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¿Cómo es posible que estos compuestos formen iones? Bueno, podríamos decir de
forma genérica que los metales tienen cierta tendencia a ceder electrones y los no
metales tienen cierta tendencia a captarlos. Aunque, como explicaremos en el vídeo el
proceso es endotérmico (hay que aportar energía para formar los iones), éste aumento
energético se verá compensado por la posterior formación de una red cristalina.
Consideremos el cloruro sódico, NaCl, la sal común (sal de cocina). El sodio es un metal
alcalino que tiene, por tanto, un electrón en la capa de valencia. El cloro es un
halógeno que tiene 7 electrones en la capa de valencia. Así, sus respectivas
configuraciones electrónicas son:
Como vemos, si el sodio pierde un electrón, quedará como catión sodio, Na+, y
adquirirá la configuración electrónica del gas noble anterior, el neón. Por su parte, el
cloro, muy electronegativo, tiene 7 electrones en la última capa. No tiene sentido
pensar que pierda 7 electrones, sino que capta uno (el electrón que cede el sodio) para
dar el anión cloruro y quedar, también, con una configuración electrónica de gas
noble, en este caso la del argón. Recordemos que la configuración electrónica de un
gas noble, con 8 electrones en la última capa, es muy estable, por lo que el Na + y el Cl-
también son muy estable. Tendremos, por tanto:
Al número de electrones que un metal cede o un no metal capta en la formación de un
compuesto iónico se le llama valencia iónica o electrovalencia.
Por tanto, en la formación de un compuesto iónico el metal cede electrones, quedando
como un catión, y el no metal capta electrones, quedando como un anión. Los cationes
y aniones formados se mantienen después unidos entre sí por atracción electrostática,
formando una red cristalina altamente ordenada.
En realidad, el paso de Na a Na + y de Cl a Cl- es un proceso globalmente desfavorable
(endotérmico) según vemos en los siguientes valores de energía:
A pesar de que hemos dicho que los metales tienen tendencia a ceder electrones y los
no metales a captarlos, se puede observar en los datos previos que para obtener un
mol de Na+ y un mol de Cl- hay que aportar una energía global de 146 kJ /mol (495 –
349). Este aporte energético inicial se ve compensado por la posterior formación de un
compuesto en forma de red, que constituye el compuesto iónico. En la formación del
compuesto iónico se desprende una cantidad muy grande de energía, que recibe el
nombre de energía reticular.
Así, la energía reticular, representada como Ur , se define como la energía desprendida
cuando se forma un mol de compuesto iónico a partir de los iones en estado gaseoso:
Como cada ión genera a su alrededor un campo eléctrico que es igual en las tres
direcciones del espacio, cada uno de ellos tiende a rodearse de un número fijo de
iones de signo contrario. Este número recibe el nombre de índice de coordinación o
número de coordinación. El índice de coordinación varía según el tipo de red. Por
ejemplo, en el caso del NaCl, cada sodio se rodea de 6 cloruros y cada cloruro se rodea
de 6 sodios. El número de coordinación para ambos iones es 6, es una estructura (6,6),
que recibe el nombre de estructura cúbida centrada en las caras:
El índice de coordinación del catión y del anión en una red cristalina depende,
esencialmente, de dos factores:
Tamaño de los iones. El valor del radio de los iones marcará la distancia a la que se
pueden situar por una simple cuestión de espacio. Por ejemplo, el sodio catiónico, Na +,
tiene un radio de 0,95A, y el cloruro de 1,81A. Esta diferencia de tamaños hace que
cada sodio sólo se pueda rodear de 6 cloruros. En el caso de redes cuyos tamaños
iónicos son más semejantes, como por ejemplo el cloruro de cesio, CsCl (Cs + 1,70A y Cl-
1,81A), los iones se pueden rodear de un mayor número de iones de carga opuesta, y
esta red iónica presenta coordinación (8,8), que es la llamada cúbica centrada en el
cuerpo. Cada ión cesio se rodea de 8 cloruros, y cada cloruro de 8 cesios.
