Dualidad Onda Corpúsculo
Dualidad Onda Corpúsculo
Dualidad Onda Corpúsculo
Este es un hecho comprobado experimentalmente en múltiples ocasiones. Fue introducido por Louis-Victor
de Broglie, físico francés de principios del siglo xx. En 1924 en su tesis doctoral, inspirada en experimentos
sobre la difracción de electrones, propuso la existencia de ondas de materia, es decir que toda materia tenía
una onda asociada a ella. Esta idea revolucionaria, fundada en la analogía con que la radiación tenía una
partícula asociada, propiedad ya demostrada entonces, no despertó gran interés, pese a lo acertado de sus
planteamientos, ya que no tenía evidencias de producirse. Sin embargo, Einstein reconoció su importancia
y cinco años después, en 1929, De Broglie recibió el Nobel en Física por su trabajo.
Historia
Huygens y Newton
Apoyado en las premisas de sus contemporáneos, Newton propone que la luz es formada por pequeñas
partículas, con las cuales se explica fácilmente el fenómeno de la reflexión. Con un poco más de dificultad
y de un modo menos satisfactorio al no invocar la naturaleza ondulatoria, pudo explicar también la
refracción a través de lentes y la separación de la luz solar en colores mediante un prisma.
Debido a la enorme estatura intelectual de Newton, su teoría fue la dominante por un periodo de un siglo
aproximadamente, mientras que la teoría de Huygens fue olvidada. Con el descubrimiento de la difracción
en el siglo xix, sin embargo, la teoría ondulatoria fue recuperada y durante el siglo XX el debate entre
ambas sobrevivió durante un largo tiempo. Al finalizar el siglo xix, gracias a la teoría atómica, se sabía que
toda materia estaba formada por partículas elementales llamadas átomos. La electricidad se pensó primero
como un fluido, pero Joseph John Thomson demostró que consistía en un flujo de partículas llamadas
electrones, en sus experimentos con rayos catódicos. Todos estos descubrimientos llevaron a la idea de que
una gran parte de la Naturaleza estaba compuesta por partículas. Al mismo tiempo, las ondas eran bien
entendidas, junto con sus fenómenos, como la difracción y la interferencia. Se creía, pues, que la luz era
una onda, tal y como demostró el Experimento de Young y efectos tales como la difracción de Fraunhofer.
Cuando se alcanzó el siglo xx, no obstante, aparecieron problemas con este punto de vista. El efecto
fotoeléctrico, tal como fue analizado por Albert Einstein en 1905, demostró que la luz también poseía
propiedades de partículas. Más adelante, la difracción de electrones fue predicha y demostrada
experimentalmente, con lo cual, los electrones poseían propiedades que habían sido atribuidas tanto a
partículas como a ondas.
Esta confusión que enfrentaban, aparentemente, las propiedades de partículas y de ondas fue resuelta por el
establecimiento de la mecánica cuántica, en la primera mitad del siglo xx. La mecánica cuántica nos sirve
como marco de trabajo unificado para comprender que toda materia puede tener propiedades de onda y
propiedades de partícula. Toda partícula de la naturaleza, sea un protón, un electrón, átomo o cual fuese, se
describe mediante una ecuación diferencial, generalmente, la Ecuación de Schrödinger. Las soluciones a
estas ecuaciones se conocen como funciones de onda, dado que son inherentemente ondulatorias en su
forma. Pueden difractarse e interferirse, llevándonos a los efectos ondulatorios ya observados. Además, las
funciones de onda se interpretan como descriptores de la probabilidad de encontrar una partícula en un
punto del espacio dado. Quiere decirse esto que si se busca una partícula, se encontrará una con una
probabilidad dada por el cuadrado del módulo de la función de onda.
En el mundo macroscópico no se observan las propiedades ondulatorias de los objetos dado que dichas
longitudes de onda, como en las personas, son demasiado pequeñas. La longitud de onda se da, en esencia,
como la inversa del tamaño del objeto multiplicada por la constante de Planck h, un número
extremadamente pequeño.
