La Proposta D'amnistia de Sumar
La Proposta D'amnistia de Sumar
La Proposta D'amnistia de Sumar
10 de octubre de 2023
Autores (por orden alfabético)
Llabrés Fuster, Antoni Titular de Derecho penal. Universitat de les Illes Balears.
NOTA PREVIA
Página
Parte 2ª Razones para la aprobación de una amnistía en el actual contexto político …18
1.El Parlamento define la política-criminal del Estado según reiterada doctrina de
nuestro Tribunal Constitucional ............................................................................................... 18
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Parte 1ª RESPALDO CONSTITUCIONAL PARA LA
PROMULGACIÓN DE UNA LEY DE AMNISTÍA.
1 https://www2.tribunalconstitucional.cl/wp-content/uploads/2022/04/Constituciones-del-Mundo-
Europa-Tomo-II.pdf
2 . Art 79. La amnistía y el indulto serán otorgados por ley aprobada por una mayoría de dos tercios de los
los delitos, así como penas aplicables, procedimiento penal, amnistía, creación de nuevas clases de
jurisdicción y estatuto de los magistrados y fiscales.
5 . Art. 173. Otros deberes y competencias, 1. La Asamblea Federal tiene los siguientes deberes y competencias
1
se repite en el art. 115.1º del Código penal de 1932 y que se reitera en el art. 112.3º
del Código penal de 19736.
GRACIA MARTÍN, L., Lecciones de consecuencias jurídicas del delito, Valencia, 1998, pág. 278, donde
afirma: “Nada dice nuestra Constitución acerca de la amnistía. Según la opinión más extendida, dicho
silencio ha de ser interpretado en el sentido de que un posible ejercicio del derecho de gracia a través de la
amnistía no está prohibido, y que su regulación será la que en cada caso resulte de ley que la conceda”
2
Ministerio de Justicia y se aprueba por el Consejo de Ministros. En este sentido
parece oportuno traer a colación que ya en el debate parlamentario de la
Constitución de 1931 se puso de manifiesto la inconveniencia del indulto general,
entendido como perdón en masa, indiscriminado y huérfano de una motivación
política que no atendiera al interés general y más aún cuando éste pudiera ser
acordado por el Gobierno.
Por otro lado, en cuanto a su desaparición del vigente art. 130 del Código penal,
a pesar de que sí se preveía en el art. 112.3 del Código penal de 1973, un sector
importante de la doctrina consideró en su momento que el Código penal no podía
condicionar el contenido y alcance de la Ley en la que necesariamente debe
formalizarse toda amnistía9. Al tratarse de una vía extraordinaria, debía regularse
en la propia Ley que la concediera, de manera que era normal que no se previera
la amnistía como algo “natural”, lo que no impide que pudiera ser concedida para
algún grupo de personas o de delitos, siendo el Parlamento quien debería elaborar
y aprobar la oportuna Ley que la regulara. En otras palabras, el hecho de que el
art. 130 del Código penal vigente la haya omitido expresamente como causa de
extinción de la responsabilidad criminal, no implica un límite a las posibilidades
de que el legislativo acuerde una amnistía, ya que no existe restricción
9 . MIR PUIG. S., Derecho Penal. Parte General, ob. cit, págs. 854-855.
3
constitucional para ello10. Un reputado filósofo del Derecho como Liborio L.
Hierro ha sido muy claro: “Estos supuestos extraordinarios admiten otras
soluciones, extraordinarias también [que] están en el ámbito de la competencia
del legislador a través de leyes (…) que establezcan la amnistía para determinados
delitos”11.
La amnistía es, pues, una institución que ya forma parte de nuestro ordenamiento
jurídico, como veremos seguidamente, sin que se haya cuestionado su
constitucionalidad.
4
1. La amnistía en el vigente ordenamiento jurídico.
10 . Entre otros, vid., QUINTERO OLIVARES, G., Curso de Derecho Penal. Parte General (acorde con el
nuevo Código penal de 1995, Barcelona, 1996, pág. 584. RUIZ MIGUEL, “Gracia y justicia. Más allá del
indulto”, en MOLINA/CARRACEDO (eds.), El indulto, pasado, presente y futuro, Montevideo-Buenos
Aires, Editorial B de f., 2018, pág. 101: "el art. 62.i de la Constitución atribuye al Rey la facultad de “ejercer
el derecho de gracia con arreglo a la ley, que no podrá autorizar indultos generales”. No obstante, aunque es
cuestión doctrinalmente debatida, esta prohibición no parece excluir que el parlamento pueda acordar
amnistías a través de una ley: véase sobre ello Aguado Renedo, Problemas constitucionales… cit., pp. 74 y ss.
(para una amplia referencia a la división doctrinal, cfr. p. 78, nota 97); y García Mahamut, El indulto…
cit., pp. 85 y ss."
