El Fogon 21

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"P e r i o d i c o P r i o l l o

DIRECTO R
ALGIDES DE-MARÍA
COLABORADORES: VARIOS AVENTAJADOS LITERATOS NACIONALES
A dm inistrador: EN RIQUE DF-MAHIA,
Sale ci lu z todos los D o m in gos

Suscrición mensual. . . . 50 cents.


Número s u e lto ..........................16 <*■
» atrasado . . . . 20 «
Avisos y otras publicaciones convencional.
tanto que se despierta, es decir, bos­
teza antes de acabarse de despertar
que es cosa rara, y asi se despereza,
bostezando ó por medio de bostezos,
lo que todavía es mas raro, dado
que el hecho de desperezarse consiste
Año I .—¿Montevideo, en el ademan que se hace general­
mente con los brazos y las piernas
SUMARIO DEL. NUMERO 21—2 n una al tiempo de despertar ó después de
escuela de cam paña.—4.a carta as Q uintín haber estado encojido; de manera
Chingóle ñ 3U C hina.—E ntre el viejo Caiísto
y el v iejitc su padre. Confidencial, de la que es sencillamente un disparate
Viuda, -contestación á la v iud a.—C arta del decir que una persona se despereza
vizcaíno Corrientes á 3u compadre Regules.—
A Vuelo de Pajare, R evista criolla (Conti­ bostezando, vale decir, con la boca,
nuación'. -Co3as Criollas. —A ver, dime otros versos que
sean mejores.
EN UNA ESCUELA DE CAMPAÑA «Para mojigato Andrés
y probarlo me he dispuesto:
—Chico: recítame algunos ver­ ocurrió que cierta vez
Maestro
sos que sepas de memoria. contestó el santón con esto
D iscípulo—«El gallo se encrespa; da al á una pregunta de Inés.»
(aíre su canto M—Bueno; bueno! por María Santísima;
y trinos rabiosos da el despertador; que vas á destrozarme los tímpanos.
despierta don Pepe; bosteza entretanto Esos versos son peores que los
y asi desperezase á mas y mejor.» otros. A ver si recuerdas algunos
M—Basta, muchacho, que esos no son que se puedan oir. „•
versos sino vesicaciones en la epi- D —«Don Fernando, un buen fondero
dérmis del sentido común. muy rico y muy bien querido,
Esos trinos están puestos ahí co­ se encuentra muy resentido
mo sonidos musicales, y ¿de donde con mi amigo Juan Rodero.
has sacado que en tal caso pueda Y queriencFo yo saber
haber trinos rabiososV las razones que tenía
Además, según el sentido de la de disgusto, le decía
oración, donde Pepe bosteza entre para hacerle responder:»
M—Alto alit! muchacho; que eso ya pasa I ligencia ni á la ilustración del indivi­
de castaño oscuro, y hasta estoy por duo, como el hábito no hace al mons
creer ciue te burlas al recitarme esos ge: yeso debes aprenderlo tú con ma
versos como buenos. razón que los que no son rurales.
La primera quintilla es insoporta­ D —¿Y porque, señor maestro?
ble, y no la, entendería ni Calendo si M—Porque de esa manera podrás apre­
pretendiera analizarla: y las últimas ciar mejor la injusticia de los que
cuartetas, ¡virgen de las angustias! critican por su traje á los habitantes
son notables. de nuestra campaña, como lo eres,
Eso de que don Fernando se en­ tú, muchacho.
cuentra muy resollido, y queriendo D —No olvidaré sus advertencias.
saber las razones que tenia, le decía M—Y Hte alegraré que te aprovechen.
etc. es un modelo de construcción Por hoy hemos concluido; vete,
gramatical que hace aparecer al su­ que ya se hace tarde, y no es bueno
jeto interrogándolo á don Fernando el camino.
sobre un hecho todavía no produ­ D—Por eso no se aflija, maestro, que soy
cido. baqueano en el pago, y en cerrándole
Vamos, vamos: no recites mas ver­ piernas al petizo cruzo como exhala­
sos, y di algo en prosa á ver si acier­ ción hasta mi casa. Para algo ha de
tas. servir nacer y criarse en el campo.
D —«Me caso.,... si señores ó señoras M—Bien, bien; itero ya sabes que no me
me caso aunque no es propio de una gusta ese modo de hablar en estilo
persona de juicio; vaya á cometerla criollo.
última barbaridad. D —Dispénseme, maestro, que no es por
«Basta de farras, seamos hombres contradecirlo; pero á veces se me va
de bien (no lo /icsido de mal) tenga­ la potranca porque me acuerdo de un
mos una muger (me parece que con dicho de mi padre de que «el tuze no
una me bastará) que me sepa que­ es el que hace al caballo,» y renguéo
rer, para vivir en dulce armonía en­ de la misma pata que él, (que mi
tre rumores de besos.» padre) espresándome en criollo, sin
M—¡Calla, por caridad, hijo mió! Dios que por eso deje de aprender á ha­
nos asista; que manera de escribir en blar y escribir con propiedad en cas­
castellano! tellano.
Con razón dicen que hay atraso en Hago como sus paisanos los es­
las escuelas rurales. ¿De que te sir­ pañoles, que tienen diferentes dialec­
ven las lecciones de gramática que te tos. y cada cual habla y escribe en el
doy con frecuencia,—si no sabes si­
quiera elegir buenos autores para tus • sin perjuicio dees hablar
suyo, porque el que mas lo gusta.
y escribir el
ejercicios de lectura? castellano.
