their resolution.
We propose that from these practices the teachers and children become members
of a community of practice (Lave and Wenger, 1991; Rogoff, 2003) which shares
310
cultural knowledge and legitimizes certain ways of acting (Cole, 1996; Rogoff, 2003;
Valsiner, 2000) in relation to materiality and the others (see Chapter 6).
In the three toddler schools analyzed, the legitimated discourses about peer conflict
(De la Cueva, 2017) are related to:
• The importance of making joint uses of materiality by guaranteeing
agreements such as “do not take away objects that other children are using”.
• When there are disagreements, it is necessary to look for resolution
alternatives, and if that is not achieved independently the teacher is sought to
mediate because “in this class we do not hurt our friends”
• There is a responsibility distributed among all members about physical and
emotional wellbeing of peers "you have to help friends"
With this research we set out to make an exhaustive analysis of the central activities
in three classrooms of 1-2 years old, during the first four months of the school year. Our
objective was to link different levels of analysis: the level of the socio-historical context
of childhood education in Spain and especially in the Community of Madrid and its
discourses. The level of the toddler group as a Community of Practice that updates these
discourses, the level of the Educational Situations that make concrete and transform
them into the practices here and now, and another micro-level that corresponds to the
mediation of the teacher and the collective construction of activity rules on the
materiality of each activity proposal.
We consider that this research has allowed us to build and share an image about the
characteristics of educational situations in the infant school with toddlers, the nature of
the practices and the different elements and processes that are involved. In addition, we
could explore similarities and differences regarding educational situations with older
children, trying to understand the particular logic of this developmental context, where
the model of care (close to everyday life) and the educational, much more regulated by
an institutional logic, are interrelated.
311
Thus, we show that the educational status of the infant school, which teachers consider
being of fundamental (see Chapter 1, and Chapter 4) includes a component of care. The
management of everyday elements such as body care, emotional regulation and the
management of peer interaction are elements that also offer tension for development and
are also constituted as Proximal Development Zones. Thus, we consider that
educational management should also consider these more everyday aspects from a
learning task perspective.
Materiality plays a pivotal role in each of the components of the educational situation
• In the construction of a common activity context. For the teachers specify through
it their educational intentions and channel spaces for the participation of
children. And the children use knowledge and experiences with this materiality to
construct a definition of this activity.
• Materiality and its uses as knowledge on which the children and the teacher
interact in the joint activity. This knowledge that is not only related to
the functional uses of objects, but with the construction of a system of shared
meanings around the uses and their circumstances according to the institutional
logic. It also implies other spheres such as the management of emotions over and
through the uses of objects as well as the interaction between equals regarding the
use of objects. All these elements we consider are part of the culture of each
Community of Practice.
• Materiality as an instrument through which potential development scenarios are
built between teacher and children. This introduces tension on the intersubjective,
communication and self-regulation abilities of the children, as well as on the
meanings on the adequate practices of the teachers when mediating the
participation of these children.
312
he/she considers appropriate. In this negotiation process we could explore how social
encounters are constructed, ordered, sustained, limited and transformed (Cornell &
Fahlander, 2007; Latour, 2005). Because these encounters are guided by conceptions
and ideologies, and relations of power and resistance to power (Foucault, 1972). In
addition, we illustrate how through concrete practices around materiality and its uses,
children and teachers manage misunderstandings, resistances and confrontations, which
represent the tensions between the homogenization of practices (according to a
dominant and legitimate culture) and the novelty (movement of transformation and
cultural construction).
Although this sociological and political perspective has not been the focus of our
work, we consider that our observations account for these processes that the sociology
of childhood (Prout & James, 1990) and the post-modern paradigm of early childhood
education (Dahlberg, Moss & Pence, 1999) have researched using concepts such as the
processes of emancipation and empowerment of toddlers. From this paradigm it is
stated that toddlers are usually the most dominated subjects, because of a historical
conception that identifies them as a subject of care and to a lesser extent as a subject of
rights (see Chapter 1).
This study has allowed us to show a more empowered vision of children, which
overcomes a dominant vision of children in the toddler school as a simple receiver of
care, or cultural novices who must be introduced and molded into a culture considered
legitimate. We consider that our data recount an active subject, a true agent that takes
part in the educational activity: by deciding about whether he/she takes part in the
teacher's proposal, and who can self-regulate and, in addition, to agree with the others to
build a joint activity (without the teacher being always present as a guide), and who also
has the power to influence the practice by proposing new alternatives.
313
➢ A model that includes the teachers and their interpretations as a compass in the
research process
In this research, we assumed a research approach that also includes teachers as part
of the research process. As researchers we do not try to impose our point of view, or
simply observe reality with theoretical and methodological lenses, but we open space to
build with teachers a model that they consider represents their practices.
This process has been a challenge due to the diversity of conceptions and ideas that
have arisen among the three teachers participating in this research. In one of them we
found a more didactic conception of the Educational Situation that oriented us to focus
exclusively on its didactic pole, on the specific knowledge about the objects and their
uses that were managed in the joint activity. In other cases what the teacher proposed
was a much more holistic consideration in which the management of social interactions
and emotional expressions emerged as a fundamental pole of the educational situation.
The third teacher moved frequently between one position and another.
Although in this work we had to leave out the analysis the processes of discussion
and construction of meanings through interviews and feedback meetings, we consider
that these processes have been fundamental to explore and analyze the data collected.
We consider that:
Our research approach tries to go beyond a research paradigm where teachers are only
subjects to be studied and evaluated. So, what emerges as a possibility is to grant a
place to the teacher within the research where their voices are considered. Thus, to the
same extent that Dahlberg, Moss and Pence (1999) invite us to rethink childhood
education not for children but with children. In this research we wanted to get closer
to research in an infant school and not on teachers, but with the teachers.
We consider that our study can offer references for the design of pedagogical
practices in the Infant School that promote the construction of Zones of Proximal
Development. The analysis illustrates how this construction depends on the
opportunities that teachers offer to children for the construction of challenging
314
situations, introducing tension on their skills, and transferring responsibility to children
and thus supporting the processes of self-regulation.
Likewise, this study illustrates why materiality is important in the toddler school
and how the teaching/learning scenarios are built through it. This can favor that teachers
reflect on the role of objects and their uses in their practices and take into consideration
the opportunities that certain materiality, used in a certain way, offers to children.
• A conception of respect for the child that learns and his/her individuality
• A recognition of toddlers as subject able to manage their participation in the
collective activities.
• A perspective that understands that teachers are not always right, and they can learn
from children. Toddlers frequently communicate the suitability of the educational
proposals, or the need to make any changes.
Finally, we consider as a contribution the proposal to expand and make more flexible
the roles traditionally given to teachers and children in the educational encounter. Thus,
we suggest that this can be a source of reflection for teachers and improvement of their
practices to consider that:
• The teachers also develop and learn from and with children.
315
• The divergence, confrontation and conflicts are also important because they apply
tension and promote the construction of a Zone of Proximal Development in the
teacher and mobilize new resources to learn how to manage and resolve them.
We consider that the wide angle we followed in this research, while offering a
panoramic view of all the elements that emerge in the educational situation, presents a
restriction in terms of the exhaustive analysis of certain processes and their
longitudinally change. Although we have gained a greater understanding of the variety
of activities and differences in mediation depending on the proposed tasks. We could
not explore trajectories of children's development, neither the change, and
transformation of the joint activity throughout the school year.
For future studies it would be important to focus on the same tasks over time,
this would allow a longitudinal analysis of the dynamics of the situations, the change of
mediations, the construction of shared meanings about the task and its relationship with
the development of cognitive/communication/social/emotional abilities of the children
that allow changes in participation.
These studies can use the data collected but left out of the analysis in this
investigation: for example the book reading during the morning meeting time
throughout the school year in the three schools (a project is already in progress), also
about the lunchtime and the uses of the instruments (which we studied in the group 0-1
including the categories of the teacher’s mediation developed in this thesis, see
Rodríguez et al., 2017). We consider two other situations for potential studies: the free
and psychomotor activities, which appear in all schools and whose rules change
throughout the school year (affirmation we make from our experience as observers in
the three schools along the year).
