Resumen Amat Carlos
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EL EMPLEO EN ACTIVIDADES PRIMARIAS Y DE SERVICIOS Más del 60% de los empleos, desde
la perspectiva de los trabajadores, se encuentran en el sector terciario, que abarca comercio,
servicios y actividades no especificadas. Estas ocupaciones son elementales, no requieren altos
niveles de calificación ni una gran inversión inicial. Son una opción principal para la gran
mayoría de trabajadores debido a su compatibilidad con bajos niveles educativos y limitado
capital, siendo la primera y mejor opción de empleo para jóvenes y familias inmigrantes que
buscan ganarse la vida en las ciudades. Las ciudades peruanas se caracterizan por la vitalidad y
el bullicio de mercados, vendedores ambulantes, y una variedad de negocios, especialmente la
venta de materiales de construcción, que moldean la vida urbana. En el área rural, la economía
se basa en minifundios con propiedades agrícolas pequeñas y fragmentadas, operando en un
entorno descapitalizado y riesgoso. La débil posición de negociación de los agricultores rurales,
debido a su pequeña escala, bajos rendimientos y falta de acceso a servicios e infraestructura,
los hace vulnerables a las condiciones impuestas por comerciantes. La agricultura pequeña no
es rentable ni segura, lo que lleva a una alta tasa de pobreza en la población rural. El sector
moderno, compuesto por empresas legalmente establecidas y vinculadas a exportaciones de
materias primas, representa el 77% de las exportaciones en 2011. Aunque hay algunas
empresas modernas en el sector agrario, servicios y comercio, la mayoría opera de manera
tradicional. El sector público emplea alrededor del 8.2% de los trabajadores, con sueldos
limitados y dependientes del presupuesto público. En resumen, la economía peruana se
caracteriza por un núcleo de empresas modernas y globalizadas que generan ingresos para el
25% de la población, junto con un sector tradicional formado por pequeñas y microempresas
familiares que emplean al 75% de la fuerza laboral
Estado concentrado y débil El texto destaca el papel fundamental del Estado como ordenador
y dinamizador de la sociedad, centrándose en la pregunta de si las instituciones estatales se
articulan efectivamente con las organizaciones sociales para contribuir al desarrollo del
sistema. Se mencionan diversas funciones que se espera que el Estado cumpla, como formar
ciudadanos responsables, crear empleo, generar ingresos, proporcionar servicios de calidad,
planificar urbanamente, garantizar la seguridad y acceso a la justicia, y fomentar la
investigación para la innovación. Se señala que la realidad actual en el país no refleja estas
expectativas, evidenciando una economía primaria y de servicios con micro y pequeñas
empresas poco productivas, desigualdad en la distribución del ingreso, servicios públicos
limitados y de baja calidad, conflictividad social y desconfianza en las instituciones estatales. Se
destaca la importancia de evaluar la educación como un indicador clave de la calidad de la
sociedad y se menciona la necesidad de mejorar la educación para lograr un desarrollo más
efectivo y equitativo
la pérdida de legitimidad del sistema político Durante los últimos cincuenta años, Perú ha
experimentado procesos demográficos y sociales similares a los ocurridos en Europa en
quinientos años. Sin embargo, la clase dirigente ha enfrentado estos desafíos con una visión
evasiva, postergando medidas necesarias y adoptando soluciones superficiales. Las crisis
económicas y sociales han llevado a decisiones importantes, pero la población más pobre ha
soportado los mayores costos. Se critica la incapacidad de la clase política para gobernar,
evidenciada en problemas como hiperinflación, desempleo, informalidad económica y baja
inversión social. La mentalidad patriarcal y patrimonial persiste en la visión política del contrato
social, con una cultura colonial que influye en la relación entre gobernantes y gobernados. Se
destaca que el Estado peruano, sostenido por ingresos de exportación de materias primas,
tiene un nivel de ingresos insuficiente para las demandas sociales crecientes, resultando en
endeudamiento público. La clase política ha perdido credibilidad debido a su incapacidad para
cumplir promesas, gestión frívola y corrupta de recursos, lo que ha generado desconfianza en
las instituciones estatales y desencanto con la democracia. La crisis estructural y de
gobernabilidad se atribuye al desajuste entre una sociedad heterogénea y fragmentada y un
estado anquilosado frente a cambios demográficos, tecnológicos y de globalización.