Carga de los iones. Como el cristal es eléctricamente neutro, si los iones tienen carga
distinta esto condicionará la estequiometría y, por tanto, la estructura y el índice de
coordinación. Por ejemplo, en el caso de la fluorita, que es el fluoruro de calcio, CaF 2,
vemos que como la valencia iónica del calcio es +2, porque es un metal alcalinotérreo
que puede perder dos electrones de la última capa, y el F tiene una valencia iónica de -
1, habrá 2 aniones F- por cada catión Ca2+. Esto hace que, en este compuesto, el calcio
se rodee de 8 fluoruros y el fluoruro de 4 calcios, presentando una coordinación (8,4).
A este tipo de estructura, por analogía con la fluorita, se la denomina estructura tipo
fluorita.
A continuación hallamos una tabla con algunos tipos de estructuras cristalinas iónicas,
con sus correspondientes números de coordinación y algunos compuestos
representativos.
La energía necesaria para separar los iones de un retículo cristalino en iones gaseosos
individuales se conoce como energía de retículo. Esta depende de la fuerza de las
interacciones entre los cationes y los aniones en el retículo, y la podemos calcular
usando la ley de Coulomb: Fₑ = (q₁q₂)/r². De acuerdo con esta ecuación, ocurren
interacciones más fuertes entre los iones con cargas grandes y radios más pequeños.
Es posible que ya estén familiarizados con la ley de Coulomb, que es la ley más
importante o subyacente detrás de todo lo que sabemos sobre la electrostática y
cómo las cosas con cargas se atraen o rechazan entre sí. Pero una versión simplificada
de la ley de Coulomb es que la magnitud de la fuerza entre partículas cargadas va a
ser proporcional al producto de las cargas, por lo que q₁ sería la carga de una de las
partículas cargadas, tal vez es un ion, y q₂ sería la carga de la otra partícula, tal vez
sea ion, dividido entre r². Y si estamos hablando de iones, r será la distancia entre sus
núcleos: si las cargas son diferentes, será una fuerza de atracción, y si las cargas son
las mismas, será una fuerza de repulsión. Y podemos usar la ley de Coulomb para
pensar en compuestos iónicos, así que vamos con el que quizá sea el compuesto
iónico más común en nuestra vida diaria: la sal de mesa. La sal de mesa es cloruro de
sodio. Hemos hablado de esto en otros videos. El cloruro de sodio está compuesto de
cationes sodio con carga positiva, por lo que tenemos un Na⁺. El sodio es un elemento
del grupo 1, por lo que le es muy fácil perder un electrón y luego tener una carga
positiva, y está formado también por un anión cloruro, Cl¯. El cloruro es un elemento
del grupo 7 que realmente quiere ese electrón extra, para tener 8 electrones de
valencia en su nivel más externo, por lo que es muy probable que atrape un electrón,
tal vez de un sodio. Entonces, estos dos elementos se atraerán entre sí. Noten que
tienen cargas opuestas. Y cuando tenemos un montón de sodio y cloruro juntos,
tendremos una estructura que se parece a esto. Y en Química llamamos a esto
retícula. Ahora, en el lenguaje cotidiano podemos asociar una retícula con un tipo de
patrón de líneas cruzadas como este, pero en Química, cuando hablamos de una
retícula, estamos hablando de una estructura tridimensional de átomos o una
estructura tridimensional de iones que tienen un patrón repetitivo, y podemos verlo
aquí. En futuros videos veremos con más detalle las estructuras reticulares. Pero
podemos ver en esta imagen que los púrpuras son los de sodio y los verdes son los
iones cloruro, y podemos ver en la tabla periódica de los elementos la razón por la
cual los cationes sodio son tan pequeños. Hemos dicho que a medida que avanzamos
hacia la derecha el radio disminuye, pero lo que sucede es que cuando el sodio
pierde ese electrón más externo sus electrones quedan con una configuración de gas
noble de neón, entonces pierde esa tercera capa, se hace más pequeño y no sólo
pierde esa tercera capa, sino que tiene 11 protones, por lo que tendrá una fuerte
atracción sobre los electrones en esa segunda capa. Y, de manera similar, el cloruro
