MC0001823
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Se$tiembre 14.
15 Septiembre.
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N.o 1.-Victoria:
Secretario de S. E. el Presidente argentino, don
Héctor Peña; pro-secretario, don Jorge M. Coquet;
secretario del Presidente de Chile, don Bonifacio
Verg ar a.
N.o 2.-Vis a vis:
Tenientes coroneles don Martín Rodríguez, don
Ricardo Pereira Rozas, don Ciuillerino Torres, sar-
gento mayor don Alvaro G. Pinto.
N.o 3.-Vis a vis:
Coroneles don Ramón Ruiz, don Carlos H. Cigo-
rraga; cirujano doctor don Benjam.ín Pérez Aven-
daño.
N.o 4.-Vis a vis:
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Capitanes de navío don Juan A. Martín, don Vi-
cente E. Montes; capitán de fragata don AlfredoJ.
Malbr án .
N.o s.-\'is a vis:
Coroneles don Issac Oliveira César, don Tomás
Vallée, don José F. Uriburu, don Eduardo Bro-
quen.
N.o 6.-Vis a vis:
Coronel don Ramón J.Olnios, don Carlos J.Mar-
tínez; teniente coronel don Nabor Córdova; capitán
de fragata don Félix Ponsati.
N.o 7.-Victoria:
Dos secretarios privados de C. E. el Ministro de
Relaciones Exteriores de la República Argentina;
introductor de diploináticos don Carlos Morla Lynch.
N.o %.-Victoria:
Doctor Eduardo Labougle, secretaric del Ministro
de Relaciones Exteriores de la República Argentina;
sub-secretario de Relaciones Exteriores, don Bernar-
dino Toro C.
N.o g.-Vis a vis:
Ministro Plenipotenciario don Carlos Vergara
Clark; secretarios de la Legación de la República
Argentina en Chile; jefe de la sección diplomática
del Ministerio de Relaciones Exteriores, don Fermín
Vergara F.
N.o Io.-Vis a vis:
Capitán de navío don Belisario S. Quiroga, jefe de
la división naval argentina; capitán de navío dcn
Ramón González Fernández, comandante del <(Can
Rlartin)); dos ayudantes.
N. 0 x x.-Victoria:
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Don Pedro Figueroa Alcorta, senador don Gon-
zalo Urrejola.
Diputado nacional argentino don Arturo Bouquet;
diputado don Baltasar Villalobos.
N.o 13.-Victoria:
Diputado nacional argentino don Luis Agote; di-
putado don Luis Serrano.
N.o ~q.-Victoria:
Diputado nacional argentino don Juan José Ver-
naza; diputado don Enrique Zañartu P.
N.o 15. -Victoria:
Diputado nacional argentino don Adrián Escobar;
diputado don Enrique Morandé.
N.o 16.-Victoria:
Senador argentino don David Ovejero; senador
don Joaquín Figueroa.
N.o 17.-Victoria:
Senador argentino don Pedro A. Echagüe; sena-
dor don Carlos Aldunate Solar.
N.o 18.-Victoria:
Senador argentino don Justiniano Posse; senador
don Arturo Besa.
N.o 19.-Victoria:
Contralmirantes: don Atilio S. Barilari, don Joa
quín Muñoz Hurtado.
N.o 20.-Victoria:
Generales: don Saturnino E. García, don Arístides
Pinto Concha.
N.o 21.-Victoria:
Arzobispo de Buenos Aires, doctor Mariano Es-
pinosa; obispo don Miguel Claro.
N.o 22.-Victoria:
Ministro de la Corte Suprema Argentina, doctor
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Dámaso Palacio; Ministro de la Corte Suprema de
Chile, don Leoncio Rodríguez.
N.o 23.-Caleche de Gobierno:
Presidente de la Corte Suprema argentina, doctor
Antonio Bermejo; presidente de la Corte Suprema
de Chile, don Enrique Fóster Recabarren.
N.o 24.-Victoria:
Almirante, don Enrique G. Howard; vice-almiran-
te don Jorge Montt.
N.O 25.-Berlina de Gobierno a 4 caballos:
Senador nacional argentino, don Salvador Maciá;
presidente del Senado don Luis Antonio Vergara;
vice-presidente de la Cámara de Diputados de la
República Argentina, don José María Vega; presi-
dente de la Cámara de Diputados, don Ascanio Bac-
cuñán Santa María. ,
N.o z6.-Victoria:
Señorita Bermejo, señora Juana O s a de Valdés.