UNIDAD 6: (ATRAPADOS, PERO CON SALIDA) Los próximos años presentan dos
posibles escenarios para Perú: uno de construcción de una historia vigorosa de logros para
todos y otro de continuación por el mismo camino de promesas incumplidas, delitos sin
culpables, derrotas sin batallas y lamentaciones sin soluciones. Mientras tanto, el mundo
experimenta innovaciones en todos los campos del conocimiento y la actividad humana.
Grandes empresas corporativas, con un dinamismo expansivo, se asocian y compiten
globalmente. Aunque son transnacionales, al pertenecer a Estados nación, utilizan su poder
político, tecnológico, económico, financiero y militar para potenciar sus capacidades
competitivas y expandir sus áreas de influencia. Los nuevos conocimientos y tecnologías llegan
al espacio económico peruano, afectando patrones de consumo, estilos de vida, productos y
servicios, estándares de calidad y formas de organización. Perú observa pasivamente estas
innovaciones, complaciéndose con lo que las multinacionales ofrecen. Sin embargo, el país no
está institucionalmente preparado para realizar cambios sustantivos y sostenidos, ni para
adoptar y adaptar estas innovaciones a su realidad. La falta de atención y organización
institucional impide realizar ajustes significativos y aprovechar la originalidad de los recursos
locales. La clase política muestra indolencia y evasión ante la necesidad de reformas concretas
que podrían transformar las instituciones. Aunque hay "islas de modernidad" en algunos
sectores, la falta de liderazgo político impide abordar las deficiencias sistémicas en la sociedad
peruana. Mientras tanto, la población aumenta y se integra rápidamente al mundo, accediendo
a los medios de comunicación y estableciendo redes de relaciones. Para sintonizar con las
oportunidades globales, Perú debe emprender un salto cualitativo para modernizar sus
instituciones. Se destaca la importancia de construir un Estado moderno articulado con la
sociedad civil para competir en el siglo XXI. Sin embargo, la apatía e ineptitud en la
implementación de reformas es evidente, especialmente en áreas críticas como el poder
judicial, las fuerzas armadas, la educación y la infraestructura. El reconocimiento de los hechos
más importantes de las últimas décadas es esencial para diseñar un futuro que aborde las
distorsiones en la economía y la sociedad peruana.
SENDERO LUMINOSO movimiento político criminal y cruel que buscó controlar el Estado
mediante la intimidación y terrorismo, utilizando la dinamita y ejecuciones selectivas para
imponer un proyecto de sociedad mesiánico. Caucionó la muerte de 70.000 personas, siendo el
80% de ellos jóvenes menores de 24 años. La Comisión de la Verdad y Reconciliación
documentó estos hechos. Sendero Luminoso también provocó la militarización del territorio
peruano y utilizó la violencia como instrumento político. Como respuesta, los gobiernos
democráticos decidieron que casi dos terceras partes del territorio estuvieran bajo control
militar para derrotar a este grupo subversivo y restablecer el orden.
LA CRISIS ECONÓMICA DE LA Década DE 1980 La década de 1980 en Perú estuvo marcada por
una crisis económica severa, destacándose la hiperinflación que alcanzó el récord histórico del
7.650% en 1990. Esta situación pulverizó el valor de la moneda, arruinó la economía de los
hogares y minó la confianza en los partidos políticos tradicionales. La recesión resultante se
debió a la drástica reducción del ingreso real de los trabajadores debido a la hiperinflación, con
tasas negativas en el PBI y contracción salarial. La crisis financiera en julio de 1990 llevó a que
el Perú fuera declarado inelegible como sujeto de crédito internacional. La causa principal fue
el mal gobierno y la mala gestión estatal, con reducción de ingresos tributarios, aumento de
gastos estatales y emisión descontrolada de dinero para cubrir la brecha fiscal. La gestión
irracional del mercado de divisas, con control del tipo de cambio, contribuyó a la pérdida de
reservas internacionales y la crisis de deuda externa. La hiperinflación y recesión devastaron
ingresos y empleo, erosionaron la legitimidad política y minaron la confianza internacional,
pero enseñaron la importancia del manejo responsable de las cuentas fiscales y la estabilidad
macroeconómica.
