Influencia de Mao en America Latina

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INFLUENCIA DEL PENSAMIENTO

DE M A O E N A M É R I C A L A T I N A
MARISELA C O N N E L L Y

EL C A M I N O A L P O D E R D E la revolución china atrajo la atención


de la mayoría de los partidos comunistas de todo el m u n d o ,
especialmente luego del establecimiento de la República P o -
pular China. Los partidos de América Latina no fueron la
excepción.
E n los años sesenta, y debido a la ruptura sino-soviética,
aparecieron partidos comunistas prochinos. China criticaba no
sólo al imperialismo sino también al "revisionismo" de los di-
rigentes soviéticos, que con la pretensión de mitigar las tensio-
nes propugnaban una política de "coexistencia pacífica" con
las potencias imperialistas. China alentaba a los miembros
prochinos a que abandonaran los partidos comunistas que
querían seguir una línea prosoviética. Simultáneamente, C h i -
na comenzó a estimular la guerra revolucionaria como recurso
para lograr el poder político.
E n América Latina se crearon varios partidos prochinos, el
p r i m e r o de los cuales, anterior inclusive a la ruptura sino-so-
viética, fue el Partido Comunista de Brasil, en 1962. E n los
años siguientes se crearon partidos prochinos en Ecuador,
1963; Chile, 1964; Perú, 1964; Bolivia, 1965; y Colombia,
1965. Estos fueron los más importantes entre otros partidos y
1

organizaciones que se declararon prochinos.


Existen varios libros y artículos que tratan de la formación,
organización y actividades de estos partidos, especialmente 2

durante la década de los años sesenta, cuando desempeñaron


cierto papel en la lucha contra sus respectivos gobiernos y
pusieron el acento en la lucha armada.

1
Véase Luis E. Aguilar, M u r x i s m in Latín A m e r i c a , Filadelfia, Temple University
Press, 1978, l n t r o d u c t i o n ; William E. Ratliff, Castroism a n d C o m m u n i s m i n Latin
A m e r i c a , 1 9 5 9 - 1 9 7 6 , Stanford, Stanford University Press, 1976, p. 87.
2
Entre otros: Robert J. Alexander, B a c k g r o u n d on C o m m u n i s m in Latin A m e r i c a ,
en Clement J. Zabloski (ed.), Sino-Soviet Rivalry, l m p l i c a t w n s f o r U.S. Poltcy, Nueva
York, F. A. Praeger Publishers, 1966; Cecil Johnson, C o m m u n i s t China a n d Latin
A m e r i c a , 1 9 5 9 - 1 9 6 7 , Nueva York, Columbia University Press, 1970.

215
216 ESTUDIOS DE ASIA Y ÁFRICA XVIII: 2, 1983

E l objetivo del presente ensayo no es analizar el desarrollo y


las actividades de los partidos comunistas prochinos, sino la
manera en que trataron de explicar la situación en sus países
utilizando el pensamiento de Mao, y también exponer la f o r m a
en que trataron de aplicar ciertas teorías, como la guerra
popular y la guerra de guerrillas, en su lucha contra los gobier-
nos. A l mismo tiempo, explicaremos las razones del fracaso de
la aplicación de la experiencia maoísta a las condiciones lati-
noamericanas.
Para ello, examinaremos primero las ideas más importantes
de M a o que adoptaron los dirigentes prochinos de América
Latina, y luego la manera en que intentaron aplicarlas a la
región. Expondremos por último algunas conclusiones.

E l pensamiento maoísta acerca de la revolución


Las teorías de M a o que los partidos comunistas prochinos de
América Latina absorbieron son: la idea de establecer u n
gobierno democrático con nuevas características que preceda a
la etapa del socialismo; el papel del partido comunista e n la
guerra revolucionaria; el análisis de las clases sociales; el
concepto de guerra popular; las tácticas de la guerra de guerri-
llas; y la teoría de las contradicciones.
Según M a o Zedong, la sociedad china previa a la liberación
era semifeudal y semicolonial; por consiguiente, el proceso de
la revolución china debía ser dividido en dos etapas. La p r i m e -
ra tarea consistía en cambiar la sociedad semifeudal y semicolo-
nial en una sociedad democrática, y como segunda tarea, debía
producirse una revolución social para establecer una sociedad
socialista. E n la primera etapa sólo serían nacionalizados los
5

grandes bancos y las grandes industrias, y sólo sería expropia-


da la tierra de los grandes terratenientes.
Mao explicaba que la revolución democrático-burguesa chi-
na no era del tipo antiguo y corriente de revolución democrático-
burguesa; era algo nuevo:
La revolución de la nueva democracia forma parte de la revolución
socialista proletaria mundial, pues se opone resueltamente al imperia¬
' Mao Tse-tung, C h i n a ' s N e w D e m o c r a c y , Nueva York, New Cemury Publishers,
1945, p. 17.
217 CONNELLY: PENSAMIENTO DE M A O E N AMÉRICA L A T I N A

lismo, o capitalismo internacional. E n lo político, se propone implantar


la dictadura conjunta de las diversas clases revolucionarias contra los
imperialistas, los colaboracionistas y los reaccionarios, y se opone a la
transformación de la sociedad china en una sociedad de dictadura
burguesa. 4

