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ee LUM ha , | Curso basico de Derecho canoniePET OR Gare ata es cute epic ar ta Medicina (1982) y doctor en Derecho SE TeaReL Sr nomen ericercte tl Navarra, Fue ordenado saverdote en 1988 PeeceB CD Ret acolo ca: eee on stitucional en la Facultad de Derec Cenc ee Merce ence titer Rae ete etree deer arene de Derecho Cansnico en cl Ciclo {de Facultad de ‘Teologia, En 1994 obtuve oa teainaste sci ORD ariar eg ane emer ae eect) see ean Tense Pel ne ete ars Pea ae eee a andlisis de ua provecto legistative AeC Gum Epa recor rc ken diversas obras colectivas. especialmente Ree On eee ecnan cio ue wee eee om a Instituto Martin de Avpiicueta y forma parte del Consejo de direccién del anuario Ca ote ace Jorge Miras Ponso obtuve la ficen Re bocce eke SERRE TResrs ch Parte arcu mbccccso mabe: Ortotre eRe CC ea tier Tue ordenado sucerdote en 1987, Desde ee acon cere Administrativo cn ka Facultad de Derecho erie neth Se Renae ence erin Se PMC test eae aN Ieee Oe arta ace cae OT cetera eta) ménicn (3. ed. cast.: Pamplona 2003 Raa ote Rane ied} ne eater otea ant erneat center oe ee PEE er ee oe a ete Ree a eee eae erica ane a Cea ea Ct eee ee a ea aM eee at Ce ear cia Fee aera ar ree cae Src ONecnn Mere een aE hn Serra eee OSE Oc cee Reco ee eee rag en eaten Pre eeunta ran austen rene MA Ale ctr Meese) cere a) erieFACULTAD DE TEOLOGIA UNIVERSIDAD DE NAVARRA Manuales de Teologia, n.° 23 ‘Queda prohibida, salvo excepci6n prevista en la ley, cualquier forma de reprodue- cidn, distribucién, comunicacién publica y tansformacién, total 0 parcial, de esta bra sin contar con autorizaci6n escrita de los titulares del Copyright. La infiaccién de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad in- telectual (Articulos 270 y ss. del Cédigo Penal), Primera edicién: Marzo 2004 © 2004: Daniel Cenalmor y Jorge Miras Ediciones Universidad de Navarra, S.A. (EUNSA) ISBN: 84-313-2169-5, Depésito legal: NA 932-2004 Nikil obstat: lldefonso Adeva Imprimatur: Luis Oroz, Vicario general Pamplona, 10-11-2008 Mostracidn cubierta: Detalte de una pagina del Decreto de Graciano (Biblioteca Catedral de Colonia: KoenMS$?27/Fol-91) Proyecto/Codices Electronici Ecclesise Coloniensis/(CEEC) Tratamiento: Pretexto. Estafeta, 60. Pamplona Imprime: Gréficas Alzate, S.L. Pol. Ipertegui II, Oreoyen (Navarra) Printed in Spain - Impreso en Espatia Ediciones Universidad de Navarra. $.A, (EUNSA) Plaza de: los Sauces. | y 2.31010 Baraiidin (Navarra) - Espaiia Teléfono: +34 948 25 68 50 - Fax: +34 948 25 68 54 e-mail: eunsa@cin.es DANIEL CENALMOR JORGE MIRAS EL DERECHO DE LA IGLESIA CURSO BASICO DE DERECHO CANONICO EGuNsA EDICIONES UNIVERSIDAD DE NAVARRA, S.A. PAMPLONATABLA DE SIGLAS Y ABREVIATURAS ..... PRESENTACION ..... pe NAME w . El Derecho como fenémeno social y humane .. - El Derecho y la justic’ . Caracteristicas propias del Derecho .. }. Fin y funciones del Derecho .... . Dinamicidad y estabilidad del Derecho . Derecho y Moral . Positivismno juridico .. . Existencia y necesidad del Derecho en Ia Iglesia . Fundamentacién del Derecho canénico. Raices sacramentales INDICE Parte I INTRODUCCION AL DERECHO CANONICO A.IGLESIA Y DERECHO Cariruto T EL DERECHO COMO ORDEN SOCIAL JUSTO . Realismo juridico y acepciones del térmi no «derecho» Capiruco I EL DERECHO EN LA IGLESIA 2) Fundamento social .. b) Fundamentacién juridico-tealista 25 29 35 36 38 39 4t 41 42ye Y we ne » . El primer milenio |. El Codigo de 1917 ... . Relevancia canénica del Concilio Vaticano II .. EL DERECHO DE LA IGLESIA c) Palabra, sacramentos y carismas en Ja fundamentacién de! Dere- cho candnico . d) Fundamentacién en 1a Iglesia como comunién y como sacta- mento . Derecho divino y Derecho humano. a) El Derecho divino natural y positive b) Positivacién y formalizacién del Derecho divine .... c) Relaciones entre Derecho divino y Derecho humano Actitudes de oposicién al Derecho canénico a) Angjuri mos «eclesiales» b) Antijuridicismos
. . la administracién apostéli- ca establemente erigida ... a) El ordinariato militar b) La prelatura personal ¢) Los ordinariatos latinos para fieles de rito oriental CaPITULO XVIII ORGANIZACION INTERNA DE LA DIGCESIS a) Los vicarios generales y episcopales . b) El canciller y ouos notarios .. c) El consejo de asuntos cconémicos y el ecénomo. a) El consejo presbiteral b) El colegio de consultores .. c) El cabildo de canénigos d) El consejo pastoral . 1 a) La parroquia b) El parroco .. ©) Los vicarios parroquiales .. d) Otros supuestos de organizacién del ministerio parroquial ¢) Los consejos parroquiales 274 276 278 278 278 280 280 281 281 282 283 285 287 289 291 292 293 293 204 295 295 296 297 297 298 299 299 300 302 302 303 304 304 305Awe ADM EWNS Oe 2. El ministerio de la palabra divina . Solicitud colegial del episcopado y organizacién supradiocesana . La provincia eclesidstica .. . La tegién eclesidstica . Los patriarcas y primados . Las concilios particulares . La conferencia episcopal . Participacién de toda ia Iglesia en Ja funcién de ensefiar . Extension y modalidades de ejercicio del Magisterio . Magisterio y Teologia. Examen y juicio de doctrinas .. Juicios de la Jerarqufa sobre cuestiones temporales EL DERECHO DE LA IGLESIA Capitulo XIX ORGANIZACION PARTICULAR SUPRADIOCESANA a) Nota histérica ............ b) Concepto y clases de concil c) Convocatoria y preparacion . d) Participacién ... e) Las decisiones conciliares .. a) Concepto y evolucién histériea b) Constitucién y miembros c) Estructura .. Parte OI LAMISION DE LA IGLESIA A. LAFUNCION DE ENSENAR DE LA IGLESIA CAPITULO XX FUNCION DE ENSENAR ¥ MAGISTERIO ECLESIASTICO La misién de la Iglesia y los «tria munera» E] «munus docendi» E| Magisterio de la Iglesia . Asistencia divina y objeto de las intervenciones del Magisterio ...... . Vinculacién y deberes del fiel en relacién con el Magisterio. La pro- fesién de fe ... CarituLo XXI LA ACTIVIDAD EVANGELIZADORA Aspects de la actividad evangelizadora y modos de participacin . 307 308 310 310 311 311 312 312 312 313 314 314 315 316 317 321 322 323 324 326 327 328 330 332 333 335 an be SADAARY MAUR WHE we . La predicacién de la palabra de Dios . La actividad ecuménica .. . La actividad misional ..... . Laensefianza religiosa catélica . Universidades catélicas y otros institutos de estudios superiore: . Universidades y facultades eclesidsticas . Instrumentos de comunicacién social . _Exigencias canénicas para la publicacién o uso de escritos .... . El «munus sanctificandi» en el Cédigo . Funcién de santificar y sagrada liturgia . Formas de participar en la funcién santificadora . Participacién en las celebraciones liturgicas . Ordenacidn de la sagrada liturgia . Celebracién fiel de la liturgia .. . Los sacramentos Be INDICE a) Habilidad de los minisiros sagrados para predicar . b) Cardcter supletorio de la predicacién realizada por laicos ina sobre la homilia dn catequética .... a) Regulacién y fuentes norrfiativas b) Responsabilidades de los fieles c) Régimen de aprobacién y uso de los textos catequeticos . CapiTuLo XXIL EDUCACION CATOLICA ¥ MEDIOS DE COMUNICACION SOCIAL, Nocién de educacién catélica ..... " Responsabilidad y libertad de los padres y de la Iglesia en la educa- cion ... Las escuelas catélicas B. LA FUNCION DE SANTIFICAR DE LA IGLESIA CapiruLo XXII FUNCION DE SANTIFICAR, LITURGIA ¥ SACRAMENTOS a) Naturaleza y efectos b) Regulacién candnica de la liturgia sacramental ¢) Exigencias de justicia en la celebracién y administracién de los Sacramento: . La «communicatie in spiritualibus» con los cristianos