Correccion Monetaria Indexacion e Intereses Moratorios

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RIF. J-31656930-6

DATOS DE LA SENTENCIA
FECHA: 11/11/2008
SALA: de Casación Social
MAGISTRADO PONENTE: Luis Franceschi
PARTES: José Surita contra Maldifassi & Cia, C.A.
NÚMERO DE SENTENCIA: 1841

CONTENIDO RELEVANTE
MATERIA CRITERIO ESTABLECIDO
Intereses de mora y “…el retraso o incumplimiento de lo que adeuda el patrono al
prestación de antigüedad trabajador por concepto de la prestación de antigüedad, genera
el deber de pagar intereses de mora desde la fecha en que la
misma se hace exigible, vale decir, desde el momento en que
efectivamente culmina la relación de trabajo”

Ratificación de criterio de la “…la indexación -o ajuste inflacionario- opera en virtud del


Sala Constitucional sobre incumplimiento o retardo en el que incurre una de las partes
indexación aplicada al que se ha comprometido en una obligación, de modo que la
indexación comporta una justa indemnización capaz de reparar
ámbito laboral
la pérdida material sufrida y compensar el daño soportado, con
la finalidad de que la tardanza en el cumplimiento no comporte
una disminución en el patrimonio del acreedor”

Corrección monetaria: La corrección monetaria en materia laboral es de orden público


Naturaleza jurídica y sus social. Por ende, el ajuste monetario acordado de oficio por el
efectos Juez (aun sin haber solicitado por el interesado) y con base en
el principio de irrenunciabilidad y en la restitución del valor de
las obligaciones de dinero, no constituye un vicio de conceder
más de lo pedido, sino por el contrario, conceder exactamente
lo solicitado “…teniendo en cuenta que el trabajador tiene el
derecho irrenunciable a la prestación no disminuida por la
depreciación cambiaria”. Dicha corrección monetaria, no debe
limitarse únicamente al lapso de ejecución forzosa. De allí que
afirme la Sala que: “En consecuencia, a fin de permitir que el
trabajador obtenga una cantidad igual a la que se le debía para
el momento de poner en mora al empleador, es indispensable
que esa suma sea actualizada a través del mecanismo de la
indexación, lo que debe realizarse incluso en aquellas causas
que hayan comenzado bajo el régimen procesal laboral
vigente”.
CONTENIDO RELEVANTE
MATERIA CRITERIO ESTABLECIDO
Intereses moratorios por “…en lo que respecta a los intereses moratorios
falta de pago de causados por la falta de pago de la prestación de
prestaciones sociales antigüedad consagrada en el artículo 108 de la Ley
Orgánica del Trabajo, al ser concebida
constitucionalmente como una deuda de valor, se
establece que el cómputo de los mismos debe hacerse
desde la fecha en que la misma es exigible, vale decir,
desde la fecha de finalización de la relación de trabajo,
sea por causa atribuibles a la voluntad de las partes o
por causas ajenas a la misma, independientemente de la
oportunidad elegida por el trabajador para reclamar sus
derechos judicial o extrajudicialmente”

Indexación por falta de pago Al ser la prestación de antigüedad una deuda de valor, la
de prestaciones indexación debe hacerse también desde la fecha en que
la misma es exigible (finalización de la relación laboral)
con independencia de la oportunidad elegida por el
trabajador para reclamar sus derechos judicial o
extrajudicialmente.

Indexación de otros En lo que respecta a la indexación de otros conceptos


conceptos laborales laborales el cálculo se efectuará tomando como inicio:
“…la fecha de notificación de la demandada en el nuevo
proceso y de citación en el procedimiento derogado, por
las razones y fundamentos anteriormente explanados
hasta que la sentencia quede definitivamente firme,
excluyendo de dicho cálculo los lapsos sobre los cuales
la causa se haya paralizado por acuerdo entre las partes,
por hechos fortuitos o de fuerza mayor, tales como la
implementación de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo
y por vacaciones judiciales”

Indexación en materia de “…el período a indexar de las indemnizaciones


accidentes de trabajo y provenientes de la ocurrencia de accidentes laborales o
enfermedad ocupacional enfermedades profesionales, exceptuando lo que
concierne al daño moral, su inicio será la fecha de
notificación de la demandada en el nuevo proceso y de
citación en el procedimiento derogado …hasta que la
sentencia quede definitivamente firme, excluyendo de
dicho cálculo los lapsos sobre los cuales la causa se
haya paralizado por acuerdo entre las partes, por hechos
fortuitos o de fuerza mayor, tales como la
implementación de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo
y por vacaciones judiciales”
CONTENIDO RELEVANTE
MATERIA CRITERIO ESTABLECIDO
Condenas indemnizatorias “…las condenas indemnizatorias en los juicios de estabilidad, tales
como salarios dejados de percibir y demás establecidas en el artículo
en juicios de estabilidad 125 de la Ley Orgánica del Trabajo, es solo a partir de la condenatoria
que ordene el reenganche con el pago de los salarios caídos –y no
antes- que se deben los salarios caídos “…por lo que no puede
aplicarse la corrección monetaria en el procedimiento de estabilidad, en
el entendido que si se cumple con el reenganche y el trabajador
regresa a su puesto de trabajo debe recibir exactamente el monto de
los salarios caídos que dejó de percibir, sin imputarle corrección
monetaria porque de hacerlo, primeramente se estaría aplicando la
indexación sin estar presente la mora del patrono, y en segundo lugar,
pudiera darse la circunstancia que el trabajador reenganchado, al
indexarle los salarios caídos, reciba mayor remuneración que la
obtenida por otros trabajadores que realizan idénticas funciones”.