A l analizar las clases sociales chinas, M a o las dividía en las


siguientes categorías: la clase terrateniente y la "clase c o m p r a -
dora", que eran apéndices de la burguesía internacional y
dependían del imperialismo para su sobrevivencia y creci-
miento; la burguesía media, que representaba las relaciones
capitalistas de producción en China en la ciudad y el campo, 5

constituía principalmente la burguesía nacional. Esta clase


tenía, según M a o , una actitud inconsistente ante la revolución,
porque cuando sus miembros sentían la opresión de los i m p e -
rialistas favorecían el movimiento revolucionario, pero te-
mían a la revolución cuando veían que su estatus social era
amenazado por los proletarios. L a pequeña burguesía incluía a
los campesinos propietarios, a los artesanos, a las capas bajas
de los intelectuales y a los pequeños comerciantes. Esta clase se
unía a la revolución. D e n t r o del semiproletariado M a o incluía
a la mayoría de los campesinos semipropietarios, a los campe-
sinos pobres, a los pequeños artesanos, a los vendedores de
tiendas y a los vendedores ambulantes. Esta clase necesitaba la 6

revolución para cambiar la situación existente. E l proletariado,


afirmaba M a o , aunque no era muy numeroso en u n país
atrasado como C h i n a , constituía "las nuevas fuerzas producti-
vas de China [ 1 la clase más progresista de la C h i n a
moderna".' E r a la fuerza dirigente del movimiento revolucio-
nario Y finalmente el lumoenDroletariado constituido oor
campesinos sin tierras y artesanos sin trabajo, tenía sus socie¬
dades secretas y probablemente se uniría a la revolución.

4
Mao Tse-tung, Chínese R e v o l u t i o n a n d t h e C o m m u n i s t Party o ) C h i n a , Bombay,
Peoples Publishing House, 1950, p. 26. (Trad. cast.: La revolución c h i n a y el Partido
C o m u n i s t a de China, en Obras Escogidas de M a o T s e - t u n g , Madrid, Editorial Funda-
mentos, 1974, T. II, pp. 338-339.)
' Mao Tse-tung, Analysís of t h e Cksses i n Chínese Society, en M. Rejai (ed.), On
R e v o l u t i o n a n d War, Nueva York, Doubleday Company Inc., 1965, p. 138.
6
Ibíd., p. 141.
7
l b i d . , p. 142. (Trad. cast.: Análisis de las clases de la s o c i e d a d c h i n a , o p cit., Tomo I,
p. 14.)
218 ESTUDIOS DE ASIA Y ÁFRICA XVIII: 2, 1983

A l analizar el papel del partido comunista en el proceso


revolucionario, M a o decía que, puesto que la revolución china
incluía dos etapas, es decir, la revolución democrática de nuevo
cuño y la revolución socialista, sólo el partido comunista p o -
dría dirigir ambas etapas. S i n la dirección del partido comunis-
ta ninguna revolución podría tener éxito. 8

Por otra parte, en países como China, con muy bajo desarro-
llo tecnológico y escasas armas militares, la teoría de la guerra
popular era de vital importancia. Según M a o , en su lucha
contra el imperialismo los comunistas debían promover la
movilización y organización de los campesinos, conduciéndo-
los a la guerra de guerrillas y luego a la guerra regular.
La guerra de guerrillas formaba parte de la lucha revolucio-
naria. E r a importante, según M a o , que la guerra de guerrillas
tuviera un objetivo político y que ese objetivo coincidiera con
las aspiraciones del pueblo. P o r consiguiente, la guerra de
9

guerrillas debía ser apoyada por las masas. Tenía que haber
una estrecha cooperación entre los grupos guerrilleros y el
pueblo.
Era importante contar con bases guerrilleras, "bases estra-
tégicas en que se apoyan las fuerzas guerrilleras para cumplir
sus tareas estratégicas y lograr el objetivo [. . . ] de conservar y
desarrollar sus fuerzas [. . . ] " . La concepción maoísta de la
10

guerra de guerrillas será, como veremos, fuente de muchas dis-


cusiones entre los partidos comunistas latinoamericanos.
Otra teoría importante de M a o es la teoría de las contradic-
ciones. Estas podían ser antagónicas y no antagónicas. Las
contradicciones entre revolucionarios e imperialistas, por ejem-
plo, serían antagónicas. Las contradicciones dentro del pueblo
serían no antagónicas. Durante la revolución china M a o subra-
yó que la contradicción principal era entre los comunistas y los
imperialistas. 11

8
Mao Tse-tung, Chínese R e v o l u t i o n . . ., o p . cit., p. 29.
» Mao Tse-tung, O n G u e r r i l l a Warfare, Nueva York, F. A. Praeger Publishers,
1965, p. 43.
Ibid.. p. 107. (Trad. cast.: P r o b l e m a s estratégicos de la g u e r r a de g u e r r i l l a s
c o n t r a el Japón, o p . cit., T. II, p. 91.)
" Mao Tse-tung, On t h e C o r r e d H a n d l i n g of C o n t r a d i c t i o n s a m o n g t h e P e o p l e ,
Pekín, 1966.
CONNELLY: PENSAMIENTO D E MAO E N AMÉRICA LATINA 219

Todas estas teorías de M a o desempeñarán un papel funda-


mental e n los partidos comunistas latinoamericanos que p r o -
curaron explicar, basándose en dichas teorías, la situación e n
sus países y la manera de llevar a cabo movimientos revolucio-
narios.

