La Neurociencia y El Amor
La Neurociencia y El Amor
La Neurociencia y El Amor
Llega febrero y la ciudad se ve invadida por una marea de corazones rojos que nos
recuerdan que a mitad de mes se celebra San Valentín, el día de los enamorados. Pero
el órgano que poetas y artistas asocian con el amor desde tiempos inmemoriales tiene
poco que ver con ese sentimiento. Al menos eso sostienen varios estudios científicos
que ubican al cerebro como el gran responsable de provocar mariposas en el estómago,
desmayos, mejillas coloradas y demás efectos que dicen sentir quienes se enamoran
loca y perdidamente de otras personas. “El cerebro tiene que ver con todo lo que nos
pasa, y sin dudas influye en las relaciones amorosas”, explica Jorgelina Varayoud,
bioquímica de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas (FBCB) de la Universidad
Nacional del Litoral (UNL) e investigadora del Conicet. “En las personas enamoradas
determinados circuitos cerebrales se ponen en funcionamiento y se desencadenan
reacciones químicas. Diferentes estudios científicos muestran, de manera novedosa,
que existen zonas del cerebro que se activan y sintetizan sustancias específicas, cuando
se está enamorado”.
Uno de estos estudios es el que llevó adelante Helen Fisher, antropóloga biológica de
la Universidad de Rutgers en Estados Unidos, autora de la idea del “cerebro
enamorado”. Fisher identificó a tres sustancias químicas del cerebro, la dopamina,
norepinefrina y serotonina, que juegan un rol muy importante en la pasión romántica.
Estas sustancias son neurotransmisores, tienen la función de transmitir información de
una neurona a otra en el sistema nervioso.