N.o 07.-Vis a vi%:
Señoritas Racedo, señora Carolina Valdés de Con-
cha.
N.O 28.-Victoria:
Señorita Figueroa Alcorta; señora María Carmela
Blanco de Vergara.
N.o ag.-Victoria:
Señora de Anadón, señora Elena Ross de Tocor-
nal.
N.o go.-Vis a vis de Gobierno:
Señora de Racedo, señora Luisa Lynch de Gor-
máz.
N.o 31.-Vis a vis de Gobierno:
Señora de Rodríguez Larreta, señora Olga B. de
Ed wards ,
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N.o ~a.-Landeau de Gobierno:
Ministro de Guerra de la República Argentina
general don Eduardo Racedo; Ministro de Marina,
capitán de navío, don Juan Sáenz Valiente; Minis.
tro de Guerra don Carlos Iarraín Claro; Ministro
de Industria y Obras Públicas, don Fidel Muñoz R.
N.O 33.-Landeau de Gobierno:
Ministro de Relaciones Exteriores de la Repúbli-
ca Argentina, don Carlos Rodríguez Larreta; Minis-
tro de la República Argentina en Chile, doctor don
Lorenzo Anadón; Ministro de Relaciones Exteriores,
don Luis Izquierdo; Ministro de Hacienda, don Car-
los Balmaceda.
N.o 34.-Coche de Gobierno a la Daumont:
Señora de Figueroa Alcorta, señora de Figueroa
Larraín, señoras de Balmaceda y de Muñoz Rodrf-
guez.
Batidores de Ejército.
N.o 35.-Coche de Gobierno a la Daumont:
S. E. el Presidente de la República Argentina;
S. E. el Vice-presidente de la República; edecán de
S. E. el Presidente de la República Argentina; ede-
cán de S. E. el Vicepresidente.
N.o 36.-Vis a vis:
Dos edecanes de S. E. el Presidente de la Repú-
blica Argentina: dos edecanes de S. E. el Vice-pre-
sidente.
Escolta Presidencial.
Los balcones, los árboles, los faroles, los carros,
los tabladillos, todo desborda de gente. El escua-
drón de granaderos argentinos y el regimiento de
coraceros nacionales escoltan la carroza en que vie-
nen-contínuamente ovacionados-ambos Presiden-
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tes. De las ventanas caen lluvias de flores: guirnal-
das de rosas y claveles. Forman calle, caballería de
lanceros, dragones y húsares, y, a lo largo de la
ruta, prorrumpen las bandas de mfisica en himnos
marciales, en tanto que presentan armas los regi-
mientos y se alza solemnemente, como una adver-
tencia patriótica, el estandarte. En la plazuela de
la Moneda rinden honores a lo: mandatarios de las
dos Naciones la Escuela Militar y el Colegio Militar
argentino y por todos lados, confundidos, se agitan
millares de banderitas chilenas y argentinas, que
luego son prendidas en los ojales de las chaquetas
y en el cabello de las chinas, que adoptan-en ho-
menaje a tan magnífica fiesta-un aspecto florido,
casi pintoresco.
El desfile es-francamente-hermoso y lucido, sin
dejar de ser interesante.. . Las mujeres son siem-
.
pre.. mujeres.. . con todos sus deliciosos caprichos
y complicaciones. Indignación, mal disimulada, de
las que tenían colocación bajo el pescante en los
grandes dandaus, y wis a vis)). Se cruzan miradas
frenéticas: se aborrecen unas a otras.
Da la nota elegante argentina la distinguida es-
posa del Ministro de Relaciones Exteriores, rosada,
espléndida, tez de porcelana, ojos de luz, vibrantes
y azules.
El trayecto-de la Estación a la Moneda-es, re-
pito, lucido y, sobre todo, alegre. Produce una im-
presión simpática que se exterioriza e0 aplausos y
en las frases que lanzan de los balcones a los carrua-
jes que pasan. Motivo de exclamaciones risueñas es
una victoria elegantemente puesta en que van sen-
tados, juntos, como buenos amigos un joven señor,
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moreno, elegante, que sonríe, y Lin caballero más
viejo, de rosada tez, contrasta con el bigote y el
pelo luminosamente blanco. Es también su figura
de noble apostura, simpática, risueña. Se les aplau-
de cariñosamente.
