Excepciones Dilatorias

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TRIBUNAL : JUZGADO DE LETRAS DE ARAUCO.

CARATULADO : BANCO DE CRÉDITO E INVERSIONES / LANDERO


ROL : C-52-2022
CUADERNO : PRINCIPAL.

EN LO PRINCIPAL: OPOSICIÓN DE EXCEPCIONES; PRIMER OTROSÍ:


MEDIOS DE PRUEBA; SEGUNDO OTROSÍ: SUSPENSION DE
PROCEDIMIENTO; TERCER OTROSÍ: PATROCINIO Y PODER.

S.J.L DE LETRAS DE ARAUCO

JOSE ENRIQUE LANDERO RAMIREZ, chileno, trabajador independiente,


casado, cédula nacional de identidad 9.620.403-5, domiciliado para estos efectos en
Huérfanos número 1117, oficina 513, comuna de Santiago, Región Metropolitana,
demandado en autos ejecutivos caratulados “BANCO DE CRÉDITO E
INVERSIONES/LANDERO”, ROL C-52-2022, en cuaderno principal, a S.S.
respetuosamente digo:

Que, estando dentro de plazo, vengo en oponer las siguientes excepciones a la


ejecución, según paso a detallar:

1.- Falta de alguno de los requisitos o condiciones establecidos por las leyes
para que el título tenga fuerza ejecutiva, sea absolutamente sea en relación con el
demandado Art. 464 No 7 del Código de Procedimiento Civil.

Vengo en alegar el hecho que no aparece acreditado en el libelo, que se haya


dado cumplimiento por la parte ejecutante al pago del impuesto previsto por el artículo
1º Nº 3 del Decreto Ley Nº 3.475, Ley de Timbres y Estampillas, el cual prescribe:
“Grávase con el impuesto que se indica las siguientes actuaciones y documentos que den
cuenta de los actos jurídicos, contratos y otras convenciones que se señalan: ...3) Letras
de cambio, libranzas, pagarés, créditos simples o documentarios y cualquier otro
documento que contenga una operación de crédito de dinero, 0,134% sobre su monto por
cada mes o fracción que medie entre la emisión del documento y la fecha de vencimiento
del mismo, no pudiendo exceder del 1,608% la tasa que en definitiva se aplique”.

De lo antes mencionado se desprende que la ejecutante debió dar cumplimiento a


esta obligación tributaria al momento de interponer la demanda, de lo contrario, el pagaré
carece de título ejecutivo y, por lo tanto, la demandante no se encuentra facultada para
ejecutar a mi representado, como es el caso de autos, en que la pretendida no ha hecho
constar en parte alguna de su presentación el cumplimiento del requisito ya expuesto.

Cabe hacer presente que, faltando este requisito en la demanda de autos, no


debió haberse acogido a tramitación y consecuentemente, tampoco debió despacharse
Mandamiento de Ejecución y Embargo en contra de esta parte ni ordenar que se requiriera
de pago alguno a mi representado. Por consiguiente, dicha obligación no ha sido
satisfecha; siendo cargo de la demandante el probar que ha cumplido con dicha
obligación, lo cual, al no haberlo acreditado en la oportunidad procesal correspondiente,
el título que pretende ejecutivo, carece de ejecutividad.