Inaplicabilidad de “… en lo que respecta a las acciones de mero certeza o de


indexación a las acciones de mera declaración, en las que no se pide una resolución de
mero certeza o de mero condena a una prestación, sino la mera declaración de la
existencia o inexistencia de una relación jurídica, las cuales no
declaración
requieren ejecución, debe señalarse que a las mismas es
inaplicable la institución de la indexación”

Aplicación de artículo 185 “… en caso de no cumplimiento voluntario de la


LOPT en caso de no sentencia el Juez de Sustanciación, Mediación y
cumplimiento voluntario Ejecución del Trabajo competente, aplicará lo
preceptuado en el artículo 185 de la Ley Orgánica
Procesal del Trabajo”
SALA DE CASACIÓN SOCIAL

Ponencia del Magistrado LUIS EDUARDO FRANCESCHI GUTIÉRREZ.

En el juicio que por cobro de prestaciones sociales y otros conceptos derivados


de la relación de trabajo incoara el ciudadano JOSÉ SURITA, representado judicialmente
por el profesional del derecho Jesús Solórzano, en contra de la sociedad mercantil
MALDIFASSI & CIA C.A., patrocinada judicialmente por los profesionales del derecho
Maximiliano Hernández, Sibeles del Nogal, Joaquín Montoya, José Luis Ramírez, Raiza
Godoy Mercedes, Alexis Pinto, Miguel Ángel Rodríguez Saturno, Gisela Aranda, Gustavo
Urdaneta, Andrés Troconis, Guillermo Trujillo, Noris Cuervo, Morella Nass, Ricardo
Maldonado, Magaly González de Ohep, Mayuri Meza y Jaime Torres; el Juzgado Superior
Octavo para el Régimen Procesal Transitorio del Trabajo de la Circunscripción Judicial del
Área Metropolitana de Caracas, conociendo en razón de los recursos de apelación
interpuestos por ambas partes, declaró en fecha 31 de octubre de 2007, sin lugar la
actividad recursiva propuesta por la parte demandada, parcialmente con lugar la ejercida
por la parte actora, y parcialmente con lugar la demanda, modificando así el fallo proferido
en fecha 19 de julio de 2005 por el Juzgado Primero de Primera Instancia de Juicio del
Trabajo de esa misma Circunscripción Judicial.

Contra dicho fallo la parte accionada anunció y formalizó oportunamente


recurso de casación.
Recibido el expediente en esta Sala de Casación Social del Tribunal Supremo
de Justicia, se dio cuenta del mismo en fecha 6 de diciembre de 2007, designándose como
ponente al Magistrado Luis Eduardo Franceschi Gutiérrez.
Por auto fechado el 31 de julio de 2008, se acordó fijar la audiencia oral,
pública y contradictoria para el día martes veintiuno (21) de octubre de 2008, a las nueve y
treinta minutos de la mañana (09:30 a.m.).

Concluido como fue el debate ante esta Sala, y habiendo sido proferida la
sentencia de forma oral e inmediata, se procede en esta oportunidad a reproducir la misma
in extenso y publicarla, conforme a lo consagrado en el artículo 174 de la Ley Orgánica
Procesal del Trabajo.

RECURSO DE CASACIÓN

Por razones de naturaleza metodológica, se alterará el orden para conocer de las


denuncias formuladas, analizando la cuarta de ellas de manera preliminar, y en caso de
resultar procedente, se descenderá a las actas del expediente para decidir el mérito de la
controversia, prescindiendo del estudio de las restantes delaciones.

Con fundamento en el artículo 168, numeral 2 de la Ley Orgánica Procesal del


Trabajo, la recurrente denuncia la violación del artículo 185 de la Ley Orgánica Procesal
del Trabajo y el desacato de la reiterada doctrina jurisprudencial del Tribunal Supremo de
Justicia en Sala de Casación Social acerca de la manera de calcular la corrección monetaria.
La sentencia recurrida expresa (folios 164 y 165):

En base al criterio anteriormente trascrito, este Tribunal ordena la corrección


monetaria de las cantidades que corresponde pagar a la demandada, y asimismo
practicar experticia complementaria del fallo , por lo cual el experto designado
ajustará el valor actual, tomando en cuenta los índices de inflación fijados por el
Banco Central de Venezuela.

Se ordena la realización de una experticia complementaria del fallo a los fines


de calcular las sumas que en definitiva correspondan al actor siguiendo los
parámetros establecidos precedentemente.
(…)

SEXTO: Se ordena la corrección monetaria de las sumas que resulten


determinadas en la experticia complementaria del fallo, que se ha ordenado
desde la fecha de admisión de la demandada hasta el pago definitivo, con base
al índice de precios al consumidor establecido por el Banco Central de
Venezuela para el Área Metropolitana de Caracas.

Acusa que el Juez de sentencia recurrida violó por errónea interpretación el


contenido y alcance el artículo 185 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo y que su
sentencia es contraria a la reiterada doctrina jurisprudencial de la Sala de Casación Social
sobre la manera de calcular la corrección monetaria, porque ordenó la corrección monetaria
sin indicar los lapsos que deben excluirse de su cálculo; que en efecto, la Sala de Casación
Social ha decidido que el juez debe excluir del cálculo de la corrección monetaria “los
lapsos sobre los cuales la causa se haya paralizado por acuerdo entre las partes, por
hechos fortuitos o de fuerza mayor, tales como huelga de funcionarios tribunalicios, por la
transición en la implementación de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo y por vacaciones
judiciales” (Sala de Casación Social, Sentencia Nº 1165 de fecha 9/8/2005).

