Trastornos Bipolares
Trastornos Bipolares
Trastornos Bipolares
La depresión es un sentimiento de tristeza y/o una disminución del interés o del placer en las actividades que se
convierte en un trastorno cuando es lo suficientemente intensa como para interferir con el funcionamiento normal
de la persona. Puede sobrevenir tras la pérdida de un ser querido u otro acontecimiento doloroso, aunque con
respecto a este resulta desproporcionado y de una duración mayor a la esperada.
Pueden contribuir a la depresió n factores diversos: hereditarios, efectos secundarios de determinados
medicamentos, acontecimientos dolorosos con elevada carga emocional y cambios en los niveles hormonales o de
otras sustancias presentes en el organismo, entre otros factores.
La depresió n genera un cuadro de tristeza y decaimiento y/o de pérdida del interés y del placer en la realizació n de
actividades que solían ser del agrado de la persona afectada.
El médico basa el diagnó stico en los síntomas.
El tratamiento con antidepresivos, la psicoterapia y en ocasiones la terapia electroconvulsiva son beneficiosos.
El término depresió n se utiliza a menudo para describir un estado de á nimo triste o desalentador que es consecuencia de
acontecimientos emocionalmente angustiosos, como un desastre natural, una enfermedad grave o la muerte de un ser
querido. Una persona puede decir que se siente deprimida en ciertos momentos, como durante las vacaciones (depresi ó n
vacacional) o en el aniversario de la muerte de un ser querido. Sin embargo, estos sentimientos no suelen implicar un
trastorno. Por lo general estos sentimientos son temporales, ya que duran días y no semanas o meses y ocurren en oleadas
que tienden a estar relacionadas con pensamientos o recuerdos del acontecimiento traumá tico. Ademá s, estos sentimientos
no interfieren sustancialmente con el funcionamiento normal de la persona durante ningú n periodo de tiempo.
Después de la ansiedad, la depresió n es el trastorno de salud mental má s frecuente. Alrededor del 30% de las personas que
acuden a la consulta de un médico de atenció n primaria presentan síntomas de depresió n, pero menos del 10% de tales
personas sufren depresió n grave.
La depresió n suele iniciarse en la adolescencia o entre los 20 y los 30 añ os, si bien existe la posibilidad de que comience a
cualquier edad, incluida la infancia.
Si no se trata, un episodio de depresió n suele durar alrededor de 6 meses, pero a veces se prolonga durante 2 añ os o má s.
Los episodios tienden a repetirse varias veces a lo largo de la vida.
CAUSAS DE LA DEPRESIÓN
La depresión es un sentimiento de tristeza y/o una disminución del interés o del placer en las actividades que se
convierte en un trastorno cuando es lo suficientemente intensa como para interferir con el funcionamiento normal
de la persona. Puede sobrevenir tras la pérdida de un ser querido u otro acontecimiento doloroso, aunque con
respecto a este resulta desproporcionado y de una duración mayor a la esperada.
Pueden contribuir a la depresió n factores diversos: hereditarios, efectos secundarios de determinados
medicamentos, acontecimientos dolorosos con elevada carga emocional y cambios en los niveles hormonales o de
otras sustancias presentes en el organismo, entre otros factores.
La depresió n genera un cuadro de tristeza y decaimiento y/o de pérdida del interés y del placer en la realizació n de
actividades que solían ser del agrado de la persona afectada.
El médico basa el diagnó stico en los síntomas.
El tratamiento con antidepresivos, la psicoterapia y en ocasiones la terapia electroconvulsiva son beneficiosos.
El término depresió n se utiliza a menudo para describir un estado de á nimo triste o desalentador que es consecuencia de
acontecimientos emocionalmente angustiosos, como un desastre natural, una enfermedad grave o la muerte de un ser
querido. Una persona puede decir que se siente deprimida en ciertos momentos, como durante las vacaciones (depresi ó n
vacacional) o en el aniversario de la muerte de un ser querido. Sin embargo, estos sentimientos no suelen implicar un
trastorno. Por lo general estos sentimientos son temporales, ya que duran días y no semanas o meses y ocurren en oleadas
que tienden a estar relacionadas con pensamientos o recuerdos del acontecimiento traumá tico. Ademá s, estos sentimientos
no interfieren sustancialmente con el funcionamiento normal de la persona durante ningú n periodo de tiempo.