El modelo maoísta y los partidos comunistas prochinos


en América Latina
Luego de separarse de los partidos comunistas prosoviéticos,
los dirigentes de los nuevos partidos comunistas de la línea
prochina comenzaron a demostrar que podían explicar la
situación de sus países basándose en las ideas de M a o acerca de
la revolución y los métodos y técnicas necesarios para llevarla a
cabo. Criticaron la línea prosoviética, que ponía el acento en la
"coexistencia pacífica" con el imperialismo representado por
Estados Unidos y en la vía pacífica como medio de alcanzar el
poder político. Para los líderes prochinos sólo había u n medio
de lograr el poder político: la revolución y la lucha armada, no
sólo contra el gobierno que detentaba el poder político sino
también contra las fuerzas imperialistas.
A f i r m a b a n lo siguiente:

La propia acción de los revisionistas en cada país es la mejor herramien-


ta para desenmascararlos: grandes partidas han perdido el revisionis-
mo continentalmente al deshacerse como castillos de naipes sus planes
reformistas en Brasil y Chile. Los fracasos en estos países no nos
alegran: precisamente se trata de señalar en forma categórica que la
estrategia errada del revisionismo ha retrasado la revolución en ellos, y
que por eso hay que abandonar el revisionismo. 12

De esta manera, los dirigentes comunistas prochinos expli-


caban que, debido al éxito de la revolución china, a la autentici-
dad del pensamiento de M a o como guía y a la semejanza entre
12
T r i b u n a d e l Congreso M a r x i s t a - L e n i n i s t a N° 4 . M a r z o de 1 9 6 5 , en Partido
Comunista de Colombia (M-L), D o c u m e n t o s , Medellín, Ocho de Junio Ltda., 1965,4
vols., V. II, p. 153. En relación con este tema, el Partido Comunista de Colombia señaló
lo siguiente: "En el curso de la preparación ideológica, política y material, es muy
importante desarraigar del seno del partido los resabios del oportunismo de derecha,
en particular en lo que se refiere a llamada "vía pacífica", que después de largo tiempo
y despojada de su barniz "teórico" se halla identificada con la vía electoral."
220 ESTUDIOS DE ASIA Y ÁFRICA XVIII: 2, 1983

las sociedades china y latinoamericana, era posible aplicar la


misma línea para luchar contra el viejo sistema y establecer
uno nuevo.
E n concordancia con ello, los dirigentes de los partidos
prochinos caracterizaban a los países latinoamericanos como
semifeudales y semicoloniales, dependientes del imperialismo
y con u n desarrollo económico desigual. L a mayor parte del 13

comercio de los países latinoamericanos seguía una política


orientada básicamente a satisfacer las necesidades de los países
imperialistas, no sólo para proporcionarles materias p r i m a s
sino también mano de obra barata para extraer recursos natu-
rales como petróleo, cobre y otros. E l sector agropecuario14

sólo producía para exportar a los mercados imperialistas, en


lugar de producir artículos que satisficieran las necesidades del
pueblo. Por consiguiente, la revolución tenía que ser antifeu-
dal, antimperialista y democrática.
Siguiendo la concepción maoísta de la revolución en dos
etapas, los dirigentes comunistas prochinos sostenían que,
ante todo, había que llevar a cabo una revolución democrática
de nuevo cuño constituyendo un frente único de todas las clases
revolucionarias, como lo había hecho M a o en China. L a direc-
ción de la revolución iba a caer en manos del proletariado
porque en la mayoría de los países latinoamericanos la burgue-
sía nacional era muy débil. C o m o dijo Saturnino Paredes,
dirigente del Partido Comunista Peruano (marxista-leninista),
en su país la burguesía nacional no había tomado el poder
debido a su debilidad intrínseca; por lo tanto, debía hacerlo el
proletariado. 15

E n la primera etapa de la revolución democrática del pue-


blo, el grupo Espartaco de Chile (Partido Comunista R e v o l u -
cionario de Chile) afirmaba que el propósito de la revolución
era, "aislar en p r i m e r término a los enemigos más poderosos

» Saturnino Paredes Macedo, "Situación política y tareas del Partido Comunista


Peruano", en B a n d e r a Roja, 29, Montevideo, 1972, p. 79. Partido Comunista de
Colombia (M-L), Orientación, 5, M a r z o de 1 9 6 8 , en D o c u m e n t o s , op. cit., V. I, pp.
198-199. "Mao Tse-tung's Thought Brings World Revolution into a New Triunphant
Era", P e k i n g R e v i e w , 32, 9 de agosto de 1968.
>< Saturnino Paredes, o p . cit., p. 30.
" Ibid., p. 85.
CONNELLY: PENSAMIENTO DE M A O E N AMÉRICA LATINA 221

de la clase obrera: al imperialismo yanqui, a los latifundistas y a


la burguesía monopolista y financiera". 16

E l análisis de clases hecho por los dirigentes de los partidos


comunistas prochinos estaba relacionado con la diferenciación
entre quienes iban a unirse a la revolución y quienes estarían
en contra de ella. Según esos dirigentes, en los países latinoa-
mericanos había las siguientes clases sociales: a ) la burguesía
intermediaria, constituida p o r los grandes capitalistas que
eran los intermediarios del imperialismo para la introducción
de capital en dichos países; b ) la burguesía nacional o burgue-
sía media, vinculada a la producción y al comercio nacionales.
Esta burguesía nacional tenía un carácter dual, porque parte de
ella estaba vinculada con el imperialismo, especialmente e l
sector que necesitaba capital extranjero y moderna maquina-
ria; c ) la pequeña burguesía, compuesta por pequeños comer-
ciantes, artesanos, intelectuales y estudiantes (según los dirigen-
tes, esta pequeña burguesía era un elemento muy importante
en la revolución, debido a su antagonismo con los imperialistas
y con la oligarquía latifundista); d ) el proletariado que trabaja-
ba en industrias y minas; y e ) el lumpenproletariado integrado
por los campesinos sin tierras y convertidos en mendigos o
delincuentes. 17

