1880 1916
1880 1916
1880 1916
Por otro lado, la crisis económica mundial de 1873 había sido superada y se había iniciado
un nuevo ciclo de expansión económica. La inmigración aportaba la mano de obra
necesaria para las necesidades de la producción. Roca contó con el apoyo de la Liga de los
Gobernadores y del Ejército. Buscaba garantizar el crecimiento económico de la nación y,
para ello, consideraba que era necesario un estado fuerte que permitiera concretar los
objetivos resumidos en el lema de su gobierno “paz y administración”.
Como en los años anteriores, se recurrió al fraude y la violencia para garantizar el resultado
de las elecciones. Una vez consumadas, el Estado se apoyó en la élite y favoreció la
llegada de capitales extranjeros a través de inversiones y préstamos. También se realizaron
acuerdos sobre las fronteras con Chile, Brasil y Bolivia.
La creación del Registro Civil de las personas, el matrimonio civil y la Ley de Educación
Común con impronta laica, llevaron a la ruptura de relaciones con el Vaticano.
ECONOMÍA AGROEXPORTADORA
Los capitales extranjeros eran fundamentales para una economía que crecía, pero que no
contaba con la cantidad de dinero necesaria para afrontar inversiones de gran escala. Los
capitalistas más importantes de esta época en la región eran los ingleses y su principal
inversión fue el desarrollo de la actividad ferroviaria.
Los trenes eran necesarios para el traslado de ganado y cereales del campo hasta el puerto
donde eran despachadas las exportaciones. Existían cuatro redes ferroviarias: el Ferrocarril
Oeste, el Central, el Pacífico y el Sur. Entre 1890 y 1914 la extensión total de la red
ferroviaria, pasó de los 9000 km de vías a superar los 30000.
LA GENERACIÓN DEL 80
El Partido Autonomista Nacional (PAN) era una alianza de los principales políticos y
caudillos del interior, que incluía a la Liga de Gobernadores. Funcionaba como un partido
del Estado, sin campañas electorales ni afiliados que se limitaba a elegir a los candidatos
que iban a ganar las elecciones siguientes, para evitar sorpresas y conflictos.
FRAUDE: Una de las prácticas habituales era el robo de urnas, la repetición de votos en
diferentes mesas electorales o amenazas, aprovechando que el voto era cantado y aún no
existiía el cuarto oscuro. El fraude era organizado desde el Estado Nacional para garantizar
el triunfo del PAN.
En 1886 asume como presidente el cuñado de Roca, Miguel Juárez Celman. Una vez en el
poder, éste se confió de la solidez y estabilidad del sistema que presidía y comenzó a
abusar de su poder, desplazando a gobernadores arbitrariamente y enfrentándose con
dirigentes políticos importantes. Durante su presidencia, Juárez Celman incentivó el fraude
y la concentración de poder en el Ejecutivo. Esto llevó a que sus adversarios denominaran a
su Gobierno con el nombre de “unicato”, es decir, Gobierno de uno solo. En 1891 grave
crisis económica afectó al país. Entre sus principales causas se encontraban el
endeudamiento externo del Estado nacional y la caída de los precios internacionales de las
materias primas que exporta a la Argentina. Esta crisis afectó al crecimiento económico,
impacto en la capacidad de consumo de la población y produjo la quiebra de un gran
número de comercios y fábricas.
Luego del fracaso de la revolución de 1890, los radicales perdieron las elecciones de 1892.
Su posición no era buena e incluso había empeorado en 1896, cuando se suicidó el líder del
partido, Leandro N Alem. Debilitada la fuerza volvió a dividirse. El sector que respondía el
liderazgo de Bernardo Irigoyen se mostró dispuesto a aliarse nuevamente con Mitre, en
cambio, quienes seguían al sobrino de Alem, Hipólito Yrigoyen, se mostraron intransigentes.
Yrigoyen habia sido un maestro y policía. Vivía solo y muy pocas veces hacía declaraciones
públicas. Aún así consiguió popularidad y logró hacer crecer a la UCR, negándose a
participar en elecciones fraudulentas y recurriendo a rebeliones cívico militares. Por esa
forma de entender la política, Yrigoyen nunca presentó un programa partidario, un conjunto
de ideas o promesas electorales. Su único programa, decía, era la Constitución.