Después de la ansiedad, la depresió n es el trastorno de salud mental má s frecuente. Alrededor del 30% de las personas que
acuden a la consulta de un médico de atenció n primaria presentan síntomas de depresió n, pero menos del 10% de tales
personas sufren depresió n grave.
La depresió n suele iniciarse en la adolescencia o entre los 20 y los 30 añ os, si bien existe la posibilidad de que comience a
cualquier edad, incluida la infancia.
Si no se trata, un episodio de depresió n suele durar alrededor de 6 meses, pero a veces se prolonga durante 2 añ os o má s.
Los episodios tienden a repetirse varias veces a lo largo de la vida.
La depresió n afecta aproximadamente a una de cada seis personas de edad avanzada. Algunos ancianos tuvieron
episodios de depresió n en etapas anteriores de su vida. Otros los desarrollan por primera vez durante la vejez.
Causas de depresión en personas de edad avanzada
Algunas causas de la depresió n pueden ser má s frecuentes entre las personas de edad avanzada. Por ejemplo, las
personas de edad avanzada son má s propensas a experimentar acontecimientos emocionales traumá ticos que impliquen
pérdidas, como la muerte de un ser querido o la pé rdida del entorno familiar (como una mudanza del domicilio habitual).
También pueden contribuir otras fuentes de estrés, como los reducidos ingresos econó micos, el empeoramiento de una
enfermedad cró nica, la pérdida gradual de independencia o el aislamiento social.
Los trastornos que pueden conducir a una depresió n son frecuentes entre las personas de edad avanzada. Entre estos
trastornos se encuentran el cá ncer, el infarto de miocardio , la insuficiencia cardíaca, los trastornos tiroideos ,
los accidentes cerebrovasculares , la demencia y la enfermedad de Parkinson .
Causas de la depresión
La causa exacta de la depresió n no se conoce bien. Hay una serie de factores que predisponen probablemente a la
depresió n. Los factores de riesgo incluyen
Una tendencia familiar (hereditaria)
Acontecimientos que provocan alteraciones emocionales, en especial las pérdidas
El sexo femenino, posiblemente en relació n con los cambios en los niveles hormonales
Ciertos trastornos orgá nicos
Efectos secundarios de algunos fá rmacos
La depresió n no refleja debilidad de cará cter y tampoco ha de estar necesariamente relacionada con un trastorno de la
personalidad, un trauma infantil o una carencia en la atenció n de los progenitores. La clase social, la ascendencia y los
aspectos culturales no parecen intervenir en la posibilidad de sufrir depresió n alguna vez en la vida.
Los factores genéticos contribuyen a la depresió n en aproximadamente la mitad de las personas que la padecen. Por
ejemplo, la depresió n es má s frecuente entre los familiares de primer grado (sobre todo en un gemelo idéntico) de las
personas con depresió n. Factores genéticos pueden afectar a la funcionalidad de las sustancias que ayudan a las neuronas a
comunicarse (neurotransmisores). La serotonina, la dopamina y la norepinefrina son neurotransmisores que pueden estar
implicados en la depresió n.
Las mujeres son má s propensas que los varones a sufrir depresió n, aunque las razones no se conocen bien. Los factores
hormonales son los factores bioló gicos que parecen estar má s implicados en la aparició n de depresió n. La alteració n de los
valores hormonales puede causar cambios de humor justo antes de la menstruació n (tensió n premenstrual), como parte
del síndrome premenstrual, durante el embarazo y después del parto. Algunas mujeres sufren depresió n durante el
embarazo o durante las 4 primeras semanas después del parto (lo que se conoce como tristeza o melancolía puerperal o, si
la depresió n es má s grave, depresió n puerperal o posparto). Otro factor de predisposició n bastante frecuente en las
mujeres es la alteració n funcional de la glá ndula tiroidea.
