Este documento analiza la relación entre la liturgia y la vida de la iglesia, ambos orientados a la obra salvífica. Explora cómo la liturgia realiza esta obra salvífica de manera histórica y unitaria. También examina la necesidad de comprender mejor la dimensión teológica de la liturgia para captar la visión total de la historia salvífica.
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Este documento analiza la relación entre la liturgia y la vida de la iglesia, ambos orientados a la obra salvífica. Explora cómo la liturgia realiza esta obra salvífica de manera histórica y unitaria. También examina la necesidad de comprender mejor la dimensión teológica de la liturgia para captar la visión total de la historia salvífica.
Este documento analiza la relación entre la liturgia y la vida de la iglesia, ambos orientados a la obra salvífica. Explora cómo la liturgia realiza esta obra salvífica de manera histórica y unitaria. También examina la necesidad de comprender mejor la dimensión teológica de la liturgia para captar la visión total de la historia salvífica.
Este documento analiza la relación entre la liturgia y la vida de la iglesia, ambos orientados a la obra salvífica. Explora cómo la liturgia realiza esta obra salvífica de manera histórica y unitaria. También examina la necesidad de comprender mejor la dimensión teológica de la liturgia para captar la visión total de la historia salvífica.
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PERNÍA SALINAS, Gabriel Edíxon.
La liturgia en la vida de la iglesia: la liturgia en la economía de la salvación.
Resumen 2
Este apartado se centra en la relación entre la liturgia (como ejercicio del
sacerdocio de Jesucristo) y la vida de la Iglesia, ambos orientados en función de la obra salvífica. La liturgia es el agente, la Iglesia el ambiente en el cual se realiza y la vida el objeto por el que se realiza. La relación entre misterio, acción y vida (relacionado con la revelación) es tan importante como centrar también la atención en la práctica que esto llega consigo en el ámbito pastoral, catequético, en lo artístico y musical.
La liturgia como realización de la obra de la salvación es de carácter histórica-
salvífica y forma perfectamente unitaria como lo expresa la Sacrosantum Concilium, aunque parezca ser algo teórico y no práctico sin captar el valor espiritual, de aquí la necesidad de descubrir el valor teológico de la liturgia. La reforma litúrgica se traza la tarea de redescubrir esta dimensión teológica. El ritualismo ha prevalecido sobre el simbolismo del rito, y, por tanto, es partiendo de los textos conciliares y del servicio a la docencia desde donde se parte a esta búsqueda.
El servicio que presta la reforma litúrgica no sería suficiente si no va conjunto
con la proximidad teológica que presenta la liturgia. Entender la liturgia como la realización de la obra de la salvación es captar una visión total de la historia salvífica aplicando la creencia (mediante la tradición) a una vivencia plena en el misterio de Cristo. La liturgia muestra a la Santísima Trinidad como principio creador de todo incluyendo la nueva creación en Cristo, se muestra como proclamación de la palabra celebrada y vivida en los sacramentos, como la asamblea celebrante que se reconoce como pueblo desde antes hasta la Nueva Alianza con Cristo, interpretando el tiempo como el tiempo de Dios en el cual se cumple la Salvación, tiempo celebrado mediante la acción litúrgica bajo los signos de los tiempos y el ejercicio de la piedad popular siempre orientados en sentido al crecimiento en Cristo.
La dimensión teológica de la liturgia no tiene su culmen en un sentido
académico sino en el templo, con esto se recompone lo expresado en la Sacrosantum concilium 7 cuando la iglesia presenta la liturgia como “el ejercicio del sacerdocio de Jesucristo, como la obra de Cristo y de su cuerpo (la iglesia), como el lugar en el que actúa el cuerpo místico de Cristo, como el momento en el que Él se hace presente por medio de los sacramentos, como el tiempo en el que el anuncio se realiza, como la acción de glorificar a Dios y que los hombres sean santificados, como la asociación de Cristo con la Iglesia, como el culto dado al Padre, como la acción sagrada por excelencia, como acción unitaria de todos los hombres y como lenguaje simbólico en que los signos sensibles expresan la comunión de Dios con la humanidad”.
Gracias a la reflexión teológica, la vida de la liturgia es más comprensible en
nuestros tiempos. Otro documento conciliar que nos aproxima a esta práctica litúrgica es la Optatam totius, no buscando superar ni muchos menos abolir lo dicho en la Sacrosantum Concilium sino mostrando una perspectiva nueva para el teólogo. La Optatam totius presenta a la liturgia no solo como un rito para ejercerlo sino también como una experiencia que lleva consigo la teoría y la practica siempre mediante la celebración.
Después de un recorrido por los aspectos de la liturgia y su relación con la vida
de la iglesia se concluye en que la acción litúrgica ha de darse en la vida y en la práctica desarrollada en un ámbito eclesial, pues toda la economía de la salvación está centrada en la acción litúrgica. De esta relación liturgia-vida surge la necesidad de elaborar un nuevo estudio llamado teología litúrgica, basado en el documento conciliar Optatam totius, con la finalidad de que la economía salvífica sea interpretada como un redescubrimiento de la esencia del culto cristiano y de la función que esta cumple en el crecimiento cristiano en la vida de los fieles, de la iglesia (lugar de unidad), de la sociedad y de la creación.