Unidad 3
Unidad 3
Unidad 3
Recién hacia finales del siglo XIX, Thomson demostró que los rayos catódicos se
desviaban en un campo eléctrico.
En algunos experimentos se colocaron, por fuera del tubo de rayos catódicos, dos
placas cargadas eléctricamente y un electroimán. Cuando se conecta el campo magnético y el
campo eléctrico permanece desconectado, los rayos catódicos alcanzan el punto A del tubo.
Cuando está conectado solamente el campo eléctrico, los rayos llegan al punto C. Cuando
tanto el campo magnético como el eléctrico están desconectados, o bien cuando ambos están
conectados pero se balancean de forma que se cancelan mutuamente, los rayos alcanzan el
punto B. De acuerdo a la teoría electromagnética, un cuerpo cargado, en movimiento, se
comporta como un imán y puede interactuar con los campos magnéticos y eléctricos que
atraviesa. Debido a que los rayos catódicos son atraídos por la placa con carga positiva y
repelidos por la placa con carga negativa, deben consistir en partículas con carga negativa.
Actualmente, estas partículas con carga negativa se conocen como electrones.
e
1,76 . 10 8 C / g
m
ionizadas se adhieren a la gota de aceite. Una vez entre las placas, dicha gota es iluminada por
una lámpara de arco situada lateralmente, observándose su movimiento por medio de un
microscopio de poca potencia enfocado al centro de las placas. El experimento consistió en
medir velocidades de caída o de ascenso de la gota, en ausencia de campo eléctrico o
aplicando diferentes intensidades de campo eléctrico. Los valores de carga obtenidos fueron
múltiplos de 1,6 x 10-19 Coulombios, por lo cual dedujo que esa era la carga de un electrón, ya
que podían adherirse a la gota de aceite uno o más de ellos. Así el valor de la carga del
electrón determinado por Millikan fue de:
e 1,6 . 10 19 C
A partir de la cual fue posible determinar la masa del electrón:
carga del e 1,6x10-19 C
m 9,10x1028 g
1,76x108 C/g 1,76x108 C/g
positivas se forman cuando los rayos catódicos desprenden electrones de los átomos gaseosos
neutros. Se producen partículas positivas diferentes cuando se emplean gases distintos, pero
todas las cargas positivas son múltiplos del valor que se obtiene cuando se utiliza hidrógeno
gaseoso.
Ya para 1904 se habían reunido suficientes
indicios para sugerir que sin lugar a dudas los átomos
estaban formados por partículas más pequeñas.
Thomson había comprobado la existencia de los
electrones y Goldstein había demostrado que también
se formaban partículas positivas. Thomson propuso
entonces un modelo atómico formado por cargas
negativas (electrones) dispersas entre un número igual
de cargas positivas (protones). A este modelo se lo
conoce como el ―pudín de pasas‖. El modelo de
Thomson resultó ser incorrecto pero ofrecía una
explicación de los hechos que se conocía hasta ese
entonces.
Experiencia de Rutherford
En 1910, Ernest Rutherford, junto a otros científicos, efectuaron una serie de
experimentos haciendo impactar rayos en láminas muy delgadas de oro y otros metales.
Ellos observaron que la mayoría de las partículas atravesaban la lámina sin desviarse, o bien
se desviaban ligeramente. De vez en cuando, algunas partículas eran desviadas de su
trayectoria con un gran ángulo, y ¡en algunos casos, las partículas regresaban por la misma
trayectoria hacia la fuente radiactiva! Éste fue el descubrimiento más asombroso ya que según
el modelo atómico de Thomson, la carga positiva era tan difusa que se esperaría que las
partículas atravesaran la lámina sin desviarse o con una desviación mínima.
Tiempo después
Rutherford pudo explicar los
resultados del experimento
utilizando un nuevo modelo de
átomo, en el cual la mayor
parte del mismo debe ser un
espacio vacío. Esto explica
porqué la mayoría de las
partículas atravesaron la
lámina de oro sufriendo poca o
ninguna desviación.