11 HIERRO, “Sobre el indulto. Razones y sinrazones”, en MOLINA/CARRACEDO, op. cit., p. 55
5
Asimismo, la Ley 20/2022, de 19 de octubre, de Memoria Democrática, en su
Preámbulo hace referencia a la Ley 46/1977, de 15 de octubre de Amnistía, para,
más tarde, en el apartado tercero de su art. 2, relativo a las Principios Generales,
afirmar: “Todas las leyes del Estado español, incluida la Ley 46/1977, de 15 de
octubre, de Amnistía, se interpretarán y aplicarán de conformidad con el
Derecho internacional convencional y consuetudinario y, en particular, con el
Derecho Internacional Humanitario, según el cual los crímenes de guerra, de
lesa humanidad, genocidio y tortura tienen la consideración de imprescriptibles
y no amnistiables”.
Aparte de las anteriores, expuestas a modo de ejemplo, no son pocas las normas
que, en nuestro ordenamiento, de manera expresa, dan carta de naturaleza a la
amnistía. En suma, a pesar de que la amnistía no dispone de un reconocimiento
constitucional expreso, está fuera de cualquier duda el hecho de que es una
institución que no sólo se encuentra vigente en nuestro ordenamiento jurídico,
sino que el art. 87 CE no la establece como límite a la potestad legislativa de las
Cámaras.
6
2. Vigencia de la amnistía en la jurisprudencia del Tribunal
Supremo.
7
Así, con respecto a la primera cuestión, el Tribunal afirma:
“En otro orden de cosas, ha de recordarse que la ley de amnistía fue promulgada
con el consenso total de las fuerzas políticas en un período constituyente surgido
de las elecciones democráticas de 1977. Esta ley ha sido confirmada
recientemente en su contenido esencial, por otro acto de naturaleza legislativa:
el pasado 19 de julio de 2011 el Congreso de los Diputados rechazó la proposición
para modificar la Ley 46/1977, de Amnistía”.
En efecto, el propio Congreso de los Diputados ha validado en diversas ocasiones
la vigencia de esta Ley mediante actos de naturaleza legislativa. Cabe citar aquí el
rechazo por mayoría absoluta de una proposición de ley del Grupo Parlamentario
Mixto para modificar la Ley de Amnistía, el 19 de julio de 2011 (320 votos en
contra, 8 a favor y 8 abstenciones). O el rechazo, el 20 de diciembre de 2016, en
la Comisión de Justicia del Congreso, de una Proposición no de Ley que instaba a
la modificación de la Ley de Amnistía para establecer que no se aplicaría a casosde
torturas o desapariciones forzadas, ni a los crímenes de genocidio o de lesa
humanidad (26 votos en contra, 10 a favor y una abstención).
8
3. Vigencia de la amnistía en la Jurisprudencia del Tribunal
Constitucional.
Con lo expuesto hasta aquí parece clara la afirmación de que una nueva Ley de
amnistía es compatible y encaja plenamente en el ordenamiento constitucional
español.
10
4. Un precedente reciente: el Real Decreto-Ley 12/2012, de 30
de marzo, por el que se introducen diversas medidas
tributarias y administrativas dirigidas a la reducción del
déficit público. STC 73/2017, de 8 de junio.
11
5. El precepto constitucional que posibilitaría una nueva Ley
de amnistía.
En efecto, es de sobra conocido que el art. 9.3 CE dispone que “La Constitución
garantiza el principio de legalidad…la irretroactividad de las disposiciones
sancionadoras no favorables o restrictivas de derechos individuales…”; luego,
en sentido contrario, es evidente concluir que la Constitución permite que se
apliquen retroactivamente disposiciones sancionadoras favorables. Por tanto,
según el citado autor, no existe ningún inconveniente que permita negar la
concesión de amnistías en virtud de lo previsto en el art. 9.3 CE.
12. Sobre los avatares del debate constituyente, vid., REQUEJO PAGÉS, J.L., “Amnistía e indulto en el
constitucionalismo histórico español”, en Historia constitucional, (revista electrónica), ob. Cit., págs. 100 y
ss.
13. LINDE PANIAGUA, E., “Amnistía e indulto en la Constitución Española de 1978”, en Revista de Derecho
Público, núm. 2, 1979, págs. 55 y ss.
12
6. Sobre los límites materiales de una Ley de amnistía:
delitos a los que no resulta aplicable.
Una Propuesta que no prosperó pero que recogía, en buena medida, una parte del
debate suscitado en los tribunales de justicia acerca de la vigencia de la Ley
46/1977 y de su alcance con respecto a los delitos de lesa humanidad, en realidad,
sobre los crímenes del franquismo y la vigencia del Capítulo II bis del Título XXIV
del Libro II del Código penal, con la rúbrica “De los delitos de lesa humanidad”,
art. 607 bis. (texto incorporado al Código penal mediante la Ley Orgánica
15/2003, de 25 de noviembre).
