Segundo Parcial de Historia de La Lengua-2023-2

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SEGUNDO PARCIAL DE HISTORIA DE LA LENGUA (2023-2)

Nombre: ______HEIDI MICHEL CAQUIMBO___________________ Fecha: 9 de


octubre

1. Explique qué causas y factores de carácter político, histórico, social, geográfico y


religioso interactuaron para que el latín se fragmentara y diera origen a las actuales
lenguas romances.

2. Mencione y explique cuatro fuentes a través de las cuales los filólogos iniciaron
las investigaciones sobre la forma como el latín vulgar evolucionó en las lenguas
romances.

3. Explique, de manera precisa, la labor cultural y lingüística de Alfonso X en la


estandarización y consolidación de la lengua castellana. Explique, además, cómo se
daba el proceso de traducción de textos en la Escuela de Traductores de Toledo.

4. En ese proceso sociocultural que se dio con la llegada de los árabes, explique
quiénes eran los mozárabes, los muladíes y los mudéjares. Explique, además, por
qué el dialecto romance mozárabe se considera arcaico y qué importancia tienen
ellos en el aporte léxico del árabe al romance castellano.

5. Explique por qué en ocasiones es difícil establecer si un texto medieval es


original, auténtico o fidedigno. Explíquelo a partir de la edición paleográfica.

Nota: Las explicaciones deben ser amplias, claras, precisas y veraces. Nada de
cháchara.
1) La romanización hispánica se produjo con una base social distinta de la que se había
partido para conquistar territorios más próximos a Roma. A la Península Ibérica llegan
colonos, soldados, comerciantes de todo tipo, funcionarios de la administración,
arrendatarios e incluso gentes de baja estima social, lo que evidentemente condicionó el
latín hablado en esta nueva provincia romana. Roma también llevó a cabo un reajuste de
tipo administrativo de las antiguas provincias Citerior y Ulterior (que habían sido creadas
en el año 197 a. C., cuando las autoridades romanas dividen el territorio hispano y lo
consideran, definitivamente, una parte más del imperio); así, una parte de
la Ulterior quedó anexionada por la Citerior, que ahora se
llamará Tarraconense (considerada provincia imperial). El resto de la Ulterior se subdividió
en dos nuevas provincias; por un lado, la Baetica y por otro la Lusitania. Además, la
organización social de Hispania refleja la misma estructura social que el resto del imperio
(al menos en un primer momento); de este modo, la población (cives) se dividía en
ciudadanía plena y libre (romani), ciudadanía con libertad limitada (latini), habitantes
libres (incolae) sin derecho a ciudadanía, los libertos (liberti) y los esclavos (servi). Con el
paso del tiempo y a medida que la romanización se fue asentando, los nativos fueron
obteniendo progresivamente el derecho de ciudadanía, hasta que en el S. III d. C. (época
de Caracalla) se generalizó este derecho para la totalidad de la población del Imperio.
Naturalmente, en el momento en que una nueva zona era anexionada, se implantaba
también en ella, además de la estructura social, la estructura militar, técnica, cultural,
urbanística, agrícola y religiosa que había en Roma, lo que garantizaba la cohesión del
imperio.
Por lo que respecta a la latinización (adopción del latín como lengua por parte de los
pueblos colonizados en detrimento de sus lenguas autóctonas) hay que decir que no fue
un proceso agresivo ni forzado: bastó el peso de las circunstancias. Los habitantes
colonizados vieron rápidamente las ventajas de hablar la misma lengua que los invasores
puesto que de ese modo podían tener un acceso más eficaz a las nuevas leyes y estructuras
culturales impuestas por la metrópoli. Además, los nuevos habitantes del Imperio sentían
de forma casi unánime que la lengua latina era más rica y elevada que sus lenguas
vernáculas, por lo que la situación de bilingüismo inicial acabó convirtiéndose en una
diglosia que terminó por eliminar las lenguas prerromanas. Por tanto, fueron los hablantes
mismos, sin recibir coacciones por parte de los colonos, quienes decidieron sustituir sus
lenguas maternas por el latín. No obstante, hubo en Hispania una excepción a este
respecto, ya que los hablantes de la lengua vasca nunca dejaron de utilizarla, lo que
permitió que sobreviviera, fenómeno de lealtad lingüística que se dio en varias partes del
Imperio, como en Grecia, que nunca perdió el griego pese a su fuerte romanización.
En definitiva, la romanización dotó de una identidad estable a Hispania y la introdujo de
lleno en un Imperio que había de ser decisivo en la evolución de la Historia de la
Humanidad. Con el paso del tiempo, Hispania también aportó grandes beneficios
culturales al mundo latino, sobre todo en el campo de las letras. Así, tenemos retóricos de
Hispania como Porcio Latrón, Marco Anneo Séneca y Quintiliano. También pertenecen a
esta parte del Imperio escritores latinos tan importantes como Lucio Anneo Séneca,
Lucano y Marcial, que escribieron obras muy relevantes en las que algunos críticos han
visto los rasgos fundacionales del espíritu de la cultura y la literatura españolas.
El latín, al igual que todas las demás lenguas, tenía variedades lingüísticas relacionadas
con factores dialectales (variedades diatópicas), con factores socioculturales (variedades
diastráticas), con factores históricos y evolutivos (variedades diacrónicas) y con factores
relacionados con los distintos registros expresivos (variedades diafásicas); pues bien, el latín
vulgar (también llamado latín popular, latín familiar, latín cotidiano o latín nuevo) era la
variante oral del latín, es decir, el latín que utilizaban los romanos (fueran cultos,
semicultos o analfabetos) en la calle, con la familia y, en general, en los contextos relajados.
Se trata, por tanto, de un latín que se aleja del latín clásico y normativo debido a la
espontaneidad y viveza que le otorga su naturaleza oral y cotidiana. Esta variante
diafásica de la lengua latina es de vital importancia puesto que es de ella (y no del latín
culto de la literatura y los registros formales) de donde van a proceder las lenguas
romances o románicas, y más en concreto del latín vulgar del período tardío (S. II-VI).
A principios del S. XX, el gran filólogo D. Ramón Menéndez Pidal empezó a estudiar el
latín vulgar guiado por la intuición de que debía ser en esa variante en la que se
encontrasen las pautas para poder reconstruir y entender el origen del español y del resto
de lenguas romances. Desde entonces, las investigaciones realizadas en el terreno de la
Filología Románica han permitido entender mucho mejor el origen de estas lenguas. No
obstante, un problema se plantea de inmediato: ¿cómo estudiar una variante lingüística
que es oral y que se distancia mucho de las variantes escritas? ¿De dónde se puede extraer
información? Los filólogos que se han ocupado de este asunto han sido capaces, con el
tiempo, de hallar algunos materiales muy valiosos.

