04 Quiénes Podrán Entrar Al Reino de Los Cielos
04 Quiénes Podrán Entrar Al Reino de Los Cielos
04 Quiénes Podrán Entrar Al Reino de Los Cielos
Capítulo 4
¿Quiénes podrán entrar al reino de los cielos?
“Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos” (Mateo 5:3).
“Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es
el reino de los cielos” (Mateo 5:10).
“De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así
enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los
haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos” (Mateo 5:19).
“Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis
en el reino de los cielos” (Mateo 5:20).
“Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra” (Mateo 6:10).
“Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”
(Mateo 6:33).
“No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la
voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 7:21).
“El respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos;
mas a ellos no les es dado” (Mateo 13:11).
“Y les dijo: A vosotros os es dado saber el misterio del reino de Dios; mas a los que están fuera, por
parábolas todas las cosas” (Marcos 4:11).
“Y si tu ojo te fuere ocasión de caer, sácalo; mejor te es entrar en el reino de Dios con un ojo, que
teniendo dos ojos ser echado al infierno” (Marcos 9:47).
“Viéndolo Jesús, se indignó, y les dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de
los tales es el reino de Dios” (Marcos 10:14).
“De cierto os digo, que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él” (Marcos
10:15).
“Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: ¡Cuán difícilmente entrarán en
el reino de Dios los que tienen riquezas!” (Marcos 10:23).
“Los discípulos se asombraron de sus palabras; pero Jesús, respondiendo, volvió a decirles: Hijos,
¡cuán difícil les es entrar en el reino de Dios, a los que confían en las riquezas!” (Marcos 10:24).
“Más fácil es pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios”
(Marcos 10:25).
2
“Os digo que entre los nacidos de mujeres, no hay mayor profeta que Juan el Bautista; pero el más
pequeño en el reino de Dios es mayor que él” (Lucas 7:28).
“Más si por el dedo de Dios hecho yo fuera los demonios, ciertamente el reino de Dios ha llegado a
vosotros” (Lucas 11:20).
“Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede
ver el reino de Dios” (Juan 3:3).
“Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no
puede entrar en el reino de Dios” (Juan 3:5).
“¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los
idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los
avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios”
(1Corintios 6:9-10).
“Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia,
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idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías,
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envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os
amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de
Dios. 22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
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mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley” (Gálatas 5:19-23).
“Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de
pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual,
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para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena
obra, y creciendo en el conocimiento de Dios; 11 fortalecidos con todo poder, conforme a la
potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad; 12 con gozo dando gracias al Padre que
nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz; 13 el cual nos ha librado de la
potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, 14 en quien tenemos redención por
su sangre, el perdón de pecados” (Colosenses 1:9-14).
“Y os encargábamos que anduvieseis como es digno de Dios, que os llamó a su reino y gloria”
(1Tesalonisenses 2:12).
“Debemos siempre dar gracias a Dios por vosotros, hermanos, como es digno, por cuanto vuestra
fe va creciendo, y el amor de todos y cada uno de vosotros abunda para con los demás; 4 tanto, que
nosotros mismos nos gloriamos de vosotros en las iglesias de Dios, por vuestra paciencia y fe en
todas vuestras persecuciones y tribulaciones que soportáis. 5 Esto es demostración del justo juicio
de Dios, para que seáis tenidos por dignos del reino de Dios, por el cual asimismo padecéis”
(2Tesalonisenses 1:5).
“Y el Señor me librará de toda obra mala, y me preservará para su reino celestial. A él sea gloria por
los siglos de los siglos. Amén” (2Timoteo 4:18).
3
“Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino
poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, 4 por medio de
las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser
participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a
causa de la concupiscencia; 5 vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a
vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; 6 al conocimiento, dominio propio; al dominio propio,
paciencia; a la paciencia, piedad; 7 a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. 8 Porque
si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al
conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. 9 Pero el que no tiene estas cosas tiene la vista muy
corta; es ciego, habiendo olvidado la purificación de sus antiguos pecados 10 Por lo cual, hermanos,
tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no
caeréis jamás. 11 Porque de esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino
eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo” (2Pedro 1:11).
“Hermanos míos amados, oíd: ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo, para que sean ricos
en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman?” (Santiago 2:5).
“El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del
mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos”
(Apocalipsis 11:15).
“No digan que no pueden remediar sus defectos de carácter. Si llegan a esta conclusión, dejarán
ciertamente de obtener la vida eterna. La imposibilidad reside en la propia voluntad de ustedes. Si
no quieren, no podrán vencer. La verdadera dificultad proviene de la corrupción de un corazón no
santificado y de la falta de voluntad para someterse al gobierno de Dios” (Elena G. de White -
Mente Carácter y Personalidad tomo 2 - 192).
“No está salvado ningún transgresor de la ley de Dios, la cual es el fundamento del gobierno divino
en el cielo y en la tierra” (Elena G. de White - Mensajes Selectos tomo 1 370).