Libro Misterios Desvelados, Capítulo Nº-8 Godfré Ray King
Libro Misterios Desvelados, Capítulo Nº-8 Godfré Ray King
Libro Misterios Desvelados, Capítulo Nº-8 Godfré Ray King
MISTERIOS
DESVELADOS
INCLUSIÓN DE UN ESPÍA
Allí y entonces tomé la decisión de que el trato que ella
recibiera iba a ser el justo, y que iba a recibir el valor total
por la propiedad. Ella nos invitó a un encantador
almuerzo, y luego procedimos a inspeccionar
la mina. Atravesamos los trabajos, túneles, galerías, tubos
y paradas. Cuanto más observaba, tanto más seguro
estaba de que algo estaba mal. Hasta la atmósfera en sí
parecía indicármelo. Yo estaba seguro de que se había
encontrado una rica veta que no se le había reportado a
la dueña. De alguna manera sabía que el comprador había
colocado secretamente a uno de los trabajadores de
turno para que estuviera pendiente de tal actividad, y que
durante las semanas de vigilancia se había ganado la
confianza del superintendente, quien era un buen
hombre pero que no estaba despierto (espiritualmente
hablando). Al estar conversando con él, Mi Yo Divino me
reveló lo que realmente había ocurrido. Poco tiempo
antes, estos dos estaban inspeccionando las obras cuando
llegaron a un punto en que la dinamita había abierto la
faz de un túnel que conducía directamente al corazón de
la montaña. La explosión había irrumpido en una
riquísima veta de cuarzo cargado de oro. El
superintendente estaba a punto de salir corriendo a
informarle al dueño, cuando el trabajador espía le dijo:
“¡Espera! Yo conozco al hombre que va a comprar esta
mina. Si quieres continuar en tu posición actual, no
menciones este hallazgo. Yo procuraré que no sólo
permanezcas como superintendente, sino que también
recibas unos cinco mil dólares. Sea como fuere, la anciana
recibirá lo suficiente para mantenerse.” El
superintendente, temiendo perder su trabajo, había
accedido.
MÉTODOS DE REGATEO
En nuestro examen de la mina llegamos al final del túnel
principal, y fuertemente sentí que éste era el lugar donde
se había encontrado la veta. Astutamente lo habían
cubierto y disimulado como una formación floja en la que
era peligroso trabajar. Tal era el informe que le habían
presentado a la anciana propietaria de la mina. Al estar
yo en este lugar hablando con los demás, se me abrió la
Visión Interna y pude ver todo lo que había ocurrido -el
rico hallazgo, el encubrimiento, la oferta al
superintendente y su aceptación-. Sentí mucho
agradecimiento al ver que mi presentimiento había sido
confirmado, pero sabía que tenía que esperar.
Regresamos a la residencia de la dueña y comenzaron las
negociaciones. El comprador abrió el tema diciendo: “Sra.
Atherton, ¿cuánto espera usted conseguir por esta
propiedad?” “El precio que le he puesto es doscientos
cincuenta mil dólares,” contestó ella cortés y
amablemente. “¡Absurdo!”, gritó él, “¡ridículo,
pamplinas! ¡No vale ni la mitad de esa cantidad!”
Mantuvo este estilo durante algunos momentos,
vociferando como era su costumbre. Le había trabajado
muchas veces antes, por lo que no se apartaba del viejo
procedimiento. Argumentó y estalló en cólera, para luego
terminar diciendo: “Mire, Sra. Atherton, usted está en
una posición en que tiene que vender. Voy a ser generoso
con usted, le ofrezco ciento cincuenta mil.”
“Lo consideraré,” contestó ella, tan intimidada por su
actitud de dominación y bravuconada que comenzó a
aceptar sus ideas y a ceder ante el arrogante descaro del
comprador. Él la vio vacilar, por lo que inmediatamente le
subió la presión a toda la cuestión. “¡Yo no puedo
esperar!,” siguió diciendo; “mi tiempo es muy valioso.
Usted tiene que decirse de una vez o no hay trato.” Él sacó
los papeles de su bolsillo y los colocó sobre la mesa. La
Sra. Atherton miró a su alrededor, indefensa, y yo le
sacudí un “no” con la cabeza, pero ella no me vió. Allí
estaba el contrato abierto sobre la mesa; ella atravesó la
habitación y ocupó una silla, preparándose para firmar. Yo
sabía que si iba a protegerla, tenía que actuar de
inmediato, y acercándome a donde estaba sentada, me
dirigí a nuestro dominante amigo: “Un momento,” dije.
