AC430-2018 Radicación N° 11001-31-03-014-1995-02015-01

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AC430-2018

Radicación n° 11001-31-03-014-1995-02015-01

Bogotá D.C., seis (6) de febrero de dos mil dieciocho


(2018).

Decide la Corte la solicitud de regulación de


honorarios planteada por Hernando Alberto Villarraga
Ardila frente a Inalac S.A., dentro del proceso ordinario que
adelantó en su contra Inacolsa S.A.

I.- ANTECEDENTES

1.- Pide el incidentante que se fije la remuneración a


que tiene derecho por haber actuado como vocero judicial
de la demandada desde 1996, cuando el abogado sustituto
del apoderado inicialmente constituido le encomendó que
asumiera en el pleito las facultades de cuidado, vigilancia,
asistencia a diligencias, presentación de memoriales,
interposición de recursos, formulación de objeciones y
demás afines, todo lo que hizo hasta el 22 de diciembre de
2012, momento en que se le revocó el mandato al allegar un
nuevo poder para efectos de contestar la demanda de
casación.
Radicación n° 11001-31-03-014-1995-02015-01

2.- Surtido el traslado a la contradictora, se opuso al


reclamo aduciendo la caducidad configurada al no iniciar el
trámite en el plazo del artículo 69 del Código de
Procedimiento Civil, así como la inexistencia de la
obligación porque la relación surgió con la oficina del
apoderado principal, fuera de que se pagaron sumas por la
vigilancia del negocio.

3.- Decretadas y practicadas las pruebas pedidas por


los involucrados, así como las que se dispusieron de oficio,
procede definir la aspiración planteada.

II.- CONSIDERACIONES

1.- De conformidad con el artículo 1° del Acuerdo


PSAA15-10392 del Consejo Superior de la Judicatura, el
Código General del Proceso entró «en vigencia en todos los
distritos judiciales del país el día 1° de enero de 2016,
íntegramente».

Sin embargo, en virtud del tránsito de legislación y el


numeral 5 del artículo 625 de la Ley 1564 de 2012,

(…) los recursos interpuestos, la práctica de pruebas decretadas,


las audiencias convocadas, las diligencias iniciadas, los términos
que hubieren comenzado a correr, los incidentes en curso y las
notificaciones que se estén surtiendo, se regirán por las leyes
vigentes cuando se interpusieron los recursos, se decretaron las
pruebas, se iniciaron las audiencias o diligencias, empezaron a
correr los términos, se promovieron los incidentes o comenzaron a

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surtirse las notificaciones.

Por tal razón, en esta oportunidad se tendrán en


cuenta las normas que establecía el Código de
Procedimiento Civil, por ser las aplicables al momento en
que se formuló el incidente objeto de pronunciamiento (12
feb. 2012).

2.- En relación con la terminación del poder los dos


primeros incisos del artículo 69 del Código de
Procedimiento Civil, con la reforma introducida por el
numeral 25 artículo 1° del Decreto 2282 de 1989,
contemplan que

[c]on la presentación en la secretaria del despacho donde curse el


asunto, del escrito que revoque el poder, o designe nuevo
apoderado o sustituto, termina aquél o la sustitución, salvo
cuando el poder fuere para recursos o gestiones determinados
dentro del proceso.
(…)
El apoderado principal o el sustituto a quien se le haya revocado
el poder, sea que esté en curso el proceso o se adelante alguna
actuación posterior a su terminación, podrá pedir al juez, dentro
de los treinta días siguientes a la notificación del auto que admite
dicha revocación, el cual no tendrá recursos, que se regulen los
honorarios mediante incidente que se tramitará con
independencia del proceso o de la actuación posterior. El monto
de la regulación no podrá exceder del valor de los honorarios
pactados.

De dicha norma se extrae que no en todos los casos la


constitución de un nuevo apoderado judicial conduce a la

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terminación automática del nexo que une al anterior con su


mandante, toda vez que es posible limitar la encomienda a
actuaciones precisas, como formular impugnaciones o
practicar ciertas diligencias, que por su temporalidad no
trascienden hasta la culminación del pleito ni afectan la
labor del mandatario inicial, resultando complementarios el
encargo general y el particular.