D —Dispense usted, señor maestro; ¿no Lo malo, maestro, según á mi me
me ha dicho usted que para aprender parece, es metí rse á hablar y escri­
mejor debo estudiar á los críticos? bir lo que uno no sabe, como les
M—Cierto; pero eso que acabas de re­ sucede á algunos que la echan de
citar..... criollos y no son mas que matungos
D —Lo he aprendido, precisamente, le­ sancochos de esos que solo obedecen
yendo dos periódicos críticos que pa­ á una rienda.
san como buenos. Los versos son M—No entiendo ese galimatías.
de Caras // Caretas, y la prosa de D—Sancochos, maestro, son los
Montevideo Comico. ¿Que me dice caballos mal domados ó mal enfre­
usted ahora, señor maestro? nados, que brutean en la boca; como
M—Hijo; lo que ha dicho en su estilo decimos los criollos: y asi suelen
criollo don Daniel Granada, el paisa­ brutear algunas veces los que ha­
no del redactor de La España: blan nuestro dialecto ó patuá (como
«Las cosas, á simple vista quiera llamarle) al santo cuete, vale
tienen muy distinta pista.» decir sin fundamento, sin conocer el
D —De manera que no hay que íiarse de verdadero significado de sus frases
apariencias. Tonque.. .hasta mañana, maestro;
M—Va lo ves, por lo que te ha sucedido. que ya están por ganar los nidos los ca­
Pero eso no quiere decir que no ha­ ranchos, y tengo que talonear fuerte al
ya entre nosotros quienes versifiquen petizo para pegar el tirón hasta los
y escriban correctamente, como Bus­ ranchos antes de que oscurezca.
tos, Zorrilla de San Martin, Sansón M—Dios te guarde, muchacho, y que no
Carrasco y el Negro Timoteo. te se olvide la lección de gramáctiea.
D — Y eso que el Timoteo es un negro. P ajuela.
M—El color de la piel no hace á la inte­
4a CariaA.deSUQniCHINA
ntia Chingólo -«Ni medio tigre, aparcero,
pero si me arma partido
ande qu:sra yo hago nido,
que soy como el terutero.»
Hija de mi alma! mi china. —«No ha de sor ni medio ruin,
, quien me había (le decir pero por oirle la voz
que al fin tendría que venir vamos un truco hasta el dos.
con una media' esterlina? si acompaña don Quintín.»
porque mi suerte cochina Yo me callaba, y por fln
nic ha tratado de tal modo luí dentrando por el aro,
que por empinar el codo hasta que ya sin reparo
y meterme á jugador envidaba calentón,
me l a costado su rigor y al último la función
un negro con pito y todo. me costo, .vieja, muy caro.
Vo\ á contarte ia historia Yo creo que el compañero
de lo (iue me ha sucedido, me jugó sucio, mi prenda,
porque vengo arrepentido pues aflojaba la rienda
♦ > laVaigo en la memoria. á cada rato el carrero,
Ha sido una sanagoria y de ese modo tan fiero
de tamaño regular y con envites muy gruesos
la que me han hecho tragar: como unos cuarenta pesos
dispénsame, china, el yerro, me hicieron desembuchar,
no me trates como á perro hasta que empecé á orejiar
y oime, te voy á contar: á vista de esos esesos.
Después que el flete cobré Como me hallaron puntiao
en Cerro-Largo al pulpero, mp filiaron por lo visto
en yunta de otro carrero para agarrarme de Cristo
nos fuimos hasta un café, al verme tan enrrislao,
y esa mi desgracia fue El*carrero condenao
porque entramos en calor, fué causa de ese traspiés,
dos botellas de licor y aunque estuve alguna vez
nds echamos al garlero por atracarle un moquete,
é hicimos un entrevero no quise meterme á flete
de vino y caña pa pior. porque era uno contra tres.
Pesaos y como maletas Aguanté aquel chaparrón
en los pobres mancarrones haciendo que no sentía
luimos rompiendo terrones aunque el puñal lo tenia
hasta dar con las carretas, clavado en el corazón.
y deay, haciendo gambetas El saco sin chicharrón
como quien quiere bailar, me dejáronlos del trucó,
después de desensillar como cuando llega un cucr
y alivianarnos las patas, lo agarra á uno de sorpresa
ganamos bajo unas matas y derecho á la cabeza
con intención de matiar. vuelca y le. aboca el trabuco.
Ya estaba el agua caliente Al cabo se despidieron
cuando, juntos y al troten, después que me desplumaron;
se acercaron al fogon en sus caballos montaron
dos paisanos derepente. y en mi cara se riyeron.
Saludaron cortesmente «Ya sabe, amigo, dijeron
diciéndor os:—Dios los guarde: que ande quiera hacemos canela
contestamos:—buena tarde, baga nemas la pata ancha
bájense sin cumplimiento, si le gusta el caramelo,
y ya tomaron asiento y busquenós sin recelo
sin recelo y sin alarde. cuando quiera la revancha.»
Nos pusimos átabiar Vayan con Dios, contesté
mano á mano sin ventaja, que yo no me llamo plata;
y uno saco una baraja puse el poncho en la culata
; se puso á barajar. 1 y á mi caballo ensillé.
xHaéser tigre m jugar» El otro también se fué
•'fUñ mi compañero, ! quizás á cobrar su parte
porque gauaron con arte la trasparente laguna
por lo que yo me presumo, donde bebe mi majada
y la plata se me hizo humo y la sendita trillada
como acabo de contarte. que cruzo en noche de luna.
Taiego triste y abatido Tu sos la yegua madrina
uñi los bueyes al yugo, á que sigue mi tropilla
atoran con el tarugo y el mejor pingo que ensilla
que al truco me habían metido el gaucho para su china;
y haciendo rumbo á tu nido, el fuego que en la cocina
ya refrescan de la mona, en invierno me calienta,
ahora vuelvo, mi pichona sos el choclo que revienta
corno es mi costumbre vieja entre el rescoldo metido
á regalarte la oreja y el pájaro que en el nido
tirao sobre la carona. al pichoncito alimenta.
Vuelvo, mi vida, á envidarte Sos el filoso cuchillo
con miras de echar el resto con que mi amor desgárrelo
ya que la suerte me ha puesto y el bozal con que sujeto
como pa no mezquinarte*, y ato á soga mi potrillo;
y quizá pueda cantarte el fleco del calzoncillo
también algún contraflor con que bailo pericón,
que en el truco del amor la rueda del carretón
nunca mezquino manija que en el pasto deja hüella
si puedo ganar en fija la herida por que resuella
ó me afloja el jugador. quejándose el corazón.