316
focus on studying how children before 2 years old take part in a joint activity and co-
construct a common ground to participate.
Throughout the analysis, some specific fields have emerged that could also be
fertile ground for exploration from the data identified in our micro-genetic analyzes, for
example teacher mediation and inclusion strategies for children with functional diversity
in regular classrooms.
317
318
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340
ANEXO 1
Descripción de las tres escuelas infantiles participantes
1.1 Escuela 1
¨Hasta el 2008 estuvimos muy bien porque en los concursos para la escuela
primaba el proyecto educativo frente al proyecto económico y la administración
pagaba en función del número de aulas. A partir de este año el proyecto
económico pasó a tener un valor mayor frente al educativo y el presupuesto se
hizo en función del número de niños. Esto supuso que, si en un aula donde debe
haber 14 niños, tuviéramos 10, supondría una pérdida económica para el
centro, ya que se necesita el mismo personal y los gastos son similares, pero los
ingresos son sensiblemente inferiores. Otro gran cambio que se produjo y que
dañó significativamente el modelo es el hecho de que anterior al 2008 el
presupuesto era cerrado, la Comunidad de Madrid ofrecía un presupuesto y la
cooperativa debía detallar cómo iba a gestionar ese dinero. A partir de 2008 el
presupuesto era a la baja, la Comunidad establecía el máximo y a partir de ahí
se podía bajar. Esto supuso que empresas ajenas a la educación entraran en los
concursos con presupuestos más bajos (a costa de la calidad) con los que las
cooperativas de maestros no podían competir y perdían las Escuelas. A esto hay
que sumarle que estas empresas pagaban por proyectos educativos, se los
encargaban a profesionales de la educación (profesores de la universidad por
ejemplo) y sacaban altas valoraciones en estos apartados. El problema era que
nunca se llevaban a cabo, era sólo papel de cara a la administración. Hay que
tener en cuenta que el control por parte de la administración es
mínimo…entonces para evitar perder la escuela, nos vimos obligados a realizar
grandes bajadas de presupuesto. Hubo que recortar en todas las partidas y hoy
disponemos de menor personal que hace 10 años. Lo que si se ha conseguido
hasta ahora ha sido el mantener el sueldo de los maestros, aunque con la
imposibilidad de realizar subidas anuales en función del IPC. Para mantener
los sueldos ha habido que realizar mayores esfuerzos y realizar más tareas que
hace años. Esto ha influido de forma directa en el trabajo diario, pero se ha
procurado mantener la calidad educativa en todo momento y creo que se ha
conseguido, no sin un gran nivel de implicación y esfuerzo por parte de los
maestros del centro¨ (correo electrónico de Gabriel, febrero de 2018)
1.2 Escuela 2
1.3 Escuela 3
Gestos Ostensiones: gestos que se realizan con el objeto en la mano para mostrar, ofrecer.
Ostensivo/Indiciales: gesto de colocar y gesto de señalar inmediato (tocando el objeto
referente).
Indiciales: gesto de señalar (pointing), gesto de alcanzar (reaching), gesto indicativo
con la mano abierta.
Simbólicos: gestos convencionales de negación y afirmación con cabeza y dedos,
aplausos, lanzar besos.
Dice ¨mirad lo que tenemos aquí¨, mientras coloca Propuesta de Karen [1, 8, 26], Aura [1, 0, 21], Juan [1, 8, 15], Los niños centran su atención en
en el centro del aula contenedores grandes dentro construcción de una Felipe [1, 9, 8] y Patricia [1, 2, 1] se acercan y los objetos seleccionados. Su rol
de los cuales hay cadenas, embudos, anillos de actividad conjunta: observan los contenedores, pero no los tocan. Zoe es aún el de observadores.
cortinas y botes de metal y plástico. [1, 1, 0] Pepe [1, 6, 23] Andrés [1, 6, 21], Marina Aunque cinco se acercan
¨vamos a jugar con [1, 0, 17] y Ramón* [1, 7, 21] están sentados en el preparándose para participar.
estos objetos¨ tatami al otro extremo del aula y observan (sin
moverse).
Observa a los niños que se han acercado y dice: Regla No. 1: Aura, Patricia, Karen y Juan se acercan a la Cambian su rol al de
colección de botes ignorando las otras colecciones. participantes: entran en la
¨Mira todo lo que tenemos…hay muchas cosas, ¨ los niños/as no solo propuesta de la maestra al
vamos a jugar¨ al tiempo que saca los materiales de deben observar sino seleccionar los botes y comenzar
los contenedores y los coloca en el suelo formando también usar los a usarlos:
agrupaciones de la misma clase de objetos en objetos, pero sólo los
montones separados. Los objetos que no hacen que han sido Juan toma un bote de plástico que está vacío y se lo Ostensión para sí (función de
parte de esta actividad son recogidos y puestos en seleccionados y no muestra a sí mismo mientras lo hace girar. autorregulación). Uso simbólico
las estanterías (aunque siguen estando al alcance de otros¨. La maestra no del bote (vierte un contenido
los niños/as). específica cómo usar A continuación, vierte su contenido sobre un bote inexistente).
los objetos abriendo un de metal.
espacio para que sean Uso rítmico-sonoro (prueba los
los niños/as quienes lo Aura toma un bote de plástico y otro de metal y los sonidos de los diferentes botes).
decidan. hace sonar contra el suelo.
Uso simbólico del bote (usa como
Y a continuación bebe de uno de ellos si fuera una taza de la que bebe)
Entra parcialmente en la
propuesta (selecciona un bote)
Patricia toma uno de los botes y camina hacia un pero no lo usa.
rincón. Lo sostiene en brazos, pero no lo usa.
Observa a los niños/as que están usando los botes y Regla No. 2: Mónica camina hacia las cadenas, se agacha, pero El gesto de señalar prueba que
dice: ¨Mira, mira...¨ toma del suelo las cadenas y en lugar de cogerlas hace un gesto de señalar entiende la propuesta de ¨debemos
las muestra a los niños/as, las mueve rítmicamente No solo deben usarse dirigido a Juan, quien ha venido corriendo desde el usar las cadenas¨ y la comparte
mientras vocaliza ¨u, u, u, u¨ y las suelta sobre el los botes, las cadenas otro extremo del aula para observar de cerca las con Juan, aunque no entra en ella.
suelo, hace un gesto de señalar y repite ¨mira, también hacen parte de cadenas.
mira¨ la actividad. Juan entra en la propuesta y
Juan toma las cadenas, camina hacia la maestra y comparte con ella esta
las suelta contra el suelo mirándola y sonriendo. comprensión. La maestra
reconoce su intención y la usa
para invitar a Zoe a participar (ver
Regla No. 3: más abajo).
Observa a los niños que se han quedado sentados en
el tatami y que no se han acercado. Dice: La actividad debe No entran en la propuesta de la
ocurrir en el centro del maestra.
¨ ¿Quién quiere jugar? ¡mirad, venid todos aquí! ¨
aula. Andrés, Mario, Ramón y Zoe miran a la maestra,
pero no se mueven.
