Clase 1
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Requisitos de finalización
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La evolución es un concepto con el que nos enfrentamos dentro y fuera de la ciencia. De
manera constante se nos bombardea con el término evolución a tal grado que damos por
sentado no sólo que la entendemos perfectamente sino que somos expertos en ella. La
realidad es que, hasta la fecha, el concepto de evolución, sigue siendo un área en desarrollo
y que no ha cesado de generar controversia entre distintos grupos humanos.
En esta primer clase daremos una introducción al tema desde una perspectiva histórica
hasta la presentación los conceptos fundamentales que, posteriormente, desarrollaremos a
lo largo del curso.
Para comenzar esta clase se presenta un video en el cual se abordan los principales errores
que cometemos al tratar de entender y explicar la evolución.
Para poder resolver la actividad de línea del tiempo que viene embebida en este recurso
educativo, revisa esta información previamente:
El fijismo sostiene que las especies actualmente existentes en la tierra han sido básicamente
iguales desde la Creación. Para esta teoría las especies son tal y como fueron creadas, es
decir, son inmutables. Los fósiles son restos de los animales que perecieron en los diluvios
bíblicos o por “caprichos” de la naturaleza. El fijismo describe la naturaleza en su totalidad
como una realidad definitiva, inmutable y acabada.
El fijismo como hipótesis científica no se formalizó sino hasta mediados del siglo XVIII en
la obra de Carl Nilsson Linæus (1707-1778), naturalista sueco reconocido por clasificar las
especies vivas, especialmente los vegetales, y crear las bases de la taxonomía moderna.
Linneo sostenía que las especies se habían creado de forma separada e independiente y
negaba la posibilidad del origen común de los seres vivos. En 1715 escribe en su obra
Philosophia botanica: "Tantas especies podemos numerar como diversas formas fueron
creadas al inicio".
Georges Cuvier (1769-1832), zoólogo y naturalista impulsor de la anatomía comparada y
de la paleontología, fue otro de los científicos ilustres que se posicionaron a favor del
fijismo.
Buffon propone toda una teoría sobre la generación de vida según la cual los organismos
aparecen por generación espontánea como consecuencia de la acumulación de moléculas
orgánicas. De manera que puede haber tantos tipos de animales y plantas como
combinaciones viables de moléculas orgánicas existen en la Tierra. También especula sobre
la posibilidad de un tipo original de donde habrían descendido el resto de los animales
mediante transformaciones morfológicas, pero finalmente rechaza esta hipótesis basándose
en la constancia de las especies e infertilidad de los híbridos.
Entre aquellos que dudaban que las especies fueran fijas y que no cambiaban estaba
Erasmus Darwin (1731-1802), abuelo de Charles Darwin. Erasmus era médico, naturalista
y escribía prolíficamente, con frecuencia en verso, sobre temas de botánica y zoología.
Sugirió en algunas notas al pie de página, que las especies tienen conexiones históricas
entre sí, que los animales pueden cambiar en respuesta a su ambiente y que su progenie
puede heredar estos cambios.
Para sostener sus leyes Lamarck dio muchos ejemplos de los cuales el más famoso es el de
las jirafas: La jirafa, que habita en lugares áridos y sin hierbas, se ha visto obligada a
alimentarse del follaje de los árboles más altos y a esforzarse continuamente por alcanzarlo.
Al cabo del tiempo y a lo largo de muchas generaciones su cuello se ha estirado y sus patas
delanteras se han hecho más largas que las traseras a fin de conseguir una mayor altura.
Charles Darwin (1809- 1882) nació en Inglaterra, estudió un par de años la carrera de
medicina, la cual abandonó para ser clérigo de la Iglesia Anglicana pero tampoco se dedicó
a ello. En 1831 formó parte de una expedición científica que recorrería las costas de
América del Sur y algunas islas en el Pacífico a bordo de un velero llamado “Beagle”. El
viaje duró cinco años y durante éste Darwin estudió sobre poblaciones y geología y pudo
observar y documentar fenómenos naturales que más tarde formarían parte de sus
publicaciones. En 1859, Darwin publicó su obra El Origen de las Especies donde expone su
teoría de la evolución cuyo argumento central es la selección natural.