E n el campo se encontraban las siguientes ciases: a ) los te-


rratenientes, poseedores de grandes tierras y que producían
para e l imperialismo, por lo cual eran aliados del imperialis-
mo; b ) los campesinos ricos, poseedores de tierras y para los
cuales trabajaban los campesinos pobres; c) los campesinos
medios, con tierras que cultivaban por sí mismos; y d ) los
campesinos pobres que tenían que vender su trabajo a otros. 18

Durante la revolución democrática, el proletariado, como


dirigente del movimiento, podía atraer a la burguesía nacional,
a la pequeña burguesía y a los campesinos ricos, pero tendría
que luchar contra la burguesía intermediaria y los terratenien-

16
Una l i n e a pequeñoburguesay u n a línea p r o l e t a r i a en la Revolución C h i l e n a , San-
tiago, Ediciones Espartado, 1967, p. 28.
17
Paredes, o p . cit., p. 50-57, Partido Comunista de Colombia (M-L), o p . cit., pp.
200-206.
18
Ihid., pp. 58-62.
222 ESTUDIOS D E ASIA Y ÁFRICA XVIII: 2, 1983

tes. N o obstante, los dirigentes comunistas prochinos señala-


ban que la pequeña burguesía y la burguesía media sólo apoyarían
al proletariado en época de guerra. 19

E n consecuencia, los dirigentes comunistas prochinos creían


que, debido a la inexistencia de un grupo proletario numeroso
en los países latinoamericanos, podían seguir la línea maoísta,
procurando el apoyo de las fuerzas progresistas, ganando para
sí las fuerzas intermedias y aislando a las fuerzas reaccionarias.
Una vez derrotados los principales enemigos durante la revo-
lución democrática popular, sería establecida la dictadura del
proletariado.
Según el grupo Espartaco, cuando los aliados no proletarios
no quisieran unirse a los proletariados y campesinos en el fren-
te único, la única manera de obligarlos a que lo hicieran era p o r
la fuerza:

El Frente Unico sólo es posible en su integridad y útil cuando la clase


obrera y el campesinado, su aliado más cercano, han forjado a través del
fusil de la lucha armada popular, su propio poder en el seno de la vieja
sociedad. Pensamos que el factor más importante para arrastrar a
ciertos aliados no proletariado al Frente Unico es la fuerza, la violencia
armada, que es capaz el proletariado y el campesinado de poner en
práctica. Las concesiones que se pueden hacer a los aliados son un factor
secundario en la construcción del Frente Unico y los acuerdos deberán
surgir fundalmentalmente del poderío de las clases más revoluciona-
rias. 20

E n lo que respecta a la dirección del partido los líderes


comunistas prochinos sostenían que la revolución sólo sería
posible con la dirección de u n auténtico partido marxista-
leninista, según señalaba el Partido Comunista Ecuatoriano
(marxista-leninista): " s i n un partido revolucionario, la revolu-
ción es una palabra hueca. S i n u n partido revolucionario del
proletariado, es imposible pensar en la victoria de la revolu-
ción". Y el Partido Comunista de Brasil afirmaba lo siguien-
21

te:

" Una línea pequeño-burguesa. . ., o p . c,t., p. 33.


20
Ibid., p. 27.
21
Ecuadorian Marxist-Leninist Communist Party, "Building a Revolutionary Party
of the Proletariat", P e k i n g R e v i e w , 23,6 de junio de 1969, p. 23. Véase asimismo Una
línea pequeño-burguesa. . ., o p . cit., p. 45.
CONNELLY: PENSAMIENTO DE M A O E N AMÉRICA LATINA 223

U n partido marxista-leninista, el Partido Comunista de Brasil, que ha


acumulado experiencia revolucionaria y ha pasado por la prueba de la
lucha contra el oportunismo y el revisionismo, se encuentra en acción
en nuestro país. Lo guía una teoría avanzada y está en condiciones de
dirigir exitosamente la lucha de liberación del pueblo brasileño."