Prepara pues, la carpeta No te olvides pues de mí
si te agrada que truquiemos que soy como leehiguana,
porque pronto nos veremos y vos, sol de la mañana,
sino me erra la escopeta. como miel de camoatí.
Voy picando la carreta Por hoy te concluyo aquí
en derechura á tu rancho, dando vueltas como el bolo,
y aunque el camino no es ancho y mientras que no me enrolo
creo poderlo orillar pa servirte de asistente
si no se vuelve á cruzar teñólo siempre presente
otro que juegue con gancho. á éste tu pobre
Chingólo.
Mi china, no te aflijas
ENTRE EL vTe JO CHISTO
porque vuelva tan flacón,
que en pegando otro tirón
puedo engordar por demás,
y si no engordo, quizás
sea mejor, porque el cristiano Y EL VIEJ ITO SU P A D R E
en teniendo barro á mano Habli primer.» el segundo, en razón de
se embarra por voraciar, sil edad, autoridad y esperiencia, pues es
y anda limpio y sin pecar
cuando se encuentra liviano. nada menos que el Matusalén de nuestros
historiadores, que todavía borronéa con el
De modo, vieja, que vengo pulso seguro á pesar de sus ochenta y tres
como tirao del cabresto, Eneros.
con ganas de echarte el resto Lo que dice el viejito es cosa linda, y
y alentao, te lo prevengo, no agrego y b'.rata, por no imitar á los
porque dentro el pecho tengo bohemios vendedores de baratijas que usan
lo mismo que un hormiguero como refrán las lrasesitas cada vez que gol­
que picándome muy fiero
para avivarme el deseo, pean las puertas de los vecinos.
como grita el venteveo No pido que me disculpen la modestia
hace que grite ¡te.. .quie.. .r<>! porque no hay que extrañar que á mi me
Te quiero porque tú sos guste lo que escribe mi padre, cuando es
quien me sirve de consuelo, moneda corriente entre algunos de nues­
y la que como ciñuelo tros paisanos que se tienen por leídos y es-
mehapuesto en el mundo Dios. crébidos, alabarse á sí propios de que saben,
El golpecito de tos y decir cuasi á gritos que no hay quien les
qUe me anuncia mi fortuna; pise el poncho.
La cinchadita de hoy de los dos viejo sino siete meses, después de los cuales
es para sacar difuntos, pero no hay que había (|ue procederse á sacarlo para dar
asustarse porque jiedan, que son difuntos lugar á otro nuevo. Ya puede uno figu­
antiguos, de aquellos que conservaban la rarse el estado en que se hallarían los
blancura de los huesos porque antes de di- más, al tenor que exhumarlos. ¡Y gra­
funtiarse no engordaban, como mucha gente cias todavía si no hubiesen fallecido de
de ahora, al estilo de los chanchos. alguna epidemia, que la cosa habría sido
m ás higiénica '....
Pongan atención, paisanos, que voy á «Fortuna que en aquel tiempo, ni lo
referirles lo que dice el viejito sobra el fiebre amarilla, ni el cólera asiático con
particular en su ultimo libro de «tradiciones todos su s microbios, se habían hecho
y recuerdos» y á agregarle después por conocer por estos fagos, qui sino, hágan­
mi cuenta lo (pie yo sepa, y que él se haya se cargo de lo que sería.
dejado en el li itero por su costumbre de «La idea del Sindico no podía ser mas
escribir al galope. loable. Suprimir el enterramiento en las
Iglesias; dar mas amplitud para sepultar
á los que falleciesen, sin tener que colo­
car los cuerpos como sardinas, ó que
«EXTERR AMI ENTO EN LAS sacarlos medio frescos tal vez para pasto
IGLESIAS de los carnívoros; y erigir, por fin, un
Cementerio descubierto en extramuros,
(I7 8 ÍÍ-1 7 9 2 ) al Sur de la ciudad, «por ser lo menos
«Allá en remotos tiempos, era costum­ poblado de chacras y algo separado de
bre de nuestros antepasados enterrar á los caminos.» Pero se tocaron dificulta­
los muertos en las Iglesias, á falta de des para que el verbo fuese carne, vale
Camposanto al descubierto donde hacer­ decir, para que la idea propuesta se pu­
les el boyo para sepultar á los que morían, diese poner en práctica.
por de contado, sin la [M iada de cal de «En su defecto se apeló al Hueco de la
uso moderno. De cierto que no había Cruz, para sepultar algunos cadáveres,
de ser cosa divertida aquello de abrir ho­ por pronta providencia, hasta que se
yos en el Templo, y tener que presenciar acordó destinar una parte del corralón
los fieles, verbigracia á las horas de misa, del Convento de San Francisco para en­
el enterramiento de los cadáveres, remo­ terrar á los pobres de solemnidad. Mas
viendo los huesos ie otros por el enterra­ como todavía se continuaba enterrando
dor, al golpe de azada y pala, para hacer en las iglesias á las personas de distin­
lugar á los venidos, como quien dice, de ción, el cura párroco de la Matriz, á la
refresco, con su mísera humanidad, para sazón el doctor don Juan José Ortiz, se
que la tierra cubriera sus despojos en la resolvió, con piadoso celo, á construir un
fosa. , mediano Camposanto, al descubierto, bajo
«Hasta el año 1792, era de uso y cos­ cercado, contiguo á la Matriz, (esquina
tumbre sepultar los cadáveres en la Ma­ hoy délas calles ítuzaingó y Rincón) que
triz primitiva (llamada después la Vieja) vino á ser el primer Camposanto en for­
y la Iglesia de San Francisco, asi como ma que hubo dentro de los viejos muros
se enterraban los militares que fallecían, de Montevideo.
en la Capilla de la Ciudadela. La cosa ya «Excusamos hablar del indicado en ex­
pasaba de castaño obscuro, palpándose tramuros el 92 por el Sindico Procurador,
las consecuencias (le tan perniciosa cos­ porque quedó en agua de borraja, pues
tumbre. Eso dió lugar á que el Síndico es sabido que no vino á crearse hasta el
Procurador General representase al Ca­ año 1809 del presente siglo, en la costa
bildo, en Diciembre de ese año, la urgente Sur de esta ciudad, allá por donde llama­
necesidad de erigir un Cementerio fuera ban la playa de las Basuras, y que sub-
de muros, proponiendo que se hiciese en sistió hasta el año 35. en que se inaugu­
él una divisióri para losníños que murie­ ró el Central, creación magnífica, entre
sen sin bautismo. paréntesis, de Montevideo.»
