Anfetaminas y Drogas de Diseño

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10.

Drogas de Diseño y Anfetaminas

Introducción

Incluye:

Anfetamina; 4-bromo-2,5-dimetoxianfetamina(DOB);
4-metil-2,5-dimetoxianfetamina (DOM);
Dextroanfetamina; 2,4,5-trimetoxianfetamina (TMA-2);
Efedrina; Fenilpropanolamina; Metanfetamina;
Metilfenidato;
N-metil-1-3,4-metilenodioxifenil-2 butamina (MBDB);
Parametoxianfetamina (PMA); Sulfato de anfetamina; 3,4-metilendioxianfetamina
(MDA);
3,4-metilendioxietilanfetamina (MDEA) y 3,4-metilelendioximetanfetamina (MDMA)

Químicamente son derivados de la feniletilamina, incluyendo desde psicoestimulantes a alucinógenos


como la mescalina. Algunos presentan isomería óptica (anfetamina, MDMA). La forma dextro (d-
anfetamina) es más activa sobre el SNC que la levo.

Pueden clasificarse como:

- Anfetamina y derivados: sulfato de anfetamina, dextroanfetamina, metanfetamina, efedrina (de


la planta Ephedra vulgaris y que en argot se denomina "éxtasis verde"), metilfenidato (utilizado para
el déficit de atención), fenilpropanolamina (anorexígeno, descongestivo nasal) y fenfluramina
(anorexígeno). La mayoría son legales para algunos usos y globalmente están o estuvieron
disponibles en el mercado farmacéutico español.

- Drogas de síntesis ("drogas de diseño"): anfetaminas fabricadas clandestinamente y de uso


ilegal. La mayoría nunca ha estado disponible en el mercado farmacéutico. Pueden dividirse en:

- "Entactógenos": entre otras la 3,4-metilendioxianfetamina (MDA, "pildora del amor"), 3,4-


metilelenodioximetanfetamina (MDMA, "éxtasis", "Adán"), la 3,4-metilendioxietilanfetamina (MDEA o
MDE, "Eva") y la N-metil-1-3,4-metilenodioxifenil-2 butamina (MBDB). Predominan los efectos
psicoestimulantes y "entactógenos" (acercamiento a los demás, empatía), y las alteraciones de la
percepción, pero sin claros efectos alucinógenos a dosis habituales.

- Anfetaminas alucinógenas: entre otras la 4-bromo-2,5-dimetoxianfetamina (DOB), la 4-metil-


2,5-dimetoxianfetamina (DOM), la 2,4,5-trimetoxianfetamina (TMA-2) y la parametoxianfetamina
(PMA). Tienen efectos similares a la mescalina y a otros alucinógenos.

La mayoría se utilizan por vía oral, pero la anfetamina y la metanfetamina pueden inyectarse por vía
intravenosa y también esnifarse (speed). Una forma de metanfetamina puede fumarse (ice).

Fig. 1 - Estructuras químicas de algunos derivados anfetamínicos

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Fig. 2 - Formas de algunas "pastillas"

Epidemiología

El patrón de consumo más importante de las "pastillas" es el recreacional, y que se relaciona con
salir "de fiesta" los fines de semana, asistencia a discotecas o fiestas multitudinarias y sesiones
interminables de baile con música repetitiva. Después de 12-48 horas de actividad, los sujetos caen
exhaustos hasta la próxima semana.

Existe un patrón de consumo instrumental para aumentar el rendimiento, reducir el sueño y el


cansancio. Por ello se da en estudiantes, conductores, aviadores y deportistas.

En la encuesta domiciliaria sobre consumo de drogas de 1997 (Observatorio Español sobre Drogas,
Informe nº 1, 1998), un 0.9% de los encuestados entre 15-18 años había consumido "pastillas" en el
último mes. Han probado alguna vez en su vida anfetaminas o "pastillas" un 2.5% de la población.
Los consumidores de éxtasis también consumen cannabis (91%), alcohol (87%), tabaco (77%),
anfetaminas (41%) y cocaína (40%).

En las muestras decomisadas de "pastillas", sólo un 40% contienen MDMA. Otro 40% contiene MDA,
MDE y MBDB, un 10% otros estimulantes (anfetamina, cafeína) y el resto no contienen
psicoestimulantes.

A pesar de la elevada prevalencia de consumo, el número de sujetos que acuden a urgencias es


muy bajo. En un estudio realizado en quince hospitales españoles, las urgencias por consumo
de drogas de síntesis, alucinógenos y anfetaminas representaron menos del 1% del total de
urgencias por drogas de abuso.

