Braudel, Carlos V y Burke

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Braudel, Fernand (1991): Carlos V y Felipe II

El futuro Carlos V nació en Gantes en el 1500. Era el primer heredero varón de la familia
principesca de los Países Bajos, hijo de Juana la Loca y Felipe el Hermoso. En 1506, la muerte
prematura del padre en España, lo convierte en heredero. Desde entonces reina allí, bajo la
tutela de su tía, Margarita de Austria, hasta el 2 de enero de 1515 que es proclamado mayor
de edad en la Sala de Estado de la Corte de Bruselas. Poco después, en enero de 1516, moría
Fernando el Católico: dejaba a su nieto todos los reinos de España, los de la corona de Aragón,
de la cual era heredero directo, y los de Castilla, que administraba después de haber apartado
del gobierno a la hija Juana la Loca. Carlos de Gantes fue así proclamado el 2ti de marzo de
1516 en Bruselas, rey de España. En primer lugar, en la Europa política, los Reyes Católicos
hablan seguido con encarnizado método el juego de los matrimonios principescos. Sus 5 hijos
dan lugar a 6 matrimonios importantes. Todos fueron concertados para facilitar, por un lado la
unidad de la península ibérica, y por el otro el cerco de Francia, peligrosamente cercana a los
Países Bajos y a Italia. Matrimonios, herencias, derechos dinásticos, dominaban entonces la
Europa principesca y política.

En segundo lugar, el final del siglo XV había señalado el surgimiento de las monarquías
modernas: el Aragón de Juan II, luego de Fernando el Católico, la Castilla de Isabel, la Francia
de Luis XI, la Inglaterra de los Tudor. Pero el siglo XVI habría de desarrollarse bajo la égida de
los imperios. Con el siglo XVI se llega a la superación de las pequeñas unidades políticas, estas
están destinadas a desaparecer. No es su patrimonio múltiple el que empuja a Carlos V hacia
este camino difícil. La vocación imperial es una resultante de la coyuntura que plantea el siglo,
de una época que se ubica bajo el signo de una política grandiosa y que lo hace porque está en
condiciones de permitirse este lujo peligroso e ilusorio.

Ni una idea imperial ni una política sin alternativas: No se puede reducir su política a líneas
simples. Creció en los Países Bajos, fue trasplantado a largas estadías en Italia, Alemania. En
consecuencia, adquiere inclinaciones y gustos contradictorios. Se lo ha descripto a completa
merced de sus consejeros. ¿Cómo podría él solo, asumir el enorme trabajo burocrático que
implica el gobierno de tantos estados. A estos consejeros, sobre todo en su madurez, los tiene
a distancia, los juzga cuando es el caso, los soporta en función de los servicios que le prestan.
Tenía líneas de conducta definidas: su ansia de gloria, del deber a cumplir, la defensa
apasionada de su familia, las exigencias impuestas a ésta para que también obedezca. Carlos
es víctima del perpetuo torbellino de la gran historia que lo condena a la solución del
momento, al compromiso inevitable y necesario. Es una vana controversia de historiadores
discutir si su idea imperial fue de inspiración laica y circunscripta a un simple deseo de
hegemonía política.

El obispo Mota, en las Cortes de Santiago, en 1520 define en presencia de Carlos V y de este
parlamento convocado en el extremo de la península, las concepciones que tiene el monarca
español acerca del papel que está por asumir con el título de emperador: para el obispo que
habla en nombre del soberano, éste no ha aceptado la aurea corona imperial más que "para
desviar grandes males de nuestra religión cristiana" y luchar contra los infieles. Este es el
obstinado consejo de España a su rey. Es otro el consejo que le da Gattinara: "no sólo
conservar los reinos y los dominios, sino también conseguir los mayores y aumentar el ámbito
mismo del poder", aquí se pone el acento sobre la idea imperial. No hay dialogo: Carlos V
escucha pero no responde. Es el lenguaje del más fuerte, el que no le perdonarán ni Europa, ni
la Francia del Cristianismo, ni el Turco de Constantinopla.
A pesar de que Carlos V esté constantemente prisionero de la idea de la cruzada, hay una
cierta distancia con Roma. La tradición hace de la cruzada la política por excelencia de la
cristiandad: quien dirige la primera, dirige la segunda, ocupa el primer lugar, o cree ocuparlo.
Con los "tesoros" de América, toda la vida europea recibe un nuevo impulso, suben los precios
y con estos los ingentes gastos de guerra. En el enorme imperio de Carlos V no habrá más que
un tesoro, una economía vigorosa que se extiende de Sevilla a Madrid y que se continúa
difundiendo a través del mundo. Pero esta geometría artificiosa no se afirma hasta 1552 y
concierne mucho menos a Carlos que a Felipe II, cuyo vasto imperio trasladará su centro vital
hacia el Océano Atlántico. Del padre al hijo, se pasa a otro tiempo, a otro imperio, otra
ideología política.

