Lectura 2 Semana 10 Upc PB
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LECTURA DE REVISIÓN
Como el contenido celular está completamente rodeado por su membrana plasmática, toda
comunicación entre la célula y el medio extracelular debe estar mediada por su estructura. Esto
implica que la membrana cumple doble función, por un lado, debe conservar los materiales
disueltos de la célula para que no se escapen al ambiente, mientras que al mismo tiempo debe
permitir el intercambio necesario hacía dentro y fuera de la célula. Hay dos formas básicas de
movimiento de sustancia a través de la membrana: 1) pasiva por difusión y 2) activa por un
proceso de transporte con gasto de energía.
Se conocen varios procesos diferentes mediante los cuales las sustancias se desplazan a través de
las membranas: difusión simple por la bicapa lipídica; difusión facilitada por un transportador
proteínico o canal, y transporte activo, que requiere una “bomba” proteínica impulsada por
energía y capaz de mover sustancias contra un gradiente de concentración.
Para que una sustancia pueda difundir en forma pasiva deben cumplirse dos condiciones: 1) la
sustancia debe estar presente en mayor concentración en un lado de la membrana que en el otro
lado de la membrana y 2) la membrana debe ser permeable a la sustancia. Esto último quiere
decir que, mientras mayor sea la solubilidad en lípidos de la sustancia, es más rápido su paso a
través de la membrana. Otro factor que determina la velocidad de penetración de un compuesto
es su tamaño. Las moléculas muy pequeñas sin carga penetran con mucha rapidez las membranas
celulares, por consiguiente, las membranas son muy permeables a pequeñas moléculas
inorgánicas como O2, CO2, NO y H2O.
El agua se desplaza con facilidad a través de una membrana semipermeable de una región con
menor concentración de soluto a una de mayor concentración de soluto. Este proceso se llama
osmosis. Cuando dos compartimientos con distinta concentración de soluto se separan por una
membrana semipermeable, se dice que el compartimiento con la mayor concentración de soluto
es hipertónico en relación con el compartimiento con menor concentración de soluto, el cual se
describe como hipotónico. Cuando una célula se coloca en una solución hipotónica, la célula gana
agua y se hincha (figura 4.35a). Por el contrario, una célula en solución hipertónica pierde agua y
se encoge (Figura 4.35b). Cuando la concentración interna de soluto es igual a la concentración
externa de soluto, los fluidos interno y externo son isotónicos y no existe desplazamiento de agua
hacia dentro o fuera de las células (figura 4.35c)
Procesos Biológicos 1
Las acuaporinas son una familia de proteínas integrales que permiten el desplazamiento pasivo del
agua de un lado de la membrana plasmática al otro. Estás son muy prominentes en células como
las del túbulo renal o las raíces vegetales, donde el paso del agua tiene una función crucial en las
actividades fisiológicas del tejido. La hormona vasopresina, que estimula la retención de agua en
los túbulos colectores de los riñones, actúa mediante una de estas proteínas (AQP2). Algunos
casos de trastorno hereditario diabetes insípida nefrógena congénita se deben a mutaciones en
este conducto de acuaporina. Las personas que padecen esta enfermedad excretan grandes
cantidades de orina porque sus riñones no responden a la vasopresina.
La bicapa lipídica que constituye el centro de las membranas biológicas es muy impermeable a
sustancias con carga, incluidos iones pequeños como Na+, K+, Ca2+ y Cl-. No obstante, el
movimiento rápido de estos iones a través de la membrana tiene una función crucial en muchas
actividades celulares, incluidas la formación y propagación de un impulso nervioso, secreción de
sustancias al espacio extracelular, contracción muscular, regulación del volumen celular y la
abertura de estomas en las hojas de las plantas. Los biólogos ya identificaron una sorprendente
variedad de conductos iónicos, cada uno formado por proteínas integrales de membrana.
La mayor parte de los conductos iónicos son muy selectivos ya que sólo permiten el paso de un
tipo particular de ión por el poro. Como ocurre con la difusión pasiva de otros tipos de solutos a
través de las membranas, la difusión de iones por un conducto siempre es a favor de la gradiente
de concentración. Casi todos los conductos iónicos identificados pueden encontrarse en una
conformación abierta o cerrada, se dice que estos conductos tienen una compuerta. La abertura o
cierre de estas compuertas están sujetos a regulación fisiológica compleja y pueden inducirse con
varios factores, según el conducto particular. Se distinguen tres categorías principales de
conductos iónicos:
Difusión facilitada
Como operan en forma pasiva, o sea, sin acoplarse con un sistema liberador de energía, los
transportadores facilitadores pueden mediar el desplazamiento de solutos por igual en ambas
direcciones. La dirección del flujo neto depende de la concentración de la sustancia a ambos
lados de la membrana.
Los transportadores facilitadores son específicos para las moléculas que transportan y
discriminan, por ejemplo, entre los estereoisómeros D y L. Además, a diferencia de los
conductos iónicos que pueden conducir millones de iones por segundo, la mayor parte de los
transportadores facilitadores sólo pueden cientos de miles de moléculas de soluto a través de
la membrana. La difusión facilitada es muy importante para mediar la entrada y salida de los
solutos polares, como azúcares y aminoácidos, que no penetran la bicapa lipídica.
La insulina es una hormona producida por células endocrinas del páncreas y tiene una
participación clave en el mantenimiento de las concentraciones apropiadas de azúcar en la
sangre. Un aumento de la glucosa sanguínea induce la secreción de insulina, la cual estimula la
captación de glucosa en varias células blanco, en particular el músculo esquelético y las células
adiposas. Las células que responden a la insulina comparten una isoforma de transportador
facilitador de glucosa, GLUT4.
Procesos Biológicos 1
Cuando las concentraciones de insulina son bajas, estas células tienen relativamente pocos
transportadores de glucosa en su membrana plasmática. En caso contrario, los transportadores
se encuentran dentro de las membranas de vesículas citoplasmáticas. El aumento en la
concentración de insulina actúa sobre las células blanco y estimula la fusión de las vesículas
citoplasmáticas con la membrana plasmática, lo que desplaza a los transportadores a la
superficie celular.
Transporte activo
Las diferencias en la concentración de los principales iones entre el exterior y el interior de una
célula típica de mamífero se muestran en el cuadro 4.3. La capacidad de una célula para
generar estos gradientes de concentración tan elevados a través de la membrana plasmática
no puede explicarse con la difusión simple o la facilitada; estos gradientes deben generarse por
transporte activo.
Al igual que la difusión facilitada, el transporte activo depende de proteínas integrales de la
membrana que se unen en forma selectiva con un soluto particular y lo desplaza a través de la
membrana en un proceso impulsado por cambios en la conformación de la proteína. Sin
embargo, a diferencia de la difusión facilitada, el desplazamiento de un soluto en contra de un
gradiente de concentración requiere del aporte de energía, por ejemplo, mediante la hidrolisis
de ATP, la absorbancia de luz, el transporte de electrones o el flujo de otras sustancias en favor
de su gradiente. Las proteínas que realizan el transporte activo a menudo se denominan
“bombas”.
Figura 4.46 La Na+/K+ -ATPasa. Modelo esquemático simplificado del ciclo de transporte.
El transporte activo secundario de la glucosa hacia las células epiteliales del intestino es un
ejemplo de cotransportador unidireccional (simporte), en el que las dos especies transportadas
se desplazan en la misma dirección. Se han aislado muchas proteínas de transporte secundario
que implican un cotransportador bidireccional (antiporte), en el que las dos especies
transportadas se desplazan en sentidos contrarios.