A comienzo del siglo xix, con el experimento de la doble rendija, Young y Fresnel certificaron
científicamente las teorías de Huygens. El experimento demostró que la luz, cuando atraviesa una rendija,
muestra un patrón característico de interferencias similar al de las ondas producidas en el agua. La longitud
de onda puede ser calculada mediante dichos patrones. Maxwell, a finales del mismo siglo, explicó la luz
como la propagación de una onda electromagnética mediante las ecuaciones de Maxwell. Tales ecuaciones,
ampliamente demostradas mediante la experiencia, hicieron que Huygens fuese de nuevo aceptado.
Einstein llegó a la conclusión de que los electrones eran expelidos fuera del metal por la incidencia de
fotones. Cada fotón individual acarreaba una cantidad de energía E, que se encontraba relacionada con la
frecuencia ν de la luz, mediante la siguiente ecuación:
donde h es la constante de Planck (cuyo valor es 6,626 × 10−34 J·s). Solo los fotones con una frecuencia
alta (por encima de un valor umbral específico) podían provocar la corriente de electrones. Por ejemplo, la
luz azul emitía unos fotones con una energía suficiente para arrancar los electrones del metal, mientras que
la luz roja no. Una luz más intensa por encima del umbral mínimo puede arrancar más electrones, pero
ninguna cantidad de luz por debajo del mismo podrá arrancar uno solo, por muy intenso que sea su brillo.
Einstein recibió el Premio Nobel de Física en 1921 por su teoría del efecto fotoeléctrico.
En 1924, el físico francés, Louis-Victor de Broglie (1892-1987), formuló una hipótesis en la que afirmaba
que:
Para postular esta propiedad de la materia De Broglie se basó en la explicación del efecto fotoeléctrico, que
poco antes había dado Albert Einstein sugiriendo la naturaleza cuántica de la luz. Para Einstein, la energía
transportada por las ondas luminosas estaba cuantizada, distribuida en pequeños paquetes de energía o
cuantos de luz, que más tarde serían denominados fotones, y cuya energía dependía de la frecuencia de la
luz a través de la relación: , donde es la frecuencia de la onda luminosa y la constante de
Planck. Albert Einstein proponía de esta forma, que en determinados procesos las ondas electromagnéticas
que forman la luz se comportan como corpúsculos. De Broglie se preguntó que por qué no podría ser de
manera inversa, es decir, que una partícula material (un corpúsculo) pudiese mostrar el mismo
comportamiento que una onda.
El físico francés relacionó la longitud de onda, λ (lambda) con el momento lineal de la partícula, mediante
la fórmula, ( válida cuando ):
donde λ es la longitud de la onda asociada a la partícula de masa m que se mueve a una velocidad v, y h es
la constante de Planck. El producto es también el módulo del vector , o momento lineal de la
partícula. Viendo la fórmula se aprecia fácilmente, que a medida que la masa del cuerpo o su velocidad
aumenta, disminuye considerablemente la longitud de onda.
Esta hipótesis se confirmó tres años después con la observación de la difracción de electrones en dos
investigaciones independientes, tal como había sido observada con rayos X. En la Universidad de
Aberdeen, George Paget Thomson hizo pasar un haz de electrones a través de una delgada placa de metal y
observó los diferentes esquemas predichos. En los Laboratorios Bell, Clinton Joseph Davisson y Lester
Halbert Germer guiaron su haz a través de una celda cristalina.
La ecuación de De Broglie se puede aplicar a toda la materia. Los cuerpos macroscópicos también tendrían
asociada una onda, pero, dado que su masa es muy grande, la longitud de onda resulta tan pequeña que en
ellos sus características ondulatorias no se manifiestan de una manera detectable.
De Broglie recibió el Premio Nobel de Física en 1929 por esta hipótesis. Thomson y Davisson
compartieron el Nobel de 1937 por su trabajo experimental.
La propuesta de De Broglie también predice la interferometría de partículas. En particular, la interferometría
de una partícula individual se ha convertido en un clásico por su claridad a la hora de expresar los enigmas
centrales de la mecánica cuántica. Dado que demuestra la limitación fundamental de la capacidad del
observador para predecir los resultados experimentales, Richard Feynman la denominó "un fenómeno
imposible [...] de explicar de cualquier forma clásica, y que tiene en sí el corazón de la mecánica cuántica.