no catélicos . . Aspectos de la «communicatio in sacris» 335, 336 336 337 338 338 339 340 341 342 345 346 347 349 350 351 352 353EL DERECHO DE LA IGLESIA a) Comunicacién en el cukto litirgico no sacramental .. b) Cornunicacién en los sacramentos .. c) La intercomunién eucaristica 10. Fe, culto cristiano y sacramentos Capitulo XXIV EL SACRAMENTO DEL BAUTISMO . Importancia y necesidad del bautismo . El signo sacramental del bautismo . . Relevancia canénica del bautismo .. . Sujeto del bautismo a) Bautismo de adultos b) Bautismo de nifios Ministro, lugar y dia del bautismo . Los padrinos. . Anotacidn y prueba del bautismo. El bautismo bajo condicién REN Ae CapituLo XXV EL SACRAMENTO DE LA CONFIRMACION . La confirmacién: signo sacramental, efectos y relevancia canénica a) El signo sacramental y sus elementos b) Eficacia propia del sacramento ... ¢) Relevancia candnica de la confirmacién Sujeto de la confirmacién . Obligatoriedad de la confirmacion y edad oportuna para recibitla a) La obligacién de recibir el sacramento .... b) La edad para la confirmacion Ministro de la confirmacién . PR + bajo condicién . Capituco XXVI La Sanrtisima Eucaristia La Santisima Eucaristia en cl misterio de la Iglesia . La celebracién eucarfstica .... a) Elsigno sacramental de la Eucaristia . peo 367 367 368 369 371 372 373 374 374 376 379 381 381 393 304 304 wr aA . La sagrada comunién ..... . Reserva y veneracién de la Santisima Eucari . Sujeto del sacramento y actos det penitente . El ministro det sacramento de la penitencia . Celebracién y ejercicio del ministerio de la reconciliacién .... . El sigilo sacramental y la tutela de Ja santidad del sacramento . . Las indulgencias .. . La uncidn de los enfermos . El sacramento del ministerio apostélico ... . Signo sacramental y efectos de] sacramento del orden . . Sujeto del sacramento del orden .... AIA & INDICE ca b) Ministro del Sacrificio cucaristico .. c) La asamblea eucaristica . . Condiciones de la celebracién eucaristica que atajien al ministro a) Preparacion y desarrollo de la celebracién b) Concelebracién .... ¢) Frecuencia de la celebracién d) Intencién y ofrendas dadas para la apli e) Tiempo y lugar de la celebracién a} Ministro de la sagrada comunién, b) Derecho a recibir la sagrada comuni6n .. ¢) La primera comunién de Jos nifios, el precepto pascual y el Vid- HHO oa d) Elayuno eucaristico: y ‘tat facultad de comuigar dos veces al dia e) La comunién bajo las dos especies .. CapiTULo XXVIT Los SACRAMENTOS DE LA CURACION . El sacramento de la penitencia y de la reconciliacién. Estructura fundamental y efectos ... a) Potestad de orden y facultad de oir confesiones .. b) Adquisici6n, extension y pérdida de la Facultad para confesar a) Forma ordinaria de celebrar e] sacramento. Actitud y deberes. del confesor ...... b) El supuesio excepcional de las absoluciones colectivas c) Lugar y sede de la celebracion .... d) Deber y derecho de recibir el sacramento Capiruco XXVIII EL SACRAMENTO DEL ORDEN 396 397 398 398 401 409 410 412 412 413 414 Ald 416 AI8 419 420 421 423 427 428 430 19EL DERECHO DE LA IGLESIA a) Condiciones de validez b) Condiciones de licitud c) Condiciones del ordenané d) [rregularidades e impedimentos para recibir o ejercer érdenes ce) Requisitos previos a la ordenacién, documentacién y escrutinios 4, Ministro y celebracion del sacramento del orden 5. Inscripcidn y certificado de la ordenacién recibida CapiTULO XXIX EL MATRIMONIO, INSTITUCION NATURAL Y SACRAMENTO DE LA NUEVA LEY 1. El] matrimonio, institucién natural a) Nocién b) Esencia del matrimonio .. c) Propiedades esenciales del matrimoni d) Fines del matrimonio ... . El matrimonio, sacramento de la Nueva Ley . El clus conpubii» y la regulacién juridica del matrimoni wr Caprirur.o XXX REGIMEN CANONICO DEL MATRIMONIO (1) . Los impedimentos matrimoniales .. a) Nocién, establecimiento y clases .. b) Los impedimentos en particular c) Ladispensa de impedimentos El consentimiento matrimonial Anomalias del consentimiento a) Incapacidad consensual .. b) Defecto de consentimiento ¢) Consentimiento viciado .. oN CapituLo XXXI REGIMEN CANONICO DEL MATRIMONIO (II) - Preparacién del matrimonio... a) Atencién pastoral de los que se preparan al matrimonio. b) El expediente matrimonial y otras formalidades preparatorias . 2. La forma juridica en la celebracién del matrimonio .. a) Forma de manifestacion del consentimiento .... 20 430 431 433 436 437 438 440 441 441 442, 446 449 451 453 453 454, 457 458 460 462 465 yaw . La celebracién litirgica del matrimonio |. Algunos aspectos particulares de la relacién juridica matrimonial . Convalidacién y sanacién del matrimonio invalido . Supuestos excepcionales de disolucién del matrimonio . La separacién conyugal permaneciendo el vinculo . Otros actos de culto regulados en el CIC . Los lugares sagrados }. Los tiempos sagrados . Principios fundamentales ... INDICE Re b} La forma juridica sustancial . see soe c) Los mairimonios obligades a Ja forma can6nica y la dispensa de forma . d) Celebracién en forma extraordinaria e) Anotacién del matrimonio celebrado a) Convalidaci6n simple b) Sanacién en la rafz .. a) Disolucién de! matrimonio no consumado ..... b) Privilegio paulino ¢) Otros supuestos de disolucién de matrimonio no sacramental Capfruto XXXII OTROS ACTOS DEL CULTO Divino. LUGARES Y TIEMPOS SAGRADOS a) Los sacrameniales ... b) La liturgia de las horas ©) Las exequias eclesidsticas . d) El culto de los Santos, las reliquias y las imagenes sagradas e) El voto y el juramento ... a) Lasiglesias .. b) Los oratorios y las capillas privadas c) Los santuarios d) Los altares . a) Los dias de fiesta .. b) Los dias de penitencia ... C. ASPECTOS PARTICULARES DEL «MUNUS REGENDI» CapiruLe XXXII LOS BIENES TEMPORALES DE LA IGLESIA a) Los bienes temporales at servicio de la misién de la Iglesia . b) Sujetas con capacidad patrimonial 469 471 472 472 473 473 475 475 476 ATT 478 478 479 479 497 497 497 21nw wpe au OR 22 . El Derecho penal en el dmbito de la funcién pastoral ... EL DERECHO DE LA IGLESIA ¢) Los bienes eclesidsticos. . 498 . Adquisivion de bienes por parte de la Iglesia 498 a) Deber y derecho de los fieles a sostener econémicamente Ja mi sidn de fa Iglesia . b) Aportaciones voluntarias de los fieles c) Tasas y ofrendas con ocasidn de sacramentos y sacramentales 500 d) Tributos eclesidsticos ....... 501 2) Corresponsabilidad de las didcesis con la Sede Apostélica 501 . Organizacién econémica de la sustentacidn de los ministros sagra- dos: reforma del sistema beneficial y régimen vigente . 502 . Administracidn de bienes eclesidsticos .. 503 a) Competencias del Romano Pontifice .. 504 b) Competencias del Ordinario .. 504 c) Los administradores inmediatos 504 . La enajenacidn de bienes eclesiasticos .. 505 . Las pfas voluntades y las fundaciones pias 506 CapiruLo XXXIV ‘TUTELA PENAL DE LA COMUNION ECLESIAL . Concepto y elementos del delito 510 . Tipos de sanciones canénicas .. 512 a) Penas medicinales o censuras 512 b) Penas expiatorias ... 513 c) Remedios penales y penitencias .. 513 d) Otras sanciones .... 314 e) Clasificacién de las penas segun su modalidad de aplicacion .... 514 . Delitos y penas tipificados en el CIC .. 515 . Momentos de 1a actividad sancionadora 516 a) Momento constitutivo .. 316 b} Momento impositivo 517 ¢) Momento declarativo 518 d) Momento extintivo .. 518 Suspensién de la eficacia juridica de las penas ... 520 . Garantias juridicas y recursos en materia penal .. 520 CaptruLo XXXV La& ADMINISTRACION DE JUSTICIA EN LA IGLESIA . La tutela de los derechos en Ia vida eclesial ..... 