Se acerca a Andrés y le dice ¨ ¿Vamos a jugar Regla No. 4: Todos Andrés se deja llevar. Observa los objetos, pero Se resiste a la propuesta de la
Andrés? ¨ mientras lo toma del brazo y suavemente deben participar de la sólo después de 1 minuto selecciona un aro de maestra de usar las cadenas.
lo acerca a las cadenas que están en el centro del actividad de acuerdo cortina y comienza a meterlo dentro de un bote Selecciona un bote y lo usa
aula. Se las muestra y las hace caer al suelo con sus intereses y también circular. canónicamente.
produciendo un sonido. posibilidades. Los
niños/as pueden decidir
Se dirige hacia Zoe y dice ¨ ¿Quieres jugar Zoe? ¨ si siguen las propuestas
la toma de la mano, la levanta y la lleva hasta el Zoe se deja llevar. Pero no coge las cadenas. Se Zoe se resiste a la propuesta de
de la maestra o si aleja hacia el tatami (ubicado en un extremo del uso de la maestra. Después
centro del aula mientras dice ¨ ¡vamos a jugar! eligen otras
¿mira, mira, mira…te gustan los botes? ¨(En ese aula) y observa a la maestra. explora diversos usos de otros
alternativas. objetos:
momento Juan se acerca con las cadenas y las tira al Después de 20 segundos toma una tapa y se la lleva
suelo) dice: ¨ ¡Halaaaaa, mira lo que ha traído al oído para hablar. Después Camina hacia los Uso simbólico (tapa como
Juan! ¨ botes, toma uno e introduce la tapa en él. Observa teléfono)
Se dirige hacia Pepe dice: ¨ ¿Pepe quieres jugar? ¨, la tapa dentro del bote y comienza a agitarlo para
hacerlo sonar. Uso canónico del bote (introduce
lo toma de la mano y lo lleva hacia el centro del la tapa dentro del bote).
aula donde están los objetos.
Uso rítmico-sonoro del bote (lo
Observa a Patricia que no usa el bote y dice ¨mira Pepe se deja llevar, pero se queda de pie hace sonar al agitarlo con la tapa
Patricia si es muy divertido, coge una cadena¨ observando a los otros niños/as usar los objetos. dentro)
Se acerca a Ramón* (quien está en una silla Patricia se mantiene de pie observando a los otros Pepe y Patricia se resisten a entrar
adaptada) le muestra unas cadenas y las mueve niños/as usar los objetos. en la propuesta de la maestra y
intentando que haga seguimiento visual. Dice ¨mira mantienen su lugar como
Ramón, ¿te gustan? observadores.
Ramón observa las cadenas y las sigue con los ojos. Entra en la propuesta de la única
manera que puede: realNachodo
el seguimiento ocular.
Se levanta y pone música en una grabadora La música es usada Los niños/as observan a la maestra cuando No se identifica un cambio en las
como mediador de la comienza a sonar la música para después continuar actividades de los niños/as cuando
actividad con su actividad. la música comienza a sonar.
Dice ¨mirad vamos a la sala Propuesta de una actividad conjunta: Los niños/as la siguen y se adelantan para Los niños/as conocen el espacio y la actividad.
de experimentación¨, ¨vamos a jugar en esta aula especial¨ entrar primeros al aula. Hay un acuerdo inmediato sobre la propuesta.
mientras abre la puerta del que los niños/as ya conocen y con la Desde el principio (todos menos Paul [1,9,13])
aula y camina por el pasillo que tienen experiencia al hacer ahí el asumen el rol de participantes.
hasta llegar a ella. Juego Heurístico.
Una vez en el aula se dirigen a los objetos La propuesta material sirve de organizador de la
vocalNachodo ¨ahhhhhh¨ y se sientan actividad invitando a los niños/as a distribuirse
Previamente Carolina ha Regla No. 1: alrededor de las diferentes colecciones por grupos alrededor de cada colección.
preparado el aula: los (aunque la maestra no da instrucciones
objetos del aula se han Se utilNacho sólo los objetos La entrada en la definición de usos complejos
seleccionados (y no los otros que se directas sobre esta organización).
recogido. Sobre el suelo se combinando objetos diferentes es parcialmente
han colocado las 4 han recogido). compartida:
colecciones del Juego Regla No. 2: Los objetos deberían
Heurístico. Marco [1,4,30] y Eliana [1, 2, 30] Marco y Eliana son los únicos que comienzan la
usarse de manera combinada. comienzan a encajar unos conos dentro de actividad usando una única clase de objetos: los
Las colecciones están La organización material es la que otros. Marco posteriormente comienza a conos (uso canónico: encaje y uso rítmico-sonoro
conformadas por diferentes condensa esta regla, porque la hacerlos sonar al golpear uno contra otro. de hacer sonar los conos). Los otros niños/as
tipos de objetos: Cucharas maestra no interviene para orientar entran en la propuesta de usar conjuntamente
de madera, cadenas, conos directamente la actividad de esta varios objetos por ejemplo el Uso canónico del
de plástico de diferentes manera. Esta regla no es prescriptiva, Enrique [1,7,23]) mete las cadenas dentro de bote como recipiente.
colores, diferentes los niños/as que desean usar solo un un bote de metal.
contenedores (caja de cartón, tipo de objeto pueden hacerlo.
botes de plástico y de metal) Las definiciones sobre los usos conjuntos de
(ver Fig. 4b). objetos van cambiando de usos menos complejos
Ricardo [1,9,21] observa a Enrique meter las
cadenas en su bote, se acerca a su bote, toma (uso canónico del bote) a usos más complejos
una cuchara de madera la mete remueve y (uso simbólico del bote, la cuchara y las cadenas):
Regla No. 3 Los objetos podrían prueba la comida. Ricardo observa el uso canónico de Enrique y le
usarse en interacción con otros. propone un nuevo significado: comer la comida
Pedro [1, 7, 18] coge los conos que Marco y (cadenas) de su bote con su cuchara. (Uso
Se sienta en un rincón, Eliana están usando, pero se detiene para simbólico). Esta propuesta es aceptada por
observar el uso de Ricardo con las cucharas
observa los usos de los Los niños/as gestionan estas y el bote. Toma otra cuchara de madera y Enrique y comprendida y compartida también por
niños/as sin intervenir. En interacciones. La falta de también prueba la comida del bote de Pedro quien, frente a la opción de seguir la
algunos momentos toma intervención de la maestra Enrique. propuesta de uso canónico y rítmico sonoro de
notas en un cuaderno. implícitamente legitima estos usos Marco y Eliana, se decanta por el uso simbólico y
conjuntos. decide unirse a él buscando cucharas y comiendo
todos del mismo bote.
Regla No 4: Los conflictos con los María se acerca a un contenedor con botes
otros niños/as por el uso de los de plástico y lo arrastra hacía el centro del
Observa atentamente el objetos deben intentar ser resueltos aula. Este no hace parte de los objetos del
conflicto entre Belén y por los mismos/as niños/as. La Juego Heurístico (la maestra lo ha cerrado y
Diana, pero no interviene. maestra solo interviene en los casos apartado contra una pared antes de que los
en que esta resolución no emerge por niños/as entraran al aula).
cuenta de los mismo/as niños/as y el
conflicto comienza a escalar. A pesar de la intervención de la maestra que El conflicto sobre este objeto nuevo captura la
intenta inhibir esta acción, María sigue atención de Pedro y Ricardo quienes entran en la
adelante y toma un bote del contenedor. definición propuesta por María sobre un nuevo
espacio de actividad. Sin embargo, esta definición
Pedro, Ricardo y Daniel interrumpen su es (temporalmente) descartada por la maestra.
actividad y observan el contenedor que
Observa a María acercarse al La maestra no permite renegociar la María ha arrastrado. Los dos primeros se
contenedor y arrastrarlo y Regla No. 1: se utilNacho sólo los dirigen hacia él, pero antes de que puedan
antes de que saque alguno de objetos seleccionados. comenzar a sacar los botes, la maestra los
los botes dice ¨María, interrumpe.
María, no¨ mientras hace un
gesto de negación con la
cabeza. Espera dando
oportunidad para que la niña
responda a su intervención.
Regla No. 6:
Espera y después hace un
los niños/as son libres de decidir qué
gesto de ven con la mano
hacer con los objetos. Pueden
mientras dice ¨ven aquí
simplemente observar. Paul no entra en la propuesta de la actividad y
Paul¨ lo abraza, besa y dice
¨mira pueden jugar con La maestra identifica que Paul no mantiene su rol de observador, el cual es aceptado
cualquiera de estos objetos, por la maestra como un rol legítimo de
hay botes, hay cadenas, hay entra en la actividad, su Cuando le invita a acercarse lo hace y se participación.
cucharas¨ mientras le hace comportamiento es interpretado en deja abrazar y besar. Mira los diferentes
va señalando cada uno de los términos de sueño. Inicialmente la objetos que la maestra le va señalando, sin
objetos que va nombrando. maestra intenta invitarle a participar embargo, no se dirige hacia ellos y decide
de la actividad, pero frente a su quedarse a su lado.
negativa, termina por aceptar su
decisión y le abre un espacio para que
se mantenga como observador a su
lado.