Alega que, en este mismo sentido, se ha pronunciado la Sala de Casación Social


en fecha 29/9/2006, s. 1464; 27/9/2005, s. 1220; 16/6/2005, s. 630; 12/4/2005, s. 251); que
por este mismo motivo, el Juez de la sentencia recurrida infringió por falta de aplicación el
artículo 177 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo y que de haber acogido la doctrina de
casación sobre la manera de calcular la corrección monetaria citada, el juez habría excluido
del cálculo de la corrección monetaria los lapsos indicados.

Para decidirse toma en cuenta:

Ha sido doctrina pacífica y reiterada de esta Sala de Casación Social que


deberán excluirse del lapso sobre el cual se acuerda la indexación en los casos del régimen
procesal transitorio, los períodos en los cuales la causa se encuentre suspendida por acuerdo
de ambas partes, por hechos fortuitos o de fuerza mayor, tales como vacaciones judiciales,
así como el tiempo que tomó la implementación de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo;
igualmente, se ha señalado que su cómputo debe acordarse, desde la fecha de la
notificación o citación de la parte demandada hasta que la sentencia quede definitivamente
firme.

En este sentido, el sentenciador superior se apartó del criterio jurisprudencial


que sobre el cálculo de la indexación ha mantenido esta Sala de Casación Social, al no
haber hecho la referida exclusión, infringiendo así el artículo 177 de la Ley Orgánica
Procesal del Trabajo, motivo por el cual la presente denuncia es declarada con lugar y así se
decide.

Al haber encontrado esta Sala de Casación Social, procedente esta denuncia,


declara nulo el fallo recurrido de fecha 31 de octubre de 2007, proferido por el Juzgado
Tercero Superior para el Régimen Procesal Transitorio del Trabajo de la Circunscripción
Judicial del Área Metropolitana de Caracas; y seguidamente, pasa a dictar sentencia sobre
el fondo, todo ello, de conformidad con el artículo 175 de la Ley Orgánica Procesal del
Trabajo.

DECISIÓN SOBRE EL FONDO DE LA CONTROVERSIA

Como quiera que la sentencia recurrida se encuentra ajustada a derecho, la Sala


ratifica todas y cada una de sus partes la condena ordenada por el ad quem, en lo que
respecta a la antigüedad, indemnización sustitutiva del preaviso, indemnización por
despido, utilidades, vacaciones fraccionadas y cesta tickets, desestimando lo pretendido por
útiles escolares, botas y braga. Considera procedentes las indemnizaciones por despido
injustificado previstas en el artículo 125 de la Ley Orgánica del Trabajo, vale decir, la
indemnización por despido y la indemnización sustitutiva del preaviso, no así, el pago por
salarios caídos desde la fecha del despido hasta la sentencia definitiva.

Ahora bien, a criterio de esta Sala, y en cumplimiento de la labor pedagógica


que ésta ha asumido, es propicia la oportunidad para hacer algunas precisiones de carácter
normativo y jurisprudencial, relacionadas con los intereses moratorios y con la corrección
monetaria de las cantidades que una vez concluida la relación laboral queda a deber el
patrono al trabajador, su génesis normativa, su evolución, y algunas propuestas sobre la
interpretación que a éstos debe dársele bajo la óptica de nuestro derecho positivo.

Para ello, debe forzosamente referirse, de manera preliminar, a su antecedente


normativo, es decir, al artículo 92 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela que a la letra establece que el salario y las prestaciones sociales son créditos
laborales de exigibilidad inmediata y que toda mora en su pago genera intereses, los cuales
constituyen deudas de valor y gozarán de los mismos privilegios y garantías de la deuda
principal.

Estima la Sala que para el cabal entendimiento del contenido de esta previsión
constitucional debe precisarse a qué hizo alusión el constituyente cuando se refirió en este
contexto a las “prestaciones sociales” y para ello debemos puntualizar el sustratum de las
mismas, aparejada de una suerte de breve reseña histórica, y la determinación de cuáles
conceptos conforman esta institución en el marco de nuestro ordenamiento jurídico vigente.

De una proyección regresiva en el tiempo, se constata con nitidez la intención


legislativa venezolana de dar protección a los trabajadores cuando cesa la prestación de sus
servicios.

Con referencia las prestaciones sociales en el ámbito patrio, y en razón de este


afán proteccionista, surge la incorporación de las mismas con carácter de fondo de
previsión social, vale decir, la prestación de antigüedad y el auxilio de cesantía, como
subsidios económicos ante tal eventualidad.

Debe indicarse que la Constitución Nacional venezolana de 1961 establecía en


su artículo 88 el mandato de adoptar medidas tendientes a garantizar la estabilidad en el
trabajo y el establecimiento de “prestaciones” que recompensaran la antigüedad del
trabajador en el servicio y lo ampararan en caso de cesantía.

Éstas, fueron concebidas originariamente como expectativas de derecho, y la


percepción de las mismas dependía de la causa de finalización de la relación de trabajo,
estaban condicionadas a si ésta se producía por un despido injustificado o un retiro
justificado, caso contrario no surgía la obligación patronal de cancelarlas.

En el año 1974 se modifica este régimen, y “las prestaciones sociales”


(antigüedad-cesantía) se consagran como derechos adquiridos, que se consolidan sin
importar la causa por la cual se ponga fin a la relación laboral, y a partir de este momento,
en ningún caso el laborante pierde el derecho a la percepción de las mismas.
Coincidiendo con la más calificada doctrina patria, se puede afirmar que la
prestación de antigüedad y el auxilio de cesantía fueron concebidas como un salario
diferido que se consolidaban con el transcurso del tiempo y se hacían exigibles al término
de la relación laboral; que éstas protegen al trabajador de dos contingencias básicas como
son la pérdida del empleo (auxilio de cesantía), y el reconocimiento a la permanencia en el
trabajo a través de un ahorro (antigüedad), configurándose como el único patrimonio que
aumentaba y acumulaba el trabajador con el transcurso ininterrumpido del tiempo, exigible
al finalizar la relación laboral.