La depresió n puede darse conjuntamente con una serie de trastornos o factores físicos o tener su origen en estos. Los
trastornos físicos pueden causar depresió n directamente (por ejemplo, cuando un trastorno tiroideo afecta a los niveles
hormonales) o indirectamente (por ejemplo, cuando la artritis reumatoide causa dolor y discapacidad). Con frecuencia un
trastorno físico causa depresió n de forma directa e indirecta a la vez. Por ejemplo, la causa de la depresió n por sida es
directa si el virus causante de la enfermedad (virus de la inmunodeficiencia humana, VIH) lesiona el cerebro. En cambio, la
causa de la depresió n es indirecta cuando es debida a la repercusió n globalmente negativa de la enfermedad en la vida de la
persona.
Muchas personas refieren sentirse má s tristes al final del otoñ o y durante el invierno, y atribuyen esta tendencia al
acortamiento de las horas de luz natural y a las temperaturas má s bajas. Sin embargo, en algunas personas, esta tristeza es
lo suficientemente grave como para ser considerada un tipo de depresió n (denominada trastorno afectivo estacional).
El uso de algunos medicamentos de venta con receta, como algunos betabloqueantes (utilizados para tratar la
hipertensió n), puede causar depresió n. Por razones desconocidas, los corticoesteroides a menudo causan depresió n cuando
el organismo los produce en grandes cantidades como parte de un trastorno (como en el síndrome de Cushing), pero
tienden a causar hipomanía (una forma má s leve de manía) o, en muy pocos casos, manía, cuando se administran como
medicació n. A veces la interrupció n de un tratamiento farmacoló gico puede causar una depresió n temporal.
Existen diversos trastornos de la salud mental que predisponen a una persona a la depresió n. Entre ellos se encuentran
ciertos trastornos de ansiedad , el alcoholismo, otros trastornos por uso de sustancias y la esquizofrenia. Una persona que
haya sufrido depresió n tiene, en relació n con las otras personas, mayor probabilidad de padecerla nuevamente.
Los acontecimientos angustiosos desde el punto de vista emocional, como la pérdida de un ser querido, pueden
desencadenar a veces una depresió n, pero por lo general solo en personas que está n predispuestas a sufrirla, como las que
cuentan con un historial familiar de depresió n. No obstante, la depresió n puede aparecer o empeorar sin que concurra
ningú n factor de estré s vital aparente o significativo.
SINTOMAS DE LA DEPRESIÓN
Los síntomas de la depresió n evolucionan habitualmente de forma gradual a lo largo de días o semanas y pueden ser muy
variables. Por ejemplo, una persona que se está deprimiendo puede mostrarse aletargada y triste, o irritable y ansiosa.
Muchas personas con depresió n no son capaces de experimentar de forma normal ciertas emociones, como el duelo, la
alegría y el placer. Puede parecerles que el mundo se ha vuelto carente de vida y de estímulos. Pierden interés en las
actividades de las que solían disfrutar o no experimentan ninguna satisfacció n al realizarlas.
Las personas deprimidas se preocupan con intensos sentimientos de culpabilidad y autodenigració n, y es posible que
pierdan la capacidad de concentrarse. Pueden experimentar sentimientos de desesperació n, soledad e inutilidad. Suelen
presentar dificultades para tomar decisiones; se muestran retraídas, con frecuentes sentimientos de desamparo y
desesperanza que aumentan a medida que evoluciona la enfermedad, y piensan en la muerte y en el suicidio.
La mayoría de las personas depresivas tienen dificultad para conciliar el sueñ o y se despiertan repetidamente, sobre todo
de madrugada. Algunas personas con depresió n duermen má s de lo habitual.