Rutherford propuso que las
cargas positivas de los átomos
estaban concentradas en un
denso conglomerado central
dentro del átomo, que llamó
núcleo. Cuando una partícula
pasaba cerca del núcleo,
actuaba sobre ella una gran
fuerza de repulsión, lo que
originaba una gran desviación.
Más aún, cuando una partícula
incidía directamente sobre el
núcleo, experimentaba una
repulsión tan grande que su
trayectoria se invertía por Experimento de Rutherford y colaboradores
completo.
Espectroscopía
La luz, como la que emite el sol o una bombita
incandescente, es una forma de energía radiante.
Cuando se hace pasar a través de un prisma la luz
blanca, ésta se separa en un espectro continuo o
arcoiris de colores. Los diferentes colores de la luz
indican cantidades distintas de energía radiante. La
luz azul contiene más energía que la luz roja de la
misma intensidad.
Además de la luz visible existen otras formas
de energía radiante, como los rayos gamma, la
radiación ultravioleta y la radiación infrarroja. Todas
estas formas de energía radiante, o radiación electromagnética, viajan por el espacio a razón
de 3x108 m/s: la velocidad de la luz. Este tipo de radiación viaja en ondas. La distancia entre
crestas (o cualquier otro punto equivalente) se denomina longitud de onda y se representa
mediante la letra griega (lambda). El número de crestas que pasan por un punto determinado
en un segundo recibe el nombre de frecuencia, y se representa por la letra griega (un). La
velocidad de la onda se obtiene multiplicando la longitud de onda por la frecuencia. En el caso
de las radiaciones electromagnéticas, la velocidad de la onda se representa por la letra c, y
como hemos dicho tiene un valor de 3x108 m/s.
. c 3x108 m / s
en unidades :
m. 1 / s m / s
Las radiaciones que emiten una sola longitud de onda se denominan monocromáticas.
La mayoría de las fuentes de radiación comunes, incluidas las estrellas y las bombillas,
producen radiación que contiene muchas longitudes de onda distintas. Si separamos en sus
diversos componentes de longitud de onda la radiación de tales fuentes, obtenemos un
espectro.
La luz visible abarca tan sólo una pequeña fracción del espectro electromagnético total.
Nuestros ojos perciben longitudes de onda que van desde los 400 nm (luz violeta) hasta los
750 nm (luz roja).
c 3x108 m
c . s 0,75 x1015 1 7,15 x1014 Hertz
7
4 x10 m s
Para la luz rojo, cuya longitud de onda máxima es 750 nm = 7,5x10 -7 m, le
corresponde una frecuencia:
c 3x10 8 m
c . s 0,4 x1015 1 4 x1014 Hertz
7,5 x10 7 m s
Vemos entonces que la frecuencia disminuyó de 7,5x10 14 Hertz hasta 4x1014 Hertz.
Como hemos visto, la luz blanca se descompone produciendo un espectro continuo con
frecuencias comprendidas entre 4x10 14 Hertz y 7,5 x1014 Hertz. Pero no todas las fuentes de
radiación producen un espectro continuo.
El vapor de sodio produce una luz amarilla característica de algunos sistemas de
alumbrado público. Otras sustancias químicas emiten luz de colores diferentes.
Si la luz de una llama producida por el calentamiento de una sustancia química se hace
pasar a través de un prisma, sólo se observarán líneas coloridas angostas en vez del espectro
continuo que se observa cuando se hace pasar luz blanca por el prisma. Cada línea
corresponde a luz de energía y frecuencia definida.. El patrón específico de líneas coloridas y
frecuencias emitidas por cada elemento, es decir su espectro de líneas, es una propiedad
característica del elemento. El espectro de líneas permite identificar a un elemento y se utiliza
un instrumento denominado espectroscopio para observar este espectro.