Con la puesta en vigencia de la Ley Orgánica del Trabajo de 1990, en su


artículo 108 se refunden en un solo rubro, “las prestaciones sociales”, es decir, la
antigüedad y el auxilio de cesantía, considerada como una “indemnización”.

No es hasta que el cuerpo laboral sustantivo de 1990 es reformado, es decir, en


fecha 19 de junio de 1997, cuando la “indemnización por antigüedad” es establecida como
“prestación de antigüedad”, cambio de categorización éste que, a criterio de la más
calificada doctrina patria, es de mayor rigor técnico, puesto que no se trata de un pago
indemnizatorio sino de un pago que nace por la permanencia en el trabajo, por lo que en el
actual contexto jurídico laboral venezolano, la expresión “prestaciones sociales” es
impropia gramatical y conceptualmente hablando, ya que hoy en día, esta previsión sólo
está referida a la “prestación de antigüedad”.

Aclarada como ha sido esta imprecisión terminológica en los párrafos


anteriores, fuerza indicarse que, en lo que respecta a la parte in fine del artículo 92 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, o sea, al establecimiento de la
mora debitoris, esto es, que el retraso o incumplimiento de lo que adeuda el patrono al
trabajador por concepto de la prestación de antigüedad, genera el deber de pagar intereses
de mora desde la fecha en que la misma se hace exigible, vale decir, desde el momento en
que efectivamente culmina la relación de trabajo.

En el sentido precedentemente esbozado se pronunció esta Sala de Casación


Social en sentencia Nº 607 de fecha 04 de junio de 2004, al referirse a la naturaleza jurídica
de los intereses moratorios sobre el pago de la diferencia de prestaciones sociales en los
siguientes términos:

Los intereses moratorios no son más que la consecuencia de la falta de pago


oportuno, del retardo o la mora en la cual incurre el patrono en pagar al
trabajador sus prestaciones sociales, al finalizar la relación laboral, dado el uso
por el empleador de un capital perteneciente al trabajador, el cual generará
intereses a favor de éste, los que se calcularán a la tasa fijada por el Banco
Central de Venezuela, de conformidad con lo establecido en el artículo 108 de
la Ley Orgánica del Trabajo, si son causados después de la entrada en vigencia
de la Carta Magna.

Es decir, que el reclamo de dichos intereses generados por la tardanza en el


pago de las prestaciones sociales, debe necesariamente computarse después
de la extinción de la relación de trabajo, pues se trata de un interés moratorio
causado por una tardanza culposa del patrono en no cumplir con su obligación
patrimonial frente a su trabajador, que consiste en el pago oportuno de las
prestaciones sociales, una vez finalizada su relación laboral.

Por consiguiente, cuando el patrono no paga oportunamente las prestaciones


sociales, es decir, cuando no las paga al finalizar la relación de trabajo,
surge para el trabajador, además del derecho de reclamar judicialmente
tal pago, el derecho a cobrar intereses de mora por el retardo en el
cumplimiento del pago. (Destacados actuales de la Sala).

Estos intereses no deben ser confundidos con los intereses devengados por las
cantidades acumuladas por la prestación de antigüedad, a que se contrae el artículo 108 de
la Ley Orgánica del Trabajo, que establece que de forma mensual y definitiva deben ser
liquidados y depositados al trabajador en un fideicomiso individual o en la contabilidad de
la empresa y que le deberán ser entregados anualmente y al término de la relación de
trabajo lo que por ello se adeudare.
En el sentido del criterio anterior, se dejó establecido en reciente sentencia de la
Sala Constitucional (Nº 969 del 16 de junio de 2008), lo siguiente:

(…) lo adeudado por concepto de salario y prestaciones sociales, de


conformidad con el artículo 92 de la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela, son créditos de exigibilidad inmediata que no pueden sujetarse a
la determinación de acontecimientos futuros e inciertos, Además, toda mora en
el pago genera intereses, los cuales constituyen deudas de valor, que gozan de
los mismos privilegios y garantías de la deuda principal. Asimismo, en dicha
sentencia, esta Sala señaló que el riesgo de las fluctuaciones del valor
monetario corren por cuenta del deudor, lo que también condiciona la necesaria
inmediatez en el pago de las obligaciones laborales, ordenándose finalmente, la
publicación de dicha decisión en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana
de Venezuela.

Siendo ello así, se advierte como en el presente caso, la sentencia cuya revisión
se solicita, que fue emitida el 10 de agosto de 2004, esto es, con posterioridad a
la entrada en vigencia de la Constitución de 1999 y al fallo dictado por esta Sala
Constitucional, el 11 de abril de 2002, por lo cual se estima que transgredió la
doctrina vinculante fijada por esta Sala, así como infringió el contenido del
artículo 92 de la Constitución, ya que lo ajustado a derecho era que el
Juzgado Tercero de Primera Instancia del Trabajo del Régimen Transitorio de
la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, acordase el
pago de intereses de mora sobre las cantidades adeudadas y a las cuales fue
condenado el patrono en el fallo referido; los cuales serán calculados desde
la fecha de culminación de la relación laboral, hasta la fecha de ejecución
del fallo. (Destacados actuales de la Sala.)

En lo que se refiere a la corrección monetaria, ratifica esta Sala la


fundamentación ideológica que jurisprudencialmente se le ha dado a la misma y para ello
asume como suyo el criterio sostenido por la Sala Constitucional en decisión Nº 2191 de
fecha 06 de diciembre de 2006 cuando dejó establecido que la indexación -o ajuste
inflacionario- opera en virtud del incumplimiento o retardo en el que incurre una de las
partes que se ha comprometido en una obligación, de modo que la indexación comporta una
justa indemnización capaz de reparar la pérdida material sufrida y compensar el daño
soportado, con la finalidad de que la tardanza en el cumplimiento no comporte una
disminución en el patrimonio del acreedor.