3.3 Observación 4 Momento de despliegue de la actividad. Actividad con masa de pan, T4, escuela 1. Tiempo: 23'38"Lugar: Aula de psicomotricidad
Durante la introducción de la actividad (que dura aproximadamente hasta el minuto 5´26¨), Gabriel ha invitado a los niños/as a usar la masa de pan como centro de
actividad conjunta. Ha negociado con los niños/as las siguientes reglas generales: (1) Todos deben quitarse los zapatos (primero deben tratar de hacerlo solos y si
necesitan ayuda deben solicitarla), (2.) Deben sentarse alrededor de una tela negra y esperar mientras el maestro divide la masa en dos y la pone sobre la tela. (3) Se debe
usar la masa y no otros objetos del aula, (4) Todos los niños/as deben usar la masa, cada niño/a decide qué hacer con ella (incluso probarla) en el lugar demarcado por la
tela negra.
Desde el minuto 5´26¨ hasta el 7`44¨ observa los usos que los niños/as hacen de la masa. Algunos de ellos se resisten a usarla.
Dice: ¨yo también me voy a sentar a jugar María [1,10,13], Mario [1,4,27] Sol [1,2,4], Manuel Los niños/as comparten el
un poco con la masa¨ mientras se sienta [1,8,17], Laura [1,8,10], Pablo [1,6,2], Mariana mismo foco de atención: la
sobre la tela negra. Toma un pedazo de [1,7,27], Marta [1,2,22] y Ana [1,2,26] detienen su masa que debe ser usada por
masa y comienza a amasarla. Dice ¨esta actividad y miran al maestro amasar. todos.
masa es toda para mí, para mi…¨ mientras
se señala a sí mismo. María se acerca inmediatamente y hace un gesto de
negación con la cabeza.
María se asegura que Gabriel
acepte la regla de que la masa
Se ríe y dice ¨venga vale esto es para Definición de nuevos objetivos de es para todos.
todos¨ actividad conjunta: Todos debe Manuel, Mario, Mariana y Pablo toman pedazos de
participar de la actividad la masa y comienzan a cortar pequeños trozos. Martin, Mario, Mariana y
(Renegociación de la regla 4, Pablo entran en la propuesta
sobre la participación). Esta regla y usan la masa cortando
se presenta a través de la estrategia pedazos (uso canónico)
del teasing Mariana también comprende
Mariana señala a Laura (que no tiene masa)
Gabriel tiene en cuenta la esta regla lo que es
intervención de Mariana y la retoma demostrado al compartir con
Observa a Mariana y después a Laura y para proponer de forma más directa Gabriel, a través de un gesto
dice: ¨venga vale, para ti, para ti¨ la entrada en la actividad de Laura, de señalar, el hecho de que
ofreciendo un trozo a Laura así como de aquellos niños/as que Laura no tiene masa.
no han entrado en la propuesta a Laura acepta la propuesta del
través de la estrategia del teasing maestro y realiza un uso
que es mucho más compleja e canónico.
indirecta.
Laura acepta la masa y comienza a usarla cortándola María hace saber al maestro
en trozos pequeños. que desea un trozo de masa.
Gabriel observa los usos de los niños/as. Marta y Ana se niegan a usar la masa. Esta decisión es aceptada pues permite que se desplacen por fuera de la tela negra y usen
otros objetos. Todos los demás niños/as han entrado en la propuesta y se limitan a cortar pequeños trozos (uso canónico). En el minuto 9`58¨ decide intervenir
nuevamente.
Toma un trozo de masa y dice ¨ ¡hala! ¨ Propuesta de uso No. 1 María, Mar, Laura, y Mariana miran atentamente al Los niños/as comparten el
mientras comienza a amasarlo con las maestro. foco de atención: la masa
manos y después hace una bola que La masa también puede usarse usada de manera novedosa.
termina de redondear sobre la tela. para hacer bolas. Mariana entra en la propuesta
Propone un nuevo uso canónico del nuevo uso.
que es mucho más complejo que el
de cortar trozos (que los niños/as Mariana toma un trozo de masa e intenta
llevan haciendo desde el inicio de la redondearla sobre la tela. La propuesta no es aceptada
Observa a Pablo y dice ¨mira, una bolita, actividad). por Pablo, quien se mantiene
para ti¨ mientras se la ofrece. Pablo acepta la bola, pero retoma el uso previo de
cortar pedazos ahora directamente de la bola. en el uso canónico previo
Propuesta de uso No. 2 más simple.
La masa también puede Entran en la propuesta del
Toma un trozo de masa y comienza a aplastarse con la mano
aplastarla haciendo sonar su mano con Laura, María y Mariana comienzan a aplastarla maestro/a..
haciéndola sonar (uso rítmico- haciéndola sonar con cada golpe. Pablo comienza a
cada golpe. sonoro). hacer sonar también su trozo de masa al golpearla
Una vez la masa está aplastada, el maestro Propuesta de uso No. 3 con la mano.
pone su mano debajo y diciendo ¨mira,
¿dónde está mi mano?, ¡se ha ido mi La masa también puede usarse María pone los brazos en forma de jarra y los agita. Los niños/as demuestran la
mano!¨ como pantalla para esconder la Mario dice ¨mano¨. Laura levanta la masa para comprensión de la propuesta
mano (uso metacanónico) descubrir la mano del maestro. de diversas formas: con un
Sol, María, Mariana, Pablo, Tania y Laura sonríen. gesto simbólico de
Toma la masa, la levanta y la pone sobre la María, Laura y Tania comienzan a esconder sus interrogación que representa
mano de Laura mientras dice ¨ ¿dónde está propias manos bajo la masa, se ríen y después las la pregunta del maestro,
la mano de Laura? ¡está aquí! ¨ después descubren. diciendo mano y entrando en
dice ¨y la de María, dónde está la mano de la actividad de esconder o
María ¡Aquí! ¨ Laura sonríe y saca la mano de debajo de la masa. descubrir la mano
María y Mariana meten la mano debajo de la masa y
sonríen al descubrirlas y dicen ¨ ¡aquí! ¨.
Gabriel sigue proponiendo nuevos usos de la masa, que caracterNacho subobjetivos de negociación de significados con los niños/as: (1) Aplastarla para hacer tortillas
(uso simbólico), (2) Hacer periquitos (figuras animadas) (uso simbólico) y (3) Hacer en la tortita una boca y mostrar como muerde (uso simbólico). Los cuales son más
complejos porque funcionan ahora en el terreno de lo simbólico, y por tanto representan para los niños/as un desafío mayor de la actividad conjunta con la masa.
3.4 Observación 5 Momento de despliegue de la actividad. Camino de texturas, T2, escuela 3. Tiempo: 4'50" Lugar: Aula
Durante la introducción (aproximadamente hasta el minuto 1), Camila ha sacado un camino hecho con piezas de diferentes texturas. Ha negociado con los niños/as las
siguientes reglas: (1) Todos deben quitarse los zapatos y los calcetines (primero intentando solos, sino con ayuda de la maestra), (2) Todos deben caminar sobre él al ritmo
de la música. (3) Todos deben pasar por el camino, tomando turnos, (4) El camino se cruza comenzando por el extremo cercano a la puerta y terminando en el otro extremo
frente al lavabo. (4) No se usan los otros objetos de la clase. Los niños/as han entrado en la propuesta de la maestra y han comenzado a pasar por el camino.
La regla de uso inicial de cruzar Karen [1,9,22] inicia el por la mitad y se Propuesta de uso No. 1: pasar el camino en
siempre desde el principio y en una dirige hacia la puerta. Después de diferentes direcciones y comenzando desde
dirección se renegocia. Si los niños/as encontrarse a Juan [1,9,11] viniendo hacia diferentes puntos.
lo prefieren pueden usar el camino de ella susurra ¨no¨ mientras mueve
esa manera. ligeramente la cabeza hacia un lado y otro y Karen identifica una nueva posibilidad de uso
se gira. (uso canónico alternativo). Pero emerge un
problema: si hay niños/as cruzando en sentido
contrario se crea un atasco y ninguno puede pasar.
