Violencia Digital
Violencia Digital
Violencia Digital
de acoso en Internet
Repasamos cuáles son algunos de los tipos de violencia digital más comunes para
concientizar a jóvenes y adultos de los riesgos que existen en Internet.
Como explicamos en este artículo sobre las principales amenazas que enfrentan niños y
adolescentes en Internet, el ciberacoso o ciberbullying se da cuando una persona es víctima
de algún tipo de violencia por parte un individuo o grupo. Estas agresiones pueden tomar
distinta forma, pero todas tienen en común que, además de condicionar la forma de actuar
de una víctima, pueden provocar daños que afecten tanto a la salud mental como la física.
Para reconocer si un familiar o persona cercana puede ser víctima de ciberacoso, en este
artículo repasamos algunas señales que pueden servir de alerta.
El ciberbullying es una problemática que afecta principalmente a niños y adolescentes
debido a la cantidad de horas que pasan conectados y porque, que en general, a estas edades
no terminan de tomar dimensión del alcance que puede tener las comunicaciones que se
realizan a través una app de mensajería, red social o videojuego. Igualmente, esto no quiere
decir que esta forma de violencia digital no afecta también a los adultos.
Según cifras publicadas por la fundación Cybersmile que promueve el Stop Cyberbulling
Day, fecha que se celebra cada tercer viernes de junio, el 60% de los usuarios de Internet ha
estado expuesto a alguna forma de ciberacoso.
Dicho esto, las diferentes formas o tipos de violencia digital que describimos en este
artículo tienen que ver con los mecanismos más comúnmente utilizados por el acosador
para afectar o hacer sentir mal a la víctima y sus consecuencias. Algunos tipos de acoso
pueden parecer inocentes frente a la gravedad o alcance de ciertas conductas más violentas
que se dan online, pero lo cierto es que nadie sabe cómo una acción, por más inocente que
parezca, puede afectar a la otra persona.
Hostigamiento
Consiste en el envío reiterado de mensajes ofensivos de una persona o grupo hacia una
víctima. Pueden ser desde insultos, el uso de apodos, generar rumores o enviar mensajes
despectivos a través de redes sociales, aplicaciones de mensajería o correo electrónico.
Pueden incluso llegar a crearse grupos de hostigadores que se coordinan para enviar varios
mensajes a una misma víctima.
Muchas formas de ciberacoso caen en hostigamiento, como el envío de imágenes que
buscan afectar la moral y autoestima de la víctima.
Acecho o stalking
También conocido como acoso predatorio, stalking o cyberstalking, este tipo de acoso en
Internet tiene que ver con un comportamiento obsesivo en el que una persona, desconocida
o no, ya sea a través de redes sociales, mensajes o llamadas telefónicas, monitorea la
actividad de una persona y busca llamar su atención de una manera que genera aprensión
y/o miedo.
Difusión no consentida de imágenes íntimas
El sexting o sexteo no es una forma de violencia, si no una práctica sexual que consiste en
el envío de fotos o videos íntimos de manera consensuada. El problema es cuando se
difunden esas imágenes sin consentimiento, ya sea de manera pública o a contactos
cercanos de la víctima, para perjudicarla y avergonzarla. En algunos casos el acosador
puede usar este contenido para extorsionar a la víctima, una práctica conocida como
sextorsión.
Es importante agregar que esta difusión no consentida de las imágenes puede ocurrir
después de haber realizado sexting, o luego de un encuentro sexual en el cual alguien toma
fotos o graba un video de ese encuentro (con o sin conocimiento de la víctima) para luego
distribuir las imágenes, o también puede ocurrir que las imágenes sean extraídas de un
dispositivo perdido o robado.
Según algunos estudios, el sexting, y sobre todo el no consensuado, está asociado a una
disminución en los niveles de bienestar emocional de los jóvenes, pudiendo generar
dificultades sociales y personales que se podrían asociar con un decremento de las
emociones positivas a lo largo del tiempo.
Fraping
Esté término en inglés se utiliza para describir a una forma de ciberacoso que se da cuanto
un tercero logra acceder a las cuentas de las redes sociales de un usuario y publica, en
nombre de la víctima, comentarios o mensajes agresivos y/o denigrantes para ciertas
personas o grupos, afectando a la identidad digital y reputación del usuario al hacer pasar
esos comentarios como opiniones reales.
Perfiles falsos
Consiste en hacerse pasar por otro utilizando imágenes y/o el nombre de un individuo para
crear perfiles falsos para acosar, acechar u hostigar a una víctima. Lo que busca el acosador
a través de los perfiles falsos es actuar desde el anonimato. Esto puede derivar también en
el robo de datos personales o incluso en el robo de identidad.