Dispone también este máximo órgano jurisdiccional que en consecuencia, y


salvo que la ley diga lo contrario, quien pretenda cobrar una acreencia y no reciba el pago
al momento del vencimiento de la obligación, tiene derecho a recibir el pago en proporción
al poder adquisitivo que tiene la moneda para la fecha efectiva del mismo, y que sólo así,
recupera lo que le correspondía recibir cuando se venció la obligación y ella se hizo
exigible. (S/C 20-03-06 Nº 576).

Por otra parte, ratifica esta Sala de Casación Social, el discurrir histórico de esta
institución dentro de la jurisprudencia patria, y a tal efecto reproduce, las consideraciones
formuladas en tal sentido, en decisión Nº 595 de fecha 22 de marzo de 2007, que a su vez,
ratifica la sentencia Nº 111 de fecha 11 de marzo de 2005, en la cual se dispuso que la
corrección monetaria en los juicios laborales que tengan por objeto la cancelación de las
prestaciones sociales de los trabajadores, es declarada materia de orden público social, esto,
según lo estimado por la Sala de Casación Civil de la extinta Corte Suprema de Justicia, en
sentencia de fecha 17 de marzo de 1993 (Camillius Lamorell contra Machinery Care y
otro), en la cual se apuntó que el ajuste monetario podía ser acordado de oficio por el Juez,
aun sin haber sido solicitado por el interesado, con fundamento en la noción de
irrenunciabilidad de las disposiciones y normas que favorezcan a los trabajadores, y basado
en que la restitución del valor de las obligaciones de dinero al que poseía para la fecha de la
demanda, no es conceder más de lo pedido, sino conceder exactamente lo solicitado,
teniendo en cuenta que el trabajador tiene el derecho irrenunciable a la prestación no
disminuida por la depreciación cambiaria.

El fallo supra citado de fecha 17 de marzo de 1993, consideró el salario y las


prestaciones sociales como deudas de valor, caracterizadas porque sólo se cumplen
fielmente cuando el deudor satisface la necesidad que esa obligación está dirigida a cubrir,
independientemente de que la suma de dinero indispensable a tal fin, se haya incrementado
por efecto de la disminución del valor de cambio de la moneda, así la filosofía de ese fallo
en su parte medular se centraba en castigar a aquellas personas que sin tener argumentos
razonables para litigar, usaban abusivamente el proceso para perjudicar a la parte actora,
estimulando la litigiosidad judicial sobre la base de que si se demandaba una cantidad de
dinero y el proceso se prolongaba muchos años, era rentable para el demandado retardarlo
en atención a que cuando tenía que cancelar en definitiva, lo hacía pagando una cantidad de
dinero irrisoria en comparación con el valor de la moneda para el momento de introducción
de la demanda.

Debe agregarse aquí otro razonamiento jurisprudencial de esta Sala de Casación


Social, y es que cuando el trabajador demanda asume por hecho que, de tener la razón,
recibirá nominal y materialmente el monto que se le adeuda, por lo que cuando no se
respeta el verdadero valor monetario de la controversia se transgrede el principio de
protección de la confianza legítima, arraigado en otro principio cardinal para el Estado de
Derecho: el de seguridad jurídica, y se favorece el enriquecimiento sin causa del patrono.

Posteriormente, la Sala de Casación Civil, en sentencia Nº 414 de fecha 28 de


noviembre de 1996 (Mario Sánchez contra Viajes Venezuela, C.A.), precisó que en
aquellos juicios laborales que tuvieran por objeto el pago de prestaciones sociales, el riesgo
de la demora judicial no podía recaer en el trabajador victorioso, sino sobre el patrono que
no tuvo razones para incumplir su obligación y que siempre pudo poner fin al proceso en
todo estado y grado de la causa, clarificando así que en sucesivos fallos debía excluirse del
período computable para el cálculo inflacionario, la demora procesal por hechos fortuitos o
causas de fuerza mayor; por huelgas de los trabajadores tribunalicios, de jueces, etc., y el
aplazamiento voluntario del proceso por manifestación de las partes (Parágrafo. 2º del
artículo 202 del Código de Procedimiento Civil).

Ahora bien, en relación con la evolución de la corrección monetaria en materia


laboral, el criterio sostenido en forma pacífica y reiterada por esta Sala de Casación Social
con respecto a su cálculo, es que el mismo debe computarse desde la fecha de la
notificación de la parte demandada hasta que la sentencia quede definitivamente firme,
excluyendo el lapso en que el proceso haya estado suspendido por acuerdo de las partes, y
aquellos períodos en los cuales la causa estuviere paralizada por motivos no imputables a
ellas, es decir, hechos fortuitos o fuerza mayor, criterio éste ratificado por este alto tribunal,
según sentencia de fecha 12 de abril del año 2005. (Decisión Nº 1176/22-09-2005).

Dándole continuación a las consideraciones sobre el premencionado artículo 92,


debe mencionarse que la Sala Constitucional, en la decisión citada anteriormente, al
referirse al contenido del mismo también dejó consagrado:
Tratándose de deudas de valor, el monto está referido a un valor no monetario,
pero que se cumple mediante el pago de una suma de dinero, por cuanto lo
debido al momento de nacer la obligación no consiste en una determinada
cantidad de dinero, sino en un valor, citándose como ejemplo, el resarcimiento
de daños y perjuicios o el pago de pensiones alimentarias, e insistiéndose en
que tales obligaciones se protegen de la inflación, porque no pierden valor
como consecuencia de aquel fenómeno económico, sino que al no estar cifrada
la obligación en dinero, la inflación no tiene efecto alguno sobre la misma.
(Vid. James-Otis RODNER, “El Dinero. La inflación y las deudas de valor”,
Caracas, 1995, p.231 y siguientes).