Aunque la maestra no interviene, Ashleay se
Camila observa como Karen autorregula a través del lenguaje y de un gesto
comienza a cruzar el camino simbólico de negación.
en sentido contrario. No
interviene.
Juan lo observa, toma el caracol de los Juan que ha estado observando a Pepe entra a
cuernos y completa la acción de Pepe al hacer parte de este uso simbólico, completándolo.
ponerlo a rodar completamente sobre el Ambos sonríen.
camino. Renegociación de la propuesta de uso 2:
Juan suelta el caracol y al ver que un trozo encajar las piezas del camino
del camino se ha salido se agacha para Juan acepta el rechazo del uso simbólico del
intentar encajarlo nuevamente. caracol, pero vuelve a intentar negociar con la
maestra el uso canónico de encajar los trozos del
Observa a Juan y dice: ¨ ¿y camino.
esto qué es?, ahora no usamos
el caracol Juan, lo dejamos No acepta este nuevo uso e interviene
fuera ¨ lo toma de un cuerno y directamente para inhibirlo. Se
lo aparta. Al hacerlo se sale renegocia la regla 5 sobre el uso de
una de las piezas del camino. los objetos ajenos a la actividad Propuesta de uso No. 4: pasar el camino en
diferentes direcciones dando saltos.
Observa a Pepe y dice ¨ Acepta este uso novedoso, no se Propuesta de uso No. 5. Usar un oso de peluche
¿queréis que pase el caracol limita a aceptar tácitamente no para que atraviese el camino
también? ¨ lo levanta de uno interviniendo, sino que incluye dentro
de los cuernos y lo lleva hasta Mónica que ha observado a Pepe y Juan con el
de la propuesta de actividad el uso caracol, ahora propone un uso simbólico
el inicio del camino. Hace que simbólico del caracol.
el caracol cruce dice ¨ ¡qué relacionado: hacer que el oso atraviese el camino.
Mónica [1,6,21] ha ido a buscar un oso de
bien lo haces caracol¨! y peluche y lo pone sobre el principio del
sonríe. camino para que lo atraviese
Después del minuto 28 de la actividad, Mar [1,2,4] ha comenzado a usar un circuito de actividades, Marta [1,2,22] y Ana [1,2,26] usan varias botellas sonoras. Todos estos
son objetos regulares del aula que se encuentran accesibles. Sólo quedan siete niños/as usando la masa: Pablo [1,6,2] que aplasta bolas e intenta ponérsela en la cabeza al
maestro. Mariana [1,7,27] Tania [1,10,5] y María [1,10,13]que han comenzado a hacer bolas y lanzarlas, Mario [1,4,27], Laura [1,8,10], y Manuel [1,8,17] que cortan trozos
y al observar a las tres niñas que lanzan las bolas, comienzan a lanzarlos también. Roberto [2,9,17]* deja de usar la masa y comienza a llorar. Estos usos que trasgreden las
reglas de la actividad, así como la búsqueda de nuevos objetos para usar, y el llanto son interpretados por el maestro como signos de agotamiento y la necesidad de cerrar la
actividad.
Toma a Roberto en brazos y Definición del objetivo Pablo, María y Tania se levantan y comienzan a Los niños/as comparten el mismo foco de atención: la
dice: ¨venga, vamos a de la actividad conjunta recoger trozos de masa y se acercan al bote, que masa que debe ser guardada en el bote (uso canónico del
guardar…a ver ¿quién me recoger los trozos de Gabriel mantiene abierto. bote).
trae la masa?, que yo creo que masa y depositarlos
ya os cansasteis de dentro del bote de basura
jugar…pues venga vamos a María y Tania depositan la masa dentro. Pablo
guardarla aquí¨ mientras observa, pero no suelta el pedazo de masa.
coloca un bote de basura al Regla 1: Los niños/as se Pablo comprende el uso canónico del bote, lo que se
lado de la tela y lo toca encargan de recoger la infiere cuando se acerca al bote con la masa. Sin
señalándolo. Pisa el pedal masa y depositarla en el embargo, no entra en ella hasta que el maestro interviene.
para que se abra la tapa y dice: bote. El maestro se
¨venga, dentro…muy bien¨ encarga del mecanismo
mientras señala el interior del del pedal, que debe ser
bote. Sonríe al ver que María pisado para mantener la
y Tania depositar la masa tapa abierta.
dentro del bote. Observa a
Pablo ¨Venga Pablo a Pablo suelta la masa dentro del bote de basura.
guardar, ahí¨.
Suelta el pedal dejando que se Incrementa el desafío de Mario, Manuel, Mariana, María, Tania y Laura se Todos conocen uso canónico de este bote, pero su uso en
cierre la tapa. Y dice ¨hacedlo la actividad, transfiriendo acercan al bote cerrado. Lo miran, pero no lo solitario se convierte en un desafío que solo Tania
vosotros que yo voy a por una mayor responsabilidad. tocan. Tania en lugar de pisar el pedal toma con resuelve: encuentra una manera alternativa de mantener la
escoba¨ y se aleja. las manos la tapa para abrirla y tirar la masa. Los tapa abierta sin tener que pisar el pedal (uso canónico
Regla No 2: otros aprovechan y tiran sus trozos. alternativo).
Los niños/as además de Tania suelta la tapa, pero ve a Mariana que le La comprensión de Tania no se limita a la del uso
tirar la masa, deben muestra su masa diciendo ¨eto, eto¨, por lo que canónico individual sino a la del uso coordinado con
encargarse de abrir la vuelve a abrir la tapa. Al terminar Tania cierra el otros, lo que implica compartir la intención de Mariana y
tapa del bote. bote y señala con la mano en tres ocasiones la actuar conjuntamente. El gesto de señalar tocando con la
Observa a los niños/as Regla No. 3: el bote tapa cerrada. Se aleja. mano es un indicio de la naturaleza autorregulatoria del
enfrentando el desafío debe ser usado de forma proceso. El gesto es privado y tiene una función de
Laura, Mario y Martin observan el bote cerrado, evaluación.
propuesto. Cuando ve a Tania conjunta y coordinada. pero no lo abren. Martin se acerca y toca con el
ayudando a Mariana sostener dedo la tapa diciendo ¨ete¨, para después abrirla. Manuel entiende el desafío del uso canónico del bote y lo
la tapa para que tire la masa Todos tiran los trozos de masa. Martin se va. enfrenta, pero no actúa directamente, sino que primero se
dice: ¨estáis guardando todos cuenta con palabras y un gesto de señalar tocando lo que
ahí? ¡Muy bien, fenomenal! Mario observa que vienen Laura, Manuel, Pablo, hay qué hacer para completar el uso. Proceso de
María y Mariana con masa, así que, aunque él no naturaleza autorregulatoria con función de planificación.
tiene masa que tirar, abre la tapa y la sostiene
hasta que todos han terminado de tirarla. Mario comparte la regla del uso canónico conjunto y
coordinado: No tiene masa que tirar y aun así sostiene la
María abre la tapa con la mano y tira un trozo. tapa, así que su acción no es solo representada como una
Mariana llega con masa y la empuja diciendo tarea individual.
