SL 237 de 2021 Culpa Patronal Ahora Sí

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(+) SL 237 de 2021 culpa patronal MP: MARTÍN EMILIO BELTRÁN QUINTERO

- EDGAR HENRY RODRÍGUEZ PEÑA contra la sociedad recurrente y solidariamente las


personas naturales impugnantes e INDUSTRIAS NERPEL C.A, BERNARDO RAMÍREZ y
MAURICIO CABALLERO.
- Hechos:
- Entre Edgar e Industrias Nerpel, existió contrato a término indefinido desde 2007 a 2010
con despido sin justa causa, que durante la vigencia sufrió un accidente en 2008 que causó
amputación traumática del brazo derecho y que la demandada actuó con culpa
suficientemente comprobada en el hecho. Por lo que se le pidió 1.250 millones aprox. Y
que la condena fuera extensiva de Mauricio caballero, Bernardo Ramírez e industrias
Nerpel de acuerdo con el 36 CST
- Fue contratado en 2007 a término indefinido como operario mecánico, incluyendo otras
laborales fuera del contrato, aseo carga, etc. En 2008 haciendo labores de aseo, que el
gerente Mauricio caballero le ordeno en el mantenimiento de un equipo diferente, en
pruebas.
- El procedimiento se ejecutó sin apagar la máquina, se le quitaron las tapas de seguridad y
no tenía advertencia, aun así, se le ordenó hacer limpieza; al sacarle una mota le atrapó la
manga y le succionó el brazo.
- Desde ahí llevaba 4 meses con la demandada; que no era experto en mecánica ni
cumplía funciones de ayudante de mantenimiento. Le dio pérdida de capacidad laboral de
51.53% efectuada por la junta regional medica de invalidez de Bogotá en 2009, confirmada
por la junta nacional en 2010. Permaneció incapacitado por 194 días. Dijo que le despido
es sin justa causa por pensión de invalidez
- Distribuidora Nerpel se opuso a las pretensiones. Acepto contrato, el cargo, la pérdida de
capacidad laboral y la reubicación que ordenó la ARL; que la terminación se produjo por
reconocimiento de la pensión de invalidez y el resto de hechos no eran ciertos o no le
constaban.
- Dijo que el accidente se produjo por culpa exclusiva de la víctima, ya que nunca se le
ordenó la manipulación de la máquina. Y que los otros demandados no respondían
solidariamente porque no es una sociedad de personas sino de capital.
- La previsora S.A, compañía de seguros por llamamiento en garantía, no acepta ni niega
los hechos, se apega a lo que resulte el proceso.
- Sentencia 1ra instancia: Juzgado 9º laboral de descongestión de Bogotá en 2013 declara
la existencia del contrato y no probada la prescripción, por lo que condena a Distribuidora
Nerpel a pagar a Edgar Rodríguez 70 millones aprox. Absolviendo de las demás de
pretensiones y absolviendo a la Bernardo y Mauricio. Costas a cargo de Distribuidora
Nerpel SAS.
- Sentencia 2da instancia: Sala Laboral de descongestión del Tribunal superior del distrito
judicial de Bogotá, conoce los recursos de apelación del accionante y distribuidora Nerpel
SAS. Resuelve: modificar el #3, aumentando 70 millones aprox. Más por lucro cesante
consolidado y futuro. Y revoca el #5 para condenar a Mauricio y Bernardo al pago solidario.
Declara además que no se hace efectiva la póliza de seguros | Costas a cargo de
Bernardo, Mauricio y Distribuidora Nerpel SAS
- Apelan y el Tribunal estimó que el problema es (i) si conforme las pruebas, se tenía
demostrada o no, culpa patronal (ii) si la hay, establecer si fueron bien cuantificados los
valores condenados por lucro cesante (iii) de confirmar condenas, verificar si procede
responsabilidad solidaria. Agregó el tribunal que la variación del nombre no significa que
haya sufrido ninguna modificación en lo atinente a la solidaridad que tiene como finalidad
garantizar los derechos del trabajador y facilitarle el cobro judicial.
- Casación: Interpuesto por la distribuidora Nerpel SAS; Bernardo y Mauricio
conjuntamente, concedido por el tribunal y admitido por la corte:
Alcance de la impugnación: los recurrentes buscan que se case parcialmente la sentencia
del tribunal, al pago de 32 millones por lucro cesante consolidado y 76 millones por lucro
cesante futuro, para que revoque el fallo del juzgado en esto conceptos, proveyendo costas
como se le dé la gana.
También quiere que se case parcialmente la sentencia, y que confirme lo fallado en primera
instancia. Por lo anterior, formula 3 cargos que obtienen réplica:
1) Sentencia violatoria por vía indirecta por aplicación indebida de art. 36 y 216 del CST.
Réplica: el tribunal no incurrió en desacierto, ya que en el proceso está demostrado con
prueba documental que le accidente se produjo cuando el demandante ejecutaba sus
funciones habituales.
- Consideraciones del cargo: al ser un cargo por vía de hecho, el censor tiene la carga de
acreditar de manera razonada la concreta equivocación en que incurrió la colegiatura en el
análisis que lo llevó a dar por probado lo que no está y negarle a lo que sí, yerras que
surgen a raíz de la equivocada valoración de una prueba calificada (documento auténtico,
confesión judicial, inspección judicial) En ese orden, no es cualquier desacierto el que puede
dar lugar a la anulación de lo resuelto por el juez de segunda instancia. Al efecto, la Sala tiene
adoctrinado que el error de hecho en materia laboral, «se presenta, según el caso, cuando el
sentenciador hace decir al medio probatorio algo que ostensiblemente no indica o le niega la
evidencia que tiene, o cuando deja de apreciarlo, y por cualquiera de esos medios da por
demostrado un hecho sin estarlo, o no lo da por demostrado estándolo, con incidencia de ese
yerro en la ley sustancial que de ese modo resulta infringida».
- Del análisis objetivo: Informe de accidente de trabajo. El mismo fue elaborado por la empresa
demandada, pues quienes lo suscriben son los miembros del Copaso, el jefe inmediato del
demandante y un testigo. En consecuencia, no existe duda de que se trata de una prueba
calificada, en la medida que proviene de la propia accionada.

- Sin embargo, la Corte en su análisis se da cuenta que, de entrada, se advierte que el


operador judicial no realizó una valoración equivocada del informe de accidente, pues es claro
que el mismo deja en evidencia que la máquina cardadora que le ocasionó la amputación del
miembro superior al demandante, además, de encontrarse prendida mientras se le realizaba el
mantenimiento, no contaba con ningún seguro y sus sistemas de advertencia eran
insuficientes, lo que significa la presencia de métodos o procedimientos por sí mismos
peligrosos. Igualmente agrega que el actor se encontraba apoyando el mantenimiento y
limpieza de la máquina cardadora, sin que tuviera conocimientos. A lo anterior, se agrega que
el empleador no implementó procedimientos claros y mantenimientos programados.
Por lo expuesto, no son de recibo las argumentaciones de los recurrentes respecto a
que el trabajador actuó por su propia cuenta y riesgo, sin que exista ninguna
responsabilidad de la empleadora; pues para la Corte, lo que muestra patente el informe
es todo lo contrario.
Frente a estas medidas, cabe recordar, que si bien «es deber de las empresas investigar las
causas sobre los accidentes anteriores y de las circunstancias en que estos han ocurrido. Se
desprende de lo dicho que con un conocimiento de todos esos antecedentes y de las formas
como se presta el servicio será factible eliminar o al menos atenuar los riesgos que aquella
engendra» (CSJ SL 30)
Conforme a lo reseñado, el Tribunal no se equivocó al tener el informe de infortunio como un
elemento de convicción que acreditaba la culpa del empleador en el accidente sufrido por
Edgar Henry Rodríguez Peña, pues ciertamente este documento deja en evidencia que la
sociedad accionada carecía de procedimientos y de medidas de seguridad.

Por último, el censor denuncia los testimonios de Luis Jesús Tequía, Marco Tulio Díaz Espitia,
Roberto Rodríguez Rodríguez, Rogelio Díaz Pinzón, como mal valorados, porque considera
que el operador judicial de segundo grado le restó credibilidad sin ninguna razón explicable.

Respecto de la citada testimonial cumple decir, que la Corte no puede asumir su estudio de
cara a determinar la errónea valoración