Dado que el latín vulgar era oral y evanescente y que sólo se empleaba en contextos
relajados, ¿de dónde podemos obtener información acerca de sus características? Es
evidente que no existe ningún texto escrito en latín vulgar; a lo sumo, tenemos textos en
los que se encuentran algunos vulgarismos dispersos, perdidos entre el estilo lujoso y
cuidado que caracteriza a la literatura latina. No obstante, gracias a los vulgarismos que se
pueden rescatar de algunas obras cultas (incluidos en ellas por razones muy variadas) y a
algunos textos escritos por personas no demasiado cultivadas, la filología ha podido
reunir un conjunto de materiales relativamente amplio. Veamos a continuación cuáles son
las principales fuentes para conocer el latín vulgar.
a) Obras de gramáticos latinos. Son muchos los autores latinos que, en su afán de purismo,
reprenden y denuncian determinadas pronunciaciones incorrectas. El primero de los
autores que censuró estos errores fue Apio Claudio (hacia el 300 a. C.), seguido por
muchos otros, como Virgilio Marón de Tolosa (S. VII) o el historiador lombardo Pablo
Diácono (740-801). Con todo, las correcciones expresivas que señalan estos autores hay que
tomarlas con prudencia, ya que muchas de ellas son arbitrarias e incluso abiertamente
irreales. La obra más importante de este conjunto es, sin ninguna duda, el
llamado Appendix Probi (¿S. IV a. C.?), llamado así porque se conserva en el mismo
manuscrito que un tratado del gramático Probo. Es una especie de «gramática de errores»
que cataloga y corrige 227 palabras y fórmulas tenidas por incorrectas, como por ejemplo
las siguientes: vetulus non veclus, miles non milex, auris non oricla, mensa non mesa, etc. Lo
relevante es que gracias a este texto se ha podido constatar que muchas palabras de las
lenguas románicas han evolucionado a partir de la forma vulgar y no de la normativa.
2) los filólogos han utilizado diversas fuentes para investigar la evolución del latín vulgar
a las lenguas romances. Aquí te menciono cuatro de las fuentes principales:
1. Textos Literarios: Los filólogos han estudiado textos literarios escritos en latín
vulgar que datan de la antigüedad. Estos textos proporcionan ejemplos reales del
latín hablado por la gente común en diferentes regiones y períodos de tiempo.
2. Inscripciones: Las inscripciones en monumentos, lápidas y otros objetos han
proporcionado valiosa información sobre las formas escritas del latín vulgar. Estas
inscripciones a menudo muestran las variaciones regionales en la lengua y han
sido fundamentales para entender cómo evolucionaron las diferentes lenguas
romances.
3. Glosas y Comentarios: Los filólogos han estudiado glosas y comentarios escritos
por eruditos medievales que explicaban textos latinos utilizando palabras en la
lengua vernácula. Estos documentos han proporcionado pistas sobre cómo se
usaban ciertas palabras y expresiones en las lenguas romances emergentes.
4. Documentos Administrativos y Legales: Documentos como cartas, contratos y
registros legales escritos en latín vulgar han sido analizados para comprender el
uso cotidiano del latín en diferentes contextos. Estos documentos revelan cómo la
lengua evolucionó en la esfera administrativa y legal.
Al estudiar estas fuentes, los filólogos han podido trazar la transformación del latín vulgar
en las diversas lenguas romances que conocemos hoy en día.