¨solo, solo¨, abraza el bote acaparándolo. Pablo,
Tania, Laura y Mario llegan con masa, pero Renegociación de la regla 3: uso conjunto coordinado
Mariana grita e impide que se acerquen. del bote de basura
Mariana se detiene, mira al maestro, pero sigue Mariana se resiste a la propuesta del uso canónico
Observa el conflicto y espera. empujando a Tania que intenta abrirlo. conjunto y coordinado del bote. Quiere ser la única que
Dice ¨oye Mariana, Mariana, usa el bote. Cuando el maestro interviene, cede en
Mariana mira al maestro y va por otro trozo. primera instancia. Pero después vuelve a resistirse.
así no, así no, ¿eh? ¨. Espera, Tania se queda con las manos llenas de masa,
pero como el conflicto va La regla del uso conjunto Cuando el maestro interviene de manera mucho más
coordinado ha sido pero no abre el bote. directa, mostrándole la alternativa que es perder la
escalando dice ¨ ¡Mariana y
Tania, no! ¨ Con una puesta a prueba por posibilidad de usar el bote, decide ceder definitivamente
expresión emocional de Mariana. Aunque en un
enfado ¨Ve a por otro primer momento espera a Tania mira al maestro, abre el bote y tira la masa. y apartarse.
trozo…que, si no, lo guardo que sean los mismos Cuando lo va a cerrar llegan Pablo y Manuel con
yo, ¿eh? ¨ niños/as quienes más masa, así lo abre y lo sostiene hasta que Frente al conflicto con Mariana por el uso del bote, Tania
resuelvan el conflicto, terminan. Deja caer la tapa, pero llega María con primero intenta resolverlo peleándose, pero se detiene y
El maestro le dice ¨venga interviene cuando se da más masa, así que lo abre nuevamente. En lugar deja guiar por el maestro.
Tania¨. cuenta de que no lo están de cerrar la tapa al terminar, la sostiene y mira a Tania retoma el uso conjunto y coordinado: abre la tapa
logrando. todos los demás niños/as. Al ver que no viene para que sus compañeros/as tiren la masa y antes de
nadie la deja caer. Repite el gesto de señalar cerrarla se asegura que no hay más niños/as esperando
Observa a Tania mantener la tocando con la mano la tapa cerrada tres veces. para tirar. Interpretamos el gesto de señalar tocando
tapa para que todos tiren la como signo autorregulatorio cuya función de evaluación
masa y dice ¨muy bien, venga, del uso.
muy bien¨
La actividad continúa hasta que los niños/as terminan de recoger todos los trozos de masa y los meten en el bote de basura.
A partir del minuto 21 Marco, Rubén y Lucia se suben a una mesa para mirar por la ventana. Después, Marco usa conos como proyectiles. Daniel y Ricardo abren armarios y sacan
materiales. La insistencia de los niños/as en realizar usos que trasgreden los acuerdos de la actividad es interpretada como signo de falta de interés y de que es necesario finalizarla.
Dice ¨pues vamos a ir recogiendo Definición de la actividad Marco [1,4,30], Ricardo [1,9,21], Pedro [1,7,18], Lucia Los niños/as comparten el foco de atención: las
chicos porque estoy viendo que ya no conjunta: Recoger objetos [1,7,12], Daniel [1,9,15] y Enrique [1,7,23] detienen su bolsas que deben ser usadas para guardar los
estáis jugando¨. Muestra una bolsa siguiendo criterios de clase actividad y se acercan a la maestra y a las bolsas. objetos (uso canónico), la transición hacia el
¨mirad chicos, vamos a guardar aquí momento de cierre comienza a ser aceptada.
las cucharas¨ y deposita una. ¨vamos Regla No. 1: las cucharas
a dejarla aquí en el suelo abierta deben ir en la bolsa 1 Marco, Sara, María y Ricardo entran en la
Marco, María, Ricardo y Pedro comienzan a recoger propuesta de la maestra de usar la bolsa para
para que la veamos bien ¿vale? ¨ Los usos simbólicos de la cucharas y se acercan a depositarlas en la bolsa.
coloca con una cuchara encima. Dice guardar las cucharas (uso canónico).
cuchara y el bote que antes
a Ricardo: ¨mira…mete las cucharas¨ eran aceptables, en el Ricardo acepta las cucharas y las guarda en la bolsa. Renegociación del momento de cierre: rechazo
señalando la bolsa. Dice ¨muy bien¨ cierre se consideran a la actividad de guardar
sonriendo a Ricardo. Sara [1,9,23] se acerca, pero no guarda. Coge botes y
inadecuados: van en contra cadenas y comienza a usarlas como proyectil. Rubén
de la nueva definición de Rubén, Sara, Belén, Paul y Enrique se resisten
[1,3,6] hace lo mismo. realNachodo usos que trasgreden la definición de
guardarlos. No los inhibe,
Observa y dice: ¨aquí en esta bolsa pero se enfoca en presentar Belén [1,9,12] y Paul [1,9,13] toman botes y beben. la actividad de cierre: Cadenas como proyectil
vamos a meter los conos¨ los las reglas. Enrique recoge un vaso y una cuchara y come con ella. (uso no canónico), Cucharas para comer y botes
muestra, introduce uno y coloca en el para beber (uso simbólico).
suelo la bolsa abierta para que se vea Regla No. 2: los conos
deben ir en la bolsa 2. Diana comparte con la investigadora que ha
su contenido. Diana [1,7,24] recorre el aula y recoge cucharas, se entrado en la propuesta de recoger las cucharas y
Infiere el interés de Marco dirige a la cámara mostrándola diciendo ¨ma, ma¨. guardarlas en la bolsa (uso canónico).
y le propone guardar
Dice: ¨mira Marco esta es la bolsa de conos. Marco observa a la maestra poniendo un cono sobre la Marco entiende la nueva regla y entra en la
los conos, toma, mete ese cono¨ bolsa 2 y dice ¨cono¨. propuesta de guardar los conos en la bolsa 2 (uso
mientras señala uno en el suelo. Regla No. 3: las cadenas canónico)
deben ir en la bolsa 3. Marco guarda un cono en la bolsa siguiendo la
Dice: ¨Y aquí las cadeeeenas¨ invitación de la maestra. Renegociación del momento de cierre:
mientras abre otra bolsa y la coloca emergencia de un territorio de actividad
Daniel ignora la propuesta. Camina hacia el extremo previamente negociado
en el suelo, para después guardar una del aula, coge un contenedor grande donde hay botes
de plástico, lo empuja hasta que lo tira al suelo, El uso de este contenedor se había demarcado
cadena. haciendo que los botes rueden por el aula. Los niños/as fuera de los límites de la actividad, pero Daniel
interrumpen su actividad, miran a Daniel, y se acercan. intenta renegociar. Esta propuesta captura el
Dice: ¨ ¡Hala Daniel no, nooo! ¨ interés de todo/as.
mientras hace un gesto de negación Daniel mira la reacción de la maestra, se acerca a ella
con la cabeza y exhibe una expresión alejándose de los botes que ha tirado. Daniel utiliza a la maestra como referencia.
facial de disgusto. Comprende su reacción de disgusto, lo que se
Ricardo exhibe una expresión de sorpresa y comienza infiera por su decisión de alejarse del contenedor
a aplaudir. Sara mira sorprendida y dice ¨halaaaaaa¨. y acercarse a ella. Sin embargo, se resiste a la
Todos miran al contenedor, María, Ricardo y Sara se propuesta de guardar.
Dice ¨ no, no ¨ mientras hace un gesto acercan para terminar de volcarlo. Daniel camina hacia
de negación con el dedo. Toma de la el contenedor y ve a Ricardo golpeándolo. Se une a Los niños/as entienden el contenedor volcado
mano a Daniel y le dice ¨no, no, Lucia y Sara quienes han comenzado a moverlo. como un espacio interesante de actividad. La
tienes que ir a recoger, ¡anda! ¨ Comienzan a arrastrarlo y Belén se acerca para definición de la tarea que ha surgido es la de
ayudarles hasta que termina de volcarse y salen ¨terminar de volcar el contenedor y sacar todos
expulsados los botes remanentes. Daniel mira a la los botes¨ (uso canónico alternativo) los niños/as
maestra con expresión facial de alegría y dice se coordinan para realizar este uso conjuntamente.
¨ahhhhh¨ haciendo un gesto de sorpresa con los brazos.