La falta de apetito y la pérdida de peso pueden conducir a la caquexia, y en las mujeres puede interrumpirse la
menstruació n. Sin embargo, el exceso alimentario y el aumento de peso son frecuentes en personas con depresió n leve.
Algunas personas deprimidas descuidan su higiene personal e incluso a sus hijos, a otros seres queridos o a sus mascotas.
Algunas se quejan de padecer una enfermedad física, que les ocasiona diversas molestias y dolor.
El término depresió n se utiliza para describir varios trastornos relacionados:
Trastorno depresivo mayor
Trastorno depresivo persistente
Trastorno disfó rico premenstrual
¿QUÉ ES LA DISTIMIA?
La principal característica de la distimia es que se trata de una afección depresiva persistente , es decir, una alteració n de
nuestro estado de á nimo cró nica que padecemos de forma continua durante un largo periodo de tiempo.
Debido a la distimia, que es una situació n de tristeza y desá nimo constante, son varias las consecuencias psicológicas,
físicas y emocionales, entre ellas:
Tiempo de duración: concretamente, la duració n mínima de la distimia es de dos añ os, mientras que la depresió n suele durar
semanas o pocos meses.
Intensidad de los síntomas: respecto a la gravedad, los síntomas de la depresió n mayor son má s intensos que los de la
distimia, por lo que la primera supone un mayor peligro para nuestra salud.
Interferencia en la vida: igual que en el punto anterior, la depresió n mayor es má s perjudicial que la distimia, debido a que
sus consecuencias suponen un mayor impedimento a la hora de realizar tareas cotidianas, como dormir, comer o, incluso,
bañ arnos.
Edad de inicio: el desarrollo de la distimia suele tener lugar mucho antes que el de la depresió n, ya que el trastorno a largo
plazo aparece a partir de los 20 añ os y el otro entre los 30 y 40.
Al igual, la distimia y la depresión mayor también se diferencian en el tipo de tratamiento que necesitan y sus factores
de riesgo, los cuales mostramos má s adelante. Por este motivo, es importante saber cuá l es la patología que padecemos para
poder combatirla de forma adecuada.
¿Cuáles son los síntomas de la distimia?
El cuadro clínico de la distimia es menos severo e incapacitante que el de la depresión mayor, es decir, sus síntomas son
má s leves. No obstante, si no tratamos este trastorno del estado del á nimo porque nos damos cuenta de que lo estamos
sufriendo, podemos llegar a desarrollar un episodio depresivo mayor.
Para prevenir esta situació n, es necesario conocer los síntomas de la distimia para acudir al médico y recibir un
tratamiento adecuado. En este sentido, entre las señ ales de alerta que debemos tener en cuenta, se encuentran las
siguientes:
Pérdida de interés por actividades cotidianas.
Baja autoestima y sentimiento de improductividad.
Estado pesimista o negativo.
Falta de energía o cansancio excesivo.
Hiporexia o, por el contrario, ansiedad por comer.
Irritabilidad.
Problemas de sueñ o.
Generalmente, estos síntomas duran años y provocan consecuencias negativas para nuestra vida social y laboral,
ademá s de afectar a nuestra salud física, mental y emocional.
Distimia: ¿Conozco las causas y factores de riesgo?
Debemos señ alar que no existe una causa única o exacta de la distimia, pero hay varias situaciones que pueden
desencadenar este trastorno depresivo, siendo las má s comunes:
Procesos químicos del cerebro: segú n varios estudios, los cambios en ciertas sustancias químicas del cerebro, conocidas
como neurotransmisores, pueden alterar la estabilidad del estado de á nimo y provocar un trastorno depresivo a largo plazo en
el paciente.
Genética: la herencia también puede ser motivo de sufrir distimia, ya que esta patología es má s comú n en personas con
antecedentes familiares relacionados con este trastorno.
Acontecimientos traumáticos: al igual que en la depresió n, ciertos sucesos pueden provocar distimia, como la pérdida de un
ser querido o situaciones de mucho estrés.