EL ESPEJISMO DE QUE PARA CAMBIAR BASTA UNA NUEVA LEY La Constitución de 1933 en
Perú fue reemplazada en 1979 después de 46 años de vigencia, a través de una Asamblea
Constituyente. Sin embargo, esta nueva Constitución fue sustituida por la actual, la de 1993,
apenas 14 años después. Desde el 2001, después de 8 años de vigencia, la modificación de esta
última Constitución está en la agenda de los acuerdos políticos. A pesar de los procesos
sociales y económicos significativos en curso, la clase política muestra una fijación por cambiar
la Constitución de 1993. Actualmente, la propuesta de reintroducir las dos cámaras en el
Congreso, la de senadores y la de diputados, es un tema de preocupación. Se destaca que la
gobernabilidad no se resuelve con este tipo de decisiones, sino mediante el fortalecimiento de
las capacidades de los gobiernos regionales y locales y de las organizaciones de base que los
respaldan. Se señala que la clase política parece estar atrapada en la ilusión de que una nueva
ley resolverá problemas fundamentales como la educación, el empleo, la tributación, la
administración de justicia y la seguridad ciudadana. Sin embargo, se subraya la falta de énfasis
en movilizar a la población y captar los recursos necesarios para implementar estas leyes.
Los tratados de libre comercio El 0,2% del mercado mundial es representado por Perú, en
comparación con el 27% de Estados Unidos en las exportaciones globales. A pesar de tener
solo 30 millones de habitantes con un ingreso per cápita medio de alrededor de 5.800 dólares
anuales, Perú está fuertemente influenciado por Estados Unidos, su principal socio en diversos
aspectos. Perú se encuentra en el ámbito económico y político de Estados Unidos, lo que afecta
sus relaciones internacionales, especialmente en políticas comerciales y financieras. La
economía peruana opera en el espacio monetario del dólar estadounidense, y prácticamente
existe un sistema monetario con el nuevo sol y el dólar. Se destaca que el 44% del crédito del
sector privado se negocia en dólares. El tratado de libre comercio (TLC) se presenta como un
instrumento efectivo para proteger y regular los mercados de innovación científica y
tecnológica de la nueva economía, así como para liberalizar los mercados de bienes y servicios
de la economía tradicional. Se destaca que los negociadores estadounidenses buscan proteger
la propiedad intelectual y adecuar las normas a las plataformas tecnológicas. Perú ha firmado
TLC con Estados Unidos, la Comunidad Europea, Japón, Corea del Sur y Tailandia, indicando una
decisión de competir en todos los mercados del mundo. La competencia se centra en el acceso
a la innovación tecnológica y la inversión de las corporaciones transnacionales, siendo factores
clave para la competitividad en el siglo XXI.
El gran cambio: otra educación Este texto aborda la importancia de aprovechar la dinámica
demográfica del país en los próximos 20 años para mejorar el capital humano. Se destaca la
necesidad de formar a niños y jóvenes con habilidades para vivir en una democracia
participativa, fomentar el emprendimiento y crear proyectos rentables. Se propone una nueva
educación que defina un perfil de egresado acorde con el estilo de vida y el sistema productivo
deseado. Se aboga por la elaboración de contenidos y metodologías educativas que formen
valores, actitudes, conocimientos y habilidades coherentes con este nuevo modelo de
sociedad. Se plantea la necesidad de abandonar la tradicional relación dictador-súbdito en las
aulas y adoptar un enfoque más participativo y práctico. Se sugiere que la formación de
ciudadanos comprometidos y emprendedores debe realizarse trabajando en escenarios reales
de la vida social y la actividad productiva. El papel de los maestros se redefine como artesanos
especialistas en diversas técnicas, ejemplos de este nuevo tipo de educación. Se propone la
valoración y empleo de estos expertos como maestros de la juventud en la nueva aula. Los
tutores, especializados en metodologías educativas, facilitarían la organización de las aulas y la
transmisión ordenada de conocimientos. El texto sugiere que una gran cruzada nacional para
construir un nuevo sistema educativo podría modificar significativamente la fuerza laboral en
20 años. Se destaca que el relevo generacional produciría un cambio cualitativo en la calidad de
la población y en sus capacidades productivas, construyendo otro país y afirmando la
identidad nacional.