El sueño de una Francia imperial (1522-1529)

La partida de Carlos VIII a Italia, se da en septiembre de 1494. El fraccionamiento, la debilidad


política, desencadenan sobre ella la larga tempestad de las llamadas guerras de Italia, en
realidad, guerras por el dominio de toda Europa. Luis XII aspira a la monarquía universal, a
tiranizar a los demás, a apoderarse de las tierras de otros príncipes sin tener el más mínimo
derecho a ellas. Después se sucederán las derrotas, los retrocesos de los últimos años de Luis
XII. En esta lucha por la dominación de Europa, enfrentar y someter al soberano pontífice es
una manera de conquistar el primer lugar, como en los lejanos tiempos de la lucha entre
Iglesia e Imperio.

El fuerte movimiento de ascenso de Francia esta recorrido por hombres de iniciativa y


sustancia. Un poco rustica y retrasada, se presta tanto mejor por ello como campo de acción
para los hombres de negocios de Italia. La elección de junio de 1519 en favor de Carlos marca,
en cierto modo, el triunfo de la finanza internacional dominada por los Fugger y los Wesler de
Augsburgo, en cuya línea se mueven algunos florentinos y genoveses. El capitalismo
internacional tiene entonces sus polos decisivos. El conflicto, iniciado en 1521, acarreará una
serie de reveses y derrotas a los mercenarios de Francia. Las armadas imperiales están mejor
conducidas, armadas; la diplomacia de los Habsburgo que envuelve a Francia en sus redes, es
lenta, pero suple su lentitud con su evidente eficacia. El rey de Francia, para reconquistar su
libertad, estipula la desastrosa paz de Madrid, renuncia a Italia, cede Borgoña, promete
desposar a Isabel, hermana mayor de Carlos V, viuda del rey de Portugal y ya prometida al
Condestable de Borbón Francisco les liberado, falta a la palabra dada, no cumple con las
clausulas, no cede Borgoña, retoma la lucha y esta vez el equilibrio europeo juega a favor del
vencido, La Liga de Cognac le otorga el apoyo de Inglaterra, del Papado, de Francisa Sforza, de
Florencia de Venecia. En 1527, el saqueo de Roma será el castigo. Sin la ayuda de la flota
genovesa, la marina francesa no puede hacer frente a las galeras imperiales. Algunos años más
tarde le será necesario recurrir a las flotillas otomanas para evitar una inferioridad catastrófica.

Francia perdida y salvada

Carlos V renuncia a Borgoña y al sueño de constituir un imperio continental hasta el corazón


de Europa. Los manuales de historia enumeran, antes de la muerte de Francisco I, 4 guerras
entre los dos adversarios. En 1529 se llega a un equilibrio del cual ni uno ni otro contendiente
podrán apartarse. Francisco I será emperador en su reino, según la definición de sus juristas, y
no fuera de este. Y aquí la dimensión de la potencia francesa por más de un siglo, hasta Luis
XIV. Por otro lado, Carlos V no ha podido suprimir el enorme obstáculo que significa Francia. Si
cede toda la propiedad del Erbland a su hermano Fernando y lo hace nombrar Rey de los
Romanos, es decir, su representante en Alemania, es porque tenía dificultades para pasar de
uno a otro de sus estados. Sus viajes son expediciones, tanto más cuanto cada vez debe rodear
Francia. En realidad, Carlos atravesó Francia solo una vez, pacíficamente. Después de ello, no
podrá volver a utilizar la red de los caminos franceses. Evidentemente, Francia, por su parte,
aparece como una tierra asediada y lo es. Pero es tan vasta que la guerra no puede atacarla
más que de modo periférico, epidérmico. El lenguaje de Francisco I es el de los estados
nacionales a los que Maquiavelo sigue ofreciendo sus enseñanzas, mucho después de su
muerte. Carlos V vive en "otro universo", tradicional. Por otra parte, el equilibrio europeo sirve
de contrapeso a la balanza, que de otra manera habría favorecido demasiado al emperador.
Poco a poco es el mundo entero, Europa junto con los otros continentes, el que se perfila en el
horizonte de la política imperial. Una política que se extiende también al mundo entero.

