Excepcion Del Fraude A La Ley

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Introducción

El fraude a la ley es una noción cuyos antecedentes se encuentran en la tradición histórica y


que reviste hoy verdadera importancia en el campo del Derecho Internacional Privado, donde
constituye un remedio para impedir que el derecho pierda su autoridad, esto es, para evitar
que muchas leyes dejen de tener su carácter imperativo, transformándose, mediante
maniobras fraudulentas de las partes, en disposiciones meramente facultativas. Si bien se
presentan en la actualidad diferentes acepciones de este término, podemos decir que a
grandes rasgos se reducen a dos sentidos, en el primero de ellos se entiende como una
infracción, un abuso o una violación y en uno segundo se entiende como un engaño, una
intención maliciosa o abuso de confianza. En el ámbito jurídico, se emplea la acepción en
ambos sentidos, por lo que se hace necesario delimitar en cada caso su significado y alcance.
El concepto de fraude a la ley no es privativo del Derecho internacional privado, sino que
pertenece a la teoría general del Derecho. Según ésta, el fraude a la ley consiste en «uno o
varios actos que originan un resultado prohibido por una norma jurídica y al que se ampara en
otra norma dictada con distinta finalidad»

Hay, pues, en todo fraude, una norma defraudada y una norma que sirve de cobertura o,
dicho con otros términos, «una utilización de la ley contra ella misma».

En Derecho internacional privado, la expresión fraude a la ley se emplea fundamentalmente


en dos sentidos, uno amplio y otro restringido.

En sentido amplio se define el fraude a la ley, como toda operación, o maniobra cuyo objeto
es eludir una disposición expresa de la ley o ponerse en condiciones de invocar una ley
contraria a su espíritu. Comprende a la simulación y a todos los fraudes, tales como las falsas
declaraciones, los falsos testimonios, el soborno de testigos, y la corrupción de funcionarios.

En un sentido más restringido podemos decir que el fraude a la ley consiste en actos reales,
queridos y realizados efectivamente, pero combinados de tal manera que, aún siendo lícitos
en sí, permiten burlar la ley y hacerla producir efectos contrarios a su espíritu y fin. Con
respecto al fraude a la ley en sentido restringido, la generalidad de los autores afirma que en
el fraude a la ley debe existir la intención de defraudar y el resultado obtenido debe ser
análogo al prohibido pero no el mismo.

-Requisitos para considerar que se está incurriendo en fraude de ley:

 Debe realizarse un acto jurídico, no es suficiente la intención, al amparo de una norma


vigente.
 La norma jurídica que se utiliza como cobertura tiene un fin concreto, distinto del de la
norma que se pretende eludir.
 La acción que realiza tiene como resultado una situación prohibida o contraria a
alguna norma del ordenamiento.

Por tanto, un negocio o acción que se realiza en fraude de ley supone que se ha utilizado
una norma como ‘cobertura’ o ‘enmascaramiento’ de una situación con el objetivo de
evitar un resultado concreto, el de la norma que se debe aplicar a ese caso.

-Elementos del Fraude a la Ley.

a) Elemento material (corpus): la conexión debe haber sido artificiosamente modificada, pero
aparentemente conforme a la ley. Se puede modificar: la nacionalidad, el domicilio, la religión
y la situación del bien mueble
b) Elemento intelectual (animus): debe haber la intención de eludir la norma imperativa
materialmente aplicable. El acto es «intrínsecamente lícito», pero está viciado por su «fin
ilícito», que es lo que acarrea su ineficacia.

-SANCIÓN DEL FRAUDE A LA LEY

Respecto a la sanción del fraude a la ley existen controversias doctrinales. Unos opinan que
debe declararse nulos tanto el "acto" cometido fraudulentamente, como sus "efectos legales".
Otros opinan en cambio, que la sanción debe ser únicamente respecto a los "efectos legales".

Tenemos que ver la realidad, no se puede sancionar el fraude a la ley, cuestionando la


validez de un acto jurídico considerado como legítimo por la autoridad extranjera que lo
amparó.

De las convenciones aprobadas, el tema del fraude a la ley ha sido tratado en dos de ellas: 1)
Convención Interamericana sobre Conflicto de Leyes en materia de Sociedades Mercantiles;
y, 2) Convención Interamericana sobre Normas Generales de Derecho Internacional Privado.

** CONVENCIÓN INTERAMERICANA SOBRE CONFLICTO DE LEYES EN MATERIA DE


SOCIEDADES MERCANTILES.-

Su Artículo 5° establece: "Las sociedades constituidas en un Estado que pretenden


establecer la cede efectiva de su administración central en otro Estado; podrán ser obligadas
a cumplir con los requisitos establecidos en la legislación de este último".

Esta norma tiende a evitar el fraude a la ley y establecer un control para el caso de una
sociedad que se haya constituido en un Estado que
pretenda establecer la cede efectiva de su administración central en otro Estado.

