Taz TFM 2022 722
Taz TFM 2022 722
Taz TFM 2022 722
Zaragoza, 2021-2022
2
RESUMEN
ABSTRACT
1. INTRODUCCIÓN ………………………………………………………………….. 1
1.1 SARCOPENIA ………………………………………………………………………………. 1
1.2 ALTERACIONES FISIOPATOLÓGICAS DE LA SARCOPENIA ……………………. 1
1.3 MARCADORES INFLAMATORIOS …………………………………………………….. 2
1.3.1 PARÁMETROS HEMATOLÓGICOS ………………………………………… 3
A Índice Neutrófilo/Linfocito (NLR)
B Índice Linfocito/Monocito (LMR)
C Índice Plaqueta/Linfocito (PLR)
D Índice Glucosa/Linfocito (GLR)
1.3.2 PARÁMETROS NUTRICIONALES …………………………………………… 5
1.4 IMPLICACIONES DE LA SARCOPENIA EN EL PACIENTE ONCOLÓGICO …….. 6
1.5 DIAGNÓSTICO DE SARCOPENIA ……………………………………………………… 6
1.5.1 TAC “GOLD STANDARD” EN EL DIAGNÓSTICO DE SARCOPENIA …. 7
1.6 CARCINOMATOSIS PERITONEAL …………………………………………………….. 8
1.6.1 CARCINOMATOSIS PERITONEAL Y SARCOPENIA …………………….. 9
1.7 CIRUGÍA CITORREDUCTORA EN CARCINOMATOSIS ……………………………. 9
1.7.1 COMORBILIDAD ……………………………………………………………….. 10
1.7.2 COMPLICACIONES POSTQUIRÚRGICAS …………………………………. 11
1.8 PREHABILITACIÓN: OPTIMIZACIÓN PREOPERATORIA ACTIVA ……………… 11
1.8.1 TERAPIA DE EJERCICIO FÍSICO ……………………………………………. 13
1.8.2 TERAPIA NUTRICIONAL …………………………………………………….. 14
1.8.3 TERAPIA COGNITIVA …………………………………………………………. 14
2. HIPÓTESIS …………………………………………………………………………...16
3. OBJETIVOS …………………………………………………………………………..16
3
4.5.2 ESTADÍSTICA ANALÍTICA ……………………………………………………………...22
4.5.3 ANÁLISIS DE SUPERVIVENCIA ……………………………………………………….23
4.5.4 CORRELACIÓN Y REGRESIÓN LINEAL …………………………………………….. 23
4.5.5 ORGANIGRAMA …………………………………………………………………………. 23
5. RESULTADOS ………………………………………………………………………. 24
5.1 CARACTERÍSTICAS DE LA MUESTRA …………………………………………….. 24
5.1.1 CARACTERÍSTICAS DEMOGRÁFICAS …………………………………… 24
5.1.2 DATOS ANTROPOMÉTRICOS …………………………………………….. 24
5.1.3 VARIABLES RELATIVAS AL PERFIL NUTRICIONAL …………………... 24
5.1.4 ANTECEDENTES MÉDICOS DE LA MUESTRA …………………………. 25
5.1.5 VARIABLES RELATIVAS AL TUMOR …………………………………… 26
5.1.6 VARIABLES PERIOPERATORIAS …………………………………………… 27
5.1.7 PARÁMETROS HEMATOLÓGICOS …………………………………………. 29
5.1.8 ÍNDICES LEUCOCITARIOS …………………………………………………… 29
5.2 ANÁLISIS COMPARATIVO ………………………………………………………………. 29
5.2.1 COMPARACIONES MÚLTIPLES SEGÚN EL AÑO DE INTERVENCIÓN 30
5.2.2 SARCOPENIA Y PREHABILITACIÓN FRENTE A
SARCOPENIA Y NO PREHABILITACIÓN …………………………………… 32
5.3 ANÁLISIS DE SUPERVIVENCIA ……………………………………………………… 37
5.3.1 MUESTRA TOTAL ……………………………………………………………… 37
5.3.2 SARCOPENIA Y PREHABILITACIÓN FRENTE A
SARCOPENIA Y NO PREHABILITACIÓN …………………………………… 37
5.3.3 ANÁLISIS MULTIVARIANTE …………………………………………….. 39
5.4 ANÁLISIS DE CORRELACIÓN Y REGRESIÓN LINEAL …………………………. 40
6. DISCUSIÓN …………………………………………………………………………. 41
6.1 SARCOPENIA Y CARCINOMATOSIS. UNA VARIABLE
PREDICTORA DE RIESGO PERIOPERATORIO ………………………………... 41
6.2 TAC COMO BIOMARCADOR PREDICTIVO DE EVOLUCIÓN
POSTOPERATORIA ………………………………………………………………. 43
6.3 ¿ES LA PREHABILITACIÓN UNA TERAPIA ADECUADA
EN LA CIRUGÍA CITORREDUCTORA? …………………………………………. 45
6.4 SUPERVIVENCIA Y FACTORES RELACIONADOS ………………………… 50
6.5 LIMITACIONES DEL ESTUDIO ……………………………………………. 51
7. CONCLUSIONES …………………………………………………………………… 53
8. BIBLIOGRAFÍA …………………………………………………………………….. 54
ANEXOS …………………………………………………………………………… 59
ANEXO 1. INFORME CEICA DICTAMEN FAVORABLE A LA
REALIZACIÓN DEL PROYECTO …………………………………………….. 59
4
ÍNDICE DE FIGURAS
5
ÍNDICE DE TABLAS
6
GLOSARIO DE ABREVIATURAS
ACV- Enfermedad cerebro-vascular
ADN- Ácido Desoxirribonucleico
ASA- American Society of Anesthesiologists
BBDD- Bases de datos
BIA- Análisis de impedancia bioeléctrica
CCI- Índice de Comorbilidad de Charlson
CCR- Cirugía de citorreducción
CEICA- Comité de Ética de la Investigación de la Comunidad de Aragón
CONUT- Índice de Control Nutricional
CP- Carcinomatosis peritoneal
DE- Desviación estándar
DXA- Absorciometría dual de energía de rayos X
ECA- Enzima convertidora de angiotensina
EPOC- Enfermedad pulmonar obstructiva crónica
ERC- Enfermedad renal crónica
EWGSOP 2- Grupo Europeo de Trabajo en Sarcopenia en Personas Mayores 2
GLR- Índice Glucosa/Linfocito
HIPEC- Quimioterapia intraperitoneal hipertérmica
HU- Unidades Hounsfield
IMC- Índice de masa corporal
LMR- Índice Linfocito/Monocito
MNA- Mini Nutritional Assessment
NLR- Índice Neutrófilo/Linfocito
PLR- Índice Plaqueta/Linfocito
QT- Quimioterapia
RMN- Resonancia magnética nuclear
ROI- Region of interest
SMA- Área Muscular Esquelética
SMI- Área Muscular Esquelética Indexada
TAC- Tomografía axial computarizada
TNF alfa- Factor de necrosis tumoral alfa
UCI- Unidad de Cuidados Intensivos
7
RESUMEN
8
ABSTRACT
INTRODUCTION: patients with peritoneal carcinomatosis who face cytoreductive
surgery usually have a decrease in skeletal muscle mass and, therefore, a possible
association with worse postoperative evolution, with an increase in severe post-surgical
complications, increased morbidity and decreased survival. The multimodal
prehabilitation therapy used in the preoperative period improves the baseline conditions
of the patient, accelerating the recovery process and reducing the rate of postoperative
complications.
OBJECTIVES: the main objective of this paper is to investigate whether there are
statistically significant differences in survival and in the number of postoperative
complications in patients diagnosed with sarcopenia and operated on for peritoneal
carcinomatosis by cytoreductive surgery if they had previously been optimized in the
preoperative period.
9
1.-INTRODUCCIÓN
1.1.-SARCOPENIA
Descrita a finales de la década de los 80 por Rosenberg, la sarcopenia (del
griego sarx; carne y penia; pobreza), se define como el conjunto de cambios que se
producen en la composición corporal y que se caracterizan por una pérdida progresiva y
generalizada de la masa musculoesquelética y alteración de su función junto con un
incremento paralelo de la masa grasa. Se considera consecuencia del envejecimiento
normal, aunque si coexiste con otro proceso patológico, como el cáncer, puede
acentuarse (1). Distinguimos sarcopenia primaria cuando no hay factores causales
diferentes a la edad, y sarcopenia secundaria cuando es debida a un factor
desencadenante demostrable diferente a la edad (2).
El envejecimiento es una sucesión de modificaciones morfológicas, funcionales
y psicológicas que origina el paso del tiempo sobre los seres vivos. Es un proceso
universal, secuencial, acumulativo, irreversible y no patológico que desencadena un
deterioro en el organismo. Epidemiológicamente, el envejecimiento de la población en
las últimas décadas es un fenómeno ascendente debido al aumento de la esperanza de
vida (3). Una de las alteraciones que es resultado del proceso de envejecimiento son los
cambios que ocurren en la composición corporal, traduciéndose en un incremento de la
masa grasa paralelamente a la disminución de la masa magra.
A partir de la tercera década de la vida, el músculo esquelético sufre una lenta
pero progresiva pérdida y es acentuada a partir de los 65-70 años. En los varones el
proceso es más larvado, mientras que las mujeres presentan un brusco descenso
coincidiendo con la menopausia (1).
La obesidad sarcopénica es otro concepto interesante que se traduce en una
disminución de la masa magra total en personas con exceso de adiposidad. Se ha
observado que la obesidad agrava la sarcopenia, especialmente en las personas mayores
al aumentar la infiltración de grasa en el músculo y disminuir la actividad física (2, 4).
En diferentes estudios con población anciana sana se observó una elevada
prevalencia, por lo general mayor en el sexo femenino y que se incrementaba con la
edad (1). En un estudio llevado a cabo por Tichet et al. (5) en Francia con adultos sanos,
la prevalencia de sarcopenia en el intervalo de 40-59 años fue de 4,5% en varones (n:
420) y 6,9% en mujeres (n: 468), sin embargo, en el intervalo de 60-78 años fue de
12,5% en varones (n: 112) y 23,6% en mujeres (n: 106).
