Función Bioquímica Del Intestino Grueso. Duarte Valianna

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Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia

Carrera:

Medicina Veterinaria

Materia:

Fisiología animal

Unidad # 2:

Fisiología del sistema digestivo en monogástricos y poligástricos

Tema:

Función Bioquímica del Intestino Grueso

Docente:

MVZ. Katherine Chávez, M.Sc.

Estudiante:

Duarte Valverde Valianna Eladia

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Índice
INTRODUCCIÓN……………………………………………… 3

TEMA 1…………………………………………………………. 4

TEMA 2…………………………………………………………. 6

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INTRODUCCIÓN

El intestino grueso comprende la parte final del tubo digestivo y se divide a su vez

en ciego, colon y recto. El colon posee una parte ascendente, una transversa, y

una descendente, además del colon sigmoide. El intestino grueso se conecta al

intestino delgado mediante la válvula o esfínter íleo-cecal.

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Función Bioquímica del Intestino Grueso

SECRECIÓN ACTIVA

En el intestino delgado, las funciones de secreción y absorción se encuentran


separadas anató-micamente. Así, las células de las criptas de Lie-berkühn
segregan un líquido alcalino, compuesto predominantemente por cloruro sódico y
bicarbo-nato. Esta secreción se absorbe casi en su totalidad por las células de las
vellosidades intestinales. El ciclo del agua y electrolitos secretados en las criptas y
posteriormente absorbidos en las vellosidades sirve para disolver el quimo en la
superficie digestiva y favorecer la absorción de los nutrientes.

El mecanismo exacto responsable de la secreción de agua y electrolitos en las


criptas de Lieberkhun no se conoce en su totalidad, aunque parece que al menos
hay dos procesos secretores asociados: la secreción activa de iones cloruro y la
secreción activa de bicarbonato. El movimiento de estos dos aniones hacia la luz
del intestino arrastraría iones como el sodio -de carga positiva- hacia el intestino y
el movimiento iónico, a su vez, induciría el movimiento de agua a favor del
gradiente osmótico.

Los mecanismos de secreción activa están regulados por mensajeros


intracelulares como el AMP cíclico, GMP cíclico y el calcio, los cuales estimulan la
secreción en las criptas e inhiben la absorción de sodio y cloruro, exceptuando la
absorción de sodio asociada a la de glucosa.

Los iones cloruro son los que tienen mayor relevancia en los procesos secretores.
El ion cloruro entra en la célula por la membrana basolateral en contra de
gradiente a través de un cotransporte con sodio, que lo hace a favor de gradiente
electroquímico y potasio. El sodio es devuelto al intersticio activamente a través de
la ATPasa de Na*-K+ y el potasio introducido por dicha ATPasa sale de la célula a
través de la membrana basolateral, gracias a un canal específico activado por la
secreción de ion cloruro. El ion cloruro abandona la célula por difusión pasiva,
siguiendo el gradiente electroquímico creado, a través de un canal situado en la
membrana apical (figura 46.4).

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La membrana apical o luminal de las células secretoras de las criptas contiene un
canal de cloruro dependiente de AMP cíclico, conocido también como el canal
regulador de la conductancia trans-membrana de la fibrosis quística o CFTR (del
inglés cystic fibrosis transmembrane conductance regula-tor), dado que las
mutaciones en el gen para este canal iónico dan lugar a la fibrosis quística. La
estimulación hormonal de las células secretoras tiene como resultado la activación
de la enzima adenilato ciclasa, a través de una proteína G de membrana
específica. La adenilato ciclasa convierte el ATP en AMP cíclico, cuya
concentración intracelular se incrementa activando los canales de cloruro
dependientes de AMP cíclico localizados en la membrana apical y permitiendo la
salida de ion cloruro hacia la luz intestinal a favor de gradiente electroquímico.

Algunas bacterias, como el Vibrio cholerae, liberan toxinas que activan, a menudo
de forma per-manente, la enzima adenilato ciclasa. Esto conduce a un incremento
en la concentración intracelular de AMP ciclico y la activación anormal del canal de
cloruro dependiente de AMP cíclico en las células secretoras de las criptas. El
resultado es la secreción masiva de agua y electrolitos, fundamentalmente NaCI
que se manifiesta como diarrea severa, que podria dar lugar a deshidratación,
hiponatremia y, finalmente, la muerte. Aunque la toxina del cólera, producida por
Vibrio cholerae, es el ejemplo más conocido de este tenómeno, otras bacterias
producen toxinas que actúan de manera similar.

Los factores más relevantes en la regulación de la secreción intestinal son los


reflejos nerviosos entéricos locales, iniciados fundamentalmente por los estimulos
mecánicos o irritantes que produce el quimo en el intestino. La influencia externa
de los sistemas nerviosos autónomos simpático y parasimpático también se ha
demostrado experimentalmente; así, el sistema nervioso simpático estaría
relacionado con la activación de la absorción intes-tinal, mientras que el
parasimpático desempeñaría un papel regulador de la secreción.

Los mecanismos humorales que regulan la secreción intestinal incluyen hormonas


que estimulan la se-creción, tales como la CCK, la gastrina, la serotonina, la
histamina, la secretina, el péptido intestinal vasoac-tivo, la sustancia P o la
bombesina. Por el contrario, se han descrito hormonas que inhiben la secreción
intestinal como el neuropéptido Y, péptido YY y el factor antisecretor. El primero de
ellos es secretado por las células neuroendocrinas en el ileon y el colon en
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respuesta a la ingesta, reduciendo el apetito. El péptido YY reduce el vaciado
gástrico e incrementa la eficiencia de la digestión y la absorción de nutrientes
después de una comida. Por otro lado, el factor anti-secretor es una proteína con
una marcada actividad inhibidora de la secreción intestinal y antiinflamatona.

La exposición a toxinas bacterianas induce la liberación de factor antisecretor, lo


que probablemente refleja un mecanismo de defensa natural contra los agentes
causantes de la diarrea que contribuye a una evolución favorable de la
enfermedad.

Además del AMP cíclico, mencionado anterior-mente, los factores humorales que
modulan la secreción intestinal también median sus efectos a través de otros
mensajeros intracelulares como el GMP cíclico o el ion calcio, que a través de la
activación de proteínas cinasas específicas o la calmodulina, en el caso del calcio,
regulan la actividad de los canales iónicos y transportadores de membrana.

SECRECIONES DEL INTESTINO DELGADO E INTESTINO GRUESO

En el intestino delgado tiene lugar la digestión y absorción de los componentes de


la ingesta procedentes del estómago; por este motivo, la secreción del intestino
delgado tiene dos objetivos fundamentales: neutralizar el contenido ácido del
estómago y proteger la mucosa intestinal, así como servir como soporte para los
procesos absortivos. La secreción del intestino delgado es el resultado de la
actividad secretora de las glándulas de Brunner, presentes en el duodeno, y las
criptas de Lieber-kühn, localizadas a lo largo de todo el intestino.

Las glándulas de Brunner, como se ha mencionado anteriormente, son glándulas


túbulo-alveo-lares, tapizadas por un epitelio cúbico a cilíndrico, que desembocan
por medio de conductos en las criptas del duodeno. Las glándulas y sus conductos
no contienen células caliciformes. Están constituidas por células mucosas cuya
función es proteger el intestino delgado contra la acción abrasiva del contenido
gástrico. Por este motivo, secretan moco que contiene una alta cantidad de
bicarbonato con objeto de neutralizar el quimo ácido. La secreción es escasa en
periodos de ayuno pero aumenta tras la ingestión de una comida. Las glándulas de
Brun-ner presentan una pequeña cantidad de células endocrinas que secretan

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fundamentalmente somatos-tatina, gastrina y péptido YY y que están ausentes en
los conductos de las glándulas.

La mayor parte de la secreción del intestino delgado tiene lugar en las criptas de
Lieberkühn, que, en condiciones normales, secretan aproximadamente 1.800
mL/día en el hombre. La secreción procedente de las criptas de Lieberkühn| no
difiere en gran medida del líquido extracelu-lar, con un pH ligeramente alcalino,
que es absorbido rápidamente por la vellosidades, siendo su función proporcionar
un soporte para la absorción de sustancias nutritivas del quimo, actuando como
solvente.

En el intestino grueso tiene lugar la absorción de agua y electrolitos, la


compactación de las heces y diversos procesos fermentativos, en función de la
especie, de ahí que la secreción del intestino grueso vaya encaminada a la
protección de la mucosa de la abrasión mecánica y química. La mucosa del
intestino grueso está revestida por criptas de Lieberkühn y células caliciformes. La
secreción mucosa contiene grandes cantidades de iones bicarbonato que son
transportados activamente a la luz del intestino.

Dicha secreción protege el epitelio del intestino grueso evitando las excoriaciones
de la mucosa y facilita la cohesión de las heces. Asimismo, dicha secreción
protege la mucosa de la intensa actividad bacteriana y, debido a la presencia de
bicarbonato, neutraliza los ácidos derivados de la fermentación bacteriana de la
materia orgánica.

La magnitud de la secreción del intestino grueso está regulada por la estimulación


táctil de la mu-cosa, así como por reflejos nerviosos locales que actúan sobre las
criptas de Lieberkühn. Cuando la mucosa del intestino grueso está irritada, como
ocurre cuando tiene lugar una enteritis de origen bacteriano, la mucosa secreta,
además de moco, grandes cantidades de agua y electrolitos con objeto de diluir las
sustancias irritantes y acelerar el tránsito de las heces hacia el ano. Como
resultado de lo anterior se produce la diarrea, con grandes pérdidas de agua y
electrolitos.

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Bibliografía

Albino García Sacristán. Madrid, (2018).


FISIOLOGIA_VETERINARIA_G_Sacristan.

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