El Mediterráneo: una derrota (1558)

Ha sido la concurrencia de las guerras de Italia, las que han desviado de su destino tradicional a
España más que a Francia. A partir de 1528 la secesión de Andrea Doria resuelve en parte el
problema, pero ha surgido el peligro de la flota turca. El acontecimiento esencial en este
terreno es la liberación de Argel de la tutela española y su transformación, con Barbarroja, en
capital activa de la piratería. La geografía sitúa obligatoriamente y por anticipado los campos
de batalla previsibles y próximos, en la unión de los dos Mediterráneos, el oriental y el
occidental. El príncipe Doria desempeñó en esta conversión la parte principal. Túnez fue en
realidad fuente de muchas ilusiones. En efecto, nadie hubiera podido solo hacer de contrapeso
a la fuerza marítima del sultán. La República de San Marcos sigue siendo en esta época la
ciudad más rica de la cristiandad. Pero las puertas del Levante no están cerradas; el enorme
mundo turco progresa y Venecia sigue recibiendo de estos países mercancías. La diplomacia
imperial procura, según su costumbre, corromper al corsario, seducirlo; se suceden infinitas
tratativas cuyos documentos aun inéditos permanecen en los fondos de archivo.

Alemania: un breve dominio (1547-1552)

El dialogo de Carlos V con Alemania tiene lugar sin interrupción durante todo su reinado. El
último acto del viejo emperador, será desposarse de la dignidad imperial. La discusión sube de
tono y supera las otras, en 1521 el encuentro con Lutero, en 15tio la Dieta de Augsburgo, la
Batalla de Muhlberg, y la paz de Augsburgo. El encuentro con Lutero: El 25 de mayo, ante una
Dieta reducida a pocos hombres, Lutero es desterrado del imperio.

El intermedio de Augsburgo

El emperador ha logrado un triunfo completo sobre los príncipes, los tiene en la mano. Pero no
ha triunfado sobre los pueblos. Alemania protestante puede ser dominada solo ocupando los
litorales del Báltico y del Mar del Norte. Y además, cuando se trata de religión, a menudo la
fuerza no resuelve nada. Nada más fácil que arrojar a los predicadores protestantes fuera de
las ciudades de Alemania meridional, pero éstos se trasladan a otra parte. Todo queda en
estado de ser controlado y en condiciones muy nuevas. Aparentemente, sin embargo, parece
que todo recomienza desde el principio como 17 años antes, ya que se convoca la Dieta de
Augsburgo que sesionará desde septiembre de 1547 hasta de junio de 1548. Con Calvino ha
cobrado vigor un nuevo protestantismo en Ginebra, a partir de 1540.

Europa contra Carlos V


En la disputa entre Alemania y Carlos V se da podría decirse un empate. Alemania conoce
entonces la tranquilidad, aun la religiosa, tan a menudo deseada con mayor o menor
sinceridad en el fondo, gracias a la paz de Augsburgo, el 26 de septiembre de 1555, un
compromiso que dejaba a cada religión en posesión de sus territorios y beneficios.

Las abdicaciones de Carlos V

En 1555 Carlos renuncia a favor de su hijo y justifica la propia decisión, enumera fatigas,
desilusiones. "Honrad la religión, aconseja constantemente a su hijo, reforzad la fe católica en
toda su pureza, considerad las leyes del país como sagradas e inviolables y no trates de
infringir los derechos y los privilegios de vuestros súbditos. Y si más tarde desearas como yo el
reposo de la vida privada, que podáis tener un hijo que merezca que le tendrás el cetro con
tanta alegría cuanta yo siento hoy". Con esta frase expresa el inmenso afecto y la estima de
Carlos V hacia aquel hijo ejemplar que es Felipe II, a quien él se ha complacido en formar
desde lejos prodigándole sus consejos.