1
Entre los factores asociados a la sarcopenia se encuentran: el estado nutricional
del paciente, el perfil hormonal, el grado de ejercicio físico, las alteraciones bioquímicas
y la base genética predisponente (1-3). Ver figura 1.
-Base genética: se han relacionado múltiples genes como los de la vía de las
miostatinas, el del receptor de la vitamina D o el de la enzima convertidora de
angiotensina (ECA).
Figura 1.
Alteraciones fisiopatológicas de
la sarcopenia.
1.3.-MARCADORES INFLAMATORIOS
Son muchos los factores que intervienen en la patogénesis de la sarcopenia y se
cree que la inflamación crónica desempeña un papel esencial en este proceso. Estudios
previos han demostrado un aumento de citoquinas inflamatorias y un mayor estado
2
inflamatorio en la población geriátrica (6). Recientemente, en un metaanálisis que incluía
a 3072 pacientes con sarcopenia y 8177 controles, Bano et al. (7) describieron niveles
más altos de marcadores inflamatorios en pacientes con sarcopenia. Por otra parte, la
asociación entre sarcopenia y los parámetros inflamatorios también fue encontrada por
Visser et al. (8) que sugirieron que los niveles de moléculas inflamatorias en el plasma
podrían estar relacionados con la disminución de la fuerza y la función muscular. El
aumento de tejido adiposo en la obesidad sarcopénica provoca una inflamación crónica
que promueve el aumento de la secreción de citoquinas proinflamatorias como la
interleucina 6 (IL 6) y el factor de necrosis tumoral alfa (TNF alfa), que se liberan del
tejido graso contribuyendo a la destrucción muscular progresiva y preservación del
estado inflamatorio (9). Así mismo, la respuesta inflamatoria juega un papel principal en
la génesis del cáncer. Los neutrófilos trabajan secretando citoquinas, interleucinas y
otros mediadores inflamatorios que actúan sobre los tejidos liberando radicales libres,
dañando el ADN y manteniendo el estado proinflamatorio (10). La actividad que
desarrollan todos estos mediadores inflamatorios sobre el tejido y el endotelio, además
de su actividad inmunosupresora, tienen como desenlace la estimulación de la
angiogénesis tumoral y el avance de la enfermedad (10). En el reciente trabajo de
Reinsinger et al. (11) en el que se evaluó como la masa muscular disminuida está
asociada a un estado inflamatorio incrementado después de la cirugía de cáncer
colorrectal en 87 pacientes, concluyeron que en individuos afectos de sarcopenia
diagnosticados mediante el software OsiriX con imágenes de TAC en L3, los niveles de
calprotectina postoperatoria en plasma estaban elevados en los primeros cinco días tras
la intervención. La calprotectina se encuentra en el citosol de los neutrófilos y aumenta
en plasma tras su activación. Este hecho indicó un estado inflamatorio preservado que
podría explicar la elevada incidencia de complicaciones postoperatorias en pacientes
sarcopénicos e influir, por ejemplo, en la cicatrización y cura de la herida quirúrgica.
1.3.1.-PARÁMETROS HEMATOLÓGICOS:
3
inconvenientes es la no existencia de un punto de corte estandarizado y, además, es un
parámetro de baja especificidad, ya que un valor elevado podría deberse a patología
concomitante como infección o patología cardiovascular (14). Independientemente del
origen tumoral, un valor NLR alto nos indicaría una menor supervivencia a largo plazo
(16)
.
4
1.3.2.-PARÁMETROS NUTRICIONALES:
En la tabla 1 se puede observar los valores y puntos de corte del índice CONUT
así como el riesgo de desnutrición en función de la puntuación obtenida (26).
(26)
Tabla 1. Valores y puntos de corte del cálculo del índice CONUT .
Extraída de Boixader LS, Pérez FF, Franco J, Guillen DC, Corbella X. Valor pronóstico de mortalidad del
índice de control nutricional (CONUT) en pacientes ingresados por insuficiencia cardiaca aguda. Nutr clín diet
hosp [Internet]. 2016;36(4):143–7.
5
1.4.-IMPLICACIONES DE LA SARCOPENIA EN EL PACIENTE
ONCOLÓGICO
La pérdida de peso involuntaria, que implica pérdida de músculo y grasa suele
acompañar a la enfermedad oncológica avanzada y se asocia con una mala respuesta al
tratamiento y una menor supervivencia (4). Se ha demostrado que el músculo esquelético
refleja las reservas fisiológicas del organismo para la tolerancia de la cirugía oncológica
mayor, mientras que la disminución de la masa muscular supone un aumento de la
respuesta inflamatoria postoperatoria y en consecuencia, mayor número de
complicaciones postoperatorias, mayor tasa de infección y sepsis, estancias hospitalarias
más prolongadas, aumento de la morbilidad y disminución de la supervivencia en
pacientes sarcopénicos sometidos a cirugía (4, 27-30). En este tipo de pacientes se
describen tasas más altas de toxicidad sistémica relacionada con la quimioterapia dado
que los compartimentos de tejido graso y músculo esquelético representan los lugares
de distribución de fármacos y, por lo tanto, aumento de las complicaciones
postoperatorias en pacientes sarcopénicos (27-28). Por consiguiente, la sarcopenia ha
surgido como un marcador potencial en la evaluación del riesgo de los pacientes que se
someten a una cirugía oncológica mayor. La evaluación de la sarcopenia no suele
formar parte del acondicionamiento preoperatorio estándar del paciente aun habiéndose
encontrado una alta prevalencia y relación con la evolución postoperatoria.
1.5.-DIAGNÓSTICO DE SARCOPENIA
En 2019 se publica la actualización del consenso europeo por el denominado
Grupo Europeo de Trabajo en Sarcopenia en Personas Mayores 2 (EWGSOP 2), en el
que se establece un algoritmo para diagnosticar sarcopenia. La presencia de sarcopenia
se identifica cuando la masa y la fuerza muscular están disminuidas, mientras que la
medida del rendimiento físico se relega a un segundo plano (2, 31).
El hecho de que hasta el momento no exista un único consenso aceptado en la
comunidad científica para el diagnóstico de sarcopenia puede haber propiciado la
variabilidad de prevalencia de la enfermedad de unos estudios a otros.
6
1.5.1.-TAC “GOLD STANDARD” EN EL DIAGNÓSTICO DE LA SARCOPENIA
El uso de técnicas objetivas como el TAC y la RMN para evaluar la
composición corporal ofrece grandes ventajas dada su disponibilidad y uso rutinario en
el diagnóstico y seguimiento de pacientes oncológicos. En el año 2008, Mourtzakis et
al. (32) y posteriormente en estudios sucesivos, se ha demostrado una buena correlación
entre la composición corporal total y un corte axial único a nivel de la tercera vértebra
lumbar (L3) con TAC gracias a la excelente resolución del tejido adiposo y musculatura
esquelética. Los análisis regionales de la grasa y el tejido esquelético a nivel de L3 están
muy correlacionados con los compartimentos del cuerpo en su totalidad y pueden
proporcionar una cuantificación precisa y extrapolar los resultados a la masa esquelética
total. Así, se establecieron los puntos de corte para el Área Muscular Esquelética
Indexada (SMI), que se genera al normalizar el Área de tejido Muscular Esquelético en
un corte axial a nivel de L3 (SMA) entre el cuadrado de la estatura del paciente. Los
resultados se expresan en cm2/m2. Los puntos de corte para la identificación de
pacientes sarcopénicos fueron de 52,5cm2/m2 para hombres y 38,5cm2/m2 para mujeres
(32-39)
.
Para realizar el mapeo de la musculatura esquelética a nivel L3 existen varios
programas informáticos que lo procesan automáticamente al introducir los valores de la
Escala Hounsfield que corresponden al músculo (-29- +150) (33-37, 39-40). Posteriormente
el programa colorea la densidad seleccionada correspondiente a toda la masa muscular y
se representa en cm2, este proceso se conoce como segmentación. Ver figura 2. El
análisis y procesamiento de imagen puede realizarse con Slice-O-Matic (41), Horos,
OsiriX, etc., adjuntando al programa la película de TAC que se desea analizar.
7
1.6.-CARCINOMATOSIS PERITONEAL
La CP se define como el crecimiento de tejido neoplásico en el peritoneo
(Sugarbaker, 1996) y se caracteriza por la presencia de implantes tumorales
macroscópicos, con variabilidad en su tamaño y consistencia, que pueden confluir
formando placas o masas en la cavidad abdominopélvica. La carcinomatosis de
etiología ginecológica es la más frecuente y se presenta en el 70 a 75% de las pacientes
con cáncer de ovario. En el caso del género masculino, el cáncer colorrectal es el tumor
primario que más frecuentemente se relaciona con la diseminación peritoneal,
encontrándose series que estiman afección en un 10-15% en el momento del diagnóstico
(42-43)
. La CP generalmente se origina de células cancerosas libres intraperitoneales, lo
que a su vez puede ocurrir a partir de dos fuentes diferentes (42):
9
1.7.1.-COMORBILIDAD
Estudios previos han demostrado que la presencia de patología concomitante se
asocia significativamente con el aumento de complicaciones postoperatorias y por ello,
con la disminución de la supervivencia global en pacientes oncológicos que se someten
a cirugía. Por lo tanto, será un punto crucial en el manejo preoperatorio inferir sobre
estas comorbilidades (46-47).
