Unidad 3 A) - Comportamiento Del Fuego en Incendios
Unidad 3 A) - Comportamiento Del Fuego en Incendios
Unidad 3 A) - Comportamiento Del Fuego en Incendios
MATERIA: INCENDIOS I
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PROCESO DE COMBUSTIÓN - COMPORTAMIENTO DEL FUEGO Y LOS
INCENDIOS
LA COMBUSTIÓN
Cuando el combustible se combina totalmente con el oxígeno sin dejar más productos
residuales que CO2 y vapor de agua, recibe el nombre de combustión completa.
Hay ocasiones en que la combustión puede producirse sin oxígeno, por ejemplo, los
hidrocarburos pueden quemarse en una atmósfera de cloro. Otros productos como el
nitrato de sodio (NaNO3) o el clorato de potasio (KClO3) son potentes oxidantes.
EL FUEGO
Como se vio en unidades anteriores
Cada combustible libera, al quemarse, una cierta cantidad de energía en forma de calor,
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igual a la energía que mantenía unidos los átomos en las moléculas del combustible,
menos la empleada en la formación de los nuevos compuestos (gases resultantes de la
combustión o gases quemados). La cantidad de energía que cada combustible produce
se expresa por su poder calorífico.
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Como vemos los combustibles pueden estar en cualquier estado de agregación, sólido,
líquido o caseoso, pero debemos aclarar que lo que arde con llamas en los
combustibles, son los vapores que ellos desprenden en el proceso de la combustión.
Cuando una madera es encendida, son los vapores que ella genera los que realmente
entran en llama, y en este caso particular puede haber una superficie incandescente
(brasa) además de llama.
En los combustibles líquidos, el intenso calor radiante que genera vapores en cantidades
crecientes, los que alimentan el fuego (llamas), la técnica fundamental ha de ser la de
cubrir el espejo líquido evitando la transferencia de calor y la libre generación de vapor
(ejemplo: usando espuma).
Los gases arden en toda su masa produciendo gran parte de ellos serios riesgos de
explosión. Como los líquidos arden produciendo exclusivamente llamas. La técnica
clásica de extinción es saturarlos de material inerte o evitar su contacto con la fuente de
calor.
En todos los casos las técnicas modernas de extinción combinan métodos físicos con
los químicos, siendo los elementos extintores seleccionados en función del tipo de
combustible.
Desde el punto de vista de incendio, el oxígeno del aire es el comburente principal, pues
en casi exclusivamente todos los siniestros que alimenta el fuego.
A pesar de que el oxígeno juega un papel muy importante en la mayoría de los procesos
de combustión, se destaca que ciertos metales como el calcio y aluminio, por ejemplo,
pueden quemar en una atmósfera de nitrógeno que ordinariamente es inerte. También
el óxido nitroso alimenta la combustión del fósforo, del carbón y de muchos otros
elementos.
El polvo de magnesio puede arder en una atmósfera de anhídrido carbónico (otro gas
inerte usado en la extinción de incendios), del mismo modo los vapores de ácido nítrico
hacen que un ovillo de lana se envuelva en llamas.
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Hay también un número de sustancias que se descomponen directamente al ser
expuestas a temperaturas suficientemente elevadas en la ausencia de cualquier otro
material. Ejemplo de estos materiales son la hidrazina (N2H4), el nitrometano (CH3-NO2),
el peróxido de hidrógeno (H2O2) y el ozono (O3).
Estos elementos mencionados incluyen algunos de los combustibles más conocidos
para cohetería.
Llegará un momento que aparecerá una pequeña llama apenas perceptible, que
desaparecerá con la interrupción de la corriente eléctrica. Su existencia depende de una
fuente de calor exterior que se la da el anillo de platino.
Si ahora calentamos el anillo a una mayor temperatura de modo que aparezca una llama
brillante como resultado de una mayor velocidad de reacción, se produce una condición
que posibilita que la llama subsista sin aporte de calor exterior provisto por el aro. Ello
permite suspender la corriente sin que la llama se extinga. Ésta es la temperatura de
ignición.
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El punto de inflamación en vaso abierto generalmente se determina en el aparato
Cleveland, y la determinación en vaso cerrado se le suele hacer con el aparato Pensky-
Martens o el de Tagliabue.
A pesar de la sólo las reacciones más simples han sido completamente entendidas
debido a la cantidad creciente de complicaciones que se presentan cuando aumenta la
complejidad del producto combustionado.
Para que sea posible la ignición, debe existir una concentración de combustible
suficiente en una atmósfera oxidante dada. Pero no todas las mezclas
combustible/comburente son susceptibles de entrar en combustión, sino que solamente
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reaccionarán algunas mezclas determinadas.
Se definen los límites de inflamabilidad como los límites extremos de concentración de
un combustible dentro de un medio oxidante en cuyo seno puede producirse una
combustión, es decir:
Campo de inflamabilidad
A las concentraciones intermedias entre ambos límites se denomina rango o campo de
inflamabilidad, y son mezclas capaces de entrar en combustión.
Para explicar el significado de dichos límites, se puede citar como ejemplo un producto
de combustión presente en todos los fuegos, como es el monóxido de carbono (CO).
Sus límites varían del 12,5 % al 74 % de contenido de una mezcla con aire. Esto significa
que si la atmósfera del local contiene 12,5 % o más de CO pero no menos que el 74 %,
puede arder o explotar. Si el porcentaje es inferior al 12,5 % se considera que la mezcla
se encuentra por debajo del límite inferior de inflamabilidad L.I.I., es decir, es demasiado
pobre en combustible para arder. Cuando el contenido de CO es superior al 74 %, la
mezcla se encuentra por encima del límite superior de inflamabilidad L.S.I., es decir, es
demasiado rica en combustible para arder.
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Poder calorífico
A mayor poder calorífico del combustible mayor será la temperatura de los materiales
provocando la propagación del fuego.
Combustión Rápida o Fuego: Se produce con fuerte emisión de luz y de calor en forma
de llamas y con una velocidad de propagación inferior a 1 metro por segundo.
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FORMAS DE TRANSMISIÓN DEL CALOR
El calor se transmite en tres formas distintas, que son las siguientes: conducción,
convección y radiación.
POR CONDUCCIÓN
Por el contrario los metales son los mejores conductores del calor.
• Buenos conductores: Plata, aluminio, cobre, zinc, bronce, plomo, estaño, hierro.
• Medianos conductores: Granito, hielo, vidrio, ladrillo, cal, revoque, agua. Malos
POR CONVECCIÓN
La convección es el movimiento físico ascendente del calor que se produce en los fluidos
(líquidos y gases) por la elevación de sus moléculas, que pierden densidad al calentarse.
Tal es la manera en que se verifica el calentamiento del agua en un recipiente
cualquiera; el calor es recibido por el agua que se encuentra más próxima al agente
térmico, y son las mismas moléculas del líquido las que, al calentarse y perder densidad,
se elevan y forman una corriente ascendente que va distribuyendo el calor a todo el
volumen afectado. En lo que se refiere a los gases, como el aire, la convección puede
ser demostrada fácilmente mediante el empleo de una vela encendida.
Dicho en términos más sencillos, el calor producido por una combustión se propagará
principalmente hacia arriba, lo cual resulta familiar para un bombero experimentado, que
habrá observado cómo los gases desprendidos del fuego en la parte baja de un edificio
se elevan y ocupan los niveles superiores, hasta hacer arder a los elementos
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combustibles que se hallen en estos últimos. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que
esa tendencia natural a elevarse, que experimentan los fluidos al calentarse, suele ser
modificada en la práctica por las condiciones ambientales; así por ejemplo, una corriente
de gases calientes que encuentra en su recorrido un obstáculo, como un techo o plano
cualquiera, se desplazará horizontalmente hasta ubicar un hueco por donde seguir
ascendiendo, o en su defecto, seguirá acumulándose en la parte superior del local
afectado, e incluso irá descendiendo gradualmente hasta hallar una vía de escape. Del
mismo modo, una corriente de aire puede alterar o distorsionar el normal ascenso de
los productos gaseosos de una combustión, como suele ocurrir con los fuegos al aire
libre en días de viento, o con una llama cualquiera sometida al efecto de un ventilador.
Cuando más se haya calentado el aire o un gas, mayor será su expansión y menor su
peso. Por lo tanto se elevará más rápidamente, lo cual explica porqué el humo y los
gases calientes desprendidos de una combustión proporcionan una buena señal sobre
las condiciones en que se halla el edificio incendiado: si el humo se eleva velozmente,
no cabe duda que el calor será considerable, en tanto que si lo hace con lentitud, ello
se deberá a que la combustión no es muy intensa, o a que los gases han tenido
oportunidad de enfriarse, en su recorrido hasta el aire libre.
LA RADIACIÓN
Esa energía radiante pasa desde un objeto caliente hasta otro más frío por medio de
ondas o rayos, que se desplazan a través del espacio en una línea recta, de un modo
similar al de la luz. Esos rayos atraviesan los medios transparentes, como los vidrios y
el aire, son reflejados por la superficie claras, y absorbidos por las oscuras, lo que
explica la preferencia por los colores claros en el verano.
Pese a que como decimos, la energía radiante se propaga del mismo modo que la luz,
será más fácil comprender su mecanismo si pensamos en lo que ocurre con las ondas
radioeléctricas, que hallándose en el medio ambiente sólo pueden transformarse en
sonido por medio de un aparato receptor. Con la energía radiante ocurre lo mismo:
mientras no sea «detenida» por un cuerpo, no se manifiesta como calor. Así por ejemplo,
el aire no puede absorber la energía radiante, y por lo tanto es atravesado libremente
por ella sin calentarse. Este principio se aprovecha en la calefacción al aire libre, por
medio de equipos infrarrojos, que transmiten directamente el calor a las personas y
objetos sometidos a su radiación.
Lo mismo ocurre con la energía calórica que nos llega desde el sol, si nos exponemos
directamente a ella, nuestra piel la absorbe y la convierte en calor (que puede llegar a
quemarla), mientras que si permanecemos a la sombra, nos protegemos de sus rayos
y sólo sentimos el calor que el aire ha recibido por conducción (y ulterior convección)
desde el suelo y los demás objetos calentados por el sol.
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Siempre que una sustancia combustible está expuesta a los rayos directos de un
incendio, la energía radiante pasa desde el fuego al material y cuando éste alcanza su
temperatura de ignición comienza a arder. Sin embargo, al aplicarse una sustancia
aislante, tal como el agua, para que actúe de
«sombra», la sustancia no se calienta lo suficiente para arder. En este caso el agua no
sólo absorbe la energía radiante, sino que también provee al material expuesto con una
cobertura adicional, que debe ser vaporizada antes que aquél pueda alcanzar su
temperatura de ignición.
El incendio, que produce efectos térmicos mucho más importantes, se considera como
un evento excepcional.
No hay dos incendios iguales. Esta expresión común en el léxico de los Bomberos
revela precisamente la multiplicidad de formas y matices propios del fenómeno ígneo,
originadas en el gran número de variables que lo caracterizan.
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- Dimensiones del local,
- Dimensiones y disposición de aberturas,
- Efectos de tiraje,
- Dificultad para el acceso do los servicios de extinción, etc.
c) Condiciones ambientales:
- Presión,
- Temperatura,
- Humedad relativa,
- Viento (intensidad y dirección) etc.
Estas variables además, pueden influenciarse entre si. A título de ejemplos, por
supuesto, no taxativos, se citan a continuación algunas relaciones.
1. Temperatura alcanzada,
3. Duración.
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Partiendo de la observación en numerosos casos reales y pruebas de laboratorio, en
distintos países se han compilado datos sobre las temperaturas alcanzadas en los
incendios, en función del tiempo. En algunos casos se han realizado relevamientos de
temperaturas durante el desarrollo de los siniestros; en otras oportunidades los datos
han surgido del examen de materiales utilizados en la construcción siniestrada, a partir
del conocimiento del punto de fusión de los mismos y, finalmente. se han obtenido
mayores precisiones recurriendo en laboratorios de incendio a la medida de tiempos y
temperaturas desarrolladas en locales construidos especialmente a tales fines. -
Por supuesto que cada incendio tendrá su propia representación gráfica, variando la
duración de las fases y la máxima temperatura alcanzada.
Del análisis de familias de curvas de incendios individuales con los más altos valores
registrados durante un lapso apreciable, puede llegarse a establecer una curva
Standard, o curva característica tiempo – temperatura, como envolvente de aquellas.
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CURVA STANDAR
CURVA DE INCENDIO
Para que un incendio se desarrolle más allá del material primario en ignición, el calor
debe ser transmitido más allá de dicho material hacia fuentes de combustible
adicionales. En la primera etapa de un incendio, el calor aumenta y genera una pluma
de gases calientes (columna de humo ascendente o cojín de gases del incendio). Si el
incendio transcurre en un espacio abierto (en el exterior o en un gran edificio), la pluma
crece sin ningún impedimento, y se alimenta de aire en la medida que crece.
Precisamente porque este aire aportado a la pluma está más frío que los gases del
incendio, esta acción tiene un efecto refrigerante en los gases generados por el incendio.
La propagación del incendio en un área abierta se debe en origen a la energía calorífica
que se transmite desde la pluma a los combustibles cercanos La propagación del
incendio en exteriores puede aumentar por la acción del viento y la inclinación del
terreno que facilita el precalentamiento de los combustibles por exposición.
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- Incendio totalmente desarrollado
- Decrecimiento
flashove
r
Temperatura
La ignición describe el periodo donde todos los elementos capaces de iniciar el incendio
comienzan a interaccionar! El acta físico de la ignición puede ser provocado (causado
por una chispa o llama) o no provocado (causado cuando un material alcanza su
temperatura de ignición como resultado del autocalentamiento) tal como sucede en una
combustión espontánea. En este punto, el incendio es pequeño y generalmente se
restringe al material (combustible) que primero se incendia. Todos los incendios — en
espacios abiertos o en recintos cerrados- ocurren como resultado de algún tipo de
ignición.
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La ubicación de la fuente de combustible en relación con las paredes del recinto
determina la cantidad de aire que se introduce y en consecuencia el grado de
enfriamiento que tiene lugar. Fuentes de combustible cercanas a las paredes implican
un menor aporte de aire y por consiguiente unas mayores temperaturas en las plumas.
Fuentes de combustibles en las esquinas todavía limitan más la entrada de aire en la
columna de humo y es donde se consiguen mayores temperaturas de las plumas. Este
factor afecta significativamente las temperaturas en el desarrollo de las capas calientes
de gases que se encuentran sobre el incendio. Como los gases calientes aumentan,
estos comienzan a propagarse hacia el exterior cuando alcanzan el nivel del techo. Los
gases continúan dispersándose hasta que alcanzan las paredes del recinto. La
profundidad de la capa de gases comienza entonces a aumentar.
La temperatura en el recinto durante este periodo depende de la cantidad del calor por
conducción en el techo y paredes del recinto así como del flujo calórico procedente de
los gases que se sitúan en la parte superior, la ubicación de la fuente de fuego inicial y
de la cantidad de aire que entra. Las investigaciones muestran que la temperatura de
los gases disminuye conforme aumenta la distancia a la línea central de la pluma. La
figura 5.2 muestra la pluma generada en un incendio de interior tipo y los factores que
afectan el desarrollo de la temperatura de la capa de gases calientes.