Observa a los niños/as mientras Ricardo hace un gesto de pregunta con las manos, mira
mueven y golpean el contenedor, a la maestra que se ha llevado a las manos a la cabeza y
pero no interviene. Cuando los Daniel comparte con la maestra su logro. Sin
se las lleva él también. Sara dice ¨hala¨ con expresión embargo, este es interpretado como un problema.
niños/as terminan de volcarlo exhibe de sorpresa. Marco señala el contenedor caído, se
una expresión facial de disgusto y se Esta interpretación es entendida por Ricardo que
acerca y dice ¨hala¨ y vuelve a señalar. responde al gesto de la maestra de llevarse las
lleva las manos a la cabeza y dice ¨
pero ¿qué ha pasado? ¨, Los niños/as se agrupan alrededor de los botes caídos, manos a la cabeza con otro gesto igual.
miran a la maestra quien ha comenzado a guardar en el
contenedor. Belén recoge un bote del suelo y lo llena
Camina despacio hacia el contenedor con cadenas. Ricardo, Daniel y Sara los golpean con
diciendo ¨madre la que habéis liado¨, las manos y los lanzan al otro extremo del aula. Pedro
sonríe y comienza a lanzarlos también. Ricardo coge Belén, Ricardo, Sara, Pedro y Daniel comprenden
toma el contenedor del suelo, lo la propuesta, pero se resisten a ella: realNacho
coloca hacia arriba y dice: ¨vamos a un bote y se lo pone de sombrero a Pedro, él se lo
quita, lo coge nuevamente e intenta darle de beber con usos que trasgreden la definición de la maestra:
recoger¨ mientras guarda en el Botes de plástico como contenedores de cadena
contenedor algunos botes. Observa él. Paul coge un bote y una cuchara y come.
(usos canónicos), Botes como proyectiles (usos
los usos que los niños/as hacen de los Renegociación de la Daniel ignora a la maestra y se acerca hasta otro no canónicos), Bote usado como sombrero y
botes y dice: ¨no, no, no, no…vamos definición del cierre contenedor con botes de metal. como recipiente para beber (uso simbólico),
a recoger… ¡estamos guardando!, (guardar los objetos
¡venga!, guardamos las cositas? siguiendo criterios de Cucharas para comer del bote (uso simbólico).
recordad, son los botes de plástico¨ clase)
Cuando la maestra interrumpe, Daniel recoge un bote
No se limita a reprobar el de plástico se lo muestra, lo señala tocando y lo
comportamiento de los guarda en el contenedor. Daniel intenta abrir otro espacio de actividad,
Observa a Daniel dirigirse al niños/as, sino que utiliza el ahora con los botes de metal, pero la maestra lo
contenedor con botes de metal y antes evento (que ha llamado la interrumpe invitándole a entrar en la definición de
de que coja alguno le pone la mano atención) como plataforma guardar los botes (uso canónico). La cual termina
para impedirle el paso diciendo: ¨no Marco coge un bote y lo mete al contenedor, mira a la por aceptar. Esta negociación sirve como punto de
para abrir un espacio de maestra y comienza a aplaudir.
Daniel, con uno ya vale¨. actividad conjunta sobre inflexión para que la definición de la maestra
una nueva tarea: comience a surgir como centro de actividad.
Le dice a Daniel ¨si, esos…los
guardamos¨. Cuando lo mete al Regla No. 4: Marco no solo entra en la actividad, sino que con
contenedor dice ¨ ¡muy bien! ¨ el gesto simbólico de aplaudir le propone un
Todos los botes de plástico Marco sonríe y choca con la maestra. reconocimiento mayor, propuesta que la maestra
Dice ¨muy bien Marco¨ cuando deben guardarse en el entiende y sigue al ofrecerle ahora ¨chocar las
observa que está aplaudiendo sonríe, contenedor. Rubén toma un bote y lo guarda dentro del contenedor manos¨ como estrategia para felicitar (que
y lo invita a chocar las manos. Mira y ofrece la mano a la maestra para chocar. acompaña la de decir ¨muy bien¨)
al grupo y dice ¨vamos a guardar los Se anticipa al uso que
botes que ha tirado Daniel¨ podría hacer Daniel con el Ricardo, Daniel, Rubén, Sara y Pedro comparten
nuevo contenedor. Rubén se deja guiar por la maestra, recoge botes y los la propuesta y entran en ella. La propuesta de
Dice a Rubén: ¨muy bien¨ y responde Interviene de manera más chocar que emerge de la maestra ahora surge
chocando la mano y sonriendo. guarda en el contenedor. Sara y Pedro se unen y
directa enmarcando que el comienzan a guardar también. nuevamente como iniciativa de los niños/as.
Dice a Rubén ¨Mira, ahí hay un objetivo de la actividad es
montón de botellas¨, lo lleva de la recoger. No se limita a
mano hasta ellas señalándolas. inhibir los nuevos usos de Daniel y María comparten la definición de la
Daniel toma un bote de metal y lo guarda en el
los niños/as, sino que maestra sobre el criterio de inclusión respecto a
contenedor. Después de la intervención de la maestra
enfoca en aquellos que sí los botes que van dentro de cada contenedor: los
toma otro bote de plástico y lo mete al contenedor.
entran en la propuesta botes de plástico en uno, los de metal en otro (uso
Saca el bote de metal y se lo muestra Lucia que ha recogido un bote de metal se lo muestra a
proponiendo ¨chocar las canónico).
a Daniel diciendo ¨esto no es de la maestra antes de meterlo.
manos¨ como estrategia de
plástico, esto es de metal¨ evaluación positiva. Pedro entiende la regla. Consideramos como un
María se dirige hasta el contenedor señalado para
Observa, sonríe y dice ¨ ¡muy bien! ¨ guardar el bote de metal. gesto privado de autorregulación (Ostensión)
cuando se detiene y mira la cuchara, porque está
Dice a María: ¨no, esto no es plástico, Pedro se dirige hasta el contenedor con una cuchara, pensando con el objeto y monitoreando su
Renegociación de la regla
esto es metal¨ mientras hace un gesto pero escucha a la maestra decir que ese contenedor es actividad. Cuyo resultado es que abandona la
de negación con dedo y cabeza. ¨Esto de guardar los botes: no solo para botes de plástico. Se detiene, mira la cuchara por no cumplir con el criterio que guía la
va ahí¨ señalando otro contenedor. es suficiente como criterio cuchara, se aleja y la suelta, recoge una botella de propuesta, y recoge una botella de plástico.
que sea un bote para ir en plástico y regresa para guardarla en el contenedor.
ese contenedor, debe ser Pedro sonríe y choca las manos. Eliana se resiste a la propuesta de guardar los
un bote de plástico. Los botes e intenta sacar uno (uso canónico
Dice a Pedro ¨muy bien¨ mientras Rubén guarda un bote de plástico alternativo), propuesta que es inhibida. Acepta
sonríe y le ofrece la mano para botes de metal van en otro
contenedor. esta definición.
chocarla. Eliana intenta sacar una botella. Se detiene, escucha a
la maestra, pero no se mueve. Al mismo tiempo Marco Marco, quien también ha entrado en la propuesta
Dice sonriendo ¨ ¡muy bien Adri! ¨ guarda otra botella y estira la mano para chocar con la de la maestra, busca su atención y
maestra, quien está ocupada con Eliana, se gira, agita reconocimiento. Al no conseguirlo, él mismo
los brazos diciendo ¨ ¡Hala, hala, hala! ¨ se desplaza realiza este proceso con vocalizaciones privadas
Dice ¨Eliana, no vamos a sacarla ¨ hasta otra botella, la recoge y la pone en el contenedor, de evaluación positiva.
hace un gesto de negación con el mira a la maestra (quien sigue ocupada con Eliana) se
dedo. ¨ ¿Por qué no vas tú y buscas gira y dice nuevamente ¨hala¨. Eliana decide participar de la recogida no como
botes de plástico? ¡trae una botella! ¨ ejecutora sino como observadora, que presta
Eliana observa a Marco y señala la botella depositada atención al proceso y evalúa el estado de la tarea
en el contenedor. Observa alrededor, hace un gesto de y los usos de sus compañero/as.
pregunta con las manos, y cuando ve a Rubén
recogiendo una botella aplaude mientras sonríe.
Sonríe y dice ¨muy bien Adri,
fenomenal¨
Carolina continúa guiando el proceso de recogida. La actividad acaba cuando todos los objetos han sido guardados en sus respectivas bolsas y contenedores.
