Historia de La Salvación Etapas
Historia de La Salvación Etapas
Historia de La Salvación Etapas
Diócesis de Posadas.
Dios llama a Abraham, el primero de los patriarcas, para pedirle que deje su país y se
dirija a la tierra que Él le mostrará. Abraham fue padre de Isaac, Isaac fue padre de Esaú
y Jacob. Jacob tuvo 12 hijos que dieron origen a las 12 tribus de Israel.
Algunos clanes o tribus descendientes de los patriarcas tuvieron que emigrar a Egipto para
sobrevivir.
ESCUELA PASTORAL “SAN FRANCISCO DE ASIS”
Diócesis de Posadas.
Los israelitas permanecieron en Egipto 400 años. Al principio, los israelitas vivían pacíficamente,
pero más tarde fueron hechos esclavos por el faraón de Egipto y utilizados como mano de obra
para la construcción de las grandes obras públicas.
De todos los israelitas Dios escogió a Moisés, y desde una zarza ardiente le comunicó que debería
liberar al pueblo de la esclavitud de Egipto. Así, guiado por Moisés el pueblo fue liberado,
celebraron la primera Pascua y caminaron por el desierto durante 40 años hasta llegar a la tierra
prometida.
En el monte Sinaí, Dios le entregó a Moisés los 10 Mandamientos, con los que se sellaba la
Alianza de Dios con su Pueblo. Al llegar a la tierra prometida, los israelitas la encontraron
ocupada. Dios eligió a Josué como sucesor de Moisés, y lo puso al frente del pueblo. Después de
muchos años de luchas se logró la conquista. El pueblo se dividió en 12 tribus y Dios eligió a los
Jueces para conducirlas.
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Con el tiempo el pueblo de Israel se organizó políticamente bajo la autoridad de reyes. Saúl fue
el primer rey de Israel, que fue sucedido por David, el gran rey de Israel que logró unificar toda
la nación.
David fue sucedido por su hijo, Salomón, que fue el rey que construyó el gran templo de Jerusalén.
A la muerte de Salomón, Israel se dividió en dos: el reino del norte (Israel), y el reino del sur
(Judá). Como consecuencia de esta división, los reinos quedaron empobrecidos y a merced de los
grandes imperios vecinos.
Entonces aparecieron los grandes profetas que invitaban a la conversión. El reino de Israel terminó
siendo destruido y arrasado por los asirios.
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El reino de Israel fue arrasado por los asirios y todos los israelitas fueron deportados a Nínive.
Luego, el reino de Judá fue invadido y destruido por el imperio de Babilonia, y allí deportados
todos los judíos.
Después de muchos años de destierro los judíos pudieron volver a su tierra, pero ya no como una
nación independiente, sino como una provincia del imperio persa. Con mucha dedicación y
esfuerzo, conducidos por Nehemías y Esdras, todos trabajaron en la reconstrucción de la ciudad
y del Templo.
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Nehemías y Esdras, junto a todo el pueblo judío, trabajaron con mucha dedicación en la
reconstrucción de la ciudad, y todos volvieron a leer el libro de la Ley.
Luego, Alejandro Magno derrotó al imperio persa y todos los territorios pasaron a estar en poder
de los griegos. Los judíos soportaron la nueva dominación, pero se opusieron con fuerza a las
costumbres religiosas que los griegos querían imponerles, y aparecieron figuras fuertes como
Judas Macabeo.
Tiempo después los romanos arrebataron a los griegos sus dominios y construyeron un imperio
que se extendió prácticamente a lo largo de todo el mundo conocido hasta entonces. El general
Pompeyo fue quien conquistó Jerusalén y destruyó el Templo como signo de sometimiento y
dominio (el Templo luego fue reconstruido).
Bajo el imperio romano se produjo el gran acontecimiento de la historia de la salvación: el
NACIMIENTO DE JESÚS, el Hijo de Dios, el Salvador. Dios envió a su Hijo, y con Jesús ingresó
la salvación en el mundo.