523 a) El reconocimiento de los derechos y su tela efectivs 523 b) Acciones y excepciones procesales 524 oN . El proceso contencioso ordinario }. La justicia administrativa .. . La mision de la [glesia en ¢l mundo ... . Misién de la Iglesia y realidades temporales . Iglesia y comunidad politica i INDICE “ c) Conveniencia de evitar los litigios innecesarios E] proceso La organizaci6n judicial en la Iglesia a) El tribunal de primera instancia b) El tribunal de segunda instancia c) Los tribunales de los institatos religiosos clericales de Derecho pontificio ... d) Los tribunales de la Sede Apostélica Las partes que intervienen en el proceso a) Capacidad y legitimacin . b) El promotor de justicia y el defensor del vinculo ¢) El patrocinio de las partes .. CaPituLo XXXVI Los PROCESOS CANGNICOS Y EL SISTEMA DE JUSTICIA ADMINISTRATIVA a) Fase introductoria b) Fase probatoria c) Publicacién, conclusién y discusién de la causa . d) Fase decisoria ¢) Cosa juzgada y ejecucién sentencia ... f) Los recursos contra la sentencia definitiva El proceso contencioso oral .. Procesos y procedimientos especiales a) Procesos matrimoniales .. b) Proceso para declarar Ja nulidad de la Sagrada c ordenacién ¢) El proceso penal . a) El recurso jerarquico. b) El recurso contencioso-administrativo _... CaPfruLo XXX VII La MISION DE LA IGLESLA Y LA COMUNIDAD HUMANA a) Valor y sentido de las realidades temporales .. b) Autonomia de las realidades temporales a) El principio de autonomia y la legitima laicidad del Estado .. 525 526 527 528 529 530 530 532 532 533 533 535 535 536 537 537 538 539 540 540 541 542 543 544 545 545 547 549 549 551 352 552 23AERA AERTS BN A EL DERECHO DE LA IGLESIA b) Libertad de la Iglesia y libertad religiosa _. 553 TABLA DE SIGLAS Y ABREVIATURAS c) El principio de cooperacién Iglesia-Estado .. 555 d) El derecho de la Iglesia a emitir su juicio moral sobre. cuestiones temporales .... 557 4. Fieles y ciudadanos 558 “ a) Distincidn de funciones en Ja actuacién de la Iglesia en el mun- ee do ... 538 b) Libertad y pluralismo legitimo en los asuntos temporales 560 BIBLIOGRAFIA COMPLEMENTARIA 563 1Co 1? Carta a los Corintios Pt 1° Carta de San Pedro ttm 1? Carta a Timoteo 2Tm 2.4 Carta a Timoteo a. ano AA Concilio Vaticano IE, Decreto Apostoticam actuosiiatem (18.X1. 1965) AG Concilio Vaticano H, Deereto Ad gentes (7.X11.1965) artJarts. —_articulo/articulos elec. canon/cénones cap/caps. capitulo/capitulos Card. Cardenal CCDDS — Congregacién para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacra- mentos CCE Catecismo de la Iglesia Catolica CCEO Codex Canonum Ecclesiarum Orientalium cD Concilio Vaticano II, Decreto Christus Dominus (28.X.1965) CDF Congregacidn para la Doctrina de la Fe cf. conjer cic Codex luris Canonici CIC 17 — Codex furis Canonici de 1917 CIC 83 Codex Juris Canonici de 1983 cL Juan Pablo II, Exhortacién Apostélica Christifideles laict (30. XI1.1988) CN Congregacién para la Doctrina de la Fe, Carta Communionis no- tio (28.V.1992) Conc. Concilio Cong. Congregacién Const. Ap. Constitucién ApostélicaConst, DE Decr. DH Dir. DS DV EDE EdM Ef Enc. Epist. Exh. Ap. FC GE Gn GS Heh IGLH IGMR IM Instr. Is In LEF LG Lib. Mc MD Mp. Mt nJnn. 26 EL DERECHO DE LA IGLESIA Constitucién nep Directorio para la aplicacidn de los principios y normas sobre el OE ecumenisme (Directorio Eeuménico, 23.11.1993) Decreto oT Concilio Vaticano H, Declaracién Dignitatis humanae (1-XII. p. ej. 1965) PB Directorio PC Denzinger-Schénmetzer, Enchiridion symbolorum, definitionum PDV et declarationum Concilio Vaticano II, Constitucién dogmitica Dei Verbum (18. - PO X1.1965) RGCR Juan Pablo Il, Encielica Ecclesia de Eucharistia (17.1V.2003) Rm Instruccién interdicasterial Ecclesiae de mysterio (15. VUIL.1997) RP Carta a los Efesios Encfclica sc Epistola Exhortacién Apostélica Sess. Juan Pablo II, Exhortacién Apostdlica Familiaris consertio SMC (22.XL.1981} Concilio Vaticano I], Declaracién Gravissimum educationis St (28.X.1965) S.Th. Libro del Génesis Tit. Concilio Vaticano IL, Constitucién pastoral Gaudium et spes Tt (7.X11.1966) UDG Carta a los Hebreos Hechos de los Apéstoles OR Pablo VI, Enciclica Humanae vitae (25.VIL1968) ve Institutio Generalis Liturgiae Horarum vs Institutio Generalis Missalis Romani Concilio Vaticano II, Decreto Inier mirifica (4.X11.1963) Instruccion Libro de Isafas Evangelio segiin San Juan Evangelio segiin San Lucas Proyecto de Lex Ecclesiae Fundamenialis Concilio Vaticano II, Constitucién dogmiatica Lumen gentium (21.XL1964) Libro Evangelio segtin San Marcos Juan Pablo I, Mow proprio Misericordia Dei (7.1V.2002) Motu proprio Evangelio segiin San Mateo numero/ntimeros SIGLAS Y ABREVIATURAS Nota explicativa praevia a la Constitucién Lumen gentium Concilio Vaticano II, Decreto Orientalium Ecclesiarum (2\.X1. 1964) Concilio Vaticano II, Decreto Optatami totius (28.X.1965) por ejemplo Juan Pablo Il, Constiticién Apostélica Pastor Bonus (28.V1.1988) Concilio Vaticano TI, Decreto Perfeetae caritaris (28.X.1965) Juan Pablo Il, Exhortacién Apostélica Pastores dabo vobis (25. T.1992) Concilio Vaticano II, Decreto Presbyterorum Ordinis (7.X1I.1965) Regolamento Generale detla Curia Romane (30.1V.1999) Carta a los Romanos Juan Pablo II, Exhortacién Apostélica Reconciliatio et paeniten- fia (2.X11.1984) Concilio Vaticano Il, Constitucién Sacrosancuun Concilium (4.X11.1963) Sessio Juan Pablo II, Constitucién Apostélica Spirituali militum curae (21.1V.1986) Canta de Santiago Sto. Tomas de Aquino, Summa Theologiae Titulo Carta.a Tito Juan Pablo II, Constitucién Apostélica Universi Dominici gregis (22.11.1996) Concilio Vaticano II, Decreto Unitatis redintegratio (21.X1.1964) Juan Pablo IL, Exhortacién Apostolica Vita cornsecrata (25 111. 1996) Juan Pablo II, Enciclica Veritatis splendor (6.VIIL.1993) 27AVERY EMA 1 PRESENTACION a al 9 La Iglesia es una comunidad mistérica: solamente a la luz de la fe puede percibirse su completa realidad, portadora de vida divina (cf. CCE, 770, 779). Pero es evidente que se presenta también en este mun- do como un organismo visible y social, fuertemente radicado en el tiempo y en el espacio, dotado ya desde sus inicios de una organiza- cién y de normas propias y, en definitiva, de un sistema juridico cono- cido tradicionalmente como Derecho canénico. La doctrina catélica ha entendido siempre el Derecho como un factor esencial de la Eglesia in ferris; un factor —en expresion de Juan Pablo II— connatural a su vida. En efecto, el misterio de la Iglesia in- cluye originariamente elementos juridicos. Jesucristo ha constituido su Reino en este mundo como un cuerpo social y visible, con una insosta- yable dimensi6n de justicia; y El mismo, al fundar la Iglesia, ha esta- blecido el micleo mas especifico y esencial de su ordenamiento. El estudio del Derecho canénico aparece, por ello, como uno de los componentes de toda formacion cristiana que pretenda ser comple- ta, necesario para alcanzar un conocimiento adecuado del ser y de la misi6n de la Iglesia. No en vano, incluso en la ensefianza catequética, han estado siempre presentes de un modo u otro elementos de esta for- macion: baste recordar, por ejemplo, los conocimientos que debe reci- bir todo cristiano acerca del orden del Pueblo de Dios (constitucién je- rdrquica de Iglesia, exigencias derivadas de la fe y la comunién, requisitos de validez y licitud en la administracién de los sacramentos, etc.), 0 la cldsica formulacion de los «mandamientos de la Iglesia». Una buena formacién candnica de base ayuda al cristiano, ademas, a