PANOCHA

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PANOCHA

Por: Yisrael Rain


Código: 0820222034
Técnico en producción de audio y video

Adaptación del libro titulado “Las aventuras de Pinocho” por Carlo Collodi

En el litoral se oyen rumores, a veces son rumores tristes y otras alegres. La mayoría de las veces se trata de chismes,
información falsa, difamaciones. También hay conversaciones decisivas, relatos inverosímiles, revelaciones de secretos
inconfesables… Algunos de estos relatos son monótonos pero otros entretenidos, como la conversación que oiremos a
continuación.

La Abuela: Mija, venga acomodese un ratico aquí a mi lao.


(La señora Dolores, de 75 años invita a su nieta a escucharla haciendo un gesto con la mano)
La Nieta: Ya voy mami, déjeme terminame esta trenza.
(Al terminar de arreglarse la trenza, la nieta se acurruca al lado de su abuela.
La Abuela: Habia una ve, un viejo al que llamaban Chapeto
La Nieta: ¿Chapeto? ¿Ese nombre que es qué?
La Abuela: Chapeto porque el era un tipo que siempre andaba tomao y entonce le pusieron así. Se había dedicao a facé la
de carpintero, porque él era el más felís tallando juguete de palo pa los muchacho en su campo. Bueno pué…
Un buen día, se hizo una muñeca de un palo muy bueno, creo que era pino y le puso disque Panocha.
La Nieta: Ay! ese es mucho nombre pué! (La jovencita suelta una risa pícara)
La Abuela Yo no sé, así me lo contaron a mí. (responde sonriendo también) Por la noche, una bruja de azul se entró pa
dentro el taller del viejo ebanista y el taba dormio:
—Don Chapeto — Uste hizo a los demá tan felís que le voy a cumplí el deseo de sé papá.
Chilladita, la bruja de azul tantió la muñeca con su varita e virtú:
—¡Despertáte, muñequita e pino… despertáte! ¡Hoy el regalo de la vida es pa vo!
Y en un abrí y cerrá de ojo, la bruja de azul le dio vida a la Panocha.
La Nieta: ¡Que viva la Panocha! (Se ríe)
La Abuela: No me interrumpás vé. (La manotea suave y ríe con ella)
Bueno, resulta que la bruja le dijo a la Panocha: si sos valiente, sincera y desinteresada, cuando vuelva te voy a convertí
en una niña de verdá ——. Luego fue onde un niñodios llamao PP Bicho, que vivía en la matera de las flores de Chapeto.
Y la bruja le dijo—, PP Bicho — tenés que ayudá a la Panocha. Vos vas a vé por ella y quiero que le enseñés lo bueno y
lo malo. Ya pue… Al otro día, don Chapeto bien picao mandó a su muchachita de mentira a la escuela, pero como no
tenía niuno, quemó un buzo pa comprale los cuaderno con estiquer:
— Panocha, PP Bicho te va a llevá —dijo Chapeto —. Hacéme el favor no te vas a distraé y llegá a la escuela temprano.
La Nieta: ¡Bian!.
La Abuela: La Panocha salió, pero nunca llegó a la escuela. La hembra se olvidó fue de los dicho de PP Bicho y quemó
los libro pa comprá una boleta pal teatro de las marioneta. Cuando Panocha comenzó a baila con las marioneta,
La Nieta: Cre…
La Abuela: Perate. Entoce el manejador embelesao con las pirueta de la niña de palo, le dijo que si quería metese a su
combo de marioneta. Ahí mismito La Panocha dijo que sí, muñída.
La Nieta: jejeje.
La Abuela: La cosa es que, las intencione de ese desgraciao manejador eran otra; lo que quería era tapase en plata con la
única marioneta viva de toda la bolita del mundo. Ahí mismito, cogió a la Panocha y a PP Bicho y los encerró en un
cuarto. Entonce fué que la Panocha se dio cuenta el enrriedo en que taba y se puso a llorá. Cuando que PUM! Doña bruja
fue apareciendo.
La Nieta: Llegó a salvála.
La Abuela: Es que la bruja sabía por qué habian empresao a la Panocha, pero con todo y eso, le preguntó:
