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Miguel de Cervantes Saavedra, Homenaje de ínsula en el cuarto cente-
nario de su nacimiento, / 5 4 7 - / 9 ^ 7 , [Madrid, 1947] pág. 3 5 . Pero la antigua acti-
tud persiste. Véase, por ejemplo, A. F. G. B E L L , Cervantes, Norman, Oklahoma,
1947. En este libro hay un capítulo llamado " T h e probing o£ reality". He aquí
una muestra de la actitud de Bell ante nuestro tema: " A lo largo de las obras
de Cervantes se manifiesta un continuo poner a prueba las cosas, la búsqueda
de un sólido lecho de roca en el cual fincar los cimientos de la verdad"
(pág. 1 1 8 ) .
RICHARD L . PREDMORE N R F H , VIT
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Son muchos los críticos que no tienen en cuenta este fenómeno y que
siguen insistiendo en dualismos representados por don Quijote y Sancho. R e -
cordemos tres ejemplos recientes: "En su libro inmortal, Cervantes llega a tan
excepcional acierto, expresando por boca del Quijote [sir] el ideal, y por la de
Sancho, lo real, y así, su arte imperecedero es idealista y realista a la vez, en
síntesis maravillosa no superada" (ÓSCAR M I R Ó QUESADA, "Dualidad en Cer-
vantes y en el Quijote", en RFE, X X X I Í , 1948, pág. 4 1 0 ) . " E l uno [don
Quijote] es el prototipo del hombre doctrinario; el otro [Sancho Panza], el
símbolo del hombre oportunista. El uno es la sindéresis sin la prudencia que
la complete; el otro es ía prudencia sin la sindéresis que la incoe. Y por eso,
ni uno ni otro son figuras completas sino entes paradójicos y mutilados, que
sólo pueden darse con pureza en el terreno de las fábulas" (LEOPOLDO EULOGIO
PALACIOS, " L a significación doctrinal del Quijote", en RFE, X X X I I , 1948, pág.
3 1 3 ) . En la última edición de su Historia de la literatura española (Barcelona,
1 9 5 0 ) , V A L B U E N A P R A T sigue insistiendo: " L a dualidad gigantes-molinos definirá
para siempre el carácter de las dos figuras" (vol. I I , pág. 69). Me parece que
estos dualismos son fatales para la buena comprensión de la novela de Cervantes.
En su Sentido y forma del Quijote, Madrid, 1 9 4 9 , } . CASALDUERO expresa con
precisión "la exacta relación de don Quijote y Sancho, los cuales ni se oponen
ni se complementan, sino que representan dos valores distintos del mismo
mundo ideal: Dulcinea, la ínsula" (pág. 44).
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Para estudiar el tema de la realidad, las aventuras de la Primera Parte me
parecen más significativas que las de la Segunda, porque las más de éstas son
aventuras que los demás personajes crean deliberadamente a don Quijote. Es
decir que son engaños, y no parece plausible que Cervantes creyera que el
engaño deliberado revelara nada respecto a la realidad objetiva. Las aventuras
de la Segunda Parte son muy importantes, eso sí, para el estudio de la ilusión
y del engaño.
NRFH, VII LA REALIDAD EN E L "QUIJOTE*' 49 1
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Cf. A. A. P A R K E R , " E l concepto de la verdad en el Quijote", en RFE,
X X X I I , 1948, págs. 287-305. Me encuentro de acuerdo con Parker en lo que
se refiere a la actitud de Cervantes frente a la realidad, pero no puedo aceptar
completamente su análisis del proceso del engaño, ni su interpretación del
carácter de don Quijote.
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Don Quijote de ¡a Mancha, ed. Martín de Riquer, 2" ed., Barcelona, 1950,
pág. 463. Todas las citas remitirán a esta edición. Me sirvo de una edición en
un tomo para facilitar las muchas citas que necesito hacer.
492 RICHARD L . PRI'.DMORK N R F H , VII
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Además de la frase "y así era la verdad", hay otras muchas de intención
parecida: "y así fué", "como después se supo", "como, en efecto, lo eran", "el
designio que tuvo Sansón . . . fué hacer lo que adelante cuenta la historia".
Véanse más ejemplos en las págs. 42, 59, 85, 1 0 9 , 297, 362, 476, 486, 5 3 8 , 6 1 1 ,
622, 6 3 2 , 638, 646, 660, 720, 787, 867, 9 3 2 , 952, 1 0 1 3 , J 0 1 7 , 1 0 4 3 .
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Pongo en cursiva las expresiones que indican conjetura, para mejor diri-
gir la atención hacia ellas.