La física clásica asumía que los átomos y las moléculas emitían o absorbían cualquier
cantidad de energía radiante. El físico alemán Max Planck resolvió el problema al proponer que
los átomos y las moléculas emitían o absorbían energía sólo en cantidades discretas, como
pequeños paquetes. A la mínima cantidad de energía que se podía emitir o absorber en
forma de radiación electromagnética, Planck la llamó cuanto. La energía de un solo cuanto de
energía está dada por:
E h.
dónde h es la constante de Planck, cuyo valor es de 6,63x10 -34 J s, y es la frecuencia de la
radiación.
Según la teoría de Planck la energía siempre se emite o absorbe en múltiplos de h, por
ejemplo h,2 h,3 h, etc.. Decimos que las energías permitidas están cuantizadas, o sea que
sus valores están restringidos a ciertas cantidades. La revolucionaria propuesta de Planck
resultó ser correcta y se le galardonó con el Premio Nobel de Física en 1918 por su trabajo
sobre la teoría cuántica.
El efecto fotoeléctrico
Algunos años después de que Planck presentara su teoría, los científicos comenzaron a
percibir su aplicabilidad. En 1905 A. Einstein usó la teoría cuántica de Planck para explicar el
efecto fotoeléctrico, que se ilustra en la figura. Se había observado que la incidencia de luz
sobre una superficie metálica limpia hace que la superficie emita electrones. Para cada metal
hay una frecuencia mínima de luz por debajo de la cual no se emiten electrones.
Para explicar el fenómeno fotoeléctrico Einstein supuso que la energía radiante que
incidía sobre la superficie metálica es una corriente de diminutos paquetes de energía. Cada
paquete de energía se comporta como una pequeñísima partícula de luz y se denomina fotón.
Extendiendo la teoría cuántica de Planck, Einstein dedujo que cada fotón debía tener una
energía proporcional a la frecuencia de la luz E = h.. Así, también la energía radiante está
cuantizada.
Sin embargo, la teoría de Einstein de la luz presenta un dilema ¿es la luz una onda o se
compone de partículas? Hasta la fecha la única forma de resolver el dilema es considerar que
la luz posee propiedades tanto de onda como partículas. Se considera así la naturaleza onda-
corpuscular de la luz.
El principio de incertidumbre
Para describir el problema que significa localizar una partícula
subatómica, Heisenberg formuló una teoría que ahora se conoce
como principio de incertidumbre de Heisenberg: es imposible
conocer con certeza el momento p (masa por velocidad) y la
posición de una partícula simultáneamente.
Se reconoce el comportamiento ondulatorio del electrón.
Densidad electrónica
El físico Shrödinger propuso una ecuación matemática que en un átomo de H
incorpora los comportamientos tanto ondulatorio como corpúscular
del electrón. A través de estas ecuaciones se puede determinar la densidad electrónica, es
decir en zonas de alta densidad electrónica es posible que se halle un electrón. Se define
entonces como orbital a una zona del espacio dónde es posible encontrar un electrón.
Podemos entonces ejemplificar la evolución de los modelos atómicos con la siguiente
figura:
Schrödinger (1926)
(modelo de nube de
electrones)
Dentro de cada subnivel hay diferentes orientaciones, y para cada orientación hay un
orbital, según la siguiente tabla:
4. Número cuántico de spin del electrón, ms, explica el comportamiento magnético del
electrón. Según la teoría
electromagnética, cuando gira
una carga se genera un campo
magnético, y este movimiento
es el responsable de que el
electrón se comporte como un
imán. La Figura muestra los dos
posibles giros del electrón.
En los átomos polielectrónicos,
la energía de los electrones no es la misma para un mismo nivel. Dentro de cada nivel, la
energía aumenta en el orden s p d f. Los electrones resultan atraídos por los protones
del núcleo. En los átomos con muchos electrones, es sabido que los electrones más cercanos
al núcleo ejercen un efecto de pantalla con respecto a los demás. Esto altera en alguna medida
los niveles energéticos de los electrones, así podemos observar que los electrones que
pertenecen al orbital 4s, poseen menor energía que los que pertenecen a los orbitales 3d.