ganará un electrón, por lo que tendrá una configuración de gas noble de argón,
entonces va a ser más grande. Ahora, cuando hablamos de enlaces covalentes,
hablamos de la energía de enlace, la energía necesaria para separar los átomos que
formaban los enlaces covalentes. Existe una noción similar para los enlaces iónicos
como este y es la energía reticular, y ésta es la energía necesaria para separar los
iones de manera que queden infinitamente alejados unos de otros. Y la energía
reticular generalmente se mide en Kilo-Jules por mol, que es también en lo que
medimos la energía de enlace, porque en realidad son la misma noción, excepto que
la energía reticular rompe una retícula de iones, mientras que con energía de enlace
normalmente nos referimos a enlaces covalentes. Ahora, quiero que piensen en algo:
¿qué va a tener una energía reticular más alta, será el cloruro de sodio? O escojamos
algo más: cloruro de rubidio. ¿Cuál tendrá una energía reticular más alta?, ¿cuál va a
necesitar más energía para separar los iones? Y les daré una pista con esta tabla
periódica de los elementos. Muy bien. El cloruro de rubidio, que en lugar de un catión
sodio está compuesto por un catión rubidio, entonces tenemos Rb⁺ y, por supuesto,
tenemos el anión cloruro, Cl¯. ¿Y cuál es la diferencia aquí? El anión es cloruro en
ambos casos, pero cuando comparamos el rubidio con el sodio, el rubidio tendrá una
estructura electrónica de kriptón cuando pierda un electrón; mientras que el sodio,
una vez que pierde un electrón, su configuración electrónica se verá como el neón,
por lo que el catión sodio es más pequeño. ¿Y qué nos dice esto? Bueno, si este está
aquí, voy a rodearlo así, si esto es más pequeño y tenemos cargas similares en la
parte superior, tenemos 1 positivo y 1 negativo en la parte superior, que son las
cargas entre los dos iones. Pero ahora tenemos un radio más pequeño entre los
núcleos, porque el sodio es más pequeño que el rubidio, mientras el radio disminuye,
la fuerza aumenta, por lo que tendremos fuerzas de Coulomb más fuertes en una
retícula de cloruro de sodio que en una retícula de cloruro de rubidio. Debido a que
la fuerza de atracción es fuerte se necesitará más energía para separarlo, por eso
vamos a tener una energía reticular más alta para el cloruro de sodio que para el
cloruro de rubidio. Pensemos en otro compuesto iónico. Digamos que tenemos
fluoruro de magnesio y éste está compuesto de un catión magnesio que tiene una
carga positiva de 2, entonces 2 más, en una retícula con un montón de aniones
fluoruro. Entonces, ¿cómo se compararía la energía reticular del fluoruro de
magnesio con lo que acabamos de ver aquí? El magnesio tiene una carga mayor que
estos cationes aquí arriba, por lo que, si vemos la carga de magnesio como q₁ no
tendrá algo más grande allá arriba y ese fluoruro es un anión más pequeño que el
cloruro. Podemos ver eso si miramos la tabla periódica de los elementos
nuevamente: el flúor es más pequeño que el cloro, por lo que incluso si agregamos un
electrón a ambos, el fluoruro seguirá siendo más pequeño, y el magnesio, cuando le
quitamos dos electrones, tendrá la configuración electrónica de gas noble neón, pero
va a atraer aún más a esos electrones de la segunda capa porque tiene 12 protones
en comparación con el sodio que sólo tiene 11. Entonces, lo que vemos aquí es que el
magnesio no sólo tiene una carga positiva mayor que el catión sodio, sino que será
más pequeño, y el fluoruro tiene una carga comparable al cloruro, pero también será
más pequeño. Por lo tanto, tenemos una carga mayor en la parte superior, al menos
para el magnesio, y tenemos radios más pequeños en la parte inferior, por lo que en
el fluoruro de magnesio las fuerzas de Coulomb entre los iones y la retícula son aún
más fuertes, por lo que la energía reticular, la energía necesaria para separarla, será
mayor, por lo que de los tres que acabamos de ver la energía reticular más alta será
del fluoruro de magnesio, seguido por el cloruro de sodio y luego el cloruro de rubidio.