NRFH, VII LA REALIDAD EN E L " Q U I J O T E " 493
se empeña en que la bacía sea yelmo, el escudero se impacienta y
dice: ". . . vengo a imaginar que todo cuanto me dice de caballe-
rías . . . debe de ser cosa de viento y mentira . . ." (pág. 242). A l
enterarse de que Dulcinea es Aldonza Lorenzo, confiesa Sancho:
" No he citado más que unos potos ejemplos de la Primera Parte. Hay aun
más en la Segunda. Sólo en ella he contado más de ciento sesenta ejemplos.
Otra palabra capital, que también contribuye a caracterizar la actitud de los
personajes hacia la realidad, es parecer. Si no la comento más, es porque se
han fijado en ella otros críticos.
494 RICHARD L . PRKDMORE NRFH, Vil
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Éste es uno de los trozos comentados por Castro en su Pensamiento: " L a
realidad está siempre en esta doble vertiente . . ." (pág. 80, nota 5 ) , Pero Castro
no dice que ni don Quijote ni Sancho tienen en cuenta la realidad, ni que
Sancho miente: "Rabiaba Sancho por sacar a su amo del pueblo, porque no
averiguase la mentira de la respuesta que de parte de Dulcinea le había llevado
a Sierra Morena" (pág. 624).
NRFH, VII LA REALIDAD EN E L " Q U I J O T E " 495
puesta del estómago a coces y a bofetones. Porque ¿dónde se ha de
sufrir que un caballero andante, tan famoso como vuestra merced,
se vuelva loco, sin qué ni para qué, por una . . .? N o me lo haga
decir la señora . . ." (pág. 252). Hasta don Quijote se da cuenta de
cuan sin fundamento es el enojo de Sancho: "Así, Sancho —dijo don
Quijote—, que, a lo que parece, que no estás tú más cuerdo que yo".
Éste es un pasaje cómico, pero de la misma índole los hay harto
serios: "Así le fatigaban a Grisóstomo los celos imaginados y las sos-
pechas temidas como si fueran verdaderas" (pág. 1 3 0 ) . Otro ejem-
plo de reacción sin base real lo encontramos al final de la historia
de Leandra: ". . . de todos se estiende a tanto la locura, que hay
quien se queje de desdén sin haberla jamas hablado, y aun quien
se lamente y sienta la rabiosa enfermedad de los celos, que ella
jamás dio a nadie; porque, como ya tengo dicho, antes se supo su
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pecado que su deseo" (pág. 5 2 a ) .
A veces el hombre se despega de la realidad en alas de sus deseos
y esperanzas. Y aun cuando comprende que sus deseos son ilusorios,
sigue aferrándose a ellos. Recordemos parte de la conversación que
Sancho sostuvo con el escudero del Caballero del Bosque:
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Imaginar (y sus derivados) es otro vocablo que se usa con notable frecuen-
cia. A veces, se encuentra en combinaciones que sugieren el papel que la ima-
ginación desempeña en la ilusión: "desvariadas imaginaciones" (pág. 295), "loca
imaginación" (pág. 4 6 1 ) , "confusa imaginación" (pág. 487), "envuelto y revuelto
en estas y otras muchas imaginaciones" (pág. 579) . etc.
NRFH, VII LA REALIDAD EN E L " Q U I J O T E ' 497
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Por esta vez no atribuye don Quijote su derrota al encantamiento, sino a
su propia flaqueza. A Sancho, sin embargo, el supuesto realista, "parecíale que
todo aquel suceso pasaba en sueños y que toda aquella máquina era cosa de
encantamiento" (págs. 1053-54).
3:i
No hay que decir que me refiero exclusivamente a la realidad tal como
figura en el Quijote. No pretendo resolver viejos problemas filosóficos.
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Para comprender a fondo las nuevas ideas de Castro habrá que esperar,
como él mismo dice, su nuevo libro sobre Cervantes. Por ahora veo cosas que
no acaban de convencer. Por ejemplo, poco después de hablar de la realidad
como aspecto de la experiencia, dice esto: "Mas lo nuevo en el Quijote con-
sistió en hacer valer como verdadero lo auténticamente enlazado con una expe-
riencia vital, y no lo determinado por un proceso cognoscitivo" (en el citado
Homenaje de ínsula, pág. 35) . (lomo he dejado ver en este artículo, no creo
41)8 RICHARD L . l'REDMORE NRFH, VII
R I C H A R D L . PRKDMORK
Duke University.
que a Cervantes le interesara hacer valer como verdadero lo enlazado con una
experiencia vital. L a experiencia vital sí le interesaba mucho, v por ilusoria
que fuera.