Los electrones en los átomos ocupan siempre los subniveles vacíos de menor energía,
por ese motivo el subnivel 4s se ocupa primero que el 3d. En general el llenado de los
subniveles podemos memorizarlo según el siguiente diagrama de Möeller, también llamado
―diagrama de lluvia‖:
Radio atómico
Analizando las densidades electrónicas radiales en gases nobles, los científicos han
hallado que en el caso del Neón el primer nivel de electrones se halla mucho más cerca del
núcleo que en el caso del Helio.
Veamos, el Helio posee sólo 2 electrones en el primer nivel, mientras que el Neón posee
2 electrones en el primer nivel y 8 en el segundo. A su vez el He posee 2 protones en su núcleo
mientras que el Neón posee 10 protones. Por ello los 2 electrones de la primera capa del Neón
son atraídos hacia el centro por una carga positiva mucho mayor que en el caso del Helio, esto
explica el hecho que dicha capa se halle más próxima al centro. Se ha encontrado asimismo,
que la capa 1s del Argón está más próxima al núcleo que en el caso del Neón, por la misma
razón antedicha.
Una consecuencia del modelo de la mecánica cuántica es que un átomo no tiene una
frontera bien definida. No obstante los científicos se han valido de diversos métodos para
estimar el radio atómico. Uno de los métodos más sencillos consiste en medir la distancia que
separa a dos átomos adyacentes de la misma especie y dividir por dos.
Por ejemplo, la distancia entre dos átomos de Fe es de 2,48 por consiguiente podemos
imaginar al átomo de Fe como una esfera de radio 1,24 Å.
Los radios atómicos nos permiten predecir las longitudes de los enlaces con bastante
aproximación. La longitud de enlace C—C es de 1,54 Å, lo que implica un radio de 0,77 Å. En
el caso de la molécula de Cl2 el enlace Cl—Cl es de 1,99 Å, por lo que se asigna un radio de
0,99 Å al Cl. En el compuesto CCl4 la longitud de enlace es de 1,77 Å, muy cercana a la suma
(0,77 Å+0,99 Å) de los radios atómicos del C y del Cl.
En la Figura vemos una Tabla Periódica simplificada en la cual se indican los sentidos de
crecimiento o decrecimiento del radio atómico, las cuales se resumen según:
1) Dentro de cada columna (Grupo) el número tiende a aumentar conforme bajamos
por la columna.
2) Dentro de cada fila (Período) el radio atómico tiende a disminuir conforme nos
movemos de izquierda a derecha.
Al aumentar el número cuántico principal (de arriba hacia abajo en cada Grupo) aumenta
el tamaño del orbital.
Potencial de ionización
El potencial de ionización o energía de ionización es la energía mínima (en KJ/mol)
necesaria para quitar un electrón de un átomo en estado gaseoso, en su estado fundamental.
En otras palabras, la energía de ionización es la energía en Kilojoules necesaria para quitar un
mol de electrones a 1 mol de átomos en estado gaseoso. En dicha definición se especifica el
estado gaseoso de los átomos porque en un átomo en estado gaseoso no hay influencia de los
átomos vecinos y no existen fuerzas intermoleculares (es decir fuerzas entre las moléculas)
que deban tomarse en cuenta al realizar la medición de la energía de ionización.
Afinidad electrónica
La mayor parte de los átomos puede ganar electrones para formar iones con carga
negativa. El cambio de energía que ocurre cuando se agrega un electrón a un átomo gaseoso
se denomina afinidad electrónica porque mide la atracción, o afinidad, del átomo por el
electrón añadido. En casi todos los casos se libera energía cuando se añade un electrón.
Por ejemplo:
Cl(g) + ē Cl- E = -349 KJ/mol
El signo negativo en E indica que se libera energía. La afinidad electrónica, entonces,
mide la facilidad con que un átomo gana un electrón.
Electronegatividad
Definimos la electronegatividad como la capacidad de un átomo en una molécula para
atraer electrones hacia sí mismo. Cuanto mayor sea la electronegatividad mayor será la
capacidad para atraer electrones.