2) Sentencia violatoria por vía directa, por interpretación errónea del artículo 36 del CST, ya
que el demandado fue la Distribuidora Nerpel SAS. Aducen que el tribunal entendió mal el
precedente judicial. No hay pues ningún elemento de juicio en esa sentencia del que se pueda
desprender que la Corte ha considerado que a las sociedades anónimas se les aplica la
solidaridad del artículo 36 del Código Sustantivo del Trabajo, precepto que fue mal interpretado,
puesto que con claridad se refiere a las sociedades de personas y sus miembros. Réplica: El
demandante expone que, en el proceso se demostró con prueba idóneo que las personas
vinculadas eran solidariamente responsables ya que ostentas la calidad de patronos como
codueños y comuneros.
- Consideraciones del cargo: Le endilgan al Tribunal la comisión de yerros jurídicos al
imponer condena solitaria. La Corte dice que, a partir de los artículos 36 del CST y 1 de la
constitución, no existe duda alguna de que quienes responden solidariamente por las
obligaciones que surjan del contrato de trabajo son los socios de las sociedades de personas,
mientras que los accionistas de una sociedad por acciones simplificada no serán responsables
por los compromisos de esta naturaleza, salvo que se utilice para defraudar a la ley o en
perjuicio de terceros.
Así las cosas, el Tribunal no incurrió en yerro jurídico alguno al imponer condena solidaria
contra las citadas personas naturales, por cuanto, se itera, fueron llamados a responder en la
calidad que ostentaban en el instante del accidente de trabajo, que no era otra que la de socios
de Distribuidora Nerpel y, por ende, les resulta aplicable el artículo 36 del CST. Por lo que
determinan que el juez de segundo grado tampoco incurrió en equívoco al imponer la aludida
condena solidaria.

3) Sentencia acusada de interpretación errónea de los art. 216 del CST y 1614 del CC:
Explican que el entendimiento que le dio el ad quem a las disposiciones legales que regulan el
lucro cesante resulta equivocado, pues de ellas es posible inferir, que cuando una persona no
ve disminuido sus ingresos como consecuencia de la acción de un tercero, no existe un «lucro
cesante» que deba ser indemnizado, tal como lo enseña el artículo 1614 del CC Réplica: No les
asiste la razón a los recurrentes en el reproche frente a la cuantificación de la indemnización de
perjuicios, ya que no existe ninguna norma que indique que deba interrumpirse la
indemnización.
- Consideraciones del cargo: La Corte analiza si el tribunal se equivocó en el calculo del
lucro cesante consolidado. La Corte ha señalado que por lucro cesante, debe entenderse el
dinero que se dejó de percibir por la ocurrencia del daño, «el cual comprende el lucro cesante
pasado, y el futuro, entendiendo por el primero, el que se causa a partir de la finalización del
contrato de trabajo, es decir el 1º de febrero de 2002, hasta la fecha de esta sentencia; y por el
segundo, desde el día en que se profiera el fallo, hasta que, se cumpla la expectativa de vida
probable del actor» Para efectos de calcular el lucro cesante consolidado es la de terminación
del contrato de trabajo, que en este caso, no se discute, se produjo el 15 de octubre de 2010 y
no aquella en que tuvo lugar el accidente que ocurrió el 14 de abril de 2008, como
equivocadamente lo hizo el Tribunal, pues al continuar el actor con la vinculación laboral, no
puede hablarse de lucro cesante con antelación a la calenda de finalización del nexo laboral.
Por ende, el cargo prospera y se casará la sentencia en este específico tema y no en lo
demás.
- Sentencia de instancia: en instancia, para el cálculo del lucro cesante, se tendrá como fecha
inicial la de terminación del contrato, esto es 15 de octubre de 2010, según la corte. Sin
embargo, no confirma la decisión de primera instancia porque se observa que el a quo, se
equivocó en la liquidación de dicho conceptos, ya que le resto al salario promedio mensual la
suma sobre la que se le reconoció la pensión de invalidez
Ciertamente, frente al derecho a la reparación que surge como consecuencia de un
accidente de trabajo, la legislación tiene previstas dos maneras: la primera, denominada
reparación tarifada de riesgos, que atañe al reconocimiento de unos beneficios o
prestaciones económicas previstos en las Leyes 100 de 1993 y 776 de 2002 y demás
normas reglamentarios según el caso, entre ellas la pensión de invalidez, los cuales están
a cargo de las administradoras de riegos profesionales; y, la segunda, la reparación plena
de perjuicios que tiene que ver con la indemnización total y ordinaria de los mismos, por
culpa patronal en la ocurrencia del siniestro, la que le corresponde asumir al empleador
directamente, en los términos del artículo 216 del CST.
- Tales medios de reparación coexisten y no son excluyentes y su cálculo es
independiente, por manera que el juez de primer grado erró al tomar como salario para
efectos de determinar el lucro cesante aquí demandado, el resultado de restar del salario
promedio mensual ordinario del trabajar la suma reconocida por pensión de invalidez.
- Así las cosas, efectuadas las operaciones correspondientes se tiene que: el lucro cesante
consolidado equivale a $14.413.931 y el lucro cesante futuro corresponde a la suma de
$66.598.468, con corte a la fecha de la sentencia de primera instancia.

- Decisión: modifica el #3 literales B y C. condena a 14 millones por lucro cesante consolidado y


66 millones por lucro cesante futuro. Confirma el resto del fallo. Costas como quedó dicho en la
parte motiva.

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