También opongo esta misma excepción en el sentido de que la firma del


suscriptor no ha sido autorizada ante notario público, de conformidad a la ley. El artículo
425 del Código Orgánico de Tribunales dispone en lo pertinente que los notarios podrán
autorizar las firmas que estampen en documentos privados, siempre que den fe del
conocimiento o de la identidad de los firmantes y dejen constancia de la fecha en que
firman. Lo cual claramente no ha ocurrido en este caso. Es del caso señalar que jamás
concurrí́ o comparecí́ a estampar ante notario la firma puesta en el contrato de apertura
acompañada en autos. De hecho, ignoro que notario autorizó las firmas. Y no consta en el
pagaré como le consta la identidad del suscriptor. Pues bien, conforme lo ha establecido la
doctrina y la jurisprudencia de nuestros tribunales superiores de justicia, el derecho notarial
es una disciplina que desde sus orígenes y hasta nuestros días, tiene como función
solemnizar y dar fe de los más variados acuerdos, contratos y otros actos jurídicos;
desempeñando sus funciones con toda la jerarquía de un servidor público, cuyo ministerio
es el más alto concepto de la responsabilidad profesional. Por lo tanto, el notario debe
tener un sentido permanente de rectitud y escrupulosidad personal, para que el público
respete su investidura y sea absoluto merecedor de su confianza (Ética: Moral
profesional. Deberes notariales. Roque V. Pondal; Primer congreso internacional de
notariado latino. 1988). Respecto a la función a la que se hace referencia en el numeral
10 del artículo 401 del Código Orgánico de Tribunales, esto es, autorizar las firmas que se
estampen en documentos privados, sea en su presencia o cuya autenticidad les conste. Es
necesario señalar que lo pretendido por el legislador al efecto, al otorgar dicha facultad a
estos auxiliares de la administración de justicia, ha sido sin lugar a duda el otorgar a este
tipo de instrumentos “la fe del conocimiento”, esto es, la verdad que ofrece el notario o en
otras palabras, certeza, manifestada mediante su certificación de que el compareciente
suscribió́ efectivamente el documento que se le presenta, debiendo tener la más plena
convicción de que fue él. En relación con ello, si bien el artículo 425 del Código Orgánico
de Tribunales dispone que los notarios deberán autorizar las firmas que se estampen en
instrumentos privados, siempre que den fe del conocimiento o de la identidad de los
firmantes y dejen constancia de la fecha en que se firman, no es menos cierto que dicho
precepto legal aparece claramente suficiente a la luz de la importante misión de servicio
público que se ha pretendido llevar a cabo a través de esa actuación, en el recto sentido y
alcance que debe dársele conforme a sus claros conceptos, toda vez que las exigencias
impuestas al efecto a estos funcionarios están dotadas de certidumbre y precisión,
resultando a juicio de esta parte razonable que la ejecución de tal gestión, los notarios
expresaren, a lo menos, si la actuación consistente en la suscripción del instrumento tuvo
lugar en su presencia y la manera en la que la identidad del suscriptor constó a dicho
funcionario. Encontrándonos ante un juicio ejecutivo, resulta pertinente destacar que el
titulo ejecutivo ha sido reconocido por el legislador por su carácter indubitado, dotándolo de
presunción de veracidad, tanto de la concurrencia de las personas como respecto de los
derechos y obligaciones de lo cual son demostración auténtica.
Para comprender la regulación legal del título ejecutivo, tenemos que partir de la
base de que el juicio ejecutivo fue establecido como un procedimiento de cumplimiento de
sentencias y que fue el legislador el que autorizó el uso de otros títulos para provocar el
empleo de este procedimiento. Cuando se invocan estos últimos, cobra importancia la
distinción entre la materialidad del título y el acto que contiene (Colombo Campbell
y otros, Juicio Ejecutivo. Editorial jurídica Cono sur Ltda., pág. 5). En efecto, el pagaré en
el que sustenta la ejecución de autos da cuenta de una obligación, aspecto relacionado
con su contenido que no se discute, sino el merito ejecutivo del título, la materialidad que
permite una pretensión compulsiva. Dado lo anteriormente expuesto, resulta justificado el
hecho de que al otorgar merito ejecutivo a un instrumento privado, se le rodee de las
mayores garantías, sin que llegue a exigirse siempre la presencia de la persona obligada a la
suscripción o firma del documento. Pero en el evento que ello no se efectúe resulta
absolutamente necesario que el ministro de fe exprese lo requerido por el legislador, esto es,
los fundamentos por los cuales le consta la autenticidad de la firma de la persona que
suscribe el documento, aspecto que, en definitiva, constituye el motivo por el cual la
ley concede la fuerza para iniciar un procedimiento ejecutivo. A mayor abundamiento, la
Excelentísima Corte Suprema, mediante resolución AD 19.039 sobre autorizaciones de
firmas de pagarés, prohíbe a los notarios, entre otras cosas, seguir estampando firmas
estampadas en pagarés conforme registros de firmas o por medio de otros antecedentes
proporcionados por el mismo banco, como ocurrió́ en este caso. El hecho que sea una
práctica de los bancos e instituciones financieras que la autorización de firma ante notario
sea efectuada con posterioridad a la suscripción del acto y sin la comparecencia personal
del suscriptor, no obsta a la conclusión de que dicha autorización no se ha efectuado
conforme a la ley.