13
personas y contra Altos Organismos de la Nación”. Unos hechos que se
abordaron en la STS núm. 101/2012, de 27 de febrero, donde la Sala acabó
absolviendo al Magistrado del Juzgado Central de Instrucción núm. 5, del delito
de prevaricación del que venía siendo acusado. En la citada resolución se
abordaron distintas cuestiones que exceden el objeto de este Dictamen, aunque
sí nos referiremos brevemente a uno de los elementos clave del Auto de 16 de
octubre de 2008, donde el Magistrado Instructor considera que, con relación a la
amnistía, cualquier ley que pretenda eliminar un delito contra la humanidad sería
nula de pleno derecho y, por ende, no podría ser aplicada. Parecer no compartido
por la Sala, que considera que:
14
7. Requisitos constitucionales de una Ley de amnistía.
14. B. SCHÜNEMANN, “Amnestie und Grundgesetz. Zur Verfassungswidrigkeit einer Amnestie in der
Parteispendenaffare”, Zeitschrift für Rechtspolitik-198 (Citado por PÉREZ DEL VALLE, C. “Amnistía,
Constitución y justicia material”, en Revista Española de Derecho Constitucional, núm. 61, 2001, pág. 196).
15
1º. Justificación de la existencia de un motivo legítimo. En este caso la Ley debe
incluir una adecuada fundamentación política sobre su necesidad. Cuestión que
será tratada en el apartado siguiente. Ahora bien, debemos anticipar que la
viabilidad de una Ley de amnistía no puede circunscribirse únicamente a la
liquidación de una etapa anterior, como ocurrió con el Real Decreto de 1976 y la
Ley de 1977, sino que, una Ley de amnistía también puede tener por objeto
resolver un conflicto político, como ocurrió poco antes de la guerra civil con el
Decreto-Ley de 21 de febrero de 1936, mediante el que se concedió una amnistía
a todos los condenados por los sucesos de la Revolución de Octubre de 1934, a
propuesta de Azaña y cuyo único artículo enfatizaba que se trataba de una medida
de “pacificación conveniente al bien público y a la tranquilidad de la vida
nacional…”.
2º. Que adopte la forma de Ley general, de modo que no constituya una medida
para casos particulares. Una Ley que al afectar al Código penal y al desarrollo de
los derechos fundamentales (vinculados, entre otros, con el derecho a la tutela
judicial efectiva y el principio de legalidad), necesariamente ha de revestir el
carácter de Ley Orgánica (art. 81 CE).
15
BVerfG 10, 234.
16 PÉREZ DEL VALLE, C. “Amnistía, Constitución y justicia material”, ob. cit., pág 195.
16
Así, en la resolución anterior, con relación a la finalización de los procedimientos
en virtud de una Ley de Amnistía General, la Gran Sala observa que al
demandante se le había concedido indebidamente una amnistía por actos que
equivalían a graves violaciones de los derechos humanos fundamentales
protegidos en virtud de los artículos 2 y 3 del Convenio. A lo que añade que los
Estados tienen la obligación de enjuiciar actos calificables como la tortura u
homicidio intencionado.
17 Dujardin et autres contre la France, núm. 16734/90, decisión de la Comisión, 2 de septiembre de 1991,
Decisions and Reports 72.
18 Marguš contre Croatia [GC], núm. 445/10, 27 de mayo de 2014. Al respecto, vid., ampliamente, nm. 129
y ss.
19. Vid., CHINCHÓN ÁLVAREZ, J., “Las leyes de amnistía en el sistema europeo de Derechos Humanos. De
la decisión de la comisión en Dujardin y otros contra Francia a la sentencia de la Gran Sala en Marguš contra
Croacia: ¿Progresivo desarrollo o desarrollo circular”, Revista de Derecho Comunitario Europeo, núm. 54,
2015, pág. 947.
