GIMENEZ, EUGENIA (Monografía Lit Argentina I)
GIMENEZ, EUGENIA (Monografía Lit Argentina I)
GIMENEZ, EUGENIA (Monografía Lit Argentina I)
DOCENTES:
-CLAUDIA TORRE.
-MARCOS SEIFERT.
ALUMNA:GIMENEZ EUGENIA.
DNI:43.506.171.
FECHA DE ENTREGA:23/11.
A MODO DE INTRODUCCIÓN:
Las mujeres durante los siglos XVIII y XIX como explica Lojo, eran consideradas
más débiles a diferencia del género masculino y se las situaba inmediatamente en el ámbito
doméstico. Esto es así ya que si la mujer era sumisa, sabía cocinar, limpiar y coser estaba
destinada a casarse, vivir dentro de los límites del hogar y la crianza de sus hijos alejadas de
la vida pública. Por esta razón la hipótesis a exponer se basa en que los personajes de estos
cuentos eran personajes femeninos que salían al mundo e intentan cambiar de alguna manera
la visión que se tenía de las mujeres en el mundo ,con un gran potencial.
En primer lugar se vamos a hablar de la transgresión dada como una nueva forma de
concebir lo femenino en el cuento “El ramito de romero”, pero primero mencionaremos a
Raimundo, un joven estudiante de medicina que descree en los aspectos espirituales. A su
vez, este muchacho rechaza a lo femenino y su opinión de ello es clara:”...Ya conoces tu mi
opinión sobre la mujer,o sea el elemento femenino de la creación;contribuir al desarrollo vital
y nada más;lo contrario no es sino sentimentalismo enfermizo que pasará (...) nada hay que
me encante como esa timidez respetuosa de la mujer,en presencia del hombre,homenaje tácito
del débil ante el fuerte…” (pág 126).
Por ende, desde esta cita, podemos ver cómo las mujeres tenían un papel inferior al
de los hombres, asociadas a lo caótico e irracional, como menciona Lojo en “El ramito de
romero de Eduarda Mansilla, o el conocimiento bajo especie femenina”, mientras que la
masculinidad se encuentra ligada a una figura de autoridad por encima de la mujer.
La visión de la mujer en este relato se presenta de manera detallada y compleja como
un amor hipotético. A través de la narrativa, se exploran diversos aspectos de la figura
femenina.
Es así, como en principio es visto con la protagonista femenina llamada Luisa,prima
de Raimundo, con el cual se encuentra e intenta corregir su postura al escucharlo hablar sobre
las mujeres: "...Vas por mal camino, Raimundo; esto causará la perdición de tu alma…” (p.
101)
Él siguió con su pensamiento:”...¡Pobrecilla!¡Cuán ridícula me parece en esos
momentos! Ya conoces tú mi opinión sobre la mujer, o sea el elemento femenino en la
creación;contribuir al desarrollo vital y nada más;lo contrario no es sino sentimentalismo
enfermizo que pasará …”(p.101)
Luego, de un día cansador al charlar con su prima, después de que ella le haya
obsequiado un “Ramito de romero” se dirige al anfiteatro de la Escuela de Medicina y éste
localiza una mesa de mármol donde se colocaban los cadáveres, es allí, cuando fija su mirada
y puede observar un brazo de una “forma perfecta” que lo atrajo de una “irresistible fuerza”.
Aquel brazo era de una mujer muerta, que no lo dejaba ni pensar en el conocimiento
científico, sino que la veía como una diosa “...Pero no era esa la atracción principal de aquella
hermosura perfecta, cuyo porte de diosa se modelaba a través de los pliegues de la
cubierta…” (p.104)
A esta segunda mujer importante se la sitúa como poseedora del conocimiento que
lleva a Raimundo a tener un cambio en su subjetividad.
La autora Lojo nos plantea que “la mujer salva la realidad de Raimundo” haciéndole
ver una duda personal sobre la concepción que él tenía sobre las mujeres y preguntarse si era
correcto lo que él pensaba. Es así, como se ve en la hipótesis planteada, que la mujer pudo
finalmente vencer la visión que se tenía de su figura. Para concluir con lo mencionado hasta
aquí,la autora Lojo da a conocer que :”...El héroe de Eduarda en cambio, comprende para su
dicha,que los sentidos participan de lo espiritual, que la mujer puede ser guía y compañera,y
que los cuerpos -celestes y terrestres- no son ajenos a la luminosa inmortalidad…”
En segundo lugar, en el cuento “Dos cuerpos para un alma” de la autora Eduarda
Mansilla. También hay una nueva forma de ver lo femenino y lo masculino.
El relato comienza cuando el protagonista, el príncipe Zoutzo ,conoce a una dama
Baronesa en su viaje a París y la describe de esta manera :”...Al pasar cerca de mí, sus tules
esponjosos me rozaron levemente:un estremecimiento dulce y cruel a la vez agitó todo mi
ser…”, es en este momento, donde el príncipe pierde por completo la cabeza, su cordura y la
razón , a pesar de estar a punto de casarse con Iltsa Petrowna.