Por ende, sólo quien efectivamente resulta separado


del acontecer procesal por relevo definitivo está legitimado
para reclamar la regulación de honorarios, contando con un
término perentorio de 30 días siguientes al enteramiento del
proveído donde se produce el remplazo si el objetivo es que
se defina esa situación por el funcionario de conocimiento y
dentro del mismo trámite, pues, de dejarlo vencer lo obliga
a intentarlo por otros medios.

Con todo, la facultad con que cuenta el juzgador para


dirimir las diferencias en ese aspecto está limitada por lo
que en su momento hayan convenido los involucrados en el
desacuerdo y, en su defecto si el valor a remunerar es
indeterminado, procede aplicar por analogía las reglas del
numeral 3 artículo 393 del Código de Procedimiento Civil,
modificado por el artículo 43 de la Ley 794 de 2003, según
el cual

[p]ara la fijación de agencias en derecho deberán aplicarse las


tarifas que establezca el Consejo Superior de la Judicatura. Si
aquéllas establecen solamente un mínimo, o este y un máximo, el
juez tendrá además en cuenta la naturaleza, calidad y duración

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de la gestión realizada por el apoderado o la parte que litigó


personalmente, la cuantía del proceso y otras circunstancias
especiales, sin que pueda exceder el máximo de dichas tarifas.

3.- En el presente caso obra que Inalac S.A. otorgó


poder a Ignacio Sanín Bernal para «que represente los
intereses de la compañía en el proceso ordinario instaurado
en su contra por la sociedad Inacolsa S.A.» y con facultad de
«sustituir libremente» (fl. 254 cno. 1). Éste a su vez suscribió
memorial manifestando que «sustituyo el poder que me fue
conferido, con todas las facultades a él inherentes, en favor
del Abogado Javier Hernando Muñoz», quien asumió la
defensa (fls. 291 al 298 cno. 1)

Con posterioridad al decreto de pruebas, en diligencia


de interrogatorio de parte llevada a cabo el 11 de mayo de
1998 y en virtud de la delegación que hizo el último, se le
reconoció personería a Hernando Alberto Villarraga Ardila
como «apoderado sustituto del principal» (fls. 371 y 374
cno.1).

Igualmente se observa que la participación de


Villarraga Ardila se prolongó durante la primera instancia
acudiendo a las diferentes audiencias programadas (fls. 376
al 378, 389 al 391, 582, 583, 598 al 600, 605, 608 al 611
cno. 1 y 259 al 261, 263 al 265, 267 al 270, cno 2),
pidiendo aclaración de la experticia y objetándola (fls. 463,
464 y 562 al 570 cno 1) y formulando diversas solicitudes
(fls. 487, 489, 490, 493, 494, 496, 497, 588, 592, 593, 601,
786, 827, 829, 834 y 835 cno 1) hasta que se produjo el

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fallo de 30 sep. 2009.

Al surtirse la alzada descorrió el traslado de la


sustentación que hizo la contraparte (fls. 36 al 60 cno. 17),
asistió a la audiencia del artículo 360 del Código de
Procedimiento Civil (fls. 62 al 92 cno. 17), sin que obren
actuaciones posteriores al 8 de noviembre de 2010.

Ya en casación no figura intervención alguna, pero


quedó relevado en forma definitiva como consecuencia de la
designación de un nuevo «abogado (…) para que asuma la
representación de la parte demandada» con facultades de
«recibir, transigir, desistir, pagar, cobrar, comprometer, pedir
toda clase de pruebas e intervenir en la práctica de ellas y en
general para adelantar todos los actos y contratos que
considerara convenientes o necesarias para el mejor
desempeño de su encargo», al cual se le reconoció
personería en providencia notificada el 7 dic. 2012 (fls. 81
al 88).

Quiere decir lo anterior que ante el desempeño del


inconforme y la culminación abrupta del encargo que derivó
del primeramente designado y su sustituto, los que
contaron con igual suerte, a todos ellos les asistía interés
para pedir que se revisara la situación económica pendiente
con Inalac S.A., toda vez que la agenciada desde un
comienzo previó la posibilidad de que fueran varios los
voceros que actuaran en su nombre sin condicionar al
inicial en la designación de sus suplentes, por lo que en
consecuencia asumía las cargas propias del mandato.