El Índice de Comorbilidad de Charlson (CCI) se propuso por primera vez en
(48)
1987 como una clasificación de las condiciones comórbidas que pueden afectar al
riesgo de mortalidad. En un principio se desarrolló con 19 categorías, y cada ítem tiene
un peso asociado basado en el riesgo ajustado de morbilidad y mortalidad. Al ser una
escala, los resultados no varían según la valoración subjetiva del interpretador ya que
cada categoría está sólidamente compuesta y conformada por una puntuación. Una
puntuación igual o mayor que 2 ya supone aumento de la morbimortalidad respecto a
los pacientes no poseedores de comorbilidad y se asocia con malos resultados a corto y
largo plazo en varios tipos de cáncer, como el de origen ginecológico, gástrico o
colorrectal (47). En el reciente análisis de Wada H. et al. (46) de 2022 que estudió la
comorbilidad de un grupo de 593 pacientes operados de cirugía oncológica colorrectal,
se confirmó que el Índice de Charlson como sistema de puntuación es un factor
pronóstico independiente, y como en estudios predecesores se describió que una
puntuación alta en el CCI es predictor de complicaciones postquirúrgicas a los 30 días,
íleos prolongados y fugas anastomóticas (HR 4.91 (2,23- 10,85), p< 0,001).
También se ha utilizado el Índice Abreviado de Charlson (Figura 4), que
considera ausencia de comorbilidad entre 0 y 1 puntos, comorbilidad baja cuando el
índice es 2 y alta comorbilidad cuando es igual o superior a 3 puntos. Aunque
aparentemente pueda parecer menos preciso que la versión original completa, su
utilidad pronóstica es similar a corto plazo, aunque no hay estudios con seguimiento a
largo plazo (49-50).
10
1.7.2.-COMPLICACIONES POSTQUIRÚRGICAS
El someterse a una CCR asociada a HIPEC conlleva un riesgo considerable de
morbi-mortalidad, similar al de cualquier cirugía mayor abdominal oncológica. Un
estudio llevado a cabo en Holanda con 966 pacientes, comprobó que la tasa de
complicaciones mayores era del 31%, y encontró un 3% de mortalidad (51). En la
investigación francesa con 1290 pacientes, la tasa de complicaciones graves fue del
34%, con una mortalidad del 4% (52). En la revisión sistemática efectuada por Chua et
al. (53) se registró una tasa de reintervenciones del 11,2% y una mortalidad del 2,9% en
una muestra de 2787 pacientes. La bibliografía apunta a que los principales factores de
riesgo para el desarrollo de complicaciones son la duración de la cirugía, que depende
de la extensión de la carcinomatosis, y la situación basal del paciente (edad,
comorbilidad y situación funcional) (53-55).
Las complicaciones más frecuentes que observamos son la hemorragia, la
infección de herida quirúrgica, la sepsis, los abscesos, las dehiscencias anastomóticas,
las perforaciones intestinales, el íleo paralitico, la insuficiencia renal, los episodios
tromboembólicos, el derrame pleural y la toxicidad hematológica de la QT (53).
Por todo ello, es imprescindible disponer de un sistema fiable de recogida de las
mismas y aplicar un sistema de graduación con el objetivo de que las series sean
realmente comparables. La clasificación de “Clavien-Dindo” está diseñada para estudiar
las complicaciones postquirúrgicas y se basa en las consecuencias terapéuticas de las
mismas. De esta forma elimina las interpretaciones subjetivas de los acontecimientos
adversos (56). Se observa en la Tabla 2 la clasificación de “Clavien-Dindo” que define
como complicación quirúrgica cualquier desviación del curso postoperatorio ideal. Se
clasifican según el tratamiento que precisen (56).
11
laparoscopia, restricción de líquidos, control del dolor, técnicas de anestesia
locorregional) y en el periodo postoperatorio (deambulación e ingesta precoz, medidas
antitrombóticas, fisioterapia respiratoria). Sin embargo, en los últimos años han ido
cobrando mayor importancia las estrategias preoperatorias con el objetivo de preparar al
paciente para la intervención quirúrgica.
La importancia de iniciar un acondicionamiento en el periodo preoperatorio
radica en el rápido deterioro del medio interno que se produce tras la intervención
quirúrgica. La magnitud de este deterioro puede alcanzar hasta una reducción alrededor
del 30% de la capacidad funcional del paciente (63). Se ha visto que esta reducción tiene
una relación directa, entre otros con: el estado de salud preoperatorio, la comorbilidad
asociada, la intensidad de la respuesta metabólica. En este contexto surge la terapia de
prehabilitación, cuyo objetivo es mejorar la capacidad vital del paciente de manera
preventiva frente al factor estresante de la agresión quirúrgica, permitiendo una mayor
tolerancia al estrés metabólico y una mejor recuperación a dicha agresión. Por lo tanto,
estamos ante una medicina preventiva que pretende prevenir el deterioro del enfermo
tras una intervención quirúrgica, la mayoría de las ocasiones de gran envergadura, con
un abordaje completo perioperatorio que incluya actuaciones en varias áreas de la salud.
Los programas de recuperación intensificada o PRI surgieron en la década de los
noventa del siglo pasado, en un intento de minimizar las complicaciones postoperatorias
(60)
. Estos programas se basan en dar una asistencia protocolizada y multidisciplinar al
paciente quirúrgico. Dentro de los PRI, la prehabilitación constituye el primer escalón
de los mismos, siendo posible también su aplicación de manera independiente y aislada
en cirugías sin PRI. Con la implementación de estos programas se ha demostrado una
reducción de las complicaciones postoperatorias, con un tiempo de recuperación inferior
hasta alcanzar los niveles funcionales previos a la intervención.
En 2013 surge el concepto de prehabilitación como una terapia de optimización
del paciente que espera a ser intervenido de una cirugía mayor (57-58, 63). Y que
inicialmente propone una terapia trimodal que la constituyen: terapia física, terapia
nutricional y terapia cognitiva. Hoy en día el concepto ha evolucionado y se habla de
optimización preoperatoria multimodal, ya que a la tradicional terapia trimodal se une la
conciliación farmacológica, deshabituación de hábitos tóxicos, y control de la
hemoglobina preoperatoria. La prehabilitación forma parte de la consulta preoperatoria
en pacientes seleccionados de acuerdo con su patología y su capacidad funcional (59-60).
Esta terapia se caracteriza principalmente por situar al paciente en el centro del
proceso, en primer lugar, haciéndoles protagonistas de su desarrollo y en la toma de
decisiones, es decir dándoles empoderamiento (58-60, 63). En segundo lugar, se trata de
una terapia individualizada a las condiciones de salud del paciente. Sabemos que
aproximadamente el 80% de la mortalidad postoperatoria se produce en los pacientes de
alto riesgo, quienes suponen alrededor de 13% del total de los pacientes quirúrgicos (59).
Por ello, es fundamental identificarlos y estudiar su estado nutricional, funcional
valorando el riesgo cardiovascular; y estudiar y controlar los niveles de hemoglobina
preoperatoria, entre otros. Se ha visto que la ventana de optimización se sitúa alrededor
12
de cuatro semanas, así la primera visita en la consulta de prehabilitación se debe realizar
contando con ese tiempo. Sin embargo, en algunas ocasiones no es posible debido al
carácter no demorable del proceso oncológico (60).
La CCR con o sin la combinación de HIPEC supone una importante agresión
para los pacientes, ya que se trata de un proceso complejo con resecciones extensas,
quimioterapia en altas concentraciones y tiempos quirúrgicos largos. Todo esto conlleva
a tasas elevadas de morbilidad y empeoramiento de la calidad de vida a corto plazo. Por
tanto, estos pacientes son unos candidatos idóneos para beneficiarse de un programa de
prehabilitación. En este contexto desde el 2019, los pacientes candidatos a CCR son
derivados desde el servicio de Cirugía a la consulta de Anestesia para su valoración
preoperatoria e introducción en el programa de prehabilitación multimodal. Un estudio
exhaustivo preoperatorio tiene como objetivo disminuir la morbilidad y la mortalidad
del proceso. La anamnesis y la exploración física es similar a la que se realiza en el
resto de las cirugías mayores, en este caso además debemos valorar la existencia de
antecedentes de radioterapia, hormonoterapia y medicamentos quimioterápicos
sistémicos, así como sus posibles efectos tóxicos.
13
ocasiones limitada por la propia morbilidad del paciente. Aunque la referencia para
valorar la reserva funcional y la capacidad aeróbica de los pacientes es la prueba de
esfuerzo cardiorrespiratoria o ergometría, actualmente en el ámbito de la consulta de
prehabilitación se trabaja con el test de los 6 minutos, ya que es una prueba sencilla,
económica y fiable (62).
Esta prueba consiste en cuantificar la distancia recorrida por el paciente durante
un periodo de 6 minutos mientras se evalúan diferentes parámetros cardiorrespiratorios
(tensión arterial, frecuencia cardiaca, saturación de oxígeno y disnea). La distancia
recorrida está estandarizada para edad y sexo. Un resultado menor de 400 metros sería
indicativo de una mala reserva cardiopulmonar.
Tras la prueba se pautarán ejercicios de componente aeróbico y anaeróbico, de
acuerdo con el percentil obtenido. El éxito de la terapia radica en el compromiso e
implicación del paciente con el programa, para ello es esencial adecuar la intensidad de
la terapia a sus características.
1.8.2.-TERAPIA NUTRICIONAL
La consecuencia del estrés metabólico que supone someterse a una cirugía
mayor es que los requerimientos nutricionales del paciente se incrementan. Por ello, es
fundamental analizar el estado nutricional de forma preoperatoria, ya que la
desnutrición aumenta la morbilidad y las complicaciones postoperatorias. Por otro lado,
la terapia física preoperatoria supone un coste metabólico añadido que tendremos que
reponer.
Es frecuente encontrar anorexia, pérdida de peso y de masa muscular en los
pacientes oncológicos que van a someterse a cirugía, encontrando como hemos visto, en
ciertas situaciones caquexia y sarcopenia (59). Para valorar el estado nutricional de los
pacientes contamos con la pérdida de peso inintencionada, el IMC o valores analíticos
como el nivel de albúmina sanguínea. Como se ha comentado previamente, en los
pacientes oncológicos puede emplearse el índice CONUT para valorar el riesgo de
malnutrición (26, 59).
En la consulta de prehabilitación se abordan los casos de desnutrición leve y
moderada mediante recomendaciones dietéticas para conseguir una dieta equilibrada
basada principalmente en un aumento de la ingesta de proteínas y limitación del
consumo de azucares, grasas saturadas y alcohol. También se recomienda combinarlo
con alimentos ricos en Omega 3 y aminoácidos inmunomoduladores.