Por consiguiente, y como podemos ver, el papel de un


partido que siga la línea correcta es, según los líderes comunis-
tas prochinos, bastante importante para el éxito de la revolu-
ción.
Los líderes prochinos subrayaban el papel del campesinado
en la guerra revolucionaria. E l Partido Comunista B o l i v i a n o
sostenía que: "es necesario u n i r las amplias masas de los
campesinos pobres, el proletariado rural y los campesinos
medios para luchar contra el imperialismo norteamericano y
sus aliados en Bolivia. Es necesario unir a los campesinos
explotados y crear una fuerza revolucionaria capaz de lograr la
victoria f i n a l " . La alianza obrero-campesina, afirmaban, era
25

de fundamental importancia en la lucha por lograr el triunfo e


implantar un régimen democrático popular después de la
guerra. 24

U n o de los puntos principales se relacionaba con la forma de


llevar a cabo la guerra revolucionaria contra las fuerzas reac-
cionarias en los países latinoamericanos. Los dirigentes comu-
nistas prochinos señalaban que la única manera de derrotar a
sus enemigos era a través de la guerra popular.
La guerra del pueblo, decían, era el nivel más alto de la lucha
de masas. D i c h a guerra se basaba en la movilización revolucio-
naria de las masas dirigidas por el partido del proletariado que
luchaba por el poder. E l escenario sería el campo, según
afirmaban los dirigentes comunistas brasileños:

El interior es el campo de batalla favorable para la guerra popular. Las


masas campesinas constituyen una gran fuerza que debe ser movilizada.

22
Central Committee of The Communist Party of Brazil, "People's War. The Path
of Armed Struggle in Brazil", P e k i n g R e v i e w , 25, 20 de junio de 1969, p. 21.
» Communist Party of Bolivia, "Draft Peasant Agrarian Program", P e k i n g R e v i -
ew, 23,6 de junio de 1969, p. 22. Véase también Central Committee of the Communist
Party of Brazil, "The Domestic Situation in Brazil and the Tasks of the Communist
Party of Brazil", P e k i n g R e v i e w , 28 de mayo de 1965, p. 21.
24
Ibid., p. 22.
224 ESTUDIOS DE ASIA Y ÁFRICA XVIII: 2, 1983

Representan una inmensa fuerza revolucionaria potencial y son las


principales proveedoras de luchadores para la guerra popular. E l inte-
rior es el eslabón débil de la dominación de las fuerzas reaccionarias,
que no tienen suficientes tropas para ocupar las vastas zonas rurales
[. . . ] . "

Por consiguiente, un punto fundamental era el apoyo de las


masas campesinas, porque era la única manera de lograr el
triunfo. N o existía ninguna posibilidad de obtener apoyo ex-
terno. Había que contar con las propias fuerzas.
La primera etapa de la guerra popular tomaría la forma de
guerra de guerrillas y, en el curso de la lucha, se formaría u n
ejército del pueblo con las masas más pobres de la población.
Para los dirigentes comunistas prochinos era de vital i m -
portancia, dentro de la guerra popular, crear zonas de base e n
las cuales pudieran preparse para la lucha y obtener el apoyo de
las masas. C o m o lo expresó el Partido Comunista Brasileño:

El problema crucial para desencadenar una guerra popular es el estable-


cimiento de bases de apoyo en el campo, que constituyen una garantía
fundamental para la preservación y desarrollo de las fuerzas revolucio-
narias. Son bases que sustentan a las unidades guerrilleras y al ejército
del pueblo en la realización de una guerra prolongada. Cuando operan
en un área determinada, las fuerzas guerrilleras deben tener siempre
presente el objetivo de implantar bases de apoyo. Su tarea principal es
lograr la participación de las masas y echar profundas raíces en la
población de la zona en la cual están operando. 26

Los dirigentes tenían conciencia del peligro de establecer


solamente una zona, llamada "foco" por el grupo guerrillero
del C h e Guevara y de Regis Debray, constituido por gente 27

que no tenía el apoyo de las masas. Los líderes prochinos


criticaban esa estrategia precisamente porque los grupos " f o -
quistas" no procuraban el apoyo de las masas. Dichos grupos
pensaban que si el "foco" guerrillero lucha por su cuenta

25
C. C. of the Commumst Party of Brazil, "Peoples War. . .", o p cit., p. 22.
26
Ibid. En relación con las reglas de la guerra popular y la manera de realizarla, véase
P. C. de Colombia, "Conclusiones del II Pleno del Comité Central", octubre de 1966, en
D o c u m e n t o s , cit., V. I, op. cit., V. I, pp. 392-399.
27
Véanse los libros del Che Guevara, G u e r n l l a Warfare, Nueva York, Monthly
Review Press, 1961, y de Regis Debray, R e v o i u t i o n dans la r e v o l u t i o n , París, Maspe-
ro, 1969.
CONNELLY: PENSAMIENTO D E MAO E N AMERICA LATINA 225

contra las fuerzas reaccionarias, finalmente obtendrá el apoyo


de las masas por sí mismas, en lugar de tratar de ganar ese
apoyo desde el comienzo para llevar a cabo su guerra prolonga-
da de liberación. L a "guerrilla foquista", afirmaban los dirigen-
tes prochinos, no trató de elevar el nivel de conciencia de las
masas educándolas en la ideología del proletariado; en lugar de
ello formó el núcleo militar, el "foco", y luego emprendió
acciones heroicas para obtener el apoyo de las masas.
E l Partido Comunista (marxista-leninista) de Uruguay ex-
puso con claridad la posición de los grupos prochinos respecto
de la guerrilla urbana:

[. . .] pretenden realizar una guerra sin las masas. Reducen las masas a
meros expectadores de sus acciones armadas, llevadas a cabo por grupos
pequeño-burgueses provenientes de los sectores más inestables de la
i n t e i i g e n t s i a . L a idea es lograr la admiración del pueblo con ataques sor-
prendentes y sensacionales. Es el tipo preferido de lucha de la pequeña
burguesía: expresa su individualismo y su temor a unirse al proletaria-
do. Todos ellos están dispuestos a poner una bomba o a participar en
una acción directa, pero ninguno desea sumergirse en las masas para
realizar una tarea dura, paciente, prologada y anómina [. . . ] . «