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Esa situación fue analizada en CSJ AC 22 may. 1995,


rad. 4571, al abordar el tema de «si el abogado sustituto
puede reclamarle a la parte litigante el pago de su
remuneración, o, por el contrario, si solo puede exigirla del
apoderado a quien sustituyó» para concluir a la luz de los
artículos 2161 y 2163 del Código Civil, complementados
con el artículo 68 del estatuto procesal civil, que de esos
preceptos

(…) se desprenden las siguientes hipótesis, las cuales,


obviamente, pueden ser alteradas por las partes: (…) Si al
mandatario se le prohíbe delegar, los actos del sustituto son
inoponibles al mandante, quien, además, puede reclamar de
aquel la indemnización de los perjuicios originados en la
delegación (…) Si al mandatario no se le prohíbe la delegación,
pero tampoco se le autoriza expresamente, se entiende que está
facultado para hacerlo, pero en tal caso, responderá por los
hechos del sustituto como de los suyos propios (…) El mandante
autoriza la delegación, mas se abstiene de designar al
sustituto. En tal evento, el mandatario se libera de
cualquier responsabilidad, a menos que sustituya en
persona notoriamente incapaz o insolvente (…) El mandante
autoriza la sustitución y señala la persona del sustituto. En esta
hipótesis existe un nuevo contrato de mandato entre el
mandatario y el sustituto, de modo que el mandatario queda
liberado de cualquier responsabilidad frente al mandante (…)
Ahora bien, de conformidad con lo dispuesto por el artículo 2164
del Código Civil, "El mandante podrá, en todos casos, ejercer
contra el delegado las acciones del mandatario que le haya
conferido el encargo", precepto que encuentra su razón de ser en
la naturaleza intuitu personae, a que ya se ha hecho mención,
del contrato de mandato, y que le permite al mandante

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considerar al sustituto como su propio mandatario, atribución que


lo faculta, inclusive, para exigirle, en la medida en que aquel
hubiese tenido conocimiento del mandato, que le rinda cuentas
de su gestión. Es, pues, tal la razón por la que las excepciones
que el sustituto puede oponerle a quien le confirió el
apoderamiento no son eficaces frente al mandante (…) Pues bien,
habiendo el mandante autorizado la sustitución, y
teniendo a su favor todas aquellas potestades sobre el
sustituto, es justo y equitativo que frente a esa acción
directa de la cual es titular, exista, recíprocamente, otra
que le permita a este reclamarle al mandante su
remuneración, máxime cuando los frutos de su gestión
solo a este benefician. En materia de apoderamiento judicial
esta última cuestión es tan siginificativa, que el abogado
sustituto considera como su "cliente", no al colega de quien
recibió la delegación, sino al mandante de este (se resalta).

Sirven los anteriores fundamentos para desestimar el


argumento de la demandada sobre la inexistencia de
obligación, con fundamento en que «no fue Inalac quien
contrató al Dr. Villarraga; la relación con él surge de la
oficina del Dr. Ignacio Sanín Bernal por cuenta de los
vendedores del negocio de Inalac», ya que ninguna
prohibición se hizo a Sanín Bernal y mucho menos se
aportan medios de convicción de los cuales se extraiga un
acuerdo directo entre abogados en el cual se libre de toda
responsabilidad pecuniaria a la representada.

Aunque se allega un acuerdo celebrado entre los


accionistas de Inalac S.A. y Colombina S.A. relacionado con
la asunción de obligaciones derivadas del litigio a que se
contrae este diligenciamiento, de allí no surge nada distinto

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a que «todo pago con ocasión de una eventual condena será


efectuado directamente por los accionistas quienes aceptan
proveer a INALAC los recursos necesarios para que éste a su
turno pague la suma a que eventualmente sea condenado» y
que «todos los gastos, costas y honorarios que se ocasionen
por la atención de la reclamación y procesos que instaure
INACOLSA contra INALAC serán asumidos en su integridad
por los accionistas», como medida de garantía de la nueva
inversionista, pero sin trascendencia alguna a la relación
surgida entre la demandada y sus voceros designados.

4.- Igualmente se desecha la caducidad por


presentación extemporánea del incidente, ya que si el auto
que dio lugar a la ruptura del vínculo se notificó el 7 de
diciembre de 2012 quiere decir que el 12 de febrero de 2013
vencieron los 30 días para acudir en tiempo, puesto que no
se computan corridos sino hábiles como dispone el artículo
121 del Código de Procedimiento Civil, con la reforma del
numeral 65 artículo 1° del Decreto 2282/89, y
precisamente en esa fecha límite fue presentado el escrito.