Una vez alcanzado este punto, el proceso descrito no cesará, al contrario tenderá a
reiterarse de forma que el ciclo establecido se irá repitiendo de forma sucesiva
generando lo que conocernos como pulsaciones (o respiración) del incendio, estas
acrecentarán su intensidad en la medida en que los valores de temperatura dentro del
recinto aumenten como consecuencia de las aportaciones energéticas procedentes de
las combustiones que se generan, lo que provoca a su vez que la cantidad de aire que
entra cada vez sea mayor.
FLAHOVER
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Por lo general, la energía radiante (flujo calorífico) desde la capa de gases calientes
excede los 20 Kw/m2 cuando ocurre el flashover. Este calor radiante genera la pirolisis
en los materiales combustibles que se encuentran en el interior del recinto.
AIRE
AIRE
AIRE
DESARROLLO DEL
Los gases generados durante este tiempo son calentados hasta su temperatura de
ignición por la energía radiante procedente de la capa de gases del techo.
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Los ocupantes que no hayan escapado de un recinto antes de que un flashover ocurra
probablemente no sobrevivirán. Los bomberos que se encuentren en un recinto cerrado
cuando se produce un flashover se encuentran en una situación de extremo peligro
aunque se encuentren equipados con su Equipo de Protección Personal.
CA
LO HUMO
EN
CIRCULA
- Temperatura a mbi ente en
exceso de 483ºC (90 0ºF)
FLASHOVER
INECENDIO TOTALMENTE DESARROLLADO
Durante esta etapa, los gases de incendio no quemados es probable que comiencen a
fluir desde el recinto donde se esta desarrollando el incendio hacia espacios adyacentes
u otros recintos. Estos gases se inflaman si entran en espacios donde el aire es más
abundante y si se encuentran a temperaturas dentro del rango de inflamación o
autoinflamación.
DECRECIMIENTO
FACTORES DE INFLUENCIA
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- Altura del techo del recinto.
- Tamaño, composición y localización de las fuentes de combustible que se
incendian en primer lugar.
- Disponibilidad y ubicación de fuentes de combustible
adicionales (combustibles objetivos del incendio).
Para que un incendio se desarrolle, debe existir suficiente aporte de aire para mantener
la combustión en la etapa de ignición. El tamaño y número de los huecos de ventilación
en un compartimiento determinan si el incendio se desarrolla o no en el interior de un
recinto. El tamaño del recinto su forma y la altura del techo determinan si se formará
una capa de gases calientes significativa. La ubicación de la fuente de combustible
inicial es también muy importante en el desarrollo de la capa de gases calientes. Las
plumas generadas por fuentes de combustible en el centro de un recinto toman más
cantidad de aire y se enfrían más que aquellas que se encuentran contra las paredes o
esquinas del recinto.
La temperatura que se desarrolla en un incendio de un recinto cerrado es el resultado
directo de la energía liberada cuando el combustible arde. Liada que la materia y la
energía se conservan, cualquier perdida de masa causada por el incendio es convertida
en energía. En un incendio, la energía resultante lo es en forma de luz y calor. La
cantidad de energía calorífica liberada en función del tiempo durante un incendio se
denomina cantidad de calor liberado (CCL). La CCL se mide en Btu o Kilovatios (1Kw.).
La cantidad de calor liberado esta directamente relacionada con la cantidad de
combustible que se ha consumido por unidad de tiempo (efecto térmico) y el calor de
combustión (la cantidad de calor que una masa especifica de una sustancia emite
cuando arde) del combustible que está quemándose.