El Nuevo Mundo

Aquella inmensa América de los conquistadores españoles, desde California a Chile y al Rio de
la Plata, no existía cuando Carlos recibió los reinos de España. Desde 150ti la Casa de
Contratación fue lugar de organización del tráfico desde o hacia las Indias, y tenía sede en
Sevilla.

Un balance del reinado de Carlos V

Incidentes arrojan una luz insustituible sobre todo el reinado de Carlos V: es necesario ver el
conjunto de sus estados como una permanente colación de fuerzas y de intereses a menudo
divergentes. España dirige esfuerzos, sueños, proyectos contra el África berberisca, Italia,
española y no española, teme al turco y a sus ejércitos invencibles. Los Países Bajos piensan en
la paz traficada gracias a la cual viven y especialmente en Francia para la cual deseen firmar
treguas que les permitan intercambios pacíficos y la pesca en los mares del norte, Alemania
busca un equilibrio imposible en sus discordias religiosas. El emperador personalmente, en sus
ideas más secretas y en su acción concreta, no está nunca prisionera de estas fuerzas vivas. En
1522 pierde Alemania, renunciando luego lucidamente a ella, en 155ti tiene para sí Inglaterra.

Teniendo que hacer un balance, diremos que, a pesar de sus esfuerzos, Carlos V perdió a
medias contra los turcos en el Mediterráneo, contra Francia no perdió ni ganó, esta nación
queda independiente. En Inglaterra consiguió un éxito falso, como resultara en septiembre de
1558 a la muerte de María Tudor, en Italia logró una victoria completa, así como en los Países
Bajos, al menos aparentemente: ha liquidado el embrollo alemán en lo que se refiere al futuro
de sus empresas, es decir, a la herencia de Felipe II, y finalmente ha triunfado en América sin
darse demasiada cuenta sin embargo, y probablemente sin haber intervenido demasiado.

Pero para juzgar su obra de manera justa hay que ir más allá de su muerte y recorrer cada
etapa del reinado de su hijo Felipe II: Francia se deshace frente al poderío español en 1559; los
Países Bajos que se sublevan en 1556- 1572 y se convertirán en el cáncer incurable del
"imperio" de Felipe II; la retirada de los turcos en el Mediterráneo; la lejanía persistente de
Alemania, el triunfo acentuado de América con sus minas de plata, que levanta materialmente
al reino y lo coloca por encima de todas las potencias del mundo. El imperio de Felipe II,
cumpliendo la evolución de los últimos años del reinado de Carlos V, es en efecto un imperio
atlántico, cuya suerte está ligada a un destino marítimo sobre el cual aparecen las primeras
sombras en 1588, año de la Armada Invencible. El Imperio de Carlos V ha sobrevivido a sí
mismo transformándose y corriéndose hacia occidente y hacia la inmensidad del Atlántico.
Felipe II tenía a su disposición media que faltaron al padre, pero no ha tenido el prestigioso
título de emperador.

Burke, Peter: el Renacimiento

El mito del renacimiento

Los historiadores actuales ponen in tela de juicio los espectaculares contrastes que se señalan
entre la Edad Media y el Renacimiento, que no tienen en cuenta las innovaciones que se
realizaron durante Media, la pervivencia de actitudes la Edad tradicionales en el siglo XVI y más
tarde. También los personajes del Renacimiento como los relata el mito son sobrehumanos. El
mismo relato explica y justifica a la vez el mundo moderno. Es un relato simbólico, en el
sentido que describe un cambio cultural utilizando las metáforas o alegorías del despertar y del
renacer. Se trataba de un retorno a la edad de oro (la Antigüedad que vuelve a emerger de la
edad oscura. El movimiento que se describe era de carácter intelectual y artístico más que
político o religioso. Pero, como otros hijos que se rebelan contra la generación de sus padres,
esos hombres tenían contraída una gran deuda con la Edad Media que tan a menudo
denostaban. A la fórmula de la restauración de las artes y del resurgimiento de la Antigüedad
clásica, los historiadores pro renacentistas como Burckhardt (siglo XIX) le agregan el
individualismo, realismo y modernidad. Estos historiadores del siglo XIX creaban así su propio
mito de una edad de oro. Pero esta visión se ha erosionado, especialmente por la investigación
de los medievalistas, cuyos argumentos se pueden resumir en dos líneas:

En primer lugar, los llamados hombres del Renacimiento eran en realidad bastante
medievales. Su pensamiento y conducta eran más tradicionales y vecinos a lo que ellos
llamaron la época oscura. Incluso hasta 'El Príncipe de Maquiavelo (mucho más tardío)
pertenece hasta cierto punto a un género medieval, el de los 'espejos' o libros de aviso para
gobernantes. En segundo lugar, el Renacimiento no fue un acontecimiento singular, existieron
varios renacimientos, especialmente en el siglo XII y la época de Carlomagno. Para Toynbee es
un error en cuanto consideramos un acontecimiento único lo que en realidad no es más que
una manifestación concreta de un fenómeno histórico recurrente. Para Burke puede aceptarse
el término Renacimiento no como una aislada época, de oro milagrosa, ni como la súbita
aparición de la modernidad, sino para referirnos a un determinado cúmulo de cambios en la
cultura occidental, como un concepto organizativo que aún tiene utilidad.

Italia: Resurgimiento e innovación

Observando el curso del cambio cultural italiano en los tres siglos que van del 1300 al 1600,
veremos que los logros fueron colectivos, dado que se trabajaba en pequeños grupos y que
cada generación creaba a partir de las obras de sus predecesores. En su mayoría eran varones.
Un buen punto de partida puede ser destacar el entusiasmo por imitar la Antigüedad en
diferentes campos. En la arquitectura es más obvia la recuperación de las formas griegas y
romanas. En Italia se conservaban más o menos intactas diversas construcciones clásicas,
como el Panteón, el Coliseo, el Arco de Constantino y el teatro de Marcelo, todas éstas en
Roma.

A la vez, las condiciones climáticas permitían la imitación de estos edificios. Generaciones de


arquitectos fueron a Roma para imitar los principios sobre los cuales estaban construidos los
monumentos, además de contar con un tratado de arquitectura de Vitrubio donde explicaba
las reglas para el uso correcto de las 'tres órdenes', es decir las columnas dóricas, jonias y
corintias. Mientras muchas obras continuaron la línea clásica, Bramante rompe con la
tradicional planta cruciforme de las iglesias medievales, para adoptar la planta circular de un
templo romano. De allí el apelativo de Tempietto de la iglesia dórica que construyó.

En el caso de la escultura, sin contar con un tratado, los modelos clásicos sirvieron. Los nuevos
géneros de la escultura renacentista eran por lo general reediciones de los géneros clásicos,
como los bustos, los monumentos ecuestres y las figuras o grupos con representaciones de la
mitología, como el Baco de Miguel Ángel.

Con respecto a la pintura fue más difícil encontrar modelos. La pintura clásica era casi
desconocida en la época y continuó siéndolo hasta las excavaciones de Pompeya, a finales del
siglo XVIII. Los pintores hacían que sus modelos posasen al estilo de las esculturas clásicas más
famosas, o trataban de reconstruir las pinturas clásicas pérdidas a partir de las descripciones
presentes en textos literarios. Lo mismo se intentó en la música, intentando recrear el viejo
estilo a partir de fuentes literarias clásicas. Se estimula retrato como género independiente,
imitando cabezas de emperadores que aparecían de perfil en las monedas romanas, y se
prolongaban a manera de busto por debajo de los hombros. No fue hasta 1500 cuando
Leonardo, Rafael y otros prescindieron de este convencionalismo para producir obras sin
ningún precedente clásico, en las que planos de medio cuerpo el modelo aparecía de frente o
mostraba tres cuartas partes de su rostro, o con planos o de cuerpo entero, sentado o de pie,
conversando con sus amigos o dando órdenes. En la pintura se produjo el crucial re-
descubrimiento de las leyes de la perspectiva lineal leyes eran conocidas por los antiguos, pero
se habían perdido y fueron supone que las Se vueltas a formular por Brunelleschi y sus amigos.
Esto pone de manifiesto la afinidad entre ambas épocas y sugiere que estos paralelismos no
pueden explicarse sólo en términos de imitación. La preocupación por hacer obras que se
parecieran a la realidad, fue llamada 'realismo, pero éste es un término relativo, lo mismo que
la aparente fidelidad a la naturaleza en cuanto la representación del mundo significa siempre
aceptar unos valores determinados y rechazar otros.