En realidad, encierra el único misterio [de la mecánica cuántica]." 1 En 1974, los físicos italianos Pier
Giorgio Merli, Gian Franco Missiroli y Giulio Pozzi realizaron el primer experimento de interferometría de
una sola partícula utilizando electrones y un biprisma (en lugar de rendijas), demostrando que cada electrón
interfiere consigo mismo tal y como predice la teoría cuántica.2 3 En 2018, la interferencia de una partícula
individual de antimateria ha sido demostrada por primera vez con positrones en el Laboratorio de
Positrones (L-NESS) a cargo de Rafael Ferragut en Como, Italia, por un grupo dirigido por Marco
Giammarchi.4
Una serie de experimentos enfatizando la acción de la gravedad en relación con la dualidad onda-
corpúsculo fueron realizados en la década de los 70 usando un interferómetro de neutrones. Los neutrones,
parte del núcleo atómico, constituyen gran parte de la masa del mismo y por tanto, de la materia. Los
neutrones son fermiones y esto, en cierto sentido, son la quintaesencia de las partículas. Empero, en el
interferómetro de neutrones, no actúan solo como ondas mecanocuánticas sino que también dichas ondas se
encontraban directamente sujetas a la fuerza de la gravedad. A pesar de que esto no fue ninguna sorpresa,
ya que se sabía que la gravedad podía desviar la luz e incluso actuaba sobre los fotones (el experimento
fallido sobre los fotones de Pound y Rebka), nunca se había observado anteriormente actuar sobre las
ondas mecanocuánticas de los fermiones, los constituyentes de la materia ordinaria.
En 1999 se informó de la difracción del fulereno de C60 por investigadores de la Universidad de Viena.5
El fulereno es un objeto masivo, con una masa atómica de 720. La longitud de onda de De Broglie es de
2,5 picómetros, mientras que el diámetro molecular es de 1 nanómetro, esto es, 400 veces mayor. Hasta
2005, este es el mayor objeto sobre el que se han observado propiedades ondulatorias mecanocuánticas de
manera directa. La interpretación de dichos experimentos aún crea controversia, ya que se asumieron los
argumentos de la dualidad onda corpúsculo y la validez de la ecuación de De Broglie en su formulación.
En cierto sentido la dualidad onda corpúsculo ha sido substituida por otro tipo de dualidad más sutil y no
resuelta, señalada por Roger Penrose: la dualidad entre evolución determinista (como función de onda) y
evolución aleatoria (colapso de la función de onda), por el cual la función de onda sufre un cambio abrupto,
irreversible y no determinista. Esta dualidad se llama usualmente problema de la medida. Si bien la
formalización de la teoría admite que existen los dos tipos de evolución y los experimentos lo corroboran,
no está claro a priori qué desencadena en último término un tipo u otro de evolución. Por esa razón tanto
Penrose como otros autores han señalado que la mecánica cuántica en su formulación actual no es una
teoría completa y resulta insatisfactoria. El propio Penrose ha señalado que existen razones teóricas para
suponer que una teoría unificada de la gravedad y la mecánica cuántica, la gravedad cuántica podría aclarar
dicha dualidad. Pero hoy por hoy esa otra dualidad no es comprendida adecuadamente.
Implicaciones filosóficas
La paradoja de la dualidad onda-corpúsculo es resuelta en el marco teórico de la mecánica cuántica. Dicho
marco es complejo y contraintuitivo, ya que nuestra intuición del mundo físico está basada en los cuerpos
macroscópicos que son ampliamente consistentes con la mecánica newtoniana y solo muy marginalmente
exhiben efectos cuánticos. Algunos de los efectos cuánticos incompatibles con la mecánica newtoniana son:
Cada partícula en la naturaleza, sea fotón, electrón, átomo o lo que sea, puede describirse en términos de la
solución de una ecuación diferencial, típicamente de la ecuación de Schrödinger (en el caso no relativista, o
la ecuación de Dirac en el caso relativista). Estas soluciones son funciones matemáticas llamadas funciones
de onda. Las funciones de onda contienen información sobre el comportamiento cuántico de las partículas
que se pueden difractar e interferir unas con otras e incluso consigo mismas, además de otros fenómenos
ondulatorios predecibles descritos en el experimento de la doble rendija.