Por consiguiente, según los dirigentes comunistas prochi-


nos, la revolución tenía que realizarse en el campo, obteniendo
el apoyo de las masas, estableciendo bases de zona, educando a
los campesinos en la ideología revolucionaria. Después de que
las fuerzas revolucionarias se fortalecieran en el campo, y luego
en una feroz lucha contra sus enemigos, podrían rodear y
tomar las ciudades, según señala el modelo maoísta. 29

Otro punto de discrepancia entre los dirigentes comunistas


prochinos y los grupos guerrilleros castristas fue el papel del
partido en la lucha armada. Según los dirigentes prochinos, el
partido debía dirigir la revolución desde el comienzo porque
"sólo la dirección proletaria puede garantizar y asegurar el
triunfo de la revolución". E n cambio, los grupos castristas
50

28
Partido Marxista-Leninista del Uruguay, ¿Conspiración o revolución?, en Luis E.
Aguilar, op. cit., p. 406. Acerca de este tema véase también Una línea pequeño-
b u r g u e s a . . . , o p . cit., p. 22. Partido Comunista de Colombia (M-L), Orientación,
octubre de 1966, en D o c u m e n t o s , o p . cit., V. I, p. 293. Paredes, o p . cit., p. 101.
» Paredes, o p . cit., p . 102.
5° l b i d .
226 ESTUDIOS DE ASIA Y ÁFRICA XVIII: 2, 1983

afirmaban que no necesariamente la vanguardia revoluciona-


ria debía ser el partido comunista. Los dirigentes políticos
decían que esa posición desdeñaba al partido político, puesto
que se basaba en la creencia de que el partido podía surgir del
ejército; de esta manera el partido quedaba subordinado al
ejército, es decir, el fusil se colocaba por encima del p a r t i d o . ' 1

De esta manera, como vemos, los dirigentes comunistas


prochinos trataron de seguir el modelo de M a o en todos sus
aspectos, y criticaron a aquellos que proponían que la revolu-
ción utilizara tácticas diferentes. ¿Pero cuáles fueron los resul-
tados de la aplicación del modelo maoísta en América L a t i n a
por parte de los dirigentes comunistas prochinos? ¿En qué
medida estos dirigentes pusieron realmente en práctica las
estrategias y tácticas de lo que consideraban como modelo para
América Latina? Este será el tema del análisis de la siguiente
parte del ensayo.

Una evaluación de la acción de los partidos prochinos


en América Latina

Los partidos latinoamericanos prochinos tomaron, en general,


como modelo el pensamiento de M a o como un medio de
derrocar los regímenes autoritarios y las fuerzas imperialistas
en sus países. C o m o hemos visto, se limitaron a adoptar las
ideas maoístas básicas sobre cómo realizar la revolución sin
analizar en profundidad el tipo de sociedad en que vivían y si
las condiciones locales permitían realmente la aplicación del
modelo de M a o . » Por consiguiente, lo que escribieron acerca
de lo que iban a hacer, y sobre la forma en que lo harían, tenía
una base muy superficial.
Es algo comprensible si consideramos la manera en que se

» Partido Comunista de Colombia (M-L), Orientación, cit., en Documentos, o p . cit.,


V, I, p. 283. Communist Party of Brazil, "People s War. . .", u p . cit., p. 22.
« Joao Quartim, D i c t a t o r s h i p a n d A r m e d S t r u g g l e in Brazil, Nueva York, Monthly
Review Press, 1971. El autor dice lo siguiente sobre el Partido Comunista de Brasil:
"[. . .] proclamaba la necesidad abstracta de la lucha armada mientras que, al no
desarrollar ninguna práctica concreta que mostrara cómo pensaba aplicarla, permane-
cía aislado de la verdadera lucha política [. . .]" (p. 215)
CONNELLY: PENSAMIENTO D E M A O E N AMÉRICA LATINA 227

formaron estos grupos. L a mayoría de los partidos prochinos


del continente latinoamericano se crearon básicamente debido
a la ruptura sino-soviética. E n consecuencia, la mayoría de
ellos eran grupos que respondían a estas circunstancias parti-
culares. Estaban más preocupados por sus discusiones c o n los
demás grupos comunistas que p o r el análisis de la situación
general de sus países.
E n lo ideológico, los grupos prochinos tenían una formación
visceral y se limitaban a repetir las ideas de M a o sin analizar-
las. E l Partido Comunista Colombiano ( M - L ) , por ejemplo,
decía lo siguiente:

Las obras del camarada Mao Tse-tung[. . .] deben servirnos como guía
en todas nuestras tareas y acciones. Cualquiera cosa que hagamos debe
basarse en la aplicación consciente y efectiva del pensamiento de Mao
Tse-tung. Antes de realizar cualquier tarea revolucionaria, debemos
asegurarnos de que concuerda con el pensamiento del camarada Mao
Tse-tung; luego de hacerlo, debemos examinar también la práctica a la
luz de pensamiento. Solamente entonces podemos estar seguros de que
estamos partiendo de la verdadera línea revolucionaria del proletaria-
do.»