E n efecto es hermoso el espectáculo de los dos
adversarios de a y e r - d o n Agustín Edwards y don
Juan Luis Sanfuentes-en lucha por la primera Ma-
gistratura de la Nación que, terininada solemne-
mente la lucha-si la hubo-en homenaje a don
Ramón Barros Luco-se estrechan la mano, para
desfilar (&te a c6teo en un mismo carruaje ante el
público que, encantado, aplaude.
Llegamos al Palacio de Gobierno. Eiitre el gentío
-ya no se sabe quién es chileno y quién es argenti-
no-me encuentro con un jefe-primero, segundo o
tercero-de protocolo de la Nación vecina a quien
conocí en mi juventud-quiero decir-niñez: tenía
nueve años. Jorge Cabral-que así se llama-es un
negrito que se mueve a todos lados, habla, se ríe,
goza, desaparece y reaparece, casi a un tiempo, CO-
mo Frégoli. NOSreconocemos y nos abrazamos con
efusión.
La banda de pitos de la Escuela Militar mete un
barullo infernal, en tanto que los dos Presidentes
-por una fila formada por los jefes del Ejército-
penetran a la Mansión del Gobierno.
En el Salón de honor, donde se sitúan los dos
(rpro-hombres))empiezan a desfilar los visitantes pa-
ra la presentación oficial.
Cabral-es un buen niño-aparece en todas las
puertes, feliz, risueño-como chicha fresca. Me ha-
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bla de su situación, de suscondecoraciones y le digo
que ((sí))a todo.
El grupo de señoras está sofocado, se abanica fu-
riosamente... . La Sra, de Su Excelencia argentina
está molesta, enojada. M e fascinan las damas cuan-
do se sulfuran, son más atrayentes y luego .... tan
femeninas!
Después de un rato de charla-en que se traspira
lo que no hay idea-ambos Magistrados se dirigen
a pie-seguidos de una larga comitiva, al Palacio Ed-
wards-Mac Clure, residencia del Excmo. señor Fi-
gueroa Alcorta. Y la banda de la Ekuela Militar
vuelve a tocar sus pitos con énfasis. ¡Es una alegría!
¡La una! El solresplandece! Por la calle Morandé,
los dos Presidentes, seguidos de un bullicioso séquito,
se encaminan, pues, a la calle Catedral, frente al
Congreso: ventanas donde se asoman racimos de
cabezas, unas encima de otras, regimientos-a am-
bos lados-que rinden honores. De los balcones pén-
den guirnaMzs y algunas señoras lanzan ramilletcs
de rosas y claveles, como en los corsos de flores o
fiestas de la cojonia. Don Ascania Bascuñán y don
Luis Antonio Vergara-Presidentes de las Cámaras
el primero de caracter árabe con turbante; el se-
.
giindo, Santo Martir pintado por.. el Greco ...-
acompañan a los excelsos personajes. Siguen hileras
de funcionarios públicos y representantes extranje-
ros. Desde la altura debe parecer aquello un nido
de hormigas perturbado por el pie de un ocioso.
De nuevo me encuentro con la distinguida esposa
del Excmo. Señor Figueroa Alcorta acompañada de
su joven hija, delgada y gentil. La nobk dama me
interesa decididamente. Debe ser (resuelta)) y ((man-
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donar) y no disiinula lo que siente. El (Ceiitenarioa,
el barullo, el sol, l a gente, los olores, los saludos,
las frases amables, tienen- a la gentil señora-
((hasta más arriba de los sesos)) como se dice expre-
sivamente. L a comprendo y le encuentro razón. Sa-
lir de su hogar, de su ((saloncitooíntiinc, dejar todas
sus cosas, para venir a desgancharse las inandíbu-
las a sonrisas mal sentidas, abandonar-en fin-sus
comodidades para no llegar a ningún resultado prác-
tico, es lo suficiente para perder la cabeza y la pa-
ciencia.
Mi antiguo amigo-él que cambia de ubicación
diez veces en menos que canta un gallo; que cree
saberlo todo, dirigirlo todo, haberlo descubierto to-
do-me comunica al oido confidencialmente que ((será
conveniente evitarle desagrados, por cuanto la in-
teresante dama es en extremo sensible.%
Tengo el honor de serla presentado. Me inclino
respetuosomente sobre su mano. La chica sonríe con
juvenil alegría.
Es también nuestro huésped el Iltmo. y Rvdmo.