En esa época las pintura, escultura y arquitectura eran llamadas artes mecánicas" (a pesar de
las quejas de Leonardo y otros), junto con la agricultura, técnicas textiles y de navegación. Aún
gozaban de mayor prestigio las artes liberales y eran esas buenas letras' (lengua, literatura y
enseñanza) lo que debía florecer. El sesgo de la información que nos llega es porque los
artistas sólo nos dejan sus obras, y escasamente dejan escritos su pensamiento acerca del arte,
mientras que son los escritores los que dejan testimonio escrito. Las artes mecánicas y las
artes liberales son las dos vertientes del Renacimiento, que veremos más abajo.

El idioma básico que se benefició de ese renacer no fue el italiano, sino el latín clásico. El latín
medieval se consideraba bárbaro, por lo cual la ambición ahora era usar un latín digno de
Cicerón. Pasaron más de 100 años desde las primeras comedias renacentistas en latín clásico
hasta sus equivalentes en italiano. Los intelectuales recuperaron también los principales
géneros literarios de la antigua Roma: la épica, la comedia, la oda, la pastoral, etc. Petrarca
escribió una epopeya en latín, África, basada en la vida del general romano Escipión el
africano, imitando la Eneida de Virgilio, en la que se narran hazañas heroicas siguiendo una
serie de convenciones, entre ellas empezar por la mitad, con posteriores flash back y alternar
hazañas en la tierra con el consejo de los dioses.

La Jerusalén liberada, de Tasso (1581) narra la primera cruzada; es una de las epopeyas
renacentistas más profundamente cristianas y clásicas a la vez. Con frecuencia las ideas se
plasmaban en forma de diálogos, inspirados en la obra de escritores antiguos como Platón y
Cicerón.

La educación Humanista: Humanismo es un término algo elástico. El adjetivo humanista se


originó en el siglo XV y formaba parte del argot de los estudiantes universitarios, que
designaban con ella al profesor de humanidades, de los studia humanitatis, antigua expresión
romana que englobaba un conjunto de cinco disciplinas: gramática, retórica, poética, historia y
filosofía moral,

¿Qué era lo específicamente humano de las humanidades? Una explicación es que


perfeccionan al hombre. La idea fundamental era que el hombre se distinguía de los animales
en primer lugar por su capacidad de hablar, y por lo tanto distinguir el bien del mal. Por eso era
fundamental el estudio de las materias del lenguaje y la ética. La historia y la poesía se
consideraban ética aplicada, enseñando a seguir los buenos ejemplos.

Así pues, parece evidente que entre las estudias que el movimiento humanista consideraba
importantes no se encontraba la ciencia (y que a la sazón se conocía como 'filosofía natural").
Sin embargo, algunos humanistas destacados, como Alberti, estaban interesados en las
matemáticas. Sea como fuere, la recuperación de textos de los antiguos sobre matemáticas,
medicina, astronomía, astrología y magia, formaba parte del programa humanista. De manera
que hubo un Renacimiento matemático, científico e incluso mágico. También se intentó imitar
el sistema educativo de la antigua Roma. Entre los pioneros: Vittorino da Feltre, en Mantua,
Guarino da Verona. Con el nuevo sistema se enseñaba a los alumnos a hablar, leer y escribir en
latín clásico, lo que significaba primar las humanidades en detrimento de otras disciplinas,
especialmente la lógica, atacada por ser considerada fútil, meros sofismas' y de necesitaba el
empleo de términos técnicos 'bárbaros' (es decir, no clásicos) tales como sustancia, accidentes,
esencia, etc.

También se podía estudiar griego clásico en algunas escuelas y universidad pero con menos
entusiasmo. Los primeros profesores eran refugiados procedentes del imperio bizantino, a a
medida que los tureos se iban apoderando de territorios, mucho antes de la caída de
Constantinopla La lectura de obras en tela de juicio las traducciones latinas de los textos
clásicos, algunos a griego puso través de versiones árabes. Se niega que Aristóteles predicara la
inmortalidad del alma, poniendo en entredicho toda la síntesis tomista. Incluso los textos
latinos tenían diferencias según el copista las interpretaciones, Esto provocó el desarrollo de
técnicas de crítica textual. Por ejemplo se logra demostrar que la Donación de Constantino',
mediante la cual el emperador cedía el centro de Italia al papa y a sus sucesores, no sólo no
era de Constantino, sino que había sido escrito varios arios siglos más más tarde