«Razón sobrada tenía el buen Síndico, Hasta aquí lo del libro; y ahora hablo
que lo era á la sazón don Francisco de vó, que es como si dijéramos Tirabeque
Zufriategui, para reclamar esa medida, después de Fray Gerundio.
pues ha de saberse, que en ambas Igle­ En los tiempos en que yo era mucha­
sias no había lugar sino para doscientas cho alcancé á conocer, como por caram­
catorce sepulturas, mientras sucedió que bola, algunas costumbres viejas que to­
en veinte meses—desde Enero de 1789 á davía se estilaban en pueblos de campaña!N
Septiembre de 1790—se enterraron qui­ Una de ellas, era la de velar los muer­
nientos diez cadáveres en las doscientas tos en la iglesia, creyendo que de ese
catorce sepulturas, resultando de esto, modo las almas de los finados iban con
que cada cadáver no podía permanecer mas facilidad en derechura á la gloria.
Y como en aquellos tiempos nadie so nuestros dias, festejando el entierro del
preocupaba todavía de si era bueno ó marqués délas Cabriolas.
malo el olor que despedían los difuntos, La esplicación estaba en la creencia de
no había razón deestrañar aquella rancia que el ángel, por el hecho de serlo, iba
costumbre en armonía con los entierros derecho al cielo, y eso debia festejarse
en los cementerios de los templos, que demostrando el regocijo que causaba á
todavía existían. sus deudos la persuación de que el alma
La conducción de los cuerpos para de aquel ser inocente tenia que ser aloja­
aquellos velorios se hacia con acompaña­ da por Dios en los jardines de'1 Paraíso
miento, cómo se hacen ahora los entier­ eterno.
ros, pero con la diferencia de que se Si la creencia era bien ó mal fundada,
marchaba á pié, llevando al difunto á doctores tiene la santa madre Iglesia
pulso, salvo los casos de mal tiempo ó que sabrán responder; para nosotros
de mayor distancia, en que se conducía tenia su razón de ser como todas las in­
en algún carretón ó carrito, yendo el ventadas por los hombres para sus cul­
acompañamiento á caballo. tos, y hoy mismo, sin ir mas lejos, hay
Sucedía á veces que el finado, siendo entierros con música, verdad que fúne­
vecino del pueblo, muriese á la tardecita, bre pero música al fin, y de mas ruido
y entonces la ceremonia de la conduc­ que aquella, como mayor es el ruido de
ción al templo, que sé hacia ya de noche, las descargas de fusiles y cañones, con
era mas original, formándose una especie que hoy se despide hasta el valle de Jo-
de procesión con faroles que alum­ safát á muchos que lian servido de estor­
braban al muerto y á los acompañantes bo, que la de aquellos cohetes de. la In­
por aquellas calles de Dios, que carecían dia, que no tenían el peligro de sofocar­
de veredas cuanto mas de empedrados. la libertad con su olorcito á pólvora, y
Si el difunto ó la familia eran personas que servían por el contrario para feste­
pudientes, y había con que hacer el gas­ jar los entierros de la tiranía y los gran
to, ó si pertenecía el primero á alguna des aniversarios de la Patria.
congregación ó hermandad de las que Y aquí se acabó el tabaco
por entonces abundaban, la procesión se en cuentos de enterramientos
hacia con mas aparato, llevándose la cruz que son cuentos sin ser cuente^
alta, y mas faroles, aunque fuese de dia, •porque de historias los saco;
con sus velas se sebo y colocados en as­
tas; una campana que hacia sonar un son muertos á que destape
monaguillo que marchaba á la cabeza de sin el menor desacato;
la columna, escoltado por el cura, el te son páginas del relato
niente y el sacristán rezando sus latinaz- del libro de «Tradiciones*)
gos, y el resto de acompañantes que con­ que les manda á los fogones
testaban al rezo como en coro. el viejo
Llegados á la iglesia depositaban el Calisto e' Ñ,ite
cuerpo sobre una mesa cubierta con pa­
ño negro y colocada frente al altar ma­
yor, y luego seguía el velorio por los her­ C O N F ID E N C IA !
manos ó concurrentes, que se turnaban
hasta la hora del entierro en que volvían
á estar todos presentes. .1 ño (\tf¡y.'o. que e! nido
* Otra clase de ceremonia se hacia para tiene allá, cu Mmitevido.
o-s- entierros de ángeles, que era al pare­ ¡Supongo señor, me creo
cer mas ridicula pero que tenia su espli- que ya habrá usté recibido
cacion entre aquellas buenas gentes. una que b lie dirigido
Consistía en un acompañamiento con hablándole de un Chingólo
música de guitarras, y á veces acordeón, á quien llegué yo, no solo
qae tocaban piezas alegres, entre el rui­ á prestarle mi favor, •
do de cohetes de la India que iban pren­ sino que después amor
diendo por el camino hasta llegar al me inspiró, siendo yo un polo.
Campo-Santo.
Los músicos, generalmente vestidos á Tal vez Otro derrotero
la criolla y con las guitarras adornadas tomó la carta de que hablo,
con cintas y colgadas al pescuezo, iban quizás porque el pobre (liaba
detras del cajón del angelito, que condu­ que tenemos de cartero,
cían por lo común algunos muchachos, se nos pasa el dia entero
y en seguida el acompañamiento. por puntiarse ó bien puhtiac
Aquello, en el conjunto, era ni mas ni I y tanta carta ha estraviao,
menos que una comparsa de carnaval de 1 que pa que mas no suceda,
y hacerle entrar en vereda, lo he de largar mas marceo
á su get'c me he quejao. que una puerta de herrería
Bueno, dicen que el correo Que naides conmigo juega
inmbien anda muy malito ni me agarra pa la risa;
en ese. pannos chiquito que aunque soy medio pe •/••
pa mi gran .Montevideo, yo le pego al que me pega,
en que altiva flotar veo Y si se creyó la breva
—cuando á él voy—átoda hora llevarse fácil de aquí,
á la enseña redentora guardará, crea, de mí,
que el paisanaje, clavó, el recuerdo en adelante
cuando ufano declaró de que si le fui costante
á la patria gran señora. soy también como el agí.