Esto último es lo que explica el mandato constitucional de proteger el salario y


las prestaciones sociales de las oscilaciones económicas que, como
consecuencia de factores contingentes o estructurales, que influyen sobre el
valor real del signo monetario y que expuesto al efecto corrosivo del tiempo,
disminuyen el poder adquisitivo, y por ende, las expectativas legítimas, que
tienen empleados y obreros, de disfrutar el producto de su trabajo. El riesgo de
las fluctuaciones del valor monetario corren por cuenta del deudor, lo que
también condiciona la necesaria inmediatez en el pago de las obligaciones
laborales (…).

Así las cosas, partiendo de un análisis gramático-contextual tenemos que dicha


norma del cuerpo adjetivo laboral prevé dos sanciones pecuniarias que paralelamente van
consustanciadas con la condena en los juicios de naturaleza laboral.

En primer término, el artículo 185 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo


consagra, el pago de intereses moratorios que se generan a raíz de la condena judicial, es
decir, que éstos tienen un origen endógeno procesal, se producen sólo con ocasión de la
renuencia del ejecutado a cumplir “voluntariamente con la sentencia” sobre las cantidades
condenadas desde la fecha del decreto de ejecución hasta la oportunidad del pago efectivo;
se establece como base de cálculo de los mismos, la tasa de mercado vigente, establecida
por el Banco Central de Venezuela para los intereses sobre prestaciones sociales. Aquí cabe
precisar que, para su determinación basta con remitirse a lo que a este respecto establece el
artículo 108 de la Ley Orgánica del Trabajo en relación con la tasa de interés que devengan
las prestaciones sociales, y en lo que se refiere al inicio del cómputo de los mismos, que
éstos correrán desde la fecha del decreto de ejecución, hasta la materialización de ésta.
Consagra entonces, la norma sub analisis también la procedencia de la
indexación o corrección monetaria desde el decreto de ejecución de la sentencia hasta la
oportunidad efectiva del pago, es decir, que conteste con la norma ut supra transcrita, en el
vigente proceso laboral la corrección monetaria o indexación procede en aquellos casos en
que, una vez cuantificada la condena, el perdidoso no cumpliere voluntariamente con la
misma, a partir de la ejecutoriedad del fallo, y no desde la admisión o notificación de la
demanda como sucedía bajo el régimen procesal laboral anterior. En este orden de ideas,
esta Sala ha sostenido lo siguiente:

(…) la Ley Procesal Laboral, contempla la indexación sólo en fase de ejecución


cuando existiere incumplimiento voluntario del condenado, la cual de
conformidad con la norma anteriormente transcrita [artículo 185 de la Ley
Orgánica Procesal del Trabajo] operará desde el decreto de ejecución hasta su
cumplimiento efectivo.

Ahora bien, este criterio debe ser aplicado para aquellos casos en los cuales la
causa se haya ventilado bajo los parámetros de la vigencia de la Ley Orgánica
Procesal del Trabajo, de lo contrario, es decir, si se tratare (…) de una causa
que ha sido arrastrada desde el derogado procedimiento laboral, debe aplicarse,
en obsequio a la justicia, el criterio mantenido por esta Sala previo a la entrada
en vigencia de la Ley Adjetiva mencionada, en cuanto a la indexación.

(Omissis)

En este mismo orden de ideas, sólo operará la indexación sobre todas las
cantidades ordenadas a pagar, de conformidad con la Ley Orgánica Procesal del
Trabajo, si el condenado no cumpliere voluntariamente con lo ordenado, desde
el decreto de ejecución hasta su cumplimiento efectivo (Sentencia N° 630 del
16 de junio de 2005, caso: José Cristóbal Isea Gómez y otros contra C.A.,
Electricidad de Occidente; criterio ratificado entre otras, en sentencias N os
1.412 y 1.945 del 28 de junio y del 3 de octubre de 2007, casos: Marisela
Beatriz Rojas de Rodríguez contra Avon Cosmétics de Venezuela, y Carlos José
Díaz Ríos contra Expresos Caribe C.A., respectivamente).

Con fundamento en los criterios expuestos y en las normas parcialmente


transcritas, la Sala en ejercicio de su labor interpretativa, fundamentada en la justicia y la
equidad, en su incansable esfuerzo de humanizar el proceso, y teniendo en cuenta que la
nueva concepción que del Estado propugna nuestra Carta Magna exige una visión del
derecho compenetrada con todos los sectores de la sociedad, a fin de minimizar en lo
posible y mediante la interpretación jurídica, los desajustes que en ella puedan coexistir, lo
que implica que la interpretación y aplicación del derecho tenga en cuenta la realidad social
a fin de no agravar más la condición de vulnerabilidad en que se encuentran algunos de sus
sectores en relación a otros, o a su calidad de vida, tomando en cuenta que el
incumplimiento del pago de las acreencias del trabajador trastoca el interés social, lo que
exige una participación del Juez para que el postulado constitucional de Estado Social de
Derecho y de justicia alcance concreción práctica (Vid. Sent. S. C. N° 576 del 20 de marzo
de 2006), y después de una profunda revisión de los criterios anteriormente expuestos, esta
Sala estima conveniente hacer las siguientes consideraciones:

La citada norma adjetiva laboral (artículo 185), tal como lo señala la


Exposición de Motivos de dicha Ley “plasma como derecho positivo, la inveterada
jurisprudencia del Tribunal Supremo de Justicia, sobre la corrección monetaria del objeto
de la pretensión (…)”.