Mientras la mecánica cuántica hace predicciones precisas sobre el resultado de dichos experimentos, sus
implicaciones filosóficas aún se discuten ampliamente. Dicho debate ha evolucionado como una ampliación
del esfuerzo por comprender la dualidad onda-corpúsculo. ¿Qué significa para un protón comportarse como
onda y como partícula? ¿Cómo puede ser un antielectrón matemáticamente equivalente a un electrón
moviéndose hacia atrás en el tiempo bajo determinadas circunstancias, y qué implicaciones tiene esto para
nuestra experiencia unidireccional del tiempo? ¿Cómo puede una partícula teletransportarse a través de una
barrera mientras que un balón de fútbol no puede atravesar un muro de cemento? Las implicaciones de
estas facetas de la mecánica cuántica aún siguen desconcertando a muchos de los que se interesan por ella.
Algunos físicos íntimamente relacionados con el esfuerzo por alcanzar las reglas de la mecánica cuántica
han visto este debate filosófico sobre la dualidad onda-corpúsculo como los intentos de sobreponer la
experiencia humana en el mundo cuántico. Dado que, por naturaleza, este mundo es completamente no
intuitivo, la teoría cuántica debe ser aprendida bajo sus propios términos independientes de la experiencia
basada en la intuición del mundo macroscópico. El mérito científico de buscar tan profundamente por un
significado a la mecánica cuántica es, para ellos, sospechoso. El teorema de Bell y los experimentos que
inspira son un buen ejemplo de la búsqueda de los fundamentos de la mecánica cuántica. Desde el punto de
vista de un físico, la incapacidad de la nueva filosofía cuántica de satisfacer un criterio comprobable o la
imposibilidad de encontrar un fallo en la predictibilidad de las teorías actuales la reduce a una posición nula,
incluso al riesgo de degenerar en una pseudociencia.
Aplicaciones
La dualidad onda-corpúsculo se usa en el microscopio de electrones, donde la pequeña longitud de onda
asociada al electrón puede ser usada para ver objetos mucho menores que los observados usando luz
visible.
Véase también
Cuanto
Electromagnetismo
Energía
Mecánica ondulatoria
Movimiento ondulatorio
Luz
Masa
Referencias
1. Feynman, Richard P.; Robert B. Leighton; Matthew Sands (1965). The Feynman Lectures on
Physics, Vol. 3. Addison-Wesley. pp. 1.1-1.8. ISBN 978-0201021189.(en inglés)
2. Merli, P G; Missiroli, G F; Pozzi, G (1976). «On the statistical aspect of electron interference
phenomena». American Journal of Physics 44 (3): 306-307. Bibcode:1976AmJPh..44..306M (http://
adsabs.harvard.edu/abs/1976AmJPh..44..306M). doi:10.1119/1.10184 (https://dx.doi.org/10.1119%2F1.10184).
(en inglés)
3. Rosa, R (2012). «The Merli–Missiroli–Pozzi Two-Slit Electron-Interference Experiment» (http
s://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4617474). Physics in Perspective 14 (2): 178-
194. Bibcode:2012PhP....14..178R (http://adsabs.harvard.edu/abs/2012PhP....14..178R). PMC 4617474 (https://
www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4617474). PMID 26525832 (https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/26525
832). doi:10.1007/s00016-011-0079-0 (https://dx.doi.org/10.1007%2Fs00016-011-0079-0).(en inglés)
4. Sala, S.; Ariga, A.; Ereditato, A.; Ferragut, R.; Giammarchi, M.; Leone, M.; Pistillo, C.;
Scampoli, P. (2019). «First demonstration of antimatter wave interferometry» (https://www.nc
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Bibcode:2019SciA....5.7610S (http://adsabs.harvard.edu/abs/2019SciA....5.7610S). PMC 6499593 (https://www.
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5. Nature, volumen 401, páginas de la 680 a 682: Wave-particle duality of C60 por M. Arndt, O.
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Naturaleza onda corpúsculo del Fulereno C60 (https://web.archive.org/web/2004092516441
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Bibliografía
R. Nave. Dualidad Onda-Corpúsculo (http://hyperphysics.phy-astr.gsu.edu/hbase/mod1.htm
l) HyperPhysics. Georgia State University, Department of Physics and Astronomy. (en
inglés)
Anton Zeilinger. Difracción e interferencia con el fulereno C60 (https://web.archive.org/web/2
0060208104701/http://www.quantum.univie.ac.at/research/matterwave/c60/index.html).
University of Vienna. (en inglés)
Enlaces externos
Laboratorio de Positrones (https://www.positron.fisi.polimi.it/) (L-NESS)
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