Los bomberos deben ser capaces de reconocer las fuentes de incendio potenciales en
un edilicio o recinto y utilizar esta información para calcular el potencial crecimiento del
incendio. Los materiales que liberan grandes cantidades de calor tales como muebles
rellenos de espumas de poliuretano, colchones de espuma de poliuretano, o pilas de
palets de madera, por ejemplo, puede esperarse que ardan rápidamente una vez
comenzado el incendio. Incendios de materiales que liberan una baja cantidad de calor
podremos suponer que tomarán más tiempo en desarrollarse. En general, los materiales
de baja densidad (tales como la espuma de poliuretano) arden mucho más rápido
(tienen una mayor CCL) que los materiales con una alta densidad (bloques de algodón)
de similares características.
Otra relación final entre el calor generado en un incendio y las fuentes combustibles es
la ignición adicional de las fuentes combustibles alejadas del foco de incendio inicial. En
calor generado en un recinto incendiado se transmite en el espacio desde la fuente
combustible inicial a los otros combustibles mediante las tres formas de transmisión de
calor. El incremento de calor en la pluma de incendio inicial es aportado por convección.
A medida que los gases viajan sobre las superficies de otros combustibles en el recinto,
el calor se transfiere a ellos por conducción. La radiación. juega un papel importante en
la transición de las etapas de crecimiento del incendio a incendio totalmente
desarrollado. A medida que los gases calientes forman una capa en el techo, las
partículas calientes que componen el humo comienzan a radiar energía a las otras
fuentes combustibles en el recinto Estas fuentes. Combustibles alejadas son
denominadas en ocasiones como objetivos de incendio. A medida que la energía
radiante aumenta, los objetivos de incendio comienzan el proceso de pirolisis y
comienzan a generar gases inflamables. Cuando la temperatura en el recinto alcanza la
temperatura de ignición de estos gases, el recinto al completo se ve envuelto en el
incendio (se incendia), esto es lo que se define como flashover.
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De los factores de influencia expuestos cabe destacar el papel fundamental que adoptan
en la velocidad con que el incendio se desarrolla en el recinto, las propiedades térmicas
de los cerramientos, o lo que es lo mismo su capacidad de transmitir calor y la altura del
techo del recinto
Con el fin de optimizar el ejemplo supondremos que el material que compone las
estructuras va a ser de hormigón normal en una de ellas y de hormigón ligero en la otra,
de esta forma el efecto producido por el desprendimiento de gases de pirolisis
procedentes de la estructura queda literalmente igualado para ambas.
Si las llamas no llegan al techo, la cantidad calor radiado es menor y la evolución del
incendio queda condicionada por la proximidad de los materiales al foco de ignición.
Podemos decir, y esta es un factor importante a la hora de evaluar la fase del incendio
donde nos encontramos! que el momento crítico. o de transición del incendio llega
precisamente cuando las llamas alcanzan el techo! ya que como hemos dicho el valor
de la energía radiante aumenta de forma considerable.
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FLASHOVER: EVOLUCIÓN Y CONCEPTO
Al inicio del incendio el fuego se desarrolla en las partes bajas del recinto, debido a la
carencia de oxígeno, calentamiento secundario, etc. , este foco inicial da origen a los
gases no quemados los cuales se elevan hacia el techo formando un cojín de gases.
Cuando las llamas llegan a la parte inferior del cojín (de ahí la importancia de la altura
de los techos, contra más bajos son antes alcanzan las llamas esta cota) estos gases
se inflaman precisamente en ese lugar, incrementándose el efecto de radiación de calor
desde el cojín de gases al resto de los materiales contenidos en el recinto.
FLASHOVER
Con el fin de establecer definiciones que nos permitan hablar un lenguaje común con
los estándares establecidos en la terminología de incendios, vamos a definir los
siguientes conceptos, tal y como se utilizan en el momento actual.
Cuando hablamos de la segunda fase del desarrollo del incendio, se especificaba que
cuando concurren los requisitos de temperatura (500-650°
C) y potencia de calor radiante (12 a 20 Kvv/m2) los gases se autoinflaman.