El Flúor es el elemento más electronegativo, con una electronegatividad de 4,0. El
elemento menos electronegativo es el Cesio con una electronegatividad de 0,7.
Dentro de cada período hay una tendencia al aumento de la electronegatividad de
izquierda a derecha, es decir, aumenta de los elementos más metálicos a los más no
metálicos. En cada grupo la electronegatividad disminuye al aumentar el número atómico, es
decir de arriba hacia abajo.
Aumento de la electronegatividad
Enlaces químicos
Los elementos pertenecientes al Grupo VIII, llamados gases raros, inertes o nobles,
tienen reactividad nula, o casi nula, es decir no se combinan con otros elementos.
Observando la configuración electrónica de estos elementos se observa que todos ellos,
excepto el Helio, poseen 8 electrones en la última órbita. El Helio posee electrones solamente
en el primer nivel, y éste no admite más que 2 electrones.
Se infiere, por lo tanto, que esta configuración electrónica confiere estabilidad al átomo.
Todos los demás elementos tenderán a adquirir la configuración electrónica del gas noble más
próximo. Esto se logra cediendo, tomando o compartiendo electrones entre átomos.
Hay muchas excepciones a la regla del octeto pero ofrece un marco de referencia útil
para introducir muchos conceptos de enlace importantes.
TIPOS DE UNIONES:
Ejemplo:
e- = 11 e- = 10
p+= 11 p+ = 11
El Sodio toma la configuración electrónica del gas noble más próximo, o sea del Neón:
1 s 2 2 s2 2 p 6 3 s 1 1 s2 2 s2 2 p 6
e- = 17 e- = 18
p+ = 17 p+ = 17
El Cloro toma la configuración del gas noble más próximo, o sea la del Argón:
1 s2 2 s2 2 p6 3 s2 3 px2 p y2 pz1 1 s2 2 s2 2 p6 3 s2 3 px2 p y2 pz2
El orbital pz que contenía un electrón desapareado, ahora posee dos electrones y está
completo.
Cl
El cloruro de sodio así formado se compone de iones Na+ y Cl-, que están dispuestos en
una matriz tridimensional, como se muestra en la Figura. La estructura de Lewis del compuesto
formado es:
-
Na Cl
En el caso de unirse Calcio y Cloro, la Estructura de
Lewis será:
-
Ca Cl Cationes Na+ y aniones
Cl-, forman una red
cristalina tridimensional
Como vemos, ambos toman la configuración electrónica del gas noble más próximo, el
Litio toma la configuración del Helio y el Flúor toma la configuración del Neón.
La razón principal por la que los compuestos iónicos son estables es la atracción entre
iones con diferente carga. Esta atracción hace que los iones se junten, con lo que se libera
energía y se logra que aquellos formen una matriz sólida o red como la que se muestra para el
NaCl en la Figura. Una medida de la estabilización que se alcanza al disponer iones con cargas
opuestas en un sólido está dada por la energía de red. La energía de red es la energía
necesaria para separar totalmente un compuesto iónico sólido en sus iones gaseosos. A fin de
visualizar este proceso para el caso del NaCl, imaginemos que la estructura que se muestra en
la Figura se expande desde adentro, de modo que las distancias entre los iones aumentan
hasta que los iones quedan muy separados. Este proceso requiere 788 KJ/mol, que es el valor
de la energía de red:
Unión covalente
En este tipo de unión cada átomo posee 3 electrones desapareados, y al unirse forman 3
pares de electrones de unión. Un ejemplo de unión covalente triple entre átomos iguales, es la
molécula de Nitrógeno:
N N
Unión covalente coordinada o dativa
d- d+ d+ d-
O C O
Átomos iguales Momentos bipolares opuestos
Molécula no polar Molécula no polar
En el caso del CO2, el carbono posee electronegatividad igual a 2,5 mientras que el
oxígeno tiene una electronegatividad de 3,5, y por ello atrae con mayor intensidad a los dos
pares de electrones que conforman la unión covalente doble CO. Estas diferencias generan
momentos dipolares opuestos que se anulan.