Arzobispo de Buenos Aires, Monseñor Espinoza. Se
abrazan en el Palacio Arzobispal-donde se le tiene
preparddo un suntuoso departamento-con Monse-
ñor González. Toda la beatería santiaguina, llora
de emoción. Una señora nzuy conocida y emperifo-
llada de gran familia frondosa, aspecto de hermo-
sísima gallina que avanza noblemente llamando y
reuniendo, en torno suyo, a sus polluelos-co co o
co co co có-exclama, ante ese abrazo clerical: ¡No
estar vivo Velásquez!
...
Tendría todavía que estar en Chile y en la Pla-
za de Armas.
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Banquetes a Monseñor esta noche ((el Cabildo de
Santiago)). Asistirán personas cle alta situación en el
Clero; se entiende que también políticos y ciertos
figurones inflados de la aristocracia; escs que andan
con vela y capita en las procesiones. Prefiero no es-
cribir aquí lo que pienso porque van dos veces que
me roban el cuaderno para leerlo.
Han dejado, por fin, solos a los ilustres ~ i a j e r o s
que no han tenido solaz desde ayer. Estoy por creer
en lo de los cuerpos gloriosos.. . a menos que esa abs-
tinencia oficial se consiga con píldoras.
A las cuatro de la tarde el Excino. señor Figueroa
Alcorta recibe a todo el mundo en su Palacio ((Ed-
wardsk
¡Que afán tan incomprensible de estrechar la ma-
no a los hombres del día, tan sólo por darse el gusto
de contarlo después!
Se aglomeran, unos tras otros, con avidez, enlo-
quecidos, empujándose mutuamente para acercarse
al primer Magistrado de la Nación Argentina. No
obstante, noto a ciertos grupos molestos. Molestos
no es l a palabra: cargndos es inás gráfico, aunque
menos castizo. El honorable Cuerpo Diplomático
europeo, por ejemplo. Consideran siempre, estos se-
ñores, a la América del Sur como un continente in-
ferior al de ellos. Si se reflexiona en que apenas ca-
ben ya en sus territorios exiguos, los millares de ha-
bitantes que gcrminan, como insectos, sobre ellos,
en tanto que en América-en las pampas argenti-
nas así como en los bosques del Sur de Chile y en
la cordillera andina se pierde la vista en soledades
infinitas-indigna esa actitud de orgullo fundado en
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una historia que ofrié)), en tanto que ofrecemos un
p~ecente exuberante y un porvenir luminoso.
El gran banquete presidencial-conforme al pro-
grama-se lleva a efecto a las Si. Ya de frac-
pero en la convicción que paso desapercibido, con
mi colocación en una de las puntas, y formando
parte de los umetteur en scéiie)>-me deslizo por la
puertecita de servicio y desaparezco.
¡Ya no puedo más! Huyo por las calles, junto a los
muros, como un ratero, y con la dudosa idea de
que llevo un sombrero equivocado en la cabeza que,
poco a poco, va descendiendo hacia mi nariz do-
blando mis orejas. Al pasar frente a la Galeria San
Carlos siento un gran rumor, ruido de aplausos y
luego una VOZ vibrante que prosigue:
(<...levanto-pues-mi copa por el digno Presi-
dente del Club Militar>yetc.. .
Me tapo los oídos y un deseo loco de correr se
apodera de mí, de correr hasta que no encuentre
luces para sumirmeTen las tinieblas, en las santas
tinieblas reconfortantes y descansadoras.
Mientras trepo a mi cama un rumor se eleva de
la calle y crece: incendio, revolución o terremoto ...
me digo.
Paseo nocturno con antorchas que dejan, tras de
sí, una lluvia de chispas semejantes a gruesas lu-
ciérnagas rojas.
17 de Septiem6re 1910.
(( la Argentina.))
3,--CEN m l i A R 1 0
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21 Septiembrt 1910.
Un día inaiavillcso pai-a ellos ... y pala iiiuclio~.
Rcgresan a Eüci1cts Aires a tendcrse, a dcscarsait
a dormir traiiquilo por fin y desahoga] , en yaz, SUS
est ómagos inflados.
i\Iicma r c c v p b n q u e la anterior t;i la Iícmeda,
p x o de despedida esta vcz ... L a Ekcucla Militar y
el Colegio Argentirio ... .