La Selección Natural explica por qué los organismos están construidos según las demandas
de su entorno, un fenómeno llamado "adaptación". La adaptación es el resultado que cabe
esperar de un proceso que acumula las variaciones más favorables en la población a través
de largos períodos de tiempo evolutivo.
Alfred Russel Wallace (1823 –1913) naturalista nacido en Gales, fue el coautor, junto con
Charles Darwin, de la teoría de la Selección Natural y se considera el fundador de la
Biogeografía. Wallace realizó numerosos viajes por todo el mundo recolectando material
biológico y documentando sus observaciones sobre la naturaleza.
Acerca del origen de las especies Wallace argumentó: “debe de haber algún mecanismo de
transmutación de una especie en otra, que debe también explicar el origen de las mismas.
Algo que debe permitir que algunas formas, aunque sean ligeramente diferentes, sean más
favorecidas sobre las más frecuentes y se conviertan, así, en las que finalmente sobrevivan,
en un proceso sin fin”.
En 1858 le pidió a Charles Darwin que revisara su artículo “Sobre la tendencia de las
especies a formar variaciones indefinidamente a partir del tipo original” donde señalaba la
existencia de un principio general de la naturaleza que permitía a muchas variedades
sobrevivir a la especie parental y dar origen a cambios sucesivos que las hacía alejarse cada
vez más del tipo original. Darwin incorporó dichas ideas a su propia teoría y juntos
publicaron un par de ensayos en la revista de la Sociedad Linneana de Londres.
La hipótesis de que cada individuo lleva un par de factores para cada característica y que
los miembros del par segregan, es decir, se separan durante la formación de los gametos, se
conoce como primera ley de Mendel, o principio de segregación. La segunda ley de
Mendel, o principio de la distribución independiente, establece que, cuando se forman los
gametos, los alelos (formas alternativas de expresión que puede tener un gen) del gen para
una característica dada segregan independientemente de los alelos del gen para otra
característica.
Las mutaciones son cambios abruptos en el genotipo. Son la fuente primaria de las
variantes genéticas estudiadas por Mendel. Diferentes mutaciones en un gen único
incrementan la diversidad de alelos de ese gen en la población. En consecuencia, la
mutación aporta la variabilidad existente entre los organismos, que es la materia prima para
la evolución.
Las investigaciones realizadas por Mendel no fueron valoradas por sus colegas científicos y
tuvieron que esperar mucho tiempo hasta ser “redescubiertas” hasta principios del siglo
XX.
El mutacionismo propuesto por De Vries para explicar el origen de las especies fue
rechazado por muchos naturalistas contemporáneos y también por los llamados
biometristas, pero llegó a destacarse en las primeras décadas del siglo XX. Su éxito fue
efímero y terminó cuando Fisher y Wright, entre otros, fundamentaron matemáticamente la
evolución por selección y deriva genética (azar) a través del análisis del comportamiento
genético de las poblaciones.
Según los biometristas, encabezados por el estadista y matemático inglés Karl Pearson
(1857-1936), la selección natural es la causa principal de la evolución, a través de los
efectos acumulativos de variaciones pequeñas y continuas que son llamadas métricas o
cuantitativas, tales como las que se observan entre individuos normales como respuesta a
las condiciones ambientales y que se ven reflejadas en el tamaño, la fecundidad, la
longevidad, entre otros.
Para los biometristas, las mutaciones observadas por De Vries y, en general, las variaciones
cualitativas que obedecen a las leyes mendelianas son anormalidades que no contribuyen a
mejorar la adaptación al medio, sino que son eliminadas por selección y que la evolución
depende de la selección natural, actuando en las variaciones métricas ampliamente
presentes en los organismos.
Esta teoría se origina entre los años de 1930 a 1950 en donde muchos investigadores de
distintas ramas de la ciencia se involucraron. La síntesis evolutiva moderna incorpora las
ideas de la evolución de Darwin y la genética de Mendel que resultó en el surgimiento de la
genética de poblaciones creada por Sewall G. Wright, Ronald A. Fisher y J. B. S. Haldane.
