El Muro Como Espacio Habitable
El Muro Como Espacio Habitable
El Muro Como Espacio Habitable
"El castillo escocés. Gruesos muros gruesos. Pequeñas aberturas hacia el enemigo.
Se abren hacia el interior para el ocupante. Un lugar para leer, un lugar para coser...
Lugares para la cama, para la escalera... La luz del sol. Cuento de hadas"
Louis l. Kahn - 1973
Los edificios con forma de suaves nubes e intestinos gelatinosos, o las virtuosas
piezas afiladas diseñadas por los arquitectos de moda hoy en día -nada más que
funcionales, rentables, duraderos- no tienen relación, ya sea con la construcción o con
la historia. Louis Kahn, en cambio, mantiene forma, estructura e historia
paradigmáticamente juntas. Como declaró explícitamente:
"La tradición te otorga el poder de la anticipación por lo cual sabes qué va a durar al
crear…imágenes que reflejan aspiraciones, traducidas a la realidad mediante una
inspiración tecnología.”
Por lo tanto, la historia no era para Kahn una guía que se debe seguir ciegamente sino
una fuente de estimulo, un desafío permanente. Explicó que él mismo, precisamente
en relación con la inversión de la estructura del estado sólido al hueco: mirando el
patrimonio construido medieval, en el que apreciaba su combinación de identidad e
integridad, dijo: "En tiempos góticos, los arquitectos construyeron con piedras sólidas.
Ahora podemos construir con piedras huecas...”. El deseo de expresar los vacios
positivamente en el diseño de la estructura se evidencia en el creciente interés y en el
desarrollo de entramados estructurales espaciales".
Otra referencia medieval cara al arquitecto, las torres de San Gimignano, también es
fácilmente reconocible en el Edificio Richards, donde, sin embargo, la invención del
nuevo orden es igualmente evidente, un orden que es al mismo tiempo formal,
distributivo, tecnológico y estructural. En este edificio, las columnas huecas de Trenton
se mueven desde las esquinas de la cuadricula a los puntos medios de los lados, y
toman la forma de torres ciegas que contrastan con los laboratorios acristalados y
alojan las circulaciones verticales, la ventilación y los sistemas mecánicos. Tal
estructura vertical de servicios está integrada con la estructura horizontal de vigas
cajón que abarca un doble rol estático y mecánico, siguiendo la famosa organización
de la planta de Kanh en espacios ‘sirvientes’ y ‘servidos’, diferenciados en términos:
formales y constructivos, que es por lo tanto nuevamente propuesta aquí, también en
la sección.
(…)
INTRODUCCIÓN
"En cuanto a los esfuerzos de la denominada ‘nueva’ arquitectura para producir algo
sin precedentes y avanzado- ... - aceptemos de una vez por todas que una obra
verdaderamente sin precedentes y avanzada no es la que utiliza el brillo superficial
para causar un impacto sensacional efímero , o la que pretende tomar por sorpresa
mediante contorsiones acrobáticas, ostentosas, basadas en momentáneas
'ocurrencias', sino sólo la que se justifica por su continuidad, su tradición viva, lo que
perdura, ya que se puso a prueba una y otra vez, dentro de cada nuevo contexto, de
modo que es capaz de expresar de nuevo experiencias interiores, disciplinas
secretamente alimentadas, formas que han sido autenticadas una y otra vez".
Hoy más que nunca estas palabras suenan significativas y tópicas. De hecho, la
escena arquitectónica contemporánea parece tener un interés sin precedentes en la
construcción de edificios innovadores mediante el uso de lo que Konstantinidis define
como brillo superficial, efímero y sensacional, combinado con, contorsiones
acrobáticas ostentosas. En tal afán de producir el espectáculo de las denominadas
nuevas formas y de las escenas nunca antes vistas, nadie podría siquiera pensar que
podría surgir una obra avanzada y sin precedentes a través de la reinterpretación de
una duradera tradición viva, mediante el aprovechamiento del potencial actual de lo
que, para citar una vez más al arquitecto griego, podría definirse como formas que han
sido puestas a prueba una y otra vez.
Sobre la base de esta premisa, este estudio lee la obra de Louis l. Kahn como una
especie de trazo de unión que se apropió y reevaluó el legado de la antigua tradición
constructiva del ‘espesor’ y lo dejó disponible como una base de experimentación para
el mundo de la arquitectura contemporánea.