L a banda de pitos.. Solemne
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..
adiós y cancicnes nacicnales . Ambas Excelencias
sonríen jovialmente-se quieren hoy más que nunca,
a la hora en que ce van a dejar en paz IGS dcs. Ko
disimulan su júbilo los excelentes Figueioas ... Por
otro lado diviso al obispo orador-que ha barique-
tcado a Monseñor Espiiioza-q.ue lo despide-a su
vcz-afectuosarncnte. No sé en qp: veo como quc,
iiicoiiici€liteinente, lo empuja, coino que d o coii-c))
ccháiidole viciito con la gran capa niorada. También
van a dcscansar ... ¡qué ciiablc!
En medio del orden más pcrfccto, debido a la
organización de Daniel Vial, sc Fcnc el desfile en
mai-cha-cii la misma forma-hacia la rstaci ón.
Daniel Vial ha sido-para nii mcdo de vci-ui:a
dc las figuras del Ccntenario. Su obra consistió t n
iiiaiitciier el c,i-den dc Ics caliuajes, ctc. Hoy lo lie
visto dirigiendo cl drsfile, de regrcro, en medio dc
la calle, como uii policial, gritando ...
-¡Sube aq-uí, Manuel! .i Tú a&., Aníbal' don Juaii
Luis!! ...No te demores, Carlos!! ...iii Ya!!! Adelante!!
iMagiiífico y simpático!
Cabra1 me entrega una cigarrera de plata y una
fosforera igual ... en iioinbrc del Excmo. seííor Fi-
gueroa Aico~ta. Diríase qye hubiei a-si es cici to
qiie es él quien i n lo ~ manda-adivinado nii afición
por la hipica. Representa el dibujo esmaltado encima
uil Steeplcchase accidentado. Cabi al-es pluma-se
cticaiga de contar el cuento y de nicstiársela a todo
cl inundo.
-2Vió Ud.. serior, el regalo quc le acaba de hacer
S. E . a Carlitcs?
En la estación un numeroso gentío se agolra al
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rededor del trcn especial. Vivas ... Gritería.,. Mú-
sica. .. pizotoncs ... codazos ...
Lo5 Presidentcs aparccen.
ii jviraaaaaaaa!!!
E n medio de infernal barullo, ambos magistradcs
caC-21 en brazos, uno del otro, visiblemcnte emccic-
nados,en tanto quc bandas de música ysalvas atiuc-
nan el aire.
El señor Fig'ueroa Alcorta ha subido a la plaia-
forma, al lado clel señor Rcdríguez Larreta, su Mi-
nistro. Por las ventanas se aso~iiantodas las cabtzas
de la comitiva: la cabeza gentil de la señcrjta Fi-
gucroa Alcoita y dc las hijas dcl Gcncral Rscedo y
del señor Bermejo, Presidente de la Suprema Corte.
Un prolongado silbido resuera y el convoy PC
pone en marcha, la Iccoinotora boinita huino, Ics
fi-rros se estreinecen, las guirnaldas se balancean y
las ruedas cnipiezan a girar leiitancnte.
Un j i iliurra !!! i iim enso, f or in i dable, espontáneo ,
como Pacido de una sola garganta potente, Ilefia la
atrnócfcra y queda vibrando, por largo rato, en el
arinazóii de fierro de la Estoción. Las bandas de
música rompen, de nuevo, con el himiio dc Yungay,
y multitudes de manos, sombreros y pañirelcs se
agitan. Los dos Presidciites-uno e n el andén, el
otro de pie en la plataforma-permanecen inclina-
dos, dcscubicrtcs, con el scmbrero cii la niano y
una fuerza cn-iotiva, amplia y proiuiicla, cinana dc
todas partes en este instante iiiolviclable de solcm-
nidad que invade las almas y ~ c - n c t i e11 a las hcndU-
.
ras infinitas del COI azón . .
De pronto-rnientras agito mi sonlbicic-1lca
rosa cae dentro de él y veo a la chica Figueroa Al-
- so -
crxta que soiiríe diciéndome iadióc! COB la mano...
Me inflo como una tórtola de ca-inpaiiario.. .
24 Cept'embre.
Respiramos.. Voy al Ministerio a charlar con mis
compañeros, a relatarles los iiicideiites de ese Cc-n-
tenario que-a Dios gracias-ya pasó: las ceremo-
qias, los banquetes, los traycctos en la :(berlina)),el
carruaje de gala, estrecho eincómodo eii que se forma
una ensalada de piernas imposible de describir. Re-
cuerdo que una vez creí, durante todo el camino,
que la pierna de un secretario, sentado a mi lado,
era la mía. Al mover la que me pertenecía fué, para
mí, la mayor de las sorpresas ver que no se inmu-
.
taba. la que creía míal Imposible explicar esa enlo-
ción.
i 1 mposi ble !