Guiado por su corazón y pasión, tuvo que buscar ayuda de su profesor para saber qué
hacer con respecto a esas dos mujeres por las que sentía pasión porque dudaba. Este hombre,
no lo ayuda sino que lo incita a que desdoble su cuerpo entre estos dos seres.
Al final, las dos mujeres que le dan protagonismo a este relato lo abandonan. La
Baronesa y Ilsta fueron dos mujeres que a lo largo del cuento de Eduarda Mansilla,
transformaron la figura en las que se la veía por parte de los hombres,un ejemplo de ello, es
que la mayoría de las veces se tomo a estas dos mujeres como si fueran un tipo de arte físico.
Pero la mujer se fue mostrando como un ser complejo, con emociones y pensamientos
profundos, más que una imagen, desafiando estereotipos de la época,desarmando el concepto
de lo masculino al dejar con “locura” a Zoutzo al final del relato por la falta de razonamiento
por sus hechos cometidos, su infidelidad por parte de su prometida y tratar como un “trofeo”
a la Baronesa y tentar su “ego” para lograr tenerla.
Por último, en “El guante negro “ se ve representado como las mujeres se encargaban
del cuidado y comodidad de los hombres, mientras estos las veían como un trofeo el cual
conservar por su belleza y utilidad. Isabel ha sido engañada, su corazón fue destruido a causa
de la infidelidad de Wenceslao porque podemos considerar que no mostraba culpa o
arrepentimiento de lo ocurrido hasta que Isabel supo la verdad. Ella, herida y rencorosa, le
muestra su mal gusto ante la situación, el rechazo que le tiene ahora junto con su decepción,
mientras que Wenceslao desesperado suplica por un perdón “...-Todo se ha acabado entre
nosotros-dijo ella en voz triste pero firme.
¡Oh! ¡Isabel! ¿Rehúsas escucharme? Dignate entonces decir tú misma, amada mía.
¿qué podré hacer para convencerte de que ninguna otra imagen se ha acercado jamás al
santuario que tienes en mi corazón? ¡Habla! Si es necesario descender al infierno para
rescatar tu amor, allí bajaré…” (pág 97)
Isabel pone una condición y deseo que quiere para conceder su perdón, Wenceslao
duda pero lo hace por "su amor" pero más por orgullo de que Isabel le siga perteneciendo.
Isabel actuó bien al no perdonar inmediatamente solo por el arrepiento de Wenceslao.
Las mujeres solían tomar el papel de ciegas y perdonar la ruptura de su confianza
solo por miedo a lo que podía suceder luego al no tener el apoyo de su amado, ella tuvo una
gran respuesta al no dejar que la infidelidad la destruya “...¡Adiós, Wenceslao!-le dijo-.Esta
es la última vez que pronuncio vuestro nombre, ese nombre que mi labio se complacía en
repetir sin cesar porque resonaba en mi corazón como una deliciosa música. ¡Adiós para
siempre! Amad en paz a esa Manuela Rosas cuyo gaje de amor lleváis sobre el corazón; y
cuando penséis en Isabel, recordadla sin remordimientos, pues vuestra perfidia la ha
conducido al camino del deber. al mismo tiempo que a vos al de los honores y la dicha…”
(pág 97)
Se considera que en estos tres cuentos escritos por autoras argentinas muy
importantes durante el siglo XIX se puede apreciar un “quiebre” sobre lo que creíamos que
eran los rasgos femeninos diferenciados de los rasgos masculinos.
En estas historias podemos ver cómo se lleva a cabo lo señalado por el texto crítico
de Lojo :”... Los estereotipos de época:La mujer hecha para la sumisión, a partir de su
inteligencia inferior y de su cuerpo frágil, la mujer demonizada por su sexualidad (tan temible
como incomprensible) se desarticulan completamente. Es de notar cómo se invierte, sobre
todo, el ícono de la "mujer caída…”(Lojo,2002)
A MODO DE CONCLUSIÓN:
Los cuentos y las citas mencionadas nos llevan a dar cuenta que la hipótesis
planteada al principio es cierta ya que la figura femenina no solo pudo cambiar el destino que
por años se veían destinadas a ser :“un objeto débil” que no carecía de carácter y un nulo
razonamiento, sino que lograron ser mucho más de lo que se esperaba que fueran rompiendo
cierto rol que tenía la figura masculina desde cierto período,como más inteligencia, más
dignidad y podemos decir que ya no es exacto el calificativo de fuerte, aplicado al sexo
masculino, ni el de débil al femenino, porque a medida que los hombres se han hecho débiles,
las mujeres se han hecho más fuertes como se ve en cada uno de estos relatos.
BIBLIOGRAFÍA: