coNCEPTO CULTURA

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Actividad de Aprendizaje 1: Panorama del concepto “cultura

Oscar Rodríguez Guzmán

Matrícula : 2339986

Maestría en Gestión cultural

Teoría y Tendencias de la Cultura

Asesor: Dr. Oscar Guillermo Walker Sarmiento


CONTENIDO Y ASPECTOS FUNDAMENTALES

En el devenir del tiempo, la palabra “cultura” ha tenido una presencia común y usual en
los medios actuales de difusión de información: televisión, radio… e inclusive en escuelas
e institutos. Es un término por si mismo extraño, distante a la vez que familiar. Y es que
estamos ante una palabra, un concepto – el de cultura – que ha impregnado buena parte
de las mentes de hoy para referirse a “aquello intangible” que define un grupo,
usualmente extraño y diferente – el “nosotros” y el “otro” – para las masas de los
espectadores, oyentes y demás categorías que se quiera encontrar. Si bien, el problema
radica en la concreta definición y uso especifico de este término tan peculiar. Pues es
bien conocido que lo que atañe en concreto este concepto se escapa, por obviedad, del
primer sentido que le quiso dar –quizá– Tylor en su momento1 . Y es que ha adquirido
esa naturaleza curiosa de la entidad conceptual que por su propio nombre a todo lo
nombre y a nada define. Esas palabras “tautológicas” o “holísticas” que se auto definen
con solo pronunciarlas. Un hecho curioso, si cabe, en la supuesta era de la información
donde la popularización de la “cultura” delimita muchos actores sociales, desde políticos
a periodistas, que la utilizan para fines más que explicaciones. No obstante, con el
presente trabajo no pretendo sólo el buscar una definición popular, “ecléctica”, con la que
poder definir que es la “cultura” – en su ambivalencia – para la mayor parte de la
población; sino concretar su uso y definición en el mundo que la vio nacer: en la
Antropología; junto con los inherentes debates que se desprenden de las diferentes
interpretaciones o acotaciones del concepto para esa utilización exacta que le da el
investigador y antropólogo pertinente.

Si bien Tylor (Grimson, 2008) en 1871 planteó un concepto de cultura asociado a todo
aquel conocimientos, tradición, costumbre y hábito inherente a la persona dentro de una
sociedad, al ser perteneciente de esta. Harris (2011) cita la definición de Tylor de la
siguiente manera: “La cultura… en su sentido etnográfico, es ese todo complejo que
comprende conocimientos, creencias, arte, moral, derecho, costumbres y cualesquiera
otras capacidades y hábitos adquiridos por el hombre en tanto que miembro de la
sociedad.” Grimson (2008) prosigue en incluir, por ende, todas las actividades y
pensamientos humanos dentro de la susodicha cultura. Poniendo el relieve en que hay
diferentes y múltiples culturas siendo el denominador común que la humanidad es un
ente cultural. De hecho, a partir de Boas (Harris, 2011) nos encontramos con el
relativismo cultural que permitió abordar el estudio de las diferentes culturas evitando un
enfoque etnocéntrico3 , haciendo hincapié en la evolución particular de cada sociedad;
igualando las culturas al ponerlas en el mismo nivel de complejidad, sin inferiores ni
superiores.

En la lectura me llamaron la atención estas definiciones de cultura porque son el principio


sobre el cual se fundamentaron diversas ideas que hasta la fecha tienen vigencia.

Al contrario de lo que piensan estos evolucionistas o pensaban las culturas nunca siguen
una progresión fija sino que por el contrario y no van e incorporan elementos de otras
culturas que las hace dar inmensos saltos en su evolución cultural el crecimiento de los
medios de comunicación y de los medios de transporte hace que la interacción entre las
culturas sea todavía más sorprendente.

Cultura en la etimología latina significaba cultivo o cuidado y se empleaba Este término


en referencia al campo valiéndose de la idea de cultivo de tierra o agricultura y cicerón
utiliza la metáfora de la cultura anime es decir el cultivo del alma que nos aproxima a un
sentido de la cultura de la actualidad sin embargo a lo largo de toda la edad media la
cultura había tenido connotaciones agrarias.

Tyler acuñó unas de las definiciones más clásicas de cultura en 1871 en cultura primitiva:
lacultura o civilización en sentido etnográfico amplio, es ese todo complejo que incluye
el conocimiento, las creencias, el arte, la moral el derecho, las costumbres y cualquier
otro hábito y capacidades adquiridos por el hombre en cuanto miembro de una sociedad.
Por su parte boas tiene la siguiente definición: puede definirse la cultura como una
totalidad de las reacciones y actividades mentales y físicas que caracterizan la conducta
de los individuos componentes de un grupo social, colectiva individualmente, en relación
a su ambiente natural, a otros grupos, a miembros del mismo grupo, y de cada individuo
hacia sí mismo.
R benedic menciona que la cultura se ajusta a una elección entre las innumerables
posibilidades que se ofrecen dando lugar a que cada cultura presente un perfil
determinado y singular él introduce dos conceptos de pauta cultural y de rasgo cultural
obedeciendo este último a cada una de las unidades que en su conjunto forman la pauta
cultural.

Si bien Tylor (Grimson, 2008) en 1871 planteó un concepto de cultura asociado a todo
aquel conocimientos, tradición, costumbre y hábito inherente a la persona dentro de una
sociedad, al ser perteneciente de esta. Harris (2011) cita la definición de Tylor de la
siguiente manera: “La cultura… en su sentido etnográfico, es ese todo complejo que
comprende conocimientos, creencias, arte, moral, derecho, costumbres y cualesquiera
otras capacidades y hábitos adquiridos por el hombre en tanto que miembro de la
sociedad.” Grimson (2008) prosigue en incluir, por ende, todas las actividades y
pensamientos humanos dentro de la susodicha cultura. Poniendo el relieve en que hay
diferentes y múltiples culturas siendo el denominador común que la humanidad es un
ente cultural. De hecho, a partir de Boas (Harris, 2011) nos encontramos con el
relativismo cultural que permitió abordar el estudio de las diferentes culturas evitando un
enfoque etnocéntrico3 , haciendo hincapié en la evolución particular de cada sociedad;
igualando las culturas al ponerlas en el mismo nivel de complejidad, sin inferiores ni
superiores.

Naturaleza v.s. cultura

• Desde el punto de vista ontológico el estudio de la cultura remite al


establecimiento de la diferencia sustancial que existe entre ésta y la naturaleza.
Ello se puso de manifiesto en el siglo XVIII, cuando el hombre, hecho razón, se
adueña de toda la reflexión respecto de cuanto existe.
• El ser humano es el resultado de una larga evolución, la cual se ha traducido en
cambios adaptativos, muy favorables para la especie. En 1859 Darwin enunció la
primera parte de su teoría, la cual ponía de manifiesto los principios que habían
permitido la evolución de los seres vivos, y tuvo su continuidad en 1871 con la
publicación de Descent of Man. Uno de estos principios era el de la selección
natural que se traduce en la supervivencia de los más aptos.
• Nuestros ancestros evolucionaron a partir de otras especies, en un proceso de
especiación que no es distinto del que se ha producido incesantemente en la
Naturaleza. Algunas de las especies vivas se hallan relativamente cercanas al ser
humano. Los simios póngidos se hallan próximos al ser humano en la escala
biológica. Tanto es así que es muy posible que el advenimiento de los homínidos
se haya producido hace poco más de seis millones de años.
• El hecho tiene su importancia, sobre todo porque nos permite descubrir que el ser
humano no es el único que posee cultura, aunque, por descontado, es la más
potente, incomparablemente, de cuantas existen. Los chimpancés, igual que los
gorilas y los orangutanes poseen cultura: comen de manera distinta según las
áreas en las que viven, lo cual quiere decir que aprenden independientemente.
• Los seres humanos pueden tomar decisiones, racionalmente, que anulan la
evolución. Por ejemplo, pueden optar por no reproducirse, o pueden optar por
suicidarse. Además, hay seres humanos que, voluntariamente, dejan de comer,
como ayuno, o de dormir, como castigo autoimpuesto. En fin, en los seres
humanos, los instintos son reducidos a la mínima expresión o sometidos por
efecto de la cultura.
• Pero esta gran variedad cultural descubre, asimismo, la existencia de numerosas
subculturas, con tanta mayor intensidad en los casos de las grandes
aglomeraciones humanas, y más aún en el caso de las modernas urbes.
Evidentemente, tratándose de culturas muy reducidas en número de efectivos
humanos, estas subculturas no están presentes. La subcultura es una estrategia
adaptativa que precisa que el tamaño de los grupos humanos sea suficientemente
grande.
• Tan grandes son, aparentemente, las diferencias entre las culturas, que los
integrantes de una de ellas consideran que los de otra cultura tienen costumbres
raras. El hecho de que los seres humanos se sientan miembros de un grupos
social y partícipes de una cultura explica que ello sucede así porque la
conservación de la cultura es imprescindible para la supervivencia de muchos
grupos humanos. De hecho, la cultura ha sido el mecanismo que ha permitido al
ser humano adaptarse de forma análoga a como lo ha hecho su naturaleza
biológica y, a partir de un determinado momento, la cultura ha conseguido someter
a la naturaleza en buena medida.

Características

• La cultura es, asimismo, adaptativa, puesto que sirve para que los seres humanos
puedan vivir en los entornos naturales y sociales que ocupan. Cada generación
trata de mejorar las condiciones adaptativas, conservando todos los elementos
del pasado que poseen un mínimo de eficacia, e incluso otros muchos por razones
de identidad. Por esta razón, los aspectos históricos poseen un peso muy
importante en las culturas.
• El hecho de que la cultura sea adaptativa, en general, no implica que lo sea
siempre. En la adaptación se producen desajustes que explican los
comportamientos degradantes tanto hacia el entorno natural como hacia el social.
Como ejemplo, piénsese en el desastre que supone el uso de productos y
residuos contaminantes, la deforestación de las masas boscosas, la desertización
de algunas áreas de la tierra, etc.
• Las costumbres de los seres humanos son adaptativas, por lo general, en el
sentido de que existen porque favorecen la supervivencia. Pero hay costumbres
que parecen contradecir esta tendencia. Teóricamente, al menos, debieran
desaparecer estas últimas, mientras se conservan las costumbres más
adaptativas. Es evidente, por el contrario, que las cosas no sucedan
necesariamente de esta manera.
• Como ya se ha adelantado, es característico de la cultura que, frecuentemente,
domine a la naturaleza, y hasta se oponga a ella. En nuestros días es posible la
introducción de modificaciones genéticas en los seres vivos, que alcanzan su
grado más alto cuando afectan a los propios seres humanos. Es evidente que la
Naturaleza se viene modificando. por la acción de las culturas de los seres
humanos, de una manera continuada a lo largo de la historia.
• Por otro lado, la esencia de la cultura viene dada por las reglas que la informan,
de lo que se sigue la importancia que las normas adquieren en el funcionamiento
de la cultura. Ahora bien, para que las normas den vida a algo que denominamos
cultura es imprescindible que sean compartidas por quienes participan de esta
última, en cuanto miembros de una sociedad. Es posible, sin embargo, que una
parte de los miembros de una sociedad, sin dejar de compartir las reglas
generales de la totalidad de la sociedad, se ajusten a unas reglas propias, dando
lugar así a una subcultura. También es posible que una parte de la sociedad
muestre rasgos culturales de oposición a la cultura dominante, en cuyo caso
hablaremos de contracultura.
• La cultura se caracteriza también por constituir un sistema integrado. Cualquier
modificación que se introduzca en un elemento afecta a otros muchos. La
introducción de un deporte como el fútbol en España, a finales del siglo XIX,
provocó cambios en las costumbres, la aparición de nuevas formas de
sociabilidad, la atención de los medios de comunicación, etc. Las repercusiones
de cada cambio tienden a ser absorbidas por el sistema hasta donde es posible.
Periódicamente se producen desajustes de mayor o menor importancia.
• También, de lo que se acaba de señalar se deduce que la cultura es cambio. El
cambio es un requisito de su carácter integrado. Es evidente que tales procesos
de cambio adquieren una especial profundidad en el tránsito de las sociedades
tradicionales a las modernas. Los procesos de cambio constituyen un objeto de
estudio de gran importancia para las ciencias sociales, debido a las repercusiones
de los mismos. Pero, en todo caso, el cambio va implícito en la cultura.

¿Etnocentrismo vs relativismo cultural?

Para que se pueda dar comunicación entre diversas comunidades culturales, es


necesario que exista alguna instancia que trascienda la misma cultura y que permita la
creación de un ámbito de sentido compartido por el emisor y el receptor. Ahora bien, si
se sostiene que la cultura es la instancia última a la que todo lo demás ha de ser referido,
y en la realidad nos encontramos con una pluralidad fáctica de culturas, entendidas a su
vez como conjuntos autorreferentes, lo lógico es que uno acabe aceptando que las
culturas entre sí son incomunicables. Esto –como se indicó más arriba– no significa
necesariamente que no se dé algún tipo de intercambio entre culturas diversas; el mismo
Lévi-Strauss está dispuesto a reconocer que las culturas no se ignoran unas a las otras,
que de vez en cuando toman préstamos unas de otras. Lo que no sería posible es un
intercambio de sentidos. Se trata de un solipsismo a nivel cultural. El receptor recibe
estímulos procedentes del emisor procedente de la otra cultura, y los dota de un sentido
que les es extraño, y viceversa. Estamos ante un proceso de estímulorespuesta, seguido
de una interpretación unilateral, que para nada coincide con el sentido originario del
significante. Dicho con otras palabras: la traducción es una ilusión. No se trata de que no
sea perfecta, de que en muchos casos no sea posible alcanzar la literalidad, de que en
algunos otros carezcamos de los elementos simbólicos precisos y adecuados a ciertos
sentidos o de que ciertos sentidos no se hayan desarrollado en una común

Universales de la cultura

En su teoría, Brown desarrolla distintas propuestas teóricas y metodológicas para


integrar los universales como modelos teóricos explicativos sobre los seres humanos.
Dichos modelos permiten establecer conexiones entre la biología, la naturaleza humana
y la cultura.

Entre otras cosas propone que hay 6 tipos de universales: absolutos, aparentes,
condicionales, estadísticos y grupales.

1. Universales absolutos

Estos universales son los que la antropología ha encontrado en todas las personas
independientemente de su cultura específica. Para Brown, muchos de los universales no
existen de manera separada de los otros universales, sino que son expresiones de las
distintas áreas al mismo tiempo, por ejemplo el concepto de “propiedad” que expresa al
mismo tiempo una forma de organización social y cultural, y también un comportamiento.
Algunos ejemplos que pone el mismo autor en el área cultural son los mitos, las leyendas,
las rutinas diarias, los conceptos de “suerte”, los adornos corporales, la producción de
herramientas.En el área del lenguaje, algunos universales absolutos son la gramática,
los fonemas, la metonimia, los antónimos. En el área social, la división de trabajo, los
grupos sociales, el juego, el etnocentrismo.

En lo conductual, la agresión, los gestos faciales, los rumores; y en el área mental las
emociones, el pensamiento dualista, los miedos, la empatía, los mecanismos
psicológicos de defensa.