Volviéndole, pues, á hablar Disimulé mi insistir,
del cartero, don ('alisto, si distraigo su atención,
lo diré que el pobre Cristo pero és hoy mi situación
queriéndose disculpar mala, y tengo que ocurrir
me vino á ca -a á contar donde me quieran oir,
que por ahí, en la central y hasta prestarme una ayuda
andan las cosas tan mal en esta custión que añuda
y tan torcidas á veces los cordones de mi lengua..
que bastase desaparecen y gracias que juerza tenga
los bultos de la postal. pa escrebirle
Que allí existennreglamento La viada,
que es bueno para el empleado
que mucho tiempo ha faltado CONTESTACION A LA VIUDA
pues no le 1íacen ni descuento,
ni piensan por un momento No ha sido descortesía
en quererlo destituir. no contestar á su carta,
Esto me llegó á decir, que nunca niego una cuarta
seguro, por disculparse, á quien precisa la mi a;
y el muy tunante evitarse toé solo que no sabía
que yo volviera á gruñir. de Chingólo el paradero,
Por ahora le doy cuarta y habia pedido al pulpero
y más porque en duda estoy, de las orillas de Meló
y pa por si acaso voy rumbos, señales y pelo
á decirle que en mi carta de ese maldito carrero.
(perdone si esta le harta) Ahora sé por otra esquela
le pedia que noticias qué le manda don Quintín
me diese, del que delicias al amado serafín
en un tiempo me brindó á quien le hace centinela,
y después de aquí juyó que esc zonzo, (¡pa su agüela'
despreciando mis caricias. dirá usté) con su carreta
'Es ese chingólo pillo vuelve á ver si se enjareta
purgante de mi concencia co nía queaqui pastorea...
que con mucha indiferencia jHagasé cargo! ña...y vea
oyó á un lindo caciquillo lo que dice esta gaceta.
que debajo un espinillo Yave, pues.que no hay motivo
su pasión me declaró, para dudar del cartero
y el pobre se me clavó, á quien lo trata tan fiero
lo que no quise hacer caso su enojo cuasi excesivo.
al alzar conjuerza el brazo Tendrá afición, yo no digo
cuando tristón saludó. que no la tenga, á empinar
Si es caso queVd. lo vé, el codo, por desechar
digamelé señor Ñato, algún mal que lo entristece,
que lo be de dejar mas chato pero eso no me parece
de lo que el pillo se cree, motivo para dudar.
que si ayer yo me ensarté Cuando un hombre se marea
con su amor que era falsía por causa del aguardiente,
con su boca que tenia no es el pobre delincuente
mas agallas qué un dorao, desde que pierde la idea;
habla, disputa, brutea, ron contraer matrimonio en el tren de
pero al ñudo, ó al boten, Minas para tomar las aguas de médico
porque se hace la ilusión Regules por mandato de su ilustrado So­
mientras le baila la mona, lis Grande».
que golpea eii la carona En electo; un hermoso Mayo del mes
y siempre tiene razón. dedia, despuésde persignarse enla mano
Dejando pues, al cartero salieron ambos esposos del Rincón de
que no sabe lo que lia dicho, la calle de su casa con el equipaje en la
voy á hablarle de aquel vicho frente. Aquel par de calcetines recien
que anda corno el terutero: casados conducía consigo además de las
del demonio del carrero maletas cargadas de jóvenes y otras co­
que buseadonde anidar sas, una sombrerera llena de agua fresca
y la ha querido engañar un porrón con su correspondiente som­
quizás haciéndole daño, brero, una tortilla para resguardarse de
porque ¡se precisa engaño la lluvia y un buen paraguas por si sen­
para hacerla cabrestiar! tía apetito en el camino.
A poco rato de salir de aquel minuto
Yo supongo quclosacsa de amores, y sin perder un solo nido se
es que le erró la portera metieron ambos cónyugues en una libra
como liizoá la lavandera de butifarra para comprar media sala de
que la hija cuasi le endosa. espera y alquilar una estación que los
Pretendiendo para esposa condujo á la berlina de un periquete.
solo cabe un compromiso, Una vez allí tomaron puesto en la cam­
y ya ve que de improviso pana y en cuanto sonó la cola de los
tiene el mozo dos ó tres, viajeros, don Canuto y Carolina llegaron
¡y eso que dicen que és hasta los respectivos suyos y se guarda­
el Chingólo medio guiso! ron el despacho de billetes en el bolsillo.
Dejeló pues, que á la China Después el joven Mendoza cogió del
le siga tendiendo el ala brazo á su billete, un empleado le taladró
que no es queso que se cala su costilla con el sacabocados, entraron
el tal Chingólo; y si opina en la satisfacción con el anden retratado
• que su persona se arruina en el semblante y mientras la locomoto­
porque Quintín ñola escucha, ra sonreía todo les pitaba á los nuevos
agua tria gáste mucha esposos. No habría trascurrido un de­
que sea de manantial, partamento, cuando cierto minuto de ati­
que para curar su mal plada gorra y con galones en la voz,
no hay cosa como la ducha. comenzó á gritar: «Señores casados al
tren!» y nuestros recien viajeros monta­
No tengo mas que decirle ron tan súbitamente en un empleado de
sobre este particular; primera clase, que nada faltó para que
siempre me puede mandar se rompieran algún estribo al poner el
si en algo puedo servirle; pié en el hueso.
y aunque me escuso advertirle Poco después el tren pobre (más largo
que de dragón no revisto, que la esperanza de un mixto) atra vesaba
la tentación no resisto envueltoén praderas de humólas verdes
de ofertarle con un verde nubes de Montevideo. Con el joven viaje
tan solo porque recuerde iban los siguientes compañeros de matri­
á este su viejo monio: Junto á una señora por la cual
entraba el sol iba una ventanilla histérica,
Calisto. tan vieja como una tapia y mas sorda
que Matusalén. Al lado de esta caballería
iba un capitán de señora con el bigote
CARTA DEL VIZCAINO CIMIENTES recien hecho y el uniforme retorcido.
