Los Volcanes. Est

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Los volcanes

y otra actividad ígnea


El domingo 18 de mayo de 1980, la mayor erupción volcánica ocurrida en Norteamérica en tiempos históricos destruyó un volcán típico.

Ese día entró en erupción con tremenda fuerza el monte Santa Elena situado en la zona sudoccidental del estado de Washington. La
explosión reventó todo el flanco norte del volcán dejando una gran abertura. En un instante, un gran volcán, cuya cima había
sobresalido más de 2.900 metros por encima del nivel del mar, perdió 400 metros de altura.

El acontecimiento devastó una amplia franja de tierra boscosa del lado norte de la montaña.

En un área de 400 kilómetros cuadrados, los árboles estaban tumbados, entrelazados y aplastados, despojados de sus ramas y, desde
el aire, parecían mondadientes esparcidos por todas partes. Las corrientes de barro acompañantes transportaron cenizas, árboles y
restos de rocas saturadas de agua 29 kilómetros corriente abajo del río Toutle.

La erupción se cobró 59 vidas: algunas personas murieron debido al intenso calor y a la nube sofocante de cenizas y gases, otras
fueron heridas por la explosión y algunos otros quedaron atrapados Por las corrientes de barro. La erupción expulsó casi un kilómetro
cúbico de cenizas y restos de rocas. Después de la devastadora explosión, el Monte Santa Elena siguió emitiendo grandes cantidades
de Gases y cenizas calientes. La fuerza de la explosión fue tal que Una parte de las cenizas fue lanzada a más de 18.000 metros de
altura a la estratosfera. Durante los días siguientes, este material de grano muy fino fue transportado alrededor de la Tierra por los
fuertes vientos estratosféricos.

En Oklahoma y Minnesota se acumularon depósitos medibles, y en Montana central se destruyeron cosechas. Mientras tanto, la
precipitación de cenizas en los alrededores inmediatos superó los 2 me-
No todas las erupciones volcánicas son tan violentas como la del año 1980 en el monte Santa Elena.

Algunos volcanes, como el volcán Kilauea de Hawaii, generan erupciones Relativamente tranquilas de lavas fluidas.

Estas erupciones «suaves» no están exentas de episodios violentos; a veces erupciones de lava incandescente se esparcen centenares
de metros en el aire.

Tales acontecimientos, sin embargo, constituyen normalmente una amenaza mínima a las vidas y las propiedades humanas y,
en general, la lava vuelve a caer en un cráter.

¿Por qué los volcanes como el monte Santa Elena hacen erupción explosiva, mientras que otros, como el volcán Tungurahua son
relativamente tranquilos?
¿Por qué los volcanes aparecen en cadenas, como las islas
Galápagos o la cordillera de Los Andes?

¿Por qué algunos volcanes se forman en el suelo oceánico,


mientras que otros aparecen en los continentes?

Este capítulo abordará estas y otras cuestiones a medida que


exploremos la naturaleza y el movimiento del magma y la
lava.
En horas de la mañana, desde las 8:00, el volcán
se encontraba completamente nublado y las
señales sísmicas reflejaban emisiones
energéticas de vapor y gases volcánicos con
pulsos de carga moderada de ceniza.

Entre nubes se identificaban columnas de


emisión de hasta 2-3 km sobre el cráter, mientras
el viento las dirigía hacia el sector occidental del
volcán.

Para el medio día, se habían evacuado las


poblaciones del sector occidental y
noroccidental como Cusúa y Juive Grande. Los
vigías de Runtún, Cusúa, Pondoa, Choglontus,
Pillate, Juive y Baños se mantuvieron emitiendo
los reportes desde sus sectores y en zonas
alejadas pero con visibilidad del volcán. Ellos
reconocieron una similitud a la erupción
ocurrida previamente el 14 de julio de 2006.
En horas de la tarde, los bramidos,
los cañonazos de las explosiones y
las emisiones del volcán se iban
incrementando de manera
sostenida y era evidente la
expulsión de cientos de balísticos
que caían en la parte alta del
cráter. Las poblaciones aledañas
sentían fuerte vibración de
ventanales y estructuras en los
alrededores del volcán y también
eran sentidos hasta en el
Observatorio Vulcanológico
Tungurahua (OVT).
En horas de la tarde, acercándose la noche,
eran sumamente fuerte la percepción de
bramidos, de cañonazos que acompañaban
las explosiones y emisiones de ceniza del
volcán.