Los humanistas se sentían muy próximos a los grandes romanos, mientras estaban
preocupados por la corrupción de la lengua resultado de la invasión de los bárbaros. La
empresa más ambiciona era la restauración de la antigua Roma. No sabemos hasta qué punto
esto era una metáfora. Pero muchos humanistas creían, al igual que los antiguos, en una
historia cíclica, como una como una reencarnación o reaparición de otra época anterior. Uno
de los conceptos claves era el de imitación, no tanto de la naturaleza sino de los grandes
escritores y artistas. (Paradójico?) Aunque nosotros pensamos en este periodo como
innovación y originalidad, los hombres de entonces resaltaron su admiración de los mejores
modelos antiguos, aunque la imitación no significara esclavitud. Para usar una de las metáforas
de la época, imitar no era remedar, sino que consistía en asimilar el modelo, convirtiéndolo en
propio y, a ser posible, superarlo. Son varios los ejemplos (en arte o literatura) da falsas
antigüedades que eran producidas por Miguel Ángel u otros humanistas. A su vez, se alzaban
algunas críticas contra la imitación demasiado servil.

En realidad, Italia y el mundo habían cambiado. Y los humanistas se hallaban mucho más cerca
de lo que creían distante (la Edad Media) y más lejos de los que creían próximo (la antigua
Roma, de esclavos, senadores, legionarios, latifundios). Pese a su rechazo del pasado reciente,
del arte 'gótico' de la filosofía escolástica y de la latinidad bárbara, se halaban formados en esa
cultura bajomedieval y en muchos aspectos aún pertenecían a ella. Acostumbrados como
estaban a la escritura gótica, no les resultó nada fácil leer las antiguas inscripciones romanas.
La obra de Ariosto Orlando Furioso' aunque tratado con demasiada ironía, tiene deuda con la
épica clásica pero también con los romances medievales, especialmente del ciclo de
Carlomagno (Orlando no es otro que el héroe Rolando); una obra tal sólo puede haber sido
escrita por alguien que pertenecía a ambas tradiciones y a ninguna de las dos. El
distanciamiento irónico es la única alternativa para un hombre con un pie en cada orilla.

Uno de los inconvenientes que encontraron los escritores renacentistas (especialmente


historiadores), es que el latín no tenía palabras para Lombardía, güelfos, gibelinos,
musulmanes, artillería, etc., de manera que no fue posible verter todo el material disponible
en un molde clásico. Las contradicciones eran mayores en religión. Los humanistas eran
cristianos, no paganos. Muchos eran clérigos, otros trabajaban al servicio de papas u obispos,
uno de ellos se convirtió en papa (Enea Silvio Piccolomini: Pio II), otros diseñaron iglesias o
escribieron sobre teología. Esto explica los híbridos culturales: clásicos en algunos aspectos y
cristianos en otros. Por ejemplo, un teólogo humanista podía llamar templo a la iglesia o
referirse a la Biblia como un oráculo. Ahora se discute si eran paganos que aparentaban ser
cristianos o cristianos que aparentaban ser paganos.

Existía una cierta tensión entre los valores clásicos y los cristianos, que ya se había producido
en los albores del cristianismo. Los padres de la Iglesia pertenecían las dos culturas y trataron
de armonizar Atenas y a Jerusalén. Jerónimo soñó que era juzgado por ser no Cristiano sino
Ciceroniano. Los padres de la Iglesia resolvieron el conflicto mediante un compromiso,
curiosamente expresado por San Agustín en el episodio del expolio de los egipcios: "El Nuevo
Testamento nos dice que cuando el pueblo de Israel abandonó Egipto se llevaron consigo el
tesoro de los egipcios, y de igual manera, los cristianos pueden hacer suyo y adaptar según sus
costumbres todo cuanto de valor hubiese en los clásicos paganos. En todo caso, algunos
cristianos primitivos creyeron que los griegos antiguos conocían la verdadera doctrina gracias a
los judíos. Este compromiso resultó sugerente a los humanistas, cuyo problema era
diametralmente opuesto: reconciliar la cultura cristiana con los redescubrimientos clásicos.