5.- Establecidos el interés y la oportunidad para


iniciar el trámite accidental, resta verificar si como afirma el
peticionario no se suscribió contrato y a pesar de que la
relación comenzó bajo parámetros de vigilancia y asistencia,
desde 1998 derivaron en una relación directa que debe ser
compensada con todas sus implicaciones, tomando como
base las expectativas de una condena que se evitó por la
atención brindada.

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A pesar de que no se allegó un contrato de prestación


de servicios donde conste una suma fija por la labor a
desempeñar o patrones de estimación de acuerdo con las
expectativas de los litigantes, lo cierto es que de los medios
de convicción recaudados se desprende que Inalac pagó a
Hernando Alberto Villarraga Ardila sumas periódicas de las
cuales se desprende un convenio preestablecido, según el
cual el mandatario debía presentar cuentas de cobro por la
labor desempeñada y que fueron efectivamente pagadas
mediante transferencia a la cuenta de ahorros 0092-
0026959-6 en el Banco Davivienda.

Con la comunicación enviada por el Revisor Fiscal de


Inalac en respuesta a los requerimientos de la Corte, se
aportaron varias cuentas de cobro presentadas por el
acreedor donde consta que al menos a partir de junio de
2002 el importe mensual a reconocer «por concepto de
vigilancia del proceso ordinario de Inacolsa contra Inalac S.A.
adelantado ante el Juzgado 14 Civil del Circuito de Bogotá»
era de $160.000; que se incrementaron a $172.000 a partir
de abril de 2004; $190.000 desde octubre de 2005;
$210.000 en mayo de 2007; $231.000 entre julio y
diciembre de 2008; aproximadamente $243.000 durante
2009 y $252.033 en 2010 (fls. 173 al 194, 197 y 201).

Fuera de lo anterior, aparecen reconocimientos


adicionales por actuaciones realizadas en noviembre y
diciembre de 2008 por $1’000.000 y «honorarios de abogado
correspondientes a la preparación y presentación del escrito
de traslado del recurso de apelación» en marzo de 2010 por

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$15’000.000 (fls. 195, 199).

Esos conceptos que se hicieron exigibles en forma


regular, incrementados con el IVA, figuran efectivamente
trasladados a la cuenta de Hernando Alberto Villarraga
Ardila, previo descuento de la retención en la fuente, según
el siguiente cuadro y como lo reportó la entidad financiera
con la advertencia de que el titular de la cuenta de origen
era Industria Nacional de Alimentos Lácteos (fls. 433 al
451, 510 y 517).

Fecha Valor
15/10/2003 $ 1’041.600
29/04/2004 $ 892.800
08/10/2004 $ 959.760
18/04/2005 $ 959.760
19/10/2005 $ 1’001.040
05/06/2006 $ 1’290.100
18/12/2006 $ 1’105.800
15/01/2008 $ 1’629.600
19/01/2009 $ 1’344.420
23/02/2009 $ 970.000
21/12/2009 $ 2’826.329
10/05/2010 $ 14’550.000
29/12/2010 $ 2’933.663

Ninguna duda queda de que el reconocimiento por las


actividades que desempeñó Hernando Villarraga fue
claramente concertada con Inalac S.A., realizándose ajustes
periódicos por la labor de vigilancia y reconociendo unos
valores ciertos y determinados por actividades adicionales
como presentación de alegatos en segunda instancia y
formulación de reparos al dictamen, lo que aleja el
agenciamiento de la indeterminación que predica el
inconforme.

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Refuerza lo anterior la correspondencia electrónica


entre Villarraga Ardila con personal de Inalac S.A. y
Colombina S.A., ésta última como accionista interesada en
definir la situación de la empresa donde invirtió, la cual fue
recaudada en debida forma ya que según el informe técnico
«se evaluó la confiabilidad, integridad y originalidad de los
mensajes de datos recabados, no encontrando
modificaciones, cambios, borrados parciales, reemplazos de
texto etc. y por lo tanto son idóneos», siendo extractados de
los equipos que utilizaron los remitentes.

Del cruce de emails se destaca como Angélica Amaya


Cassino, abogada del Grupo Empresarial Colombina
solicitaba con regularidad informes sobre el estado del
pleito, recalcando en varias oportunidades que era para
proceder al pago de las facturas remitidas (fls. 470 474) y
en una ocasión le rogó «efectuar la facturación de sus
honorarios por concepto de las gestiones adicionales
adelantadas y las cuales usted no incluyó en la factura
presentada hace pocos días» (fl. 476).

