Cuento: Más Que Un Aroma
Cuento: Más Que Un Aroma
Cuento: Más Que Un Aroma
Vásquez Dextre
Dedicado con mucho cariño a mis Padres quienes me enseñaron a disfrutar de la
comida de la Sierra del Perú, con cariño para mi hermano Edgar, quien degustaba los
experimentos que preparaba.
Más que un aroma
“¡Ahjjjj!, ¿Ese olor?, a bacalao descompuesto, ¡Otra vez experimentando en
parecerte difícil pero con la práctica y con mucha voluntad, pronto te saldrá
mejor”.
Ernesto arremetió nuevamente con una frase que sólo él podría decir: “para
narices sensibles como la mía, que aprecian y saben diferenciar, esto es una
Ernesto!”.
Es así como, Ernesto enojado, sale a caminar por aquellos bosques con la
finalidad de sentir aromas que lo hagan olvidar el mal olor que acaba de
del almuerzo que ofrece la tía Meche, que es experta combinando comidas de
con plátano delicioso que combinado con su original sopa de fréjoles con
chica de jora, y para sellar con broche de oro, la comilona, sirve su postre
preferido: fréjol colado con leche vinagre. No puedo negar que la tía Meche,
cocina rico, sólo que es experta combinando mal las comidas, pero quien se
floreado, el mejor tiempo de esta hierba, sobre todo, cuando mamá adorna la
sopa con trocitos de culantro dándole un sabor que siempre recordare con
agrado”.
aquellas hierbas descubiertas, con los ojos cerrados permanecía imaginando todo
la comida de Pierina, abre sus ojos y mira la cola del zorrillo, molesto extiende su
brazo y le da un golpe al pobre animal que cae al pie de un árbol, sin moverse.
Ernesto molesto aún, conserva el mal olor impregnado en su nariz por el zorrillo y
Habiéndose borrado el mal momento, se acerca a una cabañita, sin poder creer lo
que ven sus ojos y lo que olfatea, un aroma dulce a flor de vainilla y canela, corre
hacia la cabaña, que tiene un gran jardín, lleno de flores de vainilla y con árboles
de vainilla, la mazamorrita de naranja con canela, el arroz con leche con canela y
Ernesto responde: ”Me encantan, ahhh! su aroma, me hacen soñar con los
que Ernesto tenía en casa, pero era limpia y muy ordenada. El anciano lo invita a
ojos y promete que no vas a respirar mientras lo comes, no lo vas a oler solo
lo vas a saborear.”
A lo que el anciano le contesta con suavidad, tratando de que confié en él: “Sólo
Ernesto recibe la taza con una cuchara. Sin oler, prueba cucharada por cucharada
describiendo las sensaciones que tiene: “Es una mazamorra un poco gelatinosa
“Si así es, la preparo mi esposa, debe estar dulce como ella, una dulce flor
inquieta y le dice al anciano: “Si, así es, me agrada. ¡Ya puedo olerlo!, debe
quiero oler esta mazamorra, quiero guardar en mis recuerdos este olor”.
rostro se dibujo gestos de desagrado, enojado comenta: “Pero huele mal, parece
en una comida, sino también el sabor, aún va mas allá, también cuenta quien
espíritu”.
acaramelada”.
El anciano responde: “Tengo un poco de miel de abeja, le vamos a rociar un
poco, ahí tienes tu manzana acaramelada. ¿Huele bien verdad?, ¡Que tal si la
Ernesto emocionado con el rico aroma que transmitía la manzana, le da una gran
digo?”
pobre pero siente que el anciano es muy rico por que tiene mucho amor y mucho
corazón.
Tiene razón, le pido disculpas, ya es tarde en casa deben estar preocupados, hoy
día no me he portado muy bien, muchas gracias, dio por finalizada su visita.
Ernesto va camino a casa meditando sobre lo que le dijo el anciano, ¿Qué vea
recostado junto al árbol, emitiendo un sonido que parecía que lloraba, aún vivo sin
moverse.
Ernesto se acerca y observa al animal, siente pena y arrepentimiento, ya que es
muy probable que el animalito se le acercará para jugar con él, sin intención de
molestarlo, así como cuando el era más niño, y quería jugar con otros niños,
también con los adultos, aunque ellos sean más serios a veces.
Ernesto saco un pañuelo de su bolsillo y logrando superar el mal olor de la cola del
Ya en casa, quiso pasar sin ser percibido, pero justo se choco con su hermana
verlo!”.
Pierina extiende sus manos tratando de tocar lo que lleva detrás Ernesto.
hermana.
molestar contigo”.
Baja la voz, ya sé, que se puede molestar pero ese será nuestro secreto. Contesta
Ernesto acepta que él fue quien motivo el estado del animal: “Si lo esta, lo
lastime, tenemos que tenerlo hasta que se recupere, ¿Pero qué hacemos?”.
“Pensemos, ¿Qué hace mamá cuando nos enfermamos?. Ella nos cuida,
Ernesto quiso contestarle con una ironía a su hermana sobre como le sale la
comida, pero recordó que debía ver mas allá que solo el olor o una mala
“No mamá, eso era antes ahora todas mis amigas juegan así”. Tratando de
otra vez, fue suficiente con el disgusto del almuerzo”. Finalizando la mamá la
acerca la cucharita con el alimento al zorrillo, él primero lo huele pero al ver que no
comer, pronto termina la primera cucharita, entonces Pierina sirve otra y otra hasta
parece que estuvo rico, ¿Has preparado más?, Qué ya me dio hambre”.
Ernesto: “Hay algo más que Mamá hace por nosotros cuando estamos
Pierina: “Si, es cierto. Vamos a ponerle unos paños de matico (2) tibio, eso
volvió al campo.
supieron con certeza si cada zorrillo que veían correr en el campo era el zorrillo
que ellos cuidaron, siempre recordaban lo dulces que podían ser a pesar del olor.
(1) Tocosh: Harina extraída de la papa dejada a remojar en agua por varias semanas en hoyos
(2) Matico: Arbusto medicinal conocido también como pañil, utilizada en emplastos o como mate,