Durante la revolución cultural china, los dirigentes prochi-


nos de Colombia comenzaron a criticar a algunos miembros de
su partido que no estaban de acuerdo con el Comité Central en
ciertas discusiones sobre tácticas y estrategias. Esos líderes,
siguiendo el patrón de la revolución cultural, comparaban a
aquellos camaradas con los que, en esa época, eran criticados en
China. 54

Los partidos comunistas prochinos de América Latina die-


ron u n apoyo total a la revolución cultural, como podemos ver
en esta declaración del Partido Comunista Brasileño:

Desde el comienzo mismo, el Partido Comunista Brasileño ha apoyado


firmemente la gran revolución cultural proletaria y está auténticamen-
te orgullosa de esta posición. Los lazos de amistad y solidaridad que

35
"Colombian Communist Party (M-L) Organ calis on entire party to creatively
apply Mao Tse-tung s thought to Colombian revolutionary practice", P e k i n g R e v i e u ;
19, 10 de mayo de 1969, p. 18.
" Partido Comunista de Colombia (M-L), Orientación, 6, julio de 1968, en Do-
c u m e n t o s ; o p . cit., V. II, p. 313.
228 ESTUDIOS D E ASIA Y ÁFRICA XVIII: 2, 1983

siempre unieron al Partido Comunista Brasileño y alPartido Comunis-


ta Chino se han hecho aún más sólidos e indestructibles.»

Los dirigentes de los partidos latinoamericanos prochinos


estaban muy impresionados por el triunfo de la revolución
china y por el pensamiento de M a o . E n consecuencia, adopta-
ron la línea de la lucha armada, en los países atrasados, como
un medio para obtener el poder político. Los dirigentes lati-
noamericanos creían que con sólo leer las obras básicas de M a o
ya lo sabrían todo acerca de cómo realizar la revolución e n sus
países sin un profundo conocimiento de cómo se había llevado
a cabo la revolución china y en qué condiciones específicas.
C o m o lo señalara Cecil Johnson, en los años treinta, cuando
tuvieron que luchar contra el ejército japonés, los comunistas
chinos tenían experiencia política y militar. También tuvieron
que trabajar intensamente para lograr el apoyo de las masas a
la revolución. 36

E n lo que concierne a la línea de masas, los grupos prochinos


latinoamericanos, aun cuando decían una y otra vez que era
muy importante lograr que las masas apoyaran la revolución,
sólo emprendieron escasas acciones para obtener ese objetivo.
Algunos dirigentes, como Saturnino Paredes, del Partido Co-
munista Peruano, estaban conscientes de las razones de dicha
situación. Paredes señaló:
Otros defectos atentan contra los principios de organización y son:
abandono de la vida celular y orgánica; abstención de la obligación de
cotizar; espíritu de camarilla y de grupo, manifestado a diversos niveles
partidarios, muy peligrosos, que puede dar lugar al espíritu fraccional
contrario a los intereses del partido; tendencia al mercenarismo; pasivi-
dad, no obstante la difícil situación política que demanda la actividad
constante de todos los comunistas, ya sea por temor a la represión o por
apego a las comodidades de la vida; palabrería sin principios, demos-
trando su ultrarrevolucionarismo, pero evasión del trabajo concreto
como ocurre con muchos camaradas que hablan demasiado y critican a
otros, pero en cuanto se les da una oportunidad para actuar rehuyen el
trabajo; igualitarismo y democratismo exagerados, revelados constan-
temente en la falta de consideración frente a los cuadros de dirección;

» Communist Party of Brazil, "The Communist Party of China is a great glorious


and correct Party", P e k i n g R e v i e w , 6, 7 de febrero de 1969, p. 14.
56
Cecil Johnson, o p . cit.. p. 60.
CONNELLY: PENSAMIENTO DE M A O E N AMERICA LATINA 229

localismo o regionalismo que pretende subordinar los intereses de una


región a los de todo el país; trabajo artesanal, es decir, hacer por hacer las
cosas sin importar el método ni el resultado.' 7

E n otras palabras, la falta de formación ideológica, la subor-


dinación de los intereses del partido a los personales, la falta de
contacto con las masas, la falta de una perspectiva nacional o
global de los problemas más importantes de las masas, consti-
tuían el origen de la debilidad de estos partidos comunistas.
Por otra parte, los dirigentes prochinos siempre insistían en
la necesidad de formar u n frente único con otras fuerzas; sin
embargo, nada hicieron en la práctica para unirse a ellas. Los
dirigentes prochinos critican a todas las fuerzas que podrían
haberse unido a su movimiento, en lugar de tratar de ganarlas.
Hacia los años setenta, la mayoría de los partidos comunis-
tas prochinos de América Latina comenzaron a experimentar
divergencias entre sus dirigentes y a dividirse en pequeños
grupos. Algunos de ellos decidieron continuar en la línea de la
guerra popular campesina; otros decidieron trabajar en el
proletariado industrial de las ciudades. Por otra parte, la 38

mayoría de los dirigentes de los partidos comunistas prochinos


de América Latina mostraron su desacuerdo con el acerca-
miento de China hacia Estados U n i d o s y los gobiernos latinoa-
americanos, al tiempo que dejaba de lado sus relaciones con los
partidos comunistas de esos países. Debido a su falta de conoci-
miento sobre la situación china, no comprendieron esa política.
Algunos de los dirigentes de partidos prochinos latinoame-
ricanos fueron interrumpidos en su trabajo por las fuerzas de
sus gobiernos, como por ejemplo Pedro Pomar, uno de los
principales dirigentes del Partido Comunista Brasileño, apre-
sado y muerto en 1977. L a prensa china sólo comentó muy
brevemente este hecho. Los miembros de los partidos co-
39