Sin embargo, y por muy profundo que fuese el resurgir de la Antigüedad, éste no se llevó a
cabo para sustituir al cristianismo. Y esta afirmación implica, por otra parte, desdibujar la
distinción entre Renacimiento y Edad Media, ya que las formas clásicas habían sido imitadas
(como el nombre lo indica) por el arte románico en los siglos X y XI y también porque en
monasterios y universidades medievales se estudiaban los postas clásicos. No deberíamos
contemplar el Renacimiento como una 'revolución cultural sino como un desarrollo gradual
donde algunos se sentían insatisfechos con algunos elementos de la cultura bajomedieval y
más atraídos por el pasado clásico. Figura: Florencia Una ciudad en la Toscana

Por qué razón un movimiento de tales características surgió en el norte y centro de Italia, en
ese momento y en cuales eran las condiciones? Roma era el objeta de veneración: Virgilio más
que Homero, el Panteón más que el Partenón. Los vestigios de la antigüedad eran familiares a
los italianos, algunos de los cuales se consideraban descendientes y donde la tradición clásica
no fue nunca algo remoto

¿Por qué el movimiento ocurre en esta época? La respuesta más obvia es el desarrollo de las
grandes ciudades en los siglos XII y XIII, la consecución del autogobierno, la prosperidad. Se
aprecia una creciente afinidad con los romanos. Las oligarquías mercantiles quisieron ser
independientes del poder papal tanto como del emperador. Los estamentos dirigentes de las
ciudades empezaron a considerarse a sí mismos como cónsules o patricios y los ayuntamientos
como equivalentes al senado; las amenazas de otros poderes o ciudades les hicieron
consientes del valor a la libertad

En cuanto a la base social, el Renacimiento fue un movimiento minoritario urbano. Las


alabanzas a la campiña surgieron de hombres de la ciudad; los hombres eran la cabeza visible,
aunque muchas mujeres funcionaran como mecenas (¿por qué no inspiradoras aunque no lo
diga Burke?). Algunas mujeres reconocieron que los humanistas varones no las trataban en pin
de igualdad. Dentro de los varones de la ciudad, el resurgir de la antigüedad (el Renacimiento)
interesó a tres grupos minoritarios:

Los humanistas (escritores, cultores de las artes liberales) que en general eran profesionales,
maestros ο notarios: Petrarca, Tasso, Poliziano, Ficino. Los artistas (cultores de las artes
mecánicas), en su mayoria reclutados entre los hijos de artesanos y tenderos de la ciudad:
Leonardo, Brunelleschi, Botticelli, Masaccio.

Los miembros de la clase dirigente, patricios, prelados o príncipes que extendían su


mecenazgo a las nuevas formas de arte y saber. Hasta qué punto humanistas y artistas
compartían los intereses no está claro. Algunas obras muestran la posible intervención de
ambos grupos, como La Calumnia o la Primavera de Botticelli que supone conocimiento de la
literatura clásica. Alberti fue uno de los pocos que tendieron un puente entre esas dos
culturas, Incluso Leonardo, a pesar de la diversidad de sus intereses, permaneció en una de las
dos orillas. El hombre universal, maestro en todas las cosas, era un ideal del momento, pero
resulta difícil encontrar personas que encarnen ese ideal, a pesar de que la presión por la
especialización era mucho menor que en la época actual.

En resumen, el resurgir de la Antigüedad representaba una cosa diferente para cada grupo
social, cada ciudad, o a lo largo de diferentes periodos de tiempo. En el siglo XIV Petrarca
pertenecía a la cultura medieval, pese a su rechazo de algunos aspectos y tuvo influencia de
Avignon, donde se encontraba cultura en ese momento el papado. En el siglo XVI, gracias a la
imprenta, la difusión de la cultura clásica era ya grande, introduciéndose en las escuelas,
mientras que se pone de moda coleccionar estatuas clásicas, encargar retratos, construir sus
residencias en la ciudad o sus villas en el campo según el 'antiguo estilo. Durante el período los
objetivos de los escritores y artistas fueron cambiando gradualmente. Asimismo, hacia el 1500,
el movimiento innovador se convirtió en parte del establishment, rutinizado, incorporado a la
tradición. Seguía siendo novedad solamente fuera de Italia.

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