Algunos aspectos de la Teoría Sintética recientemente han sido puestos en tela de juicio, en
parte, como resultado de nuevos avances en el conocimiento de los mecanismos genéticos
producidos por los rápidos progresos en biología molecular y como resultado de nuevas
evaluaciones del registro fósil. Las controversias actuales que se refieren, principalmente, al
ritmo, a los mecanismos del cambio macroevolutivo y al papel desempeñado por el azar en
la determinación de la dirección de la evolución, no afectan a los principios básicos de la
Teoría Sintética. Sin embargo, prometen proporcionarnos una comprensión mayor que la
actual acerca de los mecanismos por los cuales ocurre la evolución.
De acuerdo con esta teoría, la mayor parte de la variación observada a nivel molecular no
se mantiene por la selección natural de tipo darwiniano, sino que es el resultado de un
balance entre la deriva génica (azar) y las mutaciones neutras o casi neutras. De esta
manera, se puede decir que la mayor parte de la variación a nivel molecular ocurre de
manera aleatoria y no tiene importancia adaptativa. Otra de las predicciones de la teoría
neutral es que las mutaciones no se producen de manera uniforme en todas las proteínas o
al interior de las mismas. Las proteínas que participan en funciones esenciales son más
restringidas al cambio y sus tasas de cambio son mucho menores que las proteínas que no
tienen tanta restricción funcional.
Las mutaciones que sufren los individuos en una población suelen ser, según la hipótesis
neutralista, neutras o deletéreas. Si son deletéreas, son eliminadas rápidamente de la
población porque sus poseedores tienen menos descendientes y por tanto no llegan a
prosperar. Si las mutaciones son neutras, es decir, si los individuos que las tienen funcionan
tan bien como los que no la tienen, entonces su éxito en la población depende del azar, de la
deriva genética. Según Kimura, la variación genética de las poblaciones es un estado
transitorio en el proceso de fluctuación de alelos neutros.
Muchos de los datos moleculares están de acuerdo con las predicciones de la teoría
neutralista. La aceptación de esta teoría implica que en la evolución a nivel molecular
inciden decisivamente factores distintos que los que actúan a nivel morfológico. Mientras
que la primera estaría principalmente determinada por la mutación y deriva, la última lo
estaría por la selección natural.
13. Teoría Saltacionista o del Equilibrio Puntuado (Stephen Jay Gould & Niles
Eldredge)
En el registro fósil se observa a menudo que las especies permanecen estables durante un
tiempo para luego desaparecer o transformarse de forma aparentemente brusca. El
gradualismo explica este hecho por las imperfecciones del registro geológico, mientras que
según la hipótesis del equilibrio puntuado este hecho sería una consecuencia directa del
modo en que las especies evolucionan. La teoría saltacionista propone que la especiación se
produce sobre todo en situaciones de crisis, en poblaciones de distribución localizada y
efectivo reducido.
Según Eldredge y Gould, durante la mayor parte del tiempo de existencia de una especie,
ésta permanecería estable o con cambios menores (periodos de estasis), acumulándose
cambio evolutivo durante el proceso de especiación, que sería una especie de revolución
genética breve en términos geológicos. No se discute el carácter gradual del cambio
evolutivo, sino que se niega la uniformidad de su ritmo. Las diferencias entre la "teoría
sintética" y la "teoría del equilibrio puntuado" se refieren no sólo al tiempo (rápido o lento)
de la evolución, sino también al modo en que ésta se despliega. Así, los neodarwinistas
defienden que la evolución se desarrolla en el tiempo, básicamente, según un patrón lineal o
filogenético, mientras que los puntuacionistas son partidarios de una evolución en mosaico,
es decir, ramificada. La idea de los neodarwinistas es la sucesión lineal de una especie a
otra; para los puntacionistas, en cambio, una especie ancestral da lugar a múltiples especies
descendientes que, a su vez, o se extinguen o continúan ramificándose.