Efectivamente, ya esta Sala de Casación Social se había pronunciado respecto


de la indexación por la pérdida de valor de la moneda durante la fase de ejecución del
proceso, específicamente en la ejecución forzosa del fallo; en este sentido, entre otras, en
decisión N° 12 del 6 de febrero de 2001 (caso: José Benjamín Gallardo González contra
Andy de Venezuela, C.A.) se sostuvo:

(…) una vez que la sentencia definitiva haya quedado firme y liquidado e
indexado como sea el monto de la condena, el Tribunal, a petición de parte
interesada, decretará la ejecución y fijará el lapso para el cumplimiento
voluntario del fallo, en conformidad con lo establecido en el artículo 524 del
Código de Procedimiento Civil. Si el ejecutado no cumple voluntariamente con
la decisión, el Tribunal ordenará la ejecución forzada y, a petición de parte,
decretará medida ejecutiva de embargo sobre bienes determinados o librará el
respectivo mandamiento de ejecución, para que sea practicada la medida sobre
bienes del deudor, hasta por el doble del monto de la condena más las costas
procesales por las cuales se siga ejecución, en conformidad con lo dispuesto en
los artículos 526 y 527 eiusdem.

Una vez cobrado el monto inicialmente ordenado por el Tribunal, tendrá


derecho el trabajador a solicitar que el Tribunal de la ejecución, es decir aquél
que fue el Tribunal de la causa, calcule la pérdida de valor de la moneda
durante el procedimiento de ejecución forzosa de lo decidido y ordene
pagar la suma adicional que resulte, la cual asimismo será objeto de
ejecución forzosa en caso de falta de cumplimiento voluntario, pues sólo así
puede el proceso alcanzar su finalidad de garantizar una tutela jurídica
efectiva. (Destacados actuales de la Sala).

Como se observa, la Ley Orgánica Procesal del Trabajo recogió la


jurisprudencia de esta Sala, que ya le atribuía al patrono que hubiese sido condenado al
pago, la pérdida del poder adquisitivo de la moneda como consecuencia de la inflación,
durante la ejecución forzosa de la sentencia, máxime cuando tal demora le es imputable
porque pudo darle cumplimiento voluntario al fallo y satisfacer así su deuda con el
trabajador.

No obstante, esta Sala aprecia que, limitar la corrección monetaria al lapso de


ejecución forzosa, implica una ruptura con los avances que en la materia se habían logrado
por vía jurisprudencial, al desnaturalizar dicha figura jurídica. Como señaló la Sala de
Casación Civil en sentencia de fecha 17 de marzo de 1993, a que se ha hecho referencia
precedentemente, la indexación “debe restablecer la lesión que realmente sufre el valor
adquisitivo de los salarios y prestaciones del trabajador por la contingencia inflacionaria,
corrigiendo la injusticia de que el pago impuntual de las prestaciones se traduzca a una
ventaja del moroso y en daño del sujeto legalmente protegido con derecho a ello”.

Cuando el trabajador, ante el incumplimiento culposo por parte del deudor de la


obligación, activa los órganos de administración de justicia, deberá esperar el tiempo que
necesariamente requiere la culminación del proceso –pese a que el nuevo proceso laboral
destaca frente al anterior por haber acortado significativamente su duración, al inspirarse en
principios de brevedad, celeridad y concentración, constituye una actividad dinámica que se
desarrolla en el tiempo– para obtener un pronunciamiento judicial. Así, la fase de cognición
de la causa podría implicar una demora en el cumplimiento del patrono, y, ante la
improcedencia de la corrección monetaria durante ese lapso, es el trabajador quien soporta
la pérdida del valor adquisitivo de la moneda en razón de la inflación –lo cual constituye
una máxima de experiencia conteste con la consolidada jurisprudencia de este máximo
Tribunal–, porque en definitiva recibe una cantidad inferior a la que se le adeudaba, desde
el punto de vista de su poder adquisitivo y no nominal.
En consecuencia, a fin de permitir que el trabajador obtenga una cantidad igual
a la que se le debía para el momento de poner en mora al empleador, es indispensable que
esa suma sea actualizada a través del mecanismo de la indexación, lo que debe realizarse
incluso en aquellas causas que hayan comenzado bajo el régimen procesal laboral vigente.

En este orden de ideas, la Sala precisó en fallos anteriores que el cómputo de la


corrección monetaria debe hacerse a partir de la fecha en que haya sido notificada la parte
demandada –y no desde la admisión de la demanda–, porque sólo entonces ésta tiene
conocimiento del ejercicio del derecho de crédito por parte de su titular, quien exige el
cumplimiento de la obligación.

Conteste con lo anterior, esta Sala de Casación Social establece en la presente


decisión algunas parámetros que deberán ser tomados en cuenta por los jurisdicentes al
momento de hacer la condena de los intereses moratorios e indexación previstos
constitucional y legalmente, y que constituyen la nueva doctrina jurisprudencial de esta
Sala, en el sentido infra detallado, a ser aplicada tanto en los procedimientos iniciados bajo
el iter procesal consagrado en la Ley Orgánica de Tribunales y de Procedimientos del
Trabajo, como en los iniciados o que se inicien en lo sucesivo bajo el vigente régimen
adjetivo laboral.

En primer lugar, y en lo que respecta a los intereses moratorios causados por la


falta de pago de la prestación de antigüedad consagrada en el artículo 108 de la Ley
Orgánica del Trabajo, al ser concebida constitucionalmente como una deuda de valor, se
establece que el cómputo de los mismos debe hacerse desde la fecha en que la misma es
exigible, vale decir, desde la fecha de finalización de la relación de trabajo, sea por causa
atribuibles a la voluntad de las partes o por causas ajenas a la misma, independientemente
de la oportunidad elegida por el trabajador para reclamar sus derechos judicial o
extrajudicialmente.