Como ya hemos mencionado la regla del octeto no se cumple para los metales de
transición, pero estos no son los únicos casos de alejamiento de dicha regla. Las excepciones
cuando se trata de enlaces covalentes pueden ser de tres tipos:
1) Moléculas con número impar de electrones: En casi todas las moléculas el número
de electrones es par, y hay un apareamiento completo de electrones. No obstante, en
unas cuantas moléculas, como ClO2, NO y NO2, el número de electrones es impar y
no es posible el apareamiento total de electrones. Por ejemplo el NO, contiene 5 + 6 =
11 electrones en sus últimos niveles. Las dos estructuras de Lewis más importantes
para esta molécula son:
d-
d+
N O N O
2) Moléculas en las que un átomo tiene menos de un octeto: Es una situación rara y
suele darse en compuestos del Boro. Por ejemplo en el trifluoruro de boro, BF3, el
Boro tiene 6 electrones en su último nivel.
3) Moléculas en las que un átomo tiene más de un octeto: Este grupo es más
numeroso que los anteriores. Por ejemplo, al dibujar la estructura de Lewis del
pentacloruro de fósforo, PCl5, nos vemos obligados a ―expandir‖ la capa de valencia y
colocar 10 electrones alrededor del átomo de fósforo central. Esto se debe a que el
fósforo por pertenecer al tercer nivel tiene su subnivel 3d, aún no ocupado y lo puede
utilizar para realizar enlaces. Esta situación no se observa en elementos que
pertenecen al segundo período, ya que en el mismo sólo existen los subniveles 2s y
2p, y no existe el subnivel 2d.
Fuerzas dipolo-dipolo.
Fuerzas de dispersión de London.
Fuerzas de puente de hidrógeno.
Fuerzas dipolo-dipolo
Este es el tipo de fuerzas que existe entre moléculas no polares. Fueron estudiadas por el
científico Fritz London en 1930, quien reconoció que el movimiento de los electrones en un
átomo o molécula puede crear un momento dipolar instantáneo.
A pesar de que un enlace covalente sea totalmente apolar, esto no significa que los
electrones estén permanentemente repartidos de modo unifrome dentro de su orbital
molecular. Es perfectamente lógico esperar que, dada la gran movilidad de los electrones,
estos puedan quedar por un instante cargados en un lado de la molécula. En ese instante, la
molécula adquiere carácter dipolar y esto se conoce como un dipolo instantáneo.
Cuando dos regiones moleculares apolares se encuentran suficientemente cerca, los
dipolos instantáneos o los dipolos débiles que aparecen en una de ellas producen un campo
eléctrico, el cual induce, a su vez, una distribución inequitativa de los electrones en la otra, con
dirección opuesta al dipolo que originó el desbalance. El dipolo que se genera por este método
se conoce como un dipolo inducido. Aún cuando la duración de un dipolo instantáneo y su
correspondiente dipolo inducido es corta, la cercanía de ambos produce que los electrones de
los orbitales moleculares involucrados mantengan una cierta sincronía al moverse, en
consecuencia, la carga oscila sincrónicamente manteniendo las fuerzas electroatractoras por
tiempos más prolongados que los que podría durar un dipolo instantáneo.
La facilidad con que la distribución de carga de una molécula puede distorsionarse por
acción de un campo eléctrico externo es su polarizabilidad. En general, las moléculas de
mayor tamaño tienden a tener una polarizabilidad mayor porque tienen un número mayor de
electrones y éstos están más lejos del núcleo. Por lo tanto la intensidad de las fuerzas de
dispersión de London tiende a aumentar al aumentar el peso molecular.
Entre los enlaces que generan un mayor caracter dipolar, sin que necesariamente se
llegue al estado iónico, se encuentran aquellos que son fomados por un átomo electronegativo
y el hidrógeno.