comprender la importancia de la justicia, comenzando por la justicia dentro de la Iglesia; y a adquirir una sana mentalidad juridica, que le 2%EL DERECHO DE LA IGLESIA capacita para captar en su justo valor y sentido los elementos juridicos, en este caso, de la vida eclesial. Esa forma mentis, en su justa medida, contribuye a superar algunos planteamientos, todavia bastante extendi- dos, que tienden a contraponer la ley al Evangelio, la justicia a la cari- dad, 0 a considerar el Derecho como un freno a Ja acci6n pastoral o un abstaculo para Ia libertad y eficacia profética de los carismas. En efecto, al estudiar esta disciplina podra advertirse mejor que todo el Derecho canénico, y singularmente la ley eclesidstica, tiene un profundo y genuino cardcter pastoral: como el Evangelio, se dirige en Ultimo término —segtin su modo propio, claro esté— a la salvacion de las almas, que es la dey seprema de la Iglesia (cf. ¢, 1752). Con raz6n se ha dicho, por eso, que «la ley, en la vida de la Iglesia, es algo muy san- to. No es una forma vacfa, ni un arma para tener en un puiio las con- ciencias, sino una razonable y sobrenatural ordenacién, seguin justi No es un simple instrumento para mandar, sino una luz para el servicio de la Igtesia entera, para iluminar a todos Ia senda del cumplimiento det gran mandamiento del Amor» (San Josemaria Escriva). En la vida ecle- sial, en efecto, la justicia no se contrapone a la caridad; y ésta, a su vez, no debe sustituir o desplazar a la justicia, sino asumirla y elevarla —in- formandola— hacia una justicia més alta, que es la santidad. Ala luz de ese estudio, asimismo, se entenderd mejor la necesidad de respetar lo que prescribe la Iglesia y de poseer, al menos, un minimo saber canénico (p. ej., a la hora de administrar los sacramentos, o de solicitarlos razonablemente), para no incurrir en actitudes injustas 0 ar- bitrarias y vivir, en cambio, la auténtica caridad pastoral y la verdadera comuni6n eclesial. Se descubrird, en fin, hasta qué punto el Derecho can6nico sirve de cauce, mds que de traba, para el recto ejercicio y para la pervivencia de los carismas, contribuyendo a que todo lo que promueve el Espiritu se desarrolle genuina y ordenadamente para el bien comtin del Pueblo de Dios. Porque al Derecho canGnico en su conjunto pueden aplicarse, sin duda, estas palabras de Juan Pablo IL al promulgar ¢! nuevo Codex Turis Canonici: su fin «no es el de suplantar, en la vida de la Iglesia, la fe de los fieles, su gracia, sus carismas y, sobre todo, su caridad. Por el contrario (...) tiende mas bien a generar en la sociedad eclesial un or- den que, dando primacia al amor, a la gracia y al carisma, facilite al tiempo su ordenado crecimiento en la vida, tanto de la sociedad ecle- sial, como de todos Jos que a ella pertenecen» (Const. ap. Sacrae disci- plinae leges). La renovacién del Derecho canénico tras el Concilio Vaticano II, de la que han sido hites destacados la promulgacién del nuevo Cédigo latino y la del Cédigo de canones de las Iglesias orientales. invita a 30 i PRESENTACION 14 profundizar con motivacién redoblada en los contenidos de este orde- namiento. Ello contribuird a que esa renovacién pueda tener en la vida de Ia Iglesia el alcance que de ella se espera, pues un mejor conoci- miento del Derecho canénico —por parte tanto de los clérigos, sobre los que con frecuencia recaerén especiales responsabilidades eclesia- les, como de los fieles consagridos y de los laicos— sera de gran ayu- da para fomentar el justo orden del Pueblo de Dios, plasmando en su vida de modo conereto y practico las ensefianzas y directrices del Con- cilio Vaticano II. La adecuada formacién candnica de los cristianos estd llamada, asf, a prestar un precioso servicio a la comunién. +r Los anteriores motivos y circunstancias han estado presentes en la elaboracién de este libro, que pretende presentar sintéticamente los as- pectos més importantes del Derecho canénico, especialmente del vi- gente para la Iglesia latina. El Curso basico de Derecho canénico esta concebido primaria- mente como manual sistemético para el primer Ciclo de los estudios teoldgicos: la distribucién de la materia en Partes quiere facilitar, pre- cisamente, su adaptacién a los contenidos de los programas correspon- dientes en los planes de estudios. Hemos procurado, sin embargo, que el texto resulte util también a cualquiera que desec actualizar su cono- cimiento de] Derecho de la Iglesia, 0 adquirir una visién de conjunto de sus conceptos y conienidos fundamentales. Aunque el trabajo de redaccién directa de los diversos temas se ha distribuido entre los dos autores’, se ha procedido posteriormente a una revisién conjunta de todo el contenido, para evitar reiteraciones, homo- geneizar el estilo y la extension, y colmar las lagunas advertidas 0 eli- minar lo que parecfa superfluo para el fin de estas paginas. La finalidad de formacién bdsica que se pretende ha Ievado a optar por la maxima simplificacién de las referencias bibliograficas, que se reducen a la mencién del nombre de los autores que se citan. No obstante, al final del texto se ofrece un breve elenco de comentarios al Cédigo, manua- les y otros textos de consulta de facil acceso, que pueden servir como lecturas complementarias. Con esta misma finalidad se incluyen tam- bién, aunque con criterio restrictivo, algunos articulos y monografias sobre temas menos desarrollados en obras generales. |. D. Cenalmor es autor de los capftulos 1-IX, XII, XIV y XX-XX VIE; J. Miras. de los capitu- Tos X-XIT, XV-XUK y XXIGXXXVIL 3)EL DERECHO DE LA IGLESIA Los distintos temas se tratan en perspectiva juridica, como cotres- ponde a la naturaleza del Derecho canénico, pero procurando mostrar de modo explicito su encuadramiento en la consideracién del misterio de Ia Iglesia, especialmente a la luz de Ja Constitucién dogmatica De Ecclesia, tal como pidié el Concilio Vaticano II (cf. OT, 16). Para evi- tar barreras conceptuales innecesarias, ademas de reducir el lenguaje técnico a lo imprescindible, hemos procurado explicar el significado de los conceptos juridicos menos conocidos cuando ha sido necesario uti- lizarios. Confiamos en que todo ello ayude a percibir mds claramente la continuidad y la armonia de la perspectiva canénica con el conoci- miento del ser y de la misién de la Iglesia que los lectores adquieran, 0 hayan adquirido, con el estudio de otras disciplinas. 32 Parte I INTRODUCCION AL DERECHO CANONICO A. IGLESIA Y DERECHOCariruLo I EL DERECHO COMO ORDEN SOCTAL JUSTO wl 1. EL DERECHO COMO FENOMENO SOCIAL Y HUMANO En la vida cotidiana todos realizamos actos 0 nos encontramos en situaciones que nos ponen en contacto con e] Derecho, aunque pocas veces reparemos en ello. Viajar en tren, comprar un diario o sellar una quiniela, p. ¢j., son accio~ nes con tascendencia juridica: podemos exigir que se nos wansporte a cier- to lugar; adquirimos la propiedad del periddico: «tenemos derecho» a co- brar el premio de la quiniela, si es que la acertamos. Hasta el simple hecho de transitar de una calle a otra puede modificar diversos aspectos de nuestra situacion juridica, haciendo que tengamos la facultad de conducir en las dos direcciones o solo en una, de poder aparcar 0 no gratuitamente, etc. El Derecho es connatural a la vida en sociedad. «Ubi societas, ibi ius», dice un célebre adagio: alli donde haya una sociedad existe tam- bién Derecho. En las relaciones sociales es necesario un orden que res- ponda en lo posible a las exigencias de justicia; y ese orden presupone un Derecho que