Mecanismos de acción

Facilitan la liberación de neurotransmisores al invertir el flujo del transportador encargado de la


recaptación de noradrenalina, serotonina (5-HT) y dopamina. Además, facilitan su salida desde las
vesículas sinápticas al citoplasma. En consecuencia, aumenta la disponibilidad de neurotransmisores
en la sinapsis, pero disminuyen sus reservas y puede aparecer tolerancia. También inhiben la
recaptación del neurotransmidor y además tienen actividad IMAO. Por todo ello, son
simpaticomiméticos indirectos con acción psicoestimulante y vasoconstrictora.

La MDMA y derivados son también agonistas de los receptores alfa-2, muscarínicos M-1 y 5-HT2.
Además inhiben la actividad de la triptófano hidroxilasa. Tienen mayor acción serotonérgica que
dopaminérgica.

La anfetamina y derivados tienen mayor acción dopaminérgica que serotonérgica.

Cinética

Anfetamina Metanfetamina MDMA

Absorción Base débil (pKa 9.9) Base débil (pKa 9.9) Base débil (pKa 9.9)
Buena absorción oral Buena absorción oral Buena absorción oral
Tmax: 2 h Tmax: 2h Tmax 2h

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Distribución 3.2-5.6 L/kg

Metabolismo Hepático Hepático Hepático


Anfetamina (20%) MDA (5-10%)

Eliminación Urinaria 30% inalterada Urinaria Urinaria


Aumenta al acidificar la orina 40% inalterada
(hasta 70%) Aumenta al acidificar la orina Aumenta al acidificar la
orina

Semivida 12-15 h 10-12 h 9h


eliminación

Dosis tóxica

Está descrita en animales la denominada toxicidad por agregación (la DL-50 disminuye si los
animales están enjaulados en grupo, en comparación a cuando lo están en solitario). Una posible
explicación son sus efectos hipertérmicos y la dificultad en disipar el calor al estar en grupo. Se ha
sugerido la existencia de este fenómeno en humanos (ambientes multitudinarios y calurosos,
ejercicio, deshidratación).

Los efectos tóxicos aumentan en presencia de alcohol.

Anfetamina: La dosis habitual es de 5-20 mg. La dosis letal es de 750 mg, aunque se han descrito
muertes a dosis bajas.

MDMA: La dosis contenida en una pastilla oscila entre 50-100 mg. Las dosis tóxicas o potencialmente
mortales, no están establecidas. Hay descripciones de muertes entre 1 y 15 comprimidos.

La MDMA produce, tras su administración aguda (cuatro días) y crónica, una reducción de los axones de
algunas neuronas serotonérgicas en ratas y monos. Las dosis equivalentes en humanos serían de 1.4-5.6 g
administrados en 4 días (14-56 "pastillas"). En consumidores de "pastillas", los datos son contradictorios,
pero se ha demostrado una reducción en el transportador de serotonina. No se conocen los efectos a largo
plazo de la MDMA y derivados.

Manifestaciones clínicas

Signos de sobreestimulación simpática con aumento de la presión


arterial, taquicardia o bradicardia (refleja), midriasis, sudoración, sequedad de boca, náuseas y
vómitos. Además presentan hipertermia, temblor, agarrotamiento y movimientos anormales de la
mandíbula, tensión muscular, bruxismo y nistagmus horizontal. Puede presentarse un síndrome de
"golpe de calor".

Son muy frecuentes los trastornos


psiquiátricos como agitación, inquietud, agresividad, ansiedad, crisis de
pánico, insomnio, comportamiento estereotipado, alucinaciones, psicosis de tipo paranoide y delirio.

Entre los acontecimientos adversos graves destacan las alteraciones cardiovasculares


como arritmias, asistolia y colapso cardiovascular, la coagulación intravascular diseminada,
hemorragia cerebral, rabdomiolisis, hepatitis, hiponatremia por secreción inadecuada de
HAD, convulsiones y coma.
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Diagnóstico

Los antecedentes de consumo de pastillas no orientan sobre la sustancia específica. El consumo de


otras drogas es común en estos pacientes.

La valoración inicial debe incluir un análisis de los signos vitales y una exploración física completa.
Debe determinarse la temperatura corporal.

Dependiendo de los síntomas se practicará un ECG y analítica de sangre (incluyendo CK, enzimas
hepáticos e iones) y orina. La presencia de anfetamina y/o sus derivados en orina puede orientar al
diagnóstico, pero muchos derivados no se detectan con las pruebas habituales.