1.8.3.-TERAPIA COGNITIVA
Entre el 35-45% de los pacientes oncológicos sufren estrés emocional (61). La
ansiedad y depresión ocasionadas, puede tener impacto negativo en la cirugía, en la
cicatrización de las heridas, infecciones, estancia hospitalaria y adherencia al
tratamiento. La ansiedad y depresión son patologías frecuentemente relacionadas con
los pacientes que han recibido la noticia del diagnóstico de cáncer. Se han vinculado
14
con baja adherencia al tratamiento médico, menor umbral al dolor y mayores
complicaciones postoperatorias como infecciones y prolongaciones en la estancia (59-61).
Con el objetivo de intentar reducir el estrés psicológico asociado se recomienda
que en la consulta preoperatoria se resuelvan las dudas y temores que plantee el
paciente, explicando el proceso que va a vivir de forma detallada. Esto ha demostrado
una mayor adherencia por parte de los pacientes, sobre todo en pacientes con mayor
nivel de estrés, estimulando el autocuidado y controlando mejor el dolor y la ansiedad.
Durante la consulta, se dan las pautas de los ejercicios de mindfulness que el
paciente realizará diariamente. La base de estos ejercicios es la atención al presente. El
mindfulness o “terapia de atención plena” se basa en prestar toda la atención de la
mente de manera consciente en la experiencia del momento presente y en los estímulos
que nos llegan a los órganos de los sentidos con interés, curiosidad y aceptación (62).
La principal característica de esta terapia es que los ejercicios son sencillos de
realizar por el paciente en su domicilio sin supervisión. Estimulan el autocuidado y
reducen los niveles de ansiedad, demostrando así una mayor adherencia a la
recuperación.
15
2.-HIPÓTESIS
3.-OBJETIVOS
Objetivos secundarios:
16
4.-MATERIALES Y MÉTODOS
4.1.-TIPO DE ESTUDIO
Se ha llevado a cabo un estudio de tipo analítico, observacional, retrospectivo y
unicéntrico. Para ello, se ha tomado como muestra de estudio a los pacientes
diagnosticados de carcinomatosis peritoneal y que fueron intervenidos de CCR en el
Hospital Clínico Universitario “Lozano Blesa” en Zaragoza.
17
4.2.2.-ASPECTOS ÉTICOS
Los datos necesarios para realizar este trabajo se recogieron a partir de las
historias clínicas en papel en el Departamento de Archivos del HCU Lozano Blesa, de
la historia clínica electrónica y de la visualización y posterior tratamiento de imágenes
TAC en el Departamento de Informática.
4.2.3.-CONSENTIMIENTO INFORMADO
A través del Software OsiriX Lite versión 12.5.2 para Macbook se procesaron las
imágenes de TAC correspondientes a cada paciente. Para el diagnóstico de sarcopenia
siguiendo el gold estándar, situamos la imagen a nivel de la tercera vértebra lumbar en
el momento que estuviera presente tanto el cuerpo de la vértebra, como sus apófisis
transversas. Con la ayuda de la herramienta “ROI” (region of interest) situada en el
músculo psoas, se pintó aquello que correspondía a unas Unidades Hounsfield entre -29
y +150, suponiendo esto la masa muscular total a nivel de L3. La segmentación final se
puede observar en la figura 5.
18
Figura 5. Interfaz del software OsiriX Lite 15.5.2. Se ha coloreado en rosa el área muscular total a nivel de la
vértebra L3. Se visualiza correctamente el cuerpo vertebral y las apófisis transversas. Se han introducido las
Unidades Hounsfield correspondientes al músculo para su cálculo. Se visualiza la musculatura paravertebral, los
músculos psoas, el oblicuo externo, oblicuo interno y transverso del abdomen.
4.3.1.-UNIDAD DE PREHABILITACIÓN
19
comorbilidades, anemia y hábitos tóxicos, etc… Se realizaron tres consultas a lo largo
del proceso, la primera consulta una vez realizado el diagnóstico, la segunda consulta de
forma previa a la intervención y la tercera al mes.
Demográficas:
ü Edad (años)
ü Sexo (hombre/mujer)
ü Riesgo anestésico en función de
la escala ASA (American
Society of Anesthesiologists)
(I/II/III/IV) (Tabla 3)
ü Prehabilitación (si/no)
Tabla 3. Clasificación ASA (American Society of
Antecedentes Médicos: Anesthesiologists) del riesgo anestésico.
ü Hipertensión arterial (si/no)
20
ü Diabetes mellitus (si/no)
ü Insuficiencia cardiaca y/o cardiopatía isquémica (si/no)
ü Enfermedad renal crónica (tratamiento con diálisis) (si/no)
ü EPOC (si/no)
ü Demencia (si/no)
ü Enfermedad arterial periférica (si/no)
ü Accidentes cerebrovasculares (si/no)
ü Índice de Charlson (0-10)
ü Tabaco (si/no)
Relativas al tumor:
4.4.2.-VALORACIÓN ANTROPOMÉTRICA
ü Peso (kg)
ü Talla (m)
ü IMC (kg/m2)
4.4.3.-PERFIL NUTRICIONAL
4.4.4.-TAC
4.4.6.-VARIABLES PERIOPERATORIAS
21
4.4.7.-ANÁLISIS DE SUPERVIVENCIA.
4.5.-ANÁLISIS ESTADÍSTICO
Para realizar la base de datos y recogida de variables de los pacientes
intervenidos de CCR durante los años 2019, 2020 y 2021 se utilizó el programa
informático Microsoft Excel. Posteriormente, el análisis estadístico se llevó a cabo con
el programa IBM SPSS Statistics versión 25, 64 bits.
4.5.1.-ESTADÍSTICA DESCRIPTIVA
4.5.2.-ESTADÍSTICA ANALÍTICA
Por último, las variables con más de 2 grupos fueron estudiadas con el
estadístico ANOVA.
22
4.5.3.-ANÁLISIS DE SUPERVIVENCIA
Los pacientes que al finalizar el tiempo del estudio no habían llegado al evento
muerte o aquellos que habían fallecido por causas diferentes a lo que concierne nuestro
estudio como pudiera ser accidente cerebrovascular o infarto agudo de miocardio, entre
otros, fueron considerados datos censurados.
4.5.5.-ORGANIGRAMA
23
5.-RESULTADOS
5.1.-CARACTERÍSTICAS DE LA MUESTRA
De los 80 pacientes intervenidos de cirugía de carcinomatosis en el periodo
comprendido entre los años 2019 y 2021, 56 pacientes cumplían los criterios de
sarcopenia en el estudio de TAC (70% de los pacientes estudiados).
5.1.1.-CARACTERÍSTICAS DEMOGRÁFICAS
§ Sexo
De los 56 pacientes incluidos en el trabajo, 24 eran hombres (42.9%) y 32 eran
mujeres (57,1%).
§ Edad
La media de edad fue de 65+/- 9,3 años. El rango de edad fue de 45 años en el
paciente más joven y el de mayor edad 79 años.
§ ASA
El 44,6% de la muestra (25) fue considerado como ASA II, el 46,4% (26) ASA
III y el 8,9% (5) ASA IV. Ninguno de ellos obtuvo ASA I.
5.1.2.-DATOS ANTROPOMÉTRICOS
§ Peso
El peso medio de los 56 pacientes de la muestra fue de 69,05+/- 13,9 kg.
§ IMC
La categoría de IMC que más prevaleció fue el sobrepeso y peso normal (41%).
Ver tabla 4.
§ Índice CONUT
Recalcar que ningún individuo obtuvo una puntuación de desnutrición grave antes
de la cirugía. Ver tabla 5.
§ Albúmina y colesterol
Tras el estudio de la muestra de pacientes, el valor medio de la albúmina
plasmática preoperatoria fue de 3,71+/- 0,53 g/dl, el valor medio del colesterol
plasmático preoperatorio fue de 192,6+/- 37 mg/dl.
24
IMC TOTAL
CONUT TOTAL
BAJO PESO 4 (7%)
NORMAL 29 (51,8%)
PESO NORMAL 23 (41%)
LEVE 22 (39,3%)
SOBREPESO 23 (41%)
OBESIDAD GRADO 1 4 (7%) MODERADO 5 (8,9%)
OBESIDAD GRADO 2 2 (4%) GRAVE 0
OBESIDAD MÓRBIDA 0 N 56 (100%)
N 56
§ Índice de Charlson
Tras analizar anteriormente los constituyentes para la calcular el Índice de
Charlson abreviado, comprobamos en la figura 6 que más de la mitad de los pacientes
de la muestra obtuvieron una puntuación de 2 lo que corresponde a baja comorbilidad.
Por el contrario, el 30,4% de los integrantes obtuvieron una puntuación de 3, siendo el
segundo grupo más numeroso, lo que corresponde a alta comorbilidad. Se observa que
ningún individuo obtuvo un índice de 0-1, ya que la presencia de enfermedad
metastásica computa con 2 puntos. Por último, 1 paciente obtuvo un Índice Charlson de
4 puntos y 2 pacientes de 5 puntos.
1,8% 3,6%
2
30,4%
3
4 Figura 6. Distribución de los
5 pacientes de la muestra según el
Índice de Charlson obtenido.
64,3%
25
§ SMI y sarcopenia
Tras el análisis de las imágenes de TAC, se calculó el SMI de la muestra
dividiendo el valor del SMA obtenido por la altura al cuadrado. Así, se encontró que la
mediana del SMI en hombres fue de 42,02+/- 6,2 cm/m2 y en mujeres de 34,84+/- 5,4
cm/m2. Con estos datos, se concluyó que las medianas obtenidas tanto en hombres
como en mujeres tras el análisis de la muestra total corresponden a sarcopenia, ya que
se encuentran por debajo del punto de corte.
La frecuencia de sarcopenia en la muestra fue del 70% (56 individuos), mientras
que el otro 30% (24 individuos) alcanzaron el punto de corte.