Esta es la definición que nosotros vamos a adoptar, aunque vamos a analizar los
motivos por los que se llega a esta situación. El mecanismo mediante el cual se
desarrolla podemos describirlo de la siguiente forma:
La duración del fenómeno es corta tan solo el tiempo justo en que los gases procedentes
de los materiales que pirolizan se autoinflaman, registrándose elevaciones de presión
debidas a la expansión del frente de llamas moderadas, alrededor de 1 kPa. (0,01 bar),
es por ello que cuando los servicios de intervención llegan el fenómeno ha finalizado,
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salvo que se trate de grandes superficies.
Una vez que exista una abertura en el compartimiento, este evoluciona hacia un
incendio controlado por combustible o ventilación. Un incendio permanecerá en este
estado si la abertura tiene el tamaño aproximado de una puerta. Si la abertura aumenta
al tamaño de una pared o ventanal, entonces es posible evolucionar a un incendio
controlado solo por combustible.
BACKDRAUGHT
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medida en que el oxígeno disminuye, provocará que el calor radiado desde la pluma del
incendio disminuya y las llamas comenzarán a apagarse. Sin embargo, esto no resultará
en una reducción de los gases inflamables que se están produciendo y distribuyendo a
través del compartimiento hasta que la temperatura haya disminuido, o más
exactamente hasta que la inercia térmica pierda potencia. Si se abre una abertura en el
compartimiento, esto permitirá el aporte de aire fresco y su mezcla con los gases del
incendio, formando así una mezcla explosiva en la zona de interfase, es decir, en la
zona donde entran en contacto gases de incendio y aire mientras se den condiciones
de flujo laminar entre ambos.
Existen varios criterios técnicos específicos y métodos de prueba para identificar los
líquidos combustibles e inflamables. En el sistema de información de materiales
peligrosos en el lugar de trabajo (WHMIS), los líquidos inflamables tienen una
temperatura de inflamación por debajo de 37.8°C (100°F). Los líquidos combustibles
tienen una temperatura de inflamación por encima de los 37.8°C (100°F) y por debajo
del 93.3°C (200°F).
Los líquidos combustibles inflamables están presentes en casi todos los lugares de
trabajo. Combustibles y muchos productos comunes como solventes, thiner,
limpiadores, adhesivos, pinturas, ceras y abrillantadores pueden ser líquidos
combustibles o inflamables. Todo el que trabaja con estos líquidos debe tener noción
de sus peligros y como trabajar de manera segura con ellos.
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¿Se quema el líquido por sí sólo?
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Los rocíos en spray de líquidos combustibles e inflamables en el aire pueden
quemarse a cualquier temperatura si la fuente de ignición esta presente. Los vapores
de líquidos combustibles e inflamables son usualmente invisibles. Pueden ser difíciles
de detectar a menos que se utilicen instrumentos especiales
Los vapores pueden fluir de recipientes líquidos abiertos. Los vapores de casi todos
los líquidos combustibles e inflamables son más pesados que el aire. Si la ventilación
es inadecuada, estos vapores pueden quedarse y recogerse en áreas bajas como
sumideros, alcantarillas, posos, zanjas y sótanos. La estela de vapor puede
dispersarse lejos del líquido. Si esta estela de vapor contacta con la fuente ignición, el
fuego producido puede revertirse (o viajar de regreso) hacia el líquido. Los fuegos y
contrafuegos pueden ocurrir incluso si el líquido que esta liberando el vapor y la fuente
de ignición están a cientos de pies o varios pisos de distancia.
El más obvio peligro sería el riesgo de un incendio o explosión. Luego del peligro
inmediato de un incendio, existen a veces otras propiedades de estos líquidos que
pueden ser peligrosos para el cuerpo. Los líquidos combustibles y de la ruta de
exposición (respirar el vapor/ rocío, contacto con el ojo o la piel, o ingestión). Algunos
líquidos combustibles e inflamables son conocidos. Muchos sufren reacciones
químicas peligrosas si entran en contacto con química no compatibles como
materiales oxidantes, o si son guardados de manera inadecuada.
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