— Panocha, ¿por qué te metieron presa?
La Nieta: Por andá echa la arrecha. (Se ríe otra vez).
La Abuela: Perate hombre. La Panocha taba metiéndole cuento, pero entonce algo raro le cogió. El gallo se le fue
agrandando y agrandando. entre más mentía, más le crecía. ¡Tenía era un bulto ahí en el jean!
La Nieta: ¡Ay no!
La Abuela: Y la bruja le dijo—Cada vez que digás una mentira, te va a crecé el gallo — .
Dijo la Panocha: —¡No no!, eso parece un chichí, déjelo como taba—, ya no vuelvo a mentí.
Pero al otro día, esa atembada de la Panocha no se cuadró fué con un muchacho yendo pa la escuela?
La Nieta: ¿Coooomo?
La Abuela: Siii, pero él la sonsacó. Como andaba afisiao (de calor) le dijo:—Vení conmigo a la playa del Bajito. ¡Ayá
todos los días parece Domingo! —dijo el pelao emocionao—. Hay brisa, puro monte, hay icaco y lo mejor de todo, ¡no
tenés que í a la escuela!
Y olvidándose otra vez los consejos de la bruja y PP Bicho, La Panocha salió fué arriada con el muchacho a la playa El
Bajito. No alcanzó a llega llegá y ya taba gozando, comiendo frutica en su monte.
La Nieta: ¡Ájo! Pero no perdía tiempo… (Dijo la joven sonriendo mientras miraba a su abuela)
La Abuela: Mija, cuando que, las orejas de la Panocha y del muchacho con el que taba en el Bajito empezaron a alargase.
Por paviase la clase, ¡se estaban convirtiendo en mula!
La Nieta: Ayyy…
Convertidos en mula, Panocha y el muchacho pasaron por la feria. Los persiguieron pero a ella sola la agarraron. La jefa
de las tienda puso a camellá a la Panocha sin descansá. Allí, la Panocha se raspó un poquito mientra hacía lo suyo y ya no
quería hecé má.
La Nieta: Pobrecita.
La Abuela: Eso no es na. Bravisima, la jefa la botó al agua con todo y PP Bicho.
Ayá abajo, en lagua, el secreto se dañó y Panocha de mula volvió a sé muñeca, pero un mero grandísimo que andaba por
ahi abrió la tarampa y se la tragó completica. En lo oscuro de la barriga del mero, La Panocha taba chillando mientra PP
Bicho hacía de consolador. Ahí fue que ella topó a Chapeto en su potrillo:
La Nieta: ¿Cómo así? ¿también? (Se ríe y su abuela tambien)
La Abuela: Si, y le dijo:—Mija, la taba buscando por aire, tierra y hasta por mar cuando el mero me tragó. ¡Toy felís de
habemela encontrao! —dijo Chapeto.
La Nieta: Jum! Toy segura de que taba era siguiendola.
La Abuela: ¿No sería? La cosa es que se dieron un abrazo con gana y la Panocha empezó a decí toda llorosa:
—De aquí en adelante voy a sé buena y voy a comprometéme—.
La Nieta: (Se ríe de nuevo)
La Abuela: En viendo que el mero taba dormío, Chapeto, Panocha y PP Bicho encendieron fogata allá adentro. Ese
animal rebalzó, estornudó y salieron chispiao por la trompa porque la candela lo puso maluco. Despué, (no sé cómo
diablo), llegaron a su casa. Pero el Chapeto cayó enfermó. Ahí mismo la Panocha lo hizo comé y lo cuidó con mañita y
buenespera.
La Nieta: Tan buena ella.
La Abuela: Siii, eso decía que que:—Papi, Yo voy a í a la escuela y voy a sudá pepiao pa que uste este bien orgulloso—.
Cumpliendo su palabra, La Panocha le pegó durísimo al estudió ayá en la escuela. Entonce un día pasó una cosa… pero
Loooca. La bruja se le apareció planchando almuada y le dijo:
La Nieta: ¿Qué le dijo?
La Abuela: — Panocha, como sos valiente, sincera y tenés un corazón bueno y sin mancha, merecés convertite en una
niña de verdá.
La Nieta: Ayyy…
La Abuela: Sii. Así fué como la niña de mentira se despertó convertida en una niña de verdá. Chapeto y Panocha vivieron
felices por siempre.
La Nieta: Mi abuela… ¿De ónde es que saca tanta cosa?
La Abuela: Uno aprende mija.

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