3) La Labor Cultural y Lingüística de Alfonso X en la Estandarización y Consolidación


del Castellano:
Alfonso X, conocido como Alfonso el Sabio, desempeñó un papel crucial en la
estandarización y consolidación del idioma castellano durante el siglo XIII en la España
medieval. Su labor cultural y lingüística fue fundamental en varios aspectos:
1. Fomento de la Cultura y las Artes: Alfonso X estableció en su corte un ambiente
intelectual y cultural, atrayendo a eruditos, poetas y filósofos. Esto creó un entorno
propicio para el desarrollo del idioma.
2. Patrocinio de la Escritura en Castellano: Alfonso X promovió la producción de obras
literarias y científicas en castellano, rompiendo con la tradición de utilizar
principalmente el latín para estos fines. Esto ayudó a establecer el castellano como una
lengua literaria.
3. La Creación de las "Cantigas de Santa María": Alfonso X fue un compositor prolífico
y escribió las "Cantigas de Santa María", una colección de canciones en gallego-
portugués dedicadas a la Virgen María. Aunque no están en castellano, estas
composiciones contribuyeron a la riqueza poética de la época y al desarrollo de las
lenguas romances ibéricas.
4.
La Creación de la "General Estoria": Alfonso X encargó la compilación de la "General
Estoria", una crónica histórica que abarcaba desde la creación del mundo hasta la
época contemporánea. Esta obra se escribió en castellano, lo que ayudó a establecer el
idioma como una forma adecuada para la expresión histórica y literaria.
El Proceso de Traducción en la Escuela de Traductores de Toledo:
La Escuela de Traductores de Toledo fue un centro de traducción y estudio establecido en
la ciudad de Toledo durante la Edad Media, especialmente en los siglos XII y XIII. Este
centro desempeñó un papel fundamental en la transmisión del conocimiento antiguo y las
obras de las culturas griega, romana, árabe y hebrea al mundo cristiano occidental. El
proceso de traducción en esta escuela se caracterizaba por varios aspectos:
1. Multilingüismo: Los traductores en Toledo eran generalmente políglotas,
familiarizados con el latín, el árabe, el hebreo y otras lenguas. Esta habilidad les
permitía traducir textos de diversas fuentes culturales.
2. Colaboración Intercultural: La escuela fomentaba la colaboración entre
traductores de diferentes culturas y religiones. Musulmanes, judíos y cristianos
trabajaban juntos para traducir y preservar el conocimiento de las antiguas
civilizaciones.
3. Énfasis en la Precisión y Fidelidad: Los traductores en Toledo se esforzaban por
mantener la precisión y fidelidad al texto original durante el proceso de traducción.
Esto implicaba no solo traducir palabras, sino también comprender y preservar el
significado y el contexto cultural de los textos originales.
4. Incorporación de Conocimientos Extranjeros: Muchos términos técnicos y
científicos árabes fueron introducidos en las lenguas europeas a través de estas
traducciones, enriqueciendo así el vocabulario y el conocimiento en campos como
la medicina, la astronomía y las matemáticas.
En resumen, la Escuela de Traductores de Toledo fue un centro de intercambio cultural y
lingüístico que desempeñó un papel crucial en la preservación y difusión del conocimiento
en la Edad Media, y contribuyó significativamente al enriquecimiento del vocabulario y la
terminología en las lenguas europeas, incluyendo el castellano.