17
PARTE 2ª
Ambos fenómenos de reducción y expansión del sistema penal son admitidos por
la doctrina de nuestro Tribunal Constitucional, que le reconoce al legislador un
amplio espacio de juego para que determine su línea político-criminal bajo la
única condición del respeto a los derechos fundamentales. En apoyo de esta
aseveración cabe citar las siguientes Sentencias:
18
STC 55/1996, de 28 de marzo
“como no puede ser de otro modo en un Estado social y democrático de Derecho,
corresponde en exclusiva al legislador el diseño de la política criminal” (FJ6)
STC 129/1996, de 9 de julio
“Como ha puesto de relieve la STC 55/1996, el legislador en el ejercicio de su
competencia de selección de los bienes jurídicos que dimanan de un determinado
modelo de convivencia social y de los comportamientos atentatorios contra ellos,
así como respecto de la determinación de sanciones penales, goza, dentro de los
límites establecidos en la Constitución, de un amplio margen de libertad que
deriva de su posición constitucional, y en última instancia, de su específica
legitimidad democrática. No sólo cabe afirmar, pues, sigue diciendo la Sentencia,
que como no puede ser de otro modo en un Estado social y democrático de
Derecho, corresponde al legislador el diseño en exclusiva de la política criminal,
sino también que, con la excepción que imponen las citadas pautas elementales
que emanan del Texto constitucional, dispone para ello de plena libertad (…) Por
ello, tan conforme es a la Constitución en los términos acabados de exponer, que
un hecho que hasta un determinado momento es penalmente típico, deje de serlo,
o viceversa o que sobre él, el legislador establezca una diferente pena en el
aspecto cualitativo o en el cuantitativo. Los procesos de auténtica
criminalización y descriminalización, o de aumento o reducción de penas,
responden a una serie de circunstancias que generalmente afectan a la
sensibilidad social, frente a determinados comportamientos que al ser captada
por el legislador en cada momento histórico” (FJ4)
STC 59/2008, de 14 de mayo
El hecho de que el diseño en exclusiva de la política criminal corresponda al
legislador (STC 129/1996, de 9 de julio, FJ 4) y que la determinación de las
conductas que han de penarse y la diferenciación entre ellas a los efectos de
asignarles la pena adecuada para su prevención sea el “el fruto de un complejo
juicio de oportunidad que no supone una mera ejecución o aplicación de la
Constitución” (FJ6)
STC 154/2009, de 25 de junio
“conforme a la doctrina de este Tribunal el legislador democrático goza de la
potestad exclusiva para configurar los bienes penalmente protegidos, los
comportamientos penalmente reprensibles, el tipo y la cuantía de las sanciones
penales, y la proporción entre las conductas que pretende evitar y las penas con
las que intenta conseguirlo, gozando de un amplio margen de libertad que deriva
de su posición constitucional. Por tanto, no compete al Tribunal Constitucional
enjuiciar ni valorar temas de política legislativa criminal, pues la realidad
social sólo es valorable por el legislador” (FJ 7).
STC 160/2012, de 20 de septiembre (citada, posteriormente, por la STC
169/2021, de 6 de octubre, relativa a la prisión permanente revisable).
“el control de la ley penal que este Tribunal tiene asignado debe venir presidido,
en todo caso, por el reconocimiento de la competencia exclusiva del legislador
para el diseño de la política criminal, correspondiéndole un amplio margen de
libertad, dentro de los límites de la Constitución, para la configuración tanto de
los bienes penalmente protegidos y los comportamientos penalmente
reprensibles, como del tipo y la cuantía de las sanciones penales, o la proporción
entre las conductas que pretende evitar y las penas con las que intenta conseguirlo
(SSTC 55/1996, de 28 de marzo, FJ 9; 163/1999, de 20 de julio, FJ 23; 127/2009,
de 26 de mayo, FJ 8; 203/2009, de 27 de octubre, FJ 5; 60/2010, de 7 de octubre,
19
FJ 7). El juicio de constitucionalidad que nos atañe no se ocupa, en consecuencia,
de cuestiones referidas a la eficacia, conveniencia o acierto técnico de la norma,
sino únicamente a enjuiciar si se han respetado los límites externos que a la
intervención legislativa imponen los principios constitucionales invocados por el
órgano cuestionante (en igual sentido, SSTC 45/2009, de 19 de febrero, FJ 3
y 151/2009, de 25 de junio, FJ 4). (FJ 2)
Dicha valoración cabe desde luego en las amnistías de carácter no político, que
sólo persiguen fines de utilidad inmediata del sistema penal, como la “amnistía
permanente de armas de fuego” aprobada en Australia en 2021, para aflorar las
armas ilegales38, o las denominadas “amnistías fiscales”, concedidas en nuestro
país para favorecer la afloración del dinero negro. Mayor utilidad social cabe
atribuir a las amnistías políticas, que suelen dictarse tras un cambio de régimen
político (como la Ley española de 1977) o para superar un determinado conflicto
político sin que la Constitución haya sufrido ninguna transformación (así, la
recientemente aprobada por el Parlamento inglés, relativa al conflicto
norirlandés, cuyos parámetros son sin embargo muy distintos a los de la amnistía
que aquí se propone39).
38Permanent National Firearms Amnesty. Annual Report. January 2023. En Australia, el programa de
“amnistía nacional y permanente sobre armas de fuego” (“national permanent firearms amnesty”),
acordado y aprobado por el gobierno federal y las administraciones de los seis estados federados
australianos, y en vigencia desde 1 de julio de 2021, permite que tanto los detentadores de custodia impuesta
lato sensu como los detentadores de custodia culpables entreguen dichos objetos a la policía o a comerciantes
legales de armas de manera anónima y sin ser perseguidos penalmente (cfr. VIVEIROS, Delitos de posesión.
Una investigación dogmártica y político-criminal, Tirant lo blanch, Valencia, 2023, p. 300).