25%
GINECOLÓGICO
DIGESTIVO
OTROS
§ Primario
Como podemos comprobar en la figura 8 el origen primario que más se ha
repetido en los pacientes sarcopénicos intervenidos de CCR en 2019, 2020 y 2021 fue el
colon, con un total de 17 casos, acumulando el 33% de la muestra; seguido por el tumor
de origen ovárico con 14 casos (22,5% de la muestra). En el gráfico de barras se refleja
el número de casos por cada localización.
18 17
16 14
14 12
12
10
8
6
6
5
4 2
2
0
OVARIO SIGMA APÉNDICE COLON RECTO OTROS
5.1.6.-VARIABLES PERIOPERATORIAS
§ Año de la cirugía
En abril de 2019 se realizó por primera vez una CCR en el HCU Lozano Blesa.
Ese mismo año se realizaron 11 cirugías más, en 2020 se realizaron 17 y en 2021 se
llevaron a cabo 27. En la figura 10 podemos observar que la frecuencia de las mismas
va aumentando cada año.
22%
48%
§ HIPEC
A 34 de los 56 participantes (60,7%) se les realizó tratamiento con quimioterapia
intraperitoneal hipertérmica durante la CCR mientras que a 22 de ellos no (39,3%).
27
§ Duración de la cirugía
La CCR en nuestra muestra de pacientes duró de media 7,35h (6,91-7,77), se
observó que la de menor duración fue de 3h y la más prolongada de 12h. Ver figura 11.
20%
1
37% 2
3
9%
4
5
20% 14%
28
§ Estancia en UCI
La mediana de la estancia en Unidad de Cuidados Intensivos de los pacientes
intervenidos de CCR incluidos en la muestra fue de 4,6+/- 1 días.
§ Estancia total
La estancia mediana de los 56 pacientes incluidos en el trabajo fue de 13+/- 5
días.
5.1.7.-PARÁMETROS HEMATOLÓGICOS
PARÁMETROS HEMATOLÓGICOS
Parámetro Valor ANALÍTICA BASAL ANALÍTICA 48H ANALÍTICA 30D
Hba Media +/- DE 13,3+/- 1,5 9,9+/- 1,5 11,2+/- 1,7
5.1.8.-ÍNDICES LEUCOCITARIOS
ÍNDICES LEUCOCITARIOS
Parámetro Valor ANALÍTICA BASAL ANALÍTICA 48H ANALÍTICA 30D
NLR Mediana +/- RI 1,5+/- 1,2 10,7+/- 9,4 2+/- 2,3
Tabla 7. Índices leucocitarios en tres tiempos de la muestra total, expresados en Mediana (Med)
+/- Rango Intercuartílico (RI).
29
-En primer lugar, para poder realizar el estudio comparativo de los grupos
diseñados, se procedió a realizar un análisis de comparaciones múltiples para
encontrar diferencias estadísticamente significativas según el año de
intervención (2019, 2020 y 2021). De este modo se analizó la posible incidencia
de la curva de aprendizaje del equipo que inició el programa de CCR en nuestro
Hospital y su repercusión en los resultados obtenidos.
Las variables categóricas han sido marcadas con dos asteriscos (**) y las
variables cuantitativas no paramétricas con un asterisco (*).
2019 N: 12 2020: -2
Mediana 39
2021: -0,5
ANOVA
2020 N: 17 2019: +2
F. 0,34
Mediana 41
2021: +1,5
sig. p: 0,771
Mediana 39,5
2020: -1,5
Tabla 8. Valores medianos del SMI según el año de intervención. No hay diferencias
estadísticamente significativas en las mediciones de la masa muscular mediante TAC entre los
pacientes sarcopénicos intervenidos en 2019, 2020 y 2021.
30
AÑO Y VALOR COMPARACIÓN ESTADÍSTICO
Tabla 9. Valores medios del tiempo quirúrgico expresado en horas. No hay diferencias
estadísticamente significativas en la duración de la cirugía en los años 2019, 2020 y 2021.
Mediana 3
2021: -2,5
ANOVA
2020 N: 17 2019: +0,15
F. 1,239
Mediana 3,15
2021: -2,35
sig. p: 0,295
Mediana 5,5
2020: +2,35
Tabla 10. Valores medianos de la estancia en UCI expresada en días. No hay diferencias
estadísticamente significativas en el número de días que los pacientes sarcopénicos estuvieron
ingresados en UCI al comparar el año 2019, 2020 y 2021.
31
AÑO Y VALOR COMPARACIÓN ESTADÍSTICO
2019 N: 12 2020: +3
Mediana 18
2021: -0,5
ANOVA
2020 N: 17 2019: -3
F. 0,775
Mediana 15
2021: -3,5
sig. p: 0,464
Mediana 18,5
2020: +3,5
Tabla 11. Valores medianos de la estancia total expresada en días. No hay diferencias
estadísticamente significativas en el número de días que los pacientes sarcopénicos estuvieron
ingresados en el HCU Lozano Blesa al comparar el año 2019, 2020 y 2021.
§ CARACTERÍSTICAS BASALES
Al comparar los pacientes sarcopénicos que siguieron la terapia prehabilitadora
con los pacientes sarcopénicos que no la siguieron, observamos en la tabla inferior
(tabla 12) que no se encontraron diferencias estadísticamente significativas tras realizar
el análisis pertinente; por lo tanto, ambos grupos son comparables en cuanto a sus
características basales. Únicamente se encontraron diferencias significativas en el grado
tumoral. Las medianas del SMA y SMI son prácticamente parejas por lo que podemos
concluir que la masa muscular en ambos grupos es similar.
§ PARÁMETROS NUTRICIONALES
Al realizar el análisis estadístico de los parámetros nutricionales estudiados para
cada grupo, observamos en la tabla 13 que se han encontrado diferencias
estadísticamente significativas tanto para el Índice CONUT, como para el nivel de
albúmina plasmática pre-intervención. En la tabla inferior advertimos que el grueso del
grupo sarcopénico prehabilitado alcanzó un índice CONUT normal, mientras que en la
mayoría de los pacientes sarcopénicos y no prehabilitados encontramos una
desnutrición leve. Sucede similar al comparar los niveles de albúmina; cuando
analizábamos el grupo sarcopénico en su totalidad el nivel de albúmina sanguínea
estaba dentro del umbral de la normalidad, pero al separar el grupo sarcopénico según
seguimiento de prehabilitación, encontramos que los pacientes sarcopénicos y no
prehabilitados alcanzan un nivel de albúmina plasmática por debajo del umbral de la
normalidad (<3,50mg/dl).
32
SARCO-PREHAB. SARCO-NO PREHAB.
(N: 41) (N: 15)
Media +/- DE Media +/- DE p
Mediana +/- RI* Mediana +/- RI*
SEXO**
Hombres 17 (41,4%) 7 (46,7%) 0,684
Mujeres 24 (58,6%) 8 (53,3%)
EDAD (años)
64,71 +/- 9,13 66,07 +/- 10 0,633
PESO (kg)
69,24 +/- 13,57 68,52 +/- 15,27 0,87
Tabla 13. Estudio comparativo de los parámetros nutricionales en ambos grupos de estudio.
33
§ PARÁMETROS HEMATOLÓGICOS
No se han encontrado diferencias estadísticamente significativas al comparar los
parámetros hematológicos en los tres tiempos en ambos grupos. Únicamente el nivel de
hemoglobina en sangre antes de la cirugía ha resultado significativo a favor del grupo
sarcopénico y prehabilitado (13,32+/- 1,55 g/dl vs 12,34+/- 1,9 g/dl). Al estudiar la
tabla 14, vemos que los valores son prácticamente idénticos.
PARÁMETROS HEMATOLÓGICOS
ANALÍTICA BASAL ANALÍTICA 48H ANALÍTICA 30D
Parámetro Valor Sarco- Sarco- p Sarco- Sarco- p Sarco- Sarco- p
Preha No Preha Preha No Preha Preha No Preha
Hba Media 13,32 12,34 0,03 9,98 10,47 0,88 11,2 11,8 0,24
DE 1,55 1,9 1,5 2 1,73 1,75
Neutrófilos Med 3 2,8 0,67 9,1 8,8 0,98 4,2 6 0,13
RI 1,15 3 6,3 3,9 2,75 5,2
Linfocitos Med 1,9 1,6 0,09 0,9 1 0,86 2,2 1,6 0,3
RI 1,1 0,4 0,85 0,7 1,6 1,4
Monocitos Med 0,5 0,5 0,65 0,7 0,8 0,52 0,6 0,8 0,47
RI 0,35 0,55 0,6 0,7 0,5 0,8
Plaquetas Med 216 260 0,05 141 172 0,07 320 317 0,38
RI 100 255 75 79 286 284
Glucosa Med 105,8 99 0,96 131 131 0,45 102 107 0,23
RI 24 57 38,5 78 18 70
§ ÍNDICES LEUCOCITARIOS
Encontramos una respuesta creciente en el índice PLR en el grupo prehabilitado
visible en la figura 13. No obstante, las diferencias encontradas no han sido
estadísticamente significativas. Como muestra la tabla 15, únicamente encontramos
significación en los índices PLR y GLR basal.
ANALÍTICA BASAL ANALÍTICA 48H ANALÍTICA 30D
Parámetro Valor Sarco- Sarco- p Sarco- Sarco- p Sarco- Sarco- p
Preha No Preha Preha No Preha Preha No Preha
NLR Med 1,52 2,38 0,1 10,75 8,14 0,69 2 2,4 0,1
RI 1,24 1,46 9,4 7,4 2,27 12
LMR Med 3,42 2,92 0,18 1,16 1,16 0,9 2,5 2,5 0,24
RI 2 1,6 1 1,5 2,7 2,8
PLR Med 96 162,5 0,01 140 200 0,19 171 157 0,93
RI 73,6 90 160 129 148 112
GLR Med 48,8 58,8 0,01 152 152 0,76 46,3 64 0,14
RI 34 27,8 140 100 49 84
Tabla 15. Comparación de los índices leucocitarios en ambos grupos expresados en Mediana
(Med) +/- Rango Intercuartílico (RI).