Se incrementaba con el paso del tiempo, el


tamaño y la frecuencia de la generación de
flujos piroclásticos que descendían por los
flancos nor-occiental y occidental.

A las 17:00 la población de Chacauco


decide realizar su evacuación voluntaria
hacia el sector de Cotaló.
Al final de la tarde, ya se
observaba claramente la
actividad estromboliana.

Principalmente se reconocían
los bloques incandescentes
que alcanzaban alturas de
entre 500 m y 1 km y que
chocaban en la parte alta del
volcán.

La actividad observada era ya


mayor a la registrada el 14 de
julio de 2006.
Desde las 9 de la noche, se observa el
inicio el descenso de los primeros
flujos piroclásticos en el sector de la
Quebrada de Juive Grande.

Estos continuaron hasta pasada la


media noche.

Así como en otras quebradas, se


produjo una importante acumulación
de material que enterró varias casas
de 1 piso y estructuras como el
monumento de Los Pájaros.
Cerca de la media noche, desde el
sector de Chacauco se confirma el
represamiento del Río Chambo
debido a los potentes depósitos de
los flujos piroclásticos que han
descendido desde horas de la tarde
por los flancos nor-occidental y
occidental en el volcán.

También se registraron
represamientos momentáneos en los
ríos Puela (suroccidente) y Pastaza
(noroccidente).
Cerca de la media noche, en el momento
más fuerte de la erupción, se reportaba
caída de cascajo en los sectores de
Manzano, Cotaló, Chacauco, Puela, Ulba,
Pillate, Runtún, Loma Grande, Baños El
Pingue y Guadalupe;

este último ubicado a 15 km del volcán


reportaba caída de cascajo de 2 cm de
diámetro.

El volcán estaba cubierto de los gases y


vapor y era muy difícil distinguir el
descenso de más flujos piroclásticos. Esta
información era proporcionada por los
vigías de cada sector.
Hasta las primeras horas de la
madrugada del 17 de agosto, las
poblaciones aledañas al volcán
recibieron intensa caída de ceniza y
cascajo que provocaron daños en la
infraestructura de toda el área
cercana al volcán, en poblaciones
como Bilbao, Cusúa, San Juan de
Pillate, Chacauco, Manzano, y
otras poblaciones como Ambato y
Riobamba también fueron
afectadas por la caída de ceniza.

Esto asociado a la fase más fuerte


de la erupción.
En horas de la mañana del 17 de
agosto, las poblaciones aledañas al
volcán mostraban un paisaje
desolador.

La intensa caída de ceniza tuvo


efectos devastadores en los
sembríos, en los pastizales, en el
ganado y en la infraestructura de los
asentamientos poblacionales
ubicados en los flancos del volcán.
Durante la fase más fuerte de la erupción, la red
de monitoreo colapsó parcialmente: el 6% se
perdió de manera total, el 40% presentaba daños
graves y el resto necesitaba mantenimiento
urgente, en especial de los paneles solares.

Al mediodía del 17 de agosto, en la visita de


reconocimiento se podía identificar los daños
sufridos en varios de los equipos recién
instalados en la red de monitoreo instalada
desde hace casi un mes atrás gracias a la
colaboración de la Agencia de Cooperación
Internacional del Japón.

Sin embargo, los datos de las estaciones


pudieron ser recuperados.
El volcán Tungurahua inició un proceso eruptivo en Septiembre de 1999. Hasta Julio
del 2006 los fenómenos volcánicos que afectaron a la población fueron las caídas de
ceniza y los lahares. Sin embargo, en Julio y Agosto del 2006 se produjeron dos
erupciones más explosivas que generaron por primera vez desde la reactivación, flujos
piroclásticos. Estos flujos afectaron gravemente a la población y a la infraestructura
local.

El recordar eventos como este que representan una historia trascendental debe
permitirnos ampliar nuestra visión y nuestras perspectivas respecto a la ocurrencia de
fenómenos volcánicos.

De modo que así se llegue a fortalecer la educación y la conservación de este


laboratorio natural llamado volcán Tungurahua.
El volcán Tungurahua, es un
patrimonio geológico destacado,
el cual incentivará la geo-
conservación, educación y
divulgación para que en un futuro
pueda complementarse con el
desarrollo socioeconómico y
cultural de la región y del país.

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