40RUIZ MIGUEL, “Gracia y justicia: más allá del indulto, una síntesis”, en PORTILLA
CONTRERAS/VELÁSQUEZ VELÁSQUEZ, Un juez para la democracia. Libro Homenaje a Perfecto Andrés
20
histórica es aquí obligada para establecer sobre una base firme el juicio de
oportunidad (política y social) que al legislador le reclama la jurisprudencia
constitucional.
Ibañez, Madrid, 2019, p. 277. “La apelación a la utilidad pública por razones políticas fundacionales está en
el origen de la institución y del término “amnistía” (άμνηστία: olvido), con los que Atenas reintrodujo la
democracia en el 403 a.C. tras el gobierno de los Treinta Tiranos. Es también, seguramente, el argumento
en favor del derecho de gracia más pujante y el más resistente a su abolición”
21
27 de septiembre convocó una “consulta popular no referendaria sobre el futuro
político de Cataluña”, que se celebró el 9 de noviembre de ese mismo año de
manera pacífica.
22
catalana se produjeron enfrentamientos entre miembros de las fuerzas de
seguridad y ciudadanos que participaban en la emisión de voto, quienes
intentaban impedir a toda costa el cumplimiento de la resolución judicial de la
que eran portadores los agentes” En la 3ª parte de este Dictamen se abordará la
relevancia de dichos sucesos.
La STS 459/2019 reconoce asimismo como hecho probado que los actos previos
a la declaración de independencia del 27 de octubre de 2017 se realizaron con la
única finalidad de negociar con el Estado español. Pero al fin y al cabo, el
Parlament aprobó ese día la Declaración unilateral de independencia. Frente a
ello, el mismo 27 de octubre el Boletín Oficial del Estado publica “el Acuerdo del
Pleno del Senado, por el que se aprueban las medidas requeridas por el
Gobierno, al amparo del artículo 155 de la Constitución”. Dicha Resolución
dispone:
Pese a ello, la Fiscalía General del Estado instó al Tribunal Supremo a iniciar un
procedimiento por delito de rebelión que permitía la aplicación de medidas
excepcionales contra los líderes políticos catalanes, como la suspensión
inmediata de sus cargos públicos en virtud del art. 384 bis LECrim.; por lo demás,
una imputación tan grave favorecía también el inmediato ingreso en prisión
provisional de todos ellos.
23
A lo largo del procedimiento, casi desde su inicio, la imputación de un delito de
rebelión fue fuertemente contestada por decenas de penalistas españoles a través
de distintos manifiestos, entre los que destaca el publicado en noviembre de 2017
por más de 100 catedráticos y profesores de Derecho penal41, en el que se
discrepaba abiertamente de dicha calificación jurídica porque se sostenía que en
los hechos “está ausente un elemento estructural de ese ilícito cual es la
violencia”. Manifestación contraria a dicha calificación que se repitió cuando se
conocieron las Conclusiones provisionales de la Fiscalía y de la Abogacía del
Estado, cuando más de 100 catedráticos/as y profesores/as de Derecho penal
suscribieron el Manifiesto titulado “La banalización de los delitos de rebelión y
sedición” 42, en el que se negaba la concurrencia de ambos delitos en los hechos
ocurridos en Cataluña en septiembre y octubre de 2017.
41Legalidad penal y proceso independentista, encabezado por Francisco Javier Álvarez García y Marisa
Maqueda Abreu, catedráticos de Derecho penal y suscrito por más de 100 catedráticos y profesores de
Derecho penal. https://www.eldiario.es/opinion/tribuna-abierta/legalidad-penal-proceso-
independentista_129_3073315.html
24
de la Sala 2ª del Tribunal Supremo, referida al elemento subjetivo del delito de
rebelión, contribuyó -junto a la consideración de la violencia como típicamente
inidónea- para excluir la condena por ese delito e inclinarse por la sedición, no
poco grave.
Así pues, la resolución penal del conflicto generado en Cataluña a partir de enero
de 2013, mediante la STS 459/2019, supuso la expresión de una política criminal
que se sirvió de una aplicación muy discutible de la normativa penal vigente, sin
explorar otras alternativas menos aflictivas. En este sentido, conviene subrayar
que la reivindicación de la independencia de Cataluña o del derecho de
autodeterminación -si se prefiere- no puede constituir delito en un sistema de
democracia no militante como el que establece nuestra Constitución y como ha
reconocido el Tribunal Constitucional e incluso el propio Tribunal Supremo en la
STS 459/2019.
Tan asentada está en la órbita constitucional de nuestro país esta idea que la
propia STS 459/2019 (fj 17) tuvo que admitirla, al menos como marco axiológico
de referencia: “no se castiga por difundir opiniones o doctrinas contrarias al
actual estatus constitucional. Tampoco por propugnar una superación del marco
político vigente. La libertad de los acusados, en este punto, permanece incólume.