Ciertos rasgos de personalidad: una persona que, en condiciones normales, tiene baja autoestima y es demasiado
dependiente, autocrítica o pesimista, está má s expuesta a unos sentimientos negativos que pueden acabar en un episodio de
depresió n o en distimia.
Respecto a los factores de riesgo, lo má s comú n es que las personas que sufren de distimia también padezcan otras
enfermedades crónicas. En este sentido, tener problemas de salud, sobre todo mentales, puede alterar nuestro estado
emocional y desencadenar este trastorno.
TRASTORNOS BIPOLARES
Los trastornos bipolares se caracterizan por episodios de manía y depresión, que pueden alternar aunque en
muchos pacientes predomina uno sobre el otro. Se desconoce la causa exacta, pero pueden estar implicados la
herencia, cambios en las concentraciones de los neurotransmisores cerebrales y factores psicológicos. El
diagnóstico se basa en la anamnesis. El tratamiento consiste en fármacos estabilizadores del estado de ánimo, a
veces con psicoterapia.
Los trastornos bipolares se caracterizan por episodios de manía y depresión, que pueden alternar aunque en
muchos pacientes predomina uno sobre el otro. Se desconoce la causa exacta, pero pueden estar implicados la
herencia, cambios en las concentraciones de los neurotransmisores cerebrales y factores psicológicos. El
diagnóstico se basa en la anamnesis. El tratamiento consiste en fármacos estabilizadores del estado de ánimo, a
veces con psicoterapia.
Los trastornos bipolares suelen comenzar en la adolescencia, la tercera o la cuarta década de la vida. Su prevalencia a lo
largo de la vida es del 4%.
Los trastornos bipolares se clasifican en
Trastorno bipolar I: definido por la presencia de por lo menos un episodio maníaco completo (es decir, que
interrumpe la funció n social y laboral normal) y habitualmente episodios depresivos. La incidencia es casi igual en
hombres y mujeres.
Trastorno bipolar II: definido por la presencia de episodios depresivos mayores al menos con un episodio
hipomaníaco, pero sin episodios maníacos completos. La incidencia es algo mayor en las mujeres.
Trastorno bipolar no especificado: trastornos con características bipolares claras que no cumplen criterios
específicos para otros trastornos bipolares.
En el trastorno ciclotímico , los pacientes tienen períodos prolongados (> 2 añ os) que incluyen episodios tanto
hipomaníacos como depresivos; sin embargo, estos episodios no cumplen con los criterios específicos para un trastorno
bipolar o depresivo mayor.
Manía
El episodio de manía se define como ≥ 1 semana de un estado de á nimo persistentemente elevado, expansivo o irritable, y el
aumento sostenido de la actividad con propó sito o un incremento evidente de la energía sumado a ≥ 3 síntomas adicionales:
Autoestima inflada o megalomanía
Disminució n de la necesidad de sueñ o
Mayor locuacidad de lo habitual
Fuga de ideas o pensamientos acelerados
Distractibilidad
Aumento de la actividad dirigida por objetivos
Excesiva participació n en actividades con alto riesgo de consecuencias graves (p. ej., compras compulsivas,
inversiones financieras insensatas)
Los pacientes maníacos pueden participar de forma inagotable, excesiva e impulsiva en distintas actividades placenteras de
alto riesgo (p. ej., juego, deportes peligrosos, actividad sexual promiscua) sin tener perspectiva del posible da ñ o. Los
síntomas son tan graves que no pueden desempeñ ar sus roles primarios (empleo, educació n, mantenimiento del hogar). Las
inversiones imprudentes, las compras compulsivas y otras elecciones personales pueden tener consecuencias irreparables.
Los pacientes que se encuentran en un episodio de manía pueden presentarse exuberantes y se visten de una manera
extravagante o colorida; a menudo tienen maneras autoritarias con una verborrea imparable. Pueden establecer
asociaciones por sonidos (el sonido de las palabras y no su significado provoca nuevos pensamientos). Se distraen
fá cilmente, cambian constantemente de tema o se empeñ an en otra cosa. Sin embargo, tienden a creer que se encuentran en
su mejor estado mental.
