El documento habla sobre la justicia de Dios y la gracia que ofrece a través de Jesucristo. Explica que todos los humanos son pecadores pero que Dios los justifica gratuitamente por su gracia mediante la redención en Cristo, para que así Él sea justo y justifique a los creyentes. También describe cómo la esencia del cristianismo es la gracia divina y el poder y sanidad espiritual que se ofrece a través de la misericordia y el amor de Jesús.
El documento habla sobre la justicia de Dios y la gracia que ofrece a través de Jesucristo. Explica que todos los humanos son pecadores pero que Dios los justifica gratuitamente por su gracia mediante la redención en Cristo, para que así Él sea justo y justifique a los creyentes. También describe cómo la esencia del cristianismo es la gracia divina y el poder y sanidad espiritual que se ofrece a través de la misericordia y el amor de Jesús.
El documento habla sobre la justicia de Dios y la gracia que ofrece a través de Jesucristo. Explica que todos los humanos son pecadores pero que Dios los justifica gratuitamente por su gracia mediante la redención en Cristo, para que así Él sea justo y justifique a los creyentes. También describe cómo la esencia del cristianismo es la gracia divina y el poder y sanidad espiritual que se ofrece a través de la misericordia y el amor de Jesús.
El documento habla sobre la justicia de Dios y la gracia que ofrece a través de Jesucristo. Explica que todos los humanos son pecadores pero que Dios los justifica gratuitamente por su gracia mediante la redención en Cristo, para que así Él sea justo y justifique a los creyentes. También describe cómo la esencia del cristianismo es la gracia divina y el poder y sanidad espiritual que se ofrece a través de la misericordia y el amor de Jesús.
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La justicia de Dios.
Rom 3:23-26
por cuanto todos pecaron y están destituidos de la
gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestación de su justicia, al haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, con la mira de manifestar su justicia en este tiempo, para que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.
Si hoy en día se nos pregunta, ¿qué significa ser
cristiano? Probablemente se haga más difícil responder con coherencia, al menos un poco más que antes (…). Y no es que la esencia del cristianismo haya cambiado; sino que en la práctica hemos tergiversado, alterado, mutado tanto lo que Dios ha querido con nosotros que hoy es más difícil responder a esa pregunta sin que surjan cuestionamientos acerca de lo que en la práctica demuestran quienes dicen ser cristianos. Esta es una situación recurrente en la historia del ser humano, que ha alterado todo lo que Dios ha dispuesto, como parte de su naturaleza rebelde y pecaminosa.
Y se siguen poniendo en los demás, como lo dice la
Biblia, “cargas que ni ellos mismos están dispuestos a llevar” como medio para institucionalizar a la iglesia, para separar lo que su parecer es “espiritual” y “mundano”. Dios sin embargo no hizo esto, ni durante el periodo de la ley ni hoy que vivimos bajo la gracia. Dios es el Dios de todo, de todos aquellos quienes le reciben. Jos 1:7 solo te pido que tengas el valor y firmeza para obedecer…
La Biblia nos habla acerca de que …hemos sido
justificados por la fe… (Rom 5:1) así que bajo este principio nuestros actos no nos hacen merecedores de nada. No establecen ninguna prioridad antes la gracia, pues es por ella que tenemos acceso al perdón divino.
El significado del cristianismo esta profundamente
ligado a la gracia, que fue introducida a través del sacrificio de Cristo en la cruz. La palabra gracia, según se usa en las Escrituras, se refiere principalmente al poder habilitador y a la sanación espiritual ofrecidos por medio de la misericordia y del amor de Jesucristo.
Romanos habla acerca de la justicia de Dios, de que
para que su justicia obrará era necesario el castigo, pues esto había sido establecido por Dios en su trato con el hombre. Ez 18:20 “el ama que peque, esa morirá” Rom. 6:15 habla de que la paga del pecado es muerte y continua... en el versículo 4: Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por medio del bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.
El cristianismo, aunque parezca paradójico, tiene que
ver con rebeldía, con ir contra la corriente. Ef 2:1-2 Antes de ser cristianos, ustedes estaban muertos para Dios a causa de sus delitos y pecados. Vivían siguiendo la corriente de este mundo, obedecían los dictados del príncipe del imperio del aire, quien ahora mismo está operando en el corazón de los que se rebelan contra el Señor. (…)
Antes caminábamos a favor de la corriente del mundo
y éramos enemigos de Dios, nuestro pecado y naturaleza dominaban nuestro actuar sin que existiera algo que pudiera romper eso, puesto que no existe nada más que la sangre de Cristo que puede romper las ataduras del pecado… “porque por un hombre entró el pecado en el mundo y con el la muerte… pero el don no fue como la transgresión… Rom 5:12-15
¿Cuál es la diferencia entonces entre el cristiano y los
demás? Una es que la rebeldía que hoy nos gobierna, es santa, dirigida en contra de lo que ofende a Dios. Ya no somos enemigos de Dios, ya no más… hemos sido reconciliados y eso produce frutos… si alguna vez te has cuestionado por haber fallado, Dios te recuerda su misericordia, si te has sentido insuficiente e incapaz, Dios te recuerda que Él es nuestra fuerza y nuestro abogado. La vida cristiana se trata de caídas, de muchas caídas. Se trata de decepciones y traiciones. No existe antídoto para no ser pecador, para no fallar, para no sufrir. Nada en nuestra naturaleza es suficiente para guiarnos fuera del alcance del pecado, pues éste mora en nosotros, en nuestra carne. Sin embargo, es la misericordia del Señor lo que nos mantiene en pie, la que nos levanta si caemos, es su sangre la que nos devuelve nuestra condición de perdonados, de reconciliados.
Dios entiende por completo nuestra condición y su
desprecio por el pecado no es superado por su amor hacia nosotros, por ellos se proveyó de cordero, para que, por medio de la sangre del santo, derramada para redención de pecados pudiéramos acércanos antes, hoy y todos los días a Él. No habrá día en que no necesitemos de la gracia y la misericordia del Señor y por ello quizá es que Él prometió estar con nosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Como le pidió a Josué sigue pidiéndonos a nosotros: que tengas el valor y firmeza para obedecer. El Señor dice: «Vengan, vamos a discutir este asunto. Aunque sus pecados sean como el rojo más vivo, yo los dejaré blancos como la nieve; aunque sean como tela teñida de púrpura, yo los dejaré blancos como la lana. Si aceptan ser obedientes, comerán de lo mejor que produce la tierra; Isaías 1:18-19