Nuestro sistema no se identifica con aquellos otros que hacen de la democracia
militante una de sus señas de identidad (cfr. SSTC48/2003, 136/1999,
159/1986)”. Una idea que repite en el Informe de la Sala 2ª, relativo a los
indultos acordados en Consejo de Ministros de 22 de junio de 2021, al decir:
“asumiendo incluso que la lucha por sus ideales políticos -de incuestionable
legitimidad constitucional- autorizaría la movilización ciudadana” para su
consecución, lo cual constituye no otra cosa que un cabal reconocimiento del nexo
existente entre el derecho a la libre expresión de las ideas y el de manifestarlas en
un ámbito público. Otra cosa sería penalizar la simple “deslealtad constitucional”,
que no es considerada delito en nuestro ordenamiento penal.
25
4.La amnistía como segunda fase de la política criminal
despenalizadora.
Como signo de una nueva orientación política criminal, divergente con la que
acabamos de relatar, cabe recordar la Ley Orgánica 14/2022, de 22 de diciembre,
que ha derogado el delito de sedición y modificado sustancialmente los delitos de
desórdenes públicos. Su Exposición de Motivos señala que la finalidad de esta
norma es armonizar la legislación española sobre esta materia con la de los países
de nuestro entorno y adecuar su regulación a la realidad histórica actual, que
resulta muy diferente de aquella en la que fueron concebidas algunas figuras. La
derogación de la sedición, clamada por la doctrina desde hacía mucho tiempo,
eliminó de la STS 459/2019 el principal delito por el que fueron condenados los
líderes del movimiento independentista, ejecutando de ese modo un giro político-
criminal profundo hacia una resolución política y no penal del conflicto político
generado en Cataluña. A ello contribuyó también, como otro signo
despenalizador singular, la concesión del indulto a los líderes independentistas
condenados en la STS 459/2019, mediante el Acuerdo del Consejo de Ministros
de 22 de junio de 2021.
26
La superación de esa tergiversación en el marco de una Constitución que
proclama como valores superiores el pluralismo político y la libertad (la
tolerancia en definitiva) es la base que confiere legitimidad a una medida tan
excepcional. Como advirtió el prudente humanista Dorado Montero hace más de
un siglo: “la amnistía es el único medio para restablecer y reafirmar el orden
turbado por las disensiones civiles (…) La amnistía es un utilísimo expediente de
pacificación y de concordia pública, indispensable en ciertas circunstancias de la
vida de un Estado”45. En un contexto diferente y más actual pudo escucharse en
la Asamblea Francesa que una ley de amnistía constituye un “gesto político de
apaciguamiento propio de la tradición republicana” (1995)46.
45 DORADO MONTERO, El Derecho protector de los criminales, Tomo II, Madrid, 1916, p. 427.
46 DOLEZ, Rapport fait au nom de la Commission des lois constitutionelles, de la législation et de
l’Adminitration Générale de la République sur la Proposition de Loi (N° 760), Adoptée par le Sénat, portant
amnistie des faits commis à l’occasion de mouvements sociaux et d’activités syndicales et revendicatives,
p. 6, 24.4.2013.
27
Cataluña a partir de enero de 2013. También se ha constatado que el Derecho
penal, aplicado de manera controvertida y sirviéndose de tipos penales
susceptibles de ser derogados por su irrelevante utilización durante más de
cuarenta años, ha demostrado ser abiertamente ineficaz para la resolución del
conflicto, es decir que puede considerarse una muestra más de la denostada
“huida hacia el Derecho penal”. Para la resolución de conflictos sociales, en
particular aquellos que afectan al orden público, se requiere una aplicación
sumamente restrictiva de los tipos penales, que no ha tenido lugar en la primera
fase -ya relatada- de utilización exclusiva del Derecho penal. Cabe referirse aquí
no sólo a la esencial STS 459/2019 sino a los numerosos procedimientos abiertos
por delitos contra el orden público en un contexto de reivindicación política, que
debe valorarse adecuadamente.
La alteración del orden no debe confundirse con la lesión de la paz pública. Como
advertía el Tribunal Constitucional en la STC 59/1990, de 29 de marzo, la noción
de orden público ha de ser interpretada de conformidad con la Constitución,
"pues los conceptos de "paz pública" y de "orden público" no son los mismos en
un sistema político autocrático que en un Estado social y democrático de
Derecho". Se reclama, por tanto, una adaptación de la aplicación del Derecho
penal a un contexto de reivindicación política legítima, dado el carácter de
democracia no militante que se predica de nuestro sistema constitucional. Una
medida de renuncia a la persecución penal, como la amnistía, referida a
conductas cuyo desvalor social y jurídico se sitúa en un espectro medio o bajo -
una vez desaparecido el delito de sedición-, que se muestra una herramienta
política útil para pacificar el conflicto político catalán, cumple cabalmente ese
postulado del mayor beneficio social frente al menor riesgo de relajación del
efecto preventivo de la pena. Debe tenerse en cuenta que no se trata aquí en
absoluto de despenalizar conductas sino de situar en ese margen temporal la
comisión de ciertos delitos y enlazarlo con un contexto de reivindicación política,
advirtiéndose que en ningún caso cabe amnistiar los delitos rechazados por los
instrumentos jurídicos internacionales protectores de los derechos humanos,
como en particular ocurre con la tortura.