Leyendo las columnas del coche, aparen­
A SU C O M P A D R E R E GUI . E S taba no fijarse en las personas que iban
con él en El Siglo; pero no dejaba de di­
Montevideo, Enero 18 de 18bfi. rigir á la bella Carolina, cuando Mendoza
volvió las miradas, algunas espaldar muy
Señor doctor don Elias Regules. ardientes.
Ocupaba, por fin, el otro campechano,
Estimado amigo y compadre;—Rícese un asiento bastante cura con su som­
que don Canuto de señora y su simpá­ brero de papel manuscrito y una carga de
tica Mendoza á los pocos dias de embar­ teja debajo del brazo, pues según dijo
carse en la capilla de San José, resolvie­ tenia que predicar en la villa de Antonio
el panegírico de San Pando, añadiendo Y corría dando pelos y tirándose de los
que, si viajaba en primera clase apesar gritos, hasta que un guardia civil que lle­
de los devotos que llevaba en el manteo vaba en el morrión sus anteojos y en 1a.
era porque le costeaba el billete una co­ nariz su funda de hule, agarró al pobre
fradía de señores zurcidos.
Por cierto <|ue (d reverendo frasco lle­ solapa por una Mendoza, y creyéndole
vaba un padre moscatel lleno de un vino el detenidolopusiera
borracho, condujo al cielo, no sin que
el grito en la preven­
que estaba roto, y á medida que el líqui­ ción.
do se desesperaba, el pobre cura se iba
vertiendo que era una compasión.
Cerca ya de la cabeza de Savágo sacó misPero ¿y los otros lectores? preguntarán
viajeros.
Mendoza la estación por la naturaleza Pues bién, la señora inmediata se bajó
para contemplar la ventanilla, y fué vien­ en la estación histérica; el Peñarol se que­
do las parejas de chingólos que araban el
cencerro con el campo al cuello, las ban­ dó en cura; y respecto al oficial y á la
recien casada, se sabe que no llegaron á
dadas de bueyes que se paraban sobre los los baños
hilos del telégrafo, los racimos de guar­ cual fué su deSolis paradero, pero se ignora
das en sus parras y los hijos délas uvas Hay que suponerGrande. que el capitán de los
en sus casillas.
Entre tanto la señora de Mendoza iba retorcidos desde muyyjóvenes.
bigotes enamorados Carolina, estaban
haciendo mil carboncillos porque se le Amigo dos reales, si usted dá con Re­
metía en los ojos los gestos de la máqui­ gules, le doy don Canuto.
na, y cuando don distraído se hallaba más Su aftmo.
Canuto dirijiendo sus primeras casas á C o rrien tes.
las miradas de Sayago viene una ráfaga
de felpa y ¡zas! se le lleva su sombrero
de viento dejándole con la boca al aire y
la cabeza abierta.
A VUELO DE PAJARO
Lanzarse por la mente de su pensa­ REVISTA CRIOLLA, EN UN ACTO Y CINCO
miento farol fué el primer sombrero que CUADROS, LETRA DE ENRIQUE DE-MARIA
cruzó por la portezuela de 1). Canuto; pe­ GAIN. MÚSICA DEL MAESTRO ANTONIO \TDE-
ro, su joven levita lo agarró por los fal­
dones de la consorte y logró detenerlo (Coutinuación.—Véase el número 20)
aunque con tan mala pierna que, cayen­
do sobre la fortuna derecha se hizo una (pasa este letrero: Puvlica)
contusión en la vasija del agua. Viajero —Uy! Pública con v corta
Los compañeros de risa se morían de J ustiniano—Según la pública fama,
viaje al ver aquel apurado tan matrimo­ hay Inspectores, que estilan
nio, y al mismo tiempo que lamentando poner vaca con b larga.
aquel consuelo, daban porrazo á la esta­
ción de Sayago, el tren entraba en la se­ Viajero -¿Y ese que llevan atado?alado)
(pasan d un hombre
ñora de Mendoza.
Entonces D. Canuto cuyo susto se ha­ J ustiniano—Un voluntario... singanas!...
bía revuelto á consecuencia del vientre como todos los soldados
recibido, desidió bajarse precipitadamen­ que nos mandan de campaña!
te y esconderse (sin escuchar las voces Viajero —¿Y aquel tumulto de cosas?
del buen kiosko y de Carolina) en un es­ (señala al interior)
trecho capitán con tejado de zing que alli Justiniano—Esa« son cosas privadas,
cerca se encontraba. ferro-carriles, el puerto.
Pasó un pito, sonó el momento del jefe Cositas sin importancia!
de la campanilla, un mozo ajitó la esta­ Viajero —¡Caracoles, caracoles!
ción y después................................ . . la listita se liare larga!
Después solo se veia á lo lejos un va­ Ya he llenado la cartera
por que marchaba á todo tren; y en me­ y no pensaba llenarla!
dio de la via un caballero que, con el cha­ ahora anotaré en los puños,
leco descolorido y el semblante desabro­ y después me iré ú las fajdas!....
chado, corría detrás del aire gritando con J ustiniano—Creo, mas de una docena
todo el ferro-carril de sus pulmones: de camisas le harán falta!
«¡Eh!__ ¡Guarda-freno___ Deje usted Esto és en la población
bajarse al tren!__ eche vd. el freno á mi solamente; la bolada
mujer!__ favor— ¡Que me quedo en es visitar las afueras,
ahogo! — Uf!.......Yo me Sayago! — ya verá qué apuntes saca!