En segundo lugar, debe asumirse el mismo criterio establecido en el párrafo


anterior con respecto a la indexación de la cantidad que por prestación de antigüedad sea
adeudada al ex trabajador.
En tercer lugar, y en lo que respecta al período a indexar de los otros conceptos
derivados de la relación laboral, su inicio será la fecha de notificación de la demandada en
el nuevo proceso y de citación en el procedimiento derogado, por las razones y
fundamentos anteriormente explanados hasta que la sentencia quede definitivamente firme,
excluyendo de dicho cálculo los lapsos sobre los cuales la causa se haya paralizado por
acuerdo entre las partes, por hechos fortuitos o de fuerza mayor, tales como la
implementación de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo y por vacaciones judiciales.

En cuarto lugar, y en lo que respecta al período a indexar de las


indemnizaciones provenientes de la ocurrencia de accidentes laborales o enfermedades
profesionales, exceptuando lo que concierne al daño moral, su inicio será la fecha de
notificación de la demandada en el nuevo proceso y de citación en el procedimiento
derogado, por las razones y fundamentos anteriormente explanados hasta que la sentencia
quede definitivamente firme, excluyendo de dicho cálculo los lapsos sobre los cuales la
causa se haya paralizado por acuerdo entre las partes, por hechos fortuitos o de fuerza
mayor, tales como la implementación de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo y por
vacaciones judiciales.

En quinto lugar, las condenas indemnizatorias en los juicios de estabilidad, tales


como salarios dejados de percibir y demás establecidas en el artículo 125 de la Ley
Orgánica del Trabajo, se ratifica el criterio asumido por esta Sala en decisión Nº 254 del
16/03/2004 en el sentido que en los juicios especiales de estabilidad no se demanda el pago
de prestaciones o indemnizaciones laborales porque el patrono estuviera en mora, en ellos
se solicita la calificación de un despido por el incumplimiento de una obligación de no
hacer, y la sentencia, en caso que se declare procedente, ordena sólo el reenganche con el
pago de los salarios caídos; pero es a partir de esa declaratoria que se deben los salarios
caídos, que son exigibles, no antes, aún cuando para su cuantificación se tome en cuenta el
tiempo del procedimiento como sanción al empleador, por lo que no puede aplicarse la
corrección monetaria en el procedimiento de estabilidad, en el entendido que si se cumple
con el reenganche y el trabajador regresa a su puesto de trabajo debe recibir exactamente el
monto de los salarios caídos que dejó de percibir, sin imputarle corrección monetaria
porque de hacerlo, primeramente se estaría aplicando la indexación sin estar presente la
mora del patrono, y en segundo lugar, pudiera darse la circunstancia que el trabajador
reenganchado, al indexarle los salarios caídos, reciba mayor remuneración que la obtenida
por otros trabajadores que realizan idénticas funciones.

En sexto lugar, en lo que respecta a las acciones de mero certeza o de mera


declaración, en las que no se pide una resolución de condena a una prestación, sino la mera
declaración de la existencia o inexistencia de una relación jurídica, las cuales no requieren
ejecución, debe señalarse que a las mismas es inaplicable la institución de la indexación.

En séptimo lugar, en caso de no cumplimiento voluntario de la sentencia el Juez


de Sustanciación, Mediación y Ejecución del Trabajo competente, aplicará lo preceptuado
en el artículo 185 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo.

En octavo lugar, estos peritajes serán realizados por un solo experto designado
por el Tribunal Ejecutor.
Es necesario destacar que esta nueva orientación jurisprudencial únicamente
podrá aplicarse hacia el futuro, a partir del dispositivo oral del fallo proferido por la Sala, a
fin de evitar una aplicación retroactiva de un viraje jurisprudencial, la cual iría en contra de
la seguridad jurídica que debe procurarse en un Estado de Derecho, tal como lo ha afirmado
la Sala Constitucional de este alto Tribunal.

DECISIÓN

Por las razones antes expuestas, este Tribunal Supremo de Justicia, en Sala de
Casación Social, administrando justicia en nombre de la República Bolivariana de
Venezuela y por autoridad de la ley, declara CON LUGAR el recurso de casación
interpuesto por la parte accionada contra la sentencia publicada por el Juzgado Superior
Octavo del Trabajo para el Régimen Procesal Transitorio de la Circunscripción Judicial del
Área Metropolitana de Caracas, en fecha 31 de octubre de 2007, y PARCIALMENTE
CON LUGAR la demanda, en los términos referidos en la parte motiva de este fallo.
Publíquese, regístrese y remítase el expediente a la Unidad de Recepción y
Distribución de Documentos de la Circunscripción Judicial ut supra identificada.
Particípese de esta remisión al Juzgado Superior de origen antes mencionado, todo ello de
conformidad con el artículo 176 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo.

Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho de la Sala de Casación Social,


del Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas, a los once (11) días del mes de noviembre
de dos mil ocho. Años: 198º de la Independencia y 149º de la Federación.

El Presidente (E) de la Sala,

________________________
JUAN RAFAEL PERDOMO

El
Magistrado, Magistrado y Ponente,

_______________________________ _______________________________
ALFONSO VALBUENA CORDERO LUIS E. FRANCESCHI GUTIÉRREZ

Magistrada,

_________________________________
CARMEN ELVIGIA PORRAS DE ROA

El Secretario,

_____________________________
JOSÉ E. RODRÍGUEZ NOGUERA

R.C. N° AA60-S-2007-002328
Nota: Publicada en su fecha a
El Secretario,

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