3.7 Observación 8 Momento de Introducción. Actividad de masaje, T3, escuela 3 Tiempo: 4'00" Lugar: Aula
La maestra presenta la actividad con hojas y se asegura que los niños/as entren en ella. En la zona del corro ha puesto sobre el tatami una colchoneta, encima una toalla.
Dice ¨ ¿Quién quiere masaje? ¨ mira a los Regla No. 1: Quien decide la Zoe [1,3,20 ] no se mueve cuando Zoe no exhibe signos de interés, pero no opone
niños/as usando las hojas. ¨Tu, Zoe¨ se acerca participación de los niños/as en escucha su nombre, pero se deja resistencia cuando la maestra la introduce en la
a una estantería para coger la crema. Lleva a cada actividad es la maestra. llevar de la mano. Los niño/s se actividad.
Zoe de la mano hacia el tatami. acercan a la maestra pero no
intentan participar, excepto Juan
[1,11,24 quien se dirige corriendo Juan se interesa por la actividad de masaje. Su
Dice ¨No Juan, ve a jugar con las hojas¨ a la colchoneta del masaje. acercamiento puede ser interpretado como un signo
mientras pone su mano como barrera Regla No. 2: solo el niño/a elegido de su disposición para participar.
puede participar del masaje. Los Juan sonríe, da media vuelta y
impidiendo que se acerque a la colchoneta. retoma el uso de las hojas.
Mueve la colchoneta al centro del tatami, otros deben permanecer en la Juan acepta. Renuncia temporalmente al masaje, y
estira la toalla y acuesta a Zoe sobre ella. actividad con hojas. Desde el centro del aula Juan retoma el uso de las hojas en la que su participación
observa a la maestra preparando es legitimada y promovida.
Dice ¨No Juan, ve a jugar con las hojas, que el lugar para el masaje. Deja las
ahora vamos a hacerle un masaje a Zoe¨ Renegociación de la regla 2.
La negociación de la regla de hojas y camina hasta la
participación es rechazada. colchoneta. Juan intenta renegociar su participación en el masaje,
pero la maestra defiende su regla. Juan finalmente la
Se acerca a Zoe, le quita los zapatos, el acepta.
pantalón y después los calcetines. Abre la Regla No. 3: La responsabilidad de
botella de crema, se pone un poco en la mano quitar la ropa y hacer el masaje es
y comienza a masajear su pierna. enteramente de la maestra. La niña Zoe permite ser desvestida. Pero Zoe rechaza su participación en la actividad,
solo debe permitirlo. cuando comienza a masajear llora demuestra a través de signos emocionales, del
Se detiene y le dice ¨tranquila, Zoe¨ se acerca y aleja su pierna.
nuevamente a su pierna para masajearla movimiento de su pierna, y de un gesto simbólico de
Regla No. 4: Los niños/as pueden negación con la cabeza, su intención de terminarlo.
decidir si no quieren participar del Zoe llora con más fuerza.
Se detiene, observa a Zoe y exhibe una Zoe comprende que la maestra acepta su decisión. La
expresión de disgusto. Dice ¨ ¿No quieres? masaje. La participación en el Zoe hace un gesto de negación interrupción de su llanto, así como el movimiento de
¨tranquila, no pasa nada, si prefieres, puede ir masaje no es una imposición. con la cabeza, aleja su pierna y la pierna para ayudar en la puesta del calcetín son
y jugar con las hojas¨ toma los calcetines y Reconoce el disgusto de Zoe a solloza. signos del acuerdo establecido y de su nueva
cuando la niña le acerca los pies, comienza a través del lenguaje y de su disposición para colaborar en la finalización de la
expresión emocional. Y Finalmente Interrumpe su llanto cuando la
ponérselos. legitima su decisión de no maestra le anuncia que suspende actividad.
participar. el masaje. Cuando esta toma los
Dice a los niños que están usando las hojas calcetines en su mano, acerca los
¨vamos a ver quién quiere masaje¨. Observa a Renegociación de la regla 1 de pies para que se los ponga.
Nacho y le dice ¨ ¿quieres tu Nacho? ¿Sí? participación Intenta que la A través de signos no lingüísticos Nacho hace saber a
¡ven, vamos a hacerte un masaje! ¨ decisión de participación no sea la maestra su decisión de no participar en el masaje.
unilateral. Pregunta a los niños/as
Sonríe a Nacho y no insiste. Termina de vestir sobre su interés e interpreta el Nacho [1,6,18] se acerca y mira a
a Zoe. ¿Dice ¨vete a jugar, otro día te lo alejamiento de Nacho como una la maestra
hago, otro día que te apetezca, vale? ¨ la respuesta negativa. Legitima esta
levanta de la colchoneta y deja que se vaya. Nacho no se acerca cuando la
decisión al no insistir más. maestra lo invita. Se da la vuelta y
se aleja hacia las hojas.
3.8 Observación 9 Momento de Introducción. Actividad de masaje, T3, escuela 2 Tiempo: 1´58" Lugar: Aula
Carolina pone música suave. Pone una toalla sobre el tatami. Coge un bote de crema y se sienta. La maestra de apoyo llama a los niños ¨que quieran jugar con ella¨
Dice a los niños/as que se han quedado a su Regla No. 1: son los niños/as María [1,8,9] y Paul [1,10,10] observan a la maestra. Cada niño/a tiene la oportunidad de
lado en el tatami ¿Quién quiere masaje? quienes deciden su participación Marco [1,5,27] usa un libro. Melissa [1,10,8] apila decidir si participa de la actividad de
en el masaje. cubos. Sara [1,10,20] sonríe a la maestra y se masaje o de la actividad libre usando
arrodilla sobre la toalla. los objetos disponibles en el aula.
Interpreta la sonrisa y
Sonríe a Sara y hace un gesto de señalar acercamiento de Sara como Sara gatea hasta el lugar señalado. A través de signos no lingüísticos Sara
tocando sobre la toalla. Cuando la niña se signo de su interés en el masaje. hace saber a la maestra que desea
acerca, la toma en brazos, la besa y acuesta recibir el masaje.
Regla No. 2: desvestirse es una
sobre la toalla. Toma un zapato y le quita el responsabilidad compartida. Sara comprende la tarea de quitarse los
velcro. Dice ¨te toca a ti¨. Aunque dirige la actividad, va zapatos y los calcetines (Uso canónico)
Sara se quita el zapato y lo pone a un lado. Después
Dice ¨muy bien¨ a Sara y le sonríe. ¨Ahora el abriendo espacios para que la se quita el velcro del otro zapato. como actividad compartida.
otro¨ niña participe. Apoyándola,
además, con usos a la mitad que María se acerca a la maestra y la abraza, mientras
Observa a Sara al tiempo que permite ser deben ser completados. observa a Sara.
abrazada por María.
Regla No. 3: Los niños/as (que Sara termina de quitarse el zapato, y María sonríe. María se muestra interesada en
no reciben el masaje) también participar como observadora del
pueden participar del masaje masaje. Sigue los retos propuestos a
Sonrie y dice a Sara ¨muy bieeeeen, lo haces como observadores.
fenomenal ¿y ahora qué sigue? ¨ Sara por la maestra y los evalúa a
través de una expresión emocional.
Sara estira el pie mostrándole el calcetín.
Sonríe y toma el pie, desliza el calcetín María se acerca a Sara y observa su calcetín.
hasta la mitad y dice a Sara ¨ahora tu¨ Sara entra en cada una de las
propuestas de la maestra sobre el
Dice ¨ ¿y ahora? ¨ Sara termina de quitarse el calcetín proceso de desvestirse. Además, acepta
dar por iniciada la actividad de masaje
con la crema.
Dice ¨muy bien…ahora te acuestas¨ y le
ofrece las manos. Sara sonríe y se quita el otro calcetín.
Dice ¨ahora te quito el pantalón¨. Sara toma las manos de la maestra y se deja caer
hacia atrás hasta quedar acostada.
Cuando Sara levanta las piernas se lo quita.