(fuente auladereli.es)
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Cuando llegaron a Canaán le prometió Dios una gran descendencia de hijos que poseerían esa
tierra fértil y buena a la que se dirigía, pero al cabo de unos años, Abraham seguía sin hijos y sin
tierra. Se lo dijo a Dios (Gen 15, 2-3) y el Señor le respondió: “… «Mira al cielo y, si puedes,
cuenta las estrellas; pues bien, así serán tus descendientes.»” Y Abraham creyó en Dios, quien lo
tuvo en adelante por hombre justo. (Gen 15, 5-6).
Pero pasaban los años y seguía sin tener un hijo. Su mujer ya era muy vieja y no era fértil. Todo
indicaba que no tendría ningún hijo. A Abraham le costaba confiar en Dios (Gen 17, 17). Su vida
parecía un fracaso. Pero, aun así, él seguía confiando en Dios y por eso esperaba que se cumpliese
lo que le había prometido, aunque no sabía cómo se podría realizar. Al cabo de unos años, en
plena vejez, Dios le anunció que tendría un hijo. (Gen 18, 14) Y, así fue: Concibió Sara en su
vejez un hijo a quien Abraham puso el nombre de Isaac” (Gen 21, 2-3).
Cuando todo parecía que estaba arreglado, Dios le pidió más:
sacrificar a su propio hijo. “Y Dios le dijo: «Toma a tu hijo, al
único que tienes y al que amas, Isaac, y anda a la región de
Moriah. Allí me lo sacrificarás en un cerro que yo te indicaré.»”
(Gen 22, 2).
A pesar de que su hijo era la ilusión de su vida, y en el que había
puesto todo su corazón, se fía de Dios y hace lo que le pide. No
pierde la esperanza porque confía plenamente en Dios. (Gen 22,
11-12). Por esa acción Dios le bendijo diciéndole: “«Juro por
mí mismo que, ya que has hecho esto y no me has negado a tu
hijo, el único que tienes, te colmaré de bendiciones y multiplicaré tanto tus descendientes que
serán como las estrellas del cielo y como la arena que hay a la orilla del mar. Conquistarán la
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tierra de sus enemigos. Porque obedeciste a mi voz, yo bendeciré, por medio de tus descendientes,
a todos los pueblos de la tierra.»” (Gen 22, 16-18)
De Isaac nació Jacob y de él todo el pueblo de Israel. Del pueblo de Israel nació Jesús, el hijo de
Dios, y por la fe en Jesús nacemos todos los cristianos. Se ha cumplido la promesa hecha a
Abraham. Los cristianos, una multitud de todos los tiempos que brillan en el mundo como estrellas
en la noche, los hijos de Abraham. (Tomado y adaptado de www.archimadrid.org)
TRABAJO PRÁCTICO
Subraya las ideas importantes y luego responde a las siguientes
preguntas:
Después de la historia de Abraham (Gen 12-25), el libro del Génesis nos refiere la de Isaac y
Jacob (Gen 25-36); estos dos patriarcas, después del padre del pueblo elegido, son los depositarios
de las promesas divinas, y con ellos continúa la historia de la salvación. También ellos prosiguen
una existencia seminómada en Canaán como pastores de ganado menor que se desplazaban según
las estaciones del año.
a)- Isaac (Gen 25-28)
Es el hijo gozoso (en hebreo, hará reír) que Dios concede a Abraham, ante la desconfiada sonrisa
de su madre que escucha el anuncio divino de su nacimiento (Gen 18,
12-15). Es la figura asociada siempre a la de Abraham, heredero de
las promesas divinas (Gen 17, 19-21). Su vida es relatada en el libro
del Génesis (21 - 28) como eco y confirmación de los hechos de
Abraham. Tomó de esposa a Rebeca, pariente de la familia de su
padre (Cf Gn 24) con quien tuvo dos hijo, Esaú y Jacob (Cf Gen 25,
19- 28). Isaac recibe la misma bendición y promesas que su padre, y
las transmite a su hijo Jacob (Gen 27, 14-29). El Nuevo Testamento
alude a Isaac como precursor de Cristo y de la Iglesia (Gal 3, 16; 4, 21-31); la obediencia de Isaac
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nombre” (Flp 2, 6-10). Al igual que José salvó a su pueblo de la carestía, así también Jesús nos
salvó a nosotros.