Esta noche, banquete ofrecido al Ministro por el
Embajador de Bolivia.
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25 Septiembre.
El Embajador del Japón ofrece su banquete a l
Ministro. Estoy seriamente enfermo del estómago.
26 de 6;eptiembre.
No puedo explicar la felicidad que siento después
de las fiestas: alivio, satisfacción, descanso. Las
oficinas de Relaciones Exteriores son una delicia,
reina el más afectuoso de los compañerisinos. En
mi sala trabaja conmigo un joven Cruchaga que irá
lejos por s u concentración al estudio. Es mucho
menor que yo y-no obstante-lo sieiito, íiltima-
mente, muy superior a mí, lo que hace que mi alma
lo respete. También me inspira afecto.. Es un santo
del misticismo y lo embromo sin que se moleste
nunca! Silencioso, retraído, no parece oir las lesuras
que le digo. Tiefie algo de dulzura en los ojos: son
color lago en día nublado :(cuando hay un poco de
viento,. .
27 S e p t i e m b r e .
Banquete a la Misión Boliviana.
28 Septiembre.
Todo el mundo descansa. En el Ministerio. después
del bullicio, la calma. He observado durante una
media hora-como tonto-al Subsecretario. K'est
u11 bon petit garqonu, dijo alguien de él y es una
defiiiición exacta. Ni flaco, ni gordo, ni alto, ni
bajo.. es arwóaico. Fuma. A veces me ofrece ur,
.
cigariillo . otras veces no. En todo rostro humano
se refleja la figura de un animal ... dice Guy de Mau-
passant. Si hubiera de ubicar al Subsecretario, sería
sin duda entre los gallos, no esas aves graves y for-
nidas que se pasean con ademanes señoriales en el
gallinero, sino el gallito de la pasión, fino y movible,
vivaz y cantor!
Observo que no tiene ninguna imaginación y poca
fantasía.. pero en cambio debe ser práctico, muy
práctico. En la sola ehabladaa hoy, por teléfono,
salta a la vista esta virtud. La conversación tenía
ugar con un señor-propietario de la casa en que
vive, sin duda -y se refería a un asunto de desagüe.
- 85 -
Con voz clara le decía daridadcso! Conseguía todo
lo que deseaba a fuerza de dorar la píldora sin aban-
donar la energía necesaria al caso. ¡Admirable!
Septiembre 12.
A las 2%.
A las 4 P. M.
A las 5 P. M.
Septiembre 13.
Septiembre 13.
A las 9 A . M.
- 275 -
zan los estandartes desplegados de todas las unida-
des del Ejército, mientras en un altar improvisado
en la base del monumento, lleno de flores campesi-
nas,celebra una misa de campaña, el capellán ma-
yor castrense. La vista del paraje es pintoresca, el
jiiego de colores soberbio y el espíritu de la fiesta,
pletórico de belleza emotiva y de amor patrio. E l
general Goñi y el comandante del Colegio Militar
argentino, pronuncian elocuentes discursos. E! ca-
pitán don Luis Merino desarrolla una conferencia
gráfica de la memorable batalla y el interés que
tiene el relato de ese glorioso hecho de armas, reme-
morado con verba fácil por un miembro del Ejército,
en el mismo lugar del suceso, se exterioriza con vi-
gor creciente en la concurrencia. Un profundo silec-
cio impera en la muchedumbre y, en tanto que el
sol radioso baiía al teatro de l a epopeya con su ful-
gor de oro, la voz límpida del conferencista se deja
oir tranquila y clara.
Una intensa emoción me invade. Mis pensamien-
tos tienden su vuelo audaz y retrocede hacia esas
épocas heroicas. L a multitud atenta desaparece
ante mi vista, la voz del orador se extingue y el mo-
numento erigido se esfuma, a su vez, en la nada!
E l cañón atruena los campos, las balas silban, las
trompetas suenan estridentes, mientras San Mar-
tín, erguido sobre su corcel brioso, arenga los es-
cuadrones de granaderos patriotas. De las lomas
verdes se precipitan los batallones del Rey y ambos
ejércitos luchan encarnizadamente con el empuje
irresistible y sublime que se llama patriotismo. Cae
la tarde, el horizonte empalidece, los alcores asg-
- 277 -
A las 10 A . M.
Las 11 A . M.
A las 3 P. M.
A las 4 P. M.
A las 5 P. ¡iJ
l ,
í1
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