sirva para establecerlo y garantizarlo, Sin Derecho no. podria hablarse de sociedad: no habria un conjunto de personas liga- das de manera orgdnica, por un principio de unidad que supera a cada una de ellas, para la consecucion de determinados fines existen- ciades (cf. CCE, 1880); solo habria una aglomeraci6n castica de indi- viduos, sin organizacién y sin sentido. Es lo que pasaria, de manera analoga, si los nniisicos de una orquesta interpretaran simultdéneamente melodfas distintas: su actuacin entrafiaria un desconcierto, 38INTRODUCTION AL DERECHO CANONICO Junto a esto, es comunmente aceptado que la sociedad es connatu- ral al hombre. La persona humana no es un ser solitario, sino que nece~ sita, por su propia naturaleza, de la vida social, que no es para ella algo accidental (cf. GS, 25). Si el hombre prescindiera totalmente del trato con los otros y de la ayuda mutua, aparte de los problemas de supervi- vencia que ello comportaria, estaria incapacitado para alcanzar muchas de sus metas y objetivos caracteristicos, y su vida no scria plenamente humana. Como ha sefialado Juan Pablo II, que el hombre sea persona «a ima- gen y semejanza de Dios supone también an existir en celaci6n, en refe- rencia al otro ‘yo"» (Exh, Ap. Mulieris dignitatem, 15.VIIL1988, n. 7). Existe, por tanto, una doble connaturalidad; entre Derecho y socie- dad, y entre sociedad y hombre. Lo cual nos Ileva a concluir que se da también una estrecha relacidn entre el Derecho y el propio hombre. La fuente primaria del Derecho «esta mas alla del Estado y de la sociedad: est4 en nosotros mismos, en nuestra conciencia racional, en la idea de la justicia, como traduccién de Ja naturaleza humana y del orden universal de las cosas. Ahondando todavia més, podemos decir que el origen primero del Derecho esta en Dios, supremo autor de la condicién humana y del orden universal, que ha impreso la nocién de Jo justo en la conciencia de los seres racionales» (Castén Tobefias). 2. EL DERECHO Y LA JUSTICIA. REALISMO JUR{DICO YY ACEPCIONES DEL TERMINO «DERECHO» El Derecho, ademés de ser una realidad social y humana, esta vin- culado esencialmente con la idea de justicia. Incluso en su etimologia, Ja palabra «derecho» —del latin directum («lo derecho», «lo recto» )— es sindnima de «lo justo», «lo juridico», y de la correspondiente voz la- tina ius, usada en la Roma clasica, de la que derivan itstin y iustitia. La relaci6n esencial entre justicia y Derecho se explica de modo radical al considerar que ius, o derecho, antes que hacer referencia a un conjunto de normas, designa el objeto de la justicia, virtud que consis- te en dar a cada uno lo suyo (suum cuique tribuere). «Lo suyo», clo justo» (el ta dikaion de Aristételes), aquello que se debe en justicia a cada uno, es lo que los romanos denominaron fus 0 de- recho, y Santo Tomds llamé la res éusta, la cosa justa o debida. Este es el 36 EL DERECHO COMO ORDEN SOCIAL JUSTO significado mas fundamental del término «derecho», del que derivan los demas. Solo puede hablarse de justicia cuando existen cosas debidas, es decir, cosas que estan repartidas y pertenecen a distintos sujetos. Lo propio de la justicia es dar a ceda uno —«dar» en el sentido genérico de entregar, distribuir, otorgar, reconocer, respetar, restituir, ete — lo que ya era suyo y estaba, de algun modo, en poder de otro. Por eso se dice que el ivs, el derecho, preexiste a la justicia. En cambio, dar algo a alguien para que se convierta en suyo no perte- nece a la justicia, Este «reparto primero», como lo denomina Hervada, po- dr depender de otras virtudes (liberalidad, prudencia, etc.), pero no de la justicia, El ius 0 «lo suyo» es un concepto polivalente, que abarca todo tipo de derechos: tanto por la pluralidad de objetos (de bienes materiales 0 espirituales debidos), como porque su pertenencia al sujeto no se da siempre del mismo modo y en la misma medida. En efecto, cualquier derecho, ademas de exigir un fundamento que capacite o habilite para poseerlo (el mas basico es la dignidad del ser humano), surge por un ¢/- iulo que atribuye la cosa al sujeto, y que puede ser muy variado (un convenio, una ley, la propia naturaleza humana...). Y mas variada atin es la medida det derecho, 0 el ajustamiento entre lo debido y lo dado; pues la cuantia de Ja atribucion estd determinada por factores muy di- versos, naturales (como Ja cualidad, la cantidad y el tiempo) o positi- vos (la voluntad en ultimo térming). Todo esto entraiia una gran diver- Sidad en el ius. Pero lo que unifica las multiples formas de «lo suyo», la caracteristica primaria del izs, es que implica una misma clase de deuda: una deuda de justicia. P, ej., el titulo que permite a alguien residir en una vivienda alquilada, y a su propietario obtener a cambio una retribucisn, suele surgir de un pacto y quedar formalizado en un conuato de arrendamiento. La medida del precio del alquiler depende normalmente de la duracién de éste, del ta- maijio, situacién y calidad det local_.; aunque la cantidad conereta la fija en realidad la voluntad de ambos sujetos en conformidad con las leyes. Ese titulo y medida son diferentes, sin duda, de los que explican el respeto a la vida de un inocente, que se fundamenta de manera préxima en la dig id del ser humano y no admite excepeiones. Sin embargo, la obliga- cién de respetar esa vida, la de pagar ef alquiler de aquet local, o la de que el propietario permita su uso segtin lo acordado, tienen en comin una cosa: el ser de estricta justicia. 37INTRODUCCION AL DERECHO CANONICO Sobre la base de estas premisas del reatismo juridico eldsico —el derecho como cosa; 0, en sentido propio y estricto, come fa cosa justa 0 debida— se comprenden mejor los usos derivados del término y su conexisn con la justicia: por qué se llama Derecho (escrito habitual- mente con maytiscula) al Derecho objetivo, es decir, al conjunto de normas © disposiciones que regulan la conducta intersubjetiva (el Cé- digo de Derecho Canénico seria un ejemplo), y que no hacen sino de- terminar el ius, lo que se debe a cada uno; por qué se habla de «tener derecho a algo» para referirse al derecho subjetive, o a la facultad de exigir y emplear «lo suyo» que corresponde en justicia a um sujeto (como sucede con el derecho de asociacién); y por qué se denomina Derecho a la ciencia que estudia y delimita el ius; de forma que ser ju- rista, poseer la ciencia juridica, implica poder discernir y precisar «lo suyo» de cada uno: «decir el derecho» (Gus dicere 0 iuris dictio), con su titulo y medida. Esa relacién intrinseca con la justicta, por dltimo, estd presente también en Ia significacién mas global de !a palabra Derecho: como ordenamiento 0 conjunto de factores que estructuran juridicamente una sociedad. 3. CARACTERISTICAS PROPIAS DEL DERECHO Hasta ahora hemos visto que el Derecho es un orden social y hu- mano, y que est4 esencialmente ligado a la realizacién de la justicia. El ser y la actuacién del Derecho, en efecto, son inseparables de ese dar a cada uno lo suyo en que consiste la justicia; de ahi que una norma in- justa no sea verdaderamente juridica. Tan estrecha es la relacién entre justicia y Derecho que las notas de igualdad, alteridad o intersubjetividad, exigibilidad y exterioridad, atribuidas clasicamente a la justicia, atafien también al ins o derecho en su sentido mas primario, y permiten explicar cada uno de los rasgos esenciales del fenémeno juridico. El ya mencionado cardcier social y humano del Derecho, y su in- dole ordenadora, se relacionan con Ya alteridad y Ya ignaldad de ta jus- ticia; pues ésta reclama la concurrencia de al menos dos sujetos; y al pedir para cada uno «lo debido», «lo justo», ni mas ni menos, conduce aun ajuste o armonfa entre ellos. 