**CONVENCIÓN INTERAMERICANA SOBRE NORMAS GENERALES DE DERECHO


INTERNACIONAL PRIVADO.-

FRAUDE A LA LEY.-

Artículo 6°.- "No se aplicará como derecho extranjero, el derecho de un Estado parte, cuando
artificiosamente se hayan evadido los principios fundamentales de la ley de otro Estado parte.
Quedará a juicio de las autoridades competentes del Estado receptor el determinar la
intención fraudulenta de las partes interesadas".

La primera parte del artículo define las circunstancias que constituyen fraude a la ley
coincidiendo en que se trata de violar la norma jurídica nacional imperativa cumpliendo la
norma extranjera. La segunda parte de la norma otorga competencia a las autoridades del
Estado receptor para determinar la intención fraudulenta de las partes interesadas.

-Inseguridad jurídica causada por la Doctrina del Fraude a la Ley.

-PROYECTO VENEZOLANO

El Derecho Internacional Privado venezolano como disciplina jurídica autónoma nace en las
aulas universitarias en 1897. Por ello, se afirma que esta materia por muchos años sólo tuvo
interés para los profesores universitarios, no haciéndose sentir en la práctica judicial. No
obstante, el interés de la academia se extendió al ámbito legislativo, aprobándose así la
primera Ley autónoma en materia de Derecho Internacional Privado en el continente
americano. Entre los países que han modificado sus normas de Derecho Internacional
Privado, regulándolas de manera conjunta y agrupándolas en un único cuerpo normativo o
ampliando los existentes, podemos citar: Albania, Australia, Austria, Bélgica, China,
Eslovenia, Estonia, Hungría, Italia, Japón, Polonia, Portugal, Rumania, Suiza, Turquía y
Venezuela. Y entre los que han iniciado un camino en esta dirección, destacan los Proyectos
de Argentina, Uruguay, México y España. Los sistemas de Derecho Internacional Privado del
hemisferio americano no escapan de la dispersión normativa a la que estamos
acostumbrados. Salvo Venezuela con una regulación especial en la materia, nuestros países
se encuentran distribuidos y fraccionados por distintos cuerpos legislativos y leyes especiales,
en algunos casos se incluyen normas de Derecho Internacional Privado en el título preliminar
del Código Civil. En este contexto, la Ley venezolana ha servido de impulso e inspiración a
varios países.

En 1995, a iniciativa de todas las cátedras de Derecho Internacional Privado de las


universidades venezolanas, los profesores de la materia se reunieron en Caracas, en la sede
de la Universidad Central de Venezuela, el día 15 de diciembre, para proceder a la revisión y
actualización del Proyecto de 1963-1965. En esta primera Reunión Nacional se consideró
conveniente que el texto del proyecto permaneciera sin modificaciones y en caso de algunos
posibles ajustes, éstos se realizaren durante los debates parlamentarios, en el entonces
Congreso de la República. En consecuencia, se acordó mantener sus disposiciones
fundamentales, ya que éstas se adaptaban a las nuevas leyes vigentes en Venezuela y su
articulado recoge la evolución de la doctrina y de la jurisprudencia patria.

La Segunda Reunión Nacional de Profesores de Derecho Internacional Privado fue celebrada


en Caracas, el día 27 de abril de 1996, en la sede de la Universidad Católica Andrés Bello. En
ella se discutió el Proyecto de Ley de Derecho Internacional Privado, tomando en cuenta los
antecedentes de las normas; el análisis del contenido del articulado; las disposiciones por
derogarse; la posición de la doctrina y la jurisprudencia al respecto y, finalmente, las
recomendaciones y conclusiones.
El Proyecto de Ley de Derecho Internacional Privado se convirtió en Ley el 6 de agosto de
1998 y entró en vigencia el 6 de febrero de 1999. El acto de aprobación fue celebrado en el
Palacio de Miraflores.

La Ley consagra como una limitación a la normal aplicación de la norma de conflicto y por
ende del Derecho extranjero a las normas de aplicación necesaria o inmediata (artículo 10).
Por último, ni las calificaciones ni el fraude a la ley están regulados por nuestra Ley a través
de una norma general.

Conclusión

En general, todo fraude supone la realización de un acto intencional, eludiendo una


disposición legal o un convenio, desconociendo un derecho ajeno o perjudicando a un tercero;
en cambio, en el Derecho Internacional Privado, la noción del fraude a la ley persigue
sancionar los casos en los cuales las partes han obtenido indebidamente un elemento de
conexión con un ordenamiento jurídico que no es el que normalmente les corresponde, con el
fin de eludir el cumplimiento de determinadas disposiciones de su propia legislación o de
acogerse a disposiciones más favorables de una legislación extranjera. Lo que implica que, la
sanción del fraude a la ley supone siempre una restricción a la autonomía de la voluntad,
tanto en la contratación como en otros supuestos.

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