Al omitir consignar en el caso de marras, la forma en cómo le consta al Sr. notario


la autenticidad de la firma estampada en el pagaré, procede aceptar el fundamento que
precisamente se refiere a la transgresión de las normas impositivas - que generaría la falta
de fuerza ejecutiva del título que sirve a esta ejecución toda vez que se ha verificado la
inobservancia de un requisito exigible a la autorización notarial de la firma estampada en el
instrumento privado, en particular, aquel consistente en la forma como debe visarse una
firma y que tiene por objeto dejar constancia y hacer fe de que la rúbrica puesta en un
documento privado por una persona, pertenece precisamente a la que la estampó, razón por
la cual consecuencialmente se configura la excepción planteada en este libelo, con relación
al demandado, debiéndose rechazar por lo señalado la demanda, con costas.

2.-La concesión de esperas o la prórroga del plazo Art. 464 Nº 11 del


Código de Procedimiento Civil.

Es pertinente hacer presente SS., que actualmente esta parte se encuentra en


negociaciones con los ejecutivos del acreedor, con miras a obtener la renegociación del
crédito, así́ como nuevos montos y condiciones de pago, por lo cual la presente
ejecución sorprende y es contraria a la buena fe en las tratativas que se debieran formalizar
en un nuevo instrumento crediticio, según se le explico a esta parte.

En síntesis, es lógico que, en virtud de dichos acuerdos preliminares, se le


concediera a esta parte esperas o prórroga del plazo para el pago de sus obligaciones,
mientras se formaliza el nuevo instrumento crediticio, el cual a su vez, también deberá́
cumplir con todas las formalidades que la ley exige para su plena validez.

3° Opongo la excepción del artículo 464 n°4 del código de procedimiento


civil, esto es: “la ineptitud del libelo por falta de algún requisito legal en el modo de
formular la demanda, en conformidad a lo dispuesto en el N° 3 del artículo 254”

El mismo estatuto legal expresa que la demanda debe contener: “El nombre,
domicilio y profesión u oficio del demandado.” Es del caso señalar que el demandante de
autos en la individualización de la demandada solo hace alusión al nombre y domicilio del
ejecutado, desconociendo lo solicitado por el articulo 254 N°3, en este caso no señalando la
profesión u oficio del demandado, en circunstancias que dado el avance de la tecnología,
esa información resulta tan simple de obtener, como por ejemplo obteniendo un certificado
de deudas a través de dicom platinum, y solo se remite a señalar que este ignora la
profesión u oficio de este.

A mayor abundamiento y en el mismo sentido, los bancos por lo general, para


encontrar bienes del demandado tanto muebles o inmuebles, no escasean en recursos,
para obtener dichos antecedentes, no realizado este mismo acto de dedicación para
obtener la profesión de la persona a la cual se demanda, siendo que es un requisito
fundamental consagrado en el artículo 254 N° 3. En consecuencia, la demanda se
encuentra formulada de forma inconclusa al no señalar un requisito exigido por la ley, solo
remitiéndose al nombre y domicilio del demandante, y omitiendo la profesión u oficio
de este, solo señalando la vaga excusa de “ignoramos profesión u oficio”.

POR TANTO, en virtud de lo expuesto y lo que disponen los Art. 464 y


siguientes del Código de Procedimiento Civil,

SOLICITO A US., Tener por opuestas las excepciones a la ejecución que se


señala en el cuerpo del escrito, someterlas a tramitación y acoger una o más de ellas,
denegando en definitiva la ejecución, con costas.

PRIMER OTROSÍ: Sírvase US., tener presente que me valdré de todos los
medios de prueba legal, incluso prueba documental, testimonial, confesional, pericial y de
presunciones.

SEGUNDO OTROSÍ: Solicito a US, ordenar la suspensión inmediata del


procedimiento de apremio ejercido en mi contra en virtud de lo expuesto en lo principal de
esta presentación, atendida la gravedad de los antecedentes de hecho y de derecho aportados
por esta parte.

TERCER OTROSÍ: Sírvase S.S., tener presente que por este acto, vengo en
conferir Patrocinio y Poder a MIGUEL ALEJANDRO IRIZAR VILLEGAS, chileno,
cédula de identidad N° 16.937.654-9, abogado, domiciliado para estos efectos en Esmeralda
Nº 342, Arauco, Región del Bío Bío, quien firma con firma electrónica avanzada en señal
de aceptación.
POR TANTO,

RUEGO A S.S., tenerlo presente para todos los efectos legales el patrocinio y
poder conferido en este acto.

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