38 EL DERECHO COMO ORDEN SOCIAL JUSTO. La imperatividad de las exigencias juridicas —y en particular de las normas—, que interpelan a la persona para mover su voluntad, es otra propiedad esencial del Derecho, conectada con la exigibilidad in- herente a la justicia («lo suyo», «lo justo», es por eso mismo exigible). Si faltara ese caracter imperado, ya proceda de la voluntad de la autori- dad que rige la sociedad, ya de la propia naturaleza humana o del de- signio divino, no podria hablarse realmente de Derecho. Aunque no sean tan esenciales, la coactividad y la certeza son dos ca- racteristicas de! Derecho, relacionadas con su imperatividad, que contribu- yen a la eficacia del orden juridico. La coactividad del Derecho, o su capa- cidad de obligar al sujeto para que actde en conformidad con lo mandado (y que no tiene por qué basarse solo en el poder fisico: vide IL, 4, b), sirve para garantizar el orden establecido; mientras que la certeza del Derecho, © la posibilidad de conocer con claridad y seguridad sus dictados (p. ¢}., las leyes 0 mandatos de la autoridad), se requiere para que cumpla en la practica su funcién ordenadora. La exterioridad caracteriza tanto al Derecho como a la justicia, porque «dar a cada uno Jo suyo», aun siendo un «dar» genérico, supo- ne algtin tipo de acto que trasciende al exterior del sujeto; y se explica también si se considera que el dmbito propio de! Derecho es el de las acciones humanas externas, por ser las que tienen inmediata repercu- sidn social. Eso no significa que el Derecho desconozca totalmente los factores internos; pues, al ocuparse de la conducta humana, debe tener en cuenta los componentes psicolégicos de la actuacién personal (como sucede, p. ¢j., cuando se valora diversamente la imputabilidad de un delito. segin haya sido cometido con dolo, culpa o miedo irresistible), No obstante, para poder captar tales elementos, el Derecho ha de servirse también de hechos objetivos o indicios externos. 4. FIN Y FUNCIONES DEL DERECHO De acuerdo con lo que hemos expuesto, cl Derecho puede definir- se como una ordenacidn social imperada que estructura segtin justicia las relaciones humanas iniersubjetivas, El fin del Derecho, por consi- guiente, es lograr um orden social justo, que incluye el bien comin de la sociedad y el de cada uno de sus miembros. Y a este fin tiende el De- recho —como sugiere Calvo-Alvarez— mediante tres funciones 0 ac- tividades principales. 30INTRODUCCION AL DERECHO CANONICO El Derecho, en primer lugar, armoniza: acoge y ordena arm6nica- mente las exigencias de justicia presentes en las relaciones interperso- nales y en las relaciones entre los individuos, sus agrupaciones y la co- munidad, con objeto de posibilitar la convivencia social. Entre esas exigencias destacaran siempre. como contenidos priorita- rigs. los derechos y deberes inherentes a la dignidad y libertad de la perso- na humana, pues no debe alvidarse que el Derecho ha de atender ante todo ala persona, aunque considerdndola ne como un sujeto aislado, sino como miembro de la sociedad. Por eso, e] orden juridico deberd tener también en cuenta el bien comtin y los derechos y deberes de la sociedad, sobre los que se fundamenta la existencia de la autoridad encargada de asegurarlos. Bajo este aspecto armonizador, la accion del Derecho podria compararse con ta que desarrollan las reglas de circulacién o de pianificacién urbana en sus respectivos Ambitos. La ordenacidn jurfdica, una vez establecida, debe actuar en la vida social para facilitar una convivencia justa. De ahi que sea funcion del Derecho proveer a las personas y grupos sociales, mediante recursos juridicos, de instrumentos idéneos ~--institucionales, personales y téc- nicos— que permitan instaurar el orden previsto. Volviendo al ejemplo de la circulacién, esta funcién se correspon- deria con la creacién de instituciones y cargos, y con la administracién de otros medios (vias, sefiales, etc.). destinados a facilitar el trfico. Finalmente, el Derecho debe garantizar la armonia social que pro- mueve, defendiendo el orden social previamente disefiado e instaura- do, y recomponiendo o afirmando los bienes sociales que hubieran sido daiiados o desconocidos. Dentro del ejemplo anterior, encajarian en esta actividad las multas y otras sanciones, asi como los diversos procedimicntos administrativos y judiciales relacionados con la circulacién. A partir de estos tres cometidos del Derecho, de armonizar, pro- veer y garantizar, pueden explicarse, respectivamente, la actividad nor- mativa, ejecutiva y judicial que desarrollan los poderes publicos; aun- que cada una de esas actividades realice en cierto modo las demas funciones del Derecho. Y no es dificil extraer consecuencias acerca de los efectos que implicard el decaimiento de la actividad juridica en una sociedad: desorden, ineficacia, y proliferacién de abusos 0 situaciones injustas. En efecto, «el auténtico Derecho nunca ahoga la libertad, sino que es su mds firme garantfa» (Fornés). 40 EL DERECHO COMO ORDEN SOCIAL JUSTO 5. DINAMICIDAD Y ESTABILIDAP DEL DERECHO El orden logrado por el Derecho no es un orden estatico, ni algo acabado y perfecto. Al contrario, como Ia vida social que ordena, supo- ne uo dinamismo continuo; y como la justicia que promueve y que nunca se encuentra plenamente realizada, resulta siempre perfectible. E] Derecho constituye asi, tal como se da en la historia, un proceso de realizacién (Hervada). Por eso, el ordenamiento jurfdico que no se re- novara constantemente, para dirigirse mejor a su fin, envejeceria y per- deria utilidad. Ese dinamismo y su necesidad los encontrames, p. ej., en las normas urbanisticas: la anchura de las calles y la disposicién de los espacios ver- des © de las dreas de servicio no obedecen a criterios fijos, desconectados de la vida y del progreso, sino que se adaptan a sus demandas reales. Pero el dinamismo y la renovacién que reclama el Derecho han de ser compatibles con el respeto al orden juridico vigente en cada momen- to y con Ia estabilidad que exige la certeza juridica. Un Derecho que, so pretexto de su posible modificacion, no se cumpliera, serfa incongruente con el rasgo esencial de su imperatividad y resultaria ineficaz. Ademés, nunca deberd perderse de vista que el Derecho no es solo creatividad del hombre; es también, en buena medida —como recuerdan Hervada y Lombardia—, un orden dado (Derecho divino). Cualquiert or- denaci6n jurfdica que diseiie el hombre ha de basarse en ese orden peren- ne, establecido por Dios, que forma parte de Ja naturaleza humana como regla de Derecho (Derecho natural); lo cual comporta su reconocimiento y salvaguarda, y el esfuerzo del Derecho humano por concretar histérica- mente sus exigencias (vide II, 3). 