Socorroooó— »
Viajero —A juzgar por los que tengo, y creo que hasta el pueblero
me llevaré una carrada. me conoce en mi país;
Pues vámonos en seguida yo nunca causo desliz...
que el tiempo veloz se pasa, quien me prueba no me ahorra,
y solo á Vuelo de Pájaro me rompen á cachiporra,
permaneceré en su patria! me come todo oriental;
Justmiano—Su brazo. soy un plato nacional,
Viajero — Vamos amigo. y me llamo: Masamorra.
¡No se me olvida la estatua!
(mutis) Escena 21

( Continuarei). ENTRA EL CON CLERO


MUTACION Concuero Soy el manjar que al paísan*
C u a d r o t <»v e <* i* o más alegra en la ocasión,
cuando se acerca al fogón
(Una quinta-bosque) con el cuchillo en la mano;
Escena 17.a soy el plato soberano
Y J A -i li R O y J D S T 1 N 1 A \ O que más estima el campero
cuando de un tajo certero
Viajero -Estoy encantado con estos her­ me baja del asador;
mosos paisajes. soy de los platos la flor
iudínianc - Ya verá usté cuántas cosas y me llaman: El con cuero.
sacará de aquí para su libro, (mutis).
pero para el capítulo de las
cosas buenas. Viajero —¡Lindo amigo!
Vie.¡ero -Silencio, alguien se acerca. Justiuiano—Ya lo creo!...
Escena 18.a- Viajero —¿Vamosá tomar un refresquito?
DICHOS Y TORTA FRITA J ustiniano—¡Aqui viene algo que le quitará
la sed!
Torta -Yo soy la torta morena, MUSICA
hecha con grasa y harina,
aunque no so}' cosa fina SALE EL MA T E
los criollos dicen que es buena;
soy la masa que lo enllena Yo soy el néctar sabroso
al gaucho y que más lo incita, que se chupa en la cocina
soy la que alegra y palpite­ cuando lo ensilla una china
en las yerras la mozada, para brindárselo á un mozo!
la masa mas apreciada, Soy licor apetitoso,
y me llamo: torta frita. jugo como hecho de encargo,
([m utis)
soy rey de este suelo hermoso
y mo llaman Mate amar(jo.
Escena 19.* Pero algunas veces
ENTRA ARROZ CON LECHE dulce soy minbien,
Arroz —Soy el postre nacional y en todos los casos
que no l'alto en los festejos, valgo más que el té!
y comen mozos y viejos Niñas y señoras,
con un gusto sin igual me suelen chupar,
en la puerta del corral vi ej os y muo¡;adiós,
no hay nadie que me deseche viejas y... la mar!
no hay china que no aproveche El que en esta tierra
cuando me encuentra en la olla me prueba una vez
soy la delicia criolla se ciudadaniza
y me llamo: Arroz con leche. en monos de un mes!
(jmutis) ¡Yo rae llamo el mate
y no sé malar,
Escena 20 que el que mate toma,
SALE I.A MASAMORRA no se mata más.
Yo soy de forma elegante
; .-.amorra—Yo soy hecha de maíz me chupan por la bombilla,
me pisan en eJ mortero, y en alto mi fama brilla
pues siempre salgo triunfante! Escena 24
Soy del rico y atorrante VIAJERO, JUSTINIANO, EL PAYADOR, EI.
PRESIDENTE, GAUCHOS Y CHINAS
el consuelo superior; Gaucho l.°—¡Viva la Criolla!
que en sustancia y en sabor Presidente—¡Gracias paisanos!
nadie me lia arrojado el guante! Todos —¡Viva Viva!
¡Que viva el mate Varios —¡Que cante nuestro payador!
de misionera, Todos ¡Que cante!, que cante!(aplau­
que la caldera den)
caliente está; Payador —¡Gracias, señores! Voy á com­
y es para el hombre placer á ustedes; cantaré. (Se
cosa sabrosa, siento.i y templa la guitarra)
si es una moza Todos —Muy bien, muy bien, (aplau­
quien se lo dá! den.)
(mutis) Gaucho l.°—Silencio, que empieza el pa­
Escena 23 yador!
HABLADO COSAS CRIOLLAS
•VIAJERO, JUSTINIANO Y UNA SEÑORA DESDE —¿No conocen, paisanos, á un tal don
LA CAZUELA Nemesio Trejo, de nacionalidad argentino,
y que es mozo que templa prima arriba
Viajero —¡Qué mujer tan hermosa! (Por cuando entra en una payada?
el mate) •—Pues ese Trejo, que ahora ha desen­
Justiniano—¡Como todas las hijas de ésta sillado en estos pagos, y que es autor de
tierra, amigo mió! Mire usted «Los Olios del Chico» acaba de componer
esa Cazuela y diga si no es otras dos piezas*- E l Registro Civil y El
verdad! testamento ológrafo ó La herencia del
Viajero —(apuntando) En Montevideo, t¿Ot—que fueron representadas hace tres
mujeres extraordinariamente ó cuatro dias en el teatro de los Santos Pa­
hermosas! tronos.
La señora—(desde lo. Cazuela) ¡Gracias Aunqué á decir la verdad, el estreno no
caballero! fue como merecian. las obras son dignas de
Viajero —¡Eh!... verse, pues hacen competencia á Los Gua-
La señora—Es favor .. chiios, que es lo mejor que se ha escrito en
Viajero —(apunta) Viejas extraordina­ criollo.
riamente pretenciosas! Pongan oido á la caja, y escuchen lo que
La 6eñora—¡Grosero! ¡Atrevido! ¡Mal edu­ dice un gacetero argentino sobre el estreno
cado! Ay! ay!.. .Guarango, etc. del Testamento:
etc. •»Un nuevo trabajo ha dado al aplauso del publi­
(váse furiosa) co, el popular autor argentino don Nemesio Trejo,
Viajero —Ja! ja! ja! este detalle no nece­ conocido ya por muchas obras en que revela un
sito apuntarlo!... vivísimo talento natural, que ha de llevarle á me­
Justiniano—No olvide usted que estamos jores concepciones todavía.