La falta de perspectiva y el aumento de la actividad provocan una conducta impertinente y puede ser una combinaci ó n
peligrosa. Se producen roces interpersonales que pueden hacer que los pacientes se sientan maltratados o perseguidos
injustamente. En consecuencia, pueden volverse peligrosos para sí mismos o las otras personas. El paciente percibe su
actividad mental acelerada como pensamientos apresurados y el médico lo observa como fuga de ideas.
La psicosis maníaca es una manifestació n má s extrema, y los síntomas psicó ticos pueden ser difíciles de distinguir de
la esquizofrenia. Los pacientes pueden tener ideas delirantes megaló manas o persecutorias (p. ej., de ser Jesú s o ser
perseguidos por el FBI), algunas veces con alucinaciones. El nivel de actividad aumenta mucho; los pacientes pueden correr
de aquí para allá y gritar, insultar o cantar. Aumenta la labilidad del estado de á nimo, a menudo con irritabilidad creciente.
Puede aparecer un delirio completo (manía delirante), con pérdida total del pensamiento y la conducta coherentes.
Hipomanía
Un episodio hipomaníaco es una variante menos extrema de la manía que involucra un episodio distintivo que dura ≥ 4 días
con conducta que puede distinguirse del estado de á nimo no deprimido habitual del paciente, y que incluye ≥ 3 de los
síntomas adicionales mencionados anteriormente en la manía.
Durante el período hipomaníaco, el estado de á nimo mejora, la necesidad de dormir disminuye a medida que la energía
aumenta notablemente y la actividad psicomotora se acelera. Para algunos pacientes, los períodos hipomaníacos son
adaptativos porque producen un aumento de la energía, la creatividad, la confianza y un funcionamiento social
supernormal. Muchos no desean abandonar este estado eufó rico placentero. Algunos funcionan muy bien, y el
funcionamiento no está muy alterado. Sin embargo, en algunos pacientes, la hipomanía se manifiesta como distracció n fá cil,
irritabilidad y estado de á nimo lá bil, lo que el paciente y los demá s encuentran menos atractivo.
Depresión
Un episodio depresivo tiene características típicas de depresió n mayor; el episodio debe incluir ≥ 5 de los siguientes
síntomas durante el mismo período de 2 semanas, y uno de ellos debe ser el estado de á nimo depresivo o la pérdida de
interés o placer y, salvo los pensamientos o los intentos de suicidio, todos los síntomas deben estar presentes durante casi
todo el día:
Estado de á nimo depresivo la mayor parte del día
Marcada disminució n del interés o placer en todas o casi todas las actividades la mayor parte del día
Aumento o pérdida significativa (> 5%) de peso, o disminució n o aumento del apetito
Insomnio (a menudo insomnio de mantenimiento del sueñ o) o hipersomnia
Agitació n o retardo psicomotor observado por otros (no informado por el mismo paciente)
Fatiga o pérdida de energía
Sentimientos de inutilidad o de culpa excesiva o inapropiada
Capacidad disminuida para pensar o concentrarse, o indecisió n
Pensamientos recurrentes de muerte o suicidio, intento de suicidio o un plan específico para suicidarse
Los rasgos psicó ticos son má s frecuentes en la depresió n bipolar que en la depresió n unipolar.
Características mixtas
Se considera que un episodio de manía o hipomanía tiene características mixtas cuando ≥ 3 síntomas depresivos está n
presentes en la mayoría de los días del episodio. Esta condició n a menudo es difícil de diagnosticar y puede pasar a un
estado de ciclo continuo; en consecuencia, el pronó stico es peor que en un estado maníaco o hipomaníaco puro.
El riesgo de suicidio durante los episodios mixtos es muy elevado.
https://www.msdmanuals.com/es-pe/professional/trastornos-psiqui%C3%A1tricos/trastornos-del-estado-de-
%C3%A1nimo/trastornos-bipolares