TRABAJO PRÁCTICO
desierto y no pongáis la mano sobre él". Así lo hicieron. Pero antes le quitaron la túnica para
mostrársela después a su padre y decirle que José había muerto. (Cfr. Gen 37, 17-22) En ese
mismo momento vieron llegar una caravana de ismaelitas con sus camellos cargados de perfumes,
bálsamo y mirra para venderlo en Egipto pues eran mercaderes. Entonces Judá dijo a sus
hermanos: "¿Qué sacaríamos con matar a nuestro hermano y ocultar su sangre? Tengo una idea
mejor. Vendámoslo a estos mercaderes y ellos lo llevarán lejos de nosotros". (Cfr. Gen 37, 26-
27)
Así, los hijos de Jacob sacaron a su hermano José del pozo y lo
vendieron a los ismaelitas por veinte monedas de plata. Después
mataron a un macho cabrío, cubrieron con su sangre la túnica de
José y se la llevaron a Jacob, diciendo: "La hemos encontrado en el
desierto. Mira a ver si es la túnica de tu hijo". Al reconocerla,
exclamó Jacob: "Es la túnica de mi hijo, una fiera lo ha devorado.
Ha matado a mi querido José." Rasgó Jacob sus vestiduras, se vistió
de saco y guardó duelo por su hijo durante muchos días. Y nadie
podía darle consuelo. (Cfr. Gen 37, 28.31-35)
Estando en Egipto es encarcelado por calumnias, pero Dios se hace presente y lo protege al
interpretar los sueños del Faraón, quien admirado por su sabiduría lo pone al frente de la nación
convirtiéndose en Salvador del Pueblo. (Cfr. Gen 39,3-23. 41, 1-41)
Luego de un tiempo, cuando los hijos de Jacob se vieron sin los elementos esenciales para vivir,
acuden a Egipto y no reconocen a su hermano José. (Cfr. Gen 42, 1-8)
Hubo un emotivo encuentro entre José y sus hermanos a quienes perdona, para luego encontrarse
con su padre, el cual se va a vivir a Egipto. (Cfr. Gen 45, 1-14.46, 28-30.47, 10-11)
TRABAJO PRÁCTICO
I- Responde a las siguientes preguntas en un organizador visual: ¿Quién era José? ¿Qué
enseñanzas religiosas encontramos en la historia de José? II- Representa las cualidades o virtudes
que demostró José y elige la que te gustaría tener.
LA ALIANZA
Tras la salida de Egipto, el pueblo hebreo llega al desierto de Sinaí y
acampa al pie del monte que lleva ese nombre. Allí iba a tener lugar la
gran manifestación de Dios. Entre Relámpagos, fuego y humo, sonar de
trompetas, temblar de montañas y, dominándolo toda una nube espesa,
(forma de imaginar los hombres del AT la presencia de Dios). Así se
manifestó Dios a su pueblo en el desierto, por medio de una experiencia
(Ex 19,1.16-18).
El contenido fundamental de la Alianza, expresa un proyecto de
comunión que se sintetiza en "Yo seré tu Dios y tú serás mi pueblo"
(Lev. 26,12; Ez. 36,28). Aun cuando Dios es quien toma la iniciativa y de quien dependen todos
los favores, sin embargo, se trata de un compromiso bilateral: Dios y el pueblo se obligan a ser
fieles. Dios se compromete a ser fiel a su pueblo cumpliendo las promesas y protegiéndolo (Ex
19, 3-6). El pueblo se compromete a ser fiel a Dios y a sus hermanos mediante la observancia de
los 10 Mandamientos que regulan su vida con Dios y con sus semejantes (Ex 19, 7-8).
Así pues, la historia de Israel, será la historia de los continuos fracasos divinos ante la terquedad
de su pueblo (Ez. 16; 20; 23). Pero es también la historia de la constante misericordia de Dios
hacia su pueblo (Ez. 36, 16-38).
TRABAJO PRÁCTICO
Responde a las siguientes preguntas en un mapa de ideas:
1. ¿Cuál fue la misión que Dios le encargó a Moisés?
2. ¿A Moisés le resultaba fácil cumplir el encargo que Dios le pedía? ¿Por qué?
3. ¿Cómo reaccionó el pueblo de Israel al ser perseguidos por los egipcios y cómo respondió Dios
ante eso?
4. ¿En qué consistió la Alianza que Dios hizo con su pueblo?
5. ¿Qué podrías aprender de Moisés y cómo lo aplicarías?