Artritis Reumatoide
Artritis Reumatoide
Artritis Reumatoide
Fisiopatología
Esta enfermedad afecta al 0,5 % de los adultos siendo más frecuente en las mujeres,
aunque puede ocurrir a cualquier edad lo más frecuente es entre los 40 a 60 años y en
personas que sean fumadores ya que el riesgo a padecerla aumenta. Existen agentes
infecciosos que son potenciales agentes causales de padecer artritis como el virus de
Epstein-Barr y otros herpesvirus, el parvovirus B19, los retrovirus, las bacterias asociadas a
Porphiromonas gingivalivy las micobacterias.
Se la define según varios estudios hechos a un punto de corte de 5 años para detectar
artritis precoz. Posteriormente se consideró una duración menor, de 12 a 24 meses,
debido a que, en la mayoría de los pacientes, durante este tiempo, se producía un daño
significativo cuando recibían tratamiento convencional. En los últimos años, algunos
grupos de pacientes con poliartritis precoz restringen este período a menos de 12
semanas, lo que se conoce como "artritis muy precoz".
Esto se debe a que los pacientes con poliartritis persistente de más de 12 semanas es
improbable que desarrollen una remisión espontánea de la enfermedad y tienden a
desarrollar enfermedad erosiva. Sin embargo, existe la hipótesis de que el umbral para
obtener una buena respuesta clínica puede ser más corto, alrededor de 8 semanas, por lo
que en los 2 primeros meses después del inicio de los síntomas, el diagnóstico de AR
debería ser confirmado o excluido.
Formas de presentación:
Tipo clásica: En ocasiones, el dolor, los síntomas inflamatorios y la restricción de
algunas articulaciones ocurren de manera insidiosa y aditiva, especialmente en las
articulaciones metacarpofalángicas e interfalángicas proximales de las manos, las
muñecas y las metatarsofalángicas de los pies. El paciente describe rigidez en las
articulaciones al levantarse de la cama o después de un período prolongado de
inactividad; esta rigidez persiste durante más de una hora es un síntoma
importante de artritis reumatoide, aunque no patognomónico. Junto con esto, es
común la presencia de astenia, mialgias, febrícula, pérdida de peso o depresión
que pueden aparecer semanas o meses antes de que comience la poliartritis.
Tipo poliartritis aguda: La poliartritis aguda de la artritis reumatoide (AR) afecta
grandes y pequeñas articulaciones y causa un intenso dolor articular, tumefacción
generalizada, limitación funcional y discapacidad. Los pacientes de edad avanzada
tienen más frecuencia este tipo de inicio.
Tipo polimialgia reumática: En los ancianos, la AR puede comenzar con una
presentación rizomiélica, con dolor y limitación en los hombros y caderas, muy
incapacitante, y sin sinovitis objetiva.
Tipo palindrómico: Las formas son episódicas y recurrentes, tienen un inicio
repentino y tienen una sinovitis muy aguda que aparece en una o pocas
articulaciones y dura entre horas y varios días. La duración de los episodios se
alarga, los intervalos libres de síntomas se acortan y, en más del 50% de los
pacientes, la evolución se vuelve crónica.
Tipo monoarticular: Se trata con frecuencia de articulaciones grandes como
caderas, hombros, rodillas o tobillos que permanecen inflamadas hasta que se
desarrolla una poliartritis simétrica. La monoartritis aguda puede indicar una
artritis séptica o cristalina, por lo que es necesario el análisis del líquido sinovial.
Tipo fibromialgia: Pacientes con dolor generalizado, rigidez, síndrome del túnel
carpiano, astenia y depresión.
Tipo local extraarticular: La bursitis y la tenosinovitis pueden estar relacionadas con
la artritis reumatoide y, en ocasiones, la primera manifestación puede ser un
síndrome de túnel carpiano.
Tipo sistémico: En ausencia de síntomas articulares, puede presentarse con
síntomas extraarticulares como nódulos reumatoides, serositis, afectación
intersticial pulmonar o vasculitis.