Los puentes de hidrógeno son un tipo especial de atracción intermolecular que existe
entre el átomo de hidrógeno de un enlace polar (sobre todo un enlace H—F, H—O o H—N) y
un par de electrones no compartido en un ión o átomo electronegativo cercano.
Por ser el átomo más
pequeño, el único electrón en
su capa de valencia ocupa un
nivel cercano al núcleo y
cuando el electrón es
redistruibuído hacia el átomo
electronegativo (O, N, S) el
dipolo resultante es muy
marcado. Adicionalmente,
debido a su pequeño radio
atómico el hidrógeno permite
una mayor proximidad entre
las moléculas. Por ello, de
entre todas las interacciones
electrostáticas que no Enlace por puente de hidrógeno entre dos moléculas
involucran la formación de de agua
iones, aquellas en las que
participa el hidrógeno son las más fuertes.
Para que un puente de hidrógeno se forme se requiere de una molécula que posea un
hidrógeno unido a un átomo de elevada electronegatividad y otra molécula que posea otro
átomo electronegativo con alta densidad electrónica (es decir carga parcial negativa). Cuando
ambas moléculas se aproximan por el hidrógeno, se genera un enlace débil denominado
puente de hidrógeno. En un puente de hidrógeno la molécula que posee el hidrógeno que
participa en el puente se denomina
donadora y aquella que porta el átomo
electronegativo complementario se
denomina aceptora. Una misma molécula
puede actuar como donadora y aceptora
formando dos o más puentes de hidrógeno
simultáneamente. Tal es el caso de las
moléculas de agua.
Se propone al alumno buscar en la
Enlace por puente de hidrógeno entre bibliografía la incidencia del puente de
moléculas de agua y de amoníaco (NH3) hidrógeno en el agua líquida y en el hielo.
Enlaces metálicos
Un enlace metálico es un enlace químico que mantiene unidos los átomos (unión entre
cationes y los electrones de valencia) de los metales entre sí. Estos átomos se agrupan de
forma muy cercana unos a otros, lo que produce estructuras muy compactas. Se trata de redes
tridimensionales que adquieren la estructura típica de empaquetamiento compacto de esferas.
En este tipo de estructura cada átomo metálico está rodeado por otros doce átomos (seis en el
mismo plano, tres por encima y tres por debajo). Además, debido a la baja electronegatividad
que poseen los metales, los electrones de valencia son extraídos de sus orbitales y tienen la
capacidad de moverse libremente a través del compuesto metálico, lo que otorga a éste las
propiedades eléctricas y térmicas.
Las características básicas de los elementos metálicos son producidas por la naturaleza
del enlace metálico. Entre ellas destacan:
1. Suelen ser sólidos a temperatura ambiente, excepto el mercurio, y sus puntos de fusión
y ebullición varían notablemente.
2. Las conductividades térmicas y eléctricas son muy elevadas (esto se explica por la
enorme movilidad de sus electrones de valencia menor).
3. Presentan brillo metálico, por lo que son menos electronegativos.
4. Son dúctiles y maleables (la enorme movilidad de los electrones de valencia hace que
los cationes metálicos puedan moverse sin producir una situación distinta, es decir, una
rotura).
5. Pueden emitir electrones cuando reciben energía en forma de calor.
6. Tienden a perder electrones de sus últimas capas cuando reciben cuantos de luz
(fotones), fenómeno conocido como efecto fotoeléctrico.
(1) El electronvoltio (símbolo eV), es una unidad de energía equivalente a la energía cinética que
adquiere un electrón al ser acelerado por una diferencia de potencial en el vacío de 1 voltio.
Dicho valor se obtiene experimentalmente por lo que no es una cantidad exacta. 1 eV =
1,602176462 × 10-19 J.
BIBILOGRAFÍA
Ejercitación:
1) Obtener la configuración electrónica de los elementos que poseen Z = 5, 7, 11, 20, 26 y
32. Aplicar la regla de Hund en el último subnivel ocupado.