“Usted le pagará a esta señora lo que la mina vale, o
sencillamente no la comprará.” El sujeto dejó caer su ira
sobre mí mediante groseros vituperios, y trató de utilizar
conmigo las mismas técnicas de siempre. “Y, ¿quién va a
impedir que yo consiga la mina a mi precio?”, replicó él.
Yo sentí que dentro de mí surgió El Magno Poder Divino
cual avalancha, que me mantuvo impasible ante su
andanada de diatribas. Le riposté: “Dios se lo impedirá.”
Al oír esa respuesta, él soltó la carcajada, y siguió
hablando cínicamente, estrepitosamente,
insultantemente. Yo esperé calmadamente. “¡Usted es un
tonto!”, comenzó por decir en medio de otro arrebato de
rabia, al parlotear acerca de Dios. Ni usted ni su Dios ni
nada me puede detener. Yo consigo lo que me propongo,
y lo consigo a pesar de lo que sea. Nadie me ha detenido
todavía.” Su arrogancia parecía no tener límite, y él se
revelaba a sí mismo, cuerpo y alma, como la víctima de
sus emociones. Su razón estaba impedida para funcionar
-como siempre ocurre cuando hay sentimientos
descontrolados- ya que, de lo contrario, le hubiera
advertido que dejara de insultar.
ELECTRÓNICA METAFÍSICA
“En el mundo científico de ustedes, El Amor se expresa a
Si mismo como la fuerza de atracción entre los electrones.
Es la Inteligencia Directriz que los atrae a la forma, es el
Poder que los mantiene orbitando alrededor de un núcleo
central, y es El Aliento dentro del núcleo que los atrae a
él. Lo mismo se aplica a cada vórtice de energía por
doquier en La Creación. “Un núcleo central y los
electrones orbitando alrededor de éste conforman un
átomo. Este núcleo de Amor es al átomo lo que el polo
magnético es a la Tierra, y lo que la espina dorsal es al
cuerpo humano. Sin un núcleo central o Centro Corazón,
solo existiría La Luz Universal amorfa -los electrones
llenando el Infinito y orbitando alrededor del Gran Sol
Central.” El electrón es Puro Espíritu o La “Luz de Dios”.
Permanece por siempre Impoluto y Perfecto. Es
Eternamente Auto-Sostenido, Indestructible, Auto-
Luminoso e Inteligente. Si no lo fuera, no podría
obedecerle a “La Ley-La Actividad Directriz del Amor.” Es
Luz-Energía Inmortal, Siempre-Pura e Inteligente, y es La
Única Real y Verdadera Sustancia de la cual está hecho
todo en El Universo -La Eternamente Perfecta Esencia
Vital de Dios.
AMOR ATÓMICO
“El espacio interestelar está lleno de esta Esencia
Lumínica Pura. No es oscuro ni está en caos, como lo pone
el concepto ignorante y limitado del mezquino intelecto
humano. Este Gran Océano de Luz Universal que existe
por doquier en el infinito está siendo constantemente
atraído hacia la forma, y se le da una cualidad de un tipo
u otro, según la manera en que los electrones se
sostengan por Amor alrededor de un punto central o
núcleo.” El número de electrones que se combinan en un
átomo especifico es el resultado de (y determinado por)
el pensamiento consciente. El nivel vibratorio con el cual
orbitan alrededor del núcleo central es el resultado de (y
determinado por) el sentimiento. La intensidad de la
atracción y movimiento orbital dentro del núcleo central
es El Aliento de Dios, y, por lo tanto, constituye la más
concentrada Actividad del Amor Divino. Hablando en
términos científicos, a ésta se le llamaría “fuerza
centrípeta”. Estos son los factores determinantes que
componen la cualidad de un átomo. “De esta manera
podrán ustedes ver que el átomo es una entidad -una cosa
viviente y respirante- creada o traída a la existencia por el
Aliento y El Amor de Dios a través de La Voluntad de La
Inteligencia Auto-Consciente. Fue así como “El Verbo se
hizo carne. (8 Juan 1:14.) La maquinaria que La
Inteligencia Auto-Consciente utiliza para lograr esta
manifestación de su Ser es el pensamiento y el
sentimiento.