34
Índice NLR Índice LMR
15
4
10 3
5 2
1
0
NLR BASAL NLR 48H NLR 30D 0
LMR BASAL LMR 48H LMR 30D
SARCO-PREHA SARCO-NO PREHA
SARCO-PREHA SARCO-NO PREHA
Figura 13. Evolución de los índices leucocitarios en función del grupo de estudio.
35
§ ESTANCIA
Tras el análisis de los datos, la estancia en Unidad de Cuidados Intensivos ha
logrado diferencias estadísticamente significativas al comparar al grupo sarcopénico
prehabilitado y no prehabilitado como se comprueba en la tabla 17. La estancia en UCI
en el grupo prehabilitado fue de mediana de 3,1+/- 1 día.
El grupo no prehabilitado alcanza una mediana de estancia de 8,6+/- 8 días, siendo 5,5
días superior a la de los pacientes prehabilitados con el consecuente uso de recursos
humanos, estructurales y económicos. Sin embargo, no se han encontrado diferencias
estadísticamente significativas en la estancia total en ambos grupos de pacientes.
Tabla 17. Comparación de los días de estancia hospitalaria en ambos grupos de estudio.
§ COMPLICACIONES POSTQUIRÚRGICAS
Los resultados del análisis muestran diferencias estadísticamente significativas al
comparar al grupo sarcopénico prehabilitado y no prehabilitado en cuanto a las
complicaciones postquirúrgicas.
En la escala Clavien-Dindo de complicaciones postoperatorias encontramos que el
grueso del grupo prehabilitado no tuvo ninguna complicación (I), mientras que más de
la mitad del grupo no prehabilitado alcanzó la puntuación máxima (V), es decir, el
fallecimiento del paciente. Ver tabla 18.
Como consecuencia, la comparación de la variable categórica muerte resultó
estadísticamente significativa y podemos apreciar diferencias importantes en cuanto a la
mortalidad (17% vs 53%) a favor del grupo prehabilitado.
36
5.3.- ANÁLISIS DE SUPERVIVENCIA
5.3.1.-MUESTRA TOTAL
Estudiando la muestra de pacientes a nivel global, observamos que 15 de ellos
llegaron al evento muerte en los 38 meses de seguimiento del estudio. Los 41 pacientes
restantes se consideraron datos censurados al no suceder el evento muerte. Después de
realizar el análisis de supervivencia de la muestra total con el método de Kaplan-Meier,
se obtuvo la figura 14. La mortalidad global fue del 26,8%. No pudimos calcular la
mediana de supervivencia de la muestra total ya que esta no fue alcanzada durante los
38 meses del estudio.
Figura 14. Curva de Kaplan-Meier obtenida tras el análisis de supervivencia de la muestra total.
Se observa que los dos periodos de mayor mortalidad son al 5º mes postoperatorio y al 17º mes.
37
Figura 15. Curvas de Kaplan-Meier obtenidas tras el análisis de supervivencia del grupo
sarcopénico prehabilitado (azul) y el no prehabilitado (rojo)
38
Por último, se procedió a realizar la comparación de las dos curvas de
supervivencia de Kaplan-Meier mediante el test de Log-Rank (tabla 21) y se obtuvo un
valor de chi cuadrado de 7,997, sig. P< 0,005; por lo que las diferencias encontradas en
la comparación de las curvas de supervivencia del grupo sarcopénico prehabilitado y el
grupo sarcopénico no prehabilitado fueron estadísticamente significativas.
5.3.3.-ANÁLISIS MULTIVARIABLE
En un último análisis se quiso estudiar cómo las diferentes variables investigadas
en el trabajo influyen en la supervivencia de los pacientes intervenidos de CCR por CP
en el HCU Lozano Blesa en los años 2019, 2020 y 2021. Para ello, se realizó un análisis
multivariante mediante la Regresión de Cox. Tras procesar los datos (tabla 22) se
obtuvieron dos variables en la ecuación de la regresión multivariable. Durante el paso 1
del modelo, la escala Clavien-Dindo de complicaciones postoperatorias obtuvo
diferencias estadísticamente significativas (p< 0,001) y se consideró por ello una
variable implicada en la supervivencia de estos pacientes. Durante el paso 2, a la escala
Clavien-Dindo se le sumó el Índice de Charlson de comorbilidad como variable en la
ecuación de la regresión (p: 0,026).
Considerando el Exponente (B) como Hazard Ratio, percibimos que por cada
punto obtenido en la escala Clavien-Dindo, se incrementó la mortalidad 3,5 veces de
una forma estadísticamente significativa, al igual que por cada punto adicional en el
Índice de Charlson, se asoció a una tasa de mortalidad 2 veces superior de forma
estadísticamente significativa.
39
5.4.-ANÁLISIS DE CORRELACIÓN Y REGRESIÓN LINEAL
Se realizó un análisis de correlación ente el SMI y todas las variables analíticas
perioperatorias, demográficas y antropométricas incluidas en el estudio. Al ser la
variable SMI no paramétrica, se utilizó la correlación de Spearman.
350 80
300
70
250
COLESTEROL
EDAD
60
200
50
150
100
40
Figura 16. Ejemplos de modelos de regresión lineal con las variables con relación
significativamente estadística frente a SMI.
40
6.-DISCUSIÓN
41
postoperatorias severas. Entre los resultados, se evidenció que el índice muscular
calculado mediante imágenes de TAC en L3 era el único parámetro independiente
asociado al riesgo de padecer complicaciones postoperatorias severas en estos pacientes.
Los autores proponían que debiera ser utilizado preoperatoriamente para predecir el
riesgo de complicaciones en pacientes complejos. Encontraron, además, que en los
pacientes sarcopénicos era más habitual encontrar tasas superiores de reintervenciones
debido a complicaciones como fuga anastomótica u obstrucción que los no
sarcopénicos.
Los resultados de los artículos revisados concluyen en que la presencia de
sarcopenia preoperatoria es un factor pronóstico independiente para una mayor
probabilidad de padecer complicaciones postoperatorias severas y disminución de la
supervivencia global en pacientes diagnosticados de CP y tratados con citorreducción
asociada a HIPEC (25, 27-29, 45). También a partir de sus hallazgos, se postulan a favor del
uso del TAC como herramienta diagnóstica de sarcopenia en el cribado preoperatorio,
ya que no es necesario un coste adicional o una nueva exposición a la radiación para su
obtención porque forma parte del estudio preoperatorio. Además, es un método con una
variabilidad inter-observador limitada, fácilmente disponible, preciso y objetivo para la
evaluación del riesgo preoperatorio y selección de los pacientes candidatos a cirugía (28-
29, 45)
.
Agalar C et al. (28) realizaron el estudio de seguimiento durante 10 años de una
cohorte de pacientes tratados mediante CCR por CP de origen colorrectal, para
comprobar el valor pronóstico de la sarcopenia preoperatoria en la morbilidad y
supervivencia. Se utilizaron los mismos valores de corte para el diagnóstico de
sarcopenia que en nuestro estudio, los propuestos por Mourtzakis M et al. (32) en 2008
basados en la masa muscular esquelética indexada por la altura calculada mediante
imagen de TAC a nivel de L3. Los resultados del trabajo mostraron que la sarcopenia
preoperatoria era un factor pronóstico independiente para el incremento de la
morbilidad postoperatoria y la disminución de la supervivencia en este tipo de
pacientes. Así mismo, enfatizaron en la importancia de proponer cribados
preoperatorios para optimizar y tratar la sarcopenia antes de llevarse a cabo la CCR.
En nuestro estudio, una de las variables asociadas a la presencia de sarcopenia
fue la edad, presentando una media de 65+/- 9,3 años, siendo 79 años la del paciente
más añoso. Como hemos visto la edad se asocia a un deterioro progresivo de la calidad
del tejido muscular, este hecho unido a la patogénesis de los estados sarcopénicos en los
procesos oncológicos podría resultar en una suma exponencial de los factores
implicados en su desarrollo. Es interesante señalar que otra de las variables que
presentaron una correlación significativa con el índice SMI fueron los niveles de
colesterol. Este hallazgo estaría en consonancia con la aparición de sarcopenia
relacionada con estados de obesidad. Un número significativo de nuestros pacientes
presentaron un IMC elevado (el 56% de los pacientes se catalogaron como sobrepeso u
obesidad grado 1 y 2) con marcadores elevados de sarcopenia en la imagen del TAC. A
pesar de ello, encontramos que en casi el 50% de los pacientes el índice de CONUT
presentaba valores de desnutrición leve o moderada. Por último, encontramos unos
42
niveles de albúmina plasmática preoperatoria en límites bajo de normalidad, 3,71+/- 0,5
g/dl que, extrapolando estos resultados al estudio de Banaste et al. (33), la presencia de
hipoalbuminemia preoperatoria está independientemente asociada a una supervivencia
total disminuida. No se observó ningún caso de toxicidad sistémica debida a la
quimioterapia HIPEC mientras duró el estudio. Los pacientes sarcopénicos tuvieron
estancias en UCI de 4,6+/- 1 días. La sarcopenia se ha asociado con la reducción de la
supervivencia y a la mayor toxicidad del tratamiento quimioterápico, lo que aumenta el
riesgo de desarrollar complicaciones postoperatorias. Chemama S et al. (27) observaron
cómo los pacientes sarcopénicos experimentaban mayores infecciones postoperatorias y
estancias hospitalarias más alargadas respecto a los no sarcopénicos. Así como
toxicidades sistémicas mayores debidas a la quimioterapia, como la neutropenia.
La población oncológica es una población diana para la sarcopenia. Hoy en día
no conocemos el momento exacto en el que el paciente comienza a perder masa y
calidad muscular. En el proceso oncológico probablemente existan mecanismos
fisiopatológicos que sumen exponencialmente y potencien cada uno de los factores
implicados en su desarrollo. Este hecho es avalado en la literatura ya que encontramos
publicaciones, al igual que nuestro trabajo, que nos dicen que el grado de sarcopenia no
tiene por qué relacionarse con el grado de extensión tumoral (25, 27, 30). Sin embargo, el
avance progresivo de la tasa de sarcopenia en pacientes oncológicos es un hecho
constante en el año anterior al fallecimiento del paciente. Sin embargo, como se ha
dicho, también puede explicarse por las comorbilidades del paciente, especialmente la
patología crónica.