Lecturas recomendadas:
3 cosas para discutir con tus hijos antes de que se unan a las redes sociales
5 consejos para hablar con los chicos de privacidad y seguridad en Internet
Exclusión y cancelación
La exclusión consiste en la intención deliberada de no permitir que una persona de un
grupo social, ya sea laboral, escolar u otro, participe de dinámicas en la que sí participan
otros miembros, como pueden ser grupos de WhatsApp, juegos online o cualquier otro tipo
de actividad que realice en Internet. En el caso de los más chicos, la exclusión puede afectar
el desarrollo de la autoestima.
La cancelación es otra forma de violencia digital similar y consiste en dejar de consumir o
seguir a un usuario como represalia por tener una actitud cuestionable. Esta forma de
violencia puede ser en respuesta a comentarios realizados por una figura pública o creador
de contenidos y repercute negativamente en la percepción que otros pueden tener sobre
ellos.
Filtración de información
Esta forma de violencia se da cuando se publica o comparte información personal y/o
sensible de un individuo sin su consentimiento. Esta información puede ser de distinto tipo,
como documentos, fotos, audios o videos privados, y afectar a la víctima de distintas
maneras, ya sea su reputación o relación con terceros, así como emocional y
psicológicamente.
Al igual que mencionamos con respecto a la difusión no consentida de imágenes íntimas y
los riesgos de sextorsión, la filtración de información personal también puede derivar en
casos de extorsión.
Grooming
Cuando hablamos de grooming hacemos referencia a la práctica en la cual un adulto
contacta a un/una menor por Internet para ganar su confianza y amistad con la verdadera
intención de abusar sexualmente de la víctima. Vale la pena aclarar que el abuso puede ser
establecer una conversación de índole sexual con un menor, pedirle que envíe fotos, videos
o realizar prácticas sexuales. Estas comunicaciones comienzan a través de redes sociales o
de cualquier medio digital que permita la interacción entre dos o más personas.
Lectura relacionada: Grooming: una problemática que crece durante la cuarentena
Existen otras formas de violencia que surgen de la combinación de las anteriores con
algunos matices y que pueden variar según la tecnología, la forma en que se establece
contacto, la relación entre el acosador y la víctima, etc. De cualquier manera, el objetivo de
este artículo no es abarcar todas las formas posibles, sino mostrar el alcance y cómo la
combinación de tecnología, anonimato, abuso de poder y violencia pueden dar lugar a
conductas que dañen a otros.
Cómo actuar ante las distintas formas de violencia digital
Lo primero que hay que comprender es que por más que no lo hayan presenciado o sufrido,
la violencia digital y el ciberacoso son problemáticas reales que existen cotidianamente y
que afectan a cualquier persona independientemente de la edad, religión, orientación sexual
o etnia. Muchas veces los niños o adolescentes víctimas de estas formas de violencia temen
contar a sus padres lo que les ocurre. Por lo tanto, es muy importante que los adultos
intenten generar ese espacio y transmitan confianza a los jóvenes para que se animen a
contar en caso de sufrir alguna de estas situaciones.
Asimismo, es importante que los padres presten atención a ciertas señales que pueden
indicar que sus hijos pueden estar siendo víctimas de alguna forma de ciberbullying, como
no querer asistir a clase, cambios físicos repentinos, pérdida del interés por actividades que
suele realizar, dejar de utilizar redes sociales, así como cierto nerviosismo fuera de lo
común o contestaciones agresivas fuera de contexto.
Por otra parte, son muchos los beneficios que aporta Internet como para renunciar a su uso.
Por lo tanto, la clave está en pensar dos veces qué información compartimos y con quién.
Es importante tener presente que lo que llega a Internet difícilmente puede eliminarse por
completo.
Otras recomendaciones
No compartas material que pueda dañar o lastimar a otro.
No publicar ni difundir imágenes de otras personas sin su consentimiento.
Corta la cadena. Si alguien te envía material que daña, vulnera o viola la intimidad
de otro, no reenvíes ni compartas el contenido.
No hagas ni digas en Internet lo que no harías ni dirías en el mundo físico.
Si algo te incomoda, di NO.
Denuncia las publicaciones agresivas, violentas o que violen la intimidad de otro
usuario en una red social o plataforma para que sean eliminadas.
La violencia digital se puede denunciar ante la justicia. Si eres víctima de grooming,
acoso, robo de identidad, difusión no consentida de imágenes y otras formas de
violencia: ¡denuncia!
Si te sientes hostigado, agredido o acosado en Internet, habla con un adulto de
confianza y comunícale lo que te ocurre. Los acosadores intentan aislar a sus
víctimas. No tengas vergüenza, solicita ayuda.
Antes de decidir realizar o no una publicación en redes sociales, tómate dos minutos
para pensar si:
o ¿Está confirmado que la información es verdadera?
o ¿Puede agredir a alguien?
o ¿Es información útil?
o ¿Involucra a otras personas?
o Si involucra a otros, ¿tienes su permiso para compartirla?