COMBATE MORTAL
Dos semanas después, sentí un fuerte impulso de viajar
de nuevo al punto de reunión con El Maestro Saint
Germain. Partí a las cuatro de la mañana, y llegué al borde
del bosque como a las nueve. El quejumbroso llamado de
mi amiga la pantera se dejó oír antes de que yo hubiera
caminado veinte pasos dentro de la foresta. Rápidamente
lo respondí. En un momento llegó a mi lado de un salto
con toda la bienvenida de un viejo amigo, y seguimos
caminando hacia nuestro punto de reunión. Noté que la
pantera estaba muy inquieta y actuaba como si estuviera
sometida a alguna agitación interna. Esto era muy
extraño, ya que siempre había estado muy tranquila en
mi presencia. Le acaricié la bella cabeza, pero nada
cambió. Me senté y almorzamos. “Ven, vieja amiga,” le
dije al terminar, “vamos a dar un paseo.” Ella medió una
larga y sostenida mirada, la expresión más patética que
jamás haya visto. No lo podía entender. Habíamos
recorrido alguna distancia cuando llegamos a un barranco
de aproximadamente ocho metros de alto, en la cúspide
del cual sobresalía una roca. Algo hizo que volviera a ver
a la pantera. La expresión en sus ojos era demasiado
salvaje y fiera. Yo sentí una especie de tensión en el aire,
pero no podía definir de qué se trataba. Avancé algunos
pasos más y entonces sentí un escalofrío recorrer mi
espalda. Al ver hacia arriba de repente, vi a un león de
montaña, agachado y listo a saltar. El próximo instante
saltó hacia mí. Yo me tiré hacia el barranco y el león cayó
más allá de donde yo había estado. Como un relámpago,
la pantera saltó y los dos entablaron un combate mortal.
No hay palabras que puedan describir el terror de la lucha
que se entabló. Ellos chillaban, se revolcaban, se rasgaban
la piel y se arañaban mutuamente. El león era
considerablemente más pesado, y por un rato pareció que
iba a sacar el mejor partido. Sin embargo, la partera era
más rápida, y finalmente se liberó. Hubo sólo un instante
de pausa hasta que vió una oportunidad, y entonces de
un brinco aterrizó en la espalda del león y lo mordió
detrás de las orejas. La mordida de la pantera era como
de acero, y después de algunos segundos de revolcarse y
sacudirse, la lucha del león se fue debilitando, finalmente
cesando por completo. La pantera se me acercó
tambaleándose, con su costado terriblemente
destrozado. Levantó la mirada hacia mí. Toda la ferocidad
había desaparecido de los ojos, pero sus fuerzas se le iban
también. Una expresión de satisfacción le pasó por el
rostro, y de repente, dando un quejido, se desplomó
muerta a mis pies. Yo me quedé inmóvil y lloré en silencio
ante la pérdida de mi amiga, ya que me había encariñado
con el animal como si fuera una compañera humana. Al
siguiente instante, miré hacia arriba y a mi lado apareció
Saint Germain.
DANDO Y RECIBIENDO
“Mi amado Hermano, no te entristezcas ni desfallezcas”,
dijo Él. “Tu contacto con la pantera de tal manera le
aceleró la conciencia que ya no podía permanecer más en
ese cuerpo, y La Gran Ley Cósmica le exigía algún servicio
en tu favor. Esto ella hizo con amor al salvarte la vida.
Todo está realmente bien.” El Maestro puso el pulgar de
su mano derecha sobre mi frente. “Está en paz,” continuó
diciendo, al tiempo que el sentimiento de pena me
abandonó y me sentí completamente aliviado. “La Gran
Ley Cósmica no falla. No podemos recibir sin dar, y no
podemos dar sin recibir. Es así como se mantiene El Gran
Balance de La Vida.” Te felicito sinceramente por el
servicio que presentaste en la mina y por la serenidad que
mantuviste ante lo ocurrido. Todos los involucrados con
esa transacción se convertirán en grandes benefactores
de la humanidad. “Pronto serás llamado a prestar un
servicio mucho mayor que el que has prestado hasta la
fecha. Recuerda siempre que es El Poder y La Inteligencia
de Dios lo que Actúa, y que tu mente y cuerpo tan sólo
son canales. Hasta que te toque esta experiencia, medita
constantemente sobre El Poder Ilimitado de Dios que
puede expresarse a través de ti en cualquier momento.”