EL PARTIDO SOCIALISTA
En 1896 se fundó el Partido Socialista Obrero Argentino que integró a muchos de los
centros socialistas que ya funcionaban en Buenos Aires y en algunas ciudades del interior.
Su Presidente fue Juan B. Justo, que había participado como ayudante médico en la
Revolución del Parque. Lo acompañaron otros profesionales de clase media interesados en
representar políticamente a los trabajadores.
En 1904 consiguió su primer diputado, Alfredo Palacios, por el distrito de La Boca. De todas
maneras, el socialismo argentino tenía dificultades para crecer electoralmente. En primer
lugar, la mayoría de los trabajadores porteños eran extranjeros y no votaban a eso se
sumaba la dificultad de los socialistas para lograr apoyo entre los trabajadores rurales del
interior y el hecho de que el socialismo de Juan B. Justo era muy moderado y había
propuestas obras más revolucionarias, como las del anarquismo.
INMIGRACIÓN MASIVA
Una de las cuestiones que más preocupa a los políticos y letrados del siglo XIX era la falta
de correlación que había entre la enorme extensión territorial del país y la escasez de
personas que lo habitaban. Intelectuales como Echeverría, Alberti o Sarmiento
consideraban que la cuestión poblacional era fundamental para que el país pudiera
desarrollar su economía y modernizar como ocurrió en los países europeos. Además,
creían que la población originaria local no estaba preparada para trabajar de la misma
manera que lo hacían los europeos. Por eso era necesario promover e incentivar la llegada
del país de campesinos y trabajadores provenientes del Viejo Mundo, especialmente en los
países del norte de Europa.
Las políticas migratorias fomentadas por el Estado para alcanzar ese objetivo dieron
resultado en pocos años, hacia finales del siglo, el país se convirtió en uno de los
principales receptores de inmigrantes del mundo, junto a Estados Unidos, Canadá y Brasil.
Durante la segunda mitad del siglo XIX, la sociedad Argentina experimentó una gran
transformación a partir de la llegada de inmigrantes europeos. Según el primer censo
nacional, Argentina tenía 1,830,214 habitantes en 1869. Hacia 1914 habían ingresado al
país 3.409.540 extranjeros, lo cual sumado al crecimiento vegetativo de la población local
que se produjo gracias a las mejores condiciones de vida, incrementó la población a
7.903.662 habitantes uno de cada 3 habitantes era extranjero.
La inmigración modificó la vida urbana. En 1869 sólo un tercio de los argentinos vivía en
ciudades y en 1914 la población urbana representaba el 58% de la población. Como
consecuencia de ello, las ciudades crecieron y se modernizaron. Se construyeron plazas y
parques, edificios públicos, avenidas y teatros. Además, la cultura popular se transformó
casi completamente con los aportes inmigratorios. Valores, costumbres, creencias y hasta
símbolos extranjeros comenzaron a convivir con los nacionales e incluso a mezclarse.
SOCIALISTAS Y ANARQUISTAS
En las fábricas urbanas que surgieron a partir de la incipiente industrialización del trabajo,
principalmente obreros inmigrantes. Muchos de ellos se identificaban con las ideas
socialistas y anarquistas que habían conocido en Europa y difundieron en el país.
ORGANIZACIONES SINDICALES
Desde fines del siglo XIX, los trabajadores estarían organizados por actividad en
asociaciones gremiales y desde 1890 intentaron crear una agrupación obrera que reuniera
los diferentes gremios. En 1901 se fundó la Federación Obrera Regional Argentina (FORA).
Con la participación de socialistas y anarquistas. Las divergencias entre ambas corrientes
hicieron que en 1902 los gremios socialistas se retiraran de la FORA y fundaron la Unión
General de los Trabajadores. (UGT) que en 1909 pasó a ser la Confederación Obrera
Regional Argentina (CORA).
Dentro del movimiento obrero comenzó a diferenciarse otra tendencia: el sindicalismo. Los
sindicalistas creían que el arma principal de la lucha obrera era la acción de los sindicatos y
recibieron el apoyo de los gremios más numerosos, como los obreros de los talleres
ferroviarios y los trabajadores portuarios. Como éstas estaban relacionadas con el comercio
y la exportación, los sindicalistas tuvieron una gran capacidad de negociación.