43
La aparición de programas informáticos que permiten la segmentación y el
cálculo de las densidades y medidas de los diferentes compartimentos corporales a
través de las operaciones con las Unidades Hounsfield, nos ayudan a dejar atrás la gran
variabilidad inter-observador que se daba en el diagnóstico de sarcopenia mediante
parámetros antropométricos y pruebas funcionales. La medición del índice muscular L3
basada en TAC es un método fácil de obtener, objetivo y preciso para evaluar la masa
muscular esquelética con una variabilidad inter-observador limitada. Así, el uso de
imágenes mediante tomografía axial computarizada ha supuesto una revolución para el
diagnóstico de sarcopenia, al evaluar con precisión la masa muscular esquelética total a
partir de un único corte transversal a nivel de la tercera vértebra lumbar. El acceso y
disponibilidad de imágenes está universalizada, al ser el TAC toraco-abdominal una
prueba presente en el estudio preoperatorio del paciente oncológico que va a someterse
a CCR, sin la necesidad de añadir nuevas exploraciones que puedan sumar radiación
adicional innecesaria.
Uno de los objetivos de este estudio fue determinar la incidencia de sarcopenia
preoperatoria calculada mediante imágenes de TAC a nivel de L3 en pacientes afectos
de CP y sometidos a CCR por ser esta, como se ha visto, un factor pronóstico en la
evolución de pacientes oncológicos. La mediana de la masa muscular esquelética
indexada por la altura, analizada y calculada a través del software Osirix Lite fue en la
muestra de 42+/- 6cm2/m2 en hombres y de 33+/- 5,5cm2/m2 en mujeres. La prevalencia
de sarcopenia en los pacientes intervenidos de CCR fue del 70%. Tras analizar los
resultados, se ha comprobado que no necesariamente la sarcopenia se relaciona con
individuos con bajo índice de masa corporal. En nuestra muestra, el 41% de los
pacientes con sarcopenia obtuvieron un IMC de la categoría sobrepeso y el peso medio
de los sarcopénicos fue de 69,05+/- 13,09 kilogramos.
Los pacientes oncológicos pueden desarrollar pérdida de musculatura
esquelética y ganancia de tejido adiposo simultáneamente, lo que conlleva y define la
obesidad sarcopénica. Por lo tanto, el estudio de este tipo de pacientes mediante
imágenes de TAC, como se ha demostrado en el presente estudio, es una técnica
adecuada para identificar a los pacientes con riesgo nutricional y riesgo de padecer
sarcopenia que visualmente y mediante la valoración de su peso e IMC pueden no ser
sospechosos de presentar desnutrición (40). En el estudio de nuestra muestra, un 39,3%
de los pacientes sarcopénicos presentó desnutrición leve antes de la cirugía. Hay que
tener en cuenta que actualmente se utilizan unos puntos de corte de SMI que fueron
definidos por Prado et al. (63) y que fueron consensuados internacionalmente. Estos
valores se basan en la predicción de la mortalidad en pacientes obesos con patología
oncológica pulmonar y gastrointestinal. En el futuro habrá que definir si estos valores
son totalmente extrapolables a otros tipos de patología como por ejemplo a pacientes
oncológicos no obesos. No obstante, a pesar de correr el riesgo de una sobrestimación
de la presencia de sarcopénicos, la frecuencia obtenida en nuestro estudio es comparable
a la obtenida en estudios previos (4). Esto podría señalar, como se ha dicho previamente
que la etiología de la sarcopenia en el paciente oncológico es multifactorial. Así, en
estudios realizados en modelo murino, la interacción entre el tejido oncológico y el
44
tejido sano que circunscribe al proceso tumoral produce otras citoquinas que serían la
génesis del proceso caquéctico presente en estadíos terminales.
45
sedentarios. Estos hallazgos parecían apoyar la teoría de que el ejercicio físico
modulaba la respuesta al estrés, confiriendo una mayor resistencia a la agresión. Es en
esta línea donde entra la definición de prehabilitación, entendiendo a ésta como un
proceso diseñado para mejorar, antes del ingreso, la capacidad vital para reducir el
riesgo de sufrir complicaciones postoperatorias (58, 63). Lógicamente para que esta terapia
sea funcional debe de abordarse de una manera multidisciplinar, pautando idealmente
tratamientos individualizados y evaluando progresivamente la eficacia del tratamiento,
modificándolo si fuera necesario. Por ello es necesario contar con herramientas de
diagnóstico fiables que puedan valorar la capacidad funcional del paciente.
Una vez identificada la población de riesgo se debe pautar la terapia
prehabilitadora. La terapia física se basa en programas de ejercicio orientados a mejorar
su capacidad funcional. La literatura es concluyente a la hora de señalar el ejercicio
como un factor positivo en la prevención de patología como la enfermedad
cardiovascular, diabetes, etc. El ejercicio, entre otras, aumenta la capacidad aeróbica y
mejora el IMC. Estos dos parámetros implican una mejoría en la capacidad y reserva
funcional del paciente, con lo que aumenta la tolerancia al esfuerzo y por ello se
produce una respuesta modulada a la agresión quirúrgica (58, 63). Por otro lado, por
ejemplo, disminuye la resistencia periférica a la insulina, que es un aspecto fundamental
en el periodo postoperatorio, ya que implica una menor respuesta endocrino-metabólica.
Además, no solo reduce el tiempo de recuperación, sino que también mejora el tiempo
de reparación tisular. Por otro lado, y no menos importante, el ejercicio mejora el estado
de ánimo, reduce la ansiedad y mejora la resistencia al estrés. Lo que nos conduce al
pilar de la terapia cognitiva, cuyo objetivo no es otro que estabilizar el estado cognitivo
con procesos orientados a la psicoeducación del paciente, con modelos sencillos como
es el caso de la terapia de mindfulness. Por último, la terapia y consejo nutricional
valorará y equilibrará el aporte energético incrementando la ingesta de proteínas en el
preoperatorio. El objetivo es optimizar las reservas de nutrientes antes de la cirugía y
compensar la respuesta catabólica. Sabemos que el paciente oncológico es un paciente
en riesgo de desnutrición que se incrementará en el periodo postoperatorio. Por ello,
este tipo de pacientes no deben de ingerir menos de 1,2 a 2 gr/kg/día de proteína (58, 63).
Además, se debe pautar inmunonutrición con la administración de suplementos basados
en arginina, ácidos grasos omega 3 y otros nucleótidos, ya que éstos han demostrado
reducir la incidencia de infecciones quirúrgicas.
No existen referencias a nivel nacional de terapia prehabilitadora en CCR y
pocas a nivel internacional. En nuestro hospital la consulta de prehabilitación trabaja de
manera continuada desde 2013. Los programas están dirigidos predominantemente a
cirugía oncológica y pacientes frágiles. El programa de carcinomatosis se implantó en el
hospital en 2019 y en ese momento se decidió que la prehabilitación formaría parte del
protocolo multidisciplinar que se elaboró para la atención de este tipo de pacientes. Una
vez realizado el diagnóstico de CP mediante técnicas de imagen, el caso es tratado en el
Comité de Tumores y el paciente es derivado por los especialistas de Cirugía General a
nuestra consulta. Tras la recogida de datos y su análisis, encontramos que más del 75%
de los pacientes incluidos en la muestra fueron atendidos y seguidos en la consulta de
46
prehabilitación del HCU Lozano Blesa. Hay que tener en cuenta que el periodo que
abarca el presente trabajo incluye el año 2020. En ese momento la consulta de
prehabilitación, como muchas otras tuvo que ser cerrada y en ese periodo, aunque
continuaron las intervenciones quirúrgicas, los pacientes no pudieron prehabilitarse. Es
conocido el dicho popular que “de todo contratiempo siempre surge una oportunidad”.
Este hecho ha propiciado que podamos contar con un grupo de pacientes no
prehabilitados y con presencia de sarcopenia lo suficientemente numeroso como para
poder realizar una comparativa. Pudimos contar con más pacientes no prehabilitados ya
que para realizar correctamente la terapia física que se propone en la consulta se
necesita una ventana temporal de tres a cuatro semanas antes de la cirugía (63). Este
periodo es suficiente para que la mejoría del estado funcional, según la bibliografía
revisada, sea estadísticamente significativa y de esta forma conseguir unos resultados
perioperatorios óptimos. En algunos de los pacientes desde que se recibe el diagnóstico
hasta que se realiza la intervención, el tiempo es inferior al margen propuesto
anteriormente debido al carácter urgente y no demorable de la enfermedad; y es por ello
que un acondicionamiento prehabilitador no tendría cabida. Así encontramos en
nuestro estudio que de los 56 pacientes sarcopénicos, 41 de ellos siguieron la
prehabilitación mientras que 15 de ellos no.
¿Qué conclusiones podemos sacar de nuestros resultados? En primer lugar, nos
encontramos con la dificultad de sacar conclusiones de un trabajo retrospectivo con un
tamaño muestra relativamente pequeño. Si pudimos apreciar que los parámetros
nutricionales de los pacientes sarcopénicos prehabilitados diferían de los no
prehabilitados. El índice CONUT fue normal en más de la mitad de los prehabilitados,
mientras que el 47% de los no prehabilitados obtuvo una puntuación de desnutrición
leve preoperatoria (p: 0,011). La albúmina plasmática preoperatoria también resultó ser
menor en los no prehabilitados que en los prehabilitados (3,46+/- 0,7 g/dl vs 3,8+/- 0,4
g/dl, p: 0,037). Aunque es arriesgado, podríamos entrever que este perfil nutricional
podría ser el resultado del mejor control y terapia nutricional pautada desde la consulta.
Analizando los niveles de hemoglobina preoperatoria de los pacientes
sarcopénicos, en el grupo prehabilitado se encontraron unos niveles de hemoglobina
preoperatorios de 1 punto superiores al grupo no prehabilitado (13,32 +/- 1,55g/dl vs
12,34 +/- 1,9 g/dl, p: 0,03). Estos hallazgos podrían estar en consonancia con otros
resultados encontrados por nuestro grupo y no publicados, en los que pacientes
prehabilitados sometidos a cistectomía radical, presentaban valores de hemoglobina
mayores en el periodo perioperatorio, necesitando menor cantidad de concentrados de
hematíes postoperatorios.