CANALES MÚLTIPLES
Le pregunté acerca de cuál era La actitud de Los Maestros
Ascendidos con respecto a los múltiples canales a través
de los cuales se proyectaban partes de La Verdad, y Él
contestó: “Son muchos los canales sinceros que hay.
Algunos tienen más entendimiento que otros. Todos son
hijos de Dios que sirven al máximo de sus habilidades con
el entendimiento que tienen en la actualidad. No
podemos juzgar a nadie, pero sí debemos conocer y ver
sólo a Dios expresándose en todos. Procuramos bendecir
toda actividad doquiera que se dé. Vemos La Luz Interna
irradiando a través de tales actividades, y esto hace que
nos resulte imposible equivocarnos en cuanto a si ellos
están enseñando La Verdad o no.” “Lo mismo ocurre con
los individuos. Los que ofrecen su servicio en El Nombre
de Jesucristo Ascendido siempre recibirán un mayor
poder sostenedor.” Habíamos caminado cierta distancia,
cuando el Maestro dijo: “Ven, te acompañaré de vuelta a
casa. Coloca tu brazo alrededor de mi hombro.” Así lo hice
y sentí que mi cuerpo se levantaba del suelo. En algunos
momentos más me encontré en mi habitación en el
alojamiento con Saint Germain a mi lado, sonriendo para
sorpresa mía.” “Encuéntrame en siete días,” me dijo, “en
nuestro lugar acostumbrado, ya que entonces
terminaremos nuestro trabajo en esta parte del país.”
Sonrió, inclinó la cabeza y lentamente se desapareció. Lo
último que permaneció visible a medida que Él iba
desapareciendo lentamente fueron sus maravillosamente
bellos ojos que me sonreían.
ASCENSIÓN ASISTIDA
Al bajar la mano, en ella venía La Copa de Cristal llena con
Luz Líquida Viviente. Se la ofrecí al viejo, y Mi Magno Yo
Divino volvió a hablar. “Bebe sin temor. Tu búsqueda ha
llegado a su Fin.” Él se bebió el contenido sin vacilar
siquiera por un momento. Avancé rápidamente y tomé
sus manos entre las mías. Lenta y sostenidamente todo
vestigio de edad desapareció de él, y El Dios en mí
continuó hablando: “He aquí que eres por siempre LIBRE
de toda limitación terrena. Asciende ahora a La Gran
Hueste de Luz que espera por Ti.” Muy lentamente él
comenzó a elevarse del piso, y al así hacerlo, sus vestidos
humanos desaparecieron, quedando vestido con una
indumentaria de un blanco resplandeciente. Le solté las
manos. Entonces, con una voz que expresaba el más
profundo Amor, él dijo: “Yo regresaré a ti, Amado
Hermano. Serás recompensado con creces por este
Trascendental Servicio. Tú eras la única persona a través
de quien se podía hacer esto por mí. Algún día verás por
qué.” Y con una sonrisa de alegría, desapareció en un
Radiante Sendero de Luz. Al retirarse El Magno Poder
Divino en mí, estaba tan estremecido que caí de rodillas y
elevé la plegaria más profunda de mi Vida en agradecida
humildad y alabanza por el privilegio de prestar
semejante servicio. Me puse de pie y El Maestro Saint
Germain me envolvió con su maravilloso abrazo. “íMi
Amado Hermano!” dijo, “estoy muy complacido. Noble y
fiel fue tu Asistencia al Gran Ser Divino en ti. Bellamente
recibiste Tu Magno Dios en Acción. Te felicito de todo
corazón. Siempre serás sostenido en Nuestro Abrazo,
aunque externamente no siempre estés consciente de
ello.” “Te has convertido en un Digno Mensajero de La
Gran Hermandad Blanca y de La Hueste Ascendida.
Mantente muy cerca de Tu Magno Yo Divino. De esa
manera, siempre estarás listo a servir doquiera y
cuandoquiera que se necesite. Mi Amor te envuelve hasta
que nos encontremos de nuevo. Te mantendré
informado.” Lentamente caminé hasta llegar de vuelta a
mi alojamiento, dando con cada paso alabanza y gratitud
Al Magno Dios Uno que nos modela a todos en La
Perfección Eterna.