28
contundentemente rechazado, entre otros, por VIVES ANTÓN47); lo que ha de
justificarse en estos términos es el castigo, la injerencia o sacrificio de derechos
fundamentales que el ejercicio del ius puniendi implica por definición (que es
precisamente el núcleo en torno al que se ha construido la jurisprudencia
constitucional sobre este principio, como destacan entre otras la misma STC
47/2022, que se refiere a la proporcionalidad como límite al “sacrificio excesivo
e innecesario de los derechos que la Constitución garantiza”) y no la renuncia a
imponerlo.
Por otra parte, a diferencia de ciertos procesos transicionales que cuentan con la
amnistía como herramienta de pacificación, la limitación de esta amnistía a
delitos que no son “de sangre” -a diferencia de la Ley española de 1977 y de los
acuerdos de paz de Colombia de 2016, por poner dos ejemplos bien patentes-
permite actuar con mayor seguridad a la hora de abandonar la pretensión
punitiva, siempre con el objetivo de garantizar un beneficio social mayor.
47 VIVES ANTÓN, en idem, Cuerda Arnau y Górriz Royo (ed.), Acción significativa, comisión por omisión
y dogmática penal, Tirant lo Blanch, Valencia, 2017, pp. 292 y ss.
48 MOLINA FERNÁNDEZ, “El indulto y sus razones”, en Molina Fernández (coord..), El indulto. Pasado,
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5.Garantía de la igualdad ante la ley e interdicción de la
arbitrariedad.
A lo largo de este apartado se ha explicado por qué se considera que ese período
-y no otro- es excepcional y también por qué se considera que la reivindicación
30
que está en la base de ese movimiento político puede acogerse en nuestro sistema
constitucional porque no tiene carácter de democracia militante, reinvidicación
legítima siempre que no suponga una grave afectación de otros derechos
fundamentales. Con ello consideramos que se supera asimismo el umbral de la
interdicción de la arbitrariedad, pues como recuerda la STC 74/2022, de 14 de
junio (FJ 3):
“la calificación de ‘arbitraria’ dada a una ley a los efectos de entender vulnerado
el art. 9.3 CE exige una cierta prudencia”, porque “[l]a Ley es la ‘expresión de la
voluntad popular’, como dice el preámbulo de la Constitución y como es dogma
básico de todo sistema democrático”. Ciertamente, “en un régimen
constitucional, también el Poder Legislativo está sujeto a la Constitución, y es
misión de este tribunal velar por que se mantenga esa sujeción, que no es más
que otra forma de sumisión a la voluntad popular, expresada esta vez como poder
constituyente”. Ahora bien, ese control de la constitucionalidad de las leyes debe
ejercerse “de forma que no imponga constricciones indebidas al Poder
Legislativo y respete sus opciones políticas”. Y “[e]l cuidado que este tribunal ha
de tener para mantenerse dentro de los límites de ese control ha de extremarse
cuando se trata de aplicar preceptos generales e indeterminados, como es el de la
interdicción de la arbitrariedad” (entre otras, SSTC 108/1986, de 29 de julio, FJ
18; 104/2000, de 13 de abril, FJ 8; 47/2005, de 3 de marzo, FJ 7, y 238/2012, de
13 de diciembre, FJ 6).
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Parte 3ª
Por la propia función que cumple, cualquier Ley de amnistía establece una fecha
de inicio para aplicar sus medidas y, lógicamente, una determinación de los actos
a los que se pretende aplicar. Existen múltiples precedentes de amnistías dictadas
tras la inauguración de un régimen político, pero nada impide que se aplique para
solucionar un conflicto político (así, las que tuvieron lugar en Francia en relación
con la independencia de Argelia).
Esta Ley de amnistía que ahora se propone servirá, sin duda, para establecer las
bases para la solución del conflicto político existente entre Cataluña y el Estado
español, que resultó agravado por una contundente represión penal y por la falta
de proporcionalidad con la que se adoptaron ciertas decisiones judiciales. Siendo
así, entendemos que sólo si se asumen medidas constitucionales, democráticas,
no autoritarias, puede producirse un retorno a la normalidad institucional en el
marco de un Estado plurinacional, en el que puede reivindicarse el derecho de
autodeterminación, como cualquier otra medida no contemplada en la
Constitución vigente, porque ésta no ha creado una democracia militante.
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imprescriptibilidad y la perseguibilidad erga omnes de ciertos delitos, cuya
concreción se realizará en la Propuesta de Texto Articulado.