Hemos comentado que el ejercicio por sí mismo es capaz de reducir la
resistencia periférica a la insulina, prueba de ello la podríamos encontrar en los niveles
de glucosa y el índice GLR basal que fue de 10 puntos inferior al de los no
prehabilitados (48,8 +/- 34 vs 58,8 +/- 27,8, p: 0,01). Warsburg, en 1956 describió por
primera vez el papel de la glucosa en las células tumorales, teniendo estas una mayor
actividad glucolítica, lo que provoca un aumento en la absorción de glucosa (22). Su
valor pronóstico no está todavía perfectamente definido para procesos tumorales. Sin
47
embargo, Siddiqui et al. (65) relacionaron un pobre control glucémico en pacientes
diabéticos con una mayor agresividad tumoral, así como una menor supervivencia
global a los cinco años.
Además, se han visto diferencias estadísticamente significativas tras el análisis
del índice PLR basal comparando al grupo sarcopénico prehabilitado con el no
prehabilitado (96+/- 73 vs 162,5+/- 90, p: 0,01). Recordemos que este índice puede ser
predictor de un peor pronóstico en estadios avanzados de la enfermedad, incluyendo
eventos trombóticos, debido al aumento del cortisol en sangre y posterior liberación de
plaquetas al torrente sanguíneo desencadenado por el estrés inducido por una neoplasia
(20-21)
.
La respuesta metabólica es una respuesta homeostática del organismo que se
desarrolla para mantener el equilibrio del medio interno, manteniendo su composición y
evitando las variaciones fisicoquímicas. Se trata de un mecanismo fisiológico de
supervivencia que permite el mantenimiento del organismo recuperando sus propias
fuentes de energía almacenadas, sin tener que recurrir a fuentes externas mientras se
producen los fenómenos de reparación tisular. En el acto quirúrgico, es cuestionable si
esta respuesta es necesaria, ya que las consecuencias de una respuesta inflamatoria no
controlada pueden ser impredecibles. Ante una agresión nuestro organismo está
preparado genéticamente para responder con una respuesta inflamatoria, siendo esta
respuesta inicial la encargada de defender al organismo frente a la noxa. Del mismo
modo desarrollaremos una respuesta antiinflamatoria que regulará y controlará la
respuesta proinflamatoria. Por otro lado, es conocido que el periodo postoperatorio se
caracteriza por un estado de inmunosupresión transitorio, que si no se controla derivará
en un aumento de la morbilidad postoperatoria, por ejemplo, favoreciendo la recidiva
tumoral. Como vemos estamos ante un delicado balance de fuerzas pro y
antiinflamatorias.
El objetivo inmunológico de la prehabilitación es preparar al organismo con
pequeñas dosis de estrés, para que éste sea capaz de hacerle frente volviendo de una
manera rápida al estado previo al ejercicio y, por otro lado, aportando los nutrientes y
moléculas necesarias para que se haga eficientemente (63). Por lo tanto, durante la
agresión quirúrgica el organismo prehabilitado contará con las reservas funcionales
necesarias para restablecer la homeostasis en un periodo relativamente corto, frente a un
organismo que no ha sido optimizado de esta manera. Si observamos nuestros
resultados en cuanto a la respuesta de las poblaciones leucocitarias, vemos que los dos
grupos presentan un aumento de neutrófilos a las 48 horas, utilizado como un marcador
de la respuesta inflamatoria inespecífica. Aunque no existen diferencias significativas,
el perfil del grupo prehabilitado parece presentar una modulación mayor en el periodo
perioperatorio. Lo mismo ocurre con la población linfocitaria en la que los recuentos en
el control a los 30 días presentan valores más altos en el grupo prehabilitado.
En cuanto a los índices leucocitarios, al analizar el NLR y LMR basal, no se han
encontrado diferencias estadísticamente significativas entre los dos grupos a comparar.
El índice NLR es inferior en el grupo prehabilitado (1,52+/- 1,24 vs 2,38+/- 1,46) y el
48
LMR es superior en el grupo prehabilitado (3,42+/- 2 vs 2,92+/- 1,6).
Independientemente del tumor, un NLR, PLR, GLR alto y un LMR bajo se asocian con
aumento de morbilidad, peor respuesta al tratamiento y tasas más elevadas de
mortalidad (16, 19-22). Han demostrado ser factores pronósticos en diversos tipos de
cáncer, aunque tienen el inconveniente de la ausencia de un valor especifico de corte.
Sin embargo, el coste de esta aparente respuesta inflamatoria similar en ambos
grupos fue diferente en cuanto a la evolución clínica perioperatoria. Si analizamos las
complicaciones postoperatorias en función de la escala Clavien-Dindo encontramos
diferencias estadísticamente significativas (p: 0,006). El grueso del grupo prehabilitado
(49%) no tuvo ninguna complicación postquirúrgica, mientras que el 53% del grupo no
prehabilitado alcanzó la puntuación máxima en la escala, correspondiente al
fallecimiento del paciente. Las complicaciones que más frecuentemente se encontraron
fueron la dehiscencia de anastomosis, íleo postoperatorio y obstrucción digestiva.
En cuanto a la estancia en UCI, se encontraron diferencias estadísticamente
significativas (p: 0,029). Los pacientes no prehabilitados estuvieron ingresados 5,5 días
más que los prehabilitados.
Esta mayor estancia podría verse traducida en un mayor número de
complicaciones postoperatorias y mayor riesgo de adquirir infecciones nosocomiales.
No obstante, para poder hablar de disminución de costes económicos sería necesario
realizar un estudio coste especifico. No hay que desestimar los recursos estructurales
que conllevan estos 5,5 días adicionales en esta época de pandemia donde las camas de
UCI son unos bienes escasos y muy necesarios en nuestro hospital y en la Comunidad
de Aragón.
Al analizar la supervivencia de los pacientes de forma global, también
encontramos diferencias estadísticamente significativas (p: 0,026) entre ambos grupos.
El 83% del grupo prehabilitado no falleció en los meses que duró el estudio, mientras
que el 53% de los pacientes no prehabilitados si alcanzó el evento.
49
de las curvas de Kaplan-Meier de los pacientes de nuestro estudio obtuvieron
diferencias estadísticamente significativas, alcanzando una supervivencia del 82,9%
frente al 46,7% a favor de los pacientes sarcopénicos prehabilitados.
Los resultados obtenidos tras el análisis de supervivencia de nuestra muestra
pueden ser comparables y extrapolables a los encontrados por Trépanier M et al. (66) en
2019, en los que se investigó la supervivencia a 5 años en pacientes intervenidos de
cáncer colorrectal metastásico según si estuvieron expuestos a terapia de
prehabilitación. La comparación de las curvas de supervivencia de Kaplan-Meier
obtuvo una diferencia estadísticamente significativa a favor de los pacientes
sarcopénicos prehabilitados (73,4% frente a 50,9%, p: 0,044).
La trascendencia de estos resultados nos lleva a que uno de los pilares de la
terapia prehabilitadora es la terapia física. Ésta disminuye la prevalencia de
sedentarismo, uno de los factores de riesgo asociados a la génesis de sarcopenia. Por
ello, si gracias a la prehabilitación podemos disminuir la prevalencia de sarcopenia en
los pacientes con CP, podríamos alcanzar una disminución de las complicaciones
postquirúrgicas y la mortalidad. Para relacionar lo anterior, tendríamos que realizar
nuevas pruebas de imagen y nuevamente volver a calcular los índices de SMA y SMI en
los TAC de los pacientes para valorar la mejoría de la pérdida de masa muscular
esquelética en nuestros pacientes prehabilitados. Esto supondría además de un extenso
gasto económico, una radiación adicional. Podemos concluir con ello, que la aplicación
de un programa de prehabilitación influye en la supervivencia al mejorar el estado
físico, psíquico y nutricional del paciente.
No se encontraron diferencias estadísticamente significativas al comparar tanto a
los pacientes sarcopénicos prehabilitados con los no prehabilitados en cuanto a la
duración de la CCR. Esto puede conducirnos a que en todas las comparaciones que se
realizaron, el trauma quirúrgico fue similar y no es tanto la cirugía en sí misma, sino las
características basales previas de los pacientes lo que nos influye en las complicaciones
y en la supervivencia. También se realizó el análisis introduciendo la variable de
tratamiento con HIPEC y tampoco se encontraron diferencias significativas en las
comparaciones, con lo que podemos decir que el tratamiento con HIPEC no fue
responsable de la morbimortalidad.
Existen factores diferentes a la edad que adquieren importancia en la
supervivencia de los pacientes, como son las comorbilidades y las complicaciones que
suceden tras la intervención quirúrgica. Se quiso conocer cómo las diferentes variables
investigadas en el estudio influían en la supervivencia de estos pacientes.
Se realizó un análisis de regresión y se encontró que tanto la escala de
complicaciones postoperatorias de Clavien-Dindo como el Índice de comorbilidad de
Charlson estaban incluidas en la ecuación. Esto supone que en nuestra muestra de
pacientes afectos de CP e intervenidos de CCR en los años 2019, 2020 y 2021 en el
HCU Lozano Blesa, por cada punto obtenido en la escala Clavien-Dindo se incrementó
su mortalidad 3,5 veces (p: 0,001) y por cada punto de incremento en el Índice de
50
Charlson, su mortalidad aumentó 2 veces (p: 0,026) de forma estadísticamente
significativa.
51
7.-CONCLUSIONES
v Las variables que presentaron una correlación significativa con SMI fueron
la edad y los niveles de albúmina y colesterol. El 48,3% obtuvo una
puntuación en el índice de CONUT de malnutrición leve o moderada.
Únicamente el 7% de los pacientes sarcopénicos tuvo un IMC
correspondiente a bajo peso.
52
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ANEXOS
Anexo 1. Informe CEICA dictamen favorable a la realización del proyecto.
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