Espermatozoides

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Los seres humanos, además, somos vivíparos y mamíferos: nacemos vivos

del vientre materno y nos alimentamos durante los primeros meses con la leche que

produce nuestra madre.

1.1. Los caracteres sexuales primarios

Las células reproductoras masculinas y femeninas, se producen en los aparatos

reproductores de hombres y mujeres. Los aparatos reproductores están formados en el

momento del nacimiento. Son distintos en ambos sexos y nos permiten diferenciar si un

bebé recién nacido es niño o niña.

Los rasgos que caracterizan a los aparatos reproductores femenino y masculino

reciben el nombre de caracteres sexuales primarios.

Con los años, los aparatos reproductores de las personas maduran y se hacen

fértiles, es decir, empiezan a ser capaces de producir células reproductoras que pueden

originar un nuevo ser.

1.2. Los caracteres sexuales secundarios

La maduración del aparato reproductor se completa entre los once y los quince

años. Esta etapa se llama pubertad.

Durante la pubertad se producen cambios en el cuerpo: muchos chicos y chicas

crecen varios centímetros, ganan o pierden peso, les cambia ligeramente la forma de la

cara, les aparece vello en las axilas y en el pubis, etc. Además, se producen cambios

específicos en cada sexo:

- A las chicas se les desarrollan las mamas y se les redondean las caderas.

CEIP CAPELLANÍA DEL YÁGABO 6º PRIMARIA

DEPARTAMENTO DE EXPERIMENTOS

- A los chicos se les ensanchan los hombros, la nuez se hace más evidente, la

voz se transforma y se hace más grave, y comienza a crecerles la barba y el

bigote.

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2. APARATOS REPRODUCTORES
EL ESPERMATOZOIDE En contraste con el óvulo, los espermatozoides se encuentran entre las
células más pequeñas en los mamíferos y son células altamente especializadas cuyo único
propósito el transportar ADN a un ovocito. Durante el coito, 200 a 500 millones de
espermatozoides son depositados en el cuello uterino y el fondo del saco posterior. El semen
humano se coagula inmediatamente después de la eyaculación y atrapa a la mayor parte de las
células espermáticas, hasta que las enzimas proteolíticas del semen producen la licuefacción.
La primera porción del eyaculado contiene la concentración más alta de espermatozoides (3/4
partes en el hombre) y en condiciones favorables penetran rápidamente el moco cervical. La
mezcla del eyaculado y el moco cervical, causada por los movimientos del pene y el
desplazamiento de la columna de moco cervical, puede ayudar a este proceso. El contenido
vaginal es sumamente ácido, con un pH de entre 3 y 4. La secreción cervical cubre el orificio
cervical externo y el fondo del saco posterior de la vagina, lo que proporciona un medio
favorable para el espermatozoide y estimula su longevidad. El espermatozoide es una célula de
45 a 50 μ de longitud, que se desplaza con una velocidad promedio de 75 μ/seg.
Morfológicamente, se divide en cuatro partes principales: 1) el acrosoma o vesícula acrosomal,
2) la cabeza, donde se encuentra el núcleo que contiene ADN altamente compactado, 3) la
pieza intermedia, con gran cantidad de mitocondrias, y 4) la cola, que contiene el axonema y
las proteínas motoras (dineina). Para maximizar su eficiencia transportadora, los
espermatozoides no tienen ribosomas, retículo endoplásmico ni aparato de Golgi. Los
espermatozoides se producen en los túbulos seminíferos de los testículos. En promedio, un
hombre produce 4.4 millones de espermatozoides por gramo de testículo por día, o 125
millones de espermatozoides por ambos testículos (asumiendo un peso promedio de 34 g para
ambos testículos).23 La espermatogénesis difiere significantemente de la ovogénesis. En el
embrión masculino, las células germinales primordiales migran al testículo y entran en un
estado de hibernación hasta la pubertad. Debido a la influencia de la testosterona y otras
hormonas, la espermatogonia se divide mitóticamente y genera dos cohortes de células hijas.
Las células de una cohorte continúan dividiéndose por mitosis y sirven de espermatogonias
tronco. La segunda cohorte de células entra en la división meiótica y se convierte en
espermatocito primario (46 cromosomas duplicados). El espermatocito primario procede a
través de la primera división meiótica y se convierte en espermatocito secundario (22 pares de
cromosomas autosómicos más un par de cromosomas X o un par de cromosomas Y). Después
de la segunda división meiótica, los espermatocitos secundarios se convierten en espermátides
(número haploide de cromosomas), los cuales se diferencian en espermatozoides maduros. El
proceso de maduración meiótica de la espermatogonia ocurre dentro de los túbulos
seminíferos, con las células precursoras localizadas en el borde externo del túbulo y el
espermatozoide maduro en la luz del túbulo. Las células espermáticas en desarrollo
experimentan división nuclear, pero no completan la división citoplásmica hasta cerca del final
de la diferenciación espermática. Consecuentemente, las células germinales en desarrollo
están conectadas por puentes citoplásmicos en un sincitio. Este arreglo sincitial permite a la
espermatogonia diploide producir proteínas y materiales celulares para el espermatozoide
haploide. Entonces, el espermatozoide entra en el epidídimo, donde su superficie es
reorganizada por secreciones absorbentes del epidídimo y por procesos internos. La
producción diaria es máxima para hombres de entre 21 y 30 años de edad, quienes tienen
también las reservas más grandes de espermatozoides en el epidídimo (209 ± 20 millones en
promedio).23 El número de espermatozoides por eyaculación está influenciado por la edad,
temporada, grado de excitación sexual, tamaño testicular y frecuencia de eyaculación. El
espermatozoide tiene marcada habilidad para penetrar el moco cervical, atravesar la cavidad
uterina, entrar al oviducto y alcanzar el sitio de fertilización en la porción distal de la salpinge
en menos de 15 minutos. Al final de esta arriesgada jornada, la célula espermática debe
preservar su actividad y capacidad fertilizante, la cual mantiene por al menos 48 horas y quizás
72. Los espermatozoides son células altamente activas que contiene las enzimas requeridas
para efectuar las reacciones bioquímicas de la vía de Embden-Meyerhof, del ciclo del ácido
tricarboxílico, de la oxidación de Velázquez Cornejo G Revista Mexicana de Medicina de la
Reproducción Volumen 1, núm. 4, abril-junio, 2009 121 Fisiología de la reproducción humana
ácidos grasos, del transporte de electrones y, quizá, de los cortocircuitos con la vía hexosa
monofosfato. Se piensa que las enzimas metabólicas y glucolíticas están localizadas en la cola, y
las enzimas respiratorias permanecen confinadas a la mitocondria. A pesar de la ayuda al
espermatozoide, derivada de las contracciones uterinas, durante su ascenso en el aparato
reproductor femenino, es esencial su motilidad innata para lograr la reproducción. También es
importante su integridad morfológica para lograr este objetivo, así como su capacidad
fertilizante.23

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