menzaron a abandonarlos, y su influencia sobre las masas se


hizo n u l a . 40

57
Paredes, o p . cit., p. 120.
»• Véase E n c u e n t r o e n t r e los marxistas c o l o m b i a n o s y l o s c r i s t i a n o s p o r la libera-
ción, Bogotá, 1975, p. 75.
» P e k i n g R e v i e w , 6, 4 de febrero de 1977.
« Daniel Seligman, "Communism Crisis of Authority", en F o r t u n e , febrero de
230 ESTUDIOS DE ASIA Y ÁFRICA XVIII: 2. 1983

Consideraciones finales
E l pensamiento de M a o Zedong sobre la forma de llevar a cabo
el m o v i m i e n t o revolucionario en China fue resultado de su
experiencia en ese campo; esto significa que sus ideas acerca de
la guerra popular, la guerra de guerrillas, el frente único, la
dirección del partido, así como su análisis de las clases, estaban
ligados a las condiciones específicas que prevalecían en C h i n a
en todo momento de la lucha. L o que escribió sobre la forma de
realizar la revolución y sobre la manera de establecer una
nueva república democrática popular como primera etapa en
el camino hacia el socialismo, se basa en su propia práctica
revolucionaria vista a través de las teorías del marxismo-
leninismo.
U n a y otra vez M a o señaló que las ideas marxista tenían que
ser integradas en la práctica de la revolución china. E n otras
palabras, el marxismo debía tener ciertas características nacio-
nales para que pudiera utilizarse en el derrocamiento de los
viejos regímenes. Este es un punto muy importante, porque en
él el p r o p i o M a o reconoció que el marxismo es una combina-
ción de teorías marxistas-leninistas y de sus propias ideas, y
que estas teorías fueron aplicadas en China teniendo en cuenta
las características nacionales; de esta manera la revolución
podía triunfar.
Durante los años sesenta los dirigentes chinos afirmaron
que la lucha armada era el medio de promover movimientos
revolucionarios en todas partes, subrayando que el pensamien-
to de M a o era la pauta de tales movimientos. Es cierto que
siempre señalaron que debían tenerse en cuenta las condicio-
nes en cada país. Pero era difícil que el pensamiento de M a o
pudiera aplicarse a otros países, siendo, como era, u n producto
de la experiencia china.
E n América Latina existía una situación completamente
diferente de la de China. E n la mayoría de los países latinoame-

1976, pp. 94-95, presenta las siguientes cifras: Partido Comunista Peruano (M-L),
1 200 miembros; Partido Comunista de Ecuador (M-L), 100; Partido Comunista de
Brasil, 1000; Partido Comunista de Bolivia (M-L), 150; Partido Comunista de Colom-
bia (M-L), sin cifras disponibles.
CONNELLY: PENSAMIENTO DE M A O E N AMÉRICA LATINA 231

ricanos el sistema capitalista ya se había desarrollado más que


en C h i n a en el momento de la revolución. E l sistema político
se basaba en regímenes autoritarios; el pueblo tenía una con-
ciencia política muy débil; trabajar para politizar los campesi-
nos era algo extraño. Todas estas características dificultaron la
aplicación de las ideas de M a o . Si los dirigentes comunistas
prochinos hubieran estudiado tales condiciones en p r o f u n d i -
dad, tal vez habrían podido aplicar algunas de sus ideas, m o d i -
ficándolas, como hizo M a o con las ideas marxistas-leninistas
para darles características nacionales y así triunfar.
Pero los dirigentes prochinos latinoamericanos no conocían
profundamente las ideas de M a o n i la situación real e n sus
países. Este hecho les impidió iniciar y dirigir el m o v i m i e n t o
revolucionario. Los dirigentes prochinos sólo habían leído
algunas obras de M a o Zedong y, basándose en ese conocimien-
to superficial, trataron de explicar toda la situación política,
social y económica de sus países creyendo que con la mera
repetición de las frases podían poner en obra la revolución. Sus
intentos de crear bases rurales y movilizar a los campesinos
fueron fracasos debidos a la falta de preparación y organiza-
ción. A pesar de que analizaron con detenimiento la necesidad
de obtener el apoyo de las masas, los dirigentes comunistas pro
chinos hicieron muy poco para ganarlo.
A s i m i s m o , los dirigentes prochinos estaban más interesa-
dos en las actividades de los otros partidos comunistas pro-
soviéticos, a los que llamaba "revisionistas", así como de otros
grupos revolucionarios castristas, a todos los cuales criticaban,
que en los resultados de sus propias actividades.
Debido a estas razones, los dirigentes comunistas prochinos
no lograron finalmente comprender el proceso revolucionario
en América Latina, y algunos de ellos murieron en vano al
participar sin suficiente preparación en actividades revolucio-
narias. Otros cambiaron simplemente sus concepciones sobre
cómo abordar los problemas que plantea la realización de los
movimientos revolucionarios. E n general, fue poco lo que
contribuyeron al cambio efectivo de las sociedades rurales.

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