A su vez el Revisor Fiscal de Inalac S.A. le exigía cada


año un informe de gestión y la información sobre los
honorarios adeudados por servicios prestados (fls. 481 al
487), existiendo una sola alusión en el reporte que envió
Villarraga Ardila el 15 de febrero de 2006 precisando que
«en cuanto se refiere a los honorarios pendientes de pago
solo ascienden a tres meses de vigilancia judicial, a razón de
$172.000 mensuales, causados antes del 31 de diciembre de
2005».

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Por si fuera poco, a pesar de que la revocatoria del


mandato ocurrió con la presentación del poder y el
reconocimiento de personería por la Corte en proveído de 5
de diciembre de 2012, el relevado expresó el 1 jun. 2011 a
Angélica Amaya que «yo entiendo que mi trabajo finaliza con
la sentencia favorable en segunda instancia. Por favor
cuénteme si estarían interesados en que les colabore ante la
Sala Civil de la Corte Suprema», recibiendo como
contestación de aquella que «agradecemos los servicios
prestados hasta la fecha y en caso de requerir de ellos
nuevamente en un futuro, le estaría contactando» (fl. 500).

Vistas las pruebas en su conjunto se extrae que no es


cierto que se produjera un cambio de circunstancias en la
representación ejercida por el sustituto y que quedara
incierta la forma como se retribuirían sus servicios. Muy
por el contrario, es cierto y contundente que se pactó una
suma fija mensual por la vigilancia y atención del litigio,
además de valores extraordinarios por actividades
específicas, todo lo cual quedó satisfecho al menos hasta la
presentación de alegatos de segunda instancia y la
asistencia a la diligencia el 3 nov. 2010 para reiterarlos.

Esa situación le resta trascendencia a cualquier


reclamo por insatisfacción con lo recibido, en virtud de la
consonancia que debe existir entre lo pedido y lo resuelto,
como se resaltó en CSJ AC 11 abr. 2012, rad. 2005-00005,
donde

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(…) a pesar de hallarse acreditada la actuación en el proceso del


reclamante, en observancia del principio de congruencia que
orienta la decisión judicial (precepto 305 del ejusdem), el cual
constituye inequívoca garantía del derecho de defensa, no es
viable proceder a la regulación solicitada mediante el mecanismo
implementado por la doctrina jurisprudencial, esto es, tomando
en cuenta los parámetros previstos para la fijación de “agencias
en derecho” en el numeral 3º del artículo 393 ídem, pues ello solo
opera cuando la plurimencionada prestación queda expuesta a
una situación de “indeterminación”, y para el caso según lo
manifestado por el interesado, ello no aconteció, porque su
remuneración se pactó en la cantidad de diez millones de pesos
($10’000.000) y adicionalmente se acordó “una prima de éxito
del diez por ciento (10%) sobre las resultas del proceso” y, dado
que este hecho tampoco se demostró, no hay lugar a la
cuantificación de ese factor.

Adicionalmente, así se quisiera establecer un valor


pendiente desde enero de 2011 al 7 de diciembre de 2012 y
tomando en consideración que en mensaje de 28 feb. 2012
(fl. 35 anexo 1), Hernando Villarraga dijo que «el valor de los
honorarios adeudados está por determinar», no puede
desatenderse lo expresado allí mismo en el sentido de que
«a la postre, el recurso extraordinario fue concedido. Dentro
del trámite de la apelación, el representante legal de
Inalac asumió directamente la personería judicial de
la sociedad» (negrita de la Sala), sin que por demás obre
alguna intervención por parte del incidentante con
posterioridad al 8 nov. 2010, lo que quiere decir que no
existen parámetros para calcular sumas adicionales o
pendientes de satisfacer.

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6.- En vista de la improcedencia advertida no se


accederá a lo pretendido, con la consecuente condena en
costas que incluyen las agencias en derecho.

III.- DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de


Justicia, Sala de Casación Civil,

RESUELVE

Primero: Denegar la regulación de honorarios


profesionales solicitados por Hernando Alberto Villarraga
Ardila frente a Inalac S.A.

Segundo: Condenar en costas al incidentante, en cuya


liquidación se incluirán $750.000 por concepto de agencias
en derecho.

Notifíquese

OCTAVIO AUGUSTO TEJEIRO DUQUE


Magistrado

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