en el campo! fEl público pasa un e nvidiable dia de campo al
Viajero —En el teatro, tuto é convenció- airé libre, respirando á todo pulmón y solazando
nade! ¿Qué significa aquel gru­ los ojos con la vista de la sociedad nativa, en
po tan grande que viene hacia toda su poética sencillez. Una mona decidora y
aquí? chispeante canta una ^vidalita* melancólica, en
Justiniano—¡La Sociedad Criolla! que la señorita López obtiene ruidosas ovaciones
Viajero —¿Y qué es eso? por el sentimiento con que la canta, y alli el nudo
Justiniano—Una sociedad de hijos de esta se desata porque aparece en el tronco del ombú
tierra, que no se avergüenza en la segunda parte del testamento, en que constan
recordar las costumbres de los las condiciones impuestasá la heredera, una de
que nos dieron libertad. las cuales era, nada menos,, que la prohibición
Viajero —-Ah! Muy bien. de contraer matrimonio, y allí fueron los apu­
Justiniano—Yo también soy socio y le pre­ ros del escribano metido á doctor y de los novios
sentaré á mis amigos. m as enamorados que avarientos, pues se resue
Viajero —¡Tanto honor! 1 ven á perder la herencia con tal de casarse.
Pero por ahí anda un abogadillo nuevo, siguien­ Muchas gracias por Jos a cu erd o s y las
do la pista á la fortuna aquella y llega muy a buenas ausencias que hacen de nuestro
tiempo para sacar de aprietos á todo el mundo. L o g o n , que á veces suele servirlos para
La clausula prohibitiva es nula, y con hermcia y aprovechar tizones depura leña d el p a ís,
todo la niña se casa y toda la concurrencia se que es la que ha de gustarles como buenos
pone á bailar un «pericón» el mejor bailado que criollos, porque es al fin, de la tierra, y no
se haya visto, para contentamiento de la concur­ chilla ni humea cuando se sabe escojerla.
rencia, que estalló, a' concluir el baile, en una Al criollo es al ñudo que 1c den (fila po­
atronadora salva de aplausos que obligan el bis drida, la traga si tiene hambre, pero en
Y bien merecido, porque ese baile present ido con cuanto olfatea su co n cuero ya no hay olla
mayor aparato y brillo y con ciertos pulimentos, que valga por mas garvauzos y tocino que
puede rivalizar con ei mas aristocrático m inuét tenga.
del siglo de Luis XV. En nuestro F ogon, compañeros, no so
Ahora, hay que hacer justicia al autor y a los cocina á la española, ni á la francesa; pura
actores: al primero, porque ha revelado que es carnosità asada al uso del campo, puro
posible presentar en la escena culta, mucho de hervido sin mescolanza y una que otra cha-
nuestro elemento nacional, en cuanto tiene de tasca ó masamorra pornoperder la costum­
pintoresco e idílico.» bre.
© Cuando gusten, paisanos, no tienen mas
Para hoy estaba invitada y es probable que allegarse, que hay lugar para todos con
que haya emprendido viaje antes de rayar tal que sean marca Patria.
el alba, con rumbos á Sayagó, la simpá­ #
tica »Criolla» al mando de su jefe el doctor Ayer salieron á recorrer la campaña tres
Regules. orientales comisionados por «La Liga Patriótica»
Van á hacer rayar los pingos en la es­ para fundar eseuelas rurales en varios departa­
tancia del paisano Molins, que es de los
seguidores en el baile cuando le gusta la mentos con el concurso popular, y hoy principia­
pierna, y no hay que preguntar si la cosa rán sus trabajos en Florida, convocando al vecin­
será como para divertirse. dario y marchando en procesión, con la bandera
Desde aquí se nos hace que le estamos de Artigas, hasta el pié del monumento conme­
tomando el olorcitoálos ch u rra sco s y que morativo de nuestra independencia, para poner
sentimos el ruido del guitarreo y las voces la ohra bajo la advocación de sus héroes.
de los cantores. Er. Fogon acompaña con sus votos sinceros á
Que se di viertan, paisanos, y no se ol­ esos obreros de bien, llamados Mariano Pereira
viden de los amigos en caso de que á la Nuñez, Augusto Madalena y Enrique' Pereira,
vuelta vengan algunos con charque. que van á abrir con el arado de la iniciativa
Si esliviana la bombacha ciudadana los surcos donde ha de arrojarse la
y si es ancho el calzoncillo semilla del porvenir en tierra elaborada por el
el negocio es muy sencillo, brazo del patriotismo.
es un viaje que no empacha. De la Florida seguirán al Durazno, Tacuarembó
Cuando á un gaucho se le agacha y Rivera, estudiando tanto en esos departamen­
unas leguas no son nada; tos como en la línea fronteriza, las localidades
si es dura la cabezada donde se requiere el establecimiento di nuevas
óel cojinillo es escaso escuelas. Completarán la excursión, visitando al
se compone para el caso regreso San Jo3é, Trinidad y Canelones.
con sebo de riñonada. El doctor Pereira se propone dar una confe­
Don Degules es el diablo rencia pública en cada departamento, dando á
y ha de prenderle seguido conocer la idea por »u faz patriótica, haciendo
hasta que les llegue el ruido sentir las necesidades que se van .ir llenar con su
á los dueños del establo. realización y reclamando el concurso de los que
Es un supuesto ón el que hablo, van á ser beneficiados.
pero si asi rebenquea, Compañeros! que cuando caigan al pago esos
para cortarle la idea patriotas no les falte amistad y agazajo.
si es que mucho los apura Un mate y un churrasco, un caballo ensillado y
cambien nomas la postura un baqueano que les indique el camino, ofrecidos
mientras que el anca se orea. de alma como se ofrece al amigo que se incomo­
O da por servirnos, os lo que menos merecen esps
P lata es lo que p lata vale, com pañeros y hombres que van á llevaros sin el menor interes
am igos de pa ju e r a que se ocupan en e s ­ de lucro personal, el pan de la educación para
criban iar gacetas. vuestros hijos.

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