4) En el contexto del proceso sociocultural que ocurrió con la llegada de los árabes a la
península ibérica, surgieron tres grupos distintos: los mozárabes, los muladíes y los
mudéjares.
1. Mozárabes: Los mozárabes eran cristianos que vivían en territorios controlados
por los musulmanes. Aunque seguían siendo cristianos, estaban bajo dominio
islámico y a menudo vivían en comunidades separadas. Conservaron su religión,
pero estuvieron influenciados por la cultura y la lengua árabes en diversos grados.
2. Muladíes: Los muladíes eran personas de origen ibérico que se convirtieron al
islam. Eran descendientes de los hispano-godos que se adaptaron a la cultura
islámica y adoptaron la religión musulmana.
3. Mudéjares: Los mudéjares eran musulmanes que vivían en territorios cristianos
después de la Reconquista. Estaban bajo el dominio cristiano pero mantenían su
religión y su cultura islámica.
En cuanto al dialecto romance mozárabe, se considera arcaico porque era hablado por los
mozárabes y se desarrolló en un contexto donde el árabe y las lenguas romances ibéricas
estaban en contacto. A medida que el latín vulgar evolucionó hacia el romance ibérico, el
mozárabe quedó estancado en ciertas características lingüísticas más antiguas, lo que lo
hace parecer arcaico en comparación con las formas posteriores del romance.
La importancia de los mozárabes en el aporte léxico del árabe al romance castellano radica
en el intercambio cultural y lingüístico que ocurrió durante este período de convivencia.
Los mozárabes adoptaron palabras árabes en su lenguaje debido a la influencia cultural, y
algunas de estas palabras se integraron en el romance castellano a medida que
evolucionaba, enriqueciendo así el vocabulario de la lengua castellana con términos de
origen árabe. Este fenómeno contribuyó significativamente a la diversidad léxica y cultural
del idioma castellano que conocemos hoy en día.

5) La paleografía es el estudio de la escritura antigua y de los manuscritos, y puede


proporcionar valiosa información sobre la datación y la autenticidad de un texto. Sin
embargo, existen desafíos significativos al tratar de establecer la autenticidad de un texto
medieval a través de este método:
1. Variedad de Estilos de Escritura: A lo largo de los siglos, los estilos de escritura
han cambiado considerablemente. Diferentes épocas y regiones tenían sus propias
convenciones de escritura, lo que significa que un texto antiguo puede presentar
variaciones significativas en la forma de las letras y las palabras. Esto puede
dificultar la identificación precisa del período y el lugar de origen del texto.
2. Copia y Transcripción: Los textos medievales a menudo fueron copiados a mano
por monjes y escribas. Durante este proceso, es posible que se hayan introducido
errores, omisiones o incluso adiciones intencionadas al texto original. Estos
cambios pueden ser difíciles de detectar, especialmente si las copias posteriores se
convierten en la base para futuras ediciones.
3. Falsificaciones: A lo largo de la historia, ha habido falsificaciones de textos
medievales, creadas con la intención de engañar a los lectores o coleccionistas.
Estas falsificaciones pueden ser extremadamente sofisticadas y difíciles de
identificar, incluso para expertos en paleografía.
4. Desgaste y Deterioro: Con el paso del tiempo, los manuscritos antiguos pueden
sufrir daños debido al desgaste, la humedad y otros factores ambientales. Esto
puede hacer que algunas partes del texto sean ilegibles o difíciles de interpretar, lo
que complica la tarea de determinar su autenticidad y originalidad.
En resumen, aunque la edición paleográfica es una herramienta valiosa para estudiar
textos medievales, los desafíos inherentes a la variabilidad en los estilos de escritura, las
copias y transcripciones, las falsificaciones potenciales y el deterioro físico pueden
dificultar la tarea de establecer con certeza si un texto medieval es original, auténtico o
fidedigno. Los expertos en paleografía deben ser extremadamente cuidadosos y considerar
múltiples factores para evaluar la autenticidad de un texto antiguo

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