Buen número de los procesados lo están por las protestas que surgieron al
conocerse la STS 459/2019, de 14 de octubre. En ella se consideró probado que
en las concentraciones del 20 de septiembre y 1 de octubre de 2017, celebradas en
Barcelona, hubo una violencia física o compulsiva generalizada, lo que dio piea
calificar los hechos como sedición -delito hoy derogado. Sin embargo, si por algose
caracterizaron esas concentraciones fue por su carácter pacífico. Que la violencia
fue residual lo acredita, además, el escaso número de detenciones practicadas por
los delitos que -según el Tribunal Supremo- se cometieron: atentados, resistencia,
desobediencia, falta de respeto y consideración debida a laautoridad en el ejercicio
de sus funciones (art. 556), y las mínimas identificaciones realizadas por
infracciones administrativas (sobre todo, falta de consideración a la autoridad
prevista en el art. 37.4 LOPSC).
49 Tesis ratificada en el voto particular emitido por Juan Antonio Xiol y María Luisa Balaguer a STC 122/2021.
Apartado. 13. i), ii). Según estos magistrados, el objetivo de Jordi Cuixart “no era propiciar un levantamiento
social que posibilitara la declaración de independencia de Cataluña, fuera de los cauces y procedimientos
constitucionales, sino presionar al Gobierno de la Nación para la negociación de una consulta popular”.
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La tesis de las defensas respecto a la calificación jurídica de esos hechos es que
los días 20 de septiembre y 1 de octubre de 2017 no se impidió el cumplimiento
de la ley ni el ejercicio de las funciones de los funcionarios. Como reconoce la
propia STS 459/2019, ni se imposibilitó a los agentes de la Guardia civil que
introdujeran a los detenidos en los altercados, ni se les bloqueó el acceso a sus
vehículos. De otra parte, a la Letrada de la Administración de Justicia del Juzgado
de Instrucción núm. 13 de Barcelona no se le negó la salida de la Consejería de
Economía -sometido a su registro-, sino que se le ofrecieron diversas alternativas
para que pudiera abandonar el lugar con seguridad, ofertas que declinó
aceptando únicamente ser infiltrada entre los espectadores que abandonaban el
teatro del inmueble colindante. En definitiva, que no se facilitara la labor policial
no significa que se le impidiera cumplir la ley o el ejercicio de sus funciones:
obstaculizar no significa impedir, por lo que no se daban -según las tesis de las
defensas- los elementos típicos del delito de sedición. En su opinión, el ejercicio
del derecho a una concentración multitudinaria y pacífica en ningún momento
paralizó el cumplimiento de la ley o impidió el ejercicio de las funciones
judiciales.
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que hay abiertos unos 600 procedimientos contencioso-administrativos contra
Ayuntamientos por su vinculación con la Asociación de Municipios por la
Independencia (AMI) o por otros hechos de nula relevancia, como no izar la
bandera española o elaborar mociones contra la Monarquía. A todo ello, habría
que sumar más de 850 denuncias de infracciones administrativas de la Ley de
Seguridad Ciudadana.
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En directa relación con el ámbito de aplicación de la amnistía relativa a los
miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad conviene recordar que hubo
actuaciones policiales vinculadas al impedimento de la celebración del
referéndum que ocasionaron unas 1.000 víctimas de diversa gravedad entre el 1
y el 4 de octubre de 2017. Destaca, en ese sentido, lo ocurrido en 27 escuelas,
donde la actuación policial dio lugar a 47 procedimientos penales, uno de los
cuales por lesiones graves (pérdida de un ojo), mantiene imputados a 5 policías.
Por otra parte, 438 personas resultaron lesionadas en los actos de protesta contra
la STS 459/2019 y 117 resultaron heridas en manifestaciones durante la
aplicación del art. 155 CE, una de las cuales perdió un testículo.
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Rusia, § 375,; El-Masri c. Macedonia, § 195; Al-Adsani c. Reino Unido [GC], §§
26-31; El Nashiri c. Rumanía).
En segundo lugar, quedan fuera del ámbito de aplicación de esta Ley las
detenciones ilegales recogidas en el artículo 167 del Código penal,
comportamiento que abarca los supuestos de detención en los que el funcionario
conoce desde el inicio de la actuación que no hay base legal en la que cimentar la
privación de libertad (STS 279/2017 de 19 abril). Esto es, cuando el funcionario
público o autoridad no actúa en el ejercicio de sus funciones, así como cuando la
privación de libertad no se produce dentro de los supuestos legales sino que
persigue satisfacer un interés privado, sirviéndose del cargo para facilitar la
comisión del delito. Son los supuestos, entre otros, en los que el funcionario
público realiza la detención alegando desobediencia, resistencia o atentado del
ciudadano y es consciente de la ausencia de indicios objetivos de criminalidad.
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