6. DERECHO ¥ MorAL El orden juridico no debe confundirse con el orden moral. «Mien- tras cl orden moral es orden de la persona, el Derecho es orden de la comunidad» (del Portillo). La Moral esté encaminada a orientar la con- ducta del hombre y a procurar su virtud; el Derecho, a lograr un orden social justo. Asi, en lo relativo a la recaudacién de impuestos, el jurista se ocupa primordialmente de que los ciudadanos paguen lo que a cada uno le co- tresponde en justicia; en tanto que al moralista le interesa en primer lugar 41INTRODUCTION AL DERECHO CANONICO que el comportamiento de los individuos sea virtuoso, y consiguicntemen- te justo. Pese a la diferencia apuntada, existe una gran relacign entre el or- den juridico y el orden moral. A fin de cuentas, el hombre es célula y fundamento de la sociedad, y su bien personal esta ligado al bien de la comunidad: ambos se influyen mutuamente; de ahi que el orden de la persona sea inseparable del orden de Ja comunidad. Aspirar a una sociedad justa sin promover la virtud individual es una utopia; mientras que todo lo dirigido a que en la sociedad exista un orden recto, ademés de conducir a un mejor desarrollo humans, facilita el ejerci- cio de la justicia y la préctica del bien 7. POSITIVISMO JURIDICO El Derecho no es amoral, como tiende a considerarlo el positivis- mo juridico, que elude la fundamentacién de! Derecho humano en un orden superior. En esta corriente del pensamiento juridico pueden dis- tinguirse tres rasgos tipicos: a) considerar como verdadero Derecho tinicamente el Derecho positivo (proveniente de Ja voluntad humana); b) valorar las normas positivas prescindiendo de todo lo que trascienda dichas normas (las Unicas, para ella, cognoscibles y analizables); y ¢) negar o despreciar la Ley y el Derecho naturales como principios nor- mativos universales. Seguin esta concepcién, la Moral seria un fendmeno puramente subje- tivo e interior, fruto de un conjunto de principios condicionados por la his- toria, la opinién publica, la religidn..., e incluso por los sentimientos 6 la psicologia de la persona, pero desconectado en cualquier caso del orden juridico, que habria de considerarse radicalmente independiente y auténo- mo. Uno de los principales exponentes de estas posturas es el normativis- mo de Kelsen y otros autores. El positivismo juridico incluye ciertamente posturas no tan seve- ras, y ha ayudado a subrayar el valor de la ley positiva y la autonomfa que corresponde al Derecho. Pero si se sostiene ajustandose rigurosa- mente a los postuladas anteriores, conlleva notables peligros. En efec- to, la justicia 0 injusticia de una accién. o la condicién de la persona ante el Derecho, tendrfan entonces como unico referente la ley positi- va, con independencia de cualquier presupuesto natural, ético o moral. Legalidad seria lo mismo que racionalidad y licitud; y dependeria de lo 42 EL DERECHO COMO ORDEN SOCIAL JUSTO que estableciera en cada momento la autoridad. Una autoridad que, en los pafses democraticos, podria invocar quiza la voluntad de la mayo- ria para justificar sus normas (como ha sucedido cuando se ha legaliza- do el aborto o Ja eutanasia); pero que acabaria menospreciando asi la dignidad y derechos inherentes, ala persona humana. Esto puede hacer, ademas, que muchos ciudadanos leguen a desesti- mar la autoridad humana y la ley; cuando éstas, como el Derecho, son ne- cesarias en toda sociedad, y estin destinadas a proveer y garantizar el bien comin y él de cada persona. 43Capfruco I EL DERECHO EN LA IGLESIA 1, EXISTENCIA Y NECESIDAD DEL DERECHO EN LA IGLESIA La Iglesia es una comunidad mistérica, solo a la luz de la fe puede percibirse su completa realidad, portadora de vida divina (cf. CCE, 770 y 779). Pero es evidente que se presenta también en la tierra como un organismo visible y social, fuertemente radicado en el tiempo y en el espacio, dotado ya desde su inicio de una organizacion y de normas propias. y de un sistema de Derecho conocido como Derecho canéni- co; nombre que procede de una de sus principales fuentes: las coleccio- nes de sagrados c4nones (vide III, 2, b). La doctrina catélica ha entendido siempre e! Derecho como un factor necesario para la Iglesia in terris, un factor —en palabras de Juan Pablo II— connatural a su vida, El ordenamiento canénico no es un residuo de supuestas pretensiones temporalistas, ni una especie de superesiructura 9 un aiadido puramente humano a la naturaleza genui- na del Pueblo de Dios. El misterio de la Iglesia incluye originariamen- te elementos juridicos. Ha sido el mismo Jesucristo quien establecié su Reino en este mundo como un cuerpo social y visible, con una intrinse- ca dimensién de justicia, y quien confirié al ordenamiento de la Iglesia, mediante el] Derecho divino positivo (vide infra: 3, a), su nécleo mds especifico y esencial. 2. FUNDAMENTACION DEL DERECHO CANONICO, RAICES SACRAMENTALES a) Fundamento social La existencia y necesidad del Derecho canénico se han fundamen- tado cl4sicamente en da fndole socieiaria y jerdrquica del Pueblo de 45INTRODUCCION AL DERECHO CANONICO Dios. Cristo el Sefior, al Hevar a cabo el designio de Dios de santificar y salvar a los hombres no individualmente y aislados, sin conexién en- tre si, sino haciendo de ellos un pueblo (cf. LG, 9), quiso edificar «su Iglesia santa en la tierra, comunidad de fe, esperanza y amor, como un organismo visible» (LG, 8). De manera que el Cuerpo mistico de Cris- to y la sociedad dotada de érganes jerdrquicos «no han de considerar- se dos realidades distintas, sino que forman mds bien una realidad compleja, en la que estén unidos e] elemento humano y el divino» (LG, 8). Pues bien, esto supone ya la existencia de un ordenamiento: porque la instituci6n divina de la Jerarquia y los poderes a ella confiados com- portan una serie de relaciones juridicas, con los correspondientes debe- res y derechos (como los que entrafa el ministerio de los Pastores), que reclaman una adecuada regulacidn: y porque el propio hecho de que Ja tinica Iglesia de Cristo esté «constituida y ordenada en este mundo como sociedad» (LG, 8) exige necesariamente una ordenacién juridica, pues cualquier sociedad Ileva consigo un Derecho (vide I, 1). Que Ia Iglesia en la tierra retine desde sus orfgenes todos los elemen- tos esenciales para constituir una sociedad (segtin la descripcién de esos elementos ofrecida, p. ej., en CCE, 1880-1881), queda ya de manifiesto en las fuentes de la Revelacién, donde puede comprobarse que el nuevo Pue- blo de Dios: a) se presenta como una comunidad de personas bien diferen- ciada; b) estd dotado por Cristo de una estructura concreta; ¢) participa de la propia misin de Cristo, por la que tiende hacia unos objetivos especifi- cos; d) tiene una autoridad (jerdrquica) institida por el Seftor para dirigir- lo y lograr que todos sus miembros, «libre y ordenadamente, aleancen la salvacién» (LG, 18), es decir, el bien comuin tiltimo de Ja Iglesia: y ¢} esta llamado a perdurar en el tiempo, més atin, «hasta la consumacién de los siglos» (cf. Mt 18, 20). b) Fundamentacién juridico-realista Pero la argumentacién anterior, aun siendo perfectamente valida, no alcanza a explicar algunos contenidos y exigencias de justicia ca- racteristicos de la comunidad eclesial. De ahi el empefio de ciertos au- tores por desarrollar una fundamentacién del Derecho canénico toda- via mas radical, que muestra hasta qué punto la dimensidn de justicia es inherente al mysterium Ecclesiae. En esta exposicién partiremos del planteamiento de Hervada, que permite enlazar el realismo juridico clasico (vide 1, 2), aplicado al ordena- miento de la Iglesia, con razones mas eclesiolégicas. 46 EL DERECHO EN LA IGLESIA Si en la Iglesia todo fuera de todos o nada fuera de nadie, el Dere- cho canénico no tendria objeto. Sin embargo —como advierte Herva- da—, es evidente que en ella hay cosas que estdn repartidas, que per- tenecen a distintos sujetos y se les deben en estricta justicia. Hay deberes y derechos de los fieles, diversidad de miembros y de funcio- nes, de ministerios y oficios; Nay atribucidn de jurisdicciones, de bie- nes materiales... ¥ todo ello —que se debe en buena medida al propio ser de la Iglesia, y no solo a motivos praécticos— supone verdaderas re- laciones juridicas que corresponde contemptar al Derecho. i un ente eclesiastico alquila un local a otro, parece obvio que el pago del alquiler en sentido propio y estricto. Del mismo modo que, si corresponde en justicia al Obispo diocesano nombrar a su Vicario general. ninguna otra persona u organismo de la didcesis debe (ni puede) arrogarse esa competencia. Y as/ podrfan alargarse los ejemplos de cosas que estan repartidas en la [glesia —unas por disposicién humana, y otras (las mds fundamentales} por disposicién divina—, que e] Derecho canGnico y el canonista, cumpliendo cada uno con su papel, se encargan de decir de quignes son. c) Palabra, sacramentos y carismas en la fundamentacién del Derecho canénico Entre las relaciones de justicia que existen en la comunidad ecle- sial, se encuentran sin duda aquellas cuya tematica es més préxima a la de los ordenamientos civiles, como las relativas a la propiedad de los lugares de culto o a la retribucién de quienes dedican su entera activi- dad a tareas eclesidsticas. Pero también se dan elementos juridicos en aquellas realidades que, por su intima relacién con Ja economia salvifi- ca, forman parte del nicleo mas esencial y original de la Iglesia. Con- cretamente, en factores tan especfficamente eclesiales como la palabra de Dios, los sacramentos y los carismas, existe una dimensién de justi- cia; y una dimensién tan importante que, asf como la Iglesia crece y se estructura mediante dichos factores, sobre esa dimensién juridica esté enraizado y edificado todo el ordenamiento canénico. La Palabra, en efecto, es imprescindible para que los hombres se acerquen a la fe de la Iglesia —fides ex auditu (Rm 10, 17)— y, una vez en ella, se dispongan a seguir mas perfectamente al Sefior. Cristo confid el depdsito sagrado de su Palabra a fa Iglesia, y a través de la mi- sién otorgada a Pedro y a los demas Apéstoles, para que la desempetia- ran luego sus sucesores, instituyd el oficio del Magisterio, con el fin de garantizar su custodia y exposicién. Tado ello implica unos deberes y derechos entre los fieles y sus Pastores. Pero ademds, la Palabra misma 47INTRODUCCION AL DERECHO CANONICO tiene un carcter juridico, pues es un bien que no solo posee las notas de exterioridad y alteridad tipicas de la justicia, sino también —como hizo notar Mérsdorf-— su exigibilidad. La exterioridad y aiteridad son propias de la palabra en general y no precisan demostracién; por eso Mérsdorf se preocupé de explicar solo la exigibilidad, que se desprende de la obediencia que Cristo pide a su Pala- bra. y del poder conferide por EI a los Apéstoles para ensefiarla con su au- toridad y en su nombre. La palabra de Dios tiene asf una fundamental dimensién normati- va y juridica: es vinculante para los fieles (de modo maximo, cuando se trata de verdades de fe divina y catélica), hace surgir deberes y dere- chos, reclama determinados oficios y, en general, una adecuada estruc- turacién de la Iglesia para conservarla y anunciarla fielmente. Esto permite entender muchos elementos del Derecho candnico: el asentimiento que han de prestar los fieles a las ensefianzas del Magisterio auténtico; el derecho de los ficles a recibir una educacién cristiana y el conjunto de sus implicaciones (deberes y derechos de los padres, de los Pastores...}; el deber y el derecho al apostolado personal, etc. Los sacramenias son también medios por los que la Iglesia crece y se estructura segtin el designio de su Fundador. Y, al decir de Morsdorf, tanto en ellos como en la Palabra se sittia el fundamento eclesiolégico det Derecho canénico y de su juridicidad. La trascendencia jurfdica de Jos sacramentos se explica: Primero, per su propia indole, pues al ser «signos eficaces de la gracia, instituidos por Cristo y confiados a la Iglesia, por los cuales nos es dispensada la vida divina» (CCE, 1131), poseen no solo las caracte- rfsticas de exterioridad (son signos sensibles) y alteridad (suponen la existencia de un ministro y un sujeto), sino también de exigibilidad (han de celebrarse respetando siempre 1a norma dada para ellos por Cristo, asf como las legitimas disposiciones de la autoridad eclesiastica). De Jo contrario. gen qué quedaria la objetividad del signo?; mo se sa- bria que son los sacramentos de Cristo si no tuvieran unos elementos caracte- risticos que permiten reconocerlos? En segundo término porque, al haber sido instituidos en beneficio de los ficles (0 del hombre, si se trata del bautismo), y no ser propiedad de los correspondientes ministros, que en relacidn con ellos han de ac- tuar como ficles y prudentes administradores (cf. 1 Co 4, 1-2; Mt 24, 45), su dispensacién comporta exigencias de justicia: deberes y dere- chos. 48 FL DERECHO EN 1A [GLESIA Estas exigencias —como explica Hervada— se relacionan con la vir- tualidad ex opere operato de los sacramentos, cuya eficacia se funda en los méritos de Cristo, y no en Los del ministro, ni en los del sujeto. Por eso, aunque no exista ante Dios derecho alguno a los sacramentos —porque es Dios y porque son dones—, si el sujeto esté debidamente dispuesto, los pide oportunamente y no se I impide el Derecho (cf. c. 843 § 1), el minis- tro —que ha sido constituido en favor de fos hombres, en favor de los fie- Tes (cf. Hb 5, 1)— tiene el deber de conferfrselos (teniendo en cuenta que no hay un derecho a recibir el orden: vide XXVIIL, 3, 5). De ahi que LG, 37 afirme el derecho de todos los fieles «a recibir abundantemente de los sagrados Pastores los auxilios de los bienes espirituales de la Iglesia, prin- cipalmente la palabra de Dios y los sacramentos» (ef. c. 213). Y en tercer lugar, porque los sacramentos producen ex opere ope- rato, y en unidad de accidn, efectos ontoldgicos y juridicos, como es facil de advertir en el caso del bautismo y del orden, que tienen un pa- pel primordial en el crecimiento y estructuracién de Ja Iglesia y consti- tuyen un titulo de actividad para los fieles. «Todos los sacramentos —sefiala Hervada— contribuyen a la exis- tencia del Derecho de la Iglesia Pero todos ellos dependen del bautis- mo, que es la puerta de los demas, y del orden, que es el sacramento de la jerarquia eclesidstica. Gracias al bautismo hay miembros del Pueblo de Dios, Harnados a la vida sacramental; y gracias al orden, et Pueblo de Dios estd jerérquicamente estructurado». Las obligaciones y derechos de los fieles derivadas del bautismo (cc. 208-223), asi como las funciones minis- teriales a que destina el orden, dan idea de las importantes situaciones ju- ridicas que se fundan en estos dos sacramentos; aunque el papel central en la edificacidn de la Iglesia corresponde a la Eucaristia, hacia la que se or- denan todos los sacramentos y obras de apastolado, y por la que la Iglesia vive y crece continuamente (vide XXVI, 1). Los carismas, es decir, las «gracias del Espiritu Santo, que tienen directa o indirectamente una utilidad eclesial» (CCE, 799), tienen asi- mismo una dimensién juridica. Los verdaderos carismas —en expre- sién de Lombardfa— son también ftules de actividad para los fieles, recibidos del mismo Sefior y, por tanto, fundados en el Derecho divino. Los carismas auténticos, discernidos como tales por la Jerarquia —a la que compete proveer para que cooperen al bien comin (cf. CCE, 80i)—, pueden engendrar deberes y derechos; y no pocas veces dan lugar a nuevas instituciones. que contribuyen al desarrollo de la misién salvifica de la Iglesia. 49
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