Criterios de clasificación:
Criterios ACR:
Criterios ACR/EULAR 2010
Manos y muñecas
Hombros
Se ven afectados cuando la enfermedad está avanzada. Los síntomas incluyen dolor y
restricciones en todos los movimientos articulares. Al ser una articulación profunda, la
inflamación suele no ser apreciada. La sinovitis progresa y causa erosiones y destrucción
articular en el glenohumeral y la acromioclavicular. Además, los tendones del manguito y
la porción larga del bíceps de los rotadores pueden verse afectados, lo que puede facilitar
su ruptura.
Codos
Pies y tobillos
Muchas veces, el antepié tiene interés. Aunque las tumefactas son menos comunes, las
articulaciones metatarsofalángicas (MTF) son dolorosas a la presión. Las MTF se subluxan y
desplazan la bolsa grasa que las protege por debajo cuando la enfermedad avanza, lo que
provoca callosidades y úlceras que pueden infectarse demasiado. Los dedos se desvían "en
garra". Un pie plano valgo se desarrolla cuando se ensancha el antepié y desaparece el
arco transversal del pie. El primer dedo se desvía en valgo mientras que el quinto dedo se
desvía en varo, lo que forma un antepié triangular.
Rodillas
El aumento de calor local en la cara anterior de la rótula y los signos de choque rotuliano
indican la inflamación de estas articulaciones. El líquido sinovial, que puede ser crucial
para el diagnóstico, se extrae fácilmente en esta localización. La rodilla se vuelve inestable
y puede deformarse en flexión, varo o valgo a medida que avanza el proceso. En la parte
posterior de la articulación, el líquido sinovial a tensión puede causar un quiste poplíteo o
de Baker. El primero puede comprimir la vena poplítea y dificultar el retorno venoso. El
segundo puede romperse y difundir su contenido en el tejido intersticial de la pierna, lo
que simula una trombosis venosa.
Caderas
Columna vertebral
En la mayoría de los casos, la afectación se limita al área superior del raquis cervical,
especialmente a la articulación atloidoaxoidea. La sinovitis puede dañar el ligamento
transverso que conecta la odontoides al arco anterior del atlas en esta articulación. Con
frecuencia, esto provoca una subluxación anterior en la que las apófisis odontoides del eje
se extienden en el canal raquídeo, y en las radiografías, la distancia entre el arco anterior
del atlas y las apófisis odontoides es superior a 3 mm. Sin embargo, la compresión de las
estructuras neurológicas no es común. Una subluxación vertical es menos común, en la
que el eje puede atravesar el foramen magnum occipital, causando invaginación basilar,
insuficiencia vascular vertebrobasilar y, en ocasiones, muerte repentina.
Hallazgos de laboratorio
Estudios de Imagen
Diagnóstico temprano
Algunos pacientes con AR de corta duración no podían ser diagnosticados según los
criterios de clasificación de 1987. Los criterios tenían como objetivo principal diferenciar la
artritis reumatoide (AR) de otras formas de artritis, más que identificar a pacientes en las
fases iniciales. Antes de que se reconocieran los ACPA, esos criterios ya existían y solo
utilizaban el FR como marcador serológico. La inclusión de cambios radiológicos típicos
(como erosiones o osteoporosis periarticular) como criterio se basa en el deseo de evitar
el sobrediagnóstico, pero es claramente en contra del principio de evitar la aparición de
lesiones estructurales.
Atención temprana
Debido a que el retraso del tratamiento se ha relacionado con una mayor progresión del
daño estructural, es crucial comenzar el tratamiento rápidamente dentro de la ventana
terapéutica. Aunque aún no está completamente definido (en términos de características y
duración), esta etapa de la enfermedad parece ser una etapa muy temprana en la que la
intervención terapéutica puede alterar el curso de la enfermedad. Esto podría deberse a
que el volumen de sinovitis presente es escaso y los procesos patológicos aún no están
completamente desarrollados.