Si existe letargia o afectación neurológica, puede ser necesario una tomografía computerizada
cerebral para descartar la hemorragia cerebral.

La cocaína produce una clínica similar pero de menor duración que la de las anfetaminas
(hasta 24 horas). También presentan síntomas similares la abstinencia de sedantes y la ingesta
de dosis bajas de alucinógenos.

Gravedad

Son signos de gravedad la presencia de hipertermia, arritmias, convulsiones y la afectación


neurológica.

Las pruebas habituales de cribado de drogas de abuso en orina (inmunoanálisis) presentan


reactividad cruzada entre los distintos derivados. Se pueden necesitar reactivos específicos para
conocer con mayor exactitud el posible compuesto. Algunos de los derivados no se detectan y se
precisarán análisis más sofisticados (cromatografía líquida o de gases).

La presencia de alcohol empeora el pronóstico. La MDMA y derivados, por su acción serotonérgica,


pueden interaccionar con otras sustancias que compartan esta actividad y producir un síndrome
serotonérgico, que ya se ha descrito con el uso de los IMAO y la MDMA.

Tratamiento

El tratamiento requiere medidas generales de apoyo dependiendo de la sintomatología

Si el consumo por vía oral es reciente, se emplearán medidas generales de descontaminación


digestiva para evitar su absorción.

El objetivo inmediato es reducir la hiperactividad simpática y controlar la sintomatología psiquiátrica,


especialmente la agitación, ansiedad y psicosis. Los agentes de elección son las benzodiacepinas. Por
ejemplo diazepam oral (10-20 mg) o intravenoso lento (10 mg) o midazolam (5-10 mg i.m.). En
ocasiones bastan para controlar al paciente y normalizar los signos vitales.

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Si no se reduce la sintomatología psiquiátrica pueden emplearse, con mucha precaución, los
antipsicóticos (haloperidol) ya que reducen el umbral convulsivo, alteran la regulación de la
temperatura y provocan hipotensión y distonías.

Si no se controlan los signos cardiovasculares, pueden emplearse para las arritmias los
betabloqueantes (pero pueden producir vasocontricción coronaria), y fentolamina, nitroprusiato,
nifedipina o captopril para la hipertensión.

El tratamiento de la hipertermia requiere un enfriamiento rápido del paciente y control de la


agitación. La rabdomiolisis precisa tratamiento específico con hidratación, soporte cardiovascular e
incluso hemodiálisis (si se complica con insuficiencia renal).

No debe utilizarse la diuresis ácida forzada para aumentar la eliminación de anfetaminas; la


terapia sintomática descrita es suficiente y menos arriesgada, ya que esta técnica puede
aumentar la precipitación de mioglobina por la rabdomiolisis y aumentar el fallo renal.

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Autoevaluación

1. Una intoxicación aguda por éxtasis no presenta una de los siguientes signos/síntomas:

A. Miosis.

B. Taquicardia.

C. Agitación.

D. Hipertermia.

E. Sudoración.

2. Es un signo que puede implicar gravedad en las intoxicaciones por anfetaminas y


derivados

A. Crisis de pánico.

B. Hipertermia.

C. Hipertensión arterial.

D. Bruxismo.

E. Ninguno es signo de posible gravedad.

3. En una intoxicación aguda por éxtasis, el paciente generalmente acude con alguno de
loa siguientes síntomas clínicos:

A. Sialorrea.

B. Bradicardia.

C. Trismus.

D. Todas las anteriores.

E. Ninguna de las anteriores.

4. En el tratamiento de las intoxicaciones por anfetaminas:

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A. Se recomienda forzar la diuresis y alcalinizar la orina.

B. Se recomienda forzar la diuresis y acidificar la orina.

C. Los antipsicóticos son de elección en la agitación.

D. Las benzodiacepinas pueden controlar la hiperactividad simpática .

E. En el caso de hipertermia los antipsicóticos son de elección.

5. El mecanismo de acción de la MDMA implica:

A. Una acción agonista sobre receptores alfa y beta adrenérgicos .

B. La inhibición de la COMT (catecol-O-metil-transferasa).

C. La liberación de neurotransmisores, especialmente la dopamina.

D. La inhibición de la recaptación de neurotransmisores, especialmente la dopamina.

E. La liberación de neurotransmisores, especialmente la serotonina.

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http://wzar.unizar.es/stc/toxicologianet/pages/x/x10/01.htm
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