Por tanto, los puntos fundamentales de este libro reflejan el largo y complejo proceso a
través del cual nació la tradición de la arquitectura de mampostería y se desarrolló a
través de los siglos hasta que, alrededor de mediados del siglo XX, la obra de Louis
Kahn repente la llevó a una rápida aceleración en su evolución que la volvió a dejar
disponible para nuevas experimentaciones. En efecto, es evidente que la tradición
constructiva de la mampostería, lejos de ser una experiencia cerrada, es parte integral
del s XX y la investigación contemporánea que ha contribuido a reevaluarla, mediante
la actualización y adaptación a las nuevas exigencias tecnológicas ya las actuales
condiciones de funcionamiento de la profesión arquitectónica. Por tanto, es por esta
razón que la posibilidad de trabajar con piedras huecas, experimentada en el siglo XX
por Louis Kahn, parece una de las condiciones necesarias que pueden apoyar la idea
y el uso del espesor del muro en el diseño contemporáneo, sin la cual su uso sería
poco rentable e inadecuado.
Actualmente solo unos pocos diseñadores inspirados han optado por experimentar y
encontrar su propia fundamentación teórico operativa en la antigua tradición que Kahn
tan brillantemente reinterpretó durante el siglo pasado. Estos incluyen la firma
portuguesa Aires Mateus & Associados, fundada por los arquitectos Manuel y
Francisco Aires Mateus. El enfoque particular en las cuestiones de la masa y el
espesor hace el trabajo de los hermanos Mateus una de las evoluciones más
interesantes y contemporáneas en la actualización de la tradición del "espesor", como
lo hemos definido, que el Maestro Estadounidense inició hace alrededor de sesenta
años. La indagación sobre las obras y la personalidad de estos jóvenes arquitectos
lisboetas es objeto del libro “Vivir el límite. Doce casas de Aires Mateus & Associados”,
que a la luz de lo que acabamos de explicar, puede considerarse como un
complemento de este libro sobre la obra de Kahn, ya que explora el impacto más
directo de Kahn en la investigación arquitectónica actual. La comprensión de que el
diseño arquitectónico contemporáneo se nutre de alguna manera del el estimulo
constante de la tradición y de la reinterpretación y actualización de los aportes de los
maestros del siglo XX es la principal hipótesis de la tesis doctoral “El muro como lugar
de habitable. Evolución del muro estereotómica hacia una forma estructural hueca”,
desarrollada en la Universidad de Catania durante el periodo 2002-2005. Este libro es
un resumen de esa tesis.
El tipo de trabajo que revela y pone de relieve las cualidades intrínsecas de la piedra
está directamente relacionado con la actividad necesaria para transformar la propia
piedra. Esto se corresponde con el concepto de talla y, como su extensión en
profundidad, de la excavación, una actividad primordial que podría ser realizada en el
material natural. En la arquitectura egipcia este concepto de excavación parece
trascender su significado literal, para convertirse, por analogía, en el concepto de
construcción en sí. Incluso podríamos decir que, paradójicamente, lo que la
arquitectura egipcia trató de construir fue precisamente una excavación.
Por otro lado, la idea de permanencia del muro su resistencia a eventos futuros, se
refleja precisamente en la construcción con espesor, al igual que la continuidad y la
solidez se expresan en la superficie. Tal carácter superficial se ve reforzada por medio
de la perfecta ejecución de las juntas entre los sillares, prácticamente invisibles en la
vista general del muro, y que la hace más poderosa mediante relieves y frescos que
contribuyen además a borrar cualquier idea de la separación o discontinuidad.
Tal enfoque, que prevalece en las cualidades superficiales del muro desde la
antigüedad, confirma el valor de la superficie como el lugar real y la base original de
los valores expresivos del muro.
El último grupo incluye ciertamente la arquitectura romana, la cual desarrolla una idea
de muro que resulta de la superposición de un sistema tectónico, el cual conlleva
exclusivamente valores representativos, sobre un sistema estereotómico que tiene una
función puramente constructiva de soporte de cargas. Esta idea de función y
representación actuando de manera complementaria implica que un muro inerte
pesado como los producidos por la sofisticada técnica de mampostería desarrollada
por los romanos, al parecer, adquiere las propiedades de discontinuidad, adición,
dinamismo y ligereza que son típicos del sistema tectónico.
El término tectónica, del Griego tekton, una palabra que significa literalmente
carpintero o constructor, ha tomadoa través del tiempo el significado particular de 'arte
de la conexión’, lo que implica una idea de la construcción concebida como el conjunto
de componentes específicos que contribuyen a la creación de un todo mientras
mantienen su carácter delementos separados. Existe, pues, una clara referencia a un
sistema flexible en madera que tradicionalmente tiende a trabajar a tracción y es
sinónimo de ligereza.
(…)
(…)
La idea de usar el grosor del muro para crear espacios intersticiales puede ser
encontrada en varios ejemplos de diferentes épocas y tiene un lugar en el proceso de
evolución del sistema estereotómico, tal como hemos descrito. Por lo tanto, en
términos de lo que se ha dicho hasta ahora, podrían ser señaladas tres etapas
fundamentales del desarrollo de la tradición de la arquitectura en mampostería que se
centra en el tema del espacio intersticial. Corresponden a un proceso gradual de
demostración de las posibilidades expresivas y funcionales del espesor del muro,
desde el interior del edificio hacia el exterior.
(…)
"Un hueco de ventana puede ser una habitación privada dentro de una habitación".
Estas palabras, que parecen definir con precisión el tema arquitectónico y espacial que
acabamos de describir, son de Louis Kahn. Tal correspondencia de las intenciones
aclara cómo el tema del muro como espacio de vida y el uso del espesor como
estrategia privilegiada para la transmisión de valores constructivos y expresivos de la
construcción experimentó una evolución sofisticada precisamente a través de las
teorías y obras de Louis Kahn, uno de los Maestros más originales del siglo XX. Con
Kahn el muro, como límite del edificio, dejó de ser una consecuencia pasiva de la
función envolvente o el lugar principal de la mera transmisión de aspectos puramente
constructivos o de representación y se convirtió en el ejemplo más denso y
significativo en la experiencia espacial.
(…)
Una vez más, desde los primeros años sesenta y sobre todo con los diseños por
encargo en su propio país, Kahn desarrolló una tendencia diferente en el contexto de
la labor más general sobre la construcción de masificación y grosor, aunque aparente.
Esta tendencia es lo que hemos definido como el muro plegado. Aunque ya utilizado
por Kahn en varios edificios durante la década de los cincuenta, la casa EshericK la
Iglesia Unitaria y el Erdman Hall, el muro plegado alcanzaría su máxima perfección y
refinamiento en otros edificios, concebidos y construidos durante los diez años
siguientes.
Uno de los edificios que ejemplifica esa posibilidad espacial de la vida intersticial de
una manera más refinada es la pequeña casa diseñada por Kahn para el señor y la
señora Norman Fisher en Hatboro, al norte de Filadelfia. En realidad, comenzó a
trabajar en la casa Fisher ya en 1960, pero el proyecto sólo tomó su forma definitiva
entre 1964-1967.
El dispositivo que origina esta percepción de masividad está habilitado de nuevo por el
plegamiento del muro, en ciertos puntos, a 90 grados y por el espesor necesario, con
la disposición, dónde era adecuada, de una carpintería de ventana en el lado interior.
El efecto resultante produce la impresión de que el perímetro del muro desarrolla un
espesor donde pueden s excavados nichos profundos a través del perfil exterior de los
muros, al mismo tiempo destacando el perfil interior aparente mediante una diferencia
en el espesor.
En este caso, sin embargo, el resultado es aún más contundente que en los anteriores
sin duda importantes, ejemplos como la Iglesia Unitaria o el Bryn Mawr, en tanto la
envolvente del edificio adquiere una aparente masividad mientras que está formada en
realidad por delgados tabiques de madera. Además la aparente aleatoriedad de las
aberturas y nichos produce particularmente un efecto de notable abstracción y el muro
queda liberado de una articulación que quedaría demasiado evidente conectada al
bastidor. Más allá de las diferencias formales obvias, el diseño de las fachadas de la
casa Fisher es conceptualmente cercano a los dibujos de los muros romanos que
Kahn esbozó durante su estancia romana en 1951, cuando él quedó impresionado por
el refinado y equilibrado contraste producido por las sombras claras creadas por la
profundidad de las aberturas y la ligera estructura en relieve de los arcos de descarga
visibles en la superficie. En su simplicidad geométrica, la casa Fisher también
desarrolla el mismo complejo y refinado equilibrio entre el entramado estructural de
madera, tectónico, con sus proyecciones y voladizos, y la profundidad estereotómica
de los nichos excavados.
Los espacios intersticiales que se abren hacia dentro mediante este juego continuo de
alineamientos y retranqueos dentro del perfil exterior del muro, no son verdaderos
espacios cerrados definibles con precisión, sino lugares que se perciben debido a que
albergan funciones de utilidad. De esta manera, adquieren el carácter de lugares
reales a disposición de los pequeños gestos cotidianos llenos de un profundo
significado humano.
(…)