2. Universales aparentes

Estos universales son los aquellos para los cuales ha habido solo algunas excepciones.
Por ejemplo, la práctica de fabricar fuego es un universal parcial, porque hay distinta
evidencias de que muy pocos pueblos lo utilizaron, no obstante, no supieron cómo
fabricarlo. Otro ejemplo es la prohibición del incesto, que es una regla presente en
distintas culturas, salvo algunas excepciones.

3. Universales condicionales

El universal condicional también es llamado universal implicacional, y hace referencia a


una relación causa-efecto entre el elemento cultural y su universalidad. En otras
palabras, es necesario que se cumpla una condición particular para que el elemento sea
considerado universal.

Lo que está de fondo en los universales condicionales es un mecanismo causal que se


vuelve una norma. Un ejemplo cultural podría ser la preferencia por el uso de una de las
dos manos (la derecha, en occidente).

4. Universales estadísticos

Los universales estadísticos son los que ocurren de manera constante en sociedades
aparentemente no relacionadas entre sí, pero no son universales absolutos porque
pareciera que ocurren de manera azarosa. Por ejemplo, los distintos nombres con los
que se le llama a la “pupila” en diferentes culturas, dado que todas hacen referencia a
una persona pequeña.

5. Grupos universales

Los universales grupales son aquellos elementos o situaciones en los que un conjunto
limitado de opciones explica las posibilidades de variación entre culturas. Por ejemplo, el
alfabeto fonético internacional, que representa una posibilidad finita de comunicarnos
mediante signos y sonidos comunes, y que se encuentra de maneras distintas en todas
las culturas.

En este caso hay dos grandes categorías para analizar los universales: emic y etic
(derivadas de los términos en inglés “phonemic” y “phonetic”) que sirven para distinguir
los elementos que están expresamente representados en las concepciones culturales de
las personas, y los elementos que están presentes pero no de manera explícita.

Por ejemplo, todas las personas hablamos con base en unas reglas gramaticales que
hemos adquirido. No obstante, no todas las personas tenemos una representación clara
o explícita de lo que son las “reglas gramaticales”.

Cambio cultural

Los factores externos, incluida la innovación tecnológica, los cambios ambientales y el


contacto con otras sociedades, a menudo influyen directamente en la cultura. Los
conflictos y la competencia por recursos limitados contra otras comunidades pueden
influir en la dinámica social. Además, la difusión o aculturación puede conducir a la
transmisión de ideas culturales. La difusión implica el movimiento de un símbolo o
artefacto dado a una cultura diferente. Por ejemplo, mientras que las hamburguesas son
un alimento común en Estados Unidos, los chinos las consideran exóticas. Además, la
evidencia empírica ilustra el papel de la innovación y la invención en la promoción del
cambio cultural. Por ejemplo, encontrar nuevos conocimientos dentro del ámbito
existente es un mecanismo para propagar el cambio cultural.

CONCLUSION

hemos podido ver y apreciar la constante evolución del concepto de cultura en sus
diferentes ámbitos y relaciones con otros significados y experiencias. Desde su evolución
histórica y uso por diferentes teorías simplificadas en este ensayo, a su llegado al mundo
no académico en diferentes formas y contextos. Una realidad en constante cambio y
evolución donde el pretender buscar un significado compartido por todos – que le guste
a Harris, Clifford, Geertz y a LéviStrauss – sería, en buena parte, poco útil o delimitador
al tener en cuenta las diferentes perspectivas y usos que le dan estos autores –
representantes de sus “escuelas” – en la aplicación correcta de la Cultura o de las
culturas. Ya no hablar, por supuesto, de la popularización del término. Que escapa
rápidamente a todo pretendido control o sujeción a una definición por parte de los
Antropólogos, sea cual sea la escuela que lo pretenda o toda la Disciplina en su totalidad.
Ver como una herramienta académica se esgrime como arma o argumento político para
autodefinirse a escala nacional